📝HISTORIA EN BREVE
- Los estudios demuestran que las personas con esclerosis múltiple (EM) tienen bacterias intestinales diferentes que las personas sanas, ya que tienen niveles elevados de ciertos tipos y niveles muy bajos de otros
- La relación entre las bacterias Bifidobacterium y Akkermansia sirve como biomarcador de la progresión de la EM, y es un patrón consistente en pacientes de todo el mundo
- En personas con EM, las bacterias Akkermansia, que suelen ser beneficiosas, pueden volverse dañinas cuando disminuyen los niveles de Bifidobacterium, lo que daña la capa de protección de mucina en el intestino y causa inflamación
- Varios estudios confirman que los pacientes con EM tienen menores niveles de bacterias beneficiosas que producen ácidos grasos de cadena corta como el butirato, que es un compuesto que combate la inflamación
- Hacer cambios simples en la alimentación puede hacer mucho por su salud intestinal, tales como consumir carbohidratos saludables (200 a 350 gramos diarios), si su intestino está sano, incorporar poco a poco fibra y evitar los alimentos procesados y aceites vegetales
🩺Por el Dr. Mercola
Alrededor de 2.9 millones de personas en todo el mundo viven con esclerosis múltiple (EM), una enfermedad en la que el sistema inmunológico ataca la capa de protección que rodea los nervios.1 Esto causa síntomas como fatiga, problemas para caminar e incluso visión borrosa. Aquí un dato sorprendente: las bacterias que viven en su intestino (esos microorganismos que ayudan a digerir los alimentos) influyen mucho en la EM.
Su microbioma intestinal es como una ciudad llena de bacterias, y cuando se produce un desequilibrio, sus consecuencias van mucho más allá de su estómago. Dos nuevos estudios demuestran que este desequilibrio se relaciona con la EM, lo que abre las puertas a nuevas formas de detectar y tratar esta enfermedad. En este artículo, hablaremos de los hallazgos de estos estudios, así como del impacto que esto podría tener en su salud y estrategias simples para comenzar a fortalecer su intestino desde este momento.
El estado del microbioma dice mucho sobre la gravedad de la esclerosis múltiple
En un estudio que se publicó en la revista PNAS, los investigadores recolectaron muestras de heces de personas con y sin EM.2 Luego, utilizaron herramientas especiales para mapear sus bacterias.
Su objetivo era determinar si las personas con EM tienen mayores o menores niveles de ciertos tipos de bacterias, así como determinar si el estado de su microbioma influía en sus síntomas. Los investigadores identificaron las bacterias por su ADN, lo que muestra una imagen clara de lo que vive en el intestino.
• ¿Cuáles fueron sus hallazgos?: descubrieron que las personas con EM tenían mayores niveles de dos tipos de bacterias (Blautia y Akkermansia) que las personas sanas. Los pacientes con EM tuvieron un desequilibrio marcado entre las bacterias Bifidobacterium y Akkermansia. A mayor desequilibrio, peores síntomas. Digamos que es como un sube y baja: cuando se inclina más de un lado, las cosas se salen de control.
• Las pruebas se realizaron en ratones: para comprobarlo, el equipo puso esta idea a prueba en ratones. Los ratones sanos recibieron un poco de Blautia de pacientes con EM y luego, se pusieron bajo observación. Poco después, los ratones ya tenían menos Bifidobacterium beneficiosas y más Akkermansia, al igual que los humanos con EM. Los ratones también mostraron signos de inflamación, un problema clave en esta enfermedad. Esto demuestra que modificar las bacterias intestinales provocó que el cuerpo de las ratas reaccionara de forma similar a lo que sucede con la EM.
• La forma de comprobar los hallazgos: los científicos se unieron a un estudio global. Después de analizar a cientos de personas de lugares como Estados Unidos, Europa y Asia, el patrón se mantuvo: una proporción menor de Bifidobacterium a Akkermansia se relaciona con un peor cuadro de EM. Esto demuestra que existe una “huella intestinal” que los médicos podrían utilizar para predecir el progreso de la EM o crear tratamientos nuevos.
La EM provoca que las bacterias buenas se vuelvan malas
Se podría pensar que las bacterias intestinales son buenas o malas, pero no es tan simple, en especial cuando se trata de EM. Por ejemplo, la Akkermansia es una bacteria que suele ser beneficiosa, pero en personas con EM puede volverse dañina. ¿Por qué?
• La importancia de la proporción entre estas dos bacterias: tanto la Bifidobacterium como la Akkermansia ayudan a reforzar el revestimiento de protección del intestino, que se compone de una sustancia que se conoce como mucina. Digamos que la mucina es como un muro que protege una ciudad, en este caso su intestino. La Bifidobacterium es el vigilante, y aunque consume algo de mucina también la produce, lo que ayuda a que el muro se mantenga resistente. Por otro lado, la Akkermansia solo consume mucina sin producirla. Bajo condiciones normales, esto no es un problema,
ya que este consumo controlado evita que se espese demasiado la capa de moco porque eso podría ser contraproducente. Entonces, la actividad de la Akkermansia ayuda a mantener el equilibrio en la capa de moco. Pero, en personas con EM, disminuyen los niveles de Bifidobacterium a causa de la inflamación, y sin niveles suficiente de esta bacteria, el consumo de mucina de la Akkermansia se sale de control, lo que debilita la pared de protección del intestino.3 Esto causa más inflamación, lo que empeora los síntomas de la EM.
• La importancia de todo esto: comprender cómo las bacterias “buenas” como la Akkermansia se vuelven dañinas en la EM demuestra una vez más la importancia del equilibrio en el microbioma intestinal. Es un recordatorio de que el estado del microbioma intestinal afecta todos los aspectos de la salud.
El panorama completo de los cambios intestinales en la EM
En otro artículo, los investigadores revisaron 12 estudios sobre la EM y las bacterias intestinales, todos se realizaron después de 2020.4 En lugar de realizar un estudio nuevo, analizaron los existentes con el fin de encontrar patrones. Trataron de determinar si las personas con EM tienen un microbioma diferente a las personas sin esta enfermedad.
• El desequilibrio en el microbioma: en términos generales, las personas con EM tuvieron menos bacterias beneficiosas (como Bifidobacterium, Roseburia y Faecalibacterium) y más de otras, como Akkermansia y Blautia. El desequilibrio en el microbioma se conoce como disbiosis.
• Falta de ayudantes e inflamación: las bacterias faltantes suelen ser las que producen compuestos beneficiosos que se conocen como ácidos grasos de cadena corta (AGCC), en especial butirato. Y, los AGCC ayudan a combatir la inflamación en el cuerpo. En pacientes con EM, los niveles de butirato fueron menores, lo que permite que la inflamación empeore y ataque los nervios.
• Una pieza en el rompecabezas de la EM: este estudio no demuestra que los cambios intestinales causen EM, pero es un indicio sólido. Los cambios constantes en las bacterias y una menor cantidad de AGCC como el butirato sugieren que el intestino podría influir mucho en esta enfermedad. También confirma la idea de que reforzar el intestino podría aliviar los síntomas o retrasar la aparición de EM.
Los científicos creen que estos hallazgos podrían cambiar de forma radical la detección y el tratamiento de la EM. Imagínese una prueba rápida que analice sus bacterias intestinales para detectar la EM de forma temprana o bien, ver cómo evoluciona. También podrían crearse tratamientos nuevos, como probióticos especiales, para estimular las bacterias buenas y combatir la inflamación. Aunque es muy pronto para cantar victoria, el futuro es muy prometedor.
Estrategias para comenzar a fortalecer su intestino
La investigación está en curso, equipos de todo el mundo, analizan enfoques que se basan en el intestino. Esto da esperanza a todas las personas con EM, pero aún debemos esperar para ver los resultados. Mientras tanto, hay cosas que puede comenzar a hacer desde este momento, como las siguientes:
• Elija bien sus carbohidratos: los carbohidratos son fundamentales para mantener sus células llenas de energía, en especial porque la glucosa es el combustible preferido de sus mitocondrias (las fuentes de energía de sus células). Para mantener su intestino en buen estado, trate de consumir entre 200 y 350 gramos de carbohidratos al día (o más si es una persona muy activa). Esto incrementará sus niveles de energía y reforzará su salud intestinal, lo que tendrá un impacto muy beneficioso en los síntomas de EM.
Comience poco a poco con opciones fáciles de digerir como el arroz blanco o las frutas enteras, ya que esto permite que su intestino se adapte sin causar problemas. Pero, debe tener cuidado porque en personas con mala salud intestinal, la fibra puede alimentar a las bacterias malas y empeorar los síntomas. A medida que mejore su salud intestinal, agregue más vegetales, granos enteros o almidones.
• Una vez que fortalezca su intestino, coma más fibra: la fibra es el combustible principal para los microbios intestinales beneficiosos, lo que les permite producir AGCC como el butirato que fortalecen su barrera intestinal. También coma almidones más resistentes, como papas cocidas o plátanos verdes, ya que estimulan la producción de butirato.
• Evite los aceites vegetales y los alimentos procesados: las alimentaciones modernas se basan en alimentos procesados que contienen niveles elevados de aceites vegetales que impiden que las células produzcan energía, lo que causa un desequilibrio en su microbioma. Estos aceites, que se encuentran en alimentos fritos, salsas y aderezos para ensaladas contienen mucho ácido linoleico (AL), que actúa como un veneno para las mitocondrias. Sustituir esos productos con grasas saludables como mantequilla de animales alimentados con pastura o ghee hace que las cosas funcionen sin problemas.
Estos cambios pequeños se acumulan y le dan a su intestino y a su cuerpo las armas que necesita para defenderse mientras la ciencia encuentra el eslabón perdido entre el intestino y la EM. Aunque la EM suele ser una enfermedad muy compleja, ahora se sabe que su instinto tiene algunas respuestas. No es el panorama completo, pero es un gran comienzo.
Preguntas frecuentes sobre el microbioma intestinal y la esclerosis múltiple
P: ¿Podrían mis bacterias intestinales ayudar a los médicos a comprender mejor o predecir la EM?
R: Las investigaciones sugieren que patrones específicos en las bacterias intestinales, como la proporción entre Bifidobacterium y Akkermansia, podrían servir como una "huella intestinal" que los médicos podrían utilizar para predecir cómo progresará la EM o bien, ayudar a crear tratamientos innovadores.
P: ¿Cuáles son los mejores alimentos para reforzar la salud intestinal?
R: Si su intestino está sano, consuma alimentos ricos en fibra, como frutas y vegetales enteros que alimentan a sus bacterias beneficiosas. Pero, si tiene una mala salud intestinal, comience poco a poco con opciones más fáciles de digerir como el arroz blanco y la fruta.
Al principio, evite los alimentos con alto contenido en fibra, ya que el exceso de fibra alimenta a las toxinas dañinas en un intestino poco saludable. Una vez que tenga una buena salud intestinal, consuma más fibra para ayudar a que los microbios intestinales beneficiosos produzcan ácidos grasos de cadena corta como el butirato, que fortalecen su barrera intestinal.
P: ¿Cómo puedo reforzar mi microbioma intestinal?
R: Trate de consumir entre 200 y 350 gramos de carbohidratos saludables al día, ya que esto proporciona energía a sus células y refuerza la salud intestinal. Comience con fuentes de carbohidratos fáciles de digerir como arroz blanco o frutas enteras, ya que esto permite que su intestino se adapte sin problemas, y luego agregue poco a poco más vegetales, granos enteros y almidones.
P: ¿Por qué son importantes los ácidos grasos de cadena corta para las personas con EM?
R: Los ácidos grasos de cadena corta, sobre todo el butirato, ayudan a combatir la inflamación y fortalecer la barrera intestinal. Las personas con EM suelen tener menores niveles de butirato, lo que permite que la inflamación empeore y ataque los nervios.
P: ¿Cómo afectan los aceites vegetales y los alimentos procesados la salud intestinal y qué tiene que ver con la EM?
R: Las alimentaciones modernas se basan en alimentos procesados y aceites vegetales que impiden que las células produzcan energía, lo que causa un desequilibrio en su microbioma. Estos aceites contienen ácido linoleico, que daña las mitocondrias, que son las fuentes de energía de las células, y eso empeora todos los problemas que se relacionan con la EM.