📝HISTORIA EN BREVE

  • La vitamina D podría ayudar a proteger contra la enfermedad de Parkinson, ya que los ensayos clínicos demuestran mejoras en el equilibrio y la movilidad en pacientes que toman suplementos de 1000 a 10 000 UI al día
  • La "vitamina del sol" tiene efectos neuroprotectores en el cerebro, particularmente en un área importante que ayuda a producir dopamina y que la enfermedad de Parkinson afecta
  • Los pacientes con la enfermedad de Parkinson suelen tener niveles bajos de vitamina D y esto contribuye a la progresión de la enfermedad, ya que este nutriente ayuda a regular la inflamación y protege las células del cerebro del daño
  • La luz del sol es la mejor fuente de vitamina D; lo ideal es exponerse todos los días hasta justo antes de que la piel se torne un poco enrojecida, aunque las personas que tienen la piel más oscura necesitan exponerse más tiempo
  • Si no tiene oportunidad de exponerse al sol lo suficiente, los suplementos de vitamina D le permiten mantener niveles óptimos (60 a 80 ng/mL); tómelos junto con grasas saludables y revise sus niveles mediante análisis de sangre regulares

🩺Por el Dr. Mercola

Quizás haya escuchado que la vitamina D, o la "vitamina del sol", mantiene sus huesos fuertes. Pero también puede proteger el cerebro, en especial si le preocupa padecer la enfermedad de Parkinson. La enfermedad de Parkinson es un trastorno cerebral que por lo general afecta a personas mayores de 60 años. Esta enfermedad provoca temblores, movimientos lentos, rigidez e incluso cambios de humor.

Si bien no existe una cura conocida, controlar bien los síntomas puede hacer una gran diferencia en su vida cotidiana. Una herramienta útil para esto es la vitamina D, en especial cuando se optimiza a través de la exposición a la luz del sol de manera segura. Entonces ¿cuál es la relevancia de este nutriente en este panorama? Exploremos lo que las investigaciones han descubierto sobre la vitamina D y la enfermedad de Parkinson y cómo aprovechar la vitamina D para ayudar a proteger la salud del cerebro a medida que envejece.

Hallazgos de los ensayos clínicos sobre la vitamina D y la enfermedad de Parkinson

Una revisión de 2023 publicada en la revista Clinical Nutrition Open Science analizó cuatro ensayos clínicos en los que personas con la enfermedad de Parkinson tomaron suplementos de vitamina D . Algunas personas notaron mejoras en el equilibrio y la marcha, en especial durante pruebas de caminata más cortas, como un intervalo de seis minutos. Quizás no parezca un gran logro, pero incluso los avances pequeños en la movilidad brindan más independencia.

  • ¿La dosis importa?  Los ensayos utilizaron dosis de 1000 a 10 000 UI al día. Por interesante que parezca, las dosis más elevadas no siempre produjeron los mejores resultados. Algunas personas tuvieron mejores resultados con cantidades moderadas, en especial cuando la dosis se adaptó a su peso.
  • ¿Cómo midieron el éxito?  Los investigadores siguieron el progreso de dos formas: pruebas físicas y encuestas autoinformadas. Las encuestas no reportaron muchos cambios, pero las pruebas de movimiento físico sí. Esto sugiere que la vitamina D favorece el movimiento del cuerpo, incluso si no nota grandes cambios de inmediato.

¿Cómo afecta la vitamina D al cerebro?

Quizás le sorprenda saber que la vitamina D activa y desactiva miles de genes, y algunos de ellos están en el cerebro.1 Además, permite que las células nerviosas crezcan y se mantengan saludables. Los científicos lo denominan como un efecto "neuroprotector", lo que significa que protege el cerebro de cualquier daño.

  • Se utiliza donde más importa: su cerebro tiene puntos especiales que utilizan vitamina D. Uno de ellos es la sustancia negra, la cual es una zona importante que se ve afectada en la enfermedad del Parkinson. Esta parte ayuda a producir dopamina, la cual es una sustancia química que controla el movimiento y la motivación.
  • Por qué los niveles bajos son problemáticos: las personas con párkinson suelen tener niveles más bajos de vitamina D, incluso si pasan tiempo al sol.2 Esto ha llevado a los investigadores a preguntarse si la enfermedad afecta la forma en que el cuerpo utiliza la vitamina D o si los niveles bajos podrían incluso influir en su aparición.
  • ¿Podría ayudar a prevenir el envejecimiento del cerebro?  La vitamina D tiene efectos antioxidantes y antiinflamatorios que retardan el proceso de envejecimiento del cerebro.
  • ¿Qué sucede a medida que el cuerpo envejece? A medida que el cuerpo envejece, nuestra piel no produce vitamina D con facilidad a partir de la luz del sol. Los huesos pierden densidad y los músculos se debilitan. Debido a esto, las personas con párkinson tienen mayor riesgo de caídas y fracturas, en especial las mujeres.3
  • También favorece el estado de ánimo y la memoria: la vitamina D no solo afecta a los huesos y los músculos, sino que también influye en la forma en la que el cerebro produce dopamina. Los niveles bajos de vitamina D se han relacionado con problemas de humor y de equilibrio en personas con la enfermedad de Parkinson.4

¿Cuál es la mejor forma de aumentar de manera segura los niveles de vitamina D?

Exponerse al sol y tomar suplementos son las dos formas principales de mantener los niveles de vitamina D en un rango adecuado. Ambas estrategias funcionan, pero una es la favorita de la naturaleza, y lo ideal es recibir vitamina D de la luz del sol. Su piel produce vitamina D3 cuando se expone a la luz del sol. Por eso, a menudo, se le denomina la "vitamina del sol". Sin embargo, el momento de exponerse y el tipo de piel son importantes. A continuación, descubrirá cómo exponerse al sol de forma segura:

  • Obtenga la cantidad necesaria de luz del sol al día: exponga su piel a la luz directa del sol todos los días. Para evaluar si se expone de forma segura al sol, realice una "prueba de quemaduras solares". ¿Cuál es el objetivo? Detenerse justo antes de que su piel se torne un poco enrojecida. Es una señal de que su cuerpo recibió suficiente luz. Las quemaduras solares no equivalen a más vitamina D, sino a daños muy graves.
  • Evite los aceites vegetales al menos seis meses antes de tomar el sol: los aceites vegetales, como el de soya, maíz y girasol, contienen mucho ácido linoleico. Este ácido causa inflamación cuando se acumula en la piel y se mezcla con los rayos ultravioleta. Si consume muchos alimentos procesados, evite exponerse al sol durante las horas de mayor intensidad (de 10 a.m. a 4 p.m.) hasta que haya reducido su consumo durante varios meses.
  • Las pieles con más melanina deben exponerse más tiempo: si su piel es más oscura, necesitará exponerse más al sol para producir suficiente vitamina D. Su cuerpo deja de producir vitamina D cuando tiene suficiente, por lo que no puede excederse con solo exponerse a la luz del sol.
  • La exposición al sol implica mucho más que la vitamina D: existe otra razón importante para obtener vitamina D del sol. La exposición al sol no solo genera vitamina D, sino que también produce otros compuestos beneficiosos que favorecen la función inmunológica, la salud cardiovascular e incluso el bienestar mental.

Cómo la luz del sol beneficia a sus mitocondrias y a su cerebro

Su cerebro funciona con energía, y sus células dependen de centrales eléctricas llamadas mitocondrias para producirla. Una sola célula del cerebro en reposo necesita casi 5 mil millones de moléculas de trifosfato de adenosina (ATP), que es la fuente de energía del cuerpo, cada segundo.5 La función del cerebro comienza a fallar cuando las mitocondrias no pueden seguir el ritmo. Con el paso del tiempo, esto provoca la neurodegeneración. Entonces ¿cómo podemos mantener nuestras mitocondrias en buen funcionamiento?

  • La exposición al sol tiene una influencia importante: cuando la luz del sol toca su piel, no solo le ayuda a producir vitamina D, sino que también le indica a sus mitocondrias que trabajen de manera más efectiva. Exponerse todos los días al sol es importante, ya que promueve la producción de energía celular debido a que estimula la melatonina mitocondrial, lo que le brinda una gran protección antioxidante.
  • ¿Cuáles son otras formas de proteger las mitocondrias?  Elimine los aceites vegetales de su alimentación, ya que son ricos en AL y causan disfunción mitocondrial. Consuma los tipos y cantidades adecuadas de carbohidratos para su nivel de actividad y reduzca su exposición a toxinas, como las sustancias químicas disruptoras del sistema endocrino que están presentes en los microplásticos.

¿Qué sucede si no puedo exponerme lo suficiente al sol?

Quizás sea difícil que se exponga lo suficiente al sol si vive en un lugar nublado o frío, o si trabaja en espacios interiores todo el día. Incluso en verano, muchas personas pasan la mayor parte del tiempo dentro de casa, lo que les impide exponerse al sol y aprovechar sus beneficios. Ahí es donde influyen los suplementos de vitamina D3. Si no puede obtener suficiente vitamina D a través de la exposición al sol, esto es lo que necesita saber sobre la suplementación:

  • Hágase una prueba para determinar su nivel de vitamina D: la única manera de saber si tiene niveles bajos de vitamina D es haciéndose un análisis de sangre. Procure mantener sus niveles de vitamina D entre 60 y 80 ng/mL (150 a 200 nmol/L). Este es el punto ideal para obtener la mayoría de los beneficios de esta vitamina.
  • Ajuste la dosis del suplemento según sea necesario: ajuste la cantidad de exposición al sol y los suplementos de vitamina D3 para mantener su nivel de vitamina D en el rango óptimo. Analice sus niveles de vitamina D dos veces al año para asegurarse de que están en un buen rango.
  • Consejo para una mejor absorción: tome su suplemento de vitamina D3 con un alimento que contenga grasas saludables, como mantequilla de animales alimentados con pastura, yemas de huevo o sebo. La vitamina D3 es liposoluble, por lo que la absorberá mejor si la toma con grasa.
  • Tome suplementos de vitamina D con magnesio y vitamina K2: las investigaciones destacan la importancia de tomar vitamina D junto con vitamina K2 y magnesio. Estos nutrientes trabajan de manera sinérgica dentro del cuerpo. Un estudio de 2920 personas indicó que muchos de los individuos que no tomaron magnesio ni K2 necesitaron un 244 % más de vitamina D oral para alcanzar niveles saludables similares, en comparación con los que tomaron magnesio y K2.6 Esto sugiere que la combinación de los tres suplementos reduce en gran medida la cantidad de vitamina D necesaria para mantener una salud óptima. Por lo tanto, cuando considere tomar suplementos de vitamina D, es recomendable que incluya magnesio y vitamina K2 para una mayor efectividad.

Preguntas frecuentes sobre la vitamina D y la enfermedad de Parkinson

P: ¿La vitamina D puede ayudar con los síntomas de la enfermedad de Parkinson?

R: Sí. Las investigaciones demuestran que la vitamina D promueve el equilibrio y el movimiento en algunas personas con la enfermedad de Parkinson. Los ensayos clínicos descubrieron mejoras pequeñas pero significativas en la estabilidad y al caminar, en especial durante pruebas físicas cortas como una caminata de seis minutos.

P: ¿Por qué las personas con la enfermedad de Parkinson a menudo tienen niveles bajos de vitamina D?

R: Muchas personas con Parkinson tienen niveles bajos de vitamina D, incluso si se exponen al sol de forma adecuada. Factores como el envejecimiento, los problemas de digestión, los medicamentos y la enfermedad en sí afectan la forma en la que el cuerpo produce o utiliza la vitamina D.

P: ¿Cuál es la mejor forma de obtener más vitamina D de manera natural?

R: La luz del sol es la mejor fuente. Intente exponerse al sol todos los días, hasta justo antes de que su piel comience a ponerse un poco enrojecida. Evite las quemaduras solares y no consuma aceites vegetales durante al menos seis meses antes de exponerse a la luz del sol para evitar que su piel se dañe.

P: ¿Qué pasa si no recibo la suficiente luz del sol? ¿Debo tomar un suplemento?

R: Un suplemento de vitamina D3 es una buena alternativa si vive en un clima nublado o si permanece en espacios interiores con frecuencia. Analice sus niveles y trate de alcanzar un rango de entre 60 y 80 ng/mL. Tome su suplemento de vitamina D3 con grasas saludables para una mejor absorción.

P: ¿Cómo ayuda la vitamina D al cerebro y a la energía?

R: La vitamina D ayuda a que sus mitocondrias (que son las fuentes de energía de sus células) trabajen de manera más efectiva. Esto favorece la salud del cerebro, mejora la producción de energía y ralentiza los procesos que impulsan la neurodegeneración en la enfermedad del Parkinson.