📝HISTORIA EN BREVE
- Aunque la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) finalizó la prohibición total del tricloroetileno (TCE) en diciembre de 2024, el cabildeo de las corporaciones y los esfuerzos políticos tratan de revocarla y mantener el químico en uso
- El TCE contamina el aire, el agua y el suelo cerca de sitios industriales, tintorerías y bases militares, lo que representa riesgos graves para las familias, los trabajadores y las comunidades vulnerables de todo el país
- Los investigadores independientes y los estudios realizados por la EPA confirman que el TCE aumenta el riesgo de cáncer, daño a los órganos y defectos cardíacos en los bebés; también es uno de los factores más potentes que causan la enfermedad de Parkinson
- Los desafíos legales y las órdenes ejecutivas han detenido la prohibición, lo que deja a los trabajadores desprotegidos y prolonga la exposición insegura en entornos industriales y comerciales
- Una revisión científica histórica demostró que el TCE interfiere con la función de las mitocondrias en las células del cerebro, lo que provoca una inflamación a largo plazo y mata neuronas en la región precisa vinculada a la enfermedad de Parkinson, lo cual es un recordatorio de lo necesario que es reducir la exposición
🩺Par le Dr. Mercola
Hoy en día, más de un millón de personas en Estados Unidos padecen Parkinson, y este trastorno neurodegenerativo afecta a casi 10 millones de personas en todo el mundo.1 Pero aun cuando los diagnósticos aumentan, las industrias del sector manufacturero y de defensa luchan por mantener en el mercado uno de los factores ambientales más documentados: el tricloroetileno (TCE).
El TCE es un solvente transparente y volátil que se utiliza para desengrasar a nivel industrial, es un químico dañino que se filtra en las aguas subterráneas, permanece en el suelo y se vaporiza en los hogares desde sitios contaminados. Hoy en día, ya está prohibido o restringido en Europa y otros países, y en diciembre de 2024, Estados Unidos siguió su ejemplo, después de que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) publicara una norma final que prohíbe todos los usos del TCE bajo la Ley de Control de Sustancias Tóxicas (TSCA, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, existe una presión enorme de la industria para que la EPA revierta esta prohibición, lo cual es una medida que pondrá en peligro las vidas de millones de personas que, sin saberlo, están expuestas a esta neurotoxina, lo que las pone en riesgo de sufrir la enfermedad de Parkinson y otros efectos sobre la salud.
La EPA cede ante la presión de la industria mientras el TCE envenena a las comunidades
Un informe de investigación publicado por ProPublica2 (y republicado en el sitio web de Children's Health Defense)3) detalló cómo el cabildeo de las corporaciones y las maniobras políticas llevaron a la EPA a retrasar la prohibición del TCE. Incluso después de que la agencia concluyó que el TCE representaba un “riesgo irrazonable para la salud humana”, sus conclusiones fueron revocadas de forma discreta.
• Múltiples esfuerzos políticos trabajan para eliminar la prohibición: después de que el presidente Donald Trump comenzara su segundo mandato, los legisladores republicanos de ambas cámaras del Congreso presentaron resoluciones para derogar la norma de la EPA que prohíbe el TCE. Debido a que la norma se aprobó justo antes de que la nueva administración asumiera el cargo, se volvió vulnerable a ser revocada bajo la Ley de Revisión del Congreso.
• Las demandas de la industria y las medidas ejecutivas han provocado que se detenga la norma: además de los ataques políticos, la implementación de la prohibición está envuelta en batallas legales. Grupos industriales presentaron demandas con el fin de bloquear la norma, mientras que una orden ejecutiva de Donald Trump suspendió la prohibición hasta el 21 de marzo de 2025. Poco después, la EPA solicitó a un tribunal federal que extendiera esa demora hasta fines de mayo de 2025.
• Los retrasos en la aplicación de la ley dejan a los trabajadores vulnerables: mientras el futuro de la prohibición aún se desconoce, los empleadores siguen sin ser responsables a la hora de implementar normas de seguridad nuevas en el lugar de trabajo. La solicitud de la EPA para extender la demora también pospone los cambios necesarios en la forma en que los empleadores protegen a los trabajadores de la exposición al TCE.
El TCE está muy asociado con riesgos graves (y a menudo irreversibles) para la salud
El TCE, el cual se utiliza en desengrasantes, limpieza en seco y procesamiento industrial, es un solvente industrial que se produjo de manera comercial en 1925 (lea más sobre su historia en mi artículo llamado: “Estos contaminantes en el agua podrían estar vinculados con la enfermedad de Parkinson.”) Sin embargo, algunos informes recientes han vinculado el TCE a múltiples tipos de cáncer, daño hepático y renal, y un riesgo mayor de defectos cardíacos fatales en los bebés.
La exposición repetida al TCE también se ha relacionado con efectos inmunológicos, del sistema endocrino y de desarrollo.4 Tanto investigadores independientes como la EPA confirmaron que la exposición también aumenta de forma significativa el riesgo de la enfermedad de Parkinson.5,6
• Millones de personas en Estados Unidos beben agua contaminada con TCE: según el Grupo de Trabajo Ambiental (EWG, por sus siglas en inglés), más de 17 millones de personas en Estados Unidos utilizan agua del grifo que contiene TCE. Esta contaminación tan común destaca el alcance verdadero de los riesgos para la salud.
• Los trabajadores de oficina expuestos (sin saberlo) al TCE desarrollaron Parkinson: el artículo presentado también contó la historia de Daniel Kinel y tres de sus compañeros de trabajo a quienes les diagnosticaron Parkinson después de trabajar por años al lado de una tintorería que desechaba el TCE de forma inadecuada. A Daniel le diagnosticaron cáncer con apenas 43 años, tras siete años en esa oficina.
• El TCE ha contaminado el medio ambiente de grandes comunidades de Estados Unidos: las investigaciones documentaron columnas de vapor de TCE en ciudades como Woburn, Massachusetts; Wichita, Kansas; y en instalaciones militares como Camp Lejeune. En estas zonas, a militares y civiles se les diagnosticó cáncer y Parkinson tras estar expuestos por mucho tiempo.
• Las personas con problemas de salud relacionados con el TCE se manifiestan en contra de la reversión: la Dra. Sara Whittingham, cirujana de vuelo retirada de la Fuerza Aérea a quien le diagnosticaron Parkinson cuando tenía 40 años, dijo que estaba atónita cuando supo que la prohibición podría revertirse. Dados los riesgos para la salud establecidos, no podía creer que los funcionarios consideraran deshacerse de la norma.
“Pensé que ya era un asunto resuelto. Caray ¿cómo es posible que a nadie le importe esto?" comentó. “Este debería ser un asunto sin partido”.7
• La confianza en las autoridades se ve perjudicada entre las familias afectadas: los residentes que viven en comunidades en las que se ha confirmado la contaminación por TCE afirman sentirse engañados y abandonados por los reguladores federales. A medida que se desarrolla la lucha por la prohibición, muchas personas se preguntan por qué se ignoró la salud pública durante tanto tiempo en favor de los intereses de las corporaciones.
El escándalo de Camp Lejeune advirtió sobre la toxicidad del TCE
La base Camp Lejeune del Cuerpo de Marines, que se encuentra en la desembocadura del río Nuevo en el Océano Atlántico en Carolina del Norte, quizás sea el sitio con mayor contaminación y escándalo de TCE en Estados Unidos. Se determinó que el agua potable en la base estuvo contaminada entre 1953 y 1985.8
• El personal de la Marina y la Armada y los trabajadores civiles estuvieron expuestos a agua potable contaminada con TCE: estas personas ingirieron, inhalaron, se lavaron y bañaron con el agua contaminada. Un infante de marina en entrenamiento puede consumir hasta 6 litros de agua al día, pero la dosis combinada por inhalación y exposición dérmica quizás sea mayor.9
• El TCE aumentó el riesgo de cáncer entre las personas en Camp Lejeune: los estudios descubrieron varios tipos de cáncer entre el personal naval, de la marina y los trabajadores civiles que quizás estuvieron expuestos al agua potable contaminada del campamento.10
• Un estudio reciente también detectó un riesgo mayor de enfermedad de Parkinson: un estudio de cohorte de 340 489 miembros del servicio descubrió que el riesgo de padecer Parkinson era un 70 % mayor para las personas en Camp Lejeune en comparación con aquellas en Camp Pendleton, California.11
• Muchas personas también tenían síntomas parecidos a los de la enfermedad de Parkinson: los residentes anteriores de Lejeune que no tenían Parkinson también desarrollaron trastornos del estado de ánimo, temblores en reposo, rigidez, lentitud de movimiento, alteraciones del sueño, deterioro cognitivo e inestabilidad postural.12
En 2012, el Congreso aprobó la Ley Honoring America’s Veterans and Caring for Camp Lejeune Families, que creó un fondo de 2 200 millones de dólares para compensar a los sobrevivientes. La ley obliga al Departamento de Asuntos de los Veteranos (VA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos a brindar beneficios de salud a los veteranos elegibles y sus familiares que desarrollen cualquiera de las condiciones médicas específicas asociadas con la contaminación por el TCE.13
Un estudio reciente destaca cómo el TCE causa daño cerebral asociado con la enfermedad de Parkinson
Una revisión exhaustiva publicada en el Journal of Parkinson's Disease analizó décadas de investigación para explorar la relación entre las toxinas del ambiente, incluyendo el TCE, y el aumento de la enfermedad de Parkinson. 14 El artículo afirmó que las exposiciones ambientales, no el envejecimiento ni la genética, son el factor principal que aumentó a nivel mundial los casos de Parkinson.
• El artículo examinó cómo y dónde se produce la exposición al TCE: los autores destacaron cómo la exposición ocurre no solo en fábricas, sino también en los hogares, las escuelas y las comunidades, sobre todo en áreas cercanas a aire, agua o suelo contaminados. El artículo no estableció una relación universal de causa y efecto, pero planteó que las exposiciones ambientales, como el TCE, tienen una gran influencia en el aumento del riesgo de padecer Parkinson.
• El TCE daña las mismas células del cerebro afectadas en los pacientes con Parkinson: uno de los puntos destacados es que el TCE provoca daño selectivo a las neuronas dopaminérgicas, las cuales son las mismas células del cerebro que se degeneran en el Parkinson. Estas neuronas residen en la sustancia negra, que es una región que regula el movimiento y el control motor.
Los autores citaron múltiples estudios, incluyendo datos humanos y animales, que demuestran que la exposición al TCE provoca daños en esta área del cerebro compatibles con la patología de Parkinson.
• La exposición ocurre en el trabajo o en el medio ambiente, con efectos retardados: observaron que algunas personas, incluyendo veteranos, trabajadores industriales y residentes cerca de aguas subterráneas contaminadas, que estuvieron expuestos hace años o incluso décadas, ahora desarrollan síntomas, lo que respalda una gran demora entre la exposición y la aparición de la enfermedad.
Este efecto retardado fue considerado muy preocupante debido a que oculta la relación entre causa y resultado, lo que hace que se necesite aún más una regulación.
• El TCE altera la función de las mitocondrias y causa estrés oxidativo: los resultados de estudios de laboratorio y con animales también demostraron que la exposición al TCE conduce a una disfunción mitocondrial. Las mitocondrias son las partes de las células que producen energía y, cuando dejan de funcionar bien, se acumula estrés oxidativo.
El artículo explicó que el estrés oxidativo es uno de los causantes principales de la muerte de neuronas, en especial en las regiones del cerebro que producen dopamina. Los autores también analizaron cómo el daño mitocondrial es un hallazgo constante en muchas toxinas del ambiente vinculadas al Parkinson, incluyendo el TCE.
• La neuroinflamación causada por la exposición al TCE empeora el daño cerebral con el tiempo: el TCE y otras toxinas también activan la microglía, que son las células inmunitarias del cerebro. Si bien, estas células suelen proteger el cerebro, la exposición prolongada a las toxinas hace que reaccionen de forma exagerada, lo que genera inflamación crónica y mayor daño neuronal.
El artículo enfatizó que esta inflamación a menudo continúa mucho tiempo después de la exposición inicial, lo que crea un círculo vicioso de degeneración.
• La mayoría de los casos de Parkinson no son genéticos ni están causados por el envejecimiento: de hecho, el estudio señaló que las causas genéticas representaron solo entre el 2 % y el 3 % de los casos. En cambio, la mayoría de los casos surgen de una combinación de exposición al ambiente y vulnerabilidad genética. Los autores describieron el TCE y otras sustancias químicas similares como unas de las causas “más probables” de la enfermedad e insistieron en que las medidas para limitar la exposición serían un gran paso hacia la prevención.15
Este estudio brindó un argumento sólido y respaldado por evidencia de que el TCE, junto con otros pesticidas y contaminantes del aire, favorecen los procesos biológicos que resultan en la enfermedad de Parkinson. Estos hallazgos son consistentes en múltiples líneas de investigación y deben ser considerados como parte de cualquier estrategia de salud pública.
Cómo protegerse de la exposición al TCE y de sus riesgos neurológicos
Incluso si no vive cerca de una fábrica o no trabaja con solventes industriales, eso no significa que esté a salvo. Al igual que con otras sustancias químicas del ambiente, el TCE se mueve a través del aire, el agua y el suelo, se esconde en materiales de construcción, productos de limpieza viejos e incluso podría estar en las líneas de agua debajo de su casa.
Ya en el cuerpo, interfiere con las mitocondrias, provoca inflamación y ataca las regiones exactas del cerebro que controlan el movimiento y la cognición. Para evitar problemas en el futuro, a continuación le recomiendo cinco estrategias.
1. Averigüe si su hogar o lugar de trabajo está cerca de un sitio contaminado: si vive cerca de una base militar antigua, una tintorería o una zona industrial (sobre todo una que utilizara desengrasantes o solventes), sus probabilidades de exposición aumentan bastante. Consulte con su compañía de servicios de agua local los resultados de las pruebas de TCE, solicite un informe completo de contaminantes y pida evaluaciones de la calidad del aire si se encuentra en un sitio con intrusión de vapores o cerca de él.
2. Filtre su agua: el objetivo es filtrar el agua que utiliza para bañarse, cocinar y beber. De preferencia, le aconsejo que tenga un sistema que ofrezca diversos métodos, incluyendo ósmosis inversa, intercambio iónico y filtros de bloque de carbón. Lea mi artículo llamado: "Si le importa su salud, debe saber esto antes de beber agua" para una guía más detallada.
3. Ventile y selle su casa para evitar la intrusión de vapor en el interior: el TCE se filtra a través de los cimientos de hormigón y llega al aire interior desde el suelo o las aguas subterráneas contaminadas. Si vive cerca de una zona de exposición, lo mejor que puede hacer es aumentar la ventilación y sellar las grietas en los cimientos.
Una barrera de vapor es útil, pero es más efectiva cuando se combina con intercambiadores de aire o ventiladores. Incluso pequeños cambios como usar extractores de aire en el baño y la cocina ayudarán a reducir los niveles de contaminación del aire dentro de su hogar.
4. Apoye las vías de desintoxicación de su cuerpo con nutrientes para las mitocondrias: el TCE se dirige a las mitocondrias, por lo que debe brindarle a sus células los cofactores que necesitan para mantener su función y defenderse contra los daños. Le recomiendo tomar suplementos de niacinamida y tiamina: ambas ayudan a estimular los procesos de las mitocondrias y a frenar el estrés oxidativo.
El treonato de magnesio también es importante, no solo para desintoxicarlo sino para proteger su cerebro y mejorar la función de sus mitocondrias. Descubra los beneficios de este nutriente para la salud del cerebro en mi artículo llamado: “Beneficios cognitivos del treonato de magnesio".
5. Exija cambios en las políticas y las pruebas locales: recuerde, su voz puede hacer la diferencia. Comuníquese con el ayuntamiento de su ciudad, el departamento de salud o la agencia ambiental de su estado y exija que analicen el aire interior y el agua potable para detectar el TCE. El informe de ProPublica expuso que las empresas presionaron para debilitar las normas de la EPA, por lo que la iniciativa de la población importa ahora más que nunca. Quizás no pueda revertir la política nacional de la noche a la mañana, pero puede ayudar a cambiar lo que sucede en su zona.
Preguntas frecuentes sobre los peligros del tricloroetileno (TCE)
P: ¿Qué es el tricloroetileno y por qué es peligroso?
R: El TCE es un disolvente químico que se utiliza en el desengrasado industrial, la limpieza en seco y la fabricación. Se ha vinculado con el cáncer, el daño a los órganos y las enfermedades neurológicas (en particular la enfermedad de Parkinson) debido a que daña las células del cerebro y altera la función de las mitocondrias.
P: ¿El TCE se prohibió en Estados Unidos?
R: Sí, en diciembre de 2024 la EPA emitió una norma final que prohíbe todos los usos de TCE bajo la Ley de Control de Sustancias Tóxicas. Sin embargo, la presión industrial y política, en especial después del inicio del segundo mandato del presidente Trump, retrasaron la prohibición y se esfuerzan para derogarla.
P: ¿Cómo podría estar expuesto al TCE?
R: Puede estar expuesto al momento de beber agua contaminada, inhalar vapor que se filtra a los edificios desde suelos contaminados o trabajar en entornos que utilizan solventes industriales. Millones de personas en Estados Unidos están expuestos sin darse cuenta, incluyendo aquellas que viven cerca de bases militares, fábricas y antiguas tintorerías.
P: ¿Qué riesgos para la salud se asocian con la exposición al TCE?
R: Se sabe que el TCE daña el hígado y los riñones, causa varios tipos de cáncer y defectos cardíacos congénitos. Tienen una relación significativa con el Parkinson debido a su habilidad de destruir las células del cerebro que producen dopamina y provoca una inflamación cerebral crónica, incluso años después de la exposición inicial.
P: ¿Qué medidas puedo tomar para protegerme y a mi familia del TCE?
R: Verifique si su casa está cerca de un sitio contaminado, filtre el agua (de preferencia con sistemas de ósmosis inversa), selle las grietas de los cimientos, mejore la ventilación interior y favorezca sus mitocondrias con nutrientes como la niacinamida y la tiamina. También puede abogar por pruebas locales y mejores protecciones de salud pública.
🔎Fuentes y Referencias:
- 1 Parkinson’s Foundation, Statistics
- 2, 7 ProPublica, March 26, 2025
- 3 Children’s Health Defense, March 26, 2025
- 4 EPA, Trichloroethylene
- 5 JAMA Neurol. 2023;80(7):673-681
- 6, 14, 15 J Parkinsons Dis. 2024;14(3):451-465
- 8, 9, 10 medRxiv 2024.01.27.24301873
- 11, 12 JAMA Neurol. 2023;80(7):673–681
- 13 Review of VA Clinical Guidance for the Health Conditions Identified by the Camp Lejeune Legislation, March 26, 2015