📝 HISTORIA EN BREVE

  • La enfermedad de Alzheimer es una forma de demencia que afecta la parte del cerebro que se encarga de controlar los pensamientos, la memoria y el lenguaje
  • Hasta que algún avance médico pueda desarrollar una cura para atender esta enfermedad, la mejor estrategia para combatirla sigue siendo la prevención.
  • Si bien, cualquier cantidad de nutrientes podrían afectar el riesgo de padecer esta enfermedad, algunos de los más importantes son las vitaminas A, B, C, D y E, el selenio, el zinc, el magnesio, el sulforafano, los flavanoles y los probióticos
  • Además de optimizar su alimentación, adoptar varias estrategias relacionadas con el estilo de vida puede ayudar a proteger a su cerebro de la demencia

🩺Por el Dr. Mercola

La enfermedad de Alzheimer es una forma de demencia que afecta la parte del cerebro que se encarga de controlar los pensamientos, la memoria y el lenguaje. Esta afección neurológica progresiva se caracteriza por una acumulación de placas de beta-amiloide y ovillos neurofibrilares en el cerebro, comienza con una pérdida leve de memoria y conduce a la pérdida de la capacidad de formar un habla y un pensamiento coherentes, responder al entorno de manera adecuada y realizar las tareas más simples.

La enfermedad de Alzheimer afecta a un aproximado de 5 millones de personas en Estados Unidos, y se estima que el número aumentará a 14 millones para 2060. Este padecimiento sigue siendo una de las causas de muerte más importantes, ya que 1 de cada 3 personas de edad avanzada fallece a causa de esta o de alguna clase de demencia, lo cual es una cifra que supera las muertes por cáncer de mama y de próstata en conjunto.

Esta enfermedad está demostrando ser muy resistente a los remedios convencionales, por lo que es crucial reducir el riesgo de desarrollarla. Aunque nunca es tarde para comenzar, si su memoria falla con tal frecuencia como para generar un poco de preocupación, es momento de tomar medidas. En este artículo, hablaré de estrategias naturales que le ayudarán a proteger su cerebro contra esta enfermedad degenerativa.

Evite el ácido linoleico para reducir el riesgo de esta enfermedad

La enfermedad de Alzheimer se asocia con muchos factores de riesgo relacionados con la alimentación, pero uno de los culpables más perniciosos que le sugiero que elimine de inmediato son los aceites de semillas o vegetales, que son muy frecuentes en las dietas actuales. Dichos aceites son la causa de la mayoría de las enfermedades crónicas actuales. En la base de las reacciones bioquímicas dañinas causadas por los aceites de semillas se encuentra el ácido linoleico, que es un tipo de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA).

El consumo excesivo de ácido linoleico impide que las mitocondrias funcionen bien, lo que a su vez priva a las células de la energía celular que necesitan para funcionar y repararse de forma normal. El ácido linoleico también sufre daños por la oxidación, lo que hace que se produzcan radicales libres, así como metabolitos peligrosos conocidos como ALE (productos finales de lipoxidación avanzada) y OXLAM (metabolitos de LA oxidado).

Luego, estos ALE y OXLAM causan disfunción mitocondrial, que es una de las características distintivas de la mayoría de las enfermedades crónicas. Además de la oxidación, la inflamación y la disfunción mitocondrial, los aceites de semillas procesados ​​también pueden causar deterioro de la memoria y aumentar el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. El aceite de canola, en particular, se ha relacionado con la neuropatología de dicha enfermedad.

Diez nutrientes clave que pueden favorecer su función cognitiva

Aunque muchos nutrientes pueden influir en el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer, enseguida enumero algunos de los más importantes, junto con las mejores fuentes alimenticias que debería incluir en su dieta:

  1. Vitamina A. Una revisión científica publicada en la revista Nutrients analiza el papel de los micronutrientes en los trastornos neurológicos y concluye que, la vitamina A cumple una función importante en la enfermedad de Alzheimer, ya que ayuda a inhibir la formación de la placa beta-amiloide. Los alimentos que contienen mayores cantidades de vitamina A son los tomates, el pimiento rojo, las verduras naranjas y amarillas como las zanahorias, los boniatos y la calabaza, así como las verduras de hoja verde como la col rizada, las espinacas y el brócoli.
  2. Vitaminas B. El estudio de la revista Nutrients mencionado anteriormente también enumeró varias vitaminas B como uno de los nutrientes relacionados con la patogénesis del alzhéimer. De acuerdo con los investigadores, la vitamina B1 (tiamina) ayudó a mejorar los síntomas del deterioro cognitivo, la vitamina B12 (cobalamina) inhibió la fibrilización de las proteínas tau y la vitamina B3 (niacina) exhibió propiedades protectoras contra dicha enfermedad y el deterioro cognitivo en general.

Algunas fuentes de tiamina que son muy beneficiosas incluyen la carne de res y yogur de leche de animales alimentados con pastura, ademéas de ciertas frutas como manzanas y plátanos, y nueces y semillas (en cantidades moderadas).  Es posible obtener vitamina B12 del hígado y de la carne de res alimentada con pastura, así como de huevos de gallinas camperas y productos lácteos como la leche y el yogur. En cuanto a la vitamina B3, las fuentes alimenticias incluyen carne e hígado de res alimentada con pastura, salmón rojo, papa rojiza, semillas de calabaza, brócoli, tomates y frutas como la manzana y el plátano.

  1. Vitamina C. Las investigaciones demuestran que la vitamina C (ácido ascórbico) ejerce un efecto neuroprotector al contrarrestar el estrés oxidativo y la inflamación, quelar el hierro, el cobre y el zinc y suprimir la fibrilogénesis del péptido beta amiloide. Este nutriente abunda en las frutas cítricas, los pimientos morrones, las fresas, los tomates y los vegetales crucíferos.
  2. Vitamina E. Un estudio publicado en el International Journal of Molecular Sciences sugiere que la vitamina E es "buena candidata" para tratar la enfermedad de Alzheimer, ya que tiene propiedades antioxidantes, neuroprotectoras y antiinflamatorias que pueden ayudar a preservar la salud del cerebro. Los alimentos ricos en vitamina E incluyen verduras de hojas verdes como el brócoli y las espinacas, así como ciertas frutas, como el kiwi y el mango.
  3. Selenio. Los niveles altos de selenio se han relacionado con mayores capacidades cognitivas en las personas de edad avanzada. La deficiencia de selenio también se ha relacionado con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. La carne de res alimentada con pastura y las vísceras son fuentes de selenio.
  4. Zinc. Los niveles bajos de zinc en plasma se han relacionado con una menor capacidad de aprendizaje y memoria. Los niveles de zinc también podrían afectar el desarrollo de esta enfermedad. Puede obtener zinc de la carne de res y de los productos lácteos de animales alimentados con pastura, de huevos de pastoreo y de mariscos como ostras, cangrejos y langostas.
  5. Magnesio. El magnesio ejerce un rol importante en las funciones sinápticas y propiedades neuronales implicadas en la fisiopatología del alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Los alimentos ricos en magnesio incluyen semillas de cacao crudas, aguacate, yogur orgánico, natto, verduras de hojas verdes, salmón salvaje de Alaska, hierbas y especias como cilantro, comino, cebollino y clavo.
  6. Flavonoles. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Neurology, un mayor consumo de flavonoles, que se encuentran en muchas frutas y vegetales, ayuda a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Los investigadores encontraron un riesgo 51 % menor de demencia en los participantes con el mayor consumo de kaempferol, mientras que los consumos más altos de isorhamnetina y miricetina se relacionaron con un riesgo 38 % menor.
  7. Sulforafano. De acuerdo con un estudio en animales, el sulforafano, que se encuentra en vegetales crucíferos como el brócoli y los brotes de brócoli, puede ayudar a mejorar los déficits neuroconductuales y eliminar la acumulación de beta amiloide y tau que se asocia con la enfermedad de Alzheimer.
  8. Probióticos: Un estudio publicado en el Journal of Alzheimer's Disease encontró un vínculo entre la microbiota intestinal desequilibrada y el desarrollo de placas amiloides en el cerebro. Nutrir su intestino al consumir más alimentos ricos en probióticos, como yogur orgánico sin pasteurizar, vegetales fermentados y kéfir, puede ayudar a modular los procesos inflamatorios e inhibir el estrés oxidativo que puede ocasionar esta enfermedad. Las investigaciones también demuestran que los probióticos podrían ayudar a mejorar la función cognitiva en pacientes con enfermedad de Alzheimer.

Diez estrategias para proteger su cerebro

Hasta que algún avance médico pueda desarrollar una cura para atender esta enfermedad, la mejor estrategia para combatirla sigue siendo la prevención. Además de optimizar su alimentación, existen varias estrategias relacionadas con el estilo de vida que usted puede adoptar para proteger a su cerebro de la demencia. Estos son algunos de los más importantes:

  1. Evite los alimentos procesados. Contienen una gran diversidad de ingredientes dañinos para el cerebro, tales como el azúcar refinada, fructosa procesada, e incluso herbicidas como el glifosato y, en particular, el ácido linoleico y los granos. Reemplace los alimentos procesados ​por alimentos orgánicos reales, de preferencia, que se hayan cultivado mediante prácticas agrícolas regenerativas.
  2. Duerma un tiempo suficiente todos los díasl. La falta de sueño provoca la degeneración de las neuronas y la interrupción de ciertas conexiones sinápticas que pueden afectar la capacidad del cerebro para aprender, formar memoria y otras funciones cognitivas. Una mala calidad de sueño también acelera la aparición de la enfermedad de Alzheimer. Es importante tener un sueño profundo de forma regular, ya que en ese momento es cuando el sistema glifático de su cerebro realiza sus funciones de limpieza, lo que incluye la eliminación de desechos tóxicos de su cerebro.
  3. Reduzca su exposición a la contaminación del aire. Un estudio de 10 años publicado por la Asociación de Alzheimer monitoreó a dos grupos de mujeres adultas de alto riesgo en Europa y Estados Unidos. Los investigadores observaron que las mujeres que vivían en áreas con menor contaminación del aire experimentaron un deterioro más lento de la memoria general y la función cognitiva. La reducción de partículas finas se asoció con un riesgo de demencia 14 % menor y la disminución de los contaminantes que se relacionan con el tráfico se asoció con un riesgo 26 % menor.
  4. Aumente sus niveles de colesterol. Varios estudios han demostrado la importancia de un colesterol alto para prevenir esta devastadora enfermedad neurodegenerativa. Por ejemplo, un estudio de 2008 encontró que las personas mayores que, en términos genéticos, no estaban predispuestas a la enfermedad de Alzheimer tenían los niveles más altos de colesterol y también una mejor memoria. Un estudio de 2014 en JAMA Neurology llegó a una conclusión similar, ya que indicó que:
“El colesterol, vital para la estructura y función neuronal, tiene funciones importantes en la síntesis, depósito y eliminación de la placa β-amiloide (Aβ) y puede tener una función patógena en la enfermedad de Alzheimer (AD) ...  También, hay un vínculo significativo entre la apolipoproteína E (APOE), Aβ, y colesterol”.
  1. Abordar la resistencia a la insulina. Cada vez existen más investigaciones que sugieren que esta enfermedad tiene una relación estrecha con la resistencia a la insulina. Incluso una elevación leve de los niveles de azúcar en la sangre puede aumentar el riesgo de demencia. En la medida de lo posible, procure que su nivel de insulina en ayunas se mantenga inferior a 3. Disminuir la insulina también ayudará a reducir los niveles de leptina, que es otro factor que interviene en la enfermedad de Alzheimer.
  2. Mantenga niveles regulares de tensión arterial. Un estudio reveló que una tensión arterial sistólica media elevada aumenta el riesgo de lesiones cerebrales y ovillos asociados a la enfermedad de Alzheimer. Una manera de regular sus niveles de presión arterial es consumir una mayor cantidad de óxido nítrico, que ayuda a combatir el estrés oxidativo. También puede ayudar a disminuir la oxidación de las neuronas hasta en un 90 %.El betabel es una fuente excelente de este compuesto.
  3. Haga ejercicio con regularidad. Incorporar el movimiento y el ejercicio regular a su rutina diaria puede proteger su salud cognitiva al regular la forma en que se metaboliza la proteína precursora de amiloide, lo que ralentiza la aparición y la progresión del alzhéimer. El ejercicio también aumenta los niveles de la proteína PGC-1alfa, lo que puede provocar que se produzca una menor cantidad de proteínas amiloides.
  4. Optimice sus niveles de vitamina D mediante una exposición prudente al sol. La vitamina D es uno de los nutrientes esenciales que puede afectar su riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Nutrients:
"La hipovitaminosis de vitamina D, podría ser un factor de riesgo de la enfermedad de Alzheimer (EA). Aún no se conocen por completo los efectos patogénicos y terapéuticos de la vitamina D, pero sus funciones neuroprotectoras y antiinflamatorias son vitales. Se planteó como una posible alternativa terapéutica para personas con EA".
  1. Estimule su mente. Desafiar su mente ayuda a mejorar la función cognitiva, mantiene su cerebro sano y lo hace menos susceptible a las lesiones asociadas con la enfermedad de Alzheimer. Hay muchas formas de estimular la mente, tales como aprender un nuevo idioma o a tocar un nuevo instrumento musical.
  2. Elimine el mercurio y el aluminio de su cuerpo. Tanto el mercurio como el aluminio son sustancias neurotóxicas que se han relacionado con la patogénesis de la enfermedad de Alzheimer. Las fuentes comunes de aluminio que debe evitar incluyen los antitranspirantes, los utensilios antiadherentes de cocina y los adyuvantes de vacunas.

En lo que respecta al mercurio, puede reducir su exposición a esta neurotoxina evitando o eliminando los empastes dentales de amalgama, que se denominan "empastes de plata" aunque su principal componente sea el mercurio. También debe evitar el consumo de atún, ya que los niveles de mercurio en este alimento aumentan un 4 % cada año.

No creo que la falta de memoria y demencia eventual sean parte del proceso de envejecimiento, ni creo que sea imposible prevenir el Alzheimer. Si nutre su cerebro con una alimentación saludable y adopta un estilo de vida integral que favorezca su proceso de envejecimiento, como los mencionados anteriormente, es posible que pueda prevenir el deterioro cognitivo y reducir su riesgo general.


🔍 Fuentes y referencias