📝HISTORIA EN BREVE

  • Algunos medicamentos comunes, como los AINE, los antibióticos, los bloqueadores de ácido y los laxantes, tienen el potencial para dañar los riñones sin que se dé cuenta, incluso cuando se utilizan según las indicaciones
  • Los síntomas renales suelen aparecer tarde, por lo que el daño ocurre antes de que sienta algo, sobre todo si es un adulto mayor o toma varios medicamentos recetados
  • Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) reducen el flujo sanguíneo, los antibióticos obstruyen o inflaman los filtros renales y los inhibidores de la bomba de protones producen reacciones inmunitarias que dañan el tejido renal
  • Los medios de contraste que se utilizan en las tomografías computarizadas o resonancias magnéticas reducen en gran medida la función renal en personas vulnerables, en particular en aquellas con diabetes o deshidratación
  • Revisar sus medicamentos con regularidad, llevar un estilo de vida saludable y utilizar alternativas naturales ayudan a reducir la carga renal y prevenir daños a largo plazo

🩺Por el Dr. Mercola

El daño renal no siempre comienza con una enfermedad, sino que a menudo comienza con medicamentos recetados. Muchos de los medicamentos que le han dicho que son seguros se filtran a través de los riñones, lo que crea una carga de trabajo constante que le perjudica con el paso del tiempo. A medida que aumenta el consumo de medicamentos, también aumenta el impacto oculto en este órgano importante.

Sus riñones procesan mucho más que desechos, también ayudan a equilibrar los líquidos, regulan la presión arterial y favorecen la producción de glóbulos rojos. Pero cuantos más medicamentos tenga que procesar su cuerpo, mayor será la tensión a la que estarán sometidos sus riñones, en especial si es un adulto mayor, padece una enfermedad crónica o toma múltiples medicamentos recetados.

A la mayoría de las personas no se les ocurre cuestionar sus medicamentos hasta que se sienten mal. Pero cuando la función renal disminuye, los síntomas suelen aparecer después, cuando ya se ha producido el daño real. Por eso es tan importante detectar el riesgo a tiempo. Analicemos qué clases de medicamentos presentan los mayores riesgos renales y qué hacer para protegerse.

Los AINE y otros analgésicos perjudican los riñones

Un artículo publicado por el portal AARP destacó cómo los medicamentos de uso generalizado, tanto los de venta libre como los recetados, perjudican los riñones incluso cuando se toman según las indicaciones.1 Entre las personas más vulnerables se encuentran los adultos mayores, las personas con diabetes y cualquier persona que esté deshidratada o que padezca otras enfermedades. Pero incluso las personas sin problemas renales diagnosticados corren riesgo si toman múltiples medicamentos o ignoran las pautas de dosificación.

• Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) reducen el flujo sanguíneo a los riñones: algunos medicamentos como el ibuprofeno y el naproxeno, que a menudo se utilizan para aliviar el dolor, la inflamación o la fiebre, bloquean las enzimas que causan la inflamación. Sin embargo, también reducen una hormona que mantiene abiertos los vasos sanguíneos de los riñones. Sin suficiente cantidad de esa hormona, estos vasos se estrechan, lo cual dificulta el flujo de la sangre. Esto reduce la función renal, en especial durante una enfermedad o si está deshidratado.

• No los tome por mucho tiempo: Derek Owen, farmacéutico clínico del Departamento de Medicina de la Universidad de Chicago, comentó para AARP que los AINE no deben tomarse durante más de 10 días seguidos para el dolor, o más de tres días para la fiebre. Estos medicamentos parecen inofensivos porque se venden sin receta, pero su uso regular o prolongado causa daños reales.

• Tomar AINE con pastillas para la presión arterial y diuréticos es peligroso: combinar los AINE con inhibidores de la ECA (para la presión arterial) y diuréticos (para reducir la inflamación o la acumulación de líquido) afecta los riñones desde múltiples ángulos. Esta combinación reduce el flujo sanguíneo y la presión de filtración, lo que disminuye de forma peligrosa la función renal, a menudo sin síntomas iniciales. No por nada se conoce como un "triple golpe".

• Hágase pruebas sencillas para controlar sus riñones: su médico puede realizar análisis de laboratorio básicos para medir qué tan bien sus riñones filtran los desechos y si pierden proteínas. Detectar cambios pequeños a tiempo le ayudará a ajustar sus medicamentos antes de que se produzcan daños permanentes.

Los antibióticos, antivirales e inmunosupresores son medicamentos potentes con riesgos ocultos

Los antibióticos, los antivirales y los inmunosupresores conllevan riesgos graves para los riñones. Incluso cuando se toman según la receta, estos medicamentos interrumpen la filtración, bloquean el flujo de orina o causan daños directos si no se manejan con cuidado.2

• Algunos antibióticos dañan de manera directa las células renales: los medicamentos como la tobramicina son muy agresivos para los riñones. Estos antibióticos se acumulan dentro de las células filtrantes diminutas y causan daños estructurales. Cuanto más tiempo se utilicen estos antibióticos, mayor será el riesgo, por lo que solo se suelen administrar en tratamientos cortos y bajo supervisión estrecha.

• Otros bloquean el flujo de orina: las sulfonamidas, que son otro tipo de antibiótico, forman cristales que no se disuelven bien en la orina. Si está deshidratado o su flujo de orina es lento, estos cristales obstruyen los conductos pequeños de los riñones, lo que causa inflamación, presión en la espalda y dolor. Incluso si no lo nota de inmediato, sus niveles de creatinina podrían comenzar a aumentar, lo cual es una señal de advertencia de que la filtración se ralentiza.

• Las dosis deben coincidir con el funcionamiento de sus riñones: si sus riñones no filtran de forma adecuada y la dosis no se ajusta, algunos medicamentos como la amoxicilina y la ciprofloxacina se acumulan y se vuelven dañinos. En algunos casos, incluso producen una reacción alérgica en los riñones, lo que da lugar a inflamación y más daños.3

• Los medicamentos para el VIH y los trasplantes también dañan los riñones: los medicamentos como el tenofovir para el VIH y la ciclosporina para prevenir el rechazo de órganos reducen el flujo sanguíneo en los riñones y dañan las mismas células que se encargan de eliminar desechos. Las personas que toman estos medicamentos, a menudo, siguen regímenes de medicación complejos, lo que hace que sea aún más importante hacer un seguimiento regular de los análisis de riñón.4

Los inhibidores de la bomba de protones y otros supresores de ácido promueven los problemas renales crónicos

Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol (Prilosec), el esomeprazol (Nexium) y el lansoprazol (Prevacid), se suelen utilizar para reducir el ácido estomacal. A menudo se toman para tratar la acidez estomacal, la indigestión o las úlceras, a veces durante años. Pero el uso prolongado de los IBP se relaciona con la enfermedad renal crónica.5

• Inflaman los filtros de los riñones: los IBP se asocian con una afección llamada nefritis intersticial, que es una reacción de tipo alérgico que inflama los espacios entre las estructuras renales. Esto provoca fatiga, inflamación en las piernas y orina más oscura. Debido a que los síntomas a veces son leves o poco notorios, a menudo pasan desapercibidos hasta que se produce un daño grave.

• Las personas a menudo toman estos medicamentos durante mucho tiempo: muchas personas comienzan a tomar IBP para síntomas temporales, pero nunca los dejan. Si toma algún medicamento IBP, reduzca poco a poco la dosis y cambie a famotidina (Pepcid), que es una opción más segura que no solo evita los riesgos cardíacos relacionados con los IBP, sino que también ayuda a reducir el exceso de serotonina que drena la energía y causa inflamación.

• Los cambios en el estilo de vida a menudo reemplazan la necesidad de bloqueadores de ácido: el nivel bajo de ácido estomacal (no el elevado) es a menudo el problema detrás del reflujo ácido. La solución no es solo aliviar los síntomas con medicamentos, sino optimizar la función de sus mitocondrias para restaurar la base que ayuda a su estómago a descomponer los alimentos, absorber nutrientes y protegerlo de los patógenos.

Los laxantes parecen inofensivos, pero en realidad dañan los riñones

Los laxantes estimulantes, como el sen, y los tipos osmóticos, como el Miralax, atraen agua hacia los intestinos o aceleran el movimiento a través del intestino. Pero si no bebe suficientes líquidos o si utiliza estos productos con regularidad, perderá demasiada agua. Una cantidad menor de líquido corporal también reduce el flujo sanguíneo a los riñones, lo que dificulta que estos realicen su función.6

• El uso a largo plazo, a menudo, provoca cálculos renales: su orina se vuelve más concentrada con minerales como calcio y oxalato cuando está deshidratado. Con el tiempo, estos minerales forman cristales y se convierten en cálculos renales. Si no se tratan, estos cálculos a menudo inhiben el flujo de orina, causan dolor y dañan aún más los riñones.

• El uso frecuente de laxantes es más común de lo que cree: muchas personas utilizan laxantes varias veces a la semana o incluso a diario, sin darse cuenta de que podría dañar sus riñones. Esto es muy cierto para los adultos mayores que ya son propensos a la deshidratación o que toman otros medicamentos que afectan la función renal.

• Existen formas más seguras y naturales de controlar el estreñimiento: en lugar de depender de laxantes, intente centrarse en su salud intestinal y aumente su consumo de alimentos ricos en fibra, como frutas y vegetales. Beber más agua y mover el cuerpo a diario también favorece los movimientos intestinales regulares.

• Pregúntele a su médico sobre opciones más seguras: si siente que no puede dejar los laxantes, hable con su proveedor de atención médica integral. Podría tener un problema subyacente, como un bajo nivel de ácido estomacal, una tiroides lenta o bacterias intestinales desequilibradas, que es mejor solucionar de forma natural y sin riesgo de dañar los riñones.

Los tintes de contraste para las pruebas de imagen sobrecargan los riñones

Los médicos suelen utilizar tintes de contraste durante las exploraciones por tomografía computarizada o resonancia magnética. Estos tintes resaltan los órganos y los vasos sanguíneos, pero también pasan por los riñones. En algunas personas, sobre todo aquellas con diabetes, enfermedades cardíacas o con una mala función renal, estos colorantes reducen el flujo sanguíneo y dañan los filtros dentro de los riñones. 7

• El contraste a base de yodo de las tomografías computarizadas causa problemas renales agudos: algunos agentes de contraste contienen yodo que los riñones deben filtrar. En las personas que ya tienen problemas renales, esta carga de trabajo repentina conduce a una nefropatía inducida por contraste, que es una afección en la que la función renal disminuye de forma significativa dentro de las 48 horas posteriores a la exploración.

• Los tintes de resonancia magnética conllevan un tipo de riesgo diferente: los tintes de contraste a base de gadolinio, que se utilizan en las exploraciones por resonancia magnética, se han relacionado con una enfermedad poco común llamada fibrosis sistémica nefrogénica. Esto engrosa la piel y el tejido conectivo, sobre todo en las personas con una función renal muy deteriorada.

• Los riesgos aumentan si está enfermo o deshidratado: si tiene una enfermedad crónica, toma varios medicamentos o no ha bebido suficientes líquidos, sus riñones podrían estar demasiado estresados para manejar la carga adicional de los tintes de imágenes. Los efectos no siempre aparecen de inmediato, pero suelen ser duraderos.

Cómo proteger sus riñones

Si tiene problemas de dolor crónico, presión arterial, reflujo o inflamación y toma múltiples medicamentos, sus riñones son los más afectados, no porque sean débiles, sino porque deben filtrar y excretar residuos de medicamentos día tras día. Lo que comienza como un alivio temporal se convierte en una dependencia permanente, en especial cuando nadie vuelve a considerar el motivo original por el cual se recetó el medicamento.

Para acabar con ese ciclo no basta con tomar otra pastilla, sino que debe restaurar la habilidad de su cuerpo para funcionar de forma adecuada. Aquí le comparto algunos pasos para aliviar la presión sobre sus riñones y recuperar el control de su salud:

1. Revise el motivo original de cada medicamento: pregúntese si fue por un problema a corto plazo, como dolor posoperatorio o una infección. Muchas personas toman medicamentos durante años solo porque no han comprobado si todavía los necesitan. Si se ha resuelto la causa del problema, es probable que el medicamento lo perjudique más de lo que lo beneficia.

2. Esté atento a las señales de advertencia de que sus riñones están bajo tensión: la fatiga, la retención de líquidos, el dolor de espalda, los cambios en la micción o la confusión mental son señales de una función renal lenta, sobre todo si toma varios medicamentos. Estos síntomas suelen descartarse como que "solo son parte del envejecimiento", pero a menudo son el sistema de alerta temprana del cuerpo. No los ignore.

3. Apoye los sistemas que hacen que los medicamentos sean innecesarios: los síntomas crónicos como fatiga, inflamación, reflujo o dolor en las articulaciones suelen ser síntomas de desequilibrios más profundos. Concéntrese en restaurar la producción de energía de su cuerpo, favorecer la salud de sus mitocondrias, consumir carbohidratos ricos en nutrientes y evitar los aceites vegetales que alteran el metabolismo. A medida que mejora la salud, es más fácil reducir poco a poco la dosis de los medicamentos.

4. Cambie los medicamentos dañinos por estrategias más seguras: los AINE dañan los tejidos renales con el paso del tiempo, pero el magnesio tópico, la cúrcuma o el ejercicio suave brindan alivio sin producir riesgos. Los bloqueadores de ácido reducen el ácido estomacal, pero la verdadera causa del reflujo, para la mayoría de las personas, es el bajo nivel de ácido estomacal, no el exceso de este; cambiar a amargos digestivos antes de los alimentos para indicarle a su cuerpo que comience a producir ácido podría aliviar los síntomas sin daños a largo plazo.

5. Haga que la revisión de medicamentos sea parte de su rutina: configure un recordatorio en el calendario cada seis meses para revisar sus medicamentos con su médico. Pregúntese, "¿esto soluciona el problema o solo trata los síntomas?". Ese cambio de mentalidad podría ayudarle a proteger sus riñones durante años.

Cuando su plan de tratamiento se alinea con su cuerpo, en lugar de ir en contra él, la mayoría de los medicamentos se vuelven opcionales, no obligatorios. Ése es el camino hacia la curación y la protección renal a largo plazo.

Preguntas frecuentes sobre los medicamentos que dañan los riñones

P: ¿Qué tipos de medicamentos tienen más probabilidades de dañar los riñones con el tiempo?

R: Los culpables comunes incluyen los AINE (como el ibuprofeno y el naproxeno), los antibióticos (como la tobramicina y las sulfonamidas), los bloqueadores de ácido (en especial los IBP como el omeprazol), ciertos antivirales e inmunosupresores (como el tenofovir y la ciclosporina), los laxantes y los tintes de contraste para imágenes. Estos medicamentos reducen el flujo sanguíneo a los riñones, causan inflamación o bloquean la filtración de orina, a menudo sin producir síntomas evidentes al principio.

P: ¿Por qué la mayoría de las personas no se dan cuenta de que los medicamentos dañan sus riñones?

R: El daño renal suele desarrollarse poco a poco y los síntomas suelen aparecer tarde. Los primeros síntomas, como fatiga, inflamación, cambios en la micción o confusión mental, a menudo se confunden con el envejecimiento u otras afecciones. Muchas personas no se dan cuenta hasta que el daño es permanente, ya que no se realizan pruebas de laboratorio de rutina.

P: ¿Cómo afectan los AINE y los bloqueadores de ácido la función renal?

R: Los AINE reducen una hormona que mantiene abiertos los vasos sanguíneos del riñón, lo que provoca un flujo restringido y una menor filtración, en especial durante una enfermedad o deshidratación. Los medicamentos IBP provocan una reacción inflamatoria en los tejidos renales que se conoce como nefritis intersticial y también se asocian con la enfermedad renal crónica con el uso a largo plazo.

P: ¿El uso de laxantes o someterse a exploraciones médicas también afecta la salud renal?

R: Sí, el uso excesivo de laxantes causa deshidratación y la formación de cálculos renales, mientras que los medios de contraste utilizados en las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas reducen la función renal, en particular en las personas con enfermedades preexistentes o mala hidratación. Ambos casos aumentan el riesgo de sufrir daño renal a largo plazo si no se tratan con cuidado.

P: ¿Cómo protejo mis riñones si tomo estos medicamentos?

R: Comience por revisar el propósito original de cada medicamento para saber si todavía es necesario. También preste atención a los síntomas de estrés renal mientras apoya los sistemas de curación naturales de su cuerpo a través de la alimentación y el estilo de vida. Reduzca poco a poco los medicamentos que no sean necesarios y explore alternativas más seguras sin medicamentos. Establezca un recordatorio cada seis meses para revisar todas las recetas médicas con regularidad.