📝HISTORIA EN BREVE

  • El crujido de las rodillas, también llamado crepitación, es bastante común y no siempre está relacionado con la artritis, por lo que escuchar ruidos no siempre significa que sus articulaciones se estén deteriorando
  • Un estudio de cinco años en adultos jóvenes que se recuperaban de una cirugía del LCA encontró que el ruido de las rodillas se vinculó a un estrés temprano del cartílago, pero no pronosticó un deterioro funcional o dolor a largo plazo
  • El ejercicio es una de las formas más efectivas de proteger las rodillas doloridas, ya que fortalecer los cuádriceps, los isquiotibiales, los glúteos y las pantorrillas ayuda a estabilizar la articulación y reduce la tensión
  • Las estrategias de estilo de vida, como los estiramientos, el control del peso y modificar los movimientos de alto impacto, suelen ser más eficaces que la cirugía, que rara vez es necesaria para eliminar la crepitación
  • El colágeno procedente de suplementos de alta calidad o caldo de huesos favorece el cartílago, los tendones y los ligamentos, y brinda una capa adicional de protección para la salud de las rodillas a largo plazo

🩺Por el Dr. Mercola

¿Alguna vez ha intentado ponerse de pie o estirar las piernas y ha oído un fuerte crujido o chirrido proveniente de sus rodillas? Lo interesante es que este sonido único tiene un nombre: crepitación.1 Algunos solo se refieren a esto diciendo que "les crujen" las rodillas.

Sin embargo, cuando se produce crepitación, sobre todo en las rodillas, muchas personas asumen y se preocupan de que sea un signo de artritis, una afección en la que las articulaciones se inflaman, lo que provoca hinchazón, rigidez, dolor y pérdida gradual de movimiento. La buena noticia es que la crepitación no siempre es un signo de artritis. De hecho, un estudio reciente no encontró una relación sólida entre los ruidos de las rodillas y el daño estructural de las articulaciones.

Una nueva investigación da esperanza a los adultos jóvenes con respecto al ruido de las rodillas

Un estudio reciente publicado en la revista Arthritis Care & Research analizó más de cerca los mecanismos de la rodilla, en particular el crujido o chasquido que se produce al mover esta articulación. En particular, analizaron si la crepitación es un signo de alerta temprana de artritis o solo un resultado común e inofensivo del movimiento articular.2,3

• El estudio incluyó a 112 adultos jóvenes con una edad media de 28 años: todos los participantes se estaban recuperando de una cirugía de ligamento cruzado anterior (LCA). De acuerdo con la investigación, este grupo específico de personas tiene un mayor riesgo de desarrollar artritis; cerca de la mitad de las personas que sufren una rotura del ligamento cruzado anterior desarrollan síntomas de artritis y cambios estructurales en las articulaciones en un plazo de 10 años, es decir, unos 15 años antes que quienes no sufren lesiones en la rodilla.

• El estudio duró más de cinco años: los investigadores utilizaron resonancias magnéticas (RM) y resultados reportados por los pacientes para rastrear los signos de osteoartritis entre los participantes. Y, si bien los primeros resultados sugieren una tendencia preocupante, el seguimiento a largo plazo reveló algo diferente.

• La crepitación de la rodilla se asocia con daño al cartílago, pero no con un daño articular a largo plazo: de acuerdo con los investigadores, quienes presentaban crepitación mostraron una tasa 2.5 veces mayor de defectos cartilaginosos de espesor completo en la región de la rótula; también reportaron mayor dolor y una función más deficiente al año de la cirugía. Sin embargo, durante los cuatro años siguientes, no hubo diferencias en el dolor ni en la función de las rodillas que hacían ruidos y las que no.

• En pocas palabras, el sonido no predijo un deterioro articular continuo: en cambio, se trató más bien de un indicador temprano de estrés por recuperación que de una señal de alarma permanente. A pesar de comenzar con más dolor y limitaciones funcionales después de la cirugía, aquellos que desarrollaron crepitación con el tiempo alcanzaron al grupo con rodillas silenciosas. Su dolor no empeoró y su función no siguió deteriorándose. En cambio, con la rehabilitación y la actividad adecuadas, mejoraron tanto como sus compañeros.

• Estos hallazgos le dan calma a los jóvenes activos que se han sometido a cirugía tras sufrir lesiones articulares: tener articulaciones ruidosas y asociarlas con enfermedades podría llevarlo a intervenciones agresivas o medicamentos innecesarios.

El Dr. Adam Culvenor, director del Grupo de Investigación de Lesiones de Rodilla del Centro de Investigación de Medicina del Deporte y el Ejercicio (LASEM) de La Trobe, afirmó que este estudio "también destaca la importancia de mantenerse activo y someterse a rehabilitación para evitar o retrasar la osteoartritis".4

¿Por qué se produce la crepitación de las rodillas?

En el vídeo anterior, el Dr. Jeffrey Peng, ortopedista no quirúrgico y especialista en medicina deportiva con sede en San Francisco, ofrece información sobre por qué se producen los ruidos en las rodillas y por qué no siempre son una señal de alarma. Lo cierto es que cerca de la mitad de la población general (el 41 %, para ser exactos) experimenta crepitación en las rodillas en algún momento de su vida. "En la mayoría de los casos, la crepitación es inofensiva y no indica un problema grave. “Muchas personas experimentan ruidos ocasionales en las rodillas sin dolor ni problemas a largo plazo”, explicó.5

• Vale la pena analizar en detalle las particularidades de la crepitación: la articulación de la rodilla es compleja y está compuesta por huesos, tendones, cartílago, ligamentos y líquido sinovial. Estos mecanismos pueden contribuir a la crepitación. Por ejemplo, cuando se liberan burbujas de gas, se producen ruidos en las rodillas. Estas burbujas se forman y colapsan dentro del líquido que lubrica las articulaciones. Sin embargo, el chasquido que producen no es más peligroso que tronarse los nudillos; además, no hay dolor.

• Otra causa común es el movimiento de tendones o ligamentos: el Dr. Peng explica que cuando los tendones y ligamentos se desplazan un poco sobre los huesos, producen una sensación de chasquido o clic. Estos cambios mecánicos suelen ser inofensivos y tienden a ocurrir durante las sentadillas, los desplantes o incluso al ponerse de pie. "Si bien esto no suele ser un signo de daño, puede ser motivo de preocupación si va acompañado de dolor o sensación de inestabilidad", agregó.

• Hay situaciones en las que la crepitación es un signo de algo grave: esto es cuando se produce crepitación junto con desgaste del cartílago, desgarros de menisco (un cartílago en forma de media luna) o fragmentos sueltos en la articulación. En estos casos, además del ruido, hay dolor, hinchazón o bloqueo. Esta es la forma en que el cuerpo le avisa que la estructura de la articulación se ha visto afectada. Si tras una lesión aparece crepitación de forma repentina, estas roturas dentro de la articulación podrían ser la causa.

"Las investigaciones han descubierto que la presencia de crepitación podría indicar que se están produciendo cambios estructurales en la articulación, como daños en el cartílago o espolones óseos. De hecho, el 81 % de las personas con diagnóstico de osteoartritis de rodilla experimentaron crepitación en la rodilla. Esa es una cifra significativa, por eso se habla tanto de ella en relación con la artritis", explicó el Dr. Peng.

• Los detalles relacionados con el tiempo también importan: si la crepitación proviene de la función articular normal, el ruido puede persistir pero no conduce a la degeneración. Pero si el ruido es consecuencia de afecciones como la osteoartritis, los síntomas pueden empeorar de forma gradual sobre todo sin los cuidados articulares que se requieren.

Otras razones por las que las rodillas crujen

Aunque la artritis o la osteoartritis son causas comunes del ruido en las rodillas, la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS) afirma que existen otras causas distintas. A continuación se muestran varios ejemplos: a menudo se presentan con dolor y síntomas característicos, por lo que si experimenta algún signo alarmante aparte del ruido, es mejor consultar a un médico para determinar la condición específica.6

• Además de los crujidos o chasquidos en la rodilla, la artritis también causa rigidez y tensión dolorosas: el dolor suele empeorar cada mañana o después de estar sentado durante un tiempo prolongado, así como cuando hay cambios de temperatura.

• Las roturas de menisco suelen aparecer a causa de lesiones deportivas: aunque también pueden producirse debido a cambios degenerativos. Se producen crujidos cuando ocurre la lesión. Las rodillas también pueden bloquearse o doblarse al caminar o agacharse; el dolor puede aparecer al realizar actividades cotidianas como levantarse de una silla o salir del auto.

• Las lesiones de ligamentos y los desgarros de tendones se producen debido a lesiones deportivas o traumáticas, como un accidente automovilístico: cuando el ligamento o el tendón se rompe, se produce un sonido de chasquido repentino. Esto viene acompañado de hinchazón dolorosa y de que las rodillas se doblen al caminar o girar.

En caso de rotura de tendón, pueden aparecer hendiduras en la parte superior o inferior de la rótula. La rótula también podría estar desplazándose hacia el muslo, lo que significa que el tendón rotuliano está roto y ya no está unido a la tibia. La rótula también podría hundirse, lo que indica que el tendón del cuádriceps se ha desgarrado.

• Si el chasquido o crujido proviene del exterior de la rodilla, podría tratarse de lo que se conoce como síndrome de la banda iliotibial: esto ocurre cuando la banda iliotibial, que es una banda de tejido que se extiende desde la cadera hasta la rodilla en la parte externa de la pierna, se irrita debido al roce constante. Suele ocurrir en corredores, y el dolor empeora con actividades que implican flexiones y extensiones repetidas de la rodilla.

• Menos comunes pero igual de importantes son las afecciones como el síndrome de plica y los cuerpos libres dentro de la articulación: el síndrome de plica causa chasquidos o crujidos dentro de la rodilla, junto con sensibilidad e hinchazón. Por su parte, los cuerpos libres, que son pequeños trozos de cartílago o hueso que flotan en la articulación, provocan una sensación de crujido o bloqueo, casi como si algo impidiera el movimiento.

• Las fracturas de rótula son otra causa y requieren atención médica inmediata: una fractura produce un crujido seco en el momento de la lesión, junto con hematomas, hinchazón y, a veces, deformidad visible. Este tipo de ruido nunca es benigno y siempre requiere atención médica inmediata.

Además, los ruidos también se producen en personas que ya se han sometido a una artroplastia de rodilla. En estos casos, los ruidos de golpeteo o chasquido suelen provenir del contacto entre los componentes metálicos y plásticos del implante. Esto puede sonar alarmante, pero a menudo no es doloroso ni peligroso.

Los ejercicios bien estructurados ayudarán a fortalecer y proteger las rodillas

En su vídeo, el Dr. Peng reitera lo que señaló el estudio: que tener rodillas ruidosas no se traduce en dolor o trastornos articulares en el futuro, a menos que vengan acompañadas de dolor o problemas de movilidad. También destaca que, si bien muchas personas se abstienen de hacer ejercicio cuando aparecen estos síntomas, esto en realidad es contraproducente. De hecho, el ejercicio adecuado y regular es una de las mejores maneras de proteger la salud de las rodillas.

"El movimiento regular y el entrenamiento de fuerza apoyan la articulación de las rodillas. Ayuda a reducir la tensión en el cartílago y mejora su función. En lugar de dejar de hacer ejercicio, concéntrese en mantener una buena forma, equilibrio muscular y movimientos controlados", recomendó el Dr. Peng.

• Casi nunca es necesaria una cirugía para la crepitación de rodilla: en cambio, los mayores beneficios se observaron en las personas que se mantuvieron activas, controlaron su peso y siguieron rutinas de fortalecimiento respetuosas con las rodillas.

• A pesar de lo anterior, es posible que necesite modificar su rutina de ejercicios: esto es importante, sobre todo si ciertas actividades provocan dolor o molestias. El Dr. Peng recomienda reducir la carga de peso o cambiar a ejercicios de menor impacto como el ciclismo o la natación, lo que ayudará a proteger las rodillas y a mantener su fuerza.

• También es esencial fortalecer los músculos circundantes y mejorar la movilidad: aconseja centrarse en ejercicios que trabajen los cuádriceps, los isquiotibiales, los glúteos y las pantorrillas. Hacer esto ayudará a estabilizar la articulación de la rodilla y a minimizar el movimiento excesivo que puede contribuir a la crepitación. Estirar los isquiotibiales, los flexores de la cadera y los cuádriceps también aliviará los crujidos.

• El Dr. Peng recomienda escuchar a su cuerpo para evitar esfuerzos innecesarios: la mayoría de los ejercicios de bajo impacto son seguros, pero realizar movimientos de alto impacto o de alta tensión podría provocar molestias. Se recomienda modificar movimientos como las sentadillas profundas o las sentadillas completas.

"El entrenamiento de resistencia apoya la articulación de la rodilla al reducir la tensión en el cartílago y mejorar la mecánica general. Sin embargo, sobrecargar los músculos débiles demasiado rápido o utilizar una técnica deficiente puede provocar molestias", afirmó el Dr. Peng.

"Si ciertos movimientos causan dolor, modificarlos, reducir la profundidad de la sentadilla o disminuir la resistencia, puede ayudar a proteger la articulación al tiempo que se fortalece".

¿Los suplementos son buenos para la salud de las rodillas?

El colágeno, la condroitina y la glucosamina son ejemplos de suplementos recomendados para fortalecer las rodillas. En particular, recomiendo el colágeno, ya que proporciona soporte estructural y fuerza no solo a los tendones, ligamentos y cartílagos, sino también a la piel y los huesos.7,8,9

• El colágeno es un componente principal del cartílago: de hecho, representa cerca del 30 % del total de proteínas del cuerpo. El colágeno es fundamental para reparar los tejidos blandos, los músculos y el tejido conectivo, que tienden a debilitarse y perder elasticidad con la edad.

• Para los problemas de rodilla, un producto orgánico o de alta calidad o un suplemento de colágeno de animales alimentados con pastura, a una dosis de 50 gramos al día, puede ser muy beneficioso: los suplementos de colágeno pueden ser no hidrolizados (sin desnaturalizar) o hidrolizados (desnaturalizados). El proceso al que se someten la mayoría de los suplementos de colágeno para hidrolizarse podría producir subproductos que es mejor evitar.

El caldo de huesos casero es otra gran fuente de colágeno: el caldo de huesos contiene varios nutrientes que son beneficiosos para la salud de las articulaciones, tales como el colágeno, la gelatina, la glucosamina y la condroitina. También contiene aminoácidos como la glicina y la prolina, que tienen propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir el dolor y la inflamación de las articulaciones.

Los crujidos en las rodillas no siempre son motivo de preocupación, pero si nota otras señales de alerta como dolor o rigidez, puede estar seguro de que sus rodillas necesitan atención adicional. Le recomiendo mi artículo titulado "Alivie su dolor de rodilla sin necesidad de cirugía" para obtener más información al respecto.

Preguntas frecuentes sobre el crujido de rodilla (crepitación)

P: ¿Por qué mis rodillas crujen o chasquean cuando me muevo?

R: La mayoría de las veces, el crujido de la rodilla, que se conoce como crepitación, es inofensivo y proviene de burbujas de gas en el líquido sinovial o de tendones que se desplazan sobre el hueso. El ruido por sí solo no es un signo de artritis o daño articular.

P: ¿Si me crujen las rodillas, significa que estoy desarrollando artritis?

R: No. Las investigaciones demuestran que, aunque las personas con ruidos en las rodillas después de una lesión pueden reportar más dolor al principio de la recuperación, los resultados a largo plazo no difieren de los de las personas que no presentan ruidos. El riesgo de artritis depende más del daño estructural, la inflamación y los factores del estilo de vida que del sonido.

P: ¿Cuándo debo preocuparme por los ruidos en las rodillas?

R: Debe identificar si el chasquido viene acompañado de dolor, hinchazón, rigidez o bloqueo de la articulación. Estos síntomas sugieren problemas estructurales como desgaste del cartílago, roturas de menisco o lesiones de ligamentos que requieren atención médica.

P: ¿Qué puedo hacer para proteger mis rodillas si emiten ruidos?

R: Mantenerse activo es fundamental. El entrenamiento de fuerza para los cuádriceps, isquiotibiales, glúteos y pantorrillas estabiliza la articulación. Estirar los músculos tensos, modificar los movimientos de alto impacto y controlar el peso corporal ayudan a reducir la tensión en las rodillas.

P: ¿Hay suplementos beneficiosos para manejar los crujidos de las rodillas?

R: El colágeno es bastante valioso porque apoya el cartílago, los tendones y los ligamentos. El caldo de huesos es una fuente natural de colágeno, mientras que los suplementos de alta calidad ayudan a fortalecer los tejidos blandos y a mejorar la resistencia de las articulaciones con el tiempo.