📝HISTORIA EN BREVE

  • La disfunción tiroidea es un problema de salud muy común que afecta entre 70 % y 80 % de las personas de 60 años en adelante; algunos de sus síntomas incluyen fatiga, aumento de peso, depresión y temperatura corporal baja
  • La temperatura corporal y el pulso son indicadores importantes de la salud de la tiroides; la temperatura óptima por la mañana es de 98 grados °F (36.6 °C) y al mediodía de unos 98.6 grados °F (37 °C), y en el caso de la frecuencia cardíaca se recomiendan entre 60 y 100 latidos por minuto
  • Los tratamientos convencionales a base de T4, como el Synthroid, no son suficientes para combatir el problema; por lo tanto, muchos pacientes se benefician de una terapia con T3/T4 que se administra a través de suplementos glandulares naturales o fórmulas de T3 de liberación prolongada
  • La progesterona y las glándulas suprarrenales afectan de manera directa la función tiroidea, por lo que es esencial optimizar los niveles de estas hormonas para aliviar los problemas de tiroides
  • Reforzar la salud de la tiroides requiere un enfoque integral que incluya suplementos de yodo y estrategias para mejorar la salud intestinal, reducir del estrés y minimizar la exposición a toxinas ambientales

🩺Por el Dr. Mercola

La función tiroidea influye en todos los aspectos de su salud, a pesar de esto, es un tema que no suele recibir la importancia que merece. Hace poco, entrevisté a Carol Petersen, una experta en farmacología y coach de salud, y hablamos de las complejidades de la salud de la tiroides y los conocimientos que desafían las prácticas médicas convencionales.

A pesar de su tamaño tan pequeño, la glándula tiroides influye en todos los aspectos de su salud, ya que ayuda a regular el metabolismo, producir energía y mantener equilibrio hormonal. Al igual que la progesterona, es esencial para mantener niveles saludables de estrógeno y el buen funcionamiento de varios procesos del cuerpo; además, las hormonas tiroideas son indispensables para mantener la tasa metabólica y la energía celular en óptimas condiciones.

Carol Petersen afirmó lo siguiente sobre la relación estrecha que existe entre la progesterona y la salud de la tiroides:

"La progesterona es fundamental para que la tiroides funcione de forma correcta, no podemos hablar de una sin la otra".

Esta relación demuestra la importancia de abordar el equilibrio hormonal como un todo, y no de forma aislada.

La progesterona refuerza la función suprarrenal, que a su vez estimula la actividad de la tiroides. Sin suficiente progesterona, la tiroides no puede funcionar de forma correcta, lo que causa una serie de problemas metabólicos.

Es muy importante entender esta relación porque muchas personas podrían experimentar síntomas de disfunción tiroidea sin saber que la causa subyacente es el desequilibrio en los niveles de progesterona. Por lo tanto, optimizar los niveles de progesterona crea un entorno en que la tiroides puede funcionar de forma correcta, lo que también reforzará la salud metabólica y estimulará la producción de energía.

El hipotiroidismo es más común de lo que imagina

El hipotiroidismo es un problema de salud muy común: se estima que a los 60 años entre un 70 % y 80 % de la población puede experimentar problemas de tiroides. Carol Petersen dijo que "el hipotiroidismo está por todas partes", y es una epidemia silenciosa que muchos padecen sin recibir un diagnóstico o tratamiento adecuado. El problema es que sus síntomas suelen ser muy sutiles y esto provoca que pasen desapercibidos, además del hecho de que los métodos de diagnóstico convencionales son poco precisos porque no logran captar el panorama completo de la salud de la tiroides.

La mayoría de las personas permanecen sin diagnosticar porque no buscan ayuda hasta que su problema ya es grave. Muchos cometen el error de pensar que los síntomas como la fatiga, los problemas de peso y la depresión solo son una parte normal del envejecimiento, por lo que jamás los relacionan con la disfunción tiroidea. Este problema de falta de diagnóstico deja a las personas en la ignorancia y sin entender por qué se sienten sin energía y por qué sufren de otros problemas de salud.

El hipotiroidismo produce una amplia gama de síntomas que deterioran bastante la calidad de vida. Reconocer los síntomas a tiempo permite que las intervenciones sean más efectivas y previene la progresión de problemas de salud que se relacionan con la tiroides. Algunas señales importantes incluyen:

Fatiga: cansancio crónico que no se quita con descanso.

Aumento de peso: aumentos inexplicables de peso corporal sin hacer cambios en la alimentación o los niveles de actividad.

Resequedad en la piel y el cabello: la piel se vuelve áspera y reseca, mientras que el cabello puede caerse o volverse quebradizo.

Estreñimiento: disminuye la motilidad intestinal, lo que provoca que los movimientos intestinales sean menos frecuentes.

Incapacidad para sudar: la falta de sudoración puede provocar sobrecalentamiento y malestar.

Depresión y ansiedad: cambios de humor, sentimientos de depresión y niveles elevados de ansiedad.

Temperatura corporal baja: mantener la temperatura corporal baja puede ser una señal de un metabolismo lento.

Niveles elevados de colesterol: suelen ser un marcador de hipotiroidismo, ya que la tiroides influye mucho en el metabolismo de los lípidos.

La función de la temperatura corporal y el pulso

Por lo general, la medicina convencional se enfoca en un panel tiroideo básico que analiza la T4, T3 y la hormona estimulante de la tiroides (TSH). El problema es que este enfoque no considera otros aspectos más complejos de la función tiroidea. Los paneles avanzados que incluyen hormonas libres y T3 inversa proporcionan un panorama más completo y preciso de la salud de la tiroides, pero rara vez se utilizan en la medicina convencional.

Una de las herramientas de detección más simples pero efectivas es medir la temperatura corporal y el pulso. Este enfoque es muy efectivo porque los niveles de T3 suelen ser mayores por la mañana, pero disminuyen a lo largo del día.

Tener niveles elevados de T3 en los tejidos se correlaciona con un metabolismo más activo, lo que incrementa la temperatura corporal y el pulso. Si su temperatura corporal por la mañana es de unos 98 grados Fahrenheit (36.6 °C), significa que su tiroides funciona de forma correcta. Al mediodía, una temperatura alrededor de los 98.6 grados Fahrenheit (37 °C) y un pulso entre 60 a 100 pulsaciones por minuto son una señal de que su respuesta metabólica es normal

Cuando consulte a su médico sobre su función tiroidea y solicite el análisis de TSH, el cual mide el nivel de la hormona estimulante de la tiroides. Es importante considerar que si bien siempre es mejor mantener un nivel bajo de TSH, el cortisol y la adrenalina podrían alterarlo.  Como dijo Carol Petersen:1

"La TSH es la señal que envía la glándula pituitaria a la tiroides para que libere más hormona tiroidea. Y los rangos que se consideran aceptables de una TSH normal es de 0.35 o 0.5, aunque puede ser de 3.5, 4.5, 5.5 según el laboratorio. Aunque la Endocrine Society establece un límite superior de 3.5.
Entonces, el problema es que la medicina convencional considera que es hipotiroidismo hasta que supera por mucho este rango. Por lo tanto, considero que el rango óptimo sería entre 0.8 y 1.0".

El Dr. Ray Peat decía que un nivel de TSH normal debe ser inferior a 0.5. Además, incluso si los resultados de laboratorio están dentro de los rangos normales, si tiene lecturas inusuales de la temperatura corporal y de la frecuencia cardíaca significa que podría tratarse de hipotiroidismo subclínico. "Tome su temperatura por la mañana, justo después de despertar. debería ser de 97.8 (36.6 °C) a 98.2 "(36.8 °C), dijo Carol Petersen, lo que hace referencia al trabajo del Dr. Broda Barnes.

Le recomiendo que utilice un termómetro basal, ya que es más preciso y mide hasta las centésimas de grado.

Mantener una temperatura corporal baja es una señal de un metabolismo lento, mientras que el pulso ofrece información sobre la tasa metabólica, ya que las hormonas tiroideas ayudan a regular la frecuencia cardíaca y el gasto energético. Tener un pulso elevado podría ser señal de una tiroides hiperactiva. La medicina convencional suele ignorar estos signos fisiológicos, pero proporciona información muy valiosa sobre el estado de la tiroides.

Las desventajas de la terapia convencional

Por su parte, el hipotálamo secreta la hormona liberadora de tirotropina (TRH), que hace que la glándula pituitaria libere la hormona estimulante de la tiroides (TSH), que luego hace que la tiroides libere la hormona T4, hasta el 90 % de la hormona tiroidea se libera en la forma inactiva de T4, que después el hígado, con ayuda de una enzima, convierte en T3.

El Synthroid (levotiroxina), una forma sintética de T4, es el medicamento para la tiroides más popular en Estados Unidos. "La medicina convencional afirma que nuestra glándula tiroides produce hasta el 80 % de T4 y, por lo tanto, deberíamos tratar este problema con T4. La cuestión es que esta hormona permanece inactiva hasta que se convierte en T3", explicó Carol Petersen.2 Solo depender de la terapia con T4 regula de forma descendente la enzima que se encarga de convertir la T4 en T3 (la forma activa), lo que empeora los síntomas del hipotiroidismo.

Esto es una evidencia de las deficiencias en los paradigmas de tratamiento convencionales. Cuando solo se enfocan en la T4, los médicos pueden crear una situación en la que los pacientes aún experimentan síntomas, a pesar de que reciben el remplazo "adecuado" de hormona tiroidea. "En algunos pacientes, utilizar T4 solo empeora el problema", dijo Carol Petersen, que enfatizó la necesidad de un enfoque más completo que incluya cambios en el estilo de vida y T3 cuando sea necesario.

La dosis segura de T3

En el caso de las personas que requieren T3, las fórmulas de liberación prolongada ofrecen un nivel hormonal más estable durante todo el día. Este método evita los picos y caídas que se relacionan con las dosis convencionales, lo que garantiza una tasa metabólica constante y un equilibrio hormonal. Otra opción es que utilice fórmulas de T3 de liberación prolongada o dividir la dosis de T3 para crear este tipo de liberación a lo largo del día.

Carol Petersen recomienda ser cuidadoso con los suplementos de T3:

"Utilícelos varias veces al día, en dosis más pequeñas, pero no exceda los 20 a 25 microgramos al día".

 Este método garantiza que el cuerpo reciba un suministro constante de T3, lo que estimula función metabólica sin los efectos secundarios que se relacionan con administrar una dosis elevada una vez al día.

Otras alternativas naturales

Los suplementos glandulares, como el Armour Thyroid, se consideran una mejor opción que los medicamentos sintéticos. Proporcionan un equilibrio natural de T4 y T3, lo que mejora la función tiroidea y alivia los síntomas. Sin embargo, su efectividad depende mucho de factores como el origen de los ingredientes y el control de calidad.

"Este producto solía ser buena opción, yo utilizo ERFA, el cual se vende en Canadá y otros países", dijo Carol Petersen, mientras se refería a los glandulares de alta calidad que venden en algunos países. También explicó que ahora se requiere que los fabricantes de suplementos de glándulas tiroides de venta libre en Estados Unidos quiten la T3 y solo dejen la T4. Este proceso reduce su efectividad, ya que la T3 es la forma activa de la hormona tiroidea que es crucial para los procesos metabólicos.

Asegurarse de que los suplementos glandulares contengan niveles adecuados de T4 y T3 es un aspecto esencial para mantener una función tiroidea óptima y prevenir los riesgos que se relacionan con la terapia a base de T4.

La importancia de la salud suprarrenal en la función tiroidea

La función tiroidea tiene una relación estrecha con la salud suprarrenal, que es un aspecto que no suele considerarse en los tratamientos convencionales. "Antes de recurrir a un suplemento para la tiroides, analice el estado de sus glándulas suprarrenales, ya que tienen una relación muy estrecha", dijo Carol Petersen.3 Sin una buena salud suprarrenal, los tratamientos de la tiroides pueden empeorar los síntomas y causar problemas como palpitaciones y ansiedad.

Determinar el estado de su función suprarrenal requiere de mucho más que solo analizar los niveles de tiroides. Carlo Petersen recomienda que utilice su presión arterial como indicador:

"Si su presión arterial sistólica es de 100 o menos, significa que debería optimizar su salud suprarrenal antes de recurrir a cualquier tratamiento para la tiroides. De no hacerlo, podría causar más daños que beneficios".

Tener niveles bajos de presión arterial significa que tiene una mala función suprarrenal, lo que minimiza la efectividad de la terapia tiroidea.

Reforzar la salud suprarrenal a través de suplementos como la progesterona y el DHEA, así como cambios en el estilo de vida, es importante para garantizar que los tratamientos para la tiroides sean efectivos y causen efectos secundarios.

El estrés crónico también deteriora la salud suprarrenal, lo que a su vez daña la función tiroidea. Considere técnicas para controlar el estrés, como meditar, dormir bien y practicar técnicas de relajación, como parte de su régimen integral de salud tiroidea, ya que esto optimizará tanto la función suprarrenal como tiroidea.

Los beneficios de los suplementos de yodo

El yodo es fundamental para producir la hormona tiroidea, aunque su función se complica por la presencia de haluros como el cloro y el bromo. Carol Petersen recomienda la solución de Lugol para garantizar que consuma la cantidad adecuada de yodo:

"Recomiendo que mezcle de dos a cuatro gotas de solución de Lugol con agua y la beba todos los días. Una gota equivale a 6.25 miligramos (mg), es decir, un total de entre 12.5 y 25".

Los niveles óptimos de yodo promueven la síntesis de la hormona tiroidea, pero si se excede puede causar reacciones adversas, sobre todo en personas que se exponen de forma regular a haluros. Los haluros como el cloro, el flúor y el bromo provocan que la glándula tiroides absorba menos yodo.

"Sabemos que los haluros, el cloro y el flúor, interfieren con nuestra tiroides, y el bromo también", dijo Carol Petersen. Estos haluros remplazan al yodo en las hormonas tiroideas, lo que provoca que se produzcan moléculas disfuncionales que impiden la actividad tiroidea.

El agua del grifo suele contener cloro, mientras que el bromo se encuentra en varias sustancias químicas industriales y muchos productos de consumo. Para reducir la exposición a estos haluros debe adoptar prácticas como utilizar agua filtrada, evitar piscinas con cloro y hacer consciencia sobre los productos que utiliza a diario.

Para mantener su función tiroidea en óptimas condiciones, también es fundamental consumir suficiente yodo y minimizar la exposición a los haluros. Este equilibrio se logra mejor al tomar decisiones informadas con respecto a sus alimentos y suplementos, tal y como lo recomienda Carol Petersen.

La progesterona y el aceite de coco también son aliados de su salud tiroidea

La progesterona es esencial para la función suprarrenal y tiroidea. Optimizar los niveles de progesterona ayuda a restablecer el equilibrio hormonal, lo que crea un entorno que promueve la actividad de la tiroides. La progesterona estimula la función suprarrenal, que a su vez mejora la función tiroidea. Sin niveles óptimos de progesterona, las glándulas suprarrenales no pueden respaldar la función de la tiroides, lo que causa una serie de problemas metabólicos.

Optimizar los niveles de progesterona ayuda a estabilizar el equilibrio hormonal, reducir la ansiedad, mejorar la calidad del sueño y estimular la función tiroidea. Un régimen de salud tiroidea integral debe incluir progesterona para garantizar el equilibrio hormonal, lo que optimizará la función tiroidea y todos los aspectos de la salud metabólica.

El aceite de coco, que contiene niveles elevados de triglicéridos de cadena media y moléculas esteroides, ayuda a convertir la T4 en la forma activa T3, lo que mejora la función tiroidea y el metabolismo energético. Por esa razón, es importante incluir aceite de coco en su alimentación. Su composición única no solo proporciona una fuente de grasas saludables, sino que también estimula los procesos bioquímicos que se requieren para que la hormona tiroidea funcione de forma correcta.

La mejor forma de tratar la tiroiditis autoinmune

Las enfermedades autoinmunes como la tiroiditis de Hashimoto dañan la salud de la tiroides, pero pueden mantenerse bajo control con ayuda de estrategias adecuadas. Carol Petersen también habló de la importancia de realizarse análisis de anticuerpos tiroideos:

"El 60 % de las personas tienen anticuerpos contra la peroxidasa tiroidea y la tiroglobulina. Entonces, le recomiendo que se haga estos análisis".

Tener niveles elevados de anticuerpos es una señal de que hay actividad autoinmune que afecta la función tiroidea, lo que requiere un enfoque específico para controlar y revertir el problema.

La medicina convencional suele ignorar la influencia de la actividad autoinmune en la disfunción tiroidea y se enfoca en el remplazo hormonal sin abordar el problema subyacente, que es inmunológico. Identificar y abordar los anticuerpos tiroideos ayuda a reducir los ataques autoinmunes a la glándula tiroides, lo que mejora la función tiroidea y la salud en general.

La clave para controlar la tiroiditis autoinmune está en la salud intestinal. Tener una barrera intestinal saludable evita la fuga de proteínas al torrente sanguíneo, lo que reduce el ataque del sistema inmunológico a los tejidos tiroideos. De hecho, hablo a detalle sobre la solución a este problema en mi nuevo libro titulado "Los secretos de la salud celular: guía para alcanzar la longevidad y felicidad".

Los protocolos para reforzar la salud intestinal incluyen: llevar una alimentación a base de alimentos antiinflamatorios, combatir las sensibilidades alimentarias y reforzar el microbioma intestinal a través de probióticos y prebióticos. El microbioma, que es la comunidad de bacterias en el intestino, también es fundamental para convertir la hormona tiroidea T4 en su forma activa T3. Algunas bacterias producen las enzimas que se requieren para este proceso, mientras que otras pueden inhibirlo.

Para que la función tiroidea funcione de forma correcta, debe asegurarse de convertir la T4 en T3. Para estimular la conversión, se recomienda que lleve una dieta a base de alimentos enteros, sin procesar o poco procesados y asegúrese de incluir suficientes fuentes de proteína, al igual que carbohidratos saludables y fáciles de digerir que no causen irritación intestinal ni que produzcan endotoxinas, como la fruta entera.

Los factores del estilo de vida que influyen en la salud de la tiroides

Además de los suplementos y los medicamentos, las elecciones de estilo de vida influyen mucho en la función tiroidea. Llevar una alimentación balanceada con carbohidratos saludables y sin alimentos ultraprocesados estimula la producción de energía celular, la cual se requiere para optimizar la salud de la tiroides. Mientras que consumir muchas grasas poliinsaturadas (PUFA), como el ácido linoleico que contienen los aceites de semillas, interfiere con la capacidad de las células para utilizar la hormona tiroidea activa.

Además, los alimentos nutritivos garantizan que su cuerpo reciba las vitaminas y minerales esenciales que se requieren para que la tiroides funcione de forma correcta. Por otro lado, hacer ejercicio moderado de forma regular mejora la tasa metabólica y estimula la función tiroidea.

"La tasa metabólica depende de la tiroides T3, la forma activa de la tiroides", dijo Carol Petersen. La actividad física regular no solo estimula el metabolismo, sino que también mejora el equilibrio hormonal y los niveles de energía. Llevar una alimentación balanceada y hacer ejercicio de forma regular, puede ayudar a las personas a reforzar la salud de su tiroides y mejorar su bienestar.

Mientras que exponerse a toxinas como sustancias químicas disruptoras endocrinas (EDCs) que se encuentran en los productos de plástico también interfiere con la producción y la función de la hormona tiroidea, lo que causa una serie de problemas metabólicos y endocrinos. Aspectos como beber agua filtrada, evitar los productos que contienen sustancias químicas en el hogar y hacer consciencia sobre todo lo que aplica sobre su piel, forman parte de una buena estrategia para reducir su exposición.

Evitar estas sustancias dañinas mejorará bastante la salud de la tiroides y evitará los problemas hormonales. Otra forma de desintoxicar su cuerpo es utilizar una sauna, que también ayuda a incrementar la temperatura corporal.

Estrategias para reforzar la salud de la tiroides

La salud de la tiroides es una de las bases del bienestar general e influye en todo, desde el metabolismo y los niveles de energía hasta el equilibrio hormonal y la función inmunológica. La información que nos comparte Carol Peterson puede servir como guía para las personas que tienen problemas de tiroides y buscan un enfoque integrador que vaya más allá de los tratamientos convencionales.

Para recibir apoyo personalizado, considere acercarse a Carol Petersen a través de su programa de coaching en The Wellness By Design Project. Además, su canal de YouTube cuenta con una gran cantidad de videos para ayudarlo a comprender y controlar mejor la salud de su tiroides.

La salud de su tiroides está en sus manos, solo necesita las estrategias y el apoyo adecuados para enfrentar las complejidades de la función tiroidea, abordar los desequilibrios hormonales subyacentes y optimizar su salud y bienestar. Para optimizar su función tiroidea, considere las siguientes estrategias:

Análisis completos: no se conforme con los paneles básicos , opte por análisis más avanzados que incluyan hormonas libres y T3 inversa, esto lo ayudará a tener un panorama más completo del estado de su tiroides.

Equilibrio hormonal: optimizar sus niveles de progesterona y glándulas suprarrenales, lo ayudará a mejorar su función tiroidea.

Suplementación de yodo: utilice la solución de Lugol para optimizar sus niveles de yodo y minimizar la interferencia de haluros.

Suplementos naturales: pruebe los suplementos glandulares de alta calidad y otras fórmulas de T3 de liberación prolongada, según sea necesario.

Salud intestinal: refuerce su salud intestinal para controlar la tiroiditis autoinmune y optimizar los niveles de energía celular.

Cambios en el estilo de vida: para reforzar la salud de su tiroides, lleve una alimentación balanceada, haga ejercicio de forma regular e implemente técnicas para controlar el estrés.

Exposición a toxinas: reducir su exposición a sustancias químicas que alteran el sistema endocrino lo ayudará a proteger su función tiroidea.

Monitoreo constante: mida con frecuencia su temperatura corporal, pulso y niveles de hormona tiroidea para asegurarse de que su tiroides funcione de forma óptima.