📝HISTORIA EN BREVE
- Los probióticos influyen en la salud del corazón debido a que mejoran la microbiota intestinal, lo que reduce la inflamación, regula el azúcar en la sangre y reduce el colesterol, los cuales son factores importantes de la enfermedad de las arterias coronarias
- Una revisión publicada en Cureus evaluó 10 estudios en humanos y descubrió beneficios cardiovasculares consistentes en las personas con diabetes, obesidad, colesterol alto e hipertensión
- Ciertas cepas como Lactobacillus acidophilus y Bifidobacterium lactis superaron a otras, ya que redujeron la presión arterial, el colesterol y la inflamación sistémica al sellar la barrera intestinal y restaurar el equilibrio microbiano
- Los probióticos reducen metabolitos dañinos como el lipopolisacárido (LPS) y el N-óxido de trimetilamina (TMAO), los cuales provocan daño vascular y acumulación de placa relacionada con el riesgo de ataque cardíaco y derrame cerebral
- La revisión confirma que repoblar su intestino con las cepas adecuadas es una forma práctica de ayudar a proteger su corazón, en especial si también se consume alimentos enteros e implementa cambios específicos en el estilo de vida
🩺Por el Dr. Mercola
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 18 millones de personas fallecen cada año por enfermedades cardiovasculares,1 lo que la convierte en la causa más común de muerte en todo el mundo. La enfermedad arterial coronaria (EAC) es la forma más prevalente, y se caracteriza por la acumulación de placa que estrecha u obstruye el flujo sanguíneo al corazón.
La enfermedad de la arteria coronaria a menudo comienza con síntomas sutiles (fatiga, opresión en el pecho o dificultad para respirar), pero si no se controla, podría causar ataques cardíacos o incluso la muerte. La buena noticia es que la EAC no se desarrolla de la noche a la mañana, y eso le da tiempo para implementar cambios.
Un factor importante que podría ayudarlo es su salud intestinal. Una revisión reciente descubrió que repoblar la microbiota intestinal con cepas de bacterias beneficiosas podría favorecer la salud del corazón.
Una revisión reciente proporciona evidencia que relaciona los probióticos con un riesgo menor de enfermedad coronaria
Una revisión reciente de investigaciones que se publicó en Cureus examinó cómo los probióticos influyen en el riesgo cardiovascular, en particular en la enfermedad de las arterias coronarias. La revisión analizó numerosos ensayos clínicos, metaanálisis y estudios controlados aleatorios para determinar cómo diversas cepas probióticas afectan los principales factores de riesgo de enfermedades cardíacas.2
• La revisión abarcó diversos tipos de participantes: estos incluían desde personas diagnosticadas con EAC hasta adultos con diabetes tipo 2, colesterol alto, obesidad o hipertensión, grupos con riesgo mayor de sufrir eventos cardíacos en el futuro.
• Los investigadores se centraron en 10 estudios humanos importantes: estos consistieron en siete ensayos controlados aleatorios (ECA) y tres metaanálisis. Cada uno de estos estudios involucró a personas con EAC o sus principales factores de riesgo.
• Una de las fortalezas destacadas de la metodología es la diversidad de los datos que se utilizaron: los ensayos provinieron de países como Estados Unidos, Irán, China, Tailandia, Grecia y Japón. Esto significa que los hallazgos no se relacionan con una etnia o población geográfica, sino que representan un conjunto de datos mucho más amplio, lo que hace que sea más probable que las conclusiones se apliquen a diferentes estilos de vida y antecedentes genéticos.
• La investigación demostró de forma consistente que los probióticos tuvieron beneficios sobre los factores que causan las enfermedades cardíacas: estos incluyen la presión arterial, el colesterol, el azúcar en la sangre, el control de peso y la inflamación. Según los investigadores:
“Existen varios factores de riesgo para el desarrollo de la EAC, que son la hiperlipidemia, la hiperglucemia, la hipertensión, la inflamación y el estrés oxidativo, que aumentan el riesgo de los pacientes de padecer aterosclerosis y, a su vez, provocan la EAC.
En los últimos años, cada vez hay más evidencia que establece el efecto beneficioso de la microbiota intestinal debido a que influye en estos factores de riesgo cardiovascular. Este ecosistema microbiano tiene una influencia importante en la regulación metabólica, la función inmunológica y la inflamación sistémica, todos ellos importantes para el desarrollo y la progresión de la EAC”.3
• El estudio destacó cepas de bacterias que brindan beneficios significativos: por ejemplo, notaron que la Lactobacillus acidophilus tiene un efecto más significativo en los niveles de colesterol en comparación con otras cepas, mientras que la Bifidobacteria tiene efectos protectores contra la aterosclerosis, en especial si se combina con un tratamiento para reducir los lípidos. Los Bacteroides vulgatus y Bacteroides dorei ayudaron a prevenir la formación de placa aterosclerótica.
Los probióticos favorecen la salud del corazón ya que corrigen el desequilibrio intestinal
Entonces ¿cómo funcionan los probióticos a nivel celular para proteger el corazón? Los investigadores destacaron varias vías biológicas importantes, que se demuestran en los estudios que revisaron.
• Reducen la inflamación ya que sellan la barrera intestinal: el artículo enfatizó que la disbiosis daña el revestimiento intestinal, lo que permite que endotoxinas como los lipopolisacáridos (LPS) se filtren al torrente sanguíneo. Esto provoca una inflamación que contribuye a la disfunción endotelial y la aterosclerosis.
Los ensayos descubrieron que las cepas probióticas como Lactobacillus rhamnosus y Bifidobacterium lactis redujeron los niveles de LPS y de citocinas inflamatorias como IL-1β, lo que redujo de manera directa la tensión cardiovascular.
• Cambian el equilibrio de los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) hacia moléculas protectoras del corazón: los AGCC son subproductos de la fermentación bacteriana y tienen un impacto significativo en la salud metabólica. El estudio descubrió que los probióticos promueven la producción de propionato, que es un AGCC que reduce la inflamación vascular y la creación de grasa en el hígado. Al mismo tiempo, limitan el acetato, que promueve el almacenamiento de grasa y la síntesis de colesterol en cantidades excesivas.
Por lo general el acetato es beneficioso, ya que favorece la producción de moco. Pero si hay demasiado, podría causar efectos adversos, por eso el equilibrio es importante. Este cambio promueve niveles saludables de lípidos en la sangre y reduce la carga sobre el sistema cardiovascular.
• Reducen la producción de N-óxido de trimetilamina (TMAO) de los microbios intestinales: el TMAO es un compuesto que se crea cuando ciertas bacterias intestinales descomponen alimentos como la carne roja y los huevos, y tener niveles elevados se asocia con la acumulación de placa arterial y ataques cardíacos.
El estudio descubrió que ciertos probióticos como Lactobacillus plantarum modulan el metabolismo de los ácidos biliares y suprimen las bacterias que producen TMAO, lo que reduce este riesgo. Un análisis separado4 descubrió que tener niveles elevados de TMAO en la sangre aumentó cuatro veces el riesgo de morir por cualquier causa en los siguientes cinco años.
• Equilibran la presión arterial a través de las vías del óxido nítrico y la ECA: algunas cepas específicas como Lactobacillus helveticus regulan la presión arterial debido a que influyen en el óxido nítrico (NO), que es una molécula que relaja los vasos sanguíneos, e inhiben la actividad de la enzima convertidora de angiotensina (ECA), que aumenta la presión arterial.
Un metaanálisis incluido en la revisión descubrió que las dosis de probióticos de 10¹⁰ unidades formadoras de colonias (UFC) o más redujeron tanto la presión arterial sistólica (el número superior en una lectura) como la diastólica (el número inferior), en especial en los adultos mayores con hipertensión.
• Favorece el metabolismo del colesterol: ciertos probióticos influyen en la forma en que el cuerpo procesa el colesterol. Por ejemplo, la Ruminococcus ayuda a convertir el colesterol en ácidos biliares que se excretan, mientras que otras cepas incorporan el colesterol en sus propias membranas o lo convierten en formas no absorbibles como el coprostanol. Estas acciones reducen los niveles de lipoproteína de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés) circulante y retardan la formación de placa.
• Regulan el azúcar en la sangre y la sensibilidad a la insulina: los probióticos como Bifidobacterium lactis aumentan el GLP-1, que es una hormona que estimula la secreción de insulina y retarda el vaciamiento gástrico, ambos importantes para estabilizar el azúcar en la sangre. También reducen el estrés oxidativo y favorecen la respuesta de las células a la insulina, lo que reduce el riesgo de diabetes tipo 2.
Cada una de estas vías refleja cómo un microbioma intestinal más saludable, con la ayuda de los probióticos adecuados, influye en todo el sistema metabólico. Estos hallazgos no solo demuestran cómo los probióticos influyen en la salud intestinal, sino también cómo esos cambios repercuten en la reducción de los factores biológicos que causan la enfermedad de las arterias coronarias.
“Los probióticos han demostrado mecanismos efectivos para controlar los factores de riesgo y reducir la EAC. Su efecto se produce a través de muchos mecanismos, como su función antiinflamatoria y antioxidante,” concluyeron los investigadores.
“Otros mecanismos se abordaron en su mayoría al reducir o prevenir los factores de riesgo de la EAC, que se logran mediante los efectos antiglucémicos y antihipertensivos de los probióticos y mediante la reducción de los trastornos metabólicos. Estos además previenen la obesidad y la hipercolesterolemia, lo que a su vez demuestra la influencia efectiva de los probióticos para prevenir la EAC”.
El consumo de probióticos ayuda a normalizar la presión arterial
Algunos estudios previos también proporcionaron evidencia sobre cómo los probióticos ayudan a reducir los incidentes cardiovasculares ya que modulan factores de riesgo como la hipertensión. Por ejemplo, un análisis de nueve estudios analizó la relación entre los niveles de presión arterial y el consumo de alimentos ricos en probióticos o suplementos probióticos, y obtuvo resultados favorables.5
• Las personas que tomaron probióticos con regularidad tienen niveles de presión arterial más bajos en comparación con las que no lo hicieron: en promedio, su presión arterial sistólica fue 3.6 milímetros de mercurio (mm Hg) menor, mientras que su presión arterial diastólica fue 2.4 mm Hg menor. El beneficio más significativo se presentó entre las personas cuya presión arterial era superior a 130/85, y los probióticos que contenían diversas bacterias redujeron la presión arterial en mayor grado que los que contenían solo un tipo de bacteria.
• El kéfir demostró efectos antihipertensivos y más: en un estudio de 2018 que se publicó en la revista FASEB6 los investigadores realizaron un experimento en tres grupos de ratones, en los cuales un grupo tenía hipertensión y recibió kéfir, el otro tenía hipertensión, pero no recibió tratamiento, y el tercero tenía presión arterial normal y no recibió tratamiento. Los investigadores descubrieron que las ratas alimentadas con kéfir no solo parecían tener niveles normales de presión arterial, sino que también tuvieron:
◦ Un mejor equilibrio de bacterias beneficiosas en el intestino
◦ Una mejor estructura intestinal con una menor permeabilidad intestinal
◦ Niveles más bajos de endotoxinas
◦ Niveles más bajos de inflamación en el sistema nervioso central
“Nuestros datos sugieren que los mecanismos antihipertensivos que se asocian al kéfir involucran la comunicación del eje microbiota intestinal-cerebro durante la hipertensión”, concluyeron los investigadores.
• Un estudio anterior realizado en animales descubrió que los probióticos ayudan a prevenir la hipertensión causada por una alimentación rica en sal: publicado en la revista Nature, los investigadores informaron que la bacteria Lactobacillus Murinus previene con efectividad la hipertensión sensible a la sal ya que modula las células T auxiliares 17 (TH17). Cuando los ratones recibieron esta cepa probiótica, les ayudó a protegerse de los efectos adversos del consumo excesivo de sal.
“Nuestros resultados relacionan el consumo elevado de sal con el eje intestino-inmune y destacan el microbioma intestinal como un posible objetivo terapéutico para contrarrestar las condiciones sensibles a la sal”, concluyeron los investigadores.7
La combinación de probióticos con nutrientes de origen vegetal los hace más efectivos
Si bien, los probióticos por sí solos son beneficiosos, existen formas de potenciar sus efectos. Una forma de hacerlo es combinarlos con compuestos bioactivos de origen vegetal. Una revisión publicada en Food Chemistry Advances analizó cómo los probióticos y los compuestos de origen vegetal impactan la microbiota intestinal y reducen la inflamación. Los investigadores revisaron la evidencia sobre la influencia sinérgica de estos compuestos en el manejo de las enfermedades metabólicas, en particular las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2.8
• Las personas que padecen trastornos metabólicos e inflamación crónica obtuvieron los mayores beneficios: la disbiosis intestinal es un denominador común en las personas con obesidad, diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares o enfermedades inflamatorias del intestino. La combinación de probióticos específicos y bioactivos derivados de plantas ayudó a reducir la inflamación sistémica, fortaleció la función de la barrera intestinal y reequilibró la diversidad microbiana.
• Algunas cepas específicas tuvieron efectos únicos: por ejemplo, el Lactobacillus rhamnosus y el Lactobacillus plantarum aumentaron la producción de mucina, que es una proteína resbaladiza que forma moco protector, lo que ayuda a fortalecer el revestimiento intestinal. Mientras tanto, el Bifidobacterium longum y el Bifidobacterium breve trabajan de manera efectiva para descomponer la fibra en AGCC.
• Ciertos compuestos de origen vegetal mejoraron el rendimiento de los probióticos: los polifenoles presentes en el té, las bayas y el cacao favorecieron el crecimiento de bacterias beneficiosas y ralentizaron la propagación de las dañinas.
Los compuestos de origen vegetal y los probióticos también trabajan juntos para mantener la inflamación bajo control, y lo hacen al activar las células inmunitarias que liberan señales calmantes, las cuales le indican al sistema inmunológico que se relaje. A su vez ayudan a reducir los niveles de sustancias químicas que causan la inflamación, que suele ser elevada en las personas con problemas metabólicos. Para obtener más información sobre este tema, lea mi artículo llamado: “Cuando el intestino pierde equilibrio, incluso las bacterias “buenas” pueden dañarlo”.
Cómo favorecer la salud intestinal para evitar las enfermedades cardíacas
Su intestino tiene billones de microbios que influyen en todo, desde lo bien que digiere los alimentos hasta la efectividad con la que funcionan su sistema inmunológico y su metabolismo. Pero la salud comienza a deteriorarse en todos los niveles cuando estas poblaciones de microbios se desequilibran.
Recuperar la salud intestinal no solo consiste en tomar probióticos. Hay algunas consideraciones importantes para ayudar a favorecer su microbioma intestinal. Le recomiendo seguir estas estrategias:
1. Corrija su microbioma intestinal antes de alimentarlo: aunque la fibra es fundamental para la salud intestinal, consumir demasiada si su salud intestinal está desequilibrada solo terminará por alimentar a los microbios no saludables, lo que provoca gases, inflamación y subproductos tóxicos como las endotoxinas. Esto se llama la paradoja de la fibra, en la que la misma sustancia que promueve un microbioma saludable a largo plazo empeora los síntomas a corto plazo si se introduce demasiado pronto.
Si tiene problemas de inflamación o sobrecrecimiento bacteriano, primero sane su intestino. Elimine los alimentos ultraprocesados y concéntrese en consumir carbohidratos fáciles de digerir, como frutas y arroz blanco, hasta que sus síntomas se estabilicen. Luego puede agregar cantidades pequeñas de carbohidratos más fibrosos como los vegetales de raíz.
Una vez que su salud intestinal esté curada, agregue vegetales sin almidón, alternativas con almidón (papa o calabaza), frijoles, legumbres y, con el tiempo, granos enteros y poco procesados.
2. Priorice las bacterias que producen butirato: el butirato es un AGCC y es uno de los compuestos curativos más efectivos que produce el cuerpo. El butirato alimenta las células que recubren el intestino, calma la hiperactivación inmunológica y reduce la inflamación de todo el cuerpo.
Se necesitan microbios intestinales específicos para producir butirato, en particular el Faecalibacterium prausnitzii, la Roseburia y las Eubacterium. Estos microbios prosperan gracias a las fibras fermentables que se encuentran en alimentos como papas cocidas y enfriadas, plátanos verdes, lentejas, alcachofas de Jerusalén y avena. Una vez que el revestimiento intestinal comienza a sanar, la mayor prioridad es alimentar a estas bacterias.
3. Alimente a la Akkermansia de manera adecuada: si bien no es un productor de butirato en sí, la Akkermansia tiene una función de apoyo, ya que mantiene y espesa la capa de moco del intestino, lo que crea un entorno ideal para que los microbios que producen butirato prosperen.
Los niveles más elevados de Akkermansia se relacionan con un mejor control del azúcar en la sangre, una menor inflamación, una función de barrera intestinal más fuerte e incluso una menor grasa corporal. Considérela como un guardián que mejora el terreno, mientras la Faecalibacterium y otros generan el combustible. Juntos, crean un microbioma estable, antiinflamatorio y protector del metabolismo.
Los alimentos ricos en polifenoles como la granada, las uvas rojas, los arándanos y el té verde promueven el crecimiento de la Akkermansia. Lo mismo ocurre con las plantas que contienen inulina, como el ajo, los puerros, la raíz de achicoria y los espárragos. Comience con cantidades pequeñas y aumente la dosis según su cuerpo lo tolere.
4. Apoye la salud intestinal a nivel celular: además de agregar fibra, debe eliminar los factores que dañan de forma activa el entorno del intestino. Uno de los principales culpables es el exceso de ácido linoleico (AL) que contienen los aceites vegetales, que altera la función de las mitocondrias, disminuye la producción de energía celular y destruye el entorno intestinal. Consuma grasas más saludables como mantequilla, ghee o sebo.
Asimismo, reduzca la exposición a sustancias químicas que alteran el sistema endocrino y a campos electromagnéticos (EMFs, por sus siglas en inglés), ya que estos deterioran aún más la energía celular e impactan de forma negativa en el entorno intestinal libre de oxígeno que las bacterias beneficiosas como la Akkermansia necesitan para desarrollarse.
Una vez que elimine los aceites vegetales durante al menos medio año, considere tomar un suplemento de Akkermansia de liberación prolongada, ya que permitirá que más bacterias sobrevivan y lleguen a su colon.
5. Reconstruya hábitos cotidianos que refuercen el equilibrio microbiano: alimentarse en horarios regulares, recibir luz del sol temprano en la mañana, dormir bien, hacer suficiente ejercicio a diario y controlar el estrés influyen en su flora intestinal y favorecen su salud general.
Preguntas frecuentes sobre los probióticos y la salud cardíaca
P: ¿Cómo influyen los probióticos en la salud del corazón?
R: Los probióticos ayudan a equilibrar el microbioma intestinal, lo que reduce la inflamación y favorece la función metabólica. Esto incluye menores niveles de colesterol, mejor control del azúcar en la sangre y menor daño vascular, los cuales son factores que se relacionan de forma directa con la enfermedad de las arterias coronarias.
P: ¿Qué cepas probióticas son más efectivas para la salud cardiovascular?
R: Se ha demostrado que cepas como Lactobacillus acidophilus, Bifidobacterium lactis, Lactobacillus plantarum y Lactobacillus helveticus reducen el colesterol LDL (malo), mejoran la sensibilidad a la insulina, reducen los marcadores inflamatorios y regulan la presión arterial. Cada cepa funciona de forma diferente.
P: ¿Qué tiene que ver la salud intestinal con la salud del corazón?
R: El intestino y el corazón están conectados a través de lo que los investigadores llaman el "eje intestino-corazón". Cuando la microbiota intestinal está desequilibrada, podría producir toxinas inflamatorias que ingresan al torrente sanguíneo, dañan los vasos sanguíneos y causan aterosclerosis. Un revestimiento intestinal sano y un microbioma diverso protegen contra estos efectos, lo que reduce el riesgo cardiovascular.
P: ¿Qué compuestos derivados del intestino se asociaron con enfermedades cardíacas en la revisión?
R: La revisión destacó el acetato (en cantidades excesivas) y el N-óxido de trimetilamina (TMAO) como compuestos que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, mientras que los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como el propionato y el butirato se asociaron con una menor inflamación y mejores resultados cardiovasculares.
P: ¿Qué tipos de personas se incluyeron en los estudios revisados?
R: La investigación incluyó a adultos con enfermedad de la arteria coronaria y aquellos que padecían afecciones relacionadas, como diabetes tipo 2, obesidad, colesterol alto y presión arterial alta, grupos con riesgo elevado de sufrir complicaciones cardiovasculares.
🔎Fuentes y Referencias:
- 1 World Health Organization, Cardiovascular diseases
- 2, 3 Cureus. 2025 Jun 18;17(6):e86292
- 4 J Am Heart Assoc. 2016 Jun 10;5(6):e002816
- 5 Hypertension. 2014 Oct;64(4):897-903
- 6 FASEB Journal, Volume 32, Issue S1, Experimental Biology 2018 Meeting Abstracts, April 2018, Page 924.2
- 7 Nature 2017, volume 551, pages 585-589
- 8 Food Chemistry Advances, Volume 6, March 2025, 100919
