📝HISTORIA EN BREVE

  • El cardo mariano y la cúrcuma son hierbas que apoyan el hígado y reducen la inflamación, el estrés oxidativo y el daño celular a través de propiedades antioxidantes y antiinflamatorias
  • Las catequinas del té verde podrían reducir en un 42 % los biomarcadores de inflamación hepática y en un 31 % el estrés oxidativo dentro de las 12 semanas de tomar suplementos
  • Elimine de inmediato los aceites vegetales y el alcohol, ya que crean aldehídos tóxicos que dañan las células del hígado y promueven la acumulación peligrosa de grasa
  • Consuma yemas de huevo e hígado de animales alimentados con pastura para aumentar su consumo de colina, o tome suplementos de citicolina para ayudar a exportar grasa de las células del hígado de manera efectiva
  • Haga actividad física y mantenga medidas de cintura saludables para reducir la grasa visceral que promueve la cicatrización del hígado y la enfermedad del hígado graso

🩺Por el Dr. Mercola

El hígado realiza más de 500 funciones, desde filtrar sangre y neutralizar toxinas hasta regular las hormonas y producir bilis. Si está sobrecargado de manera constante, lo que es cada vez más frecuente en un mundo saturado de toxinas ambientales, medicamentos y alimentos ultraprocesados, podría afectar su salud y sentirá los efectos en todo el cuerpo.

Por eso es importante proteger el hígado. Aunque puede curarse a sí mismo del daño,1 los ataques constantes se acumulan, y antes de que se dé cuenta, ya se habrán producido cicatrices. La buena noticia es que existen algunas alternativas para proteger la función hepática y están disponibles en forma de hierbas.

7 hierbas para ayudar a fortalecer el hígado

Adoptar un enfoque natural para promover la función hepática óptima es ideal porque no es necesario depender de medicamentos costosos. Dicho lo anterior, The Hearty Soul comparte siete hierbas que tienen antecedentes de favorecer la salud del hígado:2

1. Cardo mariano: el cardo mariano es una de las hierbas más famosas para la salud del hígado, y tiene una larga historia de uso que se remonta a más de 2 000 años. Según un artículo que se publicó en StatPearls:3

"El cardo mariano exhibe sus propiedades de protección del hígado mediante tres mecanismos principales: una sustancia antioxidante, una antiinflamatoria y una antifibrótica. Las propiedades antiinflamatorias del cardo mariano se atribuyen a su habilidad para regular las citocinas que inducen la inflamación. Se ha demostrado que el cardo mariano regula a la baja e inhibe la expresión de COX-2, que es un mediador importante de las vías inflamatorias".

2. Cúrcuma: esta especia es un ingrediente esencial para hacer curry, y contiene curcumina, que según las investigaciones posee antioxidantes y antiinflamatorios.

Aunque es fácil incorporar la cúrcuma en la mayoría de los alimentos, un consejo para mejorar su biodisponibilidad es combinarla con pimienta negra. Esta contiene un ingrediente bioactivo llamado piperina, que actúa en sinergia con la curcumina.

3. Agracejo: si bien, no es una hierba popular, The Hearty Soul señala que es una de las opciones más efectivas para favorecer el hígado. El agracejo contiene un polifenol llamado berberina, que "ayuda a proteger las células del hígado del daño oxidativo y la inflamación".4 Un metaanálisis5 en el Journal of Translational Medicine apoya esta hipótesis.

4. Raíz de diente de león: a pesar de que esta hierba está clasificada como una maleza de traspatio, también contiene antioxidantes y otros compuestos que promueven la producción de bilis. Según un estudio que se publicó en el Asian Pacific Journal of Tropical Medicine:6

“Los efectos antiinflamatorios del diente de león, los efectos prebióticos de sus oligofructanos, los efectos inhibidores de la liberación de lipopolisacáridos y del factor adiposo que induce el ayuno, las enzimas digestivas y los efectos potenciadores de la lipogénesis, reducen la acumulación de lípidos y la inflamación hepática, lo que mejora de manera directa o indirecta las funciones hepáticas”.

5. Jengibre: es una de las hierbas más diversas que se utilizan en la cocina, y también tiene cualidades terapéuticas que benefician la salud del hígado. Los investigadores realizaron un ensayo clínico aleatorizado de 12 semanas y observaron que el jengibre benefició a los pacientes diagnosticados con enfermedad del hígado graso.7

6. Té verde: las investigaciones demuestran que esta bebida es rica en catequinas que ayudan a reducir los niveles de grasa en el hígado. Los investigadores realizaron un estudio de 12 semanas y observaron que los participantes tuvieron mejores perfiles lipídicos del hígado junto con una menor grasa corporal.8

7. Panax ginsengmejor conocida como adaptógena, esta hierba también tiene propiedades hepatoprotectoras. En un metaanálisis realizado en 2023, los investigadores observaron que los compuestos bioactivos del panax ginseng redujeron las respuestas inflamatorias en los participantes, lo que redujo la producción de grasa. El panax ginseng también benefició el microbioma intestinal, lo que mejoró el metabolismo de las grasas en el hígado.9

Más evidencia científica respalda los remedios herbales

Para profundizar en la ciencia detrás de las diferentes hierbas que protegen el hígado, un metaanálisis que se publicó en Hepatology Forum analizó sus efectos clínicos sobre las enfermedades hepáticas, incluyendo la enfermedad del hígado graso, la hepatitis B y el daño hepático alcohólico.10

• La hierba destacada fue el té verde: una vez más, el té verde se destacó por su contenido de catequinas. En un ensayo clínico revisado, los pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés) que tomaron 1.080 miligramos (mg) de catequinas de té verde todos los días tuvieron una reducción del 42.1 % en la alanina aminotransferasa (ALT), que es un biomarcador bien conocido de la inflamación del hígado.

Además, los pacientes tuvieron una reducción del 31 % en el 8-isoprostano en la orina, que es un subproducto químico del estrés oxidativo que daña las células del hígado. Estos resultados no tardaron meses ni años en aparecer. Los cambios en las enzimas hepáticas y los marcadores de estrés oxidativo ocurrieron en tan solo 12 semanas.

• El cardo mariano es otro de los mejores remedios: los investigadores destacaron la silimarina, que es el extracto activo del cardo mariano. Múltiples ensayos controlados aleatorios demostraron que la silimarina mejoró las enzimas hepáticas como ALT y AST, al tiempo que redujo los niveles de malondialdehído, que es otro marcador de estrés oxidativo.

El cardo mariano ayudó a estabilizar los niveles de enzimas y redujo la tasa de daño a las células hepáticas en pacientes con enfermedad hepática alcohólica. Esto es relevante para las personas que se recuperan del consumo de alcohol o de una sobrecarga de medicamentos recetados, ya que ambos son factores estresantes para el hígado.

• La berberina controla la acumulación de grasa en el hígado: se ha demostrado que esta hierba no solo mejora las enzimas hepáticas sino que también regula el metabolismo de las grasas. La berberina ayudó a normalizar los niveles de triglicéridos y redujo la acumulación de grasa en el hígado en pacientes con síndrome metabólico o hígado graso.

La berberina también activa una enzima llamada proteína quinasa activada por monofosfato de adenosina (AMPK), que funciona como un interruptor metabólico. Cuando se activa la AMPK, las células queman grasa de manera más efectiva y reducen la acumulación de triglicéridos en el hígado. Esto ayuda a revertir la causa subyacente del hígado graso, en lugar de solo ocultar los síntomas.

• Un enfoque multifacético aumenta los beneficios: cada una de las hierbas mencionadas afecta una vía diferente, lo que significa que se complementan entre sí. Por ejemplo, el té verde elimina los radicales libres antes de que causen daño, mientras que el cardo mariano refuerza las paredes celulares del hígado y promueve la regeneración. La berberina aborda la causa subyacente del daño hepático relacionado con la grasa al equilibrar el metabolismo de la glucosa y los lípidos.

Más estrategias para proteger su hígado

Si cree que ha descuidado la salud de su hígado, todavía hay tiempo para corregirlo. Cuanto antes se realice un análisis, mayores serán las posibilidades de reparar el daño hepático que, de lo contrario, podría volverse permanente en el futuro. Los problemas hepáticos a menudo pasan desapercibidos y solo se manifiestan cuando la situación se vuelve grave. Para proteger su hígado, le recomiendo seguir estos consejos, además de incorporar las hierbas ya mencionadas:

1. Elimine los aceites vegetales y el alcohol: estas dos son las principales toxinas que dañan su hígado. Dicho lo anterior, si todavía utiliza cualquier producto etiquetado como "aceite vegetal" o consume alimentos ultraprocesados que contienen aceite de soya, de maíz o de canola, esto promueve un daño directo a su hígado.

Los aceites vegetales contienen una gran cantidad de ácido linoleico (AL), que es una grasa poliinsaturada (PUF) que interfiere con la función celular y favorece la acumulación de grasa en el tejido hepático. ¿El resultado? Inflamación crónica y un metabolismo lento. Es importante que los sustituya de inmediato por alimentos preparados con grasas saludables, como sebo de res, ghee o mantequilla de animales alimentados con pastura.

Ahora bien, incluso si lleva una alimentación saludable, tenga en cuenta que el AL es muy común en el suministro de alimentos actual. Para proteger su salud, reduzca su consumo de AL a menos de 5 gramos al día. Si puede reducirlo a menos de 2 gramos al día será aún mejor para su salud. Le recomiendo que descargue la próxima aplicación Mercola Health Coach, ya que tiene una función llamada Seed Oil Sleuth, que le ayudará a calcular el AL en sus alimentos hasta una décima de gramo.

Además, evitar las bebidas alcohólicas es de suma importancia, ya que causan daños a través de un proceso similar al del AL. Cuando el cuerpo intenta descomponer el alcohol o los aceites vegetales, termina por crear subproductos destructivos, que son el acetaldehído del alcohol y los metabolitos de ácido linoleico oxidado (OXLAMs, por sus siglas en inglés) del AL. Se trata de aldehídos, que son una clase de moléculas inestables que dañan las células, provocan inflamación e interrumpen la regeneración del hígado.

Si sus análisis de sangre presentan niveles elevados de enzimas hepáticas o tiene una cantidad notable de peso alrededor de la cintura, eliminar de inmediato el consumo de alcohol y aceites vegetales industriales le permite a su hígado recuperarse.

2. Consuma más alimentos ricos en colina: la colina dirige la grasa fuera del hígado. Sin la suficiente cantidad, la grasa no se envía a otros lugares del cuerpo que la necesitan y termina por acumularse en el hígado. Esa acumulación causa inflamación y puede provocar fibrosis o incluso cirrosis. Pero, no todas son malas noticias. Puede revertir esto con los alimentos adecuados.

Las yemas de huevo de gallinas camperas son una de las mejores fuentes de colina. El hígado de animales alimentados con pastura es otra fuente de colina, ya que proporciona una forma que el cuerpo absorbe de manera efectiva. Para contextualizar, la colina es lo que el hígado utiliza para crear fosfatidilcolina, que es un compuesto necesario para exportar grasa desde las células del hígado.

3. Tome un suplemento si no consume suficiente colina: si limita los productos animales por razones de salud, es probable que su consumo de colina sea demasiado bajo. Los vegetales crucíferos aportan un poco de colina, pero tendrá que consumir muchos de ellos para obtener lo que su hígado necesita. En estos casos, los suplementos se convierten en un complemento útil para evitar que la grasa se acumule.

Hay varios tipos de suplementos de colina disponibles, pero yo le recomiendo la citicolina. Según mi investigación, es una de las formas de colina más ignoradas, en gran medida porque los suplementos anteriores utilizan dosis que no son efectivas. Pero si se utiliza en la dosis adecuada (entre 500 mg y 2 500 mg al día), hace más que cubrir una falta de nutrientes.

La citicolina ayuda al hígado a eliminar la grasa de manera más efectiva y aumenta la producción de acetilcolina, de la que depende el cerebro para la concentración y la memoria. Si padece resistencia a la insulina, confusión mental o disfunción hepática, este apoya favorece la desintoxicación y el rendimiento del cerebro al mismo tiempo.

4. Manténgase activo para reducir su cintura: no necesita una rutina de ejercicios intensa para mejorar la salud de su hígado. Solo debe mover su cuerpo todos los días. Salga a caminar, haga algunos estiramientos o realice una rutina básica de peso corporal unas cuantas veces a la semana. Moverse ayuda a reducir la insulina, aumenta el flujo sanguíneo al hígado y apoya la salud metabólica general.

Si el tamaño de su cintura es mayor a 40 pulgadas para los hombres o 35 pulgadas para las mujeres, eso es una señal de que la grasa visceral (que es el tipo peligroso que rodea sus órganos) se acumula. Este tipo de grasa también se relaciona con la cicatrización del hígado y la progresión hacia la enfermedad del hígado graso.

Preguntas frecuentes sobre las hierbas para la salud del hígado

P: ¿Cuáles son las mejores hierbas para apoyar la salud del hígado de forma natural?

R: Se ha demostrado que diversas hierbas apoyan la función hepática a través de efectos antioxidantes, antiinflamatorios y reguladores de grasas. Las mejores opciones incluyen el cardo mariano, la cúrcuma, el agracejo, la raíz de diente de león, el jengibre, el té verde y el panax ginseng.

El cardo mariano ayuda a regenerar las células del hígado y a reducir los niveles de enzimas. Las catequinas del té verde reducen el nivel de grasa y la inflamación del hígado. El agracejo, que es rico en berberina, activa las vías de quema de grasas y reduce la grasa del hígado. El diente de león y la cúrcuma también ayudan a la producción de bilis y disminuyen el estrés oxidativo.

P: ¿Las hierbas pueden revertir el daño hepático que causa el hígado graso o el alcohol?

R: Sí, por ejemplo, las catequinas del té verde redujeron en más del 42 % la alanina aminotransferasa (una enzima hepática vinculada a la inflamación) en solo 12 semanas. Se ha demostrado que la berberina regula el metabolismo de las grasas y reduce los niveles de triglicéridos en el hígado, lo que ayuda a revertir el hígado graso. La silimarina del cardo mariano ha ayudado a estabilizar las enzimas hepáticas y a proteger contra daños mayores relacionados con el alcohol.

P: ¿Qué hábitos de estilo de vida empeoran la salud del hígado y deben evitarse de inmediato?

R: Dos de los hábitos más dañinos son consumir aceites vegetales (como el de soya, maíz y canola) y beber alcohol. Ambos producen subproductos dañinos (OXLAMs de aceites vegetales y acetaldehído del alcohol) que dañan las células del hígado, alteran las vías de desintoxicación y aceleran el envejecimiento. Estos compuestos provocan acumulación de grasa, inflamación y, con el tiempo, cicatrización.

Si el tamaño de su cintura va en aumento, sus niveles de enzimas están elevados o se siente lento, eliminar ambos de su vida es una de las formas más rápidas de permitir que su hígado se recupere.

P: ¿Por qué es importante la colina para la función hepática y dónde puedo conseguirla?

R: La colina es necesaria para que el hígado envíe grasa a las células de todo el cuerpo. Sin suficiente nivel de colina, la grasa se acumula en el hígado y puede provocar inflamación, cicatrices y enfermedad del hígado graso.

Las yemas de huevo de gallinas camperas y el hígado de res de animales alimentados con pastura son buenas fuentes naturales. Si no consume productos animales, es probable que no obtenga la suficiente cantidad de colina. En ese caso, la suplementación, en particular con citicolina, ayudará a restablecer el metabolismo de las grasas e incluso a favorecer la función cognitiva.

P: ¿Cómo afecta el ejercicio a la salud del hígado y qué tipo es mejor?

R: No necesita entrenamientos intensos; moverse a diario es suficiente para favorecer la función hepática. Caminar, hacer estiramientos ligeros o algunas rutinas de fuerza a la semana podrían reducir la insulina, mejorar la circulación hacia el hígado y reducir la grasa visceral.