📝HISTORIA EN BREVE
- El sodio es un electrolito esencial que favorece el equilibrio de líquidos, la señalización nerviosa, la contracción muscular y la coordinación de los latidos del corazón; incluso disminuciones pequeñas en el nivel de sodio en la sangre alteran estas funciones esenciales
- Un estudio de Virginia Tech descubrió que el nivel bajo de sodio en la sangre amplifica los efectos de la flecainida, que es un medicamento común para controlar el ritmo cardíaco, ya que interrumpe sistemas eléctricos esenciales entre las células cardíacas
- Restaurar el sodio a los niveles adecuados revirtió los retrasos en la conducción. Esto confirma que los efectos se debieron a un desequilibrio temporal del sodio
- Las personas que toman bloqueadores de los canales de sodio deben controlar de cerca los niveles de sodio, ya que los factores comunes, como los diuréticos o las enfermedades, causan retrasos en la conducción de la señal cardíaca
- La mayoría de los adultos requieren alrededor de 3500 miligramos de sodio al día, en especial cuando proviene de fuentes no procesadas, ricas en minerales y equilibradas con un consumo adecuado de potasio
🩺Por el Dr. Mercola
Durante décadas, las recomendaciones de salud pública han enfatizado reducir el consumo de sodio para proteger la salud cardiovascular. El objetivo es limitar la cantidad de sodio que circula en el torrente sanguíneo, lo que a su vez reduce la retención de líquidos y disminuye el trabajo que debe realizar el corazón.1 Sin embargo, este enfoque conlleva riesgos porque el sodio no solo influye en la presión arterial, sino que también es fundamental para las señales eléctricas que mantienen estables los latidos del corazón.
Cuando los niveles de sodio bajan demasiado, esas señales se vuelven más lentas o fallan, lo que altera el ritmo y la sincronización del corazón. Esto se vuelve importante para todas las personas que toman bloqueadores de los canales de sodio, que son medicamentos que retardan el movimiento del sodio hacia las células del corazón para controlar los ritmos anormales.
Las investigaciones recientes demuestran que, cuando los niveles de sodio disminuyen, los efectos de estos medicamentos sobre la conducción eléctrica del corazón se vuelven mucho más pronunciados.2 Estos hallazgos desafían la restricción tan común de la sal y destacan la importancia de mantener un equilibrio saludable de sodio en las personas cuyos ritmos cardíacos dependen de ello.
La importancia del sodio (y por qué los niveles bajos son riesgosos)
El sodio no solo es un condimento para sus alimentos, es un electrolito importante que favorece casi todas las funciones principales del cuerpo. La concentración de sodio en la sangre y los tejidos está regulada de manera estricta porque incluso los cambios pequeños tienen efectos considerables, a veces peligrosos, para la salud. Algunas de sus funciones incluyen:3,4
• Mantener el equilibrio de líquidos y la circulación: el sodio ayuda a regular la cantidad de agua dentro y alrededor de las células, lo que mantiene los tejidos hidratados y el volumen sanguíneo adecuado para una circulación efectiva. Este equilibrio es esencial para estabilizar la presión arterial y para garantizar que el oxígeno y los nutrientes lleguen a todos los órganos.
• Apoya la transmisión de señales nerviosas: cada pensamiento, movimiento y sensación depende de los impulsos eléctricos que transportan las células nerviosas. Estos impulsos los provocan cambios en los niveles de sodio y potasio a través de las membranas de las células nerviosas. Sin la suficiente cantidad de sodio para generar y propagar estas señales, la comunicación entre el cerebro, la médula espinal y el resto del cuerpo se vuelve más lenta o falla.
• Permite la contracción muscular: la entrada de sodio en los músculos esqueléticos, lisos y cardíacos inicia la secuencia eléctrica que conduce a la contracción. Coordina el movimiento y la estabilidad en el músculo esquelético; ayuda a regular procesos como la digestión y el flujo sanguíneo en el músculo liso; provoca la acción de bombeo que hace circular la sangre y en el corazón.
• Facilita la absorción de nutrientes y la función renal: el sodio promueve la absorción de glucosa y aminoácidos en el intestino delgado, lo que favorece la producción de energía y la reparación de los tejidos. El sodio trabaja con otros electrolitos para regular la retención o excreción de agua en los riñones, lo que ayuda a mantener el equilibrio general de líquidos y la estabilidad ácido-base.
• Los riesgos de un nivel bajo de sodio (hiponatremia): cuando los niveles de sodio están por debajo de lo normal, los síntomas varían desde dolor de cabeza, confusión, calambres musculares y debilidad hasta convulsiones, coma y muerte en casos graves. El sistema eléctrico del corazón es demasiado sensible, e incluso cambios leves alteran el ritmo y la efectividad del bombeo.
• Por qué el sodio es un objetivo para los medicamentos: debido a que el movimiento del sodio hacia las células es tan esencial para la señalización eléctrica, es un objetivo de los bloqueadores de los canales de sodio. Estos medicamentos reducen el flujo de sodio a las células, lo que ralentiza la conducción para controlar los ritmos cardíacos anormales. Aunque su objetivo es estabilizar el ritmo, sus efectos se vuelven más pronunciados y riesgosos cuando los niveles de sodio ya son bajos.
Si desea saber por qué el efecto del sodio en su salud es más complejo de lo que sugieren los consejos convencionales, lea mi artículo llamado: "Cómo la sal podría mejorar su metabolismo y ayudarle a bajar de peso."
La hiponatremia amplifica el efecto de la flecainida en la conducción cardíaca
Algunos investigadores del Instituto de Investigación Biomédica Fralin de Virginia Tech examinaron cómo la hiponatremia interactúa con los medicamentos bloqueadores de los canales de sodio para alterar la actividad eléctrica del corazón. Los investigadores se centraron en la flecainida, que es un antiarrítmico de clase Ic que se une a los canales de sodio cardíacos y ralentiza el flujo de sodio hacia las células cardíacas, lo que reduce la velocidad de conducción del impulso eléctrico.5
• Cómo la hiponatremia cambia la conducción: la señal eléctrica del corazón comienza cuando el sodio ingresa rápido a las células cardíacas, provocado por la diferencia en la concentración de sodio dentro y fuera de la célula (el gradiente de sodio). Cuando disminuye el nivel de sodio en la sangre, este gradiente se debilita, lo que dificulta que la señal se inicie y se propague.
A veces se toleran cambios leves, pero cuando se añade el efecto bloqueador del canal de sodio de la flecainida a un gradiente debilitado, la conducción se ralentiza mucho más de lo que causaría cualquiera de los factores por separado.
• Investigación de un mecanismo efáptico: el equipo exploró si esta desaceleración amplificada involucraba un acoplamiento efáptico, el cual es un proceso en el que las células del corazón pasan señales eléctricas a través de espacios muy estrechos entre ellas. Uno de estos espacios, el perinexo, contiene una concentración elevada de canales de sodio y es sensible tanto a la función del canal como al equilibrio de iones, incluyendo el sodio, en el líquido circundante.
• Efecto de un nivel bajo de sodio en el acoplamiento efáptico: cuando el nivel de sodio es bajo en el perinexo, el campo eléctrico local que sustenta el acoplamiento efáptico se debilita. La combinación de este menor apoyo eléctrico con la pérdida de actividad del canal de sodio por la flecainida disminuye en gran medida la efectividad de la conducción, lo que ralentiza el sistema de señalización del corazón.
• La influencia de las corrientes de potasio: el estudio también descubrió que las corrientes de potasio que salen ayudan a restablecer el estado eléctrico del corazón entre latidos. Cuando se bloquearon estas corrientes, se redujo la sensibilidad del corazón al nivel bajo de sodio durante el uso de flecainida. Esto indica que el acoplamiento efáptico y los mecanismos relacionados con el potasio son factores que influyen en cómo la hiponatremia ralentiza la conducción bajo el bloqueo del canal de sodio.
• Lo que demostraron los experimentos controlados: cuando se utilizó flecainida en niveles clínicos típicos junto con hiponatremia leve, la velocidad de conducción disminuyó de forma significativa y se prolongó la duración del QRS en el electrocardiograma.
El segmento QRS mide la rapidez con la que se activan los ventrículos, por lo que una duración más larga significa que la señal eléctrica tarda más tiempo en moverse a través de ellos. Estos resultados respaldaron la teoría de que tanto la disponibilidad del canal de sodio como la cantidad de sodio en el fluido circundante determinan la efectividad con la que se trasladan los impulsos.
• Reversibilidad del deterioro de la conducción: se recuperó la velocidad de conducción y la duración del complejo QRS al restablecer los niveles de sodio al rango normal. Esto confirma que la desaceleración se debió a una pérdida temporal del equilibrio adecuado de sodio y de la función del canal, no a un daño cardíaco permanente.
• Por qué esto es importante para mantener el equilibrio de sodio: los hallazgos demuestran que las personas que toman flecainida, en especial los adultos mayores o las personas que padecen insuficiencia cardíaca, enfrentan un riesgo mayor de sufrir retrasos peligrosos en la conducción cuando sus niveles de sodio disminuyen. Los factores comunes que los provocan incluyen diuréticos, consumo excesivo de agua y enfermedades agudas. De acuerdo con Steven Poelszing, autor principal del estudio:
"Los médicos saben desde hace mucho tiempo que los bloqueadores de los canales de sodio pueden retardar la conducción cardíaca y que los niveles bajos de sodio son peligrosos. Pero lo que no estaba claro es por qué la combinación de ambos es tan perjudicial. Este estudio ayuda a explicar el mecanismo".6
Evitar que el sodio disminuya por debajo de su rango óptimo es esencial para cualquier persona que tome medicamentos bloqueadores de los canales de sodio para mantener un ritmo cardíaco estable. Sin embargo, las mismas personas a las que se les recetan estos medicamentos suelen ser las que reciben el consejo de restringir su consumo de sal.
Por qué las restricciones generalizadas de sal no funcionan para todas las personas
Cada vez hay más pruebas que cuestionan la práctica común de reducir el consumo de sal como estrategia predeterminada para el tratamiento de las enfermedades cardíacas. En el caso específico de la insuficiencia cardíaca, diversas revisiones de pautas anteriores no han descubierto una mejora consistente en los resultados y, en algunos casos, los límites estrictos parecen reducir la calidad de vida sin proporcionar beneficios mensurables.
• Las directrices de Europa abandonan la restricción generalizada de sodio: en 2024, el European Journal of Heart Failure publicó un documento de posición que señala que "algunos datos recientes cuestionan el efecto beneficioso de restringir el sodio y líquidos en la insuficiencia cardíaca (IC)".7 Esto marcó un cambio con respecto a las recomendaciones anteriores y promueve un enfoque más personalizado de la alimentación en el cuidado de la insuficiencia cardíaca.
• La evidencia anterior no ha resistido un análisis más minucioso: una revisión sistemática de JAMA Internal Medicine evaluó nueve ensayos clínicos que involucraron a personas con insuficiencia cardíaca y no descubrió pruebas consistentes de que restringir el sodio redujera las estadías en el hospital o aliviara los síntomas.
Si bien algunos estudios identificaron mejoras pequeñas en la fatiga o la dificultad para respirar, estos hallazgos fueron inconsistentes y no tuvieron efecto sobre resultados importantes como la mortalidad o las tasas de hospitalización.8
• Consumir menos de 5 gramos no tiene ninguna ventaja adicional: la investigación en progreso sobre enfermedades cardiovasculares descubrió que reducir el consumo de sodio a menos de 5 gramos al día, que es el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), no produjo una protección significativa contra las complicaciones relacionadas con la insuficiencia cardíaca. Los autores concluyeron que reducir el consumo por debajo de este umbral no ofrece ningún beneficio adicional para la mayoría de los pacientes.9,10
• Un ensayo importante no descubrió ningún beneficio en el consumo bajo de sodio: un ensayo internacional de Lancet siguió a 806 personas con insuficiencia cardíaca crónica y las asignó a un plan de alimentación bajo en sodio (menos de 1 500 mg al día) o a una guía de alimentación estándar.
Después de 12 meses, no hubo diferencias significativas entre los grupos en cuanto a la mortalidad, las visitas al hospital por problemas cardiovasculares o el uso de atención de emergencia. Cabe destacar que las muertes por todas las causas fueron un poco mayores en el grupo con una alimentación baja en sodio (6 %) en comparación con el grupo con alimentación estándar (4 %).11
Además, restringir en exceso el consumo de sodio aumenta hormonas como la renina, la aldosterona y el cortisol, que elevan la presión arterial, causan retención de líquidos y favorece la inflamación. El nivel elevado de cortisol también promueve la resistencia a la insulina, perjudica la función inmunológica y acelera la degradación de los tejidos, todo lo cual empeora la salud cardiovascular. Estos mecanismos se analizan con más detalle en "La sustancia esencial sin la que su cuerpo no puede prosperar."
El equilibrio entre sodio y potasio es más importante para la salud del corazón
Aunque el tema de la salud cardíaca suele centrarse en la reducción del sodio, lo importante es el equilibrio entre el sodio y el potasio. Estos dos electrolitos trabajan juntos para controlar la señalización eléctrica en el corazón, ya que el sodio impulsa la despolarización que inicia cada latido y el potasio restablece la línea de base eléctrica para que pueda ocurrir el siguiente latido. Si el nivel de uno de los minerales está desproporcionado con respecto al otro, esto afectará el ritmo cardíaco y la efectividad de conducción.12
• La alimentación moderna desequilibra esta proporción: lo ideal es consumir alrededor de cinco veces más potasio que sodio, pero la mayoría de las personas en Estados Unidos consumen casi el doble de sodio. Más del 70 % del sodio de la alimentación moderna proviene del cloruro de sodio refinado que se encuentra en los alimentos envasados y de los restaurantes.13
Esta sal industrial es 97.5 % cloruro de sodio y contiene alrededor de 39 % de sodio en peso. No contiene minerales naturales como potasio y magnesio, lo que lo hace menos nutritiva que las sales sin refinar. Una alimentación rica en alimentos procesados y preparados casi garantiza una mala relación sodio-potasio.
• Esta proporción invertida contribuye a numerosos problemas de salud crónicos: esto incluye presión arterial alta, cálculos renales, osteoporosis, deterioro cognitivo, cataratas, disfunción eréctil, úlceras en el estómago, artritis reumatoide e incluso ciertos tipos de cáncer.
• Corregir la proporción: la mejor forma de aumentar el consumo de potasio es con alimentos enteros, como las espinacas, las hojas de remolacha, el brócoli, la calabaza de invierno, los tomates, las zanahorias, las naranjas, el melón, el agua de coco, el yogur de animales alimentados con pastura, el kéfir y las acelgas.14,15
También sustituya la sal de mesa refinada por sales naturales como la sal rosa del Himalaya o la sal marina, ya que contienen más potasio y minerales traza que el cloruro de sodio procesado. A diferencia de la sal de mesa yodada, que es de color blanco y contiene 151.68 miligramos por kilogramo (mg/kg) de potasio, la sal rosa del Himalaya contiene 2085.71 mg/kg.16
• ¿Cuál es la cantidad suficiente? : muchas personas requieren alrededor de 3 500 miligramos (mg) de sodio al día, lo que supera por mucho el límite de 2 300 mg de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) junto con su límite "ideal" de 1 500 mg.17
Sin embargo, si su sal proviene de fuentes naturales, no procesadas y está equilibrada con un consumo elevado de potasio, este nivel apoya una fisiología saludable. En cuanto al potasio, se recomienda que los hombres consuman al menos 3 400 mg al día y las mujeres 2 600 mg; lo ideal es que consuman entre 3 500 y 5 000 mg para mejorar la salud cardiovascular.18
Puede obtener más información sobre cómo restablecer este equilibrio en mi artículo llamado: "Aumente el consumo de este nutriente para controlar mejor la presión arterial".
Preguntas frecuentes sobre el sodio y la salud cardíaca
P: ¿Tener niveles bajos de sodio puede causar problemas?
R: El sodio es esencial para varias funciones fisiológicas, entre ellas ayuda a generar y conduce las señales eléctricas que controlan los latidos del corazón. Si los niveles se reducen demasiado (hiponatremia), estas señales se vuelven más lentas o fallan. Esto causa fatiga, confusión, debilidad muscular o, en casos graves, convulsiones, coma o problemas del ritmo cardíaco.
P: ¿Cómo afecta el nivel bajo de sodio a las personas que toman bloqueadores de los canales de sodio como la flecainida?
R: Los bloqueadores de los canales de sodio ralentizan el movimiento del sodio hacia las células del corazón. Si el nivel de sodio en la sangre también es bajo, el efecto de desaceleración se vuelve mucho más fuerte, lo que retrasa de manera peligrosa la conducción eléctrica del corazón y aumenta el riesgo de arritmia.
P: ¿Cuánto sodio debería consumir cada día?
R: La mayoría de las personas requieren alrededor de 3 500 miligramos de sodio al día. Esto es más elevado que el límite de 2 300 mg de la AHA. Si su sodio proviene de fuentes naturales y no procesadas, y su consumo de potasio es elevado, esta cantidad favorece un equilibrio de líquidos saludable, la función nerviosa y el ritmo cardíaco.
P: ¿Toda la sal es igual?
R: No. La sal de mesa procesada es cloruro de sodio casi puro y no contiene minerales traza. Las sales naturales, como la sal rosa del Himalaya o la sal marina de calidad, contienen más potasio y magnesio, que favorecen el equilibrio electrolítico general.
P: ¿Qué influencia tiene el potasio en todo esto?
R: El potasio actúa en oposición al sodio, y restablece el estado eléctrico del corazón después de cada latido. También favorece la presión arterial normal y el equilibrio de líquidos. El consumo recomendado de potasio es de 3 400 mg al día para los hombres y 2 600 mg para las mujeres; a menudo se considera que entre 3 500 y 5 000 mg es ideal para la salud cardiovascular. La mejor forma de lograrlo es consumir alimentos ricos en potasio, como vegetales de hoja verde, calabaza, tomates, cítricos y yogur.
🔎Fuentes y Referencias:
- 1 Nutrients. 2022 Mar 26;14(7):1386
- 2, 5 Heart Rhythm April 26, 2025
- 3 MSD Manual, Overview of Sodium's Role in the Body
- 4 Nutrients. 2023 Jan 12;15(2):395
- 6 News Medical Life Sciences, July 15, 2025
- 7 European Journal of Heart Failure (2024) 26, 730–741
- 8 JAMA Intern Med. 2018;178(12):1693-1700
- 9 Progress in Cardiovascular Diseases January-February 2024, Volume 82, Pages 43-54
- 10 WHO, Sodium Reduction, February 7, 2025
- 11 The Lancet, Volume 399, Issue 10333, 1391–1400
- 12 AHA, Hyperkalemia (High Potassium)
- 13 FDA, Sodium Reduction in the Food Supply, November 1, 2024
- 14 Harvard T.H. Chan School of Public Health, Potassium
- 15, 18 AHA, How Potassium Can Help Control High Blood Pressure
- 16 Foods. 2020 Oct; 9(10): 1490, Table 2
- 17 AHA, How much sodium should I eat per day?
