📝HISTORIA EN BREVE

  • Las muertes relacionadas con el alcohol casi se han duplicado en 25 años, y solo en 2021 se cobraron más de 54 000 vidas
  • El mayor incremento de muertes relacionadas con el alcohol se presenta entre los nativos americanos, las mujeres y los adultos jóvenes. Algunos factores que hacen que estos grupos sean más vulnerables incluyen el exceso de publicidad, los cambios culturales y un acceso limitado al apoyo
  • La pandemia de COVID-19 empeoró esta emergencia. El aislamiento, el estrés y la interrupción de los servicios de recuperación promovieron las recaídas y los patrones peligrosos de consumo de alcohol
  • Los efectos a largo plazo del alcohol en el cuerpo distan mucho de ser benignos, ya que daña el cerebro, destruye el hígado, dificulta la habilidad de curación y aumenta el riesgo de cáncer
  • Dejar de consumir alcohol por completo es la medida más importante que puede tomar para su salud. Eliminarlo restaura la resistencia, previene la muerte prematura y le da a su cuerpo la oportunidad de recuperarse

🩺Por el Dr. Mercola

El alcohol siempre ha sido parte de la vida de las personas en Estados Unidos. Se ha servido, brindado y compartido alcohol durante las celebraciones, desde las tabernas coloniales hasta las fiestas hoy en día. En el siglo XVIII, muchas personas en Estados Unidos bebían ron o sidra con los alimentos, e incluso a los niños se les daban ponches dulces (una bebida hecha con licor y miel). En la década de los 30's, las personas en Estados Unidos mayores de 15 años bebían más de 7 galones de alcohol al año.1,2

Hoy en día, el alcohol está en todas partes, como en las bodas, los partidos de fútbol y las reuniones en el jardín. Es legal, común y se vende como "inofensivo" cuando se consume en cantidades moderadas.

Pero en las últimas dos décadas algo ha cambiado, y es que las muertes relacionadas con el alcohol han aumentado de forma constante en todo el país. No solo en las ciudades o entre las personas que beben mucho, sino también en los pueblos pequeños y los condados rurales que antes se consideraban de bajo riesgo.3

Los hallazgos de un estudio nacional de 25 años sobre las muertes por alcohol

Un estudio que se publicó en la revista PLOS Global Public Health examinó cómo han cambiado las muertes relacionadas con el alcohol en Estados Unidos durante los últimos 25 años. Con el uso de datos del sistema de Datos en Línea de Amplio Rango para la Investigación Epidemiológica (WONDER, por sus siglas en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), los investigadores buscaron identificar qué poblaciones han sido las más afectadas, y resaltaron las disparidades demográficas, los puntos críticos geográficos y las tendencias que empeoraron durante la pandemia del COVID-19.4

• El estudio realizó un seguimiento de las muertes relacionadas con el alcohol desde 1999 hasta 2024 con el uso de modelos estadísticos: los investigadores examinaron las tasas de mortalidad por edad, género, raza y ubicación. Se centraron en causas como la enfermedad hepática alcohólica, la intoxicación por alcohol y los trastornos mentales o del comportamiento relacionados con el alcohol, y utilizaron los códigos médicos oficiales de la Clasificación Internacional de Enfermedades, 10ª Revisión (CIE-10).5

• Las muertes aumentaron un 89 %, con el mayor incremento durante el apogeo de la pandemia: en 1999, la tasa de mortalidad era de 7.0 por cada 100 000 personas. Para 2024, había aumentado a 13.2. El mayor número de muertes se produjo en 2021, con más de 54 000 fallecimientos. El aumento más pronunciado comenzó a principios de 2020, cuando la pandemia afectó la vida cotidiana y el acceso a la atención médica. Como explicaron los autores del estudio en PLOS Global Public Health:6,7

"Se produjeron aumentos notables al inicio de la pandemia del COVID-19, y alcanzaron su punto máximo en 2021. Para la mayoría de los grupos demográficos del país, las tasas brutas se mantuvieron por encima de lo normal durante todo 2023".

• Las comunidades nativas americanas y nativas de Alaska fueron las más afectadas: en 2020, los hombres pertenecientes a pueblos originarios de Estados Unidos y nativos de Alaska tuvieron una tasa de mortalidad de 80.8 por cada 100 000, lo que es más de tres veces más elevado a la de los hombres blancos. Las mujeres de estas comunidades también presentaron tasas de mortalidad más elevadas que las mujeres blancas.8

"En el condado de Ogala Lakota (Dakota del Sur), el condado de McKinley (Nuevo México) y el condado de Apache (Arizona), las tasas brutas han superado la cifra de 80 muertes por cada 100 000 habitantes al año desde 2020", informaron los autores del estudio.

• Los expertos dicen que se necesitan acciones específicas: los autores recomiendan un mejor acceso al tratamiento, políticas de alcohol más estrictas, como impuestos más elevados, y límites a la publicidad y a los programas diseñados para comunidades específicas. También piden más apoyo en las zonas rurales y desatendidas, y explicaron:9

"Estos hallazgos destacan la necesidad de políticas específicas para reducir el consumo excesivo de alcohol y mejorar el acceso al tratamiento".

El alcohol perjudica a los grupos vulnerables de más maneras que antes

El impacto del alcohol cambia de maneras inesperadas. Los adultos jóvenes fallecen a un ritmo más acelerado, las mujeres se enfrentan a una mortalidad cada vez mayor y las comunidades sufren las consecuencias emocionales. Estos patrones reflejan fuerzas culturales y psicológicas más profundas que transforman cómo, por qué y a quién perjudica más el alcohol en la sociedad actual.

• Las comunidades nativas americanas y nativas de Alaska se enfrentan a las tasas más elevadas de muertes relacionadas con el alcohol y a los mayores obstáculos para acceder a los servicios médicos: estas comunidades no solo sufren los peores resultados, sino que también se enfrentan a algunos de los retos más complejos. Muchas tribus y zonas remotas carecen de acceso constante a tratamientos para la adicción, servicios de salud mental y atención adaptada a su cultura.

Los problemas jurisdiccionales entre los sistemas tribales, estatales y federales suelen ralentizar o bloquear los esfuerzos de salud pública. El trauma histórico, la pobreza y los sistemas de salud con una falta de financiación también dificultan la recuperación a largo plazo.

• Los adultos jóvenes fallecen en tasas más rápidas, y las muertes relacionadas con el alcohol casi se cuadruplican en algunos grupos de edad: entre 2012 y 2022, las muertes relacionadas con el alcohol entre las personas de 25 a 34 años casi se cuadruplicaron. Este incremento se asocia con el aumento del consumo excesivo de alcohol, a los problemas de salud mental y a la normalización del consumo excesivo de alcohol en los entornos sociales. Los adultos jóvenes también son menos propensos a buscar ayuda, y suele deberse al estigma o a la falta de información.10

• Las tasas de mortalidad entre las mujeres aumenta en gran medida, y se debe a cambios culturales y publicidad dirigida de alcohol: las muertes relacionadas con el alcohol entre las mujeres aumentaron un 70 % entre 2012 y 2022. Los investigadores atribuyen esto a los cambios en los roles de género, el aumento del estrés y la publicidad excesiva de productos de alcohol dirigido a las mujeres. A nivel fisiológico, las mujeres son más vulnerables a los efectos del alcohol, lo que las hace más susceptibles a padecer enfermedades hepáticas y otras complicaciones.11

La crisis del alcohol afecta a familias y comunidades enteras en todo el país. Detrás de cada estadística existe una historia de dolor, trastorno y resiliencia. Las familias pierden a seres queridos en sus mejores años, a menudo sin previo aviso.

Cómo la pandemia agravó el problema de alcohol en Estados Unidos

Cuando la COVID-19 afectó al país y se impusieron confinamientos, el alcohol se convirtió en un salvavidas para muchos; tras puertas cerradas, los hábitos de consumo de alcohol cambiaron de maneras que resultaron ser mortales. Si bien la pandemia no originó la crisis del alcohol, sí la aceleró de maneras que apenas empezamos a comprender.

• Los confinamientos llevaron a las personas a beber más y a recaer más rápido: a medida que las rutinas se derrumbaron y el aislamiento se instaló, el alcohol se convirtió en una solución rápida para el estrés, el aburrimiento y el miedo. Para las personas que ya luchaban contra la adicción, la pérdida repentina de estructura y apoyo provocó recaídas generalizadas. El consumo de alcohol no solo se hizo más frecuente, sino que se volvió más peligroso, ya que las personas consumían mayores cantidades porque estaban solas y sin supervisión.12

• Los grupos de apoyo se volvieron virtuales, pero muchas personas no pudieron acceder a ellos: los hospitales priorizaron a los pacientes con COVID, y dejaron de lado la atención de adicciones. ¿El resultado? Un colapso de los sistemas de recuperación cuando más se necesitaban. Las personas que habían luchado por mantenerse sobrias no tuvieron las herramientas necesarias para sobrevivir.13

• Las muertes relacionadas con el alcohol aumentaron en tiempo real y se mantuvieron elevadas mucho después de que terminaron los confinamientos: las cifras demuestran una verdad escalofriante. Las tasas de mortalidad mensuales aumentaron a principios de 2020 y aún no han regresado a los niveles de antes de la pandemia.14

• La pandemia expuso lo frágiles que son los sistemas de salud mental y de adicciones de Estados Unidos: el COVID-19 no solo saturó los hospitales, sino que demostró lo poco preparado que estaba el país para manejar un aumento repentino de las crisis que se relacionan con el alcohol.15 Los servicios de salud mental estaban sobrecargados y la atención a las adicciones a menudo no era una prioridad. Los defectos del sistema se convirtieron en problemas, en especial en las zonas rurales y desatendidas.

• El alcohol se convirtió en un mecanismo de afrontamiento: para muchos, el alcohol fue una forma de anestesiar el dolor, la incertidumbre y el aislamiento de la pandemia. Sin embargo, lo que comenzó como una herramienta para afrontar la situación se convirtió en un riesgo para la salud.16 Aumentaron en gran medida las enfermedades hepáticas, la intoxicación por alcohol y los trastornos de salud mental. Las familias perdieron seres queridos no solo por el COVID, sino también por la crisis que se desarrollaba a la par.

El auge del consumo de alcohol entre las mujeres

Las mujeres se enfrentan a una crisis de alcoholismo distinta y cada vez mayor. Lo promueve la publicidad dirigida, las normas culturales cambiantes y la vulnerabilidad biológica, y el perfil de riesgo de las mujeres cambia con rapidez. Al igual que el estudio mencionado de PLOS Global, una investigación que se publicó en el American Journal of Medicine también demostró cómo estas fuerzas convergen y elevan las tasas de mortalidad, lo que resalta la necesidad de respuestas de salud pública específicas para cada género.17,18,19

• Las muertes relacionadas con el alcohol entre las mujeres aumentaron 2.5 veces entre 1999 y 2020, en especial en los grupos de edad más jóvenes: este gran aumento señala un cambio en la forma en que el alcohol afecta la salud de las mujeres. Aunque a lo largo de la historia los hombres han tenido tasas más elevadas de mortalidad relacionada con el alcohol, ahora la brecha se reduce. Las mujeres jóvenes experimentan aumentos más rápidos en las tasas de mortalidad, lo que sugiere que los cambios culturales y de comportamiento transforman los patrones de riesgo.

• Las campañas de publicidad se dirigen cada vez más a las mujeres con anuncios sobre alcohol orientados al estilo de vida: las marcas de alcohol han cambiado sus estrategias para atraer a las mujeres a través de temas como el empoderamiento, la relajación y la sofisticación social. Desde la "cultura del vino para las mamás" hasta las bebidas alcohólicas promocionadas para mujeres, estas campañas normalizan el consumo frecuente de alcohol como parte de la feminidad moderna, y a menudo le restan importancia a los riesgos.

• La aceptación cultural del consumo de alcohol entre las mujeres ha crecido, lo que oculta los riesgos para la salud: hoy en día, la sociedad acepta más el consumo de alcohol entre las mujeres que en generaciones anteriores. Este cambio ha dificultado reconocer patrones problemáticos, sobre todo cuando el consumo de alcohol se justifica como autocuidado o alivio del estrés. La normalización del consumo de alcohol en la vida cotidiana podría ocultar las consecuencias a largo plazo.

• Las mujeres metabolizan el alcohol de manera diferente, lo que aumenta la vulnerabilidad a las enfermedades hepáticas y otras complicaciones: a nivel biológico, las mujeres son más susceptibles a los efectos nocivos del alcohol. Las mujeres tienden a absorber más alcohol en el torrente sanguíneo y tardan más en metabolizarlo, lo que podría acelerar el daño al hígado, el corazón y el cerebro incluso con niveles de consumo más bajos en comparación con los hombres.

Ante el aumento cada vez mayor de las muertes relacionadas con el alcohol entre las mujeres, los expertos piden intervenciones adaptadas a sus necesidades. Estas medidas incluyen campañas de sensibilización que abordan los riesgos específicos de género, un mejor acceso al tratamiento para las mujeres y políticas que regulan las prácticas de publicidad dirigidas a las consumidoras.

El alcohol causa más daño del que estamos dispuestos a admitir

Los efectos a largo plazo del alcohol en el cuerpo distan mucho de ser benignos. Sin embargo, a pesar de la evidencia cada vez mayor que relaciona el alcohol con riesgos graves para la salud, su impacto casi no se aborda en los debates sobre salud pública.

• El alcohol causa daño progresivo a los órganos vitales: el hígado es el principal órgano que se encarga de metabolizar el alcohol, pero el consumo crónico sobrepasa su capacidad. Esto conlleva una progresión de afecciones hepáticas, desde hígado graso hasta hepatitis alcohólica y, con el tiempo, cirrosis. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA, por sus siglas en inglés):20

"La enfermedad hepática relacionada con el alcohol (EHRA) es una de las causas principales de morbilidad y mortalidad relacionadas con el hígado. Aunque las etapas iniciales, como el hígado graso, podrían ser reversibles con la abstinencia, las etapas avanzadas, como la cirrosis, podrían provocar daños permanentes e insuficiencia hepática".

La recuperación tras dejar el alcohol depende de la gravedad del daño. En los casos leves, la función hepática podría comenzar a mejorar en cuestión de semanas, pero en las etapas más avanzadas, la curación puede tardar meses o incluso no ser posible en su totalidad. Si desea comprender mejor cómo comienza a recuperarse el hígado tras dejar de consumir alcohol, le recomiendo consultar mi artículo: "Aléjese de este potencial enemigo y vea el poder reparador de su cuerpo".21

Aumenta el riesgo de padecer varios tipos de cáncer: el alcohol está clasificado como carcinógeno del Grupo 1 por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés),22 y se ha relacionado con al menos siete tipos de cáncer, incluyendo los de mama, hígado, colorrectal, esófago y oral.23

Un estudio de 2024 que se publicó en CA: A Cancer Journal for Clinicians identificó el alcohol como uno de los principales factores de riesgo modificables para el cáncer, junto con el cigarro y la obesidad.24

"Consumir alcohol fue el cuarto factor que más contribuyó en todos los casos de cáncer en hombres (4.7 %; 42 400 casos) y el tercer factor que más contribuyó en mujeres (6.2 %; 54 330). Alrededor de la mitad de los casos de cáncer de cavidad oral (49.9 %; 10 350) y de faringe (44.6 %; 6460) en hombres y una cuarta parte de los casos de cáncer de cavidad oral (25.1 %; 2600), esófago (24.2 %; 1000) y faringe (22.5 %, 760) en mujeres se relacionaron con el consumo de alcohol," reportaron los autores.
"Sin embargo, el cáncer de mama fue el que más se relacionó con el consumo de esta sustancia en mujeres (44 180 casos), seguido del cáncer colorrectal (13 850) tanto en los hombres como en las mujeres (4630). Las proporciones de casos que se relacionan con el consumo de alcohol según el tipo de cáncer fueron mayores en los hombres que en mujeres, a excepción del cáncer de esófago".

La Organización Mundial de la Salud refuerza esta idea y afirma que: "el riesgo para la salud de una persona que bebe alcohol comienza con la primera gota de cualquier bebida", lo que enfatiza que incluso niveles bajos de consumo de alcohol podrían aumentar el riesgo de cáncer. Este riesgo es acumulativo y se aplica sin importar del tipo o calidad del alcohol consumido.25

• El consumo a largo plazo aumenta el riesgo de demencia: el alcohol es un depresor del sistema nervioso central que afecta la cognición, la memoria y la regulación emocional. El consumo prolongado podría reducir el volumen cerebral, dañar la materia blanca y acelerar el deterioro cognitivo.26 De acuerdo con la NIAAA:27

"El consumo crónico de alcohol se asocia con la neurodegeneración y el deterioro cognitivo, en particular en los adultos mayores. El daño cerebral relacionado con el alcohol podría imitar o agravar los síntomas de la demencia".

Este riesgo es más pronunciado en las personas que comienzan a beber en exceso a una edad temprana o que mantienen niveles de consumo elevados a lo largo del tiempo.

• El alcohol debilita el sistema inmunológico y altera la salud física en general: el consumo crónico de alcohol altera la microbiota intestinal, lo que provoca inflamación y un riesgo mayor de cáncer. Una reseña que se publicó en el Indian Journal of Medical Research explica:28

"La disbiosis podría contribuir de manera directa o indirecta a la carcinogénesis, esto a través de mecanismos mediados por la inflamación, genotoxinas y una señalización celular desregulada".

El alcohol también aumenta la permeabilidad intestinal ("intestino permeable"), lo que permite que las toxinas entren en el torrente sanguíneo y lleguen al hígado, lo que empeora el daño. El alcohol daña la mucosa intestinal, lo que permite que las toxinas ingresen al torrente sanguíneo y lleguen al hígado, lo que provoca respuestas inmunitarias que favorecen la inflamación. Este estado inflamatorio crónico es un factor que contribuye al cáncer y otras enfermedades.

Elimine el alcohol para recuperar su salud

A pesar de que cada vez hay más víctimas, la mortalidad relacionada con el alcohol aún pasa desapercibida en comparación con otras crisis de salud pública. La cobertura mediática y los debates políticos tienden a centrarse en las muertes relacionadas con los opioides y el tabaco, lo que deja de lado el impacto del alcohol.

Pero debido a estos estudios mencionados sobre el aumento de las muertes relacionadas con el alcohol, muchos investigadores ahora piden un cambio a nivel nacional respecto a cómo se abordan los daños relacionados con el alcohol, y enfatizan la necesidad de mensajes adaptados a cada cultura, políticas más sólidas y esfuerzos coordinados entre las agencias federales, estatales y tribales.29

Solía creer que beber alcohol de vez en cuando era inofensivo, o incluso saludable. Pero una vez que profundicé en el tema, no pude ignorar la verdad, y es que el alcohol es una neurotoxina potente. El alcohol daña su cerebro, destruye su hígado e interrumpe la habilidad de su cuerpo para sanar, por lo que creo que eliminarlo por completo de su vida es una de las decisiones más importantes que puede tomar para su salud. Aquí le explico cómo empezar:

• Elimine el alcohol por completo, o reduzca su consumo al mínimo: cada bebida reduce la resistencia de su cerebro. Si dejar de beber de golpe le parece difícil, empiece por no consumir alcohol entre semana o reservarlo para ocasiones especiales. Sin embargo, no se deje engañar por la narrativa de que "la moderación es saludable". Este mito ha sido desmentido por completo.

• Si bebe, protéjase con N-acetilcisteína (NAC): tomar 200 mg de N-acetilcisteína (NAC) 30 minutos antes, junto con vitaminas B1 y B6, ayudará a su hígado a neutralizar el acetaldehído, que es el subproducto tóxico del metabolismo del alcohol. No es una solución definitiva, pero podría reducir el daño.30

• Sustituya el alcohol con bebidas que lo nutran: si el alcohol es su forma principal para aliviar el estrés o relajarse, es hora de mejorar sus hábitos. Intente tomar un té rico en teanina, jugos frescos con pulpa o agua con gas con sabores naturales. Estas opciones hidratan, energizan y fortalecen sus células sin aportarle una carga tóxica.

• Reconstruya sus mitocondrias con carbohidratos limpios: el alcohol afecta la función de las mitocondrias, que es esencial para la energía y la claridad cerebral. Para restablecerla, consuma entre 200 a 250 gramos de carbohidratos al día que provengan de fuentes como arroz blanco, frutas enteras y jugos de frutas con pulpa. Esto ayuda a sus células a producir adenosín trifosfato (ATP), que es la fuente de energía de la que depende su cerebro.

• Sane su intestino para reducir la inflamación cerebral: el alcohol daña el revestimiento intestinal, lo que permite que las endotoxinas se filtren al torrente sanguíneo y causen inflamación, sobre todo en el cerebro. Para contrarrestar esto, consuma alimentos fermentados como chucrut, kimchi o kéfir. Un intestino sano favorece un cerebro sano.31

• Apoye su hígado con colina: una vez que deja de beber alcohol, su cuerpo comienza a sanar, en especial su hígado. Pero esta curación no es automática, necesita apoyarla con los nutrientes adecuados. Uno de los más potentes es la colina, que se encuentra en los huevos, el hígado y los vegetales crucíferos. La colina ayuda a reparar el daño hepático, reduce la inflamación y restaura la función cognitiva.32

Si desea comprender mejor cómo la colina favorece la salud del hígado, así como otras estrategias para mantener este órgano en buen estado, consulte: "La fórmula para mantener su hígado impecable después de los 50."

¿Desea recibir más apoyo? Siga este plan de 7 pasos

La Dra. Brooke Scheller, fundadora de Functional Sobriety y autora de "How to Eat to Change How You Drink", también ofrece un enfoque práctico y basado en la nutrición para dejar el alcohol. Su filosofía se basa en el empoderamiento (no en la vergüenza) y enfatiza que no es necesario tocar fondo para lograr un cambio. A continuación descubrirá siete pasos que recomienda para ayudarlo a tomar control de su relación con el alcohol:

1. Sea curioso: lea libros, escuche podcasts y aprenda sobre los efectos del alcohol.

2. Busque apoyo comunitario: únase a comunidades como Functional Sobriety Network u otros grupos de apoyo para personas sobrias.

3. Revise sus redes sociales: deje de seguir cuentas que glorifiquen el consumo de alcohol y siga a influencers que lo inspiren a no beber.

4. Profundice: identifique las razones por las que bebe (estrés, hábito, presión social) y busque estrategias de afrontamiento más saludables.

5. Apoye a su cuerpo: los suplementos como la L-teanina, L-glutamina, NAC, las vitaminas del complejo B y el cardo mariano podrían reducir los antojos y ayudar a la desintoxicación.

6. Equilibre su nivel de azúcar en la sangre: consuma con regularidad alimentos ricos en proteínas para estabilizar la energía y reducir los antojos de alcohol.

7. Sea abierto acerca de su decisión: si alguien le pregunta por qué no bebe, solo diga que lo hace por su salud.

El alcohol ha sido durante mucho tiempo una herramienta social, es decir, una forma de conectar, relajarse y sentirse unido. Pero el alcohol ahora cobra vidas de manera constante y a un ritmo alarmante. Hoy en día, es una de las mayores crisis de salud pública.

No hace falta un diagnóstico ni una llamada de atención para dejar de consumir alcohol. Solo necesita estar dispuesto a implementar mejores hábitos. Como nos recuerda la Dra. Brooke, dejar el alcohol no es un castigo, sino una posibilidad. Se trata de recuperar su claridad mental, proteger su futuro y elegir una vida saludable en lugar de un declive.

Preguntas frecuentes sobre muertes relacionadas con el alcohol

P: ¿Estados Unidos siempre ha tenido un problema con el alcoholismo?

R: Sí, desde el siglo XVIII, el alcohol ha influido en la vida de las personas en Estados Unidos. En la década de los 30's, las personas en Estados Unidos consumían alrededor de siete galones al año, lo que normalizó una cultura de consumo excesivo de alcohol que aún promueve los daños a la salud en la actualidad.

P: ¿Quiénes son los más afectados por las muertes relacionadas con el alcohol?

R: Los nativos americanos, las mujeres y los adultos jóvenes han tenido los aumentos más pronunciados. La publicidad, las presiones culturales y la falta de acceso al tratamiento ponen a estos grupos en un riesgo mayor de sufrir enfermedades graves y muerte prematura.

P: ¿Cuántas personas mueren a causa del alcohol?

R: Las muertes relacionadas con el alcohol casi se duplicaron en 25 años. Según investigadores de UCLA y RAND que analizaron datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, tan solo en 2021 murieron más de 54 000 personas en Estados Unidos.

P: ¿Cómo influyó la pandemia en este problema?

R: El COVID-19 empeoró la crisis. El estrés, el aislamiento y la interrupción de los servicios de recuperación promovieron las recaídas y los patrones de consumo de alcohol peligrosos. Las muertes aumentaron en 2020 y se han mantenido más elevadas que los niveles antes de la pandemia.

P: ¿Cómo puedo dejar de consumir alcohol?

R: La estrategia más efectiva es eliminar el alcohol por completo. Desarrollar hábitos beneficiosos, formar parte de una comunidad y elegir rutinas más saludables apoyan un cambio duradero y le dan a su cuerpo la oportunidad de sanar y prosperar.