📝HISTORIA EN BREVE

  • Las investigaciones demuestran que cuando las mitocondrias dañadas en los tejidos metabólicos no mueren como deberían, envían señales que hacen que las células comiencen a fallar
  • Esta situación afecta mucho a las células del páncreas y provoca que dejen de producir la insulina que se necesita para regular los niveles de azúcar
  • Este mismo patrón de daño mitocondrial y disfunción celular se observó en varios tipos de tejido que se relacionan con el metabolismo, incluyendo el hígado y las células grasas
  • Hay varios factores que afectan de forma negativa la función de las mitocondrias, tales como los alimentos procesados y los aceites vegetales con alto contenido de ácido linoleico, mientras que otros, como consumir alrededor de 250 gramos de carbohidratos saludables al día, optimizan la producción de energía celular
  • Los factores ambientales como los disruptores endocrinos y los campos electromagnéticos también dañan las mitocondrias, lo que crea un círculo vicioso que reduce la producción de energía celular

🩺Por el Dr. Mercola

La diabetes representa una amenaza grave para la salud que afecta a 463 millones de adultos en todo el mundo, y se estima que esta cifra alcanzará los 578 millones en 2030.1 La diabetes tipo 2, que es la forma más común, suele ser el resultado de los hábitos poco saludables que reducen la capacidad del cuerpo para responder a la insulina.

Los primeros síntomas pueden ser tan sutiles que pasan desapercibidos. Sin embargo, cuando la enfermedad progresa suelen surgir síntomas como mucha sed, visitas frecuentes al baño, pérdida de peso inexplicable y falta de energía crónica. Si no se controla, la diabetes puede dañar otros órganos, como el corazón, los riñones, los ojos y los nervios, lo que incrementa el riesgo de complicaciones graves.

De hecho, la relación entre la función mitocondrial y la diabetes ha sido el foco de muchas investigaciones modernas, y es un tema del que hablo en mi libro: "Los secretos de la salud celular: guía para alcanzar la longevidad y la felicidad", aquí también explico por qué creo que la falta de energía celular, la energía que las células necesitan para repararse y restaurarse, es la causa subyacente de casi todas las enfermedades.

Un estudio reciente confirmó esta teoría, en la que se sugiere que las mitocondrias, esas pequeñas centrales eléctricas, son mucho más que la fuente de energía del cuerpo. En realidad, tienen una relación muy estrecha con la salud metabólica. Investigaciones recientes demuestran que cuando las mitocondrias no funcionan de forma correcta, sobre todo en tejidos críticos para el metabolismo, se dispara el riesgo de diabetes.

Las mitocondrias disfuncionales producen una serie de efectos negativos, lo que causa resistencia a la insulina y reduce la capacidad del cuerpo para producir insulina de manera efectiva, que son dos aspectos fundamentales en la diabetes. No solo se trata de falta de energía; las mitocondrias dañadas alteran las células que influyen en la progresión de la enfermedad.

Como sugiero en mi libro: "Los secretos de la salud celular", y como lo confirmó este estudio reciente, el secreto para evitar la diabetes radica en restaurar la vitalidad mitocondrial. Cuando nos aseguramos de que estos motores celulares funcionen de forma correcta, su cuerpo cuenta con las reservas de energía que sus células necesitan para combatir los problemas metabólicos y prosperar.

El daño mitocondrial detiene el proceso de madurez de las células

En 2025, un estudio que se publicó en la revista Science se propuso descubrir qué sucede cuando las mitocondrias se dañan en los tejidos que participan en el metabolismo, como el páncreas, el hígado y el tejido graso.2 En experimentos con ratones, los investigadores alteraron de forma intencional aspectos clave de la función de las mitocondrias.

• Los investigadores se enfocaron en la integridad del ADN mitocondrial: esto se refiere a los procesos dinámicos que utilizan las mitocondrias para sobrevivir, así como a las vías para el recambio mitocondrial; es decir, los mecanismos celulares que se encargan del control de calidad en estos orgánulos. El daño a estos componentes mitocondriales provocó una respuesta de estrés celular crónico en diferentes tejidos metabólicos.

Esta respuesta, que se conoce como programa de señalización retrógrada, representa una señal de auxilio que envían las mitocondrias dañadas al núcleo de la célula, que actúa como un centro de control. En lugar de causar muerte celular, que es lo que debería suceder cuando hay daño celular, esta señal de auxilio provocó una inmadurez celular en tejidos metabólicos clave.

• Las células se vuelven inmaduras: en lugar de funcionar de forma correcta o sufrir una muerte celular programada, estas células pierden su capacidad de realizar sus funciones metabólicas previstas. Este deterioro mitocondrial tuvo un impacto muy dañino en las células beta del páncreas, que son las células que producen la insulina que se necesita para regular el azúcar. Las células beta comenzaron a fallar en su función principal: producir insulina.

En pocas palabras, dejaron de madurar, lo que provocó que no pudieran producir suficiente insulina para controlar los niveles de azúcar. En un comunicado de prensa, la autora del estudio, Emily Walker, explicó lo siguiente:

"En los tres casos, se activó la misma respuesta al estrés, lo que provocó que las células beta dejaran de madurar y producir suficiente insulina, en pocas palabras, dejaran de ser células beta".3

• También afecta a otros tipos de células: el equipo de investigadores llevó su investigación más allá del páncreas. Cuando repitieron el experimento en células hepáticas y células almacenadoras de grasa, observaron la misma activación de la respuesta al estrés y el consiguiente deterioro de la maduración y la función celular.

Esto llevó al autor principal del estudio, el Dr. Scott Soleimanpour, a explicar que lo siguiente:

“Aunque no hemos analizado todos los tipos de células, creemos que nuestros resultados podrían aplicarse a todos los tejidos que se relacionan con la diabetes”.4

• El daño mitocondrial no causó la muerte celular: esto crea la posibilidad de revertir el daño y restaurar la función de las células. Los investigadores pusieron esta hipótesis a prueba con ayuda de un medicamento inhibidor integrado de la respuesta al estrés (ISRIB), que bloquea la vía de respuesta al estrés.

Después de cuatro semanas de tratamiento con ISRIB, las células beta de los ratones recuperaron su capacidad para regular los niveles de glucosa.5 Por lo tanto, reforzar la salud mitocondrial podría ser una estrategia muy poderosa para tratar y prevenir la diabetes, lo que sugiere que en el futuro las terapias podrían ir más allá de controlar los síntomas y enfocarse en abordar las causas subyacentes, como las disfunciones celulares.

Los problemas mitocondriales son un factor clave en la diabetes

La estrecha relación entre la salud mitocondrial y la diabetes se conoce desde hace tiempo. En 2010, una revisión que se publicó en el Journal of Diabetes Investigation analizó la evidencia que señala a la disfunción mitocondrial como un factor clave en el desarrollo de la diabetes.6

• Las mitocondrias son la fuente de energía del cuerpo: el artículo enfatizó la importancia de las mitocondrias en la producción de trifosfato de adenosina (ATP) para las células del cuerpo. Además de producir energía, las mitocondrias también participan en la función muy específica de la secreción de insulina en las células beta del páncreas.

Estas células dependen mucho de las mitocondrias sanas para detectar la glucosa y liberar insulina. Por lo tanto, si las mitocondrias de estas células beta no funcionan de forma correcta, esto afecta de manera directa la capacidad del cuerpo para controlar los niveles de azúcar.

• La disfunción mitocondrial podría ser la causa principal del metabolismo anormal de la glucosa en la diabetes: esta disfunción no solo afecta la producción de insulina, sino que también contribuye a la resistencia a la insulina que se produce cuando las células del cuerpo no responden de forma correcta a la insulina, lo que empeora los problemas de azúcar.

Los investigadores afirmaron que "comprender mejor la función de las mitocondrias en la diabetes ayudaría a obtener más información sobre la fisiopatología de esta enfermedad".7 De hecho, ya hay otras investigaciones en curso que se basan en esta información para tratar de entender mejor la compleja relación entre las mitocondrias y la diabetes.

Terapias para reforzar la salud mitocondrial en personas con diabetes

Una revisión que se publicó en la revista Mitochondrion se enfocó en las estrategias terapéuticas para la diabetes, pero con las mitocondrias como objetivo principal.8 Al igual que otros estudios, esta revisión afirma que la disfunción mitocondrial no solo es una consecuencia pasiva de la diabetes, sino un factor activo de la resistencia a la insulina, la falla de las células beta y muchas de las complicaciones que se relacionan con esta enfermedad.

• La importancia de comprender los mecanismos de la diabetes: algunos ejemplos incluyen los efectos dañinos de las especies reactivas de oxígeno (ROS) y las mutaciones en el ADN mitocondrial que son cruciales para tratar la diabetes. Es importante mencionar que la revisión afirma que nuestra creciente comprensión de estos mecanismos está ayudando a crear terapias que van más allá de controlar los niveles de azúcar, ya que se enfocan en los problemas mitocondriales que son una de las causas subyacentes de esta enfermedad.

• La dinámica mitocondrial: este término, que es una de las áreas clave en este estudio, se refiere a los procesos continuos de fusión, fisión y mitofagia mitocondrial. En términos simples, la fusión es cuando las mitocondrias se fusionan, la fisión es cuando se dividen y la mitofagia es la forma que tiene la célula de limpiar las mitocondrias dañadas. Es muy importante mantener un equilibrio saludable en estos procesos.

La revisión explica que en la diabetes estas dinámicas suelen tener un desequilibrio, lo que daña las mitocondrias. Por lo tanto, están surgiendo terapias para restablecer el equilibrio entre la fusión, la fisión y la mitofagia. También se analizan los biomarcadores mitocondriales para tratar la diabetes. Los biomarcadores son indicadores mensurables que indican si hay enfermedades o estados fisiológicos.

Estrategias para mejorar la función mitocondrial y estimular la producción de energía

Ahora que ya conoce el impacto del estado de las mitocondrias en la diabetes, sabe que está en sus manos hacer algo al respecto. Tomar decisiones informadas sobre su estilo de vida le ayudará a tomar control de su salud mitocondrial, lo que reducirá su riesgo de diabetes y mejorará su salud metabólica. Aquí hay algunas estrategias que puede implementar para reforzar la salud de sus mitocondrias:

1. Eliminar los alimentos procesados y los aceites vegetales de su alimentación: casi todos los alimentos procesados contienen aceites de semillas que están cargados de ácido linoleico (AL), que es un veneno mitocondrial que altera la producción de energía celular. También evite los frutos secos y las semillas por su alto contenido de AL, así como comer fuera de casa, ya que la mayoría de los restaurantes cocinan con aceites vegetales. Además, le recomiendo que limite su consumo de pollo y cerdo, que también suelen contener niveles elevados de AL.

Mejor, enfóquese en alimentos enteros y grasas saludables, como el sebo, el ghee y la mantequilla de animales alimentados con pastura. Mantenga su consumo de AL por debajo de los 5 gramos diarios, aunque lo ideal es que consuma menos de 2 gramos. Para determinar su consumo de AL, utilice un rastreador de nutrición en línea.

2. Optimizar su consumo de carbohidratos para obtener el combustible que necesitan sus células: los carbohidratos son fundamentales para sus mitocondrias. La glucosa, que se obtiene de los carbohidratos, es el combustible preferido de sus células para producir energía. La clave está en elegir el tipo y la cantidad correcta.

La mayoría de los adultos necesitan entre 200 a 250 gramos de carbohidratos específicos al día para estimular la producción de energía celular. Si es una persona activa, es posible que necesite más. Es importante reintroducir los carbohidratos en su alimentación de forma gradual con el fin de que su microbioma intestinal tenga el tiempo que necesita para adaptarse.

Si tiene disbiosis, evite la fibra hasta que su intestino sane por completo. En un entorno intestinal poco saludable, los carbohidratos complejos, como la fibra, alimentan a las bacterias dañinas que se multiplican y mueren, pero cuando eso sucede, liberan una endotoxina muy virulenta que se conoce como lipopolisacárido (LPS). Además de causar problemas digestivos, cuando el LPS entra al torrente sanguíneo por la barrera intestinal causa un problema de salud grave que se llama endotoxemia.

Sin embargo, a las personas con una mala salud intestinal recomiendo agua dextrosa como solución de transición, la cual deben beber poco a poco durante todo el día. A diferencia de los carbohidratos complejos, la dextrosa se absorbe en el intestino delgado y no alimenta las bacterias del colon, lo que disminuye la producción de endotoxinas dañinas. Este enfoque permite restaurar de forma gradual la salud intestinal sin empeorar la disbiosis.

Si tiene una buena salud intestinal o solo tiene problemas intestinales menores, comience con alimentos fáciles de digerir, como el arroz blanco, los jugos de frutas con pulpa y las frutas enteras. A medida que su intestino se adapte, agregue vegetales de raíz, luego vegetales sin almidón, vegetales con almidón como camote o calabaza, frijoles, legumbres y, por último, granos enteros y poco procesados.

3. Minimizar su exposición a toxinas ambientales: el mundo moderno está lleno de toxinas ambientales que reducen la producción de energía celular. Sustancias químicas disruptoras endocrinas (EDC), incluyendo los compuestos que imitan el estrógeno, como los xenoestrógenos, y los campos electromagnéticos (EMF), que reducen la capacidad de sus células para producir energía.

Esta falta de energía hace que sea más difícil mantener un microbioma intestinal saludable y sin el oxígeno que se requiere para que prosperen las bacterias beneficiosas, como la Akkermansia. Además, cuando las células no reciben la energía que necesitan, se produce un desequilibrio en el microbioma intestinal que favorece a las bacterias que producen endotoxinas, lo que crea un círculo vicioso.

Para reducir su exposición a estas toxinas, considere que los plásticos son una de las fuentes principales de xenoestrógenos, por lo que es importante minimizar su uso de empaques y envolturas de plástico.

Busque productos que no contengan EDC y tome medidas para reducir su exposición a los EMF en su hogar y en su vida diaria. Una vez que reduzca su exposición a los EDC, EMF y otros compuestos estrogénicos, así como su consumo de AL, restaurará la función de sus mitocondrias, estimulará su producción de energía celular y se pondrá en el camino correcto hacia una mejor salud.

4. Exponerse al sol y optimizar sus niveles de NAD+: la luz del sol y el NAD+ son dos poderosos aliados naturales para la salud mitocondrial. La exposición diaria al sol incrementa la producción de energía celular porque estimula la producción de melatonina dentro de las mitocondrias.

Esta melatonina mitocondrial es un antioxidante muy poderoso que ayuda a proteger las mitocondrias. Es importante evitar la luz del sol en sus horas más intensas (que suele ser entre las 10 a. m. y las 4 p. m. en la mayoría de las regiones) hasta que haya eliminado los aceites de semillas de su alimentación durante al menos seis meses.

Esto se debe a que el ácido linoleico se acumula en la piel, lo que incrementa el riesgo de sufrir quemaduras solares. Además de la luz del sol, también recomiendo que optimice los niveles de NAD+ (dinucleótido de nicotinamida y adenina). Considere la niacinamida, que es una forma de vitamina B3, en una dosis de 50 miligramos tres veces al día para optimizar los niveles de NAD+, lo que ayuda a las mitocondrias a producir más energía.

5. HOMA-IR: una prueba sencilla para detectar la resistencia a la insulina: es muy importante detectar de forma temprana la resistencia a la insulina, ya que es una señal de advertencia para su salud metabólica y que suele preceder a la diabetes tipo 2. La prueba HOMA-IR (Homeostatic Model Assessment of Insulin Resistance) es una valiosa herramienta de diagnóstico que ayuda a evaluar la resistencia a la insulina a través de un simple análisis de sangre, lo que ayuda a detectar a tiempo el problema y hacer los cambios necesarios en el estilo de vida.

Esta prueba fue creada en 1985 y calcula la relación entre los niveles de insulina y glucosa en ayunas para evaluar la efectividad con la que el cuerpo utiliza la insulina. A diferencia de otras pruebas más complejas, la HOMA-IR requiere sólo una muestra de sangre en ayunas, lo que la hace práctica y accesible. La fórmula de la HOMA-IR es la siguiente:

HOMA-IR = (glucosa en ayunas x insulina en ayunas) / 405, en donde

• La glucosa en ayunas se mide en mg/dl

• La insulina en ayunas se mide en μIU/ml (microunidades internacionales por mililitro)

405 es una constante que normaliza los valores

Si utiliza mmol/l para la glucosa en lugar de mg/dl, la fórmula cambia un poco:

HOMA-IR = (glucosa en ayunas x insulina en ayunas) / 22.5, en donde

• La glucosa en ayunas se mide en mmol/l

• La insulina en ayunas se mide en μIU/ml

22.5 es el factor normal para esta unidad de medida

Cualquier valor inferior a 1.0 se considera una puntuación HOMA-IR saludable. Si está por encima de ese nivel, se le considera resistencia a la insulina. Mientras más altos sean sus valores, mayor será su resistencia a la insulina. Por el contrario, cuanto menor sea su puntuación HOMA-IR, menor resistencia a la insulina tendrá, suponiendo que no tenga diabetes tipo 1.

Resulta curioso, pues mi puntuación en la escala HOMA-IR es de tan solo 0.2. Lo cual es un testimonio de la mayor eficiencia de mi cuerpo para quemar combustible, lo cual resulta de una mayor disponibilidad de glucosa. Al incorporar carbohidratos adicionales a mi alimentación, proporcioné a mis células la energía necesaria para funcionar de manera más efectiva.

Esta mejora en mi función celular también optimizó mi salud metabólica, lo que demuestra que hacer ciertos ajustes en la alimentación promueve la sensibilidad a la insulina y el rendimiento metabólico.

Preguntas frecuentes sobre la relación entre la función mitocondrial y la diabetes

P: ¿Cuál es la relación entre la salud mitocondrial y la diabetes?

R: En la actualidad, se sabe que la disfunción mitocondrial es un factor clave en el desarrollo y progresión de la diabetes. Cuando las mitocondrias se dañan, desencadenan una respuesta de estrés que deteriora la función y afecta la madurez de células que son cruciales para el metabolismo, en especial las células beta que producen insulina en el páncreas. Esto provoca resistencia a la insulina y altera los niveles de azúcar, que son dos características de la diabetes tipo 2.

P: ¿Cómo afecta el daño mitocondrial a la producción de insulina?

R: Las mitocondrias dañadas en las células beta envían una señal de auxilio al núcleo de la célula, lo que detiene el proceso de maduración de las células. Como resultado, estas células pierden su capacidad de producir insulina de manera efectiva. Aunque los estudios se realizaron en ratones, los investigadores creen que también podría aplicar a otros tejidos metabólicos en los seres humanos.

P: ¿Es posible revertir la disfunción mitocondrial en la diabetes?

R: Sí, una investigación que utilizó un medicamento experimental (ISRIB) demostró que bloquear la respuesta al estrés mitocondrial en ratones restablece la función de las células beta que producen insulina y mejora la regulación de la glucosa. Esto demuestra que reforzar la salud mitocondrial podría ser una gran estrategia para revertir la diabetes a nivel celular, y no solo para controlar los síntomas.

P: ¿Qué cambios en el estilo de vida mejoran la función mitocondrial y ayudan a prevenir la diabetes?

R: Para reforzar la salud mitocondrial y prevenir la diabetes, enfóquese en lo siguiente:

  • Eliminar los alimentos procesados y aceites vegetales con alto contenido de ácido linoleico.
  • Optimizar su consumo de carbohidratos con fuentes enteras y fáciles de digerir.
  • Minimizar la exposición a toxinas ambientales, como plásticos y campos electromagnéticos.
  • Exponerse de forma segura al sol y optimizar los niveles de NAD+ con niacinamida.

P: ¿Cómo puedo detectar de forma temprana la resistencia a la insulina?

R: HOMA-IR es un análisis de sangre simple que mide los niveles de glucosa e insulina en ayunas. Una puntuación inferior a 1.0 indica una sensibilidad a la insulina saludable, mientras que valores más altos sugieren una mayor resistencia a la insulina. La detección temprana permite que haga cambios en su estilo de vida que pueden prevenir la aparición de diabetes tipo 2.