📝HISTORIA EN BREVE

  • Más de 7 millones de personas en Estados Unidos viven con la enfermedad de Alzheimer, y los investigadores calculan que esa cifra aumentará a 13 millones para 2050, lo que duplicará la carga para las familias
  • Científicos del Laboratorio Jackson (JAX) identificaron en ratones con una mutación genética común la presencia de vasos retinianos retorcidos y estrechados, que son alteraciones que se asemejan a los signos tempranos del Alzheimer y aparecen años antes del inicio del deterioro de la memoria
  • También descubrieron una actividad proteica alterada tanto en el cerebro como en la retina, lo que debilita la producción de energía y el soporte vascular, y crea las condiciones para el Alzheimer mucho antes de que aparezcan los síntomas
  • Un estudio de sensibilidad visual que se realizó en más de 8 000 adultos logró predecir el riesgo de demencia con hasta 12 años de anticipación, lo cual demostró que las dificultades cotidianas de la visión podrían indicar cambios tempranos en el cerebro
  • Los exámenes oculares regulares, un mejor descanso, una alimentación equilibrada en carbohidratos y grasas saludables, la exposición a la luz solar y el uso de azul de metileno ofrecen medidas prácticas para fortalecer la salud vascular y proteger el cerebro

🩺Por el Dr. Mercola

Más de 7 millones de personas en Estados Unidos viven con la enfermedad de Alzheimer, la cual es una condición caracterizada por pérdida progresiva de memoria, desorientación y cambios de comportamiento que se intensifican con el tiempo. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, y de acuerdo con los investigadores, esta cifra alcanzará los 13 millones para 2050, lo que generará una enorme carga médica y social.1

Sin embargo, las investigaciones emergentes suponen un cambio revolucionario en la detección temprana del Alzheimer: según los estudios, un simple examen ocular podría proporcionar la primera evidencia visible de esta enfermedad, mucho antes de que aparezcan los síntomas tradicionales. Esto abre la puerta a un método de detección más seguro y accesible, además de brindar esperanzas para manejar la enfermedad.

Los vasos sanguíneos de la retina podrían revelar el riesgo de padecer Alzheimer

Un estudio reciente en animales que se publicó en la revista Alzheimer's & Dementia investigó si los cambios en los vasos sanguíneos oculares podrían actuar como signos de alerta temprana de la enfermedad de Alzheimer, lo que permite que los exámenes oculares de rutina revelen esta enfermedad años antes de que aparezcan los síntomas.2

Investigadores del Laboratorio Jackson (JAX) lideraron este estudio centrado en la retina, el tejido sensible a la luz ubicado en la parte posterior ocular, con el objetivo de verificar si las anomalías en los patrones de vasos sanguíneos oculares podrían funcionar como biomarcadores confiables de los cambios cerebrales relacionados con la demencia.3

“La mayoría de las personas mayores de 50 años tienen algún tipo de discapacidad visual y se someten a revisiones anuales para ajustar su graduación”, Alaina Reagan, neurocientífica y una de las autoras del estudio, explicó. "¿Tienen mayor riesgo si presentan estos cambios vasculares, y es este un momento en el que los médicos podrían comenzar a mitigar las alteraciones cerebrales? Podrían pasar 20 años antes de que el daño cognitivo se haga evidente para los pacientes y sus familias”.

• La investigación se llevó a cabo en ratones criados con una mutación genética específica: conocida como MTHFR677C>T, esta mutación común provoca que los ratones desarrollen "vasos retorcidos, arterias estrechas y una menor ramificación en la retina" a partir de los 6 meses de edad. Estas afecciones se asemejan mucho a las anomalías vasculares que se observan en pacientes humanos con Alzheimer y están muy asociadas con un flujo sanguíneo deficiente y deterioro cognitivo. 4 Hasta un 40 % de las personas tienen esta mutación similar.

• Los investigadores observaron detalles sorprendentes en estos cambios en la retina: a diferencia de las redes vasculares lisas y organizadas que se encuentran en los ojos sanos, los vasos alterados parecían enredados y distorsionados. Ya que la retina y el cerebro comparten un tejido casi idéntico, los cambios en uno reflejan los cambios en el otro.

“Si está en una cita con un optometrista o un oftalmólogo, y este puede observar cambios vasculares extraños en su retina, eso podría representar algo que también está ocurriendo en su cerebro, lo cual podría ser muy informativo para un diagnóstico temprano”, afirmó Alaina Reagan.
"La retina es, en esencia, su cerebro, pero es mucho más accesible porque su pupila es solo un orificio, y podemos observar una gran cantidad de estructuras. Todas las células son muy similares, todas las neuronas son bastante similares, todas las células inmunitarias son bastante similares, y se comportan de manera similar bajo presión si se tiene una enfermedad".

• Los problemas oculares no se limitaron a vasos sanguíneos retorcidos: de acuerdo con los investigadores, hubo una disfunción en la actividad proteica tanto en el cerebro como en la retina. Las proteínas son las trabajadoras del cuerpo: gestionan la producción de energía, eliminan los desechos y ayudan a mantener estructuras vasculares fuertes.

Por lo tanto, cuando su actividad se interrumpe, esos sistemas se descomponen, lo que significa que el cerebro y los ojos pierden su capacidad para alimentar las células de manera adecuada, eliminar los subproductos nocivos y mantener los vasos sanguíneos fuertes, lo que prepara el terreno para la enfermedad de Alzheimer.

• El estudio también resaltó diferencias importantes entre ratones machos y hembras: a las hembras les fue mucho peor que a sus contrapartes masculinas. A los 12 meses de edad, lo que equivale a la mediana edad en los ratones, presentaban menos ramificaciones de los vasos sanguíneos y una menor densidad vascular en la retina.

Este detalle es sorprendente porque coincide con lo que los médicos observan en los seres humanos: las mujeres de todo el mundo presentan tasas más elevadas de demencia en comparación con los hombres.5 La edad fue otro factor que cambió el panorama, ya que las alteraciones de la retina se agravaron a medida que los ratones envejecían.

• El equipo de investigación está trabajando ahora para aplicar estos hallazgos en animales a los seres humanos: se han asociado con el Northern Light Acadia Hospital de Maine para comprobar si se producen cambios similares en la retina de pacientes portadores de la misma mutación genética. 6 Si lo logran, esto significaría que algún día un optometrista podría detectar el riesgo de padecer Alzheimer con un simple examen de retina décadas antes de que aparezcan los síntomas.

Esta investigación transforma el cuidado ocular rutinario en una poderosa herramienta para proteger la salud del cerebro. Contar con un sistema de alerta temprana integrado en algo que ya se lleva a cabo abre el camino hacia un tratamiento más temprano, y los mejores resultados se vuelven mucho más realistas.

La genética influye en cómo envejecen los ojos y revela riesgos para la salud del cerebro

Los investigadores del estudio mencionado también realizaron investigaciones previas sobre cómo las diferencias genéticas afectan al envejecimiento de los ojos y cómo esos cambios se relacionan con la salud cerebral. Sus hallazgos, que se publicaron en Molecular Neurodegeneration a principios de este año, indagaron si la retina podía mostrar signos de envejecimiento que reflejaran lo que sucede en el cerebro. Su meta fue determinar si ciertos perfiles genéticos producen cambios característicos en la retina que permitieran predecir el deterioro neurológico.7,8

• En el estudio participaron nueve cepas de ratones con diversidad genética: todos los ratones presentaron algún tipo de envejecimiento retiniano, pero el tipo y la gravedad de los cambios variaron entre los distintos grupos.

• Los investigadores descubrieron cuán variado puede ser el envejecimiento de la retina: en una cepa llamada Watkins Star Line B (WSB), los ratones desarrollaron signos de degeneración macular relacionada con la edad y retinitis pigmentosa, las cuales son enfermedades oculares graves que dañan la visión con el tiempo. En otra cepa conocida como Nueva Zelanda Obesa (NZO), que es propensa a la disfunción metabólica, los animales desarrollaron retinopatía diabética, una afección en la que los niveles elevados de azúcar en la sangre dañan los vasos sanguíneos del ojo.

• Estas diferencias no fueron aleatorias: fueron predecibles. Los cambios moleculares en los ojos permiten predecir con precisión qué tipo de degeneración se producirá. De acuerdo con Gareth Howell, profesor de JAX y autor principal del estudio:

“Los ojos revelan más de lo que se ve. Al comprender cómo envejece el ojo sano en diferentes contextos genéticos, podríamos determinar el riesgo de las personas de desarrollar enfermedades como el Alzheimer”.9

La pérdida de sensibilidad visual puede indicar un riesgo de Alzheimer con años de antelación

Estos estudios del equipo JAX no son los primeros en analizar la conexión entre la salud ocular y el riesgo de demencia. En 2024, investigadores de la Universidad de Loughborough en el Reino Unido publicaron un estudio sobre cómo las pruebas oculares podrían revelar el riesgo de padecer Alzheimer, hasta 12 años antes del diagnóstico.

El estudio, que se publicó en la revista Scientific Reports, se centró en si la reducción de la sensibilidad visual, que es la capacidad de detectar detalles finos, contrastes o cambios sutiles en el entorno, podía actuar como un indicador de demencia a largo plazo. En lugar de basarse solo en escáneres cerebrales o pruebas de memoria, los investigadores sugirieron que las evaluaciones oculares podrían combinarse con pruebas psicológicas estándar para reforzar la detección temprana.10

• La población del estudio incluyó a más de 8 000 adultos que participaron en el Estudio prospectivo de cohorte poblacional EPIC-Norfolk: se evaluó la vista de los participantes años antes de que desarrollaran síntomas de Alzheimer, mediante un entrenamiento computarizado de sensibilidad visual, que consiste en evaluar la velocidad de procesamiento visual y el tiempo de reacción de una persona. Ahmet Begde, doctor e investigador doctoral de la Universidad de Loughborough y uno de los investigadores del estudio, afirmó lo siguiente

“La sensibilidad visual se refiere a la capacidad de una persona para detectar y procesar información visual de manera precisa y eficiente. Decidimos investigar la sensibilidad visual como predictor de la demencia porque investigaciones anteriores han demostrado que las personas con demencia suelen experimentar déficits en el procesamiento visual, incluso en las primeras etapas de la enfermedad.”11

• Los detalles de los hallazgos mostraron una fuerte relación predictiva: los participantes con menor sensibilidad visual eran mucho más propensos a desarrollar Alzheimer en la década siguiente en comparación con aquellos con un procesamiento visual normal.

“La pérdida de sensibilidad visual puede provocar diversas dificultades para percibir y procesar la información visual, como dificultad para reconocer objetos o rostros, problemas para leer u orientarse en entornos familiares y dificultades para percibir detalles visuales o contrastes”, Ahmet Begde explicó. “Por ejemplo, una persona con sensibilidad visual reducida podría tener dificultades para leer las señales de tráfico mientras conduce”.12

Pero no se trata solo de necesitar lentes o tener visión borrosa, sino de cómo el cerebro interpreta lo que ven los ojos. Esto significa que las dificultades para leer, calcular distancias, conducir con seguridad o distinguir colores talvez no solo sean frustrantes, sino que también podrían indicar cambios en el cerebro mucho antes de que comiencen los problemas de memoria.

• Se obtuvieron mejoras específicas al combinar pruebas de visión con exámenes neuropsicológicos tradicionales: por separado, cada tipo de prueba proporciona información valiosa, pero al combinarlas se obtuvo una imagen mucho más clara del riesgo futuro de demencia.

• Entonces ¿cuál es la explicación biológica de estos hallazgos? El motivo es que, cuando se desarrolla el Alzheimer, las placas beta-amiloides, que son agrupaciones de proteínas pegajosas relacionadas con el daño celular, alteran tanto el cerebro como las vías que procesan la visión. Esta alteración merma la señalización visual, lo que se manifiesta como dificultad para detectar detalles finos o contrastes.

Otro mecanismo implica la forma en que el cerebro elimina las proteínas de desecho. Una mala eliminación permite la acumulación de residuos que obstruyen la comunicación entre las células, sobre todo en áreas relacionadas con la visión.

• Estos resultados no son sorprendentes: en un artículo de Medical News Today, el Dr. Alexander Solomon, neurooftalmólogo quirúrgico y cirujano de estrabismo de California, comenta que los hallazgos de este estudio son en realidad consistentes con lo que ve en sus pacientes todos los días. “No es difícil imaginar que, a medida que el cerebro se ve comprometido por un proceso como la demencia, algunas partes que ayudan a procesar nuestra visión se vean afectadas”, aseguró.13

Medidas prácticas para proteger sus ojos y su cerebro del Alzheimer

Si le preocupa el Alzheimer, lo más importante que debe comprender es que la causa fundamental del daño no es la pérdida de memoria en sí misma, sino que comienza años antes cuando se degradan los sistemas energéticos de las células, se bloquea la eliminación de proteínas y se debilitan los vasos sanguíneos tanto en el cerebro como en los ojos. Al abordar estas causas de manera directa, recibe una oportunidad real de frenar o incluso prevenir el deterioro. Por eso lo que hace en este momento es importante. Le comparto cinco pasos para que empiece a ponerlos en práctica.

1. Reduzca su riesgo de estrés vascular oculto: si tiene presión arterial alta, diabetes o antecedentes familiares de derrame cerebral o demencia, sus vasos sanguíneos tienen presión adicional. Estos mismos vasos sanguíneos irrigan la retina y el cerebro, por lo cual es fundamental mantenerlos fuertes.

Elimine de su alimentación los aceites vegetales refinados y los alimentos procesados, ya que dañan las paredes de los vasos sanguíneos, y sustitúyalos por sebo, ghee o mantequilla de animales alimentados con pastura. También recomiendo incorporar actividad física regular a su estilo de vida, como caminar todos los días, para mantener una buena circulación y vasos sanguíneos flexibles.

2. Equilibre sus niveles de carbohidratos para proteger la producción de energía: su cerebro y su retina funcionan con energía, y esa energía depende de los carbohidratos. Mi recomendación es que consuma entre 250 y 300 gramos de carbohidratos limpios al día, a menos que sea muy activo y necesite más.

Comience con fruta, jugo con pulpa o vegetales de raíz antes de intentar con almidones complejos. Si tiene problemas intestinales, beba agua con dextrosa a sorbos pequeños durante todo el día. Esto permite que las mitocondrias produzcan energía de forma fluida, lo cual es fundamental para prevenir el deterioro que se manifiesta en la enfermedad de Alzheimer.

3. Elimine los desechos proteicos antes de que se acumulen: para ayudar a su cuerpo a eliminar las proteínas de desecho, necesita un sueño de calidad y ritmos circadianos fuertes. Expóngase a la luz del sol por la mañana para restablecer su reloj biológico y evite las pantallas con luz azul por la noche. Si duerme mal, su cerebro no elimina el amiloide pegajoso que obstruye las neuronas. Recomiendo priorizar un sueño de alta calidad porque es cuando el cerebro elimina lo que el cuerpo no necesita.

4. Fortalezca su retina con exámenes oculares regulares: si tiene más de 50 años, hacerse un examen ocular cada año es esencial para ayudar a identificar los primeros signos de alerta de Alzheimer o demencia. Considere el examen como su radar de alerta temprana y realice un seguimiento de los resultados, igual que controlaría el azúcar en la sangre o el colesterol.

5. Apóyese con la luz solar y el azul de metileno para favorecer la energía celular: tanto las células de la retina como las del cerebro dependen de una función mitocondrial fuerte para mantenerse activas y en buen estado. Una exposición segura al sol ayuda a sus células a producir energía de forma directa; sin embargo, es necesario que elimine todos los aceites de semillas de su alimentación durante cuatro a seis meses antes de exponerse al sol en las horas de mayor intensidad. De lo contrario, el ácido linoleico (AL) que se encuentra en estos aceites puede incrustarse en la piel, oxidarse bajo los rayos UV y producir daños al ADN.

Por su parte, se ha demostrado que el azul de metileno, en su forma de cápsula de grado farmacéutico, reduce el estrés reductivo en dosis de 5 mg una vez al día. Si pasa tiempo al sol y utiliza el azul de metileno de forma segura, le da a sus células una doble ventaja: más energía, menos estrés y una defensa más fuerte contra los desgastes que favorecen la progresión del Alzheimer. Lea más sobre esto en el artículo: "Este 'tinte para telas' es imprescindible en su botiquín médico“.

Preguntas frecuentes sobre los exámenes oculares y la detección del Alzheimer

P: ¿Qué relación existe entre los exámenes de la vista y la enfermedad de Alzheimer?

R: Las investigaciones demuestran que los vasos retorcidos, estrechos o con ramificaciones deficientes en la retina se asemejan a las mismas anomalías que ocurren en el cerebro de las personas con enfermedad de Alzheimer. Dado que la retina es, en esencia, una extensión del sistema nervioso central, los cambios en los ojos reflejan con gran precisión los cambios que se producen en el cerebro. Detectar estas anomalías durante un examen de rutina podría brindar una señal de alerta temprana del Alzheimer años, a veces incluso décadas, antes de que comience la pérdida de memoria o la confusión.

P: ¿Qué rol ejerce la genética en el riesgo de padecer Alzheimer que se manifiesta a través de los ojos?

R: La genética ejerce un rol muy poderoso en la forma en que envejecen los ojos y el cerebro. Una mutación en particular, llamada MTHFR677C>T, afecta hasta al 40 % de las personas y altera la salud de los vasos sanguíneos. Los estudios en ratones portadores de esta mutación revelaron vasos retorcidos y estrechos y una menor ramificación en la retina, lo que se asemeja mucho al daño vascular que se observa en los pacientes con Alzheimer. Estas anomalías dificultan el flujo sanguíneo, restringen el suministro de oxígeno y contribuyen al deterioro cognitivo.

P: ¿Las mujeres tienen un mayor riesgo de sufrir cambios oculares relacionados con el Alzheimer?

R: Sí, las mujeres tienden a enfrentar mayores riesgos tanto en el cerebro como en los ojos. Las investigaciones realizadas en ratones portadores de la mutación relacionada con el Alzheimer demostraron que las hembras desarrollaban daños en la retina mucho más graves que los machos. A los 12 meses de edad, lo que equivale a la mediana edad en los ratones, las hembras presentaban menos ramificaciones de los vasos sanguíneos y una menor densidad vascular en la retina. Esto guarda un paralelismo directo con lo que los médicos observan en los seres humanos: las mujeres de todo el mundo desarrollan demencia en mayor proporción que los hombres.

P: ¿Los problemas de visión pueden predecir la demencia antes de que aparezcan los problemas de memoria?

R: Sí, los problemas de visión a menudo indican cambios cerebrales años antes de que comience la pérdida de memoria. Un estudio de la Universidad de Loughborough monitoreó a más de 8 000 adultos y puso a prueba su sensibilidad visual, que es la capacidad de detectar detalles finos, contrastes y cambios sutiles en el entorno. Aquellos con menor sensibilidad visual tuvieron muchas más probabilidades de desarrollar Alzheimer en la década siguiente.

P: ¿Qué medidas prácticas favorecen la salud ocular y cerebral para reducir el riesgo de Alzheimer?

R: Primero, reduzca el estrés vascular y, para ello, evite los aceites de semillas y consuma grasas más saludables como el sebo o la mantequilla de vacas alimentadas con pastura. En segundo lugar, equilibre sus carbohidratos: su cerebro y retina necesitan de 250 a 300 gramos diarios para obtener energía constante. En tercer lugar, elimine los desechos proteicos es decir, priorice un sueño de alta calidad y tome la luz del sol por la mañana para restablecer su ritmo circadiano.

En cuarto lugar, programe exámenes oculares anuales y pídale a su médico que revise la salud de sus vasos sanguíneos, tratándola como un sistema de alerta temprana. Por último, refuerce su energía celular con una exposición segura al sol y azul de metileno de grado farmacéutico a razón de 5 mg diarios, lo que ayuda a reducir el estrés reductivo. En conjunto, estos pasos le brindan un mayor control sobre su salud a largo plazo y convierten los hábitos rutinarios en una estrategia de defensa contra la progresión del Alzheimer.