📝HISTORIA EN BREVE

  • La salud intestinal es fundamental para el bienestar general, y un desequilibrio provoca fatiga, aumento de peso e inflamación en múltiples sistemas del cuerpo
  • La combinación de probióticos específicos con compuestos de origen vegetal tiene efectos sinérgicos que reducen la inflamación y fortalecen la función de la barrera intestinal
  • Los ácidos grasos de cadena corta, en especial el butirato, fortalecen la integridad del revestimiento intestinal y regulan la función inmunológica, mientras que la bacteria Akkermansia muciniphila refuerza la capa mucosa protectora en la que prosperan los microbios que producen butirato
  • El tiempo es importante en la curación intestinal, por lo que primero debe eliminar los alimentos inflamatorios, como los aceites vegetales, antes de introducir de manera gradual fibra y probióticos que se adapten a su condición específica
  • Los hábitos cotidianos como evitar las toxinas ambientales, dormir bien y reducir los aceites vegetales con contenido elevado de ácido linoleico impactan de forma significativa el equilibrio del microbioma y la salud intestinal

🩺Por el Dr. Mercola

Si tiene problemas de fatiga, aumento de peso o brotes inflamatorios, es probable que su intestino sea el origen del problema. No se trata solo de sentir molestias después de consumir alimentos. El tracto digestivo se encarga de docenas de funciones importantes, desde regular el azúcar en la sangre hasta la química del cerebro. Cuando el equilibrio microbiano está alterado, las repercusiones se manifiestan en todo el cuerpo.

Lo que le da a su intestino, tanto en alimentos como en bacterias, tiene el poder de apoyar o dañar su salud. Sin embargo, no todas las estrategias funcionan en todas las etapas de la recuperación. El momento, la selección de la cepa y la preparación de su cuerpo son todos factores importantes.

Algunas investigaciones recientes señalan cómo ciertos probióticos y compuestos de origen vegetal reconstruyen la resiliencia del intestino, reparan la función inmunológica y reducen la inflamación cuando se usan de manera correcta. Analicemos lo que demuestran las investigaciones más recientes y cómo aplicarlo paso a paso para apoyar la curación del metabolismo a largo plazo.

Los probióticos y los nutrientes de origen vegetal funcionan mejor juntos para sanar el intestino

Una revisión publicada en Food Chemistry Advances analizó cómo los probióticos y los compuestos de origen vegetal impactan el microbioma intestinal y reducen la inflamación.1

Los investigadores revisaron la evidencia sobre la influencia sinérgica de estos compuestos en el manejo de enfermedades metabólicas, en particular las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2. La revisión enfatizó que, si bien los probióticos por sí solos son beneficiosos, combinarlos con compuestos de origen vegetal bioactivos promueve sus efectos sobre la función del intestino y la función inmunológica.

• Las personas con trastornos metabólicos e inflamación crónica obtienen los mayores beneficios: la revisión se centró en cómo estas estrategias ayudan a las personas que tienen problemas de desequilibrios metabólicos. Entre estas personas se incluyen las que tienen obesidad, diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares o enfermedades inflamatorias del intestino.

Los investigadores destacaron que la disbiosis (que es un desequilibrio en las bacterias intestinales) es un factor común en estas enfermedades. La combinación de probióticos específicos y bioactivos derivados de plantas ayudó a reducir la inflamación sistémica, fortaleció la función de la barrera intestinal y reequilibró la diversidad microbiana.

• Cepas probióticas específicas mostraron beneficios únicos: el Lactobacillus rhamnosus y el Lactobacillus plantarum ayudaron a construir un revestimiento intestinal más fuerte debido a que estimulan la mucina (que es una proteína que forma moco protector) y estrechan las uniones entre las células del intestino.

Esto es importante, ya que un revestimiento intestinal fuerte mantiene las toxinas fuera del torrente sanguíneo. El Bifidobacterium longum y el Bifidobacterium breve son excelentes para descomponer la fibra en ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como el butirato, que es un compuesto que alimenta las células del colon y ayuda a controlar la inflamación.

• Ciertos compuestos de origen vegetal mejoraron el rendimiento de los probióticos: los polifenoles presentes en el , las bayas y el cacao apoyaron el crecimiento de bacterias beneficiosas y ralentizaron la propagación de las bacterias nocivas. Estos compuestos de origen vegetal también fueron transformados por los probióticos en sustancias antiinflamatorias que ayudaron a reducir la permeabilidad del intestino y el estrés oxidativo. Los prebióticos como la inulina le brindaron “alimento” a los probióticos, lo que mejoró su supervivencia y la producción de AGCC.

Cómo estos compuestos juntos fortalecen la función inmunológica y del intestino

Cuando los probióticos fermentaron la fibra, produjeron los AGCC butirato, acetato y propionato, y cada uno tuvo una función específica. El butirato fortaleció el revestimiento del intestino y mejoró la tolerancia inmunológica. El acetato favoreció la producción de moco y el propionato optimizó el colesterol y reguló el azúcar en la sangre. Estos AGCC ayudaron a crear un entorno saludable para que el microbioma prospere.

• También se abordaron cepas beneficiosas como la Akkermansia: la Akkermansia muciniphila fortaleció la capa de moco del intestino y redujo la inflamación crónica que se asocia con la obesidad y la resistencia a la insulina. Entonces, la actividad de la Akkermansia ayuda a mantener el equilibrio en la capa de moco. El metabolismo de los azúcares del moco de la Akkermansia también produce subproductos beneficiosos que apoyan aún más la salud intestinal.

• Los bioactivos y probióticos ayudan a calmar el sistema inmunológico: el estudio demostró que ciertos compuestos de origen vegetal y probióticos trabajan juntos para mantener la inflamación bajo control. Lo hacen al activar las células inmunitarias que liberan señales calmantes, que le indican al sistema inmunológico que se relaje. A su vez ayudan a reducir los niveles de sustancias químicas que causan la inflamación, que suele ser elevada en las personas con problemas metabólicos.

• El eje intestino-cerebro también influye en la salud mental: el butirato y otros AGCC influyeron en la producción de neurotransmisores y redujeron el estrés oxidativo en las células del cerebro. Debido a que estos compuestos calman el intestino, ayudaron a mejorar el estado de ánimo, la claridad cognitiva y la resistencia al estrés. Esto refuerza la idea de que el bienestar mental está muy conectado con la salud del microbioma.

• Los sistemas de distribución de alimentos son importantes para la supervivencia de los probióticos: los investigadores enfatizaron que no todos los alimentos probióticos son iguales. La estructura de los alimentos, que se conoce como matriz alimentaria, debe proteger a los probióticos del ácido del estómago y garantizar que lleguen vivos al colon. Los lácteos fermentados, los vegetales ricos en fibra y los productos simbióticos, que combinan probióticos y prebióticos, mostraron los mejores resultados.

No todos los probióticos son iguales, y el momento oportuno importa

Según la Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), los probióticos son microorganismos vivos que tienen beneficios para la salud, pero solo cuando se utilizan las cepas adecuadas en la dosis adecuada y en el momento correcto.2

La descripción general de los NIH se centra en cómo estos organismos interactúan con el sistema gastrointestinal y qué los hace efectivos (o no). Es un recordatorio importante de que no todos los productos etiquetados como "probióticos" en verdad funcionan como las personas creen.

• Los probióticos son más efectivos en situaciones específicas: el informe enfatiza que diferentes cepas sirven para distintos propósitos. Lo que ayuda a una persona con diarrea tal vez no sea útil para una con síndrome del intestino irritable (SII).

La efectividad depende de diversas variables, como la edad, la composición del microbioma intestinal, el estado de salud y la habilidad de la cepa para sobrevivir a la digestión y colonizar el intestino. En resumen, tomar suplementos al azar sin un objetivo específico no suele ser efectivo.

• Los mecanismos de acción incluyen reparar la barrera intestinal, modular el sistema inmunológico y equilibrar pH: los NIH explicaron que los probióticos funcionan de algunas maneras importantes:

◦ Producen sustancias AGCC que ayudan a regular el sistema inmunológico y reducir la inflamación del intestino.

◦ Ciertas cepas refuerzan el revestimiento intestinal debido a que aumentan la mucina y las proteínas de unión estrecha, lo que evita que las bacterias dañinas se filtren al torrente sanguíneo.

◦ Otros compiten con los patógenos ya que producen compuestos antimicrobianos o bajan el pH para crear un ambiente hostil para los invasores.

• Un obstáculo importante es la supervivencia de los probióticos a través de la digestión: los probióticos deben sobrevivir al ácido estomacal, la bilis y las enzimas para llegar intactos al intestino. Muchas cepas probióticas comerciales no llegan al intestino.

El yogur y los productos lácteos fermentados suelen favorecer una mejor supervivencia, en especial cuando se combinan con prebióticos o tecnologías de encapsulación. Sin embargo, algunos alimentos que están etiquetados como "fermentados" no contienen cultivos probióticos vivos en el momento de consumirlos, debido a la pasteurización o al procesamiento.

• No existe un enfoque universal para la terapia probiótica: es necesario que sepa qué trata de solucionar. Los NIH aconsejan a los consumidores y médicos seleccionar cepas específicas que coincidan con la enfermedad que se está tratando.

• Aún no existe una regulación ni un etiquetado adecuados para los probióticos: las etiquetas suelen ser engañosas y se identifican de manera incorrecta o se omiten cepas. La potencia del producto, o unidades formadoras de colonias (CFUs por sus siglas en inglés) con frecuencia no es exacta. Algunas afirmaciones como "favorece la salud digestiva" no tienen respaldo científico estandarizado a menos que estén relacionadas con cepas y resultados específicos.

Cómo restablecer el equilibrio del intestino y reducir la inflamación de forma natural

Si siente que su digestión no es buena, su estado de ánimo es impredecible o tiene problemas con una inflamación persistente o un aumento de peso, su intestino le envía una señal. Y no se trata solo de lo que consume, se trata de qué es lo que vive dentro de su cuerpo. Su intestino alberga billones de microbios que influyen en todo, desde lo bien que digiere los alimentos hasta la efectividad con la que funcionan su sistema inmunológico y su metabolismo.

La salud comienza a deteriorarse en todos los niveles cuando esas poblaciones microbianas se desequilibran. Recuperar el funcionamiento normal de su intestino no solo se trata de añadir fibra o tomar probióticos al azar. De hecho, hacerlo demasiado pronto podría empeorar las cosas. Aquí le explicaremos cómo abordarlo de la manera correcta:

1. Corrija su intestino antes de consumir alimentos: la fibra es esencial para la salud intestinal, pero solo cuando su intestino está listo para manejarla. Si tiene disbiosis o un revestimiento intestinal inflamado, las fibras fermentables alimentan a los microbios equivocados, lo que provoca gases, distensión abdominal y subproductos tóxicos como las endotoxinas. Esto se conoce como la paradoja de la fibra, en la que la misma sustancia que promueve un microbioma saludable a largo plazo empeora los síntomas a corto plazo si se introduce demasiado pronto.

Si tiene inflamación o sobrecrecimiento bacteriano, comience por eliminar los alimentos procesados, que contienen aceites vegetales ricos en ácido linoleico (AL), emulsionantes y aditivos. Concéntrese en consumir carbohidratos fáciles de digerir, como frutas y arroz blanco, hasta que sus síntomas se estabilicen; luego, incorpore cantidades pequeñas de carbohidratos más fibrosos, como vegetales de raíz.

Una vez que cure su salud intestinal (es decir, que tenga bajo control sus hábitos intestinales, su inflamación y su bienestar general), puede ampliar aún más su alimentación. Agregue vegetales sin almidón, alternativas con almidón (camote o calabaza), frijoles, legumbres y, con el tiempo, granos enteros y poco procesados.

2. Priorice las bacterias que producen butirato: el butirato es uno de los compuestos curativos más poderosos que produce su cuerpo dentro del colon. El butirato alimenta las células que recubren el intestino, sella las uniones permeables, calma la hiperactivación del sistema inmunológico y reduce la inflamación de todo el cuerpo.

Pero existe un inconveniente. Su cuerpo no puede producir butirato sin la ayuda de microbios intestinales específicos. Algunas bacterias como Faecalibacterium prausnitzii, Roseburia y Eubacterium se encuentran entre los principales productores de butirato en un microbioma saludable.

Estas bacterias prosperan gracias a las fibras fermentables que se encuentran en alimentos como papas cocidas y enfriadas, plátanos verdes, lentejas, alcachofas de Jerusalén y avena. Una vez que el revestimiento intestinal comienza a sanar, la mayor prioridad es alimentar a estas bacterias.

Pero hay otro factor importante que contribuye a que tenga éxito, y es la Akkermansia muciniphila. Si bien no es un productor de butirato en sí, la Akkermansia tiene una función de apoyo ya que mantiene y espesa la capa de moco del intestino, lo que crea un entorno ideal para que los microbios que producen butirato prosperen.

Considere a la Akkermansia como un guardián que mejora el terreno, mientras que la Faecalibacterium y otros generan el combustible. Juntos, crean un microbioma estable, antiinflamatorio y protector del metabolismo.

3. Alimente a la Akkermansia de manera correcta: la Akkermansia muciniphila es un microbio intestinal que ayuda a mantener el revestimiento de la mucosa. Los niveles más elevados están asociados con un mejor control del azúcar en la sangre, menor inflamación, una función de la barrera intestinal más fuerte e incluso una menor grasa corporal. Esta bacteria no solo protege el intestino, sino que también ayuda a estimular a las bacterias que producen butirato mediante la mejora de la capa de moco de la que se alimentan.

Los alimentos ricos en polifenoles como la granada, las uvas rojas, los arándanos y el té verde promueven su crecimiento. Lo mismo ocurre con las plantas que contienen inulina, como el ajo, el puerro, la raíz de achicoria y los espárragos. Comience con cantidades pequeñas y aumente la dosis según su cuerpo lo tolere. El objetivo es fomentar con delicadeza un ecosistema resiliente, no saturar uno frágil.

4. Apoye la salud intestinal a nivel celular: además de agregar fibra, debe eliminar los factores que dañan de forma activa el entorno del intestino. Uno de los principales culpables es el exceso de AL que procede de aceites vegetales como el de girasol, cártamo, soya y canola. Estos aceites alteran la función de las mitocondrias, lo que disminuye la producción de energía celular y destruye el entorno del intestino.

Sustitúyalos por grasas más saludables como mantequilla, ghee o sebo. Además, reduzca la exposición a sustancias químicas disruptoras del sistema endocrino y a campos electromagnéticos (EMFs, por sus siglas en inglés), ya que estos deterioran aún más la energía celular e impactan de forma negativa en el ambiente intestinal libre de oxígeno que las bacterias beneficiosas como la Akkermansia necesitan para prosperar.

La mayoría de las personas tienen niveles muy bajos de Akkermansia en el intestino. Después de que elimine los aceites vegetales durante al menos medio año, considere tomar un suplemento de Akkermansia de liberación prolongada. Esta fórmula permite que más bacterias sobrevivan y puedan llegar al colon.

5. Reconstruya hábitos cotidianos que refuercen el equilibrio microbiano: su microbioma no solo responde a los alimentos, sino también al ritmo. Consumir alimentos en horarios regulares, recibir luz del sol temprano por la mañana, dormir bien y controlar el estrés influyen en la flora intestinal. La falta de movimiento, la falta de sueño, la exposición a toxinas del ambiente o antibióticos o una alimentación errática alteran la estabilidad microbiana tanto como los alimentos chatarra.

Empiece por ser consistente. Consuma diversos alimentos enteros, en especial vegetales coloridos, alimentos fermentados, hierbas y especias. Rote sus fuentes de fibra para evitar sobrealimentar a alguna especie. Beba té verde y evita caer en el hábito de consumir los mismos cinco alimentos "saludables" todos los días.

Si su intestino le ha dado problemas, esta estrategia paso a paso le brinda un plan para recuperar la resiliencia. No se trata de encontrar el alimento o el suplemento perfecto, sino de reconstruir todo el ecosistema desde cero. Cuando su intestino recupera su fuerza, todo, desde su estado de ánimo hasta su metabolismo, comienza a trabajar otra vez a su favor.

Preguntas frecuentes sobre los probióticos y la salud intestinal

P: ¿Cómo funcionan los probióticos y los nutrientes vegetales para sanar el intestino?

R: Ciertos probióticos y nutrientes de origen vegetal se combinan para fortalecer su intestino y disminuir la inflamación. Una revisión de 2025 en Food Chemistry Advances descubrió que los probióticos como el Lactobacillus rhamnosus, junto con compuestos de origen vegetal del té y las bayas, ayudaron a sellar el revestimiento del intestino, calmar el sistema inmunológico y favorecer el equilibrio de las bacterias intestinales.

P: ¿Por qué el butirato es tan importante para la salud intestinal?

R: El butirato es una sustancia natural que producen las bacterias intestinales saludables cuando digieren ciertas fibras. El butirato alimenta las células que recubren el intestino, mantiene fuerte la barrera intestinal, controla la inflamación y apoya el sistema inmunológico. Puede aumentar el butirato al consumir alimentos como papas cocidas y enfriadas, plátanos verdes y lentejas.

P: ¿Para qué sirve la Akkermansia muciniphila en el intestino?

R: La Akkermansia muciniphila es una variedad de bacteria intestinal útil que mantiene la capa protectora de moco espesa y saludable. Esto facilita el crecimiento de otras bacterias beneficiosas. Los niveles más elevados de Akkermansia se relacionan con un mejor control del azúcar en la sangre, menor inflamación y menos grasa corporal.

P: ¿Por qué es importante el momento de agregar fibra y probióticos a su alimentación?

R: Agregar fibra o probióticos demasiado pronto a su alimentación empeora los síntomas si su intestino está inflamado o desequilibrado. En primer lugar, es importante que elimine los alimentos procesados, en especial los aceites vegetales, y centrarse en alimentos fáciles de digerir, como la fruta y el arroz blanco. Una vez que su intestino esté mejor, agregue poco a poco alimentos ricos en fibra y probióticos que se adapten a sus necesidades.

Q: ¿Qué hábitos sencillos ayudan a mantener su intestino sano?

R: Consumir una variedad de alimentos enteros, dormir lo suficiente, evitar los aceites vegetales, mantenerse activo y controlar el estrés ayudan a mantener el equilibrio de las bacterias intestinales. Eliminar los aceites vegetales marca una gran diferencia a la hora de reparar el intestino y la salud general.