📝HISTORIA EN BREVE

  • El asma infantil afecta a 4.6 millones de niños en Estados Unidos, y las investigaciones actuales demuestran que la deficiencia de zinc provoca más inflamación, empeora la función pulmonar y causa mayores problemas respiratorios
  • El zinc fortalece las barreras de las vías respiratorias, entrena las células inmunitarias, reduce la inflamación alérgica y ayuda a reparar los tejidos, por lo que es fundamental para proteger a los niños contra el empeoramiento de los síntomas del asma
  • Un estudio publicado en la revista Nutrients descubrió que la deficiencia de zinc en niños se asoció de manera consistente con un asma y una rinitis alérgica más graves, y que se observan mayores beneficios al restablecerse los niveles de zinc
  • Un análisis que se realizó en Estados Unidos demostró que los niños con sobrepeso que consumieron más alimentos ricos en zinc tuvieron una probabilidad hasta 29 % menor de padecer asma y sufrían menos ataques en comparación con sus compañeros
  • El zinc se absorbe mejor cuando se obtiene de alimentos enteros como la carne de res, el cordero, las ostras y los huevos; los suplementos solo deben utilizarse como complemento cuando la alimentación no aporta lo suficiente

🩺Por el Dr. Mercola

El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes en los niños, y se caracteriza por sibilancias, tos, opresión en el pecho y dificultad para respirar. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos informan que 4.6 millones de niños en el país padecen asma, lo que la convierte en una de las causas principales de ausencias en la escuela y visitas al hospital.1

Sin embargo, el asma no es solo un problema respiratorio, sino que también implica una inflamación crónica de las vías respiratorias que provoca que los pulmones sean hipersensibles a los alérgenos, contaminantes e infecciones. Esta enfermedad está muy relacionada con el sistema inmunológico del niño, y el zinc es uno de los nutrientes clave que se necesitan para tener una función inmunológica óptima.

Algunos estudios recientes señalan que tener niveles bajos de zinc se correlaciona con un asma más grave. Esto plantea una pregunta importante. ¿Un mayor consumo de zinc podría ayudar a los niños a controlar mejor esta enfermedad?

El zinc influye en muchos aspectos del cuerpo

El zinc es un mineral esencial que está en todos los órganos, tejidos y fluidos del cuerpo. Es el segundo mineral más abundante en el cuerpo después del hierro. Sus músculos, huesos, hígado y piel necesitan zinc para funcionar de manera óptima; de hecho, participa en "más de 300 reacciones mediadas por enzimas, la transcripción génica y la estructura proteica."2 Estas son algunas de las funciones del zinc:

• Protege sus células de los radicales libres: el zinc trabaja dentro del ciclo redox, en el cual compite con metales como el hierro y el cobre para evitar que se creen los radicales libres más dañinos, lo que evita daños innecesarios a sus células.

• Actúa como coenzima para la superóxido dismutasa de cobre-zinc: esta enzima antioxidante evita que las grasas en las membranas celulares se descompongan (peroxidación lipídica), lo que mantiene la inflamación bajo control y los tejidos más sanos.

• Apoya la glándula del timo: el zinc mantiene en niveles saludables la timulina, que es una hormona del timo, lo que permite que las células T maduren de forma adecuada. Las células T son la primera defensa del sistema inmunológico, y sin un nivel adecuado de zinc no se desarrollan como deberían.

Esta falta de desarrollo conduce al sistema inmunológico hacia lo que se denomina un estado de predominio Th2. Esto significa que su cuerpo reacciona a factores inofensivos (como el polvo o el polen) como si fueran peligrosos, lo que provoca una inflamación alérgica.

• Influye en otros actores importantes del sistema inmunológico: el zinc regula las células linfoides innatas del grupo 2, que son importantes para controlar el asma y las alergias. El zinc también mantiene equilibradas las células dendríticas, que deciden si provocar o tolerar una reacción inmunitaria.

• Actúa como un escudo para las barreras de su cuerpo: el zinc mantiene fuerte e intacto el revestimiento epitelial, que es la capa fina de células que cubre las vías respiratorias y la piel. Este efecto lo consigue al estabilizar unas proteínas llamadas uniones estrechas que mantienen las células unidas, lo que crea una barrera protectora. Cuando hay una deficiencia de zinc, esa barrera se debilita y los alérgenos o irritantes podrían atravesarla con mayor facilidad, lo que provoca inflamación crónica e hipersensibilidad.

• Favorece la apoptosis (muerte celular programada): de este modo, el zinc ayuda a prevenir la pérdida innecesaria de células y garantiza que los tejidos se reparen con efectividad. Esto permite que el cuerpo se recupere del estrés oxidativo o de la exposición a toxinas sin que el daño se vuelva crónico. Esta función protectora destaca por qué el zinc es tan importante para prevenir la atopia, que es la tendencia genética a desarrollar afecciones alérgicas como el asma, el eccema y la fiebre del heno.

Sin embargo, el cuerpo no tiene forma de almacenar zinc a largo plazo, lo que significa que hay que obtenerlo de manera constante mediante la alimentación. Sin un aporte constante todos los días, corre el riesgo de sufrir una deficiencia de zinc. Esta deficiencia podría ser una causa importante de que los síntomas empeoren en los niños que padecen asma. 

La relación entre el zinc y el asma infantil

Una revisión bibliográfica reciente que se publicó en Nutrients recopiló evidencia sobre cómo el zinc influye en el asma infantil y la rinitis alérgica. Esta revisión destaca los efectos de este nutriente sobre el estrés oxidativo y el equilibrio inmunológico, y por qué podría ser el elemento que falta en el tratamiento del asma infantil.3

Los investigadores analizaron estudios tanto observacionales como de intervención para determinar cómo el zinc, junto con otros nutrientes, influye en la gravedad de los síntomas, la función de los pulmones e incluso el pronóstico a largo plazo de la salud de las vías respiratorias.

"Los oligoelementos como el zinc y el hierro, y las vitaminas como la A, C y D, podrían alterar la respuesta inmunitaria y mejorar la capacidad antioxidante del cuerpo. Los niños que padecen atopia suelen tener deficiencias de estos nutrientes, y la falta de zinc y vitamina A se asocia con la inflamación de las vías respiratorias," afirma un artículo que se publicó en News-Medical.net.4

• ¿Qué define la deficiencia de zinc?  Ciertos factores afectan los niveles de zinc, como la edad, el sexo, la inflamación y los ritmos corporales de cada persona. Sin embargo, los niveles son diferentes entre los adultos y los niños. En niños de 10 años o menos, esto se define como tener niveles de zinc por debajo de 70 µg/dL en varones y 66 µg/dL en mujeres. Mientras tanto, se considera que los adultos tienen deficiencia de zinc si sus niveles están por debajo de 74 µg/dL (hombres) y 70 µg/dL (mujeres).5

• Los niños que viven con asma y alergias fueron el enfoque de esta investigación: en estos grupos, la deficiencia de zinc se asoció de manera consistente con una enfermedad más grave. Estos niños parecen tener una peor función de los pulmones, mayor estrés oxidativo y problemas respiratorios más frecuentes. Y aunque la deficiencia de zinc no siempre era "tan grave" como para alcanzar los valores límite de laboratorio que se utilizaron en adultos, los niños experimentaron resultados peores cuando sus niveles de zinc eran bajos.

• Un hallazgo sorprendente fue el efecto del zinc sobre la rinitis alérgica: los niños con esta afección fueron más propensos a tener inflamación de los tejidos nasales y niveles más bajos de zinc en la sangre. Por interesante que parezca, durante los brotes agudos de alergia, los niveles de zinc en la mucosa (el revestimiento interior de la nariz) aumentaron, lo que sugiere que el zinc se dirige al lugar de la inflamación. Esta redistribución indica que el zinc es transportado de manera activa a los tejidos donde más se necesita, lo que hace que circule menos cantidad en el torrente sanguíneo.

• El estado del zinc también importa durante la etapa de desarrollo: los investigadores observaron que cuando las madres tenían un nivel adecuado de zinc durante el embarazo, sus hijos tuvieron una mejor función pulmonar y un menor riesgo de desarrollar asma, lo que demuestra que el zinc tiene un efecto incluso antes de que nazca un niño.

• Las mejoras más significativas se observaron en niños con niveles de zinc más bajos al principio: esto sugiere que tomar suplementos de zinc ofrece el mayor beneficio cuando hay una deficiencia. Es decir, si su hijo ya consume muchos alimentos ricos en zinc, como carne de res, cordero o mariscos, es posible que los suplementos no produzcan cambios significativos. Pero si su alimentación carece de estos alimentos, la diferencia en la respiración y la recuperación podría ser mucho más notable.

• El método de administración también influye en el resultado: mientras que algunos ensayos descubrieron que la suplementación con zinc produjo mejoras, otros reportaron pocos cambios. Estas inconsistencias solían deberse a variaciones en la dosis, la duración o incluso a si el zinc se administraba por vía oral o intranasal.

Esta investigación demostró que la deficiencia de zinc no es solo un factor secundario en el tratamiento del asma, sino que agrava los síntomas, aumenta la inflamación y debilita el control inmunológico. Los niños que sufren problemas respiratorios, pueden beneficiarse de un consumo adecuado de zinc, ya que es una forma práctica de apoyar la recuperación y la resistencia junto con los tratamientos convencionales. Los niveles adecuados de este nutriente son aún más importantes en los niños con asma que padecen otras afecciones de salud, como la obesidad. 

El zinc exhibe efectos protectores en los niños con sobrepeso y asma

Un análisis transversal de 2024 que se publicó en el World Allergy Organization Journal investigó cómo el consumo de zinc influye en el asma en niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad. Los investigadores utilizaron datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos de entre 2011 y 2020 para determinar si los niños con exceso de peso y asma tenían un consumo de zinc menor en comparación con los niños más sanos.6

• El estudio analizó a 4 597 niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad menores de 20 años: de esta población, 963 tienen asma. Tras ajustar los factores de confusión, los investigadores descubrieron que un mayor consumo de zinc se correlacionó de manera consistente con un menor riesgo de asma.

• Los investigadores dividieron a los participantes según su consumo de zinc: se crearon cuatro grupos, según el consumo más bajo al más elevado. En comparación con el grupo de menor consumo, los niños del segundo cuartil tuvieron una probabilidad 22 % menor de padecer asma, mientras que los del tercer cuartil tuvieron una probabilidad 24 % menor. Los niños en el cuarto cuartil tuvieron una probabilidad 29 % menor.

• Esta relación se mantuvo incluso después de ajustar los tratamientos para el asma: los niños con un mayor consumo de zinc también tuvieron menos ataques de asma recientes, lo que refuerza la idea de que el zinc no solo influye en el riesgo a largo plazo, sino que también podría facilitar el manejo diario de la enfermedad.

• Los análisis de sensibilidad (pruebas que verifican si los hallazgos se mantienen bajo diferentes supuestos) confirmaron los resultados: sin embargo, debido a que el estudio fue transversal, no puede probar que el consumo de zinc prevenga de manera directa el asma; solo que ambos están bastante relacionados. Aun así, refuerza la idea de que mejorar el consumo de zinc es una medida segura y de bajo costo que favorece la salud del niño. Según los investigadores:

"Nuestros hallazgos coinciden con las investigaciones existentes, aunque todavía se desconocen por completo los mecanismos precisos por los que el zinc influye en el asma en las personas con sobrepeso u obesidad. El zinc, que se conoce por sus propiedades antioxidantes, ayuda a disminuir el estrés oxidativo a través de diversos mecanismos.7

• El zinc no actúa de forma aislada: un estudio de 2024 que se publicó en el World Journal of Clinical Pediatrics analizó cómo los niveles de zinc y otros marcadores sanguíneos relacionados afectan los síntomas del asma. Los investigadores descubrieron que los niveles de ferritina, que es una proteína que almacena hierro, también estaban mucho más elevados en los niños con asma.

El zinc y la ferritina actúan en una serie de respuestas inmunitarias. Cuando el nivel de ferritina aumenta debido a la inflamación, la influencia del zinc en el equilibrio del estrés oxidativo y el apoyo a las células inmunitarias se vuelve aún más importante.8

En general, estos estudios demuestran que la nutrición no es solo un factor secundario en el tratamiento del asma, sino que tiene un efecto cuantificable. Como concluye News-Medicat.net:

"Estos resultados destacan la importancia de considerar los factores nutricionales en el manejo del asma y justifican más investigaciones sobre el potencial terapéutico de la suplementación con zinc. Los estudios futuros que utilicen diseños de cohortes prospectivos y ensayos controlados aleatorios podrían esclarecer aún más el efecto causal del consumo de zinc en la alimentación para aliviar el asma en esta población.9

Medidas prácticas para abordar la deficiencia de zinc en el asma infantil

Si su hijo padece asma, es importante que no solo se limite a tratar los síntomas. El problema suele comenzar con la inflamación y una respuesta inmunitaria muy activa. El zinc tiene una función clave para calmar esa inflamación, fortalecer las barreras de las vías respiratorias y mantener el sistema inmunológico equilibrado. A continuación descubra cinco pasos prácticos que puede seguir para ayudar a optimizar sus niveles de zinc:

1. Consuma alimentos ricos en zinc todos los días: la forma más confiable de mejorar el consumo de zinc es a través de los alimentos. Concéntrese en consumir carnes como la de res y cordero de animales alimentados con pastura, junto con mariscos como ostras o camarones (que provengan de fuentes seguras y limpias). Estos alimentos le proporcionan a su hijo zinc en una forma que el cuerpo utiliza con facilidad.

Los huevos de gallinas camperas, los frijoles y las lentejas también aportan zinc, pero hay que tener en cuenta que el zinc que proporcionan no se absorbe con tanta efectividad. Añadir alimentos ricos en vitamina C, como la fruta, ayuda al cuerpo a absorber mejor el zinc de las plantas.

2. Reduzca su consumo de alimentos ultraprocesados y comida chatarra: los alimentos procesados suelen contener aceites de semillas y aditivos que irritan el cuerpo y hacen que los síntomas del asma sean más difíciles de controlar. Aunque el zinc se utiliza a menudo en cereales para el desayuno, así como otros alimentos fortificados y envasados, no recomiendo consumir estos productos. Obtendrá mejores resultados si consume las fuentes de zinc que provienen de alimentos enteros, como ya indiqué antes.

3. Apoye a su hijo durante las temporadas de alergias: si su hijo padece alergias junto con asma, sepa que su zinc se acumula en los tejidos inflamados, en especial en la nariz y los pulmones. Durante las temporadas de concentración elevada de polen, asegúrese de darle alimentos ricos en zinc todos los días. Si ya lo hace, observe si los síntomas de su hijo empeoran; esto suele ser una señal de que necesita aumentar aún más la dosis de zinc.

4. No olvide la nutrición durante el embarazo y la primera infancia: un consumo adecuado de zinc durante el embarazo ayuda a desarrollar el sistema inmunológico del bebé y reduce el riesgo de que desarrolle asma más adelante. Durante el embarazo y la lactancia, concéntrese en consumir alimentos enteros como carnes, mariscos y huevos para que su hijo tenga el mejor comienzo posible.

5. Utilice los suplementos de forma estratégica si la alimentación por sí sola no es suficiente: siempre combine los suplementos con fuentes alimenticias para no depender solo de las pastillas. Considere los suplementos de zinc como un complemento, no como la base.

Cuando aborda la deficiencia de zinc, no solo ayuda a controlar los brotes de asma, sino que también le brinda a su hijo defensas inmunológicas más fuertes, una función de los pulmones más saludable y una mejor recuperación cuando surjan desafíos.

Preguntas frecuentes sobre el zinc para el asma infantil

P: ¿Por qué es importante el zinc para los niños con asma?

R: El zinc tiene varias funciones clave para proteger las vías respiratorias de su hijo. El zinc ayuda a que las células inmunitarias maduren de manera correcta, reduce la inflamación alérgica y fortalece las barreras que recubren los pulmones. El zinc también ayuda a que los tejidos se reparen, por lo que el cuerpo se recupera mejor después de los brotes. Sin el nivel suficiente de zinc, es más probable que el sistema inmunológico de su hijo reaccione de forma exagerada a factores inofensivos como el polvo o el polen, lo que empeorará los síntomas del asma.

P: ¿Que tan común es el asma en los niños?

R: Hoy en día, el asma es una de las afecciones crónicas más comunes en los niños. Los CDC reportan que 4.6 millones de niños en Estados Unidos viven con asma en la actualidad. No se trata solo de padecer sibilancias o tener dificultad para respirar; también es una razón importante por la que los niños faltan a la escuela y necesitan atención médica urgente, lo que genera estrés tanto en los niños como en las familias.

P: ¿Qué dice la investigación sobre el zinc y el asma?

R: Varios estudios descubrieron que la deficiencia de zinc se relaciona con síntomas de asma más graves. Los niños con niveles bajos de zinc suelen tener una peor función de los pulmones, mayor estrés oxidativo y problemas respiratorios más frecuentes. Por otro lado, los niños que consumen más alimentos ricos en zinc tienen una menor probabilidad de sufrir ataques, y en un estudio que se realizó en Estados Unidos, los niños con sobrepeso que consumieron más zinc tuvieron un riesgo hasta un 29 % menor de padecer asma.

P: ¿Qué alimentos son las mejores fuentes de zinc?

R: Las mejores fuentes de zinc son los alimentos enteros como la carne de res, el cordero, las ostras, los camarones y los huevos. Estos alimentos aportan zinc en una forma que el cuerpo absorbe con facilidad. Los alimentos de origen vegetal, como las legumbres y las lentejas, también contienen zinc, aunque se absorbe menos. Combinarlos con alimentos ricos en vitamina C, como las frutas, podría ayudar a que su cuerpo los absorba mejor. Consumir menos alimentos procesados o fortificados y más alimentos enteros es la mejor forma de mantener niveles saludables de zinc.

P: ¿Debo darle a mi hijo suplementos de zinc para tratar el asma?

R: Los suplementos son útiles cuando hay una deficiencia o cuando la alimentación no es suficiente. Las mayores mejoras en la respiración y la recuperación suelen observarse en los niños que comienzan con niveles bajos de zinc. Lo ideal es que los alimentos enteros constituyan la base, y los suplementos sean un apoyo si es necesario. Aun así, es importante que sea constante y los combine con buenos hábitos alimenticios para que obtenga los mejores resultados.