📝HISTORIA EN BREVE

  • Las investigaciones modernas demuestran que la espirulina, un alga verde azulada que las culturas antiguas utilizaban como alimento, ayuda a controlar la presión arterial
  • Consumir al menos 3 gramos de espirulina al día durante ocho a doce semanas reduce tanto la presión sistólica como diastólica, y su forma entera funciona mejor que los extractos
  • Las personas mayores de 50 años con sobrepeso o hipertensión son las que más podrían beneficiarse de la espirulina
  • La espirulina mejora la flexibilidad de los vasos sanguíneos, lo que incrementa la producción de óxido nítrico y protege las arterias del estrés oxidativo y la inflamación
  • La espirulina es segura y apta para casi todas las personas, pero evítela si tiene alergia a los mariscos o al yodo, está embarazada o en periodo de lactancia

🩺Por el Dr. Mercola

La espirulina tiene un largo historial como alimento y remedio medicinal gracias a su valor nutricional y pigmentos únicos, tan así que las culturas antiguas la utilizaban como alimento básico. Hoy en día, se vende en forma de polvo, tabletas y otras presentaciones, además se considera un superalimento. Sin embargo, lo más interesante sobre esta alga es la gran cantidad de investigaciones que demuestran sus beneficios en la salud del corazón.

La hipertensión es uno de los problemas de salud más comunes y peligrosos en todo el mundo. Suele desarrollarse de forma silenciosa, sin presentar síntomas evidentes hasta que el problema se vuelve grave y pasa a manifestarse en forma de enfermedades cardíacas, derrame cerebral o insuficiencia renal. La mayoría de las personas con hipertensión no controlan su enfermedad de forma correcta. Esta carga silenciosa hace que las estrategias naturales y efectivas para controlar la presión arterial sean más importantes que nunca.

Los estudios recientes señalan a la espirulina como una de esas estrategias, ya que es una forma natural de regular la presión arterial y de reforzar la salud cardiovascular. Esto hace que la espirulina no solo sea un alimento nutritivo, sino una estrategia específica para controlar uno de los factores que más influye en el riesgo de las enfermedades crónicas.

Las algas comestibles como estrategia para controlar la presión arterial

Una revisión sistemática que se publicó en el Journal of Human Nutrition and Dietetics analizó 29 ensayos controlados aleatorios en los que participaron 1583 adultos para determinar si las algas comestibles reducen la presión arterial.1 El objetivo fue analizar tanto las algas enteras, como la espirulina, así como extractos que se derivan de algas, en múltiples poblaciones y diseños de estudio.

Los estudios incluyeron tanto adultos sanos como personas con problemas de salud como hipertensión, obesidad, diabetes o síndrome metabólico. Los resultados demostraron que las personas con mayor riesgo, en especial aquellas que ya tenían hipertensión, experimentaron mayores mejoras cuando agregaron algas comestibles a su alimentación.

• El beneficio se produjo tanto en la presión sistólica como en la diastólica: los investigadores informaron que los participantes experimentaron reducciones tanto en la presión arterial sistólica (el número superior) como en la presión arterial diastólica (el número inferior) después de que comenzaron a consumir algas. Esto es importante porque incluso una reducción modesta de 2 a 5 mmHg influye de forma positiva en el riesgo de derrame cerebral y enfermedad cardíaca a largo plazo.

• La espirulina produjo beneficios más evidentes: si bien se incluyeron diferentes algas en la revisión, la espirulina tuvo el resultado más consistente al momento de reducir la presión arterial. Redujo las lecturas sistólicas en más de 5 mmHg y las diastólicas en más de 3 mmHg, lo que es suficiente para mejorar la salud cardiovascular a largo plazo.

• Las algas enteras funcionaron mejor que los extractos: la revisión descubrió que consumir algas en su forma entera produjo mayores beneficios que los extractos o polvos aislados. Esto sugiere que la combinación de proteínas, minerales, antioxidantes y pigmentos dentro de las algas trabajan de forma sinérgica para producir efectos que los compuestos aislados no pueden replicar.

• La dosis y la duración influyeron mucho en los resultados: los beneficios fueron mayores cuando las personas consumieron más de 3 gramos de algas al día durante al menos 12 semanas. Las intervenciones de plazos más cortos o dosis más pequeñas no produjeron los mismos efectos, lo que demuestra que la constancia es clave para obtener resultados importantes.

La revisión explicó que los efectos de las algas se relacionan con pequeños fragmentos de proteínas, potasio, polifenoles y antioxidantes que refuerzan la salud vascular. Estos compuestos relajan los vasos sanguíneos, mejoran el flujo sanguíneo y combaten el estrés oxidativo.

• Las personas de edad avanzada o con sobrepeso experimentaron mejoras más evidentes: el análisis demostró que los participantes de edad avanzada y las personas con obesidad u otros factores de riesgo metabólico redujeron más su presión arterial que los participantes más jóvenes o sanos. Esto hace que las algas representen una esperanza para los grupos más vulnerables.

La espirulina es más beneficiosa para ciertos grupos de la población

Un estudio que se publicó en la revista Phytotherapy Research analizó ensayos clínicos que se enfocaron en el impacto de la espirulina en la presión arterial.2 A diferencia de revisiones de mayor alcance que incluyeron varios tipos de algas, este estudio limitó el enfoque para determinar qué tan efectiva es la espirulina para reducir la presión arterial en diferentes grupos de personas.

• Los grupos de mayor riesgo son los que más se benefician: los hallazgos demuestran que la espirulina fue más efectiva en personas con problemas de salud como hipertensión, sobrepeso o riesgos cardiovasculares que se relacionan con la edad. En estos grupos, las reducciones en la presión arterial no sólo fueron consistentes sino más pronunciadas que en adultos más jóvenes y sanos.

• Las reducciones fueron pronunciadas en ambas lecturas de presión arterial: según la revisión, la espirulina redujo la presión sistólica en unos 4 mmHg y la presión diastólica en casi 3 mmHg. Para cualquier persona, esto significa una protección real, ya que disminuir estos números, aunque sea un poco, reduce el riesgo de derrame cerebral o infarto.

• Mientras más tiempo se consume, mejores resultados produce: los resultados fueron más consistentes cuando se consumió espirulina durante más de ocho semanas. Los períodos de prueba más cortos tuvieron efectos menos consistentes, lo que confirma que la constancia es fundamental para obtener resultados.

• Segura y fácil de tolerar: en los estudios de la revisión, la suplementación con espirulina no se relacionó con efectos secundarios graves. Esto la convierte en una opción práctica si desea un refuerzo natural para controlar la presión arterial sin los riesgos que se relacionan con los medicamentos de prescripción.

• Las personas de edad avanzada y los adultos con sobrepeso fueron los que más se beneficiaron: los participantes mayores de 50 años fueron los que más redujeron su presión arterial después de consumir espirulina. Esto es muy importante porque las arterias se endurecen de forma natural con la edad, lo que hace que la hipertensión sea más difícil de controlar.

Las personas con sobrepeso u otros factores de riesgo metabólico también experimentaron mejoras más pronunciadas en la presión arterial que los participantes más delgados. Esto significa que la espirulina podría ser un gran complemento para cualquier enfoque para bajar de peso o reforzar la salud metabólica.

La espirulina mejora diferentes aspectos de la salud cardiovascular

Un artículo que se publicó en la revista Nutrients trató de determinar la forma en que la espirulina influye no solo en la presión arterial sino también en otros factores de riesgo cardiovascular como los niveles de azúcar y el estrés oxidativo.3 Los autores analizaron datos de ensayos clínicos en humanos e investigaciones experimentales y descubrieron que la espirulina es un suplemento versátil que produce efectos que van más allá de reducir la presión arterial.

La investigación enfatizó sus beneficios en poblaciones con trastornos metabólicos, obesidad y riesgos cardiovasculares. La espirulina mejoró de forma consistente los marcadores que se relacionan con estos problemas de salud, lo que demuestra que refuerza todos los aspectos de la salud cardíaca en lugar de actuar a través de una sola vía.

• La espirulina ayudó a regular los niveles de azúcar: la espirulina ayudó a reducir los niveles de glucosa en ayunas en personas con problemas metabólicos. Esto es importante porque los niveles elevados de glucosa dañan los vasos sanguíneos y empeoran la hipertensión.

• La espirulina también reduce el riesgo de derrame cerebral: dados los efectos que produce en el colesterol, la presión arterial y el daño oxidativo, la espirulina se consideró una herramienta de apoyo para reducir el riesgo de derrame cerebral. Esto la hace muy beneficiosa para las personas que tienen varios factores de riesgo cardiovascular.

• Los estudios con animales demostraron que la espirulina mejora el flujo sanguíneo: las investigaciones con animales descubrieron que la espirulina contiene fragmentos de proteínas especiales, conocidas como péptidos, las cuales ayudan a relajar los vasos sanguíneos. Estos péptidos también regulan la presión arterial y el equilibrio de líquidos. Cuando se sobrecarga este sistema, incrementa la presión arterial, pero la espirulina ayudó a restablecer el equilibrio, lo que a su vez mejoró la circulación.

• Los pigmentos antioxidantes producen efectos de protección: la espirulina contiene pigmentos como la ficocianina y los carotenoides, que actúan como antioxidantes. Estos compuestos reducen el estrés oxidativo, lo que significa que neutralizan los radicales libres que dañan las paredes arteriales. Menos daño a las arterias se traduce en vasos más flexibles y mejor flujo sanguíneo.

• También controla la inflamación: según la revisión, los compuestos bioactivos de la espirulina ayudaron a inhibir la señalización inflamatoria en los vasos sanguíneos. La inflamación crónica de bajo nivel endurece las arterias y acelera el desarrollo de aterosclerosis, pero la espirulina contrarrestó este proceso, lo que ayuda a que los vasos sanguíneos tengan un entorno más saludable.

Estrategias naturales para controlar su presión arterial

Si tiene hipertensión, como siempre, el mejor enfoque es abordar las causas subyacentes en lugar de solo enmascarar los síntomas. Las arterias funcionan como mangueras, y cuando se endurecen, se obstruyen o se someten a una tensión constante que provoca que incremente la presión. Por suerte, existen estrategias para restaurar el equilibrio y mejorar la circulación, reducir la inflamación y proteger su corazón. Aquí cinco estrategias que puede implementar desde este momento:

1. Agregar espirulina a su rutina: según las investigaciones, la espirulina es una de las formas naturales más efectivas para reducir la presión arterial.4 La venden en diferentes presentaciones, incluyendo cápsulas, tabletas, polvos e incluso copos. En términos generales, la dosis inicial para adultos es de alrededor de 3 gramos al día, pero si su objetivo es prevenir enfermedades, incremente poco a poco la dosis hasta alcanzar los 20 gramos diarios. Mientras que la dosis de mantenimiento para adultos suele ser de alrededor de 10 gramos al día.

La espirulina entera, ya sea como ingrediente de su licuado o en tabletas, funciona mejor porque todos sus nutrientes y antioxidantes actúan de forma sinérgica. Recuerde que debe beber mucha agua filtrada para mejorar su absorción y promover la desintoxicación. Dado que la espirulina es un poderoso desintoxicante, comenzar con pequeñas cantidades e incrementar de forma gradual su consumo reducirá el riesgo de sufrir alguna reacción molesta como resultado de la desintoxicación.

2. Optimizar su proporción de sodio y potasio a través de su alimentación: es probable que ya haya escuchado que si tiene hipertensión debe reducir su consumo de sal. No obstante, el problema no es la sal en sí, sino los alimentos ultraprocesados. La mayoría de las personas obtienen su sodio de los bocadillos envasados, los alimentos enlatados, los fiambres y la comida rápida, que no contienen potasio.

El cuerpo necesita potasio para relajar los vasos sanguíneos y reducir la presión. Si la mayoría de los alimentos que consume son enteros, sin procesar, como frutas maduras, tubérculos y vegetales de hoja verde bien cocidos, obtendrá de forma natural más potasio y menos sodio, que es justo lo que su cuerpo necesita.

3. Promover la producción de óxido nítrico: el óxido nítrico es el compuesto natural que utiliza el cuerpo para relajarse y abrir los vasos sanguíneos. La espirulina ayuda a incrementar sus niveles, pero hay otras estrategias que maximizan este beneficio, tales como hacer ejercicio de forma regular, exponerse a la luz del sol y comer alimentos como el betabel. Mientras mayores sean sus niveles de óxido nítrico, más fácil será para sus arterias mantenerse flexibles y mantener la presión bajo control.

4. Ser constante para obtener beneficios a largo plazo: los estudios demuestran que se obtienen mayores beneficios cuando las personas consumen espirulina durante al menos dos o tres meses. Una vez que comience, dele tiempo a su cuerpo para responder. Este proceso es como entrenar sus arterias, así como tarda semanas en desarrollar fuerza con el ejercicio, la espirulina funciona mejor cuando la hace parte de su rutina diaria.

5. Combinar la espirulina con otros hábitos saludables y saber cuándo es mejor evitarla: si tiene sobrepeso, más de 50 años o padece problemas metabólicos, la espirulina será muy beneficiosa. Sin embargo, no hará todo el trabajo. Debe hacerla parte de un estilo de vida saludable que incluya: reducir el consumo de alimentos procesados, mantener su peso bajo control y mantenerse en movimiento.

Todos estos hábitos maximizarán los beneficios en su presión arterial y la salud de su corazón a largo plazo . También recuerde que la espirulina no es apta para todas las personas. Evítela si tiene alergia a los mariscos o al yodo, está embarazada o en periodo de lactancia. Entender esta información le ayudará a aprovechar la espirulina al máximo.

Preguntas frecuentes sobre los beneficios de las espirulina en la presión arterial

P: ¿Por qué la espirulina ayuda a reducir la presión arterial?

R: La espirulina reduce la presión arterial sistólica y diastólica porque mejora la función de los vasos sanguíneos, reduce el estrés oxidativo y estimula la producción de óxido nítrico, lo que relaja las arterias y permite que la sangre fluya sin problemas.

P: ¿Cuánta espirulina debo tomar al día?

R: La dosis inicial para los adultos suele ser de alrededor de 3 gramos diarios. Para prevenir enfermedades, se pueden consumir hasta 20 gramos al día, mientras que la dosis de mantenimiento suele ser de 10 gramos diarios.

P: ¿Cuánto tiempo debo tomar espirulina para comenzar a notar los resultados?

R: La mayoría de las investigaciones demuestran que los beneficios comienzan a volverse evidentes después de al menos ocho a doce semanas de uso constante. La constancia es clave para lograr mejoras significativas en la presión arterial y la salud cardiovascular general.

P: ¿Quién se beneficia más de la espirulina?

R: Las personas mayores de 50 años, con sobrepeso, hipertensión o problemas de salud metabólica son las que más se benefician de los efectos de la espirulina en la presión arterial.

P: ¿Es seguro consumir espirulina?

R: Por lo general, la espirulina es segura y fácil de tolerar, pero evítela si tiene alergia a los mariscos o al yodo, está embarazada o en periodo de lactancia. Debido a que es un poderoso desintoxicante, es mejor comenzar con dosis pequeñas e incrementarlas poco a poco mientras bebe mucha agua.