📝HISTORIA EN BREVE

  • Los niveles bajos de vitamina C están muy relacionados con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en las personas con diabetes tipo 2
  • Las personas que consumen menos de una porción de fruta o vegetales al día tuvieron niveles de vitamina C mucho más bajos que las que consumieron dos o más porciones al día
  • La vitamina C protege las arterias, ya que neutraliza los radicales libres, lo que preserva el óxido nítrico para la flexibilidad de los vasos y promueve la síntesis de colágeno para fortalecer las arterias
  • Los estudios demuestran que tomar suplementos de vitamina C de 1000 mg al día reduce los triglicéridos, mejora el flujo sanguíneo y disminuye los marcadores de inflamación en las personas con trastornos metabólicos
  • Las frutas enteras ricas en vitamina C, como la guayaba, las naranjas y la amla (grosella espinosa india), protegen al corazón, ya que optimizan la función de los vasos y previenen coágulos sanguíneos

🩺Por el Dr. Mercola

Si vive con diabetes tipo 2, es muy probable que su corazón esté sometido a más tensión de la que piensa, y esto no solo se debe al nivel de azúcar en la sangre. La falta de un nutriente empeora la situación sin que se dé cuenta.

La vitamina C ayuda a proteger las arterias contra los daños, aunque es una de las carencias de nutrientes que suelen pasar más desapercibidas en las personas con diabetes. ¿Por qué? Porque es fácil pasar por alto las advertencias que el cuerpo da.

Al principio no hay síntomas evidentes, solo algunos cambios sutiles, como vasos sanguíneos más rígidos, circulación lenta y una mayor probabilidad de que se acumule placa donde no debe. Con el tiempo, estos cambios aumentan las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco, derrame cerebral y complicaciones graves que se producen por el estrechamiento de las arterias, lo que a menudo pasa desapercibido hasta que ya perjudicó su salud.

Y ¿cuál es el problema? El cuerpo no puede producir ni almacenar vitamina C, por lo que tiene que obtenerla de los alimentos que consume. Esto significa que muchas personas son vulnerables a nivel celular cuando más apoyo necesitan.

Una nueva investigación demostró lo importante que es esto para las personas que lidian con la diabetes. Examinemos más a fondo lo que descubrieron los investigadores.

Los bajos niveles de vitamina C se relacionan con daño arterial en las personas con diabetes tipo 2

Una investigación publicada en la revista BMC Nutrition se centró en 200 adultos con diabetes tipo 2 para descubrir si los bajos niveles de vitamina C se relacionan con el riesgo de enfermedad cardíaca.1 Los investigadores sólo incluyeron pacientes que no tomaron suplementos de vitaminas durante al menos seis meses. El objetivo fue responder una pregunta sencilla pero importante: ¿las arterias de las personas que no obtienen suficiente vitamina C de los alimentos son más propensas a dañarse?

• Las personas con niveles más bajos de vitamina C tuvieron una mayor probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares: en promedio, las personas sin problemas cardiovasculares tuvieron niveles de vitamina C de alrededor de 49.7 micromoles por litro, mientras que aquellas que presentaron daño cardiovascular promediaron solo 40.5. Esta diferencia es de casi el 20 %, lo que la hace significativa a nivel estadístico y biológico.

• Los niveles de vitamina C son menores cuando el daño arterial es más grave: el estudio descubrió que las personas con arterias más estrechas en el cuello presentaron niveles más bajos de vitamina C. Cuanto más avanzada esté la enfermedad vascular, menores serán los niveles de vitamina C, lo que respalda la idea de que la alimentación y el daño vascular se relacionan de manera directa.

• Un bajo nivel de vitamina C también se relaciona con mayores niveles de triglicéridos y menos de colesterol "bueno": los investigadores también descubrieron que las personas con deficiencia de vitamina C tuvieron niveles más bajos de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL, por sus siglas en ingles), que es el tipo de colesterol que elimina las grasas que obstruyen las arterias, y niveles más elevados de triglicéridos, los cuales son un tipo de grasa en la sangre que aumenta el riesgo cardíaco.

Un nivel bajo de vitamina C, un nivel bajo de HDL y un nivel elevado de triglicéridos es una combinación peligrosa, ya que provoca el estrechamiento de las arterias y aumenta las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco o derrame cerebral.

La alimentación, el estilo de vida y algunas señales del cuerpo explican el riesgo de los niveles bajos de vitamina C

Los cuestionarios de frecuencia alimentaria utilizados en el estudio demostraron que los participantes que comieron menos de una porción de fruta o de vegetales al día tuvieron niveles de vitamina C de tan solo 28.7 micromoles por litro en promedio. Por otro lado, las personas que consumieron más de dos porciones al día tuvieron niveles mucho más elevados, con casi 50 micromoles por litro.2 Un cambio sencillo en la alimentación supuso un aumento del 74 %.

• Los niveles de vitamina C fueron peores en los fumadores y en personas con problemas renales: fumar aumenta el estrés oxidativo, lo que disminuye rápido las reservas de vitamina C del cuerpo. Los riñones regulan el equilibrio antioxidante en el cuerpo, por lo que una mala función afecta la retención de nutrientes como la vitamina C. Debe priorizar su consumo de vitamina C si tiene diabetes tipo 2 y cualquiera de estos otros factores de riesgo.

• La vitamina C protege las arterias del daño de los radicales libres: las personas con diabetes tipo 2 producen más especies reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés), que son moléculas inestables que dañan los vasos sanguíneos con el paso del tiempo. La vitamina C neutraliza estas ROS antes de que dañen las paredes arteriales. Si el cuerpo no tiene los niveles adecuados de vitamina C, esas moléculas dañinas permanecen activas por más tiempo y comienzan a degradar el revestimiento de las arterias, lo que provoca la acumulación de placa.

• La vitamina C influye en la formación de placa, ya que preserva el óxido nítrico y el colágeno: la vitamina C, además de combatir los radicales libres, también influye en la preservación del óxido nítrico, que es una molécula que le indica a los vasos sanguíneos que se relajen y se ensanchen.3

Los vasos sanguíneos se vuelven rígidos, estrechos y más propensos a bloquearse si no cuentan con óxido nítrico. La vitamina C también favorece la síntesis de colágeno, por lo que la estructura de las paredes arteriales depende de ella. Las arterias pierden su elasticidad y se vuelven más propensas a lesionarse e inflamarse cuando el colágeno está débil o descompuesto.

La vitamina C mejora el flujo sanguíneo y la inflamación

En una investigación relacionada, una revisión sistemática publicada en la revista Frontiers in Nutrition analizó cómo los suplementos de vitamina C influían en el riesgo cardiovascular en las personas con diabetes tipo 2 o síndrome metabólico.4 Los investigadores analizaron 21 estudios que involucraron 7688 participantes en total. Todos los participantes eran adultos con disfunción metabólica y riesgo elevado de enfermedad cardiovascular.

• La mayoría de los ensayos demostraron que los suplementos de vitamina C a una dosis de 1000 miligramos (mg) por día redujeron los marcadores importantes de riesgo: por ejemplo, los participantes reportaron niveles más bajos de triglicéridos y un mejor flujo sanguíneo. Estos cambios fueron consistentes en los estudios que duraron entre cuatro semanas y un año. Los marcadores de inflamación también se redujeron en muchos de los ensayos que los midieron.

• El flujo sanguíneo y la flexibilidad de las arterias mejoraron en múltiples estudios: uno de los hallazgos más consistentes fue una mejor función endotelial, lo que significa que los vasos sanguíneos mejoraron su capacidad para relajarse y expandirse durante la circulación. Esto refleja de forma directa qué tan saludable y receptivo es el sistema vascular.

Las personas diabéticas suelen tener esta función comprometida. La vitamina C pareció restaurar esta función en muchos participantes, lo que reduce la presión arterial y favorece el suministro de oxígeno a los tejidos.

• La inflamación disminuyó rápido en los ensayos a corto plazo: en varios ensayos de cuatro semanas, los investigadores documentaron niveles más bajos de marcadores inflamatorios apenas unas semanas después de que los participantes comenzaron a tomar suplementos. Estos marcadores se relacionan con lesiones vasculares y acumulación de placa, por lo que reducirlos indica que la vitamina C calmó la inflamación subyacente.

• Se obtuvieron beneficios más consistentes con dosis diarias de 1000 mg: la mayoría de los ensayos exitosos utilizaron una dosis estándar de 500 mg que se tomaron dos veces al día o 1000 mg que se tomaron una vez al día. Las dosis más bajas, como 275 mg al día, abordaron con menos efectividad la presión arterial, el colesterol o la inflamación. Los ensayos que duraron menos de cuatro semanas también reportaron menos cambios, lo que sugiere que para obtener los efectos completos se requiere un compromiso más prolongado.

Consumir frutas enteras ayuda a proteger el corazón

Un editorial publicado en el Indian Journal of Clinical Biochemistry explicó cómo las frutas ricas en vitamina C ayudan a prevenir la enfermedad coronaria, ya que optimizan el colesterol en la sangre, la función vascular y la coagulación sanguínea.5

• El autor enfatizó la importancia de fuentes basadas en alimentos, como la amla, guayaba, limón y naranja: aunque algunos estudios han relacionado los suplementos de vitamina C con beneficios para la salud, otros sugieren que los alimentos enteros son mejores. El editorial se centró en los efectos de obtener vitamina C de las frutas frescas. Los investigadores observaron que la amla (también llamada grosella espinosa india) contiene hasta 600 mg de vitamina C por cada 100 gramos, las naranjas 500 mg, la guayaba 242 mg y los limones 50 mg.

• La vitamina C previene coágulos sanguíneos peligrosos en las arterias estrechas: la trombosis, que es la coagulación sanguínea dentro de los vasos, es un factor común que causa ataques cardíacos. El autor señaló que la vitamina C aumentó la actividad fibrinolítica de la sangre, o su habilidad para disolver los coágulos antes de que se volvieran mortales.

Este mecanismo es muy importante para las personas que ya presentan síntomas de daño arterial, ya que la formación repentina de coágulos suele ser el factor definitivo que bloquea el flujo sanguíneo y daña el músculo cardíaco.

• La vitamina C también favorece la producción de colágeno en los vasos sanguíneos: cuando no obtiene suficiente vitamina C, su cuerpo no puede producir colágeno fuerte, que es el tejido conectivo que sostiene las arterias y las mantiene flexibles.6 Si el colágeno es débil, los vasos sanguíneos tendrán más grietas, inflamación y daños, lo que aumenta el riesgo de placa acumulada y rupturas. Obtener un nivel adecuado de vitamina C a través de los alimentos mantiene la integridad arterial a lo largo del tiempo.

Cambios sencillos que reducen el riesgo de enfermedad cardíaca en la diabetes tipo 2

Es muy probable que tenga un riesgo mayor de sufrir enfermedades cardíacas si padece diabetes tipo 2, y ese riesgo aumenta aún más rápido cuando su alimentación es baja en vitamina C de alimentos enteros. La mayoría de las personas no notan esta relación hasta que es demasiado tarde. A continuación, descubrirá cinco estrategias prácticas para proteger su corazón y mejorar su salud metabólica. Si está cansado de las soluciones a corto plazo, está en el lugar correcto.

Primero deberá abordar el origen del problema, que es la disfunción mitocondrial y la falta de energía celular, ya que estos factores empeoran la resistencia a la insulina y dañan las arterias con el tiempo. Estas estrategias están diseñadas para ayudar a que sus células funcionen de manera más efectiva para que sus vasos sanguíneos se mantengan flexibles, su colesterol esté equilibrado y su corazón reciba el apoyo que necesita para funcionar. Comience de esta manera:

1. Consuma frutas frescas que sean ricas en vitamina C: debido a que el cuerpo no produce vitamina C, necesita obtenerla de su alimentación. No solo consuma algunas bayas de vez en cuando, consuma a diario porciones de frutas como guayaba, naranjas, kiwi, toronja y limón. Las investigaciones demuestran que la vitamina C de los alimentos frescos tiene una relación inversa directa con las enfermedades cardiovasculares en las personas con diabetes tipo 2.7 Eso significa que cuantos más de estos alimentos consuma, su riesgo será menor.

2. Deje de consumir aceites vegetales y alimentos procesados: estos aceites, como el de soya, maíz y girasol, contienen ácido linoleico (AL), que es un tipo de grasa poliinsaturada que daña las mitocondrias y agrava el estrés oxidativo. Si sus células sufren este tipo de daños, no obtendrá todos los beneficios de la vitamina C. Sustitúyalos por sebo, ghee o mantequilla de animales alimentados con pastura. Evite consumir muchos bocadillos y comer en restaurantes. Lo que sus mitocondrias necesitan es menos interferencia.

3. Reconstruya su energía celular con carbohidratos saludables: la glucosa de los carbohidratos es lo que sus mitocondrias utilizan para producir trifosfato de adenosina (ATP), que es la fuente de energía principal del cuerpo. Si su intestino no está en óptimas condiciones, puede consumir arroz blanco y fruta entera para comenzar. Aumente poco a poco el consumo de tubérculos y carbohidratos ricos en almidón, como el camote. Éste es el combustible de su cuerpo, y es la forma más efectiva para curar el estrés oxidativo desde su origen.

4. Monitoree su salud metabólica con la prueba de HOMA-IR: es importante que reconozca a tiempo la resistencia a la insulina, ya que es una señal de advertencia para la salud metabólica, que a menudo precede a la diabetes tipo 2.

La prueba del Modelo Homeostático para Evaluar la Resistencia a la Insulina (HOMA-IR, por sus siglas en inglés) es una gran herramienta de diagnóstico que evalúa la resistencia a la insulina a través de un análisis de sangre, lo que le permite detectar problemas a tiempo y realizar los cambios necesarios en el estilo de vida, como consumir más alimentos ricos en vitamina C.

La prueba fue creada en 1985 y calcula la relación entre los niveles de insulina y glucosa en ayunas para evaluar la efectividad con la que el cuerpo utiliza la insulina. A diferencia de otras pruebas más complejas, la HOMA-IR requiere solo una muestra de sangre en ayunas, lo que la hace práctica y accesible. La fórmula de la HOMA-IR es la siguiente:

HOMA-IR = (glucosa en ayunas x insulina en ayunas) / 405, en donde

• La glucosa en ayunas se mide en mg/dl

• La insulina en ayunas se mide en μIU/ml (microunidades internacionales por mililitro)

La cifra 405 es una constante que normaliza los valores

Pero, si utiliza mmol/l para la glucosa en lugar de mg/dl, la fórmula cambia un poco:

HOMA-IR = (glucosa en ayunas x insulina en ayunas) / 22.5, en donde

• La glucosa en ayunas se mide en mmol/l

• La insulina en ayunas se mide en μIU/ml

• La constante de normalización para esta unidad de medida es 22.5

Cualquier valor menor a 1.0 se considera una puntuación HOMA-IR saludable. Si está por encima de ese nivel, se le considera resistencia a la insulina. Mientras más elevados sean sus valores, mayor será la resistencia a la insulina. Por el contrario, cuanto menor sea la puntuación HOMA-IR, tendrá menor resistencia a la insulina, siempre y cuando no tenga diabetes tipo 1 que no produce insulina.

Por interesante que parezca, mi puntuación en la escala HOMA-IR es de tan solo 0.2. Esto es un testimonio de la mayor efectividad de mi cuerpo para quemar combustible, lo cual resulta de una mayor disponibilidad de glucosa. Incorporar más carbohidratos a mi alimentación les brindó a mis células la energía necesaria para funcionar de manera más efectiva.

Esta mejora en la función de mis células también optimizó mi salud metabólica, lo que demuestra que hacer ciertos ajustes en la alimentación mejora la sensibilidad a la insulina y el rendimiento metabólico.

Preguntas frecuentes sobre la vitamina C y las enfermedades cardíacas en la diabetes tipo 2

P: ¿Cuál es la relación entre la vitamina C y las enfermedades cardíacas en las personas con diabetes tipo 2?

R: Los bajos niveles de vitamina C están muy relacionados con un riesgo mayor de enfermedad cardiovascular en las personas con diabetes tipo 2. Las investigaciones demuestran que la vitamina C presente en los alimentos enteros reduce la inflamación, optimiza los niveles de colesterol y favorece la salud de los vasos sanguíneos.

P: ¿Cómo ayuda la fruta entera a proteger las arterias de las personas con diabetes?

R: Un estudio de 2025 publicado en la revista BMC Nutrition descubrió que las personas con diabetes tipo 2 que comieron más frutas y vegetales frescos tuvieron niveles mucho más elevados de vitamina C y menos señales de daño en las arterias.8 Las personas que comieron menos de estos alimentos tuvieron niveles bajos de vitamina C y más complicaciones cardiovasculares.

P: ¿Cómo la vitamina C mejora la función cardiovascular en las personas con diabetes?

R: Una investigación publicada en la revista Frontiers in Nutrition demostró que la vitamina C mejora la función endotelial, lo que regula el flujo sanguíneo y la presión arterial.9 También redujo los marcadores inflamatorios.

P: ¿Cuáles son los alimentos más ricos en vitamina C?

R: Según datos del Indian Journal of Clinical Biochemistry, las fuentes principales son la guayaba, las naranjas, los limones y, en especial, la amla (grosella espinosa india). La amla contiene hasta 600 mg de vitamina C por cada 100 gramos, lo cual es mucho más que algunas frutas típicas como las manzanas.

P: ¿Cuáles son las mejores estrategias si tengo diabetes tipo 2 y quiero proteger mi corazón?

R: Comience por comer frutas frescas ricas en vitamina C todos los días, elimine los aceites vegetales, consuma carbohidratos saludables como fruta y arroz blanco, y monitoree su resistencia a la insulina con la prueba HOMA-IR. Estas estrategias abordan las causas de la disfunción mitocondrial que aumentan el riesgo cardiovascular.