📝HISTORIA EN BREVE
- El trastorno bipolar y la depresión afectan a decenas de millones de personas en todo el mundo, y durante mucho tiempo se consideraron enfermedades que se originan en el cerebro, pero en ambas, los pacientes presentan resistencia a la insulina y otros problemas metabólicos
- En 2025, un estudio que se publicó en Nature Neuroscience descubrió que, la liberación de insulina en el páncreas y la actividad del hipocampo se conectan través de un circuito de retroalimentación circadiana. Esto sugiere que los cambios de humor en el trastorno bipolar también se deben a una alteración del metabolismo, y no solo a la química del cerebro
- Otras investigaciones que se realizaron en 2022, demuestran que el litio ayuda a estabilizar el estado de ánimo, lo que podría deberse a que restaura la señalización de la insulina, mientras que un ensayo clínico descubrió que la metformina mejora tanto la sensibilidad a la insulina como los síntomas psiquiátricos en pacientes con depresión bipolar que no respondían al tratamiento convencional
- La resistencia a la insulina es un problema de salud muy común, ya que afecta a cerca del 40 % de las personas que viven en los Estados Unidos, y algunas de sus causas principales incluyen el consumo elevado de azúcares refinados y aceites vegetales, el estrés, la falta de sueño y la exposición a factores ambientales que alteran la regulación energética natural del cuerpo
- Para mejorar la sensibilidad a la insulina se requieren cambios graduales, tales como sustituir las grasas dañinas y los alimentos ultraprocesados, introducir poco a poco carbohidratos y fibra beneficiosos para el intestino, controlar el estrés, mejorar el sueño y mantenerse activo, lo que también reforzará el metabolismo y la salud mental
🩺Por el Dr. Mercola
El trastorno bipolar y la depresión afectan a millones de personas en todo el mundo, se estima que 37 millones de personas viven con trastorno bipolar,1 y cerca del 4 % de la población mundial sufre depresión mayor.2 Se dice que estos problemas de salud se originan en el cerebro, y la causa principal son los desequilibrios químicos, las alteraciones en los circuitos o las vulnerabilidades genéticas, y en esto se ha basado la medicina convencional durante décadas para tratarlos.3
Otro factor que merece atención es la frecuencia con la que estos problemas de salud mental van acompañados de trastornos metabólicos, resistencia a la insulina en particular. Esto demuestra que existe una relación estrecha entre su salud mental y su salud metabólica, algo que los modelos de tratamiento estándar rara vez reconocen.
Hace poco, los investigadores comenzaron a enfocarse más en esta relación.4 Su trabajo sugiere que las alteraciones en la señalización de la insulina son uno de los factores ocultos detrás de los cambios de humor que se observan en el trastorno bipolar y la depresión, lo que sugiere que el desequilibrio en la regulación energética también se manifiesta en forma de enfermedad metabólica y psiquiátrica.5
La función de la insulina
La insulina es una de las hormonas de señalización más importantes del cuerpo. Su función principal es ayudar a las células a absorber la glucosa, que es el tipo de combustible que necesitan para funcionar sin problemas. Sin insulina, la glucosa se queda en la sangre en lugar de pasar a los tejidos, lo que provoca que las células no reciban la energía que necesitan.6,7
• Las células beta del páncreas producen la insulina: después de liberarse, viaja a través del torrente sanguíneo y se une a los receptores de la superficie de las células. Esta unión indica a las células que abran sus canales especializados para que la glucosa pueda entrar y activar las reacciones químicas que lo mantienen con vida. Cuando este proceso se desarrolla sin problemas, todos sus órganos reciben la energía que necesitan para funcionar de forma correcta.
• Este sistema se activa después de comer: cuando incrementan los niveles de azúcar en respuesta al consumo de carbohidratos, su páncreas detecta el cambio y libera insulina. La hormona actúa casi de inmediato, y transporta la glucosa de la sangre al interior de las células, lo que evita que los niveles de azúcar suban demasiado. Esto no solo protege de peligrosos picos de azúcar, sino que también garantiza que sus células tengan un flujo constante de energía a la mano.
• La insulina también funciona como estabilizador de energía: si bien la insulina trabaja a nivel microscópico, su impacto es enorme. Desde la forma en que su cerebro procesa los pensamientos hasta la forma en que sus músculos se contraen cuando se mueve, todo depende de la capacidad de la insulina para mantener el flujo de energía.
• La insulina también afecta la forma en que el cuerpo almacena y utiliza esa energía: indica cuándo almacenar glucosa en el hígado y los músculos en forma de glucógeno, que es una forma de combustible de reserva al que puede recurrir más tarde, cuando está activo o entre comidas. También influye en la cantidad de grasa que almacena, en la forma en que se conserva el tejido muscular e incluso en la sensación de hambre o saciedad.
La insulina integra estas señales, lo que garantiza que se satisfagan sus necesidades energéticas, no solo a corto, sino también a largo plazo. Su objetivo siempre es el mismo: ajustar el suministro de combustible según las necesidades de sus células con el fin de que su cuerpo y su cerebro funcionen de forma correcta en todo momento.
A pesar de la precisión de este sistema, hay situaciones en las que puede alterarse el equilibrio de la insulina. El efecto de esta descomposición no se limita a los músculos o el hígado. Se extiende al cerebro, donde las neuronas también dependen de la insulina para regular el uso de energía.
La señalización de la insulina es el enlace entre el páncreas y los cambios de humor
Una investigación reciente que se publicó en Nature Neuroscience analizó cómo influye la función pancreática en la regulación del estado de ánimo en el trastorno bipolar. Los investigadores comenzaron con islotes pancreáticos derivados de células madre pluripotentes (células adultas reprogramadas para desarrollarse en muchos tipos de células diferentes) que se extrajeron de personas con trastorno bipolar. Estas células segregaron menos insulina, lo que se relacionó con una expresión anormalmente alta del gen RORβ, que ahora se reconoce como un factor de riesgo genético para este problema mental.8
• Los investigadores utilizaron modelos de ratones con sobreexpresión del gen RORβ: para determinar la forma en que este cambio genético influye en el comportamiento, los investigadores utilizaron ratones con sobreexpresión de RORβ en las células β del páncreas. Durante la fase de luz, los animales mostraron comportamientos similares a la depresión, mientras que durante la fase de oscuridad, que suele ser su período activo, exhibieron comportamientos similares a la manía. Estos cambios de ritmo se utilizaron para imitar los cambios de humor del trastorno bipolar.
• La supresión de insulina relacionada con la hiperactividad del hipocampo: en la fase de luz, la sobreexpresión de RORβ bloqueó la liberación de insulina de los islotes pancreáticos. Esto estuvo acompañado de una mayor actividad en el hipocampo. Dado que el hipocampo regula el estado de ánimo, la memoria y las respuestas al estrés, los hallazgos sugieren que los niveles bajos de insulina pancreática se relacionan con una hiperactividad anormal en los circuitos cerebrales que influyen en el estado de ánimo.
• Efectos residuales en la fase de oscuridad: la hiperactividad del hipocampo que se observó durante la fase de luz influyó en la función pancreática en etapas más avanzadas del ciclo. Durante la fase de oscuridad, se restauró la liberación de insulina hasta alcanzar niveles superiores a los normales, disminuyó la actividad del hipocampo y los ratones comenzaron a mostrar un comportamiento similar a la manía. El estudio demostró que las alteraciones en una parte del ciclo provocan cambios opuestos en la siguiente.
• El bucle de retroalimentación circadiana: los investigadores identificaron un circuito de retroalimentación que relaciona la liberación de insulina pancreática con la actividad neuronal del hipocampo. La insulina influyó en el hipocampo, mientras que la actividad hipocampal alteró la secreción de insulina pancreática. Este ciclo dependió de los ritmos circadianos, lo que significa que los cambios a lo largo del día eran fundamentales para que se produjeran las fluctuaciones del estado que se observaron.
Los hallazgos sugieren que los cambios en los episodios depresivos y maníacos del trastorno bipolar se originan por una desregulación del circuito páncreas-hipocampo. Los síntomas metabólicos y cambios de humor representan dos caras de un mismo proceso biológico, que se conectan a través de la retroalimentación circadiana.
• Una mayor relevancia para otras afecciones: aunque el estudio se enfocó en el trastorno bipolar, los resultados también se aplican a otros problemas de salud en los que aparecen juntas la disfunción metabólica y los cambios en el estado de ánimo, como la depresión mayor y la esquizofrenia. Dado que el gen RORβ también regula el ritmo circadiano, este estudio también demuestra el potencial terapéutico de las estrategias que abordan los ritmos diarios, como la programación de medicamentos y la alimentación, y la terapia de luz.
El estudio cambia la forma de ver el trastorno bipolar, y demuestra que no siempre se relaciona con el cerebro. Esta relación entre el factor de riesgo genético, la alteración en la liberación de insulina en el páncreas y los cambios circadianos en la actividad del hipocampo, demuestra que el metabolismo influye en gran medida en afecciones que, durante mucho tiempo solo se relacionaron con el cerebro.
Evidencia previa también relaciona la insulina con el trastorno bipolar
En 2022, los investigadores comenzaron a analizar el trastorno bipolar desde la perspectiva del metabolismo, y se demostró que el desequilibrio en la señalización de la insulina podría ser la causa de la inestabilidad del estado de ánimo. Dos estudios clave que se realizaron ese año llegaron a la misma conclusión: corregir la resistencia a la insulina puede restaurar la estabilidad en una condición que durante mucho tiempo, se consideró resistente al tratamiento.9,10
• Una nueva perspectiva considera la resistencia a la insulina como uno de los factores principales en el trastorno bipolar: una perspectiva de la psiquiatría traslacional argumentó que los beneficios del litio no solo podrían derivarse de su efecto en la neurotransmisión, sino también de su capacidad para restaurar la señalización de la insulina dentro del cerebro.
El litio actúa sobre la PI3K/Akt y la proteína que depende de esta vía, el glucógeno sintasa quinasa 3 (GSK3), y ambos compuestos son fundamentales para que la insulina regule el uso de energía neuronal. El efecto del litio en estas vías ayuda a mejorar la captación de glucosa en las neuronas, lo que garantiza que reciban la energía que necesitan para funcionar de forma correcta. Esto cambió la forma de ver el trastorno bipolar, y ya no solo se considera un problema de desregulación energética, sino también el resultado de un desequilibrio en los neurotransmisores.11
• Un ensayo de prueba de concepto analizó este modelo metabólico en pacientes: ese mismo año, investigadores de la Universidad de Pittsburgh y la Universidad de Dalhousie realizaron un ensayo clínico que involucró a 45 pacientes de mediana edad con depresión bipolar resistente al tratamiento.
En promedio, los participantes habían vivido con esta enfermedad durante más de 25 años, y después de probar una docena de medicamentos psiquiátricos, no habían encontrado una forma efectiva de controlar sus síntomas. Se asignaron de forma aleatoria para recibir metformina, un medicamento sensibilizador a la insulina común, o un placebo, junto con su tratamiento psiquiátrico convencional.12
• La metformina mejoró tanto la sensibilidad a la insulina como los síntomas psiquiátricos: los pacientes que recibieron metformina comenzaron a mejorar en cuestión de semanas. Después de 14 semanas, la mitad de los participantes había recuperado la sensibilidad a la insulina, y este cambio biológico coincidió con una reducción en los episodios de depresión y ansiedad.
Las mejoras se mantuvieron hasta por 26 semanas, lo que representó un cambio drástico para personas que no habían sentido alivio durante décadas. Según la Dra. Jessica Gannon, coautora del estudio:
“dado que la terapia electroconvulsiva (un procedimiento que consiste en aplicar corriente eléctrica al cerebro) es el único tratamiento que funciona de manera comparable, lograr el mismo resultado solo por restaurar la sensibilidad a la insulina es algo asombroso".13
Ambos estudios demuestran que el trastorno bipolar tiene una relación estrecha con el desequilibrio en la señalización de insulina, ya sea en neuronas que no pueden utilizar la glucosa de forma efectiva o debido a una resistencia sistémica que inhibe los efectos de la insulina en todo el cuerpo. Una vez que se corrigieron estos problemas, se estabilizó el estado de ánimo, algo que no habían logrado los medicamentos psiquiátricos.
La resistencia a la insulina es uno de los problemas de salud más comunes hoy en día
En los Estados Unidos, alrededor del 40 % de la población tiene resistencia a la insulina.14 La razón por la que es tan común tiene mucho que ver con la forma en que comemos, vivimos e interactuamos con nuestro entorno.
• El tipo de azúcar que consume también influye mucho: cuando se come una fruta entera, también consume fibra, vitaminas y minerales, lo que ralentiza la absorción de azúcares naturales y reduce la carga en su páncreas. Pero, cuando bebe un refresco o come productos que contienen azúcar refinada, no recibe estos otros nutrientes que controlan su impacto.
El torrente sanguíneo se llena de glucosa, se producen picos de azúcar y el páncreas libera grandes cantidades de insulina como respuesta. Cuando esto sucede de forma repentina, día tras día, las células dejan de responder a la insulina y se produce una resistencia.
• Los tipos de grasas que consume también importan: los aceites de semillas, como el aceite de soya y maíz, se encuentran en casi todos los alimentos procesados modernos. El problema es que estos aceites son muy inestables y se transforman en subproductos dañinos, sobre todo cuando se calientan.
Con el tiempo, estos subproductos dañan las células e interfieren con su respuesta a la insulina. También alteran la composición de las membranas celulares, lo que afecta la función de los receptores de insulina y dificulta aún más que las células utilicen la glucosa de forma efectiva.
• Además de la alimentación, la exposición a factores ambientales empeora las cosas: ciertos plásticos liberan sustancias químicas que actúan como disruptores endocrinos, lo que altera la función de las hormonas. También se sabe que la exposición constante a campos electromagnéticos (EMF) que emiten los dispositivos electrónicos afecta las respuestas de estrés celular. Estos factores ocultos incrementan la carga metabólica, lo que hace aún más difícil que el cuerpo mantenga una buena señalización de la insulina.
• Los patrones de estilo de vida alteran aún más este equilibrio: el estrés crónico mantiene elevados los niveles de cortisol, lo que reduce la sensibilidad de las células a la insulina. Por otro lado, dormir mal altera las hormonas que regulan el hambre y los niveles de azúcar, lo que causa antojos por alimentos azucarados o almidonados y, al mismo tiempo, reduce la capacidad del cuerpo para procesarlos.
La falta de actividad física es otro factor que empeora el problema. Cuando los músculos no se contraen de forma regular y no utilizan la glucosa como combustible, el azúcar permanece en el torrente sanguíneo y el páncreas se ve obligado a liberar más insulina para tratar de compensar la situación.
Todos estos factores se acumulan y sobrecargan su metabolismo: crean un entorno en el que la insulina trabaja con mayor intensidad para transportar la glucosa a las células, mientras que las células responden cada vez menos. Con el tiempo, el sistema no puede seguir este ritmo y comienza a fallar, lo que incrementa el riesgo de una serie de problemas de salud que surgen del desequilibrio en la regulación energética.
Las ventajas de la prueba HOMA-IR
Una de las formas más sencillas de determinar la efectividad con la que su cuerpo responde a la insulina es la prueba HOMA-IR (Homeostatic Model Assessment of Insulin Resistance).
• Cómo obtener su puntuación HOMA-IR: a diferencia de otros procedimientos más complejos, solo requiere dos análisis de sangre básicos que se realizan a primera hora de la mañana antes de comer. Uno para medir la glucosa en ayunas y otro para medir la insulina en ayunas. Además, podría decirse que estas pruebas son accesibles y están disponibles en la mayoría de los laboratorios. Una vez que tenga los resultados, introdúzcalos en esta fórmula:
HOMA-IR = (Glucosa en ayunas en mg/dl × Insulina en ayunas en μU/ml) ÷ 405
• Esta puntuación muestra cuánto está trabajando su cuerpo para mantener el azúcar bajo control: una puntuación más alta significa que su páncreas está produciendo más insulina para controlar sus niveles de glucosa, lo que indica que sus células están volviéndose resistentes al efecto de la insulina. Aunque lo ideal es obtener un resultado por debajo de 1.0, si su valor se acerca a 1.0, podría significar que ya que está en riesgo de desarrollar resistencia. Mientras menor sea el número, mejor será su sensibilidad a la insulina.
• Una de las características más sobresalientes de la prueba HOMA-IR es su simplicidad: no necesita programar visitas al médico, ni someterse a procedimientos complicados. Solo ayuna durante la noche, acude al laboratorio para que extraigan su sangre y recibe los resultados poco después. Esta facilidad de uso la hace práctica no solo para la investigación científica, sino también para cualquier persona que desee mejorar su salud metabólica.
• La prueba de pinzamiento euglucémico-hiperinsulinémico, que se considera el método de referencia es poco práctica: en el campo de la investigación, el método de referencia para medir la sensibilidad a la insulina es el pinzamiento euglucémico-hiperinsulinémico. Esta prueba consiste en conectarse a vías intravenosas durante varias horas, mientras se infunde insulina y glucosa, y luego se mide la absorción de glucosa en tiempo real. Es muy precisa, pero también muy cara, además de que requiere mucho tiempo y resulta poco práctica para su uso fuera del campo de la investigación.
• Mientras que la HOMA-IR es una alternativa confiable y accesible: si bien ninguna prueba por sí sola puede mostrar el panorama completo de su metabolismo, este método equilibra la precisión con la practicidad. Proporciona una señal que ayuda a identificar cambios tempranos hacia la resistencia a la insulina, mucho antes de que esos cambios puedan identificarse a través de análisis de glucosa convencionales.
• La detección temprana es fundamental: es importante detectar la resistencia a la insulina a tiempo, ya que esto permitirá realizar los cambios necesarios antes de que surjan problemas más graves. Si su puntuación HOMA-IR es superior a 1.0, es una señal para analizar más de cerca los factores de su vida diaria que causan la resistencia, desde el consumo de azúcar y aceites procesados hasta la falta de sueño, el estrés crónico y la exposición ambiental.
Otra característica que hace a la prueba HOMA-IR la mejor opción es que, puede utilizarla para realizar un seguimiento de su progreso a lo largo del tiempo. Una vez que haga cambios en su alimentación, actividad física y estilo de vida, puede volver a realizar la prueba para comprobar si su puntuación mejoró o no. Esa retroalimentación directa proporciona motivación y claridad, y es una forma de ver cómo sus esfuerzos se traducen en mejoras medibles en la sensibilidad a la insulina y, por lo tanto, en su salud a largo plazo.
Estrategias para mejorar la sensibilidad a la insulina
Revertir la resistencia a la insulina toma tiempo, ya que requiere de tirar poco a poco las barreras que impiden que la insulina cumpla su función. Dado que la alteración de la señalización de la insulina también afecta al cerebro, estos cambios no solo favorecen el metabolismo, sino también la estabilidad del estado de ánimo. Aquí algunas estrategias que recomiendo:
• Comience con carbohidratos fáciles de digerir: muchos suelen relacionar la glucosa con la resistencia a la insulina, pero su cuerpo la utiliza como combustible principal. Si reduce demasiado el consumo carbohidratos, para compensarlo, su cuerpo incrementará los niveles de cortisol, que es una hormona del estrés que descompone el tejido muscular para producir glucosa, lo que a la larga, deteriorará su salud metabólica.
La mayoría de los adultos necesitan unos 250 gramos de carbohidratos saludables al día, pero si experimenta distensión, gases o estreñimiento, consumir alimentos que contienen mucha fibra puede empeorar los síntomas. Por esa razón, debe comenzar con alimentos fáciles de digerir, como el arroz blanco o la fruta entera, que proporcionan a sus células la glucosa que necesitan sin sobrecargar su intestino.
Una vez que note que mejora su digestión, podrá comenzar a consumir más alimentos ricos en fibra. Para más información sobre este tema, consulte: "Esto es lo que su cuerpo necesita cada día para mantener la insulina en equilibrio".
• Introduzca almidones resistentes y vegetales de raíz una vez que esté estable: cuando se estabilice su sistema, podrá comenzar a comer pequeñas cantidades de vegetales de raíz y almidones resistentes. Las papas blancas cocidas o plátanos verdes son buenas opciones para comenzar.
Una vez que tolere estos alimentos, puede agregar otros como el ajo, la cebolla y el puerro, que nutren las bacterias que producen butirato, que es un ácido graso de cadena corta que fortalece la mucosa intestinal y ayuda a regular los niveles de azúcar. Esta suele ser la etapa en la que muchas personas comienzan a sentir niveles de energía más estables, menos antojos y una mejor regulación de glucosa.
• A medida que mejore su digestión, puede agregar poco a poco una mayor variedad de alimentos de origen vegetal: comience con vegetales de raíz, luego pase a vegetales de hoja verde, legumbres y, por último, granos enteros. La clave está en agregarlos de forma gradual y no debe comer el mismo alimento nuevo todos los días. Sus bacterias intestinales necesitan tiempo para adaptarse a las nuevas fuentes de fibra, y hacerlo poco a poco ayuda a evitar las molestias que pueden surgir con los cambios repentinos.
Con el tiempo, este enfoque gradual crea un consumo equilibrado y variado de fibra que estabiliza el metabolismo y mantiene el intestino en buen estado. Consumir vegetales sin almidón, vegetales de raíz ricos en almidón como los camotes y la calabaza, legumbres y granos enteros contribuyen a la estabilidad a largo plazo, siempre y cuando se introduzcan a un ritmo que el cuerpo pueda asimilar.
• Es igual de importante lo que agrega a su alimentación, que todo lo que elimina: los aceites vegetales con alto contenido en ácido linoleico, los alimentos ultraprocesados y el alcohol dañan la barrera intestinal y promueven el crecimiento de bacterias que empeoran la inflamación y la resistencia a la insulina.
Sustituirlos con grasas más saludables como la mantequilla de vacas alimentadas con pastura, el ghee o el sebo ayuda a reparar la mucosa intestinal y restaura el equilibrio en el microbioma. Un entorno intestinal más saludable, a su vez, hace que las células respondan mejor a la insulina.
Implementar estas estrategias, sentará las bases que necesita para restaurar la salud de su metabolismo. A medida que se fortalecen las señales de insulina y se estabiliza la energía, también mejora la función del cerebro, y estos cambios no solo refuerzan el metabolismo, sino que también mejoran la salud mental.
Preguntas frecuentes sobre la resistencia a la insulina y la salud mental
P: ¿Cómo afecta la resistencia a la insulina a mi cerebro?
R: Su cerebro tiene receptores de insulina, sobre todo en áreas que controlan el estado de ánimo, la memoria y el estrés. Cuando las células dejan de responder a la insulina, las neuronas no pueden absorber bien la glucosa. Esa falta de energía altera los circuitos cerebrales y contribuye a la inestabilidad del estado de ánimo.
P: Si tengo depresión o trastorno bipolar ¿significa que también tengo resistencia a la insulina?
R: No siempre, pero es muy probable. Muchas personas con problemas de salud mental también muestran signos de resistencia a la insulina, incluso antes de desarrollar diabetes. Medir la sensibilidad a la insulina ayuda a ver si el metabolismo está detrás de los síntomas.
P: ¿Mejorar la resistencia a la insulina ayudará a controlar los síntomas del estado de ánimo?
R: Los ensayos clínicos demuestran que cuando se restablece la sensibilidad a la insulina, los pacientes suelen experimentar mejoras importantes en la depresión y la ansiedad. En algunos casos, el efecto es tan fuerte como el de la terapia electroconvulsiva, pero se obtiene de una forma más sencilla, implementar estrategias para reforzar el metabolismo.
P: ¿Puede un cambio en mi alimentación afectar mi estado de ánimo?
R: Sí, todo lo que come influye en la señalización de la insulina, lo que a su vez, afecta tanto su metabolismo energético como su cerebro. Consumir carbohidratos de alimentos enteros, almidones resistentes y grasas saludables, así como evitar los aceites de semillas y los alimentos ultraprocesados, ayudará a restaurar la sensibilidad a la insulina y mejorar el estado de ánimo.
P: ¿Qué hábitos de estilo de vida tienen el mayor impacto en la sensibilidad a la insulina?
R: Además de la alimentación, mantenerse activo, dormir bien y controlar el estrés son otras estrategias importantes. Los músculos utilizan glucosa para contraerse, lo que reduce la demanda de insulina. Mientras que dormir bien ayuda a restablecer las hormonas, y controlar el estrés regula los niveles de cortisol, que de otro modo inhibirían los efectos de la insulina.
🔎Fuentes y Referencias:
- 1 WHO, September 8, 2025
- 2 WHO, August 29, 2025
- 3 World Psychiatry. 2023 Jan 14;22(1):4-24
- 4, 8 Nat Neurosci (2025). doi: 10.1038/s41593-025-02040-y
- 5 Haidut, September 16, 2025
- 6 Cleveland Clinic, Insulin
- 7 Int J Mol Sci. 2021 Jun 15;22(12):6403
- 9, 11 Translational Psychiatry volume 12, Article number: 350 (2022)
- 10, 12, 13 UPMC, February 16, 2022
- 14 StatPearls [Internet]. Insulin Resistance
