📝HISTORIA EN BREVE

  • El síndrome de abstinencia postaguda (PAWS, por sus siglas en inglés) afecta a muchas personas que dejan de tomar antidepresivos. Sus síntomas pueden persistir durante meses o incluso más de 13 años
  • Los estudios demuestran que la paroxetina causa problemas de abstinencia más graves. Además, los antidepresivos con una vida media corta suelen provocar más síntomas de síndrome de abstinencia postaguda que los de acción más prolongada
  • Los síntomas de abstinencia presentan patrones distintos a los de la depresión original, pero con frecuencia se diagnostican de manera errónea como una recaída, por lo que se toman decisiones inadecuadas de tratamiento
  • La industria farmacéutica financia estudios que minimizan los efectos del síndrome de abstinencia postaguda y utiliza campañas para presentar los síntomas como 'leves', a pesar de la evidencia que demuestra impactos severos
  • La actividad física resulta 1.5 veces más efectiva que los antidepresivos para la salud mental; la caminata y el entrenamiento de fuerza aportan beneficios terapéuticos importantes

🩺Por el Dr. Mercola

Los antidepresivos cuentan con una amplia y documentada trayectoria de efectos secundarios durante su uso. Por ejemplo, se ha demostrado que pueden provocar visión borrosa, mayor ansiedad, estreñimiento, trastornos del sueño y pérdida de la libido. Como resultado, alrededor del 56 % de los pacientes decide dejar de usar estos medicamentos.1

Sin embargo, la consecuencia es que aparecen síntomas de abstinencia, hasta el punto en que las personas deben retomar los antidepresivos para recuperar un nivel funcional básico.

La abstinencia prolongada de antidepresivos es común

Un estudio publicado en la revista Epidemiology and Psychiatric Sciences se propuso investigar qué ocurre después de que las personas dejan de tomar antidepresivos. Específicamente, los investigadores examinaron una condición conocida como síndrome de abstinencia postaguda (PAWS, por sus siglas en inglés), en la que los síntomas persisten mucho tiempo después de que una persona deja su tratamiento.2

Este artículo fue la primera revisión sistemática de su tipo que se centró solo en antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN). Incluyó seis publicaciones y cinco estudios observacionales. Los investigadores no se enfocaron en pacientes que están en el proceso inicial de dejar los antidepresivos. Su atención se centró en quienes presentan síntomas meses o incluso años después de haber dejado el tratamiento.

• El efecto del síndrome de abstinencia postaguda (PAWS) en la salud del cerebro: los investigadores señalaron que el PAWS genera una gran variedad de síntomas, incluyendo: mareo, vértigo, temblores, náuseas, insomnio, fatiga, problemas con el estado de ánimo, ansiedad, ataques de pánico, irritabilidad y agitación. En los casos más graves, las personas en abstinencia pueden presentar pensamientos y conductas suicidas.3

• Los síntomas persisten durante mucho tiempo: según los estudios revisados, los síntomas prolongados duraron desde un mes y medio hasta casi 166 meses (alrededor de 13.8 años). Eso representa más de una década de experimentar una falta de emociones, ya que el cerebro nunca se recuperó por completo tras haber sido alterado de manera química. Los médicos suelen decir a los pacientes que dejar los antidepresivos será incómodo durante una o dos semanas, pero estos datos revelan una realidad muy distinta.

• La paroxetina causó la mayor cantidad de problemas: el factor de riesgo más consistente en estos estudios fue el uso a largo plazo de paroxetina. Según los investigadores:

"Dos de los estudios incluidos señalan que, en particular, el uso prolongado de paroxetina podría aumentar el riesgo de síndrome de abstinencia postaguda (PAWS), aunque la mayoría de los estudios no ofrecieron información clara al respecto. Un análisis de reportes personales en línea demostró que la duración del proceso de reducción gradual de la medicación se relaciona con el tiempo que duran los síntomas de abstinencia, lo que sugiere que los pacientes con síntomas más persistentes intentan disminuir la dosis de forma más lenta".

• El síndrome de abstinencia postaguda (PAWS) no es una recaída: no se trata de la depresión original que regresa. El (PAWS) tiene un patrón propio, y los síntomas suelen ser diferentes a los que los llevaron a iniciar el tratamiento con antidepresivos. Esa diferencia es fundamental, ya que explica por qué tantas personas reciben un diagnóstico erróneo de 'recaída', cuando en realidad atraviesan un proceso de abstinencia:4

"Parece que, tanto en la investigación clínica como en la práctica médica, los síntomas de abstinencia prolongados y persistentes suelen diagnosticarse de manera errónea como una recaída del trastorno mental original (por lo general depresión) o como nuevos trastornos mentales emergentes, estos últimos incluidos dentro del concepto de trastornos persistentes posteriores a la abstinencia".

• Dejar la medicación vs. continuar con el tratamiento: uno de los hallazgos más destacados sobre la reducción gradual de los antidepresivos es que los síntomas empeoraron en comparación con quienes no suspendieron su uso. Los investigadores citaron un ensayo controlado aleatorio (ECA) de 2021, que ya había excluido la paroxetina, así como la venlafaxina, debido a su reputación de causar PAWS:5

"En este estudio, 39 semanas después de que los pacientes comenzaron a reducir el uso de citalopram, fluoxetina, sertralina o mirtazapina, la cantidad de síntomas de abstinencia registrados permanecía más alta en comparación con los pacientes que continuaron con su tratamiento antidepresivo.
Cabe destacar que, en el diseño de este ensayo clínico aleatorizado, se excluyeron de forma intencional los antidepresivos populares paroxetina y venlafaxina, ya que, según lo expresado por los autores, ambos se relacionan con síntomas de abstinencia intensos al suspender el tratamiento".

• Es necesario contar con un tratamiento eficaz para el PAWS: tras el análisis, los investigadores sugieren que se requieren más ensayos clínicos aleatorizados sobre este síndrome. Sin embargo, recomiendan que la atención se centre en tratamientos efectivos, ya que existe poca información sobre este tema:

"Hacen falta ensayos clínicos aleatorizados, rigurosos y de larga duración para comprobar la eficacia de las estrategias de tratamiento y cuidado. Estos estudios permitirían orientar a los profesionales de la salud sobre intervenciones eficaces para reducir la intensidad y la duración de este síndrome que afecta la calidad de vida, ya que hasta el momento no se ha evaluado ninguna intervención clínica".

El PAWS es más común de lo que cree

Un metaanálisis publicado en la revista The Lancet Psychiatry investigó 79 estudios con un total de 21 002 participantes. La revisión abarca diferentes entornos de tratamiento y tipos de antidepresivos, lo que ofrece una visión panorámica del PAWS.6

• Muchas personas resultan afectadas una vez que se suspende el medicamento: el equipo encontró que el 31 % de las personas que dejan de tomar antidepresivos presentan algún tipo de síntoma de abstinencia, mientras que casi el 3 % desarrolla síntomas que se clasifican como graves y que pueden alterar por completo el funcionamiento diario.

De acuerdo con el análisis, los síntomas comenzaron a los pocos días de suspender el medicamento, pero en muchos casos no se resolvieron por completo hasta semanas después. Y la presencia de síntomas no estuvo relacionada con el tiempo que la persona había tomado el medicamento. Incluso el uso a corto plazo (menos de seis meses) provocó síntomas de abstinencia en los participantes.

• La sola idea de los antidepresivos es suficiente para generar dependencia en el cerebro: las personas que recibieron un placebo también reportaron síntomas, con una incidencia del 17 %. Se trata de un efecto nocebo clásico, en el que la expectativa de malestar crea síntomas reales.

• La gravedad y el tipo de síntomas no fueron uniformes: en particular, medicamentos como la paroxetina, venlafaxina y desvenlafaxina mostraron la mayor incidencia de síntomas. Por el contrario, medicamentos como la fluoxetina (Prozac), que permanecen más tiempo en el torrente sanguíneo, mostraron una tasa mucho menor de síntomas de abstinencia. Los investigadores también sugirieron que la vida media de estos medicamentos (el tiempo que permanecen en el cuerpo) afecta no sólo la gravedad de los síntomas, sino también la frecuencia.

• Suspender el tratamiento de manera abrupta no es seguro para los pacientes: con base en los datos presentados, una reducción gradual de la dosis puede ser una estrategia viable para disminuir los efectos de abstinencia, en lugar de interrumpir el medicamento de forma repentina:7

"La mayoría de las guías clínicas recomienda bajar la dosis de los antidepresivos de forma paulatina, y hay investigaciones que indican que hacerlo de manera muy gradual y con reducciones cada vez menores puede disminuir de manera considerable, aunque no eliminar por completo, los efectos de abstinencia y aumentar las probabilidades de suspender el tratamiento con éxito".

La industria farmacéutica minimiza los efectos de los antidepresivos

Los antidepresivos son una de las mayores fuentes de ingresos de la industria farmacéutica. De acuerdo con un informe de análisis de mercado de la revista Precedence Research, en 2024 el valor total del mercado de antidepresivos fue de 18.99 mil millones de dólares, y el 47 % de los consumidores se concentra en América del Norte. 8

Ahora bien, la industria farmacéutica ha reconocido de manera parcial los efectos secundarios que los antidepresivos pueden causar en los pacientes. Desde mediados de octubre de 2004, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos exige a los fabricantes colocar un aviso con recuadro negro en el empaque que alerta a los usuarios sobre el riesgo de aumento de pensamientos y conductas suicidas, así como de niveles más altos de ansiedad, ataques de pánico e insomnio.9

A pesar de estas advertencias, la industria farmacéutica afirma que estos efectos son sólo menores, lo que minimiza todo el daño real y grave que estos medicamentos han causado a lo largo de los años.

• La industria farmacéutica utiliza la ciencia para otorgar una apariencia de legitimidad: en un informe, la periodista de investigación Maryanne Demasi, Ph.D., critica un metaanálisis publicado en la revista JAMA Psychiatry en 2012,10 el cual concluyó que los síntomas de abstinencia de los antidepresivos son solo "leves".11

Una de las razones por las que Maryanne Demasi realizó su análisis es por el prestigio que tiene la revista. Cuando se publica un estudio influyente, tanto los consumidores como los profesionales de la salud tienden a aceptar que los resultados son verdaderos y precisos.

• Se involucra a los medios de comunicación para apoyar esta causa: aprovechando sus casi ilimitados recursos, la industria farmacéutica ha movilizado a los medios tradicionales para promover la narrativa de que sus antidepresivos se pueden suspender de forma gradual y que, como se mencionó antes, solo causan efectos secundarios leves al hacerlo:

"Los autores organizaron una campaña mediática rápida para moldear la narrativa pública; el Science Media Centre emitió comentarios de expertos para ‘tranquilizar tanto a pacientes como a doctores’, lo que asegura que la mayoría de los síntomas de abstinencia ‘no son clínicamente significativos’".

• La metodología es defectuosa: al profundizar en el tema, Maryanne Demasi desglosó la lógica del metaanálisis de la revista JAMA Psychiatry. De acuerdo con sus conclusiones, los estudios que se utilizan en la revisión están sesgados o mal diseñados. Por ejemplo, señaló que los ensayos clínicos duran solo unas semanas o unos meses, lo cual no es representativo para los usuarios de antidepresivos en Estados Unidos, ya que la mitad de ellos lleva más de cinco años con estos medicamentos. Maryanne Demasi continúa:

"Peor aún, muchos ensayos incluyeron a pacientes que ya tomaban antidepresivos y que les suspendieron el medicamento de manera repentina antes de la aleatorización. Como resultado, quienes fueron asignados al placebo presentaron síntomas de abstinencia que dificultaron diferenciar entre los grupos de tratamiento y control, lo que redujo de manera artificial los daños".

• La industria farmacéutica financió los estudios: Maryanne Demasi señaló que la industria farmacéutica financió la mayoría de los estudios incluidos en el metaanálisis. Además, los investigadores excluyeron medicamentos como la paroxetina y el escitalopram, los cuales se relacionan con el síndrome de piernas inquietas.

• Un testimonio directo sobre el PAWS: en una entrevista con la National Public Radio (NPR),12 una paciente de Canadá llamada Philippa Munari relató que tomó Effexor (venlafaxina) durante 10 años. Cuando decidió suspenderlo, empezaron a aparecer problemas, incluso con la ayuda de un médico para reducir la dosis de manera gradual.

De acuerdo con Philippa Munari, desarrolló dolor en los nervios, así como dolor crónico en el cuello y los hombros. Para empeorar las cosas, también tenía ansiedad severa, algo que antes no tenía. En un esfuerzo por controlar sus problemas de salud, tuvo que iniciar de nuevo con el tratamiento de Effexor, pero logró reducir la dosis poco a poco.

• Los efectos del PAWS son graves: Philippa Munari comentó que, tras su segundo tratamiento con Effexor, esta vez con un mejor plan de reducción, presentó mejoría en el dolor neuropático y del cansancio. Sin embargo, la ansiedad empeoró. De hecho, tardó casi dos años en recuperarse de su terrible experiencia.

El ejercicio es el mejor aliado contra la depresión

Si en días recientes se ha sentido desanimado, recuerde que la solución no consiste en tomar una pastilla y esperar que todo se resuelva por sí solo, sino en apoyar su cuerpo para que recupere el equilibrio en los sistemas que se han visto alterados desde un principio. Y una de las formas más efectivas de lograrlo es realizando ejercicio de manera regular.

El ejercicio no sólo mejora el estado de ánimo. Es una estrategia poderosa que reconecta su cerebro, estabiliza su sistema nervioso y restaura la producción de energía a nivel celular. Salvo que exista una lesión grave o una afección física importante, considero que esta es una de las mejores formas de cuidar la salud mental, ya que no tiene costo y se puede poner en práctica de inmediato.

• El ejercicio supera a los antidepresivos: en un metaanálisis de 97 estudios, los investigadores señalaron que el ejercicio ofrece un beneficio notable para la salud mental, y concluyeron que su efectividad es 1.5 veces mayor que la de tomar un medicamento. Como señaló el Dr. Ben Singh, autor principal:13

"Se sabe que la actividad física ayuda a mejorar la salud mental. Asimismo, a pesar de la evidencia, no se ha adoptado de manera generalizada como tratamiento de primera elección. El ejercicio de mayor intensidad tuvo mayores mejoras para la depresión y la ansiedad, mientras que las duraciones más largas tuvieron efectos menores en comparación con ráfagas de duración corta y media".

• Cualquier ejercicio es mejor que nada: Ben Singh señaló que mover el cuerpo, sin importar cómo lo haga, es beneficioso. Ben explica:14

"A su vez, descubrimos que todos los tipos de actividad física y ejercicio producen beneficios, lo cual incluye al ejercicio aeróbico, como caminar, el entrenamiento de resistencia, el pilates y el yoga. Es importante destacar que la investigación demuestra que no es necesario hacer mucho ejercicio para lograr un cambio positivo en la salud mental".

• Comience con una caminata: aunque es tentador comenzar con una sesión intensa en el gimnasio, puede obtener muchos beneficios con solo salir a caminar. El Dr. James O’Keefe, señaló que esta es una excelente forma de mejorar la condición física, un promedio de 10,000 pasos al día puede generar muchos beneficios. Además, es una actividad de intensidad media que no se puede exagerar, lo que significa que puede hacerla todos los días sin preocuparse por ejercitarse demasiado.

• El entrenamiento de fuerza complementa las caminatas: levantar pesas es otra estrategia beneficiosa que puede acompañar su rutina diaria de caminata; sin embargo, es importante no excederse. Según la investigación del Dr. O’Keefe, al alcanzar entre 130 y 140 minutos a la semana de entrenamiento de fuerza, los beneficios comienzan a anularse, como si la persona hubiera llevado una vida sedentaria desde el inicio:

"Siempre me ha gustado el entrenamiento de fuerza. Pero, como ya lo mencioné, todo depende de la cantidad. Cuando vemos a las personas que hacen entrenamiento de fuerza, encontramos una reducción adicional del 19 % en el riesgo de mortalidad por todas las causas, además del 45 % que se obtiene al hacer una hora de ejercicio moderado al día.
Cuando me toca hacer entrenamiento de fuerza, voy al gimnasio y hago entre 20 y 40 minutos. Trato de utilizar pesas con las que pueda hacer 10 repeticiones. Después de eso, se sentirá agotado y necesitará un par de días para recuperarse. Hacerlo dos veces a la semana, o tres como máximo, parece ser el punto ideal para obtener los beneficios de longevidad".

• Existen otras estrategias efectivas para controlar la depresión: aunque el ejercicio es efectivo, no es la única opción. Recomiendo fortalecer la salud intestinal con alimentos fermentados (de preferencia caseros), ya que existe una relación entre el intestino y la manera en que funciona el cerebro.

Además, obtener un sueño profundo y reparador es importante para reparar la salud mental. Controlar el estrés y reajustar el reloj biológico del cuerpo al exponerse a los rayos del sol durante los primeros 20 minutos después de despertar también contribuyen a mejorar el bienestar mental y físico.

Preguntas frecuentes sobre el síndrome de abstinencia postaguda

P: ¿Qué es el síndrome de abstinencia postaguda (PAWS) y qué tan común es después de dejar de tomar antidepresivos?

R: El PAWS se refiere a los síntomas de abstinencia duraderos que ocurren después de suspender los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN). Estos síntomas incluyen mareos, ansiedad, temblores, insomnio, fatiga e incluso pensamientos suicidas.

Según investigaciones publicadas, hasta el 31 % de las personas que dejan de tomar antidepresivos experimentan algún tipo de abstinencia, y los síntomas pueden durar desde unas pocas semanas hasta más de 13 años en casos extremos.

P: ¿Los síntomas del PAWS solo son una recaída de la depresión o algo diferente?

R: No. Los síntomas del PAWS son distintos a los de una recaída de depresión. Aunque a menudo se diagnostica como un regreso del problema de salud mental original, el síndrome PAWS tiene su propio perfil de síntomas y evolución. Este diagnóstico erróneo puede dar lugar a la restitución innecesaria de medicamentos y a una mayor confusión para los pacientes.

P: ¿Qué antidepresivos se relacionan con síntomas de abstinencia graves?

R: Los antidepresivos de vida media corta, como la paroxetina, venlafaxina y desvenlafaxina, tienen la mayor incidencia de síntomas de abstinencia. Por el contrario, los medicamentos de acción más prolongada, como la fluoxetina, se relacionan con menos problemas. En cualquier caso, se recomienda reducir poco a poco la dosis de estos medicamentos de forma gradual, en lugar de suspenderlos de forma abrupta, para reducir los efectos de abstinencia.

P: ¿La industria farmacéutica minimiza los riesgos de la abstinencia de los antidepresivos?

R: Sí. Los informes de investigación indican que las compañías farmacéuticas minimizan la gravedad de los síntomas de abstinencia. Un metaanálisis de 2025 publicado en la revista JAMA Psychiatry caracterizó los síntomas como "leves", pero los críticos argumentan que esto se basó en una investigación defectuosa, financiada por la industria, que excluyó medicamentos de alto riesgo y utilizó ensayos mal diseñados. Las campañas mediáticas reforzaron aún más esta minimización.

P: ¿Cuál es una forma segura y efectiva de recuperarse de la abstinencia de antidepresivos?

R: El ejercicio regular es una de las herramientas más poderosas para la recuperación. Apoya la salud mental, estabiliza el sistema nervioso y aumenta la producción de energía. Las investigaciones demuestran que es 1.5 veces más eficaz que los antidepresivos para tratar la depresión y la ansiedad. Actividades como caminar, el entrenamiento de fuerza, el yoga y el pilates son beneficiosas; incluso el ejercicio ligero puede marcar una gran diferencia.