📝HISTORIA EN BREVE
- Los corticosteroides inhiben la producción natural de cortisol, e incluso usarlos a corto plazo, como tan solo 14 días, suprime la función suprarrenal, lo que genera una dependencia de las hormonas sintéticas
- Un estudio europeo demuestra la existencia de un riesgo generalizado, ya que más de 500 000 pacientes presentaron tasas de insuficiencia suprarrenal seis veces mayores con esteroides orales; incluso las versiones inhaladas "seguras" aumentaron en un 55 % el riesgo
- Retirar los esteroides de forma repentina provoca emergencias que requieren atención médica inmediata debido al colapso del equilibrio de líquidos y electrolitos
- Casi la mitad (48.7 %) de los pacientes que toman esteroides orales desarrollan supresión suprarrenal, pero a la mayoría no se les advierte ni se les realizan pruebas para detectar esta afección grave
- La recuperación implica reparar el metabolismo, por lo que debe reducir la inflamación, corregir la resistencia a la insulina, optimizar los ciclos de sueño y favorecer los ritmos naturales de cortisol en lugar de tomar más medicamentos
🩺Por el Dr. Mercola
Un solo medicamento podría sabotear su salud suprarrenal. Esa es la advertencia según un conjunto de evidencias que apuntan a un riesgo grave, que es la insuficiencia suprarrenal causada por los medicamentos corticosteroides comunes.
Ya sea que tome esteroides para tratar el asma, la artritis, el eczema o enfermedades autoinmunes, tienen el mismo mecanismo subyacente. Los corticosteroides imitan al cortisol, que es la principal hormona del estrés del cuerpo. Cuando su cuerpo está lleno de esteroides sintéticos, su cerebro ralentiza o detiene la producción natural de cortisol. Reducir demasiado rápido o interrumpir por completo la dosis del medicamento deja al cuerpo sin el cortisol que necesita para mantener estables los sistemas vitales.
A diferencia de la fatiga suprarrenal, que no cuenta con pruebas clínicas ni una definición consistente, la insuficiencia suprarrenal es una afección bastante documentada y a menudo llega a ser mortal. Los síntomas comienzan de forma sutil (mareos, náuseas, agotamiento, presión arterial baja), pero empeoran hasta convertirse en una crisis suprarrenal, que implica un colapso repentino del equilibrio de líquidos y electrolitos que requiere atención de emergencia.
La gravedad de esta cuestión se debe a que no es necesario utilizar esteroides durante años para poner en riesgo el sistema suprarrenal. El uso a corto plazo, aunque sea tan solo unos pocos meses, se ha asociado con una supresión hormonal significativa. No solo se trata de los esteroides orales. Los datos más recientes demuestran que las versiones inhaladas, que antes se consideraban más seguras, también conllevan un riesgo.1
A la mayoría de las personas no se les advierte sobre las consecuencias, y muchas nunca son examinadas. Sin embargo, las consecuencias a largo plazo de la insuficiencia suprarrenal no diagnosticada incluyen más hospitalizaciones, una mayor dependencia de la atención de emergencia y, en algunos casos, un reemplazo hormonal permanente. Para entender el verdadero alcance de este riesgo, exploremos una investigación de Europa que analizó los resultados de más de medio millón de usuarios de esteroides.
Las dosis bajas de esteroides también inhiben el cortisol natural
Según una investigación presentada en el Congreso Conjunto de 2025 de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica y la Sociedad Europea de Endocrinología, los investigadores dirigidos por la Dra. Patricia Vaduva del Hospital Universitario de Rennes en Francia analizaron los registros médicos de más de 500 000 personas a las que se les recetaron corticosteroides, ya sea en tabletas o en formas inhaladas, durante un periodo de entre tres meses y cinco años.2
• El uso de esteroides a largo plazo aumenta su riesgo de insuficiencia suprarrenal: los investigadores descubrieron que los pacientes que tomaron comprimidos de esteroides durante más de tres meses tuvieron seis veces más probabilidades de ser diagnosticados con insuficiencia suprarrenal en comparación con los que usaron medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE).
Estos mismos pacientes también tuvieron un riesgo tres veces mayor de hospitalización debido a una crisis suprarrenal, que es un evento que pone en peligro la vida y en el cual el cuerpo no puede producir suficiente cortisol para manejar el estrés o la enfermedad.
• Los esteroides inhalados no fueron tan seguros como la mayoría de los médicos piensan: el riesgo de insuficiencia suprarrenal aumentó en un 55 % en las personas que usan corticosteroides inhalados, que suelen considerarse una opción de bajo riesgo. Aunque este grupo no tuvo tantas hospitalizaciones, los signos biológicos de la función suprarrenal suprimida fueron significativos.
• El estudio demostró que la supresión suprarrenal es acumulativa y sutil: con el paso del tiempo, la respuesta natural del cuerpo al estrés se debilita tanto por los esteroides externos que ya no es capaz de aumentar el cortisol saludable cuando es necesario. Esto no solo aumenta el riesgo de crisis suprarrenales, sino que también genera problemas crónicos de fatiga, poca tolerancia al estrés e inflamación que empeora con el paso del tiempo.
• Los resultados más peligrosos se produjeron después de una abstinencia repentina: los pacientes que dejaron de tomar esteroides de forma repentina después de un uso prolongado fueron los más propensos a sufrir una crisis suprarrenal. Esto se debe a que las glándulas suprarrenales no reanudan su función de inmediato cuando se detiene el aporte de esteroides, sino que permanecen “dormidas” hasta que el hipotálamo y la glándula pituitaria del cerebro comienzan a enviar señales de nuevo para el cortisol natural, lo cual es un proceso que lleva tiempo y no siempre funciona en todas las personas.
• Los investigadores enfatizaron que incluso el uso de esteroides en dosis bajas necesita supervisión: “incluso las dosis bajas de corticosteroides inhalados, alguna vez considerados más benignos con respecto a los efectos sistémicos, podrían inducir insuficiencia suprarrenal”, comentó la Dra. Patricia.3 Esto contradice las creencias convencionales en la medicina respiratoria y plantea preocupaciones nuevas sobre cómo se prescriben y controlan estos medicamentos.
Los esteroides desactivan las glándulas suprarrenales a través de la señalización de retroalimentación
Los esteroides imitan al cortisol en el torrente sanguíneo. Cuando el cerebro detecta niveles elevados de cortisol, envía una señal para detener la producción de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH), que es la encargada de que las glándulas suprarrenales produzcan cortisol. La falta de ACTH hace que las glándulas suprarrenales se encojan y dejen de funcionar. Con el paso del tiempo, esto crea una dependencia total de la medicación esteroide externa.
• El estudio propone que se modifique la forma de recetar esteroides: estos hallazgos sugieren que los médicos necesitan reevaluar el uso de esteroides a largo plazo, incluso en la forma inhalada. Los investigadores enfatizaron el reducir la dosis poco a poco en lugar de detenerla de golpe y recomendaron el reemplazo hormonal como la hidrocortisona durante y después de la abstinencia para ayudar a prevenir las crisis suprarrenales.4
• Es recomendable monitorear los niveles de cortisol, incluso para las formas inhaladas: debido a que la supresión ocurre sin síntomas, el estudio insta a realizar controles de laboratorio más frecuentes a las personas que usan cualquier forma de corticosteroides a largo plazo. Esto incluye a las personas con asma o alergias que usan inhaladores, quienes sin saberlo enfrentan los mismos riesgos de supresión hormonal que las personas que usan tabletas orales.
La supresión suprarrenal suele pasar desapercibida sin las evaluaciones proactivas
Una revisión exhaustiva de la literatura publicada en Cureus descubrió que los pacientes que toman glucocorticoides orales durante periodos prolongados tienen un riesgo significativo de desarrollar problemas suprarrenales, ya que el medicamento inhibe el sistema natural de hormonas del estrés del cuerpo.5
A pesar de su gravedad, la supresión suprarrenal a menudo pasa desapercibida en las consultas de rutina, no porque los médicos la ignoren, sino porque los síntomas son ambiguos, no específicos y no se detectan de manera rutinaria a menos que haya una sospecha clínica.
• Casi la mitad de los usuarios de esteroides orales desarrollan supresión suprarrenal: la revisión reportó que el 48.7 % de los pacientes que usan esteroides orales a largo plazo desarrollan síntomas de insuficiencia suprarrenal, en especial si usan dosis al día de más de 20 miligramos (mg) de prednisona durante más de dos semanas.
Este riesgo es mayor en las personas con enfermedades crónicas que requieren terapia prolongada, como enfermedades autoinmunes, asma y cáncer. En este estudio, los esteroides inhalados o tópicos tuvieron un riesgo sistémico mucho menor.
• Los síntomas son sutiles e imitan los de muchas otras afecciones: algunos síntomas comunes incluyen fatiga, náuseas, pérdida de peso, mareos y presión arterial baja, sin embargo, son fáciles de pasar desapercibidos o atribuirlos a otros problemas. Por eso, el estudio enfatizó la importancia de anticipar la supresión en individuos de alto riesgo. Si la insuficiencia suprarrenal subyacente no tiene una causa clara, como una infección, una cirugía o estrés físico, está a menudo permanece oculta hasta que se desarrolla una crisis.
• Las pruebas de rutina aún no son estándar, pero deberían serlo: la prueba estándar para diagnosticar la supresión suprarrenal (la prueba de estimulación con ACTH) no suele utilizarse de manera proactiva en las personas que usan esteroides a largo plazo. Muchos pacientes no presentan anormalidades en sus pruebas hasta que ocurre un evento agudo.
La revisión promueve una mayor concienciación y detección preventiva en las personas con exposición acumulativa a esteroides, en especial al interrumpir el tratamiento o durante periodos de enfermedad o estrés.
• El momento de la dosis y las interacciones de los medicamentos influyen en el riesgo: la forma en que se toman los esteroides es importante. Tomar múltiples dosis al día o la administración antes de acostarse aumentan el riesgo de supresión, ya que interfieren con los ritmos naturales de cortisol.
La revisión también advirtió que combinar esteroides con medicamentos como el antimicótico ketoconazol o el antiviral ritonavir intensifica la supresión suprarrenal, debido a que retarda la descomposición de los esteroides en el hígado. Estos factores no suelen abordarse, a menos que los médicos evalúen de forma proactiva el perfil de riesgo de cada paciente.
El uso de esteroides en los pacientes con asma a menudo provoca una supresión suprarrenal que pasa desapercibida
Según una revisión publicada en el Journal of Internal Medicine, la insuficiencia suprarrenal secundaria es uno de los efectos más graves y poco diagnosticados del uso prolongado de corticosteroides, en especial en los adultos con asma grave.6 Muchos pacientes asmáticos reciben corticosteroides orales durante más tiempo del necesario. A estos pacientes a menudo no se les realiza una prueba para detectar la supresión de la función suprarrenal, aun cuando las consecuencias, como la crisis suprarrenal, podrían ser mortales.
• Reducir de forma gradual la dosis de corticosteroides es riesgoso si no se controla la insuficiencia suprarrenal: cuando los pacientes reducen o suspenden el uso de esteroides demasiado rápido, en especial después de una terapia a largo plazo, sus cuerpos no producen niveles suficientes de cortisol para manejar el estrés. La revisión advierte que los médicos no suelen recibir orientación sobre cómo reducir de forma segura los esteroides mientras controlan la disfunción suprarrenal.
En algunos casos, suspender los corticosteroides revela un problema oculto, en el cual las glándulas suprarrenales, al haber sido suprimidas por el uso de esteroides a largo plazo, ya no funcionan de forma correcta, lo que conduce a síntomas graves o colapso durante una enfermedad o cirugía.
• Incluso las dosis bajas a moderadas de esteroides perjudican la producción hormonal: si bien las dosis elevadas y el uso a largo plazo representan el mayor riesgo, incluso el uso moderado de esteroides, como tomar solo 5 mg de prednisona al día o usarlo por la noche, aumenta el riesgo de supresión hormonal. Los tratamientos repetidos de duración corta, los cuales son comunes en los brotes de asma, tienen efectos acumulativos.
Los corticosteroides inhalados, intranasales y tópicos también promueven este riesgo, en especial cuando se combinan. Lo más preocupante es que se ha reportado supresión en los pacientes después de solo 14 días de tratamiento con corticosteroides, y algunos reportaron deficiencias en las hormonas semanas después de suspenderlos.
• Es urgente realizar pruebas de detección de rutina y estrategias de reducción gradual personalizadas: la revisión recomendó las pruebas suprarrenales de rutina en los pacientes con asma que desean reducir de forma gradual la dosis de corticosteroides. También destacó la importancia de contar con planes individualizados para la retirada de esteroides, que se basen no solo en la dosis sino también en los síntomas, la duración del tratamiento y otros medicamentos.
Mejorar el metabolismo soluciona la disfunción del cortisol
No es frecuente que se produzca una insuficiencia suprarrenal verdadera, en la que el cuerpo no puede producir suficiente cortisol. Se denomina enfermedad de Addison y requiere reemplazo hormonal de por vida. Es mucho más frecuente que el metabolismo del cortisol esté desregulado debido a la inflamación, la obesidad y la mala salud metabólica.
Los medicamentos esteroides, en especial cuando se toman a largo plazo, inhiben la producción natural de cortisol del cuerpo. Esto es un problema grave y, si de repente deja de tomar estos medicamentos o no logra controlar la causa fundamental, estará expuesto a una disminución peligrosa de la energía, la presión arterial o el azúcar en la sangre. Si no utiliza esteroides y sus análisis indican niveles normales de metabolitos de cortisol (aunque el cortisol libre sea bajo) significa que produce los suficientes, su cuerpo solo no los utiliza de manera efectiva.
En lugar de recurrir a más esteroides o estimulantes, es mejor que calme la inflamación, mejore la respuesta del cuerpo a la insulina y la leptina y recupere el equilibrio del sistema de hormonas del estrés, el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal (HPA). Comience de esta manera:
1. Detenga la causa fundamental, es decir, el uso innecesario de esteroides de la manera correcta: si toma corticosteroides para la fatiga leve o la inflamación, podría empeorar el problema. El uso de esteroides a largo plazo no solo causa problemas suprarrenales, también aumenta el riesgo de sufrir síntomas psiquiátricos, síndrome metabólico y enfermedad cardiovascular. Disminuya la dosis poco a poco y no de manera abrupta, y reconstruya sus sistemas naturales de regulación del cortisol.
2. Realice un seguimiento del cortisol libre y de los metabolitos: una prueba de ACTH estándar solo detecta niveles muy elevados o bajos de cortisol. Sin embargo, podría estar un 20 % por debajo del nivel óptimo y aún así sentirse fatal. Una solución es la prueba DUTCH, ya que no solo mide el cortisol libre, sino también los metabolitos posteriores como la cortisona. Esto brinda una imagen más precisa de cómo el cuerpo produce, convierte y elimina las hormonas del estrés.
3. Solucione el problema subyacente, es decir, la resistencia a la insulina e inflamación: si su cortisol se convierte en formas inactivas o se degrada demasiado rápido, ponga atención a su alimentación y la composición de su cuerpo. Elimine los aceites vegetales, ya que tienen un contenido elevado de ácido linoleico, evite los azúcares añadidos y los alimentos ultraprocesados, y consuma más proteínas, vegetales ricos en potasio y carbohidratos saludables. Estos cambios ayudan a revertir la resistencia a la leptina y estabilizan el azúcar en la sangre, los cuales son importantes para el funcionamiento adecuado del HPA.
4. Reconstruya sus niveles de cortisol con luz, sueño y ritmo: su cuerpo restablece la producción de cortisol en función de su reloj circadiano. Salga por la mañana, acuéstese a la misma hora todas las noches, y evite utilizar pantallas y exponerse la luz artificial después de que anochezca. Priorice el sueño profundo y aliméntese en horarios constantes. Estos comportamientos envían señales hormonales que refuerzan el equilibrio suprarrenal.
5. Favorezca su recuperación con adaptógenos, pero solo después de implementar las estrategias básicas: considere implementar los adaptógenos herbales una vez que mejore su alimentación, sueño e inflamación. La ashwagandha, tulsi, rhodiola y ginseng (asiático y siberiano) permiten que el cuerpo se adapte al estrés. Los adaptógenos herbales modulan el eje HPA, favorecen la relación tiroides-suprarrenal y restauran la resistencia. Sin embargo, funcionan mejor si ya ha abordado los problemas fundamentales, no los utilice para ocultar desequilibrios más profundos.
Preguntas frecuentes sobre los esteroides y la insuficiencia suprarrenal
P: ¿Por qué tantas personas corren el riesgo de sufrir supresión suprarrenal por el uso de esteroides?
R: Los medicamentos esteroides se recetan para tratar numerosas afecciones, desde asma y artritis hasta eczema y enfermedades autoinmunes. Debido a que se suelen considerar tratamientos de rutina, muchos pacientes los toman durante meses o incluso años sin darse cuenta de que estos medicamentos inhiben la habilidad del cuerpo de producir cortisol. El riesgo aumenta con la dosis, la duración y el uso repetido, pero a la mayoría de las personas no se les advierte acerca de la supresión suprarrenal ni se les realizan pruebas para detectarla.
P: ¿Cómo causan los corticosteroides la supresión suprarrenal?
R: Los corticosteroides imitan al cortisol natural. Cuando estos se utilizan a largo plazo, incluso en dosis bajas o moderadas, le indican al cerebro que deje de producir ACTH, que es la hormona que le indica a las glándulas suprarrenales que produzcan cortisol. Con el tiempo, este ciclo de retroalimentación hace que las glándulas suprarrenales se encojan y dejen de funcionar, lo que hace que el cuerpo dependa de los esteroides externos y que no responda de forma adecuada al estrés.
P: ¿Los esteroides inhalados o de corto plazo pueden afectar mis glándulas suprarrenales?
R: Sí, los estudios demuestran que la supresión suprarrenal comienza después de tan solo 14 días de utilizar corticosteroides. Incluso las formas inhaladas, que suelen utilizarse para el asma y las alergias, se relacionan con la supresión de hormonas, en especial si se utilizan con frecuencia o si se combinan con esteroides orales o tópicos.
P: ¿Por qué es tan difícil detectar la insuficiencia suprarrenal?
R: Algunos síntomas como fatiga, náuseas, mareos y presión arterial baja son comunes y no específicos, por lo que suelen pasar desapercibidos o se confunden con otros problemas. La mayoría de los pacientes no reciben pruebas a menos que estén en crisis o ya enfermos. Por ello, es importante que las personas que utilizan esteroides a largo plazo reciban una evaluación proactiva, en especial cuando se reduce la dosis o existe una enfermedad.
P: ¿Cuál es la mejor manera de restablecer el equilibrio de las hormonas después del uso de esteroides?
R: Comience por reducir de forma gradual los esteroides bajo la supervisión de un médico. Después, reduzca la inflamación, mejore su sensibilidad a la insulina y a la leptina, y favorezca su ritmo circadiano a través de la exposición a la luz, un sueño constante y alimentos saludables. Una vez que implemente estas estrategias básicas, los adaptógenos herbales como la ashwagandha y la rhodiola ayudan a restaurar la función y la energía del eje HPA.