📝HISTORIA EN BREVE

  • Masticar un solo chicle puede liberar hasta 3 000 partículas microplásticas en la boca en cuestión de minutos, y la mayoría se libera en los primeros 60 segundos
  • Tanto los chicles sintéticos como los "naturales" liberan cantidades similares de partículas de plástico, que incluyen los tipos utilizados en envases y piezas de automóviles
  • Los usuarios habituales de chicle pueden consumir alrededor de 30 000 partículas de plástico al año, lo que se suma a la exposición a microplásticos de otras fuentes, como envases de alimentos y agua embotellada
  • La mayoría de los consumidores no saben que la "goma base" contiene cauchos sintéticos a base de aceite similares a los que se utilizan en los neumáticos de los automóviles y las bolsas de plástico
  • El chicle desechado no se biodegrada, sino que persiste como contaminación plástica del ambiente durante décadas, lo que lo convierte en un problema tanto para la salud como para el medio ambiente

🩺Por el Dr. Mercola

Masticar un solo chicle puede liberar hasta 3 000 partículas de plástico directo en su boca. Así es, según investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles, incluso unos pocos minutos de masticar chicle lo exponen a cientos, a veces miles, de microplásticos, según el tamaño del chicle y de sus ingredientes.1

Lo que debe saber es que el plástico que se utiliza en los chicles no es inocuo. Estas partículas incluyen los mismos plásticos que se utilizan para fabricar bolsas de supermercado, botellas de plástico e incluso neumáticos de automóviles. Entonces, cuando mastica chicle, no solo refresca su aliento, sino que también mete a su organismo trozos microscópicos de plástico. Veamos cómo los investigadores descubrieron esto y por qué incluso un solo chicle podría suponer riesgos.

El chicle libera plásticos en cuestión de minutos

Un estudio presentado en la reunión de primavera de 2025 de la American Chemical Society se propuso medir cuántas partículas microplásticas se liberan cuando las personas mastican chicle. Los investigadores utilizaron diez chicles comerciales: cinco sintéticos y cinco naturales. Cada pieza fue masticada por la misma persona para evitar diferencias en la forma de masticar y la composición de la saliva.2

•Incluso los chicles naturales liberan partículas de plástico: a pesar de las expectativas de que sólo los chicles sintéticos hechos de caucho derivado del petróleo liberarían plástico, el estudio demostró que ambos tipos (sintéticos y naturales) liberaron niveles similares de microplásticos. Estas partículas de plástico midieron al menos 20 micrómetros de tamaño.

•Masticar durante sólo dos minutos liberó la mayor parte del plástico: los investigadores descubrieron que el 94 % de las partículas microplásticas se liberaron dentro de los primeros ocho minutos de masticar, y la mayoría de ellas se desprendieron durante los primeros dos minutos. Esto significa que si mastica chicle de forma habitual, se expone a una dosis constante y concentrada de microplásticos.

•Las personas que mastican mucho chicle consumen decenas de miles de plásticos cada año: el estudio estimó que una persona que mastica entre 160 y 180 chicles al año podría tragar alrededor de 30 000 partículas de plástico al año. Se trata de una cantidad significativa, en especial si se suma a las decenas de miles de partículas de plástico que ya se consumen cada año a través de envases de alimentos, agua embotellada y alimentos procesados.

¿Qué hay dentro del chicle que mastica?

Cada muestra de chicle incluyó varios tipos de plástico, incluyendo variedades utilizadas en ropa, botellas de bebidas y empaques de espuma. Los tipos de plástico más abundantes encontrados incluyen el polietileno y polipropileno, que se utilizan en gran medida en los envases y contenedores de alimentos de plástico, juguetes, piezas de automóviles, dispositivos médicos y más.

•El movimiento de masticar, no la saliva, hace que el plástico se rompa: los investigadores confirmaron que las enzimas en la saliva no la liberaron los microplásticos. En cambio, fue el movimiento repetitivo a la hora de masticar (que incluye la molienda y presión) lo que desprendió las partículas de plástico del chicle. Esta tensión mecánica permite que los fragmentos de plástico se desprendan y pasen a la saliva.

•Es probable que las partículas más pequeñas no se detectaran: los investigadores solo midieron plásticos de 20 micrómetros o más debido a limitaciones en sus herramientas. Eso significa que el número total de partículas podría ser mayor que el que informaron. Los nanoplásticos, que tienen el suficiente tamaño como para entrar en las células y viajar a través del torrente sanguíneo, no se incluyeron en los recuentos.

•Masticar durante más tiempo no es mejor, pero cambiar de chicle con menos frecuencia podría ayudar: si bien, la mayoría de las partículas se liberan en los primeros minutos, el estudio sugirió que masticar un trozo durante más tiempo en lugar de cambiar de manera constante a trozos nuevos podría reducir la exposición general. Aún así, si hay plástico como base, obtendrá algo sin importar cómo lo mastique.

La mayoría de las personas no saben que mastican plástico

Por otro lado, un artículo publicado por The Conversation reveló que la mayoría de las personas desconocen por completo que el chicle convencional está hecho de plástico sintético.3 Si bien, los fabricantes a menudo incluyen “goma base” como ingrediente, evitan revelar que esta base incluye cauchos sintéticos a base de aceite, que son los mismos tipos que se usan en los neumáticos de los automóviles y en las bolsas de plástico. Estos ingredientes le dan al chicle una textura elástica, pero la convierten en una fuente no declarada de microplásticos.

•La contaminación por los chicles es mucho más que solo basura: el daño ambiental causado por los chicles desechados a menudo se descarta como un problema de basura, pero este artículo lo reformula como una forma de contaminación de plástico que persiste durante décadas. Como se indicó en el artículo, "al igual que otros plásticos, el chicle sintético no se biodegrada y puede persistir en el medio ambiente durante muchos años". Esto significa que, una vez que se escupe, aún libera microplásticos en el suelo y el agua.

•La contaminación por chicle es muy costosa y difícil de limpiar: la limpieza no solo requiere mucho trabajo, sino que también es costosa. Como el chicle se endurece con el tiempo, no se lava solo con la lluvia ni se degrada con el sol: hay que quitarlo de forma manual.

•La producción mundial de chicles es enorme, y también lo es la carga de plástico: el artículo citó datos revisados por pares que estiman que cada año se producen a nivel mundial 1.74 billones de piezas de chicle. Con un peso promedio de una pieza de 1.4 gramos y una goma base sintética que representa alrededor del 30 % de ese peso, se producen al año más de 730 000 toneladas de chicle a base de plástico.

Cómo la industria de chicle elude la responsabilidad

El artículo de The Conversation criticó los esfuerzos de limpieza respaldados por la industria, como el “grupo de trabajo sobre chicles” del Reino Unido, que fomenta el desecho responsable pero evita abordar el contenido plástico en sí. “Tirar chicle no es la solución”, dijo el autor.4 Plantear el problema como un problema de basura desplaza la responsabilidad de los fabricantes a las personas, cuando el problema de verdad son los ingredientes y la fórmula del chicle en sí.

•El artículo exige un cambio regulatorio y un etiquetado honesto: el autor aboga por tratar el chicle del mismo modo que tratamos ahora los plásticos de un solo uso: impulsar la reducción, la reformulación y la transparencia. “Tener regulaciones más estrictas podría exigir responsabilidades a los fabricantes”, explicó el artículo. También insta a las empresas a revelar por completo el contenido de su goma base para que los consumidores puedan tomar decisiones informadas.

•Educar al consumidor es clave para reducir la exposición al plástico de los chicles: una vez que las personas comprendan lo que mastican, tendrán más probabilidades de dejarlo o buscar alternativas más seguras. El artículo concluyó con un recordatorio de que “la contaminación por chicle es solo otra forma de contaminación por plástico” y debe abordarse desde su origen, no solo después de que lleguen a la acera.

Formas sencillas de reducir su exposición a los microplásticos

Si mastica chicle por estrés, por sabor o por hábito, quizás no piense en que traga plástico. Pero eso es justo lo que sucede. Una vez que sabe que una sola pieza de chicle libera miles de partículas microplásticas en su boca, es difícil justificar mantenerlo como parte de su rutina cotidiana.

La buena noticia es que tiene mejores opciones y, en el momento en que deja de masticar chicle, su exposición a esta fuente oculta de plástico cesa de inmediato. Aquí descubrirá cómo dejar el hábito de masticar chicle:

•Deje de masticar chicle de una vez por todas: si usa los chicles como herramienta para concentrarse, controlar los antojos o solo pasar el tiempo, comprenda que no es inofensivo. No solo mastica un sabor: mastica trozos de plástico y caucho sintético. Consumir 30 000 partículas de plástico al año no es algo que beneficie al intestino, al cerebro ni al sistema inmunológico.

Si usa el chicle como un estimulante, deje de hacerlo de inmediato. Hay otras formas de mantenerse alerta que no implican consumir plástico.

• Pruebe con hojas de menta fresca o ramas de canela: ¿quiere ese sabor fresco y limpio en su boca? Las hojas de menta o una rama pequeña de canela de Ceilán ofrecen sabor sin químicos ni plásticos. Incluso puede echarlos en su botella de agua o masticarlos de manera directa. Estas opciones naturales no solo refrescan el aliento, sino que también aportan fitonutrientes traza que favorecen la digestión y la salud bucal.

•Si se trata de estrés, reemplace el hábito con un alivio verdadero: mucha gente mastica chicle para calmar los nervios, pero es una solución superficial. Si esto le parece familiar, pruebe la respiración guiada, la meditación o un paseo pequeño al aire libre. Incluso cinco minutos lejos de la pantalla junto con respiración consciente le darán a su sistema nervioso lo que necesita. Haga de esto un ritual todos los días, en especial durante los momentos en los que por lo general masticaría un chicle.

•Comience a fijarse en los ingredientes en busca de “goma base” y no los compre: no se deje engañar por las etiquetas que digan "natural" o "de origen vegetal". Si el envase no nombra de forma clara cada ingrediente, sino que lo oculta bajo términos vagos como "goma base", asuma que es plástico. Ése es el truco que utilizan los fabricantes para no revelar información. Si no es transparente no merece su confianza.

•Apoye alternativas que en verdad no utilicen plástico: algunos productores pequeños elaboran chicles con chicle real u otras bases biodegradables, no plástico. Si no está listo para dejar de masticar chicle por completo, busque estas opciones, pero tenga en cuenta que existen otras desventajas de masticar chicle que debe tener en cuenta, como problemas digestivos y problemas de mandíbula.

También puede contactar a las marcas de chicles y pedirles que sean transparentes por completo. Su voz importa y cuantas más personas exijan ingredientes reales, más rápido se producirá el cambio. Una vez que haga este cambio, eliminará de inmediato una fuente de exposición a los microplásticos en su día a día, y esa es una de las victorias más fáciles que obtendrá este año.

Preguntas frecuentes sobre el plástico en el chicle

P: ¿El chicle está hecho de plástico?

R: Sí. La mayoría de los chicles comerciales utilizan una goma base sintética hecha a partir de plásticos derivados del petróleo, que son los mismos materiales utilizados en las bolsas de plástico, el pegamento y los neumáticos de los automóviles.

P: ¿Cuántos microplásticos se liberan cuando mastico chicle?

R: Una sola pieza de chicle puede liberar hasta 3 000 partículas microplásticas en la saliva, la mayoría de las cuales se liberan entre los dos y ocho primeros minutos de masticar. Si mastica chicle con regularidad, podría consumir alrededor de 30 000 microplásticos al año solo de esta manera.

P: ¿Los chicles “naturales” son más seguros que los sintéticos?

R: No siempre. Un estudio descubrió que los chicles “naturales” liberan tantas partículas microplásticas como los sintéticos. Ambos tipos tuvieron los mismos plásticos cuando se realizaron las pruebas.

P: ¿Por qué se considera que el chicle es un problema de contaminación por plástico?

R: El chicle no se biodegrada. Cuando se desecha, se endurece y se descompone en microplásticos que contaminan aceras, suelo y vías fluviales. La limpieza es cara, requiere mucha mano de obra y no aborda el problema principal: el contenido plástico del chicle.

P: ¿Cuál es una alternativa segura al chicle?

R: Si mastica para obtener un sabor, pruebe con hojas de menta fresca o canela. Si lidia con estrés, cambie el hábito por unos minutos de respiración o movimiento. Si aún quiere masticar algo, busque un chicle que en verdad sea biodegradable y sin plástico elaborado con chicle natural.