📝 HISTORIA EN BREVE
- Más del 63 % de los adultos en Estados Unidos beben al menos una bebida azucarada al día, lo que altera rápido la microbiota intestinal, debilita las defensas inmunitarias y daña la barrera intestinal a nivel genético
- Los investigadores descubrieron que el azúcar de los refrescos activa los "interruptores" del ADN bacteriano en cuestión de días, lo que altera las señales inmunitarias y la resistencia de la pared intestinal, pero dejar de consumir azúcar revierte estos efectos
- Los edulcorantes artificiales en los refrescos de dieta alteran el equilibrio de la microbiota intestinal, reducen su diversidad y promueven el crecimiento de bacterias inflamatorias, lo que perjudica el sistema inmunológico y el metabolismo incluso sin azúcar ni calorías
- El fosfato inorgánico presente en los refrescos se absorbe casi al 100 % en el torrente sanguíneo, lo que incrementa las hormonas que agotan el calcio, suprimen la vitamina D, sobrecargan los riñones y endurecen las arterias
- El azúcar y el fosfato, combinados, crean problemas metabólicos constantes que perjudican la salud intestinal, el equilibrio hormonal y la función cardiovascular de diversas maneras
🩺 Por el Dr. Mercola
En Estados Unidos, más de la mitad (el 63 %, para ser exactos) de los adultos de 18 años o más beben al menos una bebida azucarada al día, y los refrescos son una de las opciones que más se consumen.1 He escrito numerosos artículos sobre los peligros de estos productos, ya que sobrecargan el cuerpo con azúcar y no aportan nada a la salud. Ahora, otro estudio confirma cómo los refrescos perjudican su bienestar, ya que causan estragos en su microbioma intestinal y comprometen su sistema inmunológico.2
Su intestino tiene billones de microbios, conocidos como microbioma, que ayudan a digerir los alimentos, lo protegen de invasores dañinos y entrenan su sistema inmunológico. Estos microbios son bastante adaptables, y activan o desactivan ciertos genes para responder a lo que consume, lo cual es un proceso que se conoce como plasticidad funcional.3,4
Sin embargo, exponer a estos microbios al azúcar de los refrescos altera su comportamiento normal. Los investigadores descubrieron que las bebidas azucaradas provocan cambios genéticos que alteran las señales inmunitarias y debilitan la barrera intestinal, lo que modifica el microbioma intestinal y distorsiona las defensas inmunitarias del cuerpo.
Consumir refrescos activa cambios genéticos en el intestino
Un estudio reciente que se publicó en la revista Nature Communications se propuso examinar cómo el azúcar de los refrescos afecta el comportamiento del ADN de las bacterias intestinales. El estudio lo realizaron investigadores del Technion-Instituto Tecnológico de Israel,5 y se centró en una bacteria intestinal específica, la Bacteroides thetaiotaomicron (B. theta). Esta bacteria gramnegativa y anaerobia obligada reside en el intestino humano y es conocida porque protege la mucosa intestinal, reduce la inflamación y previene la proliferación de bacterias dañinas.6
• El equipo de investigación trabajó con numerosas configuraciones de prueba: el equipo realizó experimentos controlados en laboratorio y estudios con ratones, y también utilizaron muestras de bacterias intestinales humanas. En todas las pruebas, descubrieron que el azúcar blanco provocó que las bacterias realizaran "inversiones de ADN", que son cambios físicos en segmentos específicos del código genético de la bacteria.
• Estos cambios actúan como interruptores que activan o desactivan ciertos genes: cambian la forma en que las bacterias intestinales se comunican con el sistema inmunológico. Estas inversiones provocaron cambios en las poblaciones de células T, los niveles de citoquinas (que son las que envían mensajes químicos del sistema inmunológico) y un debilitamiento mensurable de la barrera que protege el intestino; todo ello se relaciona con la función inmunológica.
• Uno de los descubrimientos más reveladores fue que los subproductos intestinales habituales, como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), no causaron los efectos inmunológicos: en cambio, las proteínas especiales que las bacterias liberaron después de la exposición al azúcar promovieron aquellos cambios. Estas proteínas eran sensibles al calor, lo que permitió a los científicos saber que eran los mensajeros importantes.
Dado que las proteínas son más específicas y directas en su comunicación inmunológica, esto significa que las bacterias intestinales envían instrucciones nuevas a su sistema inmunológico en función de lo que bebe.
Otro detalle sorprendente de esta investigación fue la velocidad del cambio: en tan solo siete días de consumir agua azucarada, los ratones presentaron un gran aumento en estas mutaciones de ADN. Ese cambio se relacionó con efectos inmunológicos mensurables, en particular a una menor resistencia de la barrera intestinal, que funciona como una barrera entre el tracto digestivo y el torrente sanguíneo. Cuando se debilita, las toxinas y los microbios dañinos ingresan más fácil al cuerpo, lo que provoca inflamación y otros problemas de salud.
• Lo más sorprendente es que dejar de consumir azúcar revirtió los efectos: a los pocos días de eliminar el azúcar, la orientación del ADN volvió a la normalidad, los marcadores inmunológicos se estabilizaron y la barrera intestinal recuperó su fuerza. Esto significa que, incluso si ha bebido refrescos con regularidad, sus bacterias intestinales podrían recuperarse, pero solo si elimina el azúcar que causa el problema.
La conclusión de este estudio es simple pero contundente, y es que el impacto de los refrescos en el intestino y el sistema inmunológico no es vago ni lento, sino que es directo, rápido y ocurre a nivel genético dentro de los microbios. Según un artículo de prensa que publicó el Technion-Instituto Tecnológico de Israel:
"Este estudio destaca la importancia de analizar los efectos complejos de la nutrición en el microbioma y nuestro estado de salud, y los investigadores consideran que esto permitirá realizar recomendaciones de alimentación personalizadas a los humanos para mejorar el estado de su sistema inmunológico y su salud en general".7
Los edulcorantes artificiales en los refrescos de dieta son igual (o incluso más) de dañinos
Si cree que la solución a esto es solo sustituir los refrescos normales por las versiones de dieta para evitar el exceso de azúcar blanca, caerá en una trampa que perjudicará su salud aún más. Los refrescos de dieta utilizan los edulcorantes artificiales para "reducir las calorías"; sin embargo, estos edulcorantes químicos no solo causan daños en el ADN, sino que también tienen efectos tóxicos en las bacterias intestinales.
En una revisión de 2023 que se publicó en Nutrients, los científicos examinaron cómo los edulcorantes artificiales influyen en el microbioma intestinal. Los científicos recopilaron los resultados de múltiples estudios para investigar cómo estos edulcorantes alteran la composición y la actividad de la microbiota intestinal y qué significa esto para la salud en general.8
• Los edulcorantes artificiales tienden a alterar las proporciones de grupos específicos de bacterias: los investigadores descubrieron que la sacarina, la sucralosa y el aspartamo provocan estos cambios, que imitan los desequilibrios bacterianos que se observan en la obesidad, la resistencia a la insulina y las enfermedades inflamatorias intestinales.
• Estos edulcorantes envían una “señal” fuerte a las bacterias intestinales aunque no contengan azúcar ni calorías: por ejemplo, citaron estudios que demostraron cómo la sacarina redujo la diversidad de los microbios intestinales, mientras que otros hallazgos descubrieron que aumentaron las bacterias proinflamatorias.
• Algunos de los cambios más fuertes se observaron con la sucralosa: múltiples estudios reportaron que la exposición a la sucralosa redujo bacterias beneficiosas como Bifidobacterium y Lactobacillus, al tiempo que aumentó las poblaciones de Proteobacteria patógenas.
• El mecanismo biológico reside en cómo las bacterias intestinales utilizan y responden a estos edulcorantes: aunque los edulcorantes artificiales están diseñados para pasar por el tracto digestivo sin ser absorbidos como el azúcar, entran en contacto directo con la microbiota intestinal. Algunas bacterias metabolizan partes de estos compuestos o responden a ellos como señales químicas, lo que cambia sus patrones de crecimiento, su actividad genética y los tipos de subproductos que liberan en el intestino.
Este estudio demuestra que los edulcorantes artificiales no son "invisibles" para el intestino, sino que alteran el microbioma y perturban la función inmunológica, el metabolismo y la salud digestiva a largo plazo. Esta investigación deja claro que sustituir los refrescos por alternativas "sin azúcar" no es una solución segura.
Fosfato: el ingrediente que es aún más tóxico para el metabolismo que el azúcar
Aunque estos estudios mencionados detallan cuán dañinos son el azúcar y los edulcorantes artificiales en los refrescos, existe un componente aún más peligroso en estas bebidas que causa un daño aún más generalizado, y se encuentra a plena vista. Se trata del fosfato.
• Entonces ¿por qué se añade fosfato a los refrescos? Al parecer, los fabricantes de refrescos utilizan ácido fosfórico no solo para prolongar la vida útil de este producto, sino también para darle sabor. Si bien afirman que el fosfato también se encuentra en alimentos enteros como la carne, los huevos o las legumbres, el que se utiliza en estas bebidas es diferente.
• El fosfato en las fuentes de alimentos naturales está unido a proteínas o fitatos: esto ayuda a ralentizar la absorción, lo que permite que el cuerpo procese y descomponga el fosfato de forma segura. Solo absorbe entre un 40 % y un 60 %, lo cual es manejable para su cuerpo y no sobrecarga sus órganos.
• El ácido fosfórico de los refrescos es inorgánico y no está unido a nada: lo que significa que cuando lo consume, evita la digestión y casi el 100 % entra en el torrente sanguíneo. Esto provoca que sus niveles de fosfato en la sangre incrementen en tan solo 30 a 60 minutos, lo que supone una gran carga para sus órganos.
• Provoca un aumento del factor de crecimiento de fibroblastos 23 (FGF23)9: esta hormona provoca una reacción en cadena que interrumpe la absorción de calcio, suprime la vitamina D, estresa los riñones y comienza a sentar las bases para el endurecimiento de las arterias.
• Este compuesto también es un disruptor hormonal oculto: cada sorbo de refresco altera su sistema endocrino, incluso si es una persona saludable. De hecho, incluso los adultos jóvenes sin afecciones crónicas han experimentado niveles elevados de FGF23 pocas horas después de consumir una sola dosis de fosfato.
• El fosfato aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco: cuando los niveles de fosfato se mantienen elevados, provoca que las paredes lisas de las arterias se endurezcan y se vuelvan rígidas, lo que aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares. Un metaanálisis de 2024 demostró que las personas en el cuartil más elevado de fosfato tuvieron un riesgo un 44 % mayor de muerte cardiovascular en comparación con las personas con niveles más bajos.10
Para obtener más información sobre cómo el fosfato en los refrescos afecta su salud, le recomiendo leer mi artículo: "Esta bebida tan común está dañando su metabolismo más rápido que el azúcar".
De hecho, el azúcar y el fosfato son un ataque doble para el organismo, por lo que los refrescos son sin duda uno de los productos más dañinos hoy en día. Juntos, estos dos ingredientes crean problemas metabólicos constantes que perjudican su salud de diversas maneras.
Cómo detener el daño y restaurar la salud intestinal y metabólica
Si consume refrescos con regularidad, le genera un daño inmenso a su intestino, sistema inmunológico y metabolismo. Pero como señala el estudio anterior, su cuerpo puede recuperarse si elimina los refrescos de su estilo de vida, ya que podría revertir el daño y ayudar a su cuerpo a repararse a sí mismo. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar:
1. Elimine por completo los refrescos, tanto regulares como de dieta: las bebidas azucaradas alteran las bacterias intestinales y las defensas inmunitarias en cuestión de días, mientras que el ácido fosfórico eleva los niveles dañinos de fosfato en menos de una hora. Los refrescos de dieta con edulcorantes artificiales alteran el equilibrio microbiano intestinal. Elimine de su rutina todo tipo de refrescos (no solo los sustituya por versiones de dieta) para que su microbiota intestinal se reinicie y sus niveles de fosfato se estabilicen.
2. Reemplace los refrescos con bebidas seguras para el intestino y ricas en minerales: su cuerpo prospera cuando lo hidrata sin que interfieran sustancias químicas. Elija agua, agua natural con un chorrito de cítricos o infusiones de hierbas. Si desea añadirle sabor, agregue rodajas de limón, frutos rojos frescos o pepino a su agua. Pruebe también el agua de coco, que tiene un sabor dulce pero sin aditivos tóxicos.
3.Tenga en cuenta el fosfato oculto en otros alimentos procesados: los bocadillos envasados, las carnes procesadas o la comida rápida sobrecargan su cuerpo con más fosfato inorgánico del que cree. Revise las etiquetas de ingredientes y evite comprar productos que contengan "ácido fosfórico", "fosfato de sodio" o "polifosfato".
4. Apoye su intestino con alimentos enteros: sus bacterias intestinales prosperan con la fibra de los vegetales, frutas y legumbres, el tipo de alimentos que ralentizan la digestión de forma natural y alimentan a los microbios beneficiosos. Si ya consume alimentos enteros, varíelos para mantener su microbioma resistente.
Sin embargo, recuerde sanar primero su intestino. De lo contrario, las bacterias dañinas solo fermentarán la fibra que consume, lo que provocará que se produzcan endotoxinas que afectarán la función celular. En su lugar, asegúrese de consumir entre 200 y 250 gramos de carbohidratos al día que procedan de fuentes saludables y no procesadas. Una vez que su intestino se haya recuperado, reintroduzca la fibra en sus alimentos.
5. Apoye los sistemas de reparación de su cuerpo con nutrientes clave: la sobrecarga de fosfato y la alteración intestinal agotan sus niveles de nutrientes importantes como el magnesio, la vitamina D y el calcio. Priorice consumir alimentos ricos en estos nutrientes, como los vegetales de hoja verde, las sardinas y los huevos de gallinas camperas. Cuando restablece estos niveles de nutrientes, ayuda a fortalecer sus huesos, mantener sus arterias flexibles y reequilibrar las señales hormonales que los refrescos han alterado.
Preguntas frecuentes sobre los refrescos y la salud intestinal
P: ¿Cómo afectan los refrescos a la salud intestinal?
R: El azúcar de los refrescos provoca "cambios" en el ADN de las bacterias intestinales beneficiosas en cuestión de días, lo que altera las señales inmunitarias, debilita la barrera intestinal y permite que las toxinas y los microbios dañinos accedan con más facilidad al cuerpo.
P: ¿Los refrescos de dieta son más seguros para el microbioma?
R: No. Los edulcorantes artificiales como la sucralosa, la sacarina y el aspartamo alteran el equilibrio de las bacterias intestinales, reducen la diversidad y aumentan los microbios inflamatorios, lo que perjudica el sistema inmunológico y el metabolismo incluso sin que contengan azúcar.
P: ¿Por qué es tan dañino el fosfato en los refrescos?
R: El ácido fosfórico de los refrescos es inorgánico y no está unido, lo que significa que se absorbe casi al 100 % en el torrente sanguíneo en una hora, lo que eleva los niveles de hormonas que dañan las arterias, debilitan los huesos y sobrecargan los riñones.
P: ¿Mi intestino y mi metabolismo pueden recuperarse si dejo de tomar refrescos?
R: Sí, las investigaciones demuestran que eliminar los refrescos permite que la actividad del ADN bacteriano, los marcadores inmunológicos y la fortaleza de la barrera intestinal vuelvan a la normalidad en cuestión de días, lo que revierte gran parte del daño.
P: ¿Qué estrategias puedo implementar para contrarrestar los daños que causan los refrescos?
R: Elimine por completo los refrescos, opte por bebidas saludables como agua o té de hierbas, evite los alimentos procesados que contengan fosfatos, consuma alimentos enteros ricos en fibra para alimentar las bacterias buenas y reponga nutrientes como magnesio, vitamina D y calcio.
🔎 Fuentes y Referencias:
- 1 CDC, Fast Facts: Sugar-Sweetened Beverage Consumption
- 2, 6 Nature Communications Volume 16, Article number: 4938 (2025)
- 3, 7 Technion, July 21, 2025
- 4 Medical Xpress, July 21, 2025
- 5 Science Blog, July 22, 2025
- 8 Nutrients. 2023 Apr 13;15(8):1869
- 9 Pflugers Arch. 2024 Nov 27;477(3):495-508
- 10 Nutrients. 2024 May 24;16(11):1599
