📝HISTORIA EN BREVE

  • El colesterol fue desprestigiado durante mucho tiempo como la causa de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, es un componente vital en casi todas las células corporales para crear las membranas celulares, regular la señalización celular y promover la salud neurológica
  • Una revisión de tres grandes estudios financiados por la industria, encontró que era imposible que el colesterol fuera la causa principal de las enfermedades cardíacas, ya que las personas con bajos niveles exhibían el mismo estado de esclerosis arterial que las personas con niveles elevados
  • El mismo estudio encontró que los beneficios declarados por los promotores de las estatinas eran ineficaces e inseguros, ya que sus informes no eran válidos, estaban comprometidos debido a estadísticas engañosas y excluían información de ensayos fallidos
  • Las enfermedades cardíacas son impulsadas por una respuesta inflamatoria crónica en el cuerpo, la cual podría controlar a través del consumo adecuado de magnesio, ya que disminuye la secreción de insulina, equilibra la proporción de grasas omega-3 y omega-6, y mantiene los niveles de hierro en límites seguros

🩺Por el Dr. Mercola

El colesterol es una sustancia cérea que se encuentra en casi todas las células corporales y que es vital para tener un funcionamiento óptimo. Por ejemplo, su cuerpo utiliza el colesterol para crear las membranas celulares, así como para regular las vías proteicas necesarias para hacer la señalización celular.

Cuando no hay suficiente cantidad de colesterol en el cuerpo, podría experimentar un impacto negativo en su salud cerebral, niveles hormonales y riesgo de enfermedades cardíacas.

Además, su cuerpo emplea el colesterol para producir vitamina D después de exponerse a los rayos del sol. La mayor parte del colesterol del cuerpo se fabrica en el hígado por medio de nutrientes extraídos de los alimentos. Los animales utilizan el colesterol de la misma forma, lo que significa que la carne de res, cerdo o pollo tiene niveles similares.1

La tasa de absorción de colesterol alimentario en el organismo podría oscilar entre un 20 % y 60 %, en función de factores individuales.2 Por desgracia, aunque las grasas saturadas y el colesterol son esenciales para la salud, han sido culpados equivocadamente durante más de seis décadas como los factores responsables de las enfermedades cardíacas.

La primera evidencia científica que relaciona las grasas trans con las enfermedades cardíacas y que exonera a las grasas saturadas fue publicada en 1957 por el bioquímico Fred Kummerow.3 Desafortunadamente, su investigación fue eclipsada por la investigación titulada “Seven Countries Study” de Ancel Keys,4 que vinculaba la grasas saturadas con las enfermedades cardíacas.

Posteriormente, un nuevo análisis sobre el estudio de Keys reveló que los datos habían sido seleccionados cuidadosamente para demostrar un vínculo, pero para entonces el mito de las grasas saturadas ya estaba muy establecido. En las últimas décadas, otros estudios han desacreditado el mito de las grasas saturadas.

Recientemente, una revisión científica5 identificó fallas significativas en tres estudios financiados por la industria, y presentó evidencia sustancial de que los niveles de colesterol total y lipoproteínas de baja densidad (LDL) no eran una indicación del riesgo de enfermedades cardíacas.

Otro estudio desmiente el mito del colesterol

Las directrices publicadas sobre el consumo de grasas continúan siendo confusas, ya que la premisa básica era incorrecta. Las grasas alimenticias están relacionadas con enfermedades cardíacas, pero los aceites vegetales procesados cargados de grasas trans y grasas omega-6 dañadas son los responsables del problema, no las grasas no saturadas.

Un equipo internacional de 17 expertos analizó los resultados de tres grandes revisiones publicadas recientemente por los defensores de las estatinas. Los tres estudios intentaron validar la creencia actual de que el tratamiento con estatinas ayudaba a prevenir las enfermedades cardiovasculares.

El equipo internacional no pudo satisfacer los criterios de causalidad y encontró fallas en los resultados de los tres estudios realizados.6

El equipo internacional escribió que es posible que hubiera alguna relación entre las personas jóvenes y de mediana edad con altos niveles de colesterol total o LDL que podrían incrementar potencialmente el riesgo de enfermedades cardíacas.

Sin embargo, señalan que una relación no es lo mismo que una causalidad, y pocos estudios previos han adaptado otros factores vinculados con enfermedades cardíacas, como la coagulación, la inflamación, las infecciones y la sensibilidad endotelial. Los autores encontraron específicamente lo siguiente:7

  • No había relación entre el colesterol total y grado de severidad de la aterosclerosis
  • Por lo general, los niveles de colesterol total no fueron indicadores del riesgo de enfermedades cardíacas, y podrían estar ausentes o ser inversos en muchos estudios
  • En muchos estudios, el LDL no estuvo vinculado a la aterosclerosis, mientras que en un extenso estudio con base en los Estados Unidos, en el que participaron casi 140 000 pacientes que padecieron un infarto agudo de miocardio, los niveles de LDL en el momento del ingreso fueron más bajos de lo normal
  • Generalmente, los adultos mayores de 60 años con niveles más altos de LDL prolongaron su longevidad
  • Algunos adultos que experimentaban hipercolesterolemia familiar morían de forma prematura

Los investigadores concluyeron que los niveles altos de colesterol no podrían ser la causa principal de las enfermedades cardíacas, ya que las personas con bajos niveles tenían casi el mismo grado de esclerosis que las personas con niveles elevados, mientras que el riesgo de padecer un ataque cardíaco era igual o mayor cuando los niveles de colesterol eran bajos.

Consideraron que los revisores habían mantenido la hipótesis por medio de estadísticas engañosas y que habían excluido resultados de ensayos fallidos al omitir numerosas observaciones contradictorias.8

Las estatinas podrían incrementar los riesgos sin proporcionar beneficios

En casos graves, los médicos pueden recetar un medicamento con efectos secundarios significativos, sobre todo cuando los posibles beneficios podrían superar los posibles riesgos, como un antibiótico fuerte que puede provocar daño renal cuando contrae una infección potencialmente mortal.

En este caso, aunque existe un riesgo significativo con el antibiótico, sin él es muy probable que muriera.

Sin embargo, ya que las estatinas están diseñadas para reducir los niveles de colesterol, y teniendo en cuenta que este elemento no causa enfermedades cardíacas, todos los riesgos relacionados con el medicamento podrían presentarse sin proporcionarle ningún beneficio.

La tendencia de prescribir estatinas es preocupante y, en particular, es significativa para las personas con diabetes cuya enfermedad subyacente podría elevar su riesgo de enfermedades cardíacas.

Las recomendaciones sugieren que las personas que tienen entre las edades de 40 a 75 años y que padecen diabetes, sin otros factores de riesgo para enfermedades cardíacas, deben empezar a tomar automáticamente dosis altas de estatinas.9

Esto ocurre a pesar del hecho de que se ha demostrado que las estatinas pueden incrementar los niveles de glucosa en la sangre en ayunas en las personas con diabetes.10 Mientras que los promotores de las estatinas afirman que el medicamento es seguro y efectivo, la investigación ha descubierto múltiples efectos secundarios, e incluso algunos podrían ser mortales:11,12

  • General — Infecciones del tracto urinario, mareos, pérdida parcial de sensibilidad a los estímulos sensoriales, distorsión del sentido del gusto, amnesia y dolor de cabeza.
  • Gastrointestinales — Diarrea, indigestión, náuseas, gases intestinales, estreñimiento, malestar y dolor abdominal, vómitos y pancreatitis.
  • Metabólicos — Análisis anormales de la función hepática, hiperglucemia, hepatitis, anorexia, hipoglucemia y aumento de peso.
  • Musculoesqueléticos — Dolor en las articulaciones y extremidades, espasmos musculares, dolor musculoesquelético, mialgia, inflamación articular, dolor de espalda, mayores niveles de creatina fosfoquinasa, dolor de cuello y fatiga muscular, desgaste muscular y esclerosis lateral amiotrófica (ALS, por sus siglas en inglés).13
  • Cardiovasculares — Muerte en hasta el 10 % de los pacientes,14 contribuye a las enfermedades cardíacas.15

De forma sorprendente, los revisores expertos en el estudio presentado notaron que no eran válidas las declaraciones de que el tratamiento con estatinas era efectivo y seguro, al indicar lo siguiente:16

"En nuestro análisis sobre las tres revisiones principales, que afirmaban que la hipótesis del colesterol era indiscutible y que el tratamiento con estatinas era una forma efectiva y segura para disminuir el riesgo de CVD [enfermedad cardiovascular], hemos encontrado que sus afirmaciones no eran válidas y que estaban comprometidas por estadísticas engañosas, al omitir ensayos fallidos, minimizar los efectos secundarios de los niveles inferiores de colesterol e ignorar observaciones contradictorias de los investigadores independientes".

La inflamación podría ocasionar una enfermedad cardiovascular

La investigación sesgada creó un mito sobre los alimentos bajos en grasas y reformó la industria alimentaria en las siguientes décadas.

A medida que las grasas saturadas y el colesterol eran rechazados, los fabricantes empezaron a utilizar grasas trans y azúcar para añadirle sabor a los alimentos procesados. Estos cambios elevaron los niveles inflamatorios y generaron un nuevo nivel de enfermedad.

Un estudio de Brigham and Women's Hospital fue la culminación de un trabajo de investigación cardiovascular de casi 25 años de duración, el cual fue diseñado para analizar si disminuir la inflamación también reduciría el riesgo de derrames cerebrales o de ataques cardíacos recurrentes.

En el estudio participaron 10 000 personas con antecedentes de ataque cardíaco y niveles de proteína C reactiva constantemente elevados, un poderoso biomarcador de inflamación.

Al concluir el estudio, los investigadores observaron que utilizar medicamentos para disminuir la inflamación también podía reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular, cáncer de pulmón y muerte.17

Sin embargo, los medicamentos utilizados en el estudio tuvieron importantes efectos secundarios. En contraste con la inflamación aguda después de una lesión, la inflamación crónica no produce síntomas inmediatos.

Durante un período prolongado de tiempo, la inflamación crónica podría dañar de forma silenciosa los tejidos y paredes arteriales, que su cuerpo intenta reparar. Estas reparaciones pueden acumularse con el tiempo y crear placa, lo que puede romper y bloquear las arterias más pequeñas del corazón o cerebro, y provocar un ataque cardíaco o derrame cerebral.

Este proceso podría continuar durante años sin que sea percibido, ya que la inflamación crónica tiene pocos síntomas aparentes. La investigación ha demostrado que las deficiencias y excesos de ciertos micronutrientes, como el folato, la vitamina E y el zinc, pueden originar una respuesta inflamatoria excesiva o ineficaz. Los investigadores señalaron:18

"La inflamación puede actuar como un ‘amigo o enemigo’, ya que es un componente esencial para vigilar el estado de inmunidad y defensas del huésped.
Sin embargo, un estado inflamatorio crónico de bajo grado es una característica patológica de una amplia variedad de enfermedades crónicas, como el síndrome metabólico, la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la diabetes mellitus tipo 2 y la enfermedad cardiovascular".

La evaluación del riesgo de enfermedades cardíacas es más eficaz al utilizar estas pruebas

Las proporciones específicas y valores de nivel sanguíneo pueden indicarle más sobre su riesgo de enfermedades cardíacas que sus niveles totales de colesterol. Por ejemplo, el número de partículas y tamaño de su colesterol LDL son más importantes que su valor de LDL total general.

Las partículas grandes de LDL no son perjudiciales para nuestra salud, mientras que las partículas pequeñas y densas de LDL podrían provocar lesiones a medida que comprimen el revestimiento arterial, se oxidan y activan la inflamación.

Un Lipoperfil NMR, que mide su número de partículas LDL, es una mejor opción para evaluar su riesgo de enfermedad cardíaca, en comparación con el nivel de colesterol LDL total. Las siguientes pruebas también podrían proporcionarle una mejor evaluación de su posible riesgo de enfermedad cardiovascular:

Proteína C reactiva de alta sensibilidad (HS-CRP) — Esta es una de las mejores medidas generales de inflamación y una excelente prueba para la detección del riesgo de enfermedades cardíacas. Idealmente, su nivel debería ser inferior a 0.7, y cuanto más bajo, será mejor.

Proporción de colesterol — Su proporción HDL/colesterol y triglicéridos/HDL son potentes indicadores de su riesgo. Para obtener su proporción HDL/colesterol, divida su HDL entre su colesterol total y multiplíquelo por 100. Lo ideal sería que el porcentaje fuera superior al 24 %.

Para obtener su proporción de triglicéridos/HDL, divida su total de triglicéridos entre su HDL, el porcentaje ideal debe ser inferior al 2 %.

Nivel de insulina en ayunas — A medida que el azúcar y los carbohidratos se metabolizan, pueden provocar la liberación de insulina, lo que crea triglicéridos y promueve la acumulación de grasa.

Este proceso puede aumentar la inflamación y dificultar aún más la pérdida de peso. El exceso de grasa alrededor de la cintura es uno de los principales factores adyuvantes de enfermedades cardíacas.19

Su nivel de insulina en ayunas podría determinarse por medio de un análisis sanguíneo simple y económico.

El nivel normal de insulina en la sangre en ayunas puede ser inferior a 5 microunidades por mililitro (mcU/ml), pero lo ideal es que sea inferior a 3 mcU/ml. Si su nivel de insulina es superior a 3 o 5, la forma más efectiva de optimizarlo es al reducir los carbohidratos netos.

Nivel de azúcar en la sangre en ayunas — Los estudios han demostrado que las personas con niveles más altos de azúcar en la sangre en ayunas tienen mayor riesgo de enfermedad coronaria.20

Cuando su nivel de azúcar en la sangre en ayunas se encuentra entre 100 y 125 mg/dl, su riesgo de enfermedad coronaria puede elevarse en un 300 %, en comparación con tener un nivel inferior a 79 mg/dl.

Nivel de hierro — El hierro crea un entorno favorable para el estrés oxidativo, por lo que tener exceso de hierro podría incrementar su inflamación y el riesgo de enfermedad cardíaca.

Un nivel ideal de hierro para hombres adultos y mujeres que no se encuentran menstruando, se localiza entre 40 y 60 nanogramos por mililitro (ng/ml). No debe ser inferior a 20 ng/ml o superior a 80 ng/ml.

Controle su riesgo de enfermedad cardíaca con opciones efectivas de estilo de vida

Para controlar de forma efectiva su riesgo cardiovascular, es crucial disminuir su inflamación crónica. El magnesio desempeña un papel esencial en la función biológica y en la salud mitocondrial, además es responsable del desarrollo de inflamación cuando sus niveles son bajos. También podría estar relacionado con la inhibición del depósito de lípidos en las paredes arteriales y la formación de placa.21

En un ensayo doble ciego controlado por placebo, los pacientes que recibieron magnesio por vía intravenosa en las 24 horas posteriores a su ataque cardíaco, experimentaron un riesgo 24 % menor de morir en los siguientes cinco años.22

Los investigadores concluyeron que los beneficios del magnesio en las enfermedades crónicas podrían explicarse gracias a su efecto para inhibir la inflamación.

Existen múltiples factores que pueden afectar el proceso inflamatorio del cuerpo. Algunos de los más significativos que puede controlar son los siguientes:

  • Hiperinsulinemia — Es un exceso de insulina en la sangre que se genera por llevar una alimentación alta en carbohidratos netos. Lo que consume podría ser un factor decisivo en la cantidad de insulina que secrete su cuerpo. Sin embargo, existen otros factores que pueden contribuir en sus niveles de insulina, como el hábito de fumar, la calidad del sueño, el ejercicio y los niveles de vitamina D.
  • Desequilibrio de ácidos grasos — Su cuerpo necesita tener un equilibrio de grasas omega-3 y omega-6. Por desgracia, la mayoría de los tipos de alimentación incluyen un exceso de grasas omega-6 que pueden originar mayores niveles de inflamación. Debe enfocarse en tener una proporción de 1:1 de grasas omega-3 a omega-6 para disminuir su inflamación y riesgo de enfermedad cardíaca.
  • Elevados depósitos de hierro — Debe asegurarse de que sus niveles de ferritina en la sangre sean inferiores a 80 ng/ml. Si se encuentran elevados, la forma más sencilla y eficaz de disminuir sus niveles de hierro es a través de la donación de sangre. Si no puede donar, entonces una flebotomía terapéutica podría eliminar de forma efectiva su exceso de hierro.
  • Intestino permeable — Las partículas de alimentos y bacterias que se escapan de sus intestinos podrían aumentar su nivel de inflamación y riesgo de enfermedad cardíaca. Al eliminar los granos, azúcares y leguminosas ricas en lectina, e incluir alimentos fermentados, puede sanar su intestino y reducir su inflamación.
  • Niveles inadecuados de magnesio — Hace un siglo, la alimentación le proporcionaba casi 500 miligramos (mg) diarios de magnesio. Hoy en día, debido a que los suelos se encuentran agotados de estos nutrientes, es posible que solo reciba 150 mg al día. El cuerpo elimina el exceso de magnesio por medio de las heces, por lo tanto, debe utilizar citrato de magnesio y controlar la consistencia de sus heces, considere comenzar con 200 mg de citrato de magnesio por vía oral y aumentar gradualmente hasta que produzca heces ligeramente blandas.

Con respecto a los suplementos de magnesio, mi preferencia personal es el treonato de magnesio, ya que parece penetrar de manera más eficaz en las membranas celulares, incluyendo en las mitocondrias; puede atravesar la barrera hematoencefálica y ayudar a mejorar el estado de la memoria, además es una excelente alternativa para reducir los dolores de cabeza.