📝HISTORIA EN BREVE

  • La inflamación en el colon desencadena resistencia a la insulina al enviar señales nerviosas desde el hígado hasta el páncreas, incluso antes de que aumente el nivel de azúcar en la sangre
  • Un estudio demostró que el intestino permeable activa una respuesta de estrés hepático que le indica al páncreas que expanda las células productoras de insulina en preparación para el estrés metabólico
  • Toda esta respuesta ocurrió sin aumento de peso ni consumo excesivo de azúcar, lo que demuestra que la inflamación intestinal por sí sola impulsa el desequilibrio de la insulina
  • Puede rastrear este proceso oculto mediante una prueba llamada HOMA-IR, que revela cuánto trabaja su cuerpo para controlar el azúcar en la sangre, a menudo, antes de que los niveles de glucosa se vuelvan anormales
  • Sanar su intestino con los tipos adecuados de fibra y evitar alimentos inflamatorios ayuda a restaurar los niveles beneficiosos de butirato, reparar el revestimiento intestinal y reducir el riesgo de resistencia a la insulina

🩺Por el Dr. Mercola

La resistencia a la insulina no comienza con el azúcar. Todo comienza con el estrés en el interior de su intestino. Al principio no lo sentirá y es posible que sus análisis parezcan normales, pero en el fondo, su sistema ya está bajo presión. Mucho antes de que su nivel de azúcar en la sangre aumente, su cuerpo está trabajando horas extras para mantenerlo estable. Ese esfuerzo comienza con un cambio invisible en la forma en que se comunican sus órganos, impulsado por la inflamación y una barrera intestinal deteriorada.

Cuando el intestino pierde su capacidad de bloquear las sustancias nocivas, el hígado capta las señales de alarma. Y desde ahí, se envía una señal silenciosa que altera el funcionamiento del páncreas, y no de buena manera. Un estudio publicado en The Journal of Clinical Investigation Insight descubrió cómo esta señal oculta comienza en su colon y termina con el desequilibrio de la insulina.1 Pero no se trata solo de dónde comienza el problema. Se trata de cómo detenerlo.

Comprender el rol del intestino en la resistencia a la insulina abre la puerta a un tipo de solución diferente, que comienza con curar la causa raíz en lugar de enmascarar los síntomas. Analicemos cómo se desarrolla esta reacción en cadena y qué hacer para interrumpirla antes de que se produzcan daños.

La inflamación del colon activa el páncreas antes de que aumente el azúcar en la sangre

El estudio titulado “Insight”, del Journal of Clinical Investigation, exploró un sistema de retroalimentación basado en los nervios que conecta el intestino, el hígado y el páncreas, y descubrió una nueva razón por la que el sistema de insulina se ve sobrecargado durante la obesidad.2 La investigación se centró en cómo la inflamación en el colon, también llamada inflamación colónica, desencadena cambios en el hígado que luego envían señales nerviosas al páncreas.

No es un problema de azúcar en la sangre. Es su intestino el que desencadena una reacción en cadena que hace que su páncreas produzca más células beta productoras de insulina con el fin de prepararse para el daño metabólico, incluso antes de que los niveles de glucosa aumenten.

• Los hallazgos revelan un nuevo sistema de alerta temprana en su cuerpo que no depende del azúcar en la sangre: los científicos desencadenaron la inflamación intestinal en ratones utilizando una sustancia química que causa intestino permeable o una barrera intestinal comprometida. Incluso sin causar aumento de peso o niveles elevados de glucosa, esta inflamación desencadenó una respuesta de estrés en el hígado y condujo a la expansión de las células beta pancreáticas.

Cuando detuvieron la inflamación intestinal (o interrumpieron las señales nerviosas entre el hígado y el páncreas), las células productoras de insulina dejaron de multiplicarse. Esto significa que la inflamación intestinal por sí sola fue suficiente para activar esta respuesta.

• Esta expansión de células beta es el intento del cuerpo de anticiparse al daño: el páncreas responde a esta señal nerviosa activada por el intestino y aumenta la masa de células beta, las cuales se encargan de producir insulina. El estudio utilizó marcadores que marcan las células en división para mostrar qué tan rápido crecían las células beta.

Lo importante es entender esto: los animales ni siquiera tenían un nivel alto de azúcar en la sangre. Sus cuerpos estaban reaccionando a la amenaza de la resistencia a la insulina antes de que la condición apareciera en los resultados de laboratorio.

• La inflamación colónica estaba presente incluso sin cambios en la alimentación o el peso: en este estudio, la inflamación intestinal se indujo de forma química, sin importar la obesidad o el consumo de azúcar. Esto significa que, incluso si no tiene sobrepeso, la inflamación crónica en el intestino todavía empuja su cuerpo hacia la resistencia a la insulina.

El acortamiento del colon, la disminución de las proteínas de la barrera intestinal y los niveles elevados de lipopolisacáridos (LPS), un tipo tóxico de endotoxina, en la vena portadora, fueron signos claros de intestino permeable.

• Su hígado ve la inflamación intestinal como una alerta roja: cuando su colon está inflamado, sustancias dañinas, como la endotoxina lipopolisacárido (LPS), y otros mensajeros inflamatorios se filtran al torrente sanguíneo y se dirigen al hígado.

El hígado trata esto como una emergencia y activa una respuesta al estrés llamada vía ERK. Esa señal no depende del nivel de azúcar en la sangre. Le dice a su sistema nervioso que envíe un mensaje directo al páncreas, lo que lo impulsa a producir más células productoras de insulina.

Su hígado y su páncreas están conectados por una señal nerviosa

El estudio demostró que el hígado y el páncreas están conectados por un circuito nervioso incorporado.3 Cuando la inflamación en el intestino activa esa señal, el páncreas reacciona muy rápido. Pero cuando los investigadores bloquearon cualquiera de las partes de esa conexión nerviosa, toda la respuesta se detuvo. Eso significa que su cuerpo utiliza mensajes nerviosos, no solo hormonas o sustancias químicas inmunes, para reaccionar a la inflamación intestinal.

• Desactivar la señal de estrés del hígado detiene el problema desde la fuente: los investigadores probaron qué sucedería si desactivaran la respuesta de estrés ERK del hígado, y funcionó. Aunque el intestino todavía estaba inflamado, el páncreas no recibió la señal para producir más células productoras de insulina. Esto demostró que el hígado es el centro de control de esta reacción en cadena.

• Una alimentación rica en grasas desencadena el mismo daño: los ratones alimentados con una alimentación rica en grasas tuvieron el mismo daño intestinal y la misma respuesta del páncreas que aquellos a los que se les administró una sustancia química para inflamar el colon. El revestimiento de sus intestinos se rompió, las toxinas dañinas se filtraron al torrente sanguíneo y el hígado activó su señal de estrés. Pero cuando los investigadores calmaron el intestino con un anticuerpo que reducía la inflamación, el páncreas dejó de reaccionar de forma exagerada.

• Toxinas como el LPS estresan el hígado: la inflamación intestinal envía señales tóxicas como el LPS y una molécula llamada IL-23. Estas afectan al hígado y activan su sistema de estrés de forma instantánea. Las pruebas de laboratorio demostraron que exponer las células del hígado a estas toxinas era suficiente para activar la vía ERK. Existe un vínculo directo entre la inflamación intestinal y la sobrecarga del hígado.

• No se trata solo del nivel de azúcar en la sangre, sino que es un ciclo de estrés en todo el cuerpo: lo que sucede en el intestino desencadena una reacción en cadena en todo el sistema. Mucho antes de que su nivel de azúcar en la sangre aumente o la diabetes se desarrolle, su cuerpo ya está en modo de control de daños.

Si su intestino tiene fugas o está inflamado, su páncreas ya está bajo presión y trabaja horas extra para mantener bajo control su nivel de azúcar en la sangre. Es por eso que la resistencia a la insulina, a menudo, comienza de manera silenciosa, incluso cuando los resultados de laboratorio todavía parecen normales.

Sane su intestino para detener la reacción en cadena que conduce a la resistencia a la insulina

Si su intestino está inflamado o su nivel de azúcar en la sangre ha ido aumentando, hay un problema más profundo en juego y comienza en el colon. Aunque todavía no lo sienta, el daño ya se está produciendo. Una de las primeras señales de advertencia que emite su cuerpo no es un nivel alto de glucosa. Es cuando su intestino pierde la capacidad de producir suficiente butirato, un compuesto fundamental que su colon necesita para mantenerse fuerte y sellado.

El butirato es un ácido graso de cadena corta que las bacterias intestinales producen cuando descomponen ciertos tipos de fibra. El butirato alimenta las células que recubren el colon y ayuda a mantener la barrera intestinal firme, para que las toxinas y las moléculas inflamatorias no se filtren al torrente sanguíneo. Cuando los niveles de butirato disminuyen, el revestimiento intestinal se debilita, las toxinas se filtran y el hígado entra en modo de estrés. Esa señal de estrés viaja al páncreas, impulsándolo a producir más insulina, incluso antes de que se dispare el nivel de azúcar en la sangre.

Si desea saber si este proceso ya ha comenzado en su cuerpo, una de las mejores herramientas que recomiendo es un marcador de laboratorio llamado HOMA-IR, que es una abreviatura en inglés para evaluación del modelo homeostático de resistencia a la insulina. Esto le brinda una imagen real de cuánto trabaja su cuerpo para mantener el nivel de azúcar en la sangre bajo control.

• Cómo obtener su puntaje HOMA-IR: pídale a su médico o laboratorio una prueba de glucosa en ayunas y una prueba de insulina en ayunas. Tendrá que hacer esto a primera hora de la mañana antes de comer o beber cualquier cosa que no sea agua. Una vez que tenga los resultados, introdúzcalos en esta fórmula:

HOMA-IR = (Glucosa en ayunas en mg/dl × Insulina en ayunas en μU/ml) / 405

• Qué significa su puntaje: un resultado inferior a 1.0 sugiere que el cuerpo está utilizando la insulina de manera eficiente. Pero una vez que se supera el 1.0, es señal de que su sistema tiene problemas, aunque su glucosa parezca "normal". La mayoría de las personas con un HOMA-IR superior a 1.0 ya están en el camino hacia la resistencia a la insulina, lo sepan o no.

Reconstruya su barrera intestinal para combatir la inflamación: el ciclo de la insulina

Ahora, aquí le mostramos cómo comenzar a sanar su intestino y revertir las señales que conducen al estrés metabólico:

1. Comience con carbohidratos que sean fáciles para su intestino: la mayoría de los adultos necesitan 250 gramos de carbohidratos saludables al día. Pero si tiene inflamación, gases o estreñimiento, consumir alimentos ricos en fibra solo empeorará las cosas. Comience con carbohidratos suaves, como el arroz blanco o la fruta entera. Estos proporcionan a sus células la glucosa que necesitan sin saturar su colon. Una vez que su intestino se estabilice, estará en una mejor posición para consumir más fibra.

2. Introduzca almidones resistentes y tubérculos una vez que esté estable: a continuación, introduzca pequeñas cantidades de papas blancas cocidas o plátanos verdes, ya que ambos son ricos en almidón resistente. Si los tolera, agregue alimentos como ajo, cebollas y romero, que alimentan las bacterias productoras de butirato. Es entonces cuando muchas personas empiezan a sentir una energía más estable, menos antojos y una mejor regulación del azúcar en la sangre.

3. Incorpore vegetales cocidos, frijoles, legumbres y granos enteros, pero hágalo poco a poco: a medida que su intestino se vuelva más resistente, rote con pequeñas porciones de vegetales de raíz antes de avanzar a vegetales de hoja verde o granos enteros. Una vez que su digestión se sienta equilibrada (es decir, que los hábitos intestinales, la inflamación y el bienestar general estén bajo control), diversifique sus fuentes de fibra.

Incorpore poco a poco vegetales sin almidón, opciones con almidón como camote o calabaza, legumbres y, por último, granos enteros. No los coma todos los días de un momento a otro. Las bacterias intestinales necesitan tiempo para adaptarse.

4. Elimine los alimentos y los hábitos que dañan el revestimiento intestinal: agregar alimentos saludables no ayudará si aún consume aceites vegetales (los cuales tienen un alto contenido de ácido linoleico) bebe alcohol o come alimentos ultraprocesados. Éstos dañan la barrera intestinal y alimentan las bacterias equivocadas. Recomiendo consumir grasas saturadas como mantequilla de animales alimentados con pastura, ghee o sebo, ya que ayudan a sanar el intestino en lugar de dañarlo.

Estos pasos le ayudarán a cerrar el ciclo de inflamación silenciosa que conduce a una puntuación HOMA-IR alta, estrés metabólico y resistencia a la insulina. Curar su intestino de adentro hacia afuera le brinda a su páncreas y a su hígado el descanso que necesitan.

Preguntas frecuentes sobre la inflamación intestinal y la resistencia a la insulina

P: ¿Cómo la inflamación intestinal provoca resistencia a la insulina?

R: Cuando el colon se inflama, se debilita el revestimiento intestinal, lo que permite que toxinas como el LPS se filtren al torrente sanguíneo. Estas toxinas viajan al hígado y desencadenan una respuesta de estrés que envía señales nerviosas al páncreas. Esto provoca una reacción en cadena que hace que el páncreas produzca un exceso de insulina, incluso antes de que aumente el nivel de azúcar en la sangre.

P: ¿Qué es el butirato y por qué es importante para el intestino y el azúcar en la sangre?

R: El butirato es un ácido graso de cadena corta producido por las bacterias intestinales cuando fermentan la fibra. Alimenta las células del colon, fortalece la barrera intestinal y ayuda a evitar que sustancias dañinas se filtren en el cuerpo. Cuando no cuenta con suficiente butirato, la inflamación aumenta y aparece la resistencia a la insulina.

P: ¿Cómo sé si este proceso ya está sucediendo en mi cuerpo?

R: Una prueba llamada HOMA-IR es una de las mejores maneras de ver cómo maneja la insulina. Utiliza sus niveles de insulina y de glucosa en ayunas para mostrar cuánto trabaja su cuerpo para mantener el nivel de azúcar en la sangre. Una puntuación superior a 1.0, a menudo, significa que se está encaminando hacia la resistencia a la insulina, incluso si su nivel de glucosa todavía es normal.

P: ¿Cómo puedo aumentar mis niveles de butirato sin empeorar los síntomas intestinales?

R: Comience con carbohidratos fáciles de digerir, como el arroz blanco y la fruta entera. A medida que su intestino mejore, agregue poco a poco vegetales de raíz y, luego, frijoles y granos enteros. Cada paso alimenta sus bacterias buenas sin abrumar su sistema.

P: ¿Qué alimentos o hábitos debo evitar si quiero detener este ciclo de inflamación?

R: Elimine los aceites vegetales, los alimentos fritos, el alcohol y los bocadillos procesados, los cuales dañan el revestimiento intestinal y alimentan las bacterias dañinas. Consuma grasas saturadas como ghee, mantequilla de animales alimentados con pastura y sebo para favorecer la curación y reducir la inflamación en su origen.