📝HISTORIA EN BREVE

  • Las investigaciones recientes demuestran que el exceso de hierro en el cerebro provoca daños que aceleran el alzhéimer, en especial en las personas con síndrome de Down, quienes desarrollan la enfermedad antes y de forma más agresiva
  • Tener niveles muy elevados de hierro daña la capa externa de las células cerebrales, debilita los protectores naturales del cerebro, como el glutatión, y fomenta la acumulación de placas que destruyen las células nerviosas y dañan la memoria
  • Las hemorragias cerebrales pequeñas, a menudo no detectadas, son una fuente importante de sobrecarga de hierro, ya que filtran compuestos ricos en hierro al tejido cerebral que promueven la inflamación y la degradación celular a largo plazo
  • Las enzimas cerebrales importantes para proteger contra el daño que causa el hierro no están presentes en las áreas atacadas, lo que deja a las neuronas muy vulnerables incluso cuando los niveles generales de antioxidantes parecen normales
  • Puede reducir su riesgo si analiza sus niveles de ferritina y GGT, dona sangre si el nivel de hierro es elevado, aumenta el nivel de cobre y el calcio de los alimentos, elimina los aceites vegetales y restaura el glutatión con hidrógeno molecular y alimentos ricos en azufre

🩺Por el Dr. Mercola

El alzhéimer no comienza con el olvido, sino con el daño al cuerpo. El cerebro comienza a descomponerse a nivel celular mucho antes de que aparezca la pérdida de memoria. Y una de las causas ocultas de esa destrucción es algo en lo que muchas personas no piensan, y es el hierro.

Cuando el hierro se acumula en el tejido cerebral y reacciona con las grasas y las proteínas, causa estrés oxidativo que destruye las neuronas de adentro hacia afuera. Este proceso que promueve el hierro no solo acompaña al alzhéimer, sino que podría ser lo que lo causa. Un estudio de la Universidad del Sur de California y la Universidad de California en Irvine descubrió una pista importante, y es que las personas con síndrome de Down que desarrollan alzhéimer tienen niveles más elevados de hierro en el cerebro que las personas que solo padecen alzhéimer. 1

Ese exceso de hierro se relaciona con la muerte de células del cerebro, la inflamación y la acumulación temprana de placas dañinas. Si el cuerpo no puede almacenar y regular el hierro de forma segura, el daño se propaga rápido, en especial en las áreas que se relacionan con la memoria y la función ejecutiva. Y una vez que sus defensas antioxidantes se ven abrumadas, queda poco para detener los efectos. Entender cómo y por qué sucede esto posibilita estrategias nuevas, no solo para retrasar el alzhéimer, sino para prevenirlo antes de que se desarrolle.

El exceso de hierro en el cerebro acelera el daño del alzhéimer

Un estudio que se publicó en la revista Alzheimer's & Dementia, analizó cómo el exceso de hierro en el cerebro promueve la enfermedad de Alzheimer, en especial en las personas con síndrome de Down.2 Los investigadores estudiaron el tejido cerebral de tres grupos, el primero fue de adultos sanos, el segundo fue de adultos con alzhéimer y el tercero fue de adultos con alzhéimer relacionado con el síndrome de Down. Su objetivo fue comprender cómo la acumulación de hierro daña las células cerebrales y provoca que se acumulen proteínas pegajosas llamadas placas amiloides, las cuales se relacionan con el alzhéimer.

• Los niveles de hierro fueron mucho más elevados en las personas con síndrome de Down y alzhéimer: en comparación con los adultos sanos y aquellos solo con alzhéimer, las personas que tenían ambas afecciones tuvieron casi el doble de hierro en una región importante del cerebro que se encarga de la memoria y la toma de decisiones.

Este grupo presentó niveles mucho más elevados de daño debido a que el hierro reacciona con las grasas en las células del cerebro y las descompone. Además, las defensas naturales que protegen las células del cerebro de este tipo de daño estaban debilitadas o faltaban.

• Las enzimas protectoras del cerebro faltaron donde más se necesitaron: el estudio descubrió que las enzimas que suelen reparar el daño a las membranas de las células del cerebro se redujeron hasta en un 70 % en las áreas afectadas. Estas enzimas son importantes, ya que ayudan a prevenir la muerte de células del cerebro provocada por la sobrecarga de hierro.

El glutatión, que es otro compuesto protector, tampoco se produjo de manera correcta. Esto se debe a que la enzima necesaria para producirlo también se redujo hasta en un 60 %. Sin el nivel suficiente de glutatión, las células del cerebro pierden una línea de defensa importante contra el estrés y la oxidación.

• El hierro dañó partes importantes de las células del cerebro que actúan como centros de control: el estudio descubrió que el hierro atacaba áreas pequeñas en la superficie de la célula donde se manejan proteínas importantes y se envían mensajes. En los cerebros afectados por alzhéimer (en especial en las personas con síndrome de Down) estas áreas tenían daños graves. Este daño cambió el modo en que se fabrican ciertas proteínas, lo que aumentó las formas tóxicas que se agrupan en el cerebro y destruyen las células nerviosas.

¿Las hemorragias cerebrales pequeñas son la fuente del exceso de hierro?

Una pista importante provino del descubrimiento de depósitos de hierro en áreas que se relacionan con el sangrado microscópico. Estas “microhemorragias” son fugas pequeñas de los vasos sanguíneos del cerebro que suelen pasar desapercibidas. Cuando la sangre se filtra al tejido cerebral, se descompone y libera hierro.

Con el tiempo, esto crea bolsas de hierro almacenado que provocan más daños. El estudio descubrió que una enzima de limpieza, que ayuda a procesar el hierro de la sangre, fue tres veces mayor en los cerebros de personas con síndrome de Down y alzhéimer, lo que sugiere que el sangrado crónico provocaba una sobrecarga de hierro.

• El proceso de corte de proteínas del cerebro se volvió más destructivo bajo estrés: por lo general, ciertas proteínas del cerebro pueden cortarse de maneras que son seguras o dañinas. El proceso de corte dañino se volvió más activo en los cerebros dañados, no porque hubiera más enzima de corte, sino porque trabajaba más rápido, quizá debido al estrés que se relaciona con el hierro. Al mismo tiempo, el proceso de corte más seguro se ralentizó. Este cambio hizo que el cerebro produjera más proteínas tóxicas en lugar de eliminarlas.

• Aunque el cuerpo produjo más antioxidantes, no estuvieron en el lugar correcto: el cerebro en su conjunto pareció aumentar los niveles de enzimas antioxidantes en respuesta al daño, pero esas enzimas no estuvieron donde más se necesitaron. Este desajuste significó que las células aún eran vulnerables a los daños, aun cuando el cuerpo intentó defenderse. Se demostró que el daño que causa el alzhéimer no se limita a la inflamación o la oxidación general, sino que se trata de daños que ocurren en zonas precisas de riesgo elevado.

• Los genes influyen en la cantidad de hierro que se acumula en el cerebro: en las personas con formas raras de síndrome de Down que no tenían una copia adicional de un determinado gen productor de proteínas, hubo mucho menos hierro en el cerebro, menos acumulaciones de proteínas dañinas y vivieron hasta 20 años más que las personas con el gen adicional. Esto demuestra que producir demasiada cantidad de esa proteína provoca una mayor acumulación de hierro, más daño cerebral y menos esperanza de vida, lo que ayuda a explicar por qué el cerebro de algunas personas se deteriora más rápido que el de otras.

Cómo proteger el cerebro de los daños que causa el hierro

El nivel elevado de hierro es una amenaza para la salud poco reconocida y existe una falta general de conciencia en la comunidad médica con respecto a los riesgos para la salud que se asocian con los niveles elevados de hierro. Si le preocupa la pérdida de memoria o tiene antecedentes familiares de alzhéimer, debe comenzar a considerar el hierro, no solo en la sangre, sino también en el cerebro.

El estudio que he compartido demuestra que el exceso de hierro en el cerebro no solo permanece allí sin hacer nada. Provoca numerosas reacciones de estrés oxidativo y daño celular que aceleran el deterioro cognitivo. El primer paso debería ser reducir la causa subyacente, que es la acumulación excesiva de hierro junto con las malas defensas antioxidantes. Estas son las estrategias que le recomiendo para tomar el control del ciclo de oxidación del hierro y darle a su cerebro el apoyo que necesita para mantenerse alerta, concentrado y protegido.

1. Analice su ferritina y gamma-glutamil transpeptidasa (GGT) para evaluar la carga de hierro y el estrés oxidativo: primero evalúe su nivel de ferritina. La ferritina es la forma de almacenamiento del hierro y el rango ideal está entre 60 y 75 ng/mL. Los niveles elevados de ferritina indican que el cuerpo retiene demasiado hierro, el cual se filtra al cerebro y causa daños.

También le recomiendo pedir una prueba de GGT. La GGT es un marcador importante del estrés oxidativo y ayuda a identificar si el hierro libre causa daños dentro del cuerpo. Cuando la ferritina y la GGT están elevadas, es una señal de que el hierro causa daños.

2. Done sangre o solicite una flebotomía si su nivel de hierro es demasiado alto: si su cuerpo retiene más hierro del que puede manejar de manera segura, esto aumenta su riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, resistencia a la insulina y daño oxidativo en sus órganos, incluyendo el cerebro. ¿Cuál es una de las soluciones más efectivas?

Donar sangre de dos a cuatro veces al año. Hacer esto extrae el hierro almacenado y reduce sus niveles de forma gradual. Si donar no es una opción debido a su historial de salud, solicite una flebotomía terapéutica para obtener el mismo resultado.

3. Equilibre su consumo de cobre para favorecer un metabolismo saludable del hierro: reducir el nivel de hierro es solo una parte. Si su nivel de cobre es bajo, lo cual es común, su cuerpo no puede regular el hierro de forma adecuada. El cobre y el hierro trabajan juntos. El hierro se acumula en lugares donde no debería estar cuando hay una deficiencia de cobre. Considere tomar suplementos con 3 a 4 miligramos de bisglicinato de cobre a diario si su consumo es bajo.

También puede considerar los alimentos ricos en cobre, como el polen de abeja, el hígado de res de animales alimentados con pastura y las cerezas acerola (las cerezas acerola tienen un contenido muy elevado de vitamina C, que contiene la enzima tirosinasa rica en cobre). Considere el retinol, ya que este nutriente, el cual está presente en el hígado de res y las vísceras, ayuda al cuerpo a absorber y utilizar el cobre de manera efectiva.

4. Obtenga calcio de los alimentos para ayudar a mantener el hierro bajo control: el consumo adecuado de calcio reduce el riesgo de sobrecarga de hierro de forma natural. Cuando el nivel de calcio es bajo, el cuerpo produce más hormona paratiroidea, lo que aumenta el almacenamiento de hierro. Esto crea un ciclo de retroalimentación que empeora la inflamación del cerebro con el tiempo.

Concéntrese en obtener calcio de fuentes de alimentos enteros, como productos lácteos sin pasteurizar de animales alimentados con pastura, yemas de huevo de gallinas camperas y cáscaras de huevo en polvo. Evite los suplementos de calcio sintéticos a menos que los necesite, ya que no ofrecen los mismos cofactores para la absorción.

5. Elimine los aceites vegetales y consuma más alimentos ricos en antioxidantes: el hierro es muy peligroso cuando reacciona con grasas inestables, como las grasas poliinsaturadas en los aceites vegetales. Le recomiendo dejar de utilizar los aceites de canola, soya, maíz, girasol, cártamo y otros aceites vegetales. Estos aceites se descomponen en el cuerpo y promueven el estrés oxidativo.

Reemplácelos con grasas estables como ghee, aceite de coco, sebo y mantequilla de animales alimentados con pastura. También refuerce sus defensas antioxidantes y consuma ajo, cebolla y huevos de gallinas camperas. Estos alimentos le dan a su cuerpo los componentes básicos para producir glutatión, el principal sistema de defensa de su cerebro contra el daño que provoca el hierro.

También puede agregar hidrógeno molecular a su rutina cotidiana. El hidrógeno activa el sistema de curación del cuerpo al activar el glutatión, lo cual es muy importante cuando una enfermedad crónica y el estrés oxidativo han desactivado esos sistemas. Ya sea a través de agua rica en hidrógeno o tabletas, este enfoque ayuda a reactivar los sistemas de defensa del cerebro.

Cuando reduce el exceso de hierro, restablece el equilibrio mineral, fortalece sus defensas antioxidantes y protege su cerebro de adentro hacia afuera. Estas estrategias son simples, viables y respaldadas por mecanismos biológicos claros. Primero, haga pruebas, modifique su alimentación y sea constante, su cerebro futuro se lo agradecerá.

Preguntas frecuentes sobre el hierro y la enfermedad de Alzheimer

P: ¿Cómo se relaciona el hierro con la enfermedad de Alzheimer?

R: El exceso de hierro en el cerebro causa daño oxidativo, ya que reacciona con las grasas y proteínas de las células del cerebro. Este proceso conduce a la muerte de las neuronas y ayuda a promover el desarrollo del alzhéimer. Los daños son muy graves en las zonas que se encargan de la memoria y la toma de decisiones.

P: ¿Qué descubrió el estudio reciente sobre el hierro en el cerebro y el alzhéimer?

R: El estudio descubrió que las personas con síndrome de Down y alzhéimer tenían el doble de hierro en el cerebro en comparación con las personas que solo tenían alzhéimer. El hierro adicional se relacionó con una acumulación más rápida y severa de placas cerebrales, un mayor daño celular por estrés y una protección natural más débil en el cerebro.

P: ¿De dónde proviene el exceso de hierro?

R: Las hemorragias cerebrales pequeñas y no detectadas (microhemorragias) parecen ser una fuente importante. Cuando la sangre se filtra al tejido cerebral, el hierro de la hemoglobina se libera y se almacena en la zona, lo que provoca estrés oxidativo a largo plazo. Las personas con alzhéimer relacionado con el síndrome de Down tuvieron un aumento triple de la enzima que procesa el hierro que se deriva de la sangre, lo que sugiere que el sangrado interno crónico promueve que el hierro se acumule.

P: ¿Cómo puedo saber si tengo niveles elevados de hierro?

R: Primero evalúe su nivel de ferritina, que es la forma de almacenamiento del hierro. Lo ideal es que su nivel esté entre los 60 y 75 ng/mL. También solicite una prueba de GGT para medir el estrés oxidativo. Un nivel elevado de ferritina y GGT juntos sugieren que su cuerpo no maneja de forma segura el hierro, lo que afecta la salud del cerebro.

P: ¿Qué medidas puedo tomar para reducir el riesgo de daño cerebral que provoca el hierro?

R: Done sangre con regularidad o solicite una flebotomía terapéutica si su nivel de ferritina es elevado. Equilibre el hierro con alimentos o suplementos ricos en cobre, aumente el calcio de fuentes de alimentos enteros, elimine los aceites vegetales y aumente los antioxidantes como el glutatión. También puede utilizar hidrógeno molecular para reactivar las enzimas antioxidantes y ayudar a su cerebro a neutralizar el estrés oxidativo.


🔍Fuentes y Referencias