📝HISTORIA EN BREVE

  • Se descubrió que los microplásticos provocan cambios similares al cáncer en las células pulmonares sanas, incluyendo mayor movilidad, daño al ADN y activación de las vías de supervivencia
  • Las partículas inhaladas eluden las defensas del cuerpo y se incrustan en los pulmones, donde alteran de forma silenciosa la función celular sin causar una inflamación evidente
  • Una revisión de 31 estudios confirmó que los microplásticos dañan los pulmones, el intestino y los órganos reproductivos incluso en niveles de exposición similares a los de la vida cotidiana
  • Los nanoplásticos más pequeños son más peligrosos porque pasan al torrente sanguíneo y llegan al hígado, al cerebro y a otros órganos donde causan daños a largo plazo
  • Las estrategias naturales como el psyllium, el quitosano, los probióticos y los nutrientes que mejoran la autofagia ayudan a atrapar y eliminar las partículas de plástico antes de que se absorban

🩺Por el Dr. Mercola

Los microplásticos ya no son sólo un problema en el océano: ahora llegan a los pulmones, donde modifican el funcionamiento de las células y alertan sobre el riesgo de cáncer.

Un estudio reciente publicado en el Journal of Hazardous Materials reveló que cuando las células pulmonares sanas absorben micro y nanoplásticos de poliestireno (el mismo tipo que se encuentra en los envases y empaques de alimentos) se adaptan de formas peligrosas.1

En lugar de morir, estas células se vuelven más móviles y activan señales de supervivencia relacionadas con la formación de tumores. En otras palabras, el plástico no mata las células pulmonares; las reconfigura para que se comporten como el cáncer. Las personas inhalan miles de estas partículas todos los días provenientes del polvo interior, neumáticos de automóviles, telas sintéticas y envases degradados.

Son tan pequeñas que pueden eludir las defensas naturales de las vías respiratorias e incrustarse en el tejido, justo donde ocurre el intercambio de gases. Una vez allí, generan estrés oxidativo, que es un proceso interno de moléculas reactivas que atacan el ADN, alteran los sistemas de reparación y el funcionamiento normal de las células. La transformación a un estado más agresivo e inestable comienza antes de lo que se pensaba: no en los tumores, sino en los tejidos de los que dependemos para respirar.

Estos cambios no provocan síntomas de inmediato. Pero si no se controlan, podrían favorecer la inflamación crónica, la enfermedad pulmonar o el cáncer más adelante en la vida. La evidencia es clara: el plástico afecta la biología de los pulmones. Analicemos cómo surgieron estos hallazgos y qué hace el plástico una vez que entra al cuerpo.

Las células pulmonares sanas absorben más plástico que las cancerosas

Para el estudio del Journal of Hazardous Materials, los investigadores analizaron los efectos de los microplásticos y nanoplásticos tanto en células pulmonares sanas como en tres tipos de células de cáncer de pulmón.2 Los investigadores querían saber si estas partículas de plástico, que se encuentran en los empaques de alimentos, el polvo doméstico y los desechos industriales, interfieren con la función celular normal o provocan cambios biológicos relacionados con las enfermedades.

• Las células sanas se vieron más afectadas que las cancerosas: los investigadores expusieron las células a varios tamaños de microplásticos y nanoplásticos en dosis bajas (similares a las que se encuentran en el mundo real). De manera sorprendente, las células epiteliales del pulmón sano fueron las que absorbieron más plástico que las líneas de células cancerosas. Estas células normales también mostraron un mayor cambio en su comportamiento, incluyendo cambios en la forma, la estructura y la migración, que son señales de alerta de una transformación maligna.

• La exposición al plástico no mató las células, las llevó al modo de supervivencia: a diferencia de muchas toxinas que matan células a través de la apoptosis, o muerte celular programada, los microplásticos no provocaron una muerte celular generalizada. En cambio, activaron sistemas internos de respuesta al daño, incluyendo señales de reparación del ADN y defensa antioxidante. Esto es preocupante porque significa que las células se adaptaron para sobrevivir en un ambiente tóxico, que es el primer paso de la reacción en cadena que conduce al cáncer.

• El daño al ADN y el estrés oxidativo fueron hallazgos clave: las células pulmonares mostraron marcadores elevados de estrés oxidativo y roturas significativas de la cadena de ADN después de la exposición a microplásticos y nanoplásticos. Si no se repara de forma adecuada, este daño interno conduce a la inestabilidad genética, que es un precursor conocido del desarrollo del cáncer. El estudio también confirmó que el estrés oxidativo dependía del tamaño, y que las nanopartículas pequeñas causaban más daño que las grandes.

La exposición al plástico hizo que las células sanas fueran más móviles: que es un comportamiento similar al cáncer

Uno de los hallazgos más preocupantes fue que las células pulmonares aumentaron su tasa de migración después de la exposición al plástico. En la biología del cáncer, el aumento de la movilidad es un marcador de células tumorales agresivas, que invaden los tejidos circundantes y se propagan por todo el cuerpo. El hecho de que las células no cancerosas hayan comenzado a comportarse de esta manera destaca el riesgo oculto de la exposición a los microplásticos.3

• Las partículas de plástico alteraron la membrana celular y el citoesqueleto: los investigadores utilizaron herramientas de imágenes para demostrar que tanto los nanoplásticos y microplásticos ingresaron a las células y alteraron la estructura interna. El citoesqueleto de actina, una red que ayuda a las células a mantener su forma y movimiento, se reorganizó de forma significativa en las células expuestas. Esta reestructuración interna hizo que las células fueran más frágiles e inestables.

• Se activaron varias vías de supervivencia en las células pulmonares: la exposición a microplásticos y nanoplásticos estimuló vías de señalización que promueven la supervivencia celular y la resistencia al estrés. Estas mismas vías suelen volverse hiperactivas en las células tumorales, y su activación en las células pulmonares sanas sugiere que el plástico no es sólo un contaminante pasivo sino un disruptor activo de la biología celular.

• Los cambios inducidos por el plástico se generaron sin inflamación visible: uno de los hallazgos más preocupantes fue que estos cambios dañinos ocurrieron sin signos clásicos de inflamación o respuesta inmunitaria. Eso significa que no sentiría nada ni vería ningún síntoma, pero los efectos a largo plazo en las células podrían ser graves. Este efecto silencioso destaca por qué no se debe descartar la exposición diaria a los microplásticos.

• Las células expuestas al plástico perdieron su habilidad de funcionar de forma normal: en general, el estudio demostró que las partículas de plástico interfieren con casi todos los aspectos del comportamiento de las células pulmonares sanas: desde la integridad del ADN hasta la forma y movilidad de la célula y la respuesta al estrés. Si bien la investigación no siguió estos cambios hasta la formación completa del tumor, los autores mencionaron que son el tipo de cambios que conducen a la enfermedad a largo plazo.

Los microplásticos dañan los pulmones, el intestino y el sistema reproductivo, incluso en niveles de exposición diarios

Una revisión de 2024 en Environmental Science & Technology analizó 28 estudios en animales y tres estudios en humanos para entender qué sucede cuando los microplásticos ingresan al cuerpo, ya sea que los inhalemos o ingiriéramos. 4 El daño no se limitó a una sola zona. Se presentó en los pulmones, el tracto digestivo e incluso en los órganos reproductivos.

• El plástico provocó inflamación, daño al ADN y alteraciones hormonales: inhalar partículas de plástico provocó inflamación en los pulmones, cicatrización de las vías respiratorias y cambios en la forma en que respondían las células inmunes.

Los plásticos ingeridos dañaron el revestimiento intestinal, alteraron el microbioma intestinal y provocaron una inflamación crónica. Algunos estudios han encontrado daños en los espermatozoides, niveles más bajos de testosterona, cambios en la estructura de los ovarios y menor fertilidad en animales. Estos efectos no se limitaron a dosis altas: ocurrieron en niveles similares a los que nos exponemos todos los días.

• El estrés oxidativo fue el mecanismo principal detrás del daño: la causa principal del daño fue el estrés oxidativo, que es una especie de proceso interno de “oxidación” en el que el cuerpo lucha por mantener los radicales libres dañinos bajo control. Este estrés interfiere con la reparación del ADN, debilita las membranas celulares y confunde el sistema inmunológico. Una vez que comienza, es más difícil para el cuerpo recuperarse del daño.

• Las partículas más pequeñas llegan más adentro y permanecen más tiempo: los nanoplásticos, que son las partículas diminutas, fueron las más peligrosas. Podrían pasar a través de los pulmones o el revestimiento intestinal, ingresar al torrente sanguíneo y llegar a lugares como el hígado, los riñones o incluso el cerebro. Estas partículas no solo ingresaron, sino que permanecieron allí y alteraron el funcionamiento de esos órganos.

• El plástico no sólo es un problema ambiental: es una amenaza para la salud general: lo que respira, come y bebe todos los días podría estar remodelando su biología interna. Si bien se necesitan más estudios en humanos, el hecho de que docenas de estudios en animales hayan encontrado daños en diversos órganos (a niveles de exposición realistas) deja una cosa clara: el contacto diario con microplásticos no es inofensivo.

La búsqueda de estrategias naturales para eliminar los microplásticos

En la actualidad, se están realizando estudios con el fin de encontrar estrategias para ayudar al cuerpo humano a filtrar, atrapar y eliminar los microplásticos antes de que puedan propagarse a otros sistemas. Estos métodos ofrecen un enfoque multifuncional para ayudar a reducir la carga plástica interna y reforzar todos los aspectos de la salud. Hace poco, escribí un artículo en el que analizo a detalle estos métodos y, si bien aún se encuentra en revisión por pares, aquí puede encontrar algunos de los puntos clave:

• El psyllium reticulado podría ayudar a eliminar los microplásticos: el intestino es un sistema clave para eliminar los microplásticos del cuerpo. En 2024, un estudio demostró que el psyllium reticulado con acrilamida (PLP-AM) eliminó del agua más del 92 % de los tipos de plástico comunes, que incluyeron el poliestireno, el cloruro de polivinilo (PVC) y el tereftalato de polietileno (PET).

Su textura pegajosa y gelatinosa, así como su capacidad de absorción, hacen al psyllium reticulado una gran opción para utilizar dentro del intestino, donde podría atrapar partículas de plástico antes de que se propaguen por todo el cuerpo. Si bien el estudio se realizó en un entorno de tratamiento de agua, los resultados son prometedores para la salud humana.5

• El quitosano, una fibra natural que se deriva de los mariscos, también muestra potencial para eliminar los microplásticos del cuerpo: un estudio reciente en animales que se publicó en Scientific Reports descubrió que las ratas que recibieron microplásticos de polietileno y luego, una alimentación enriquecida con quitosano, pudieron eliminar alrededor del 115 % de los microplásticos, a diferencia del grupo de control que solo eliminó el 84 %.

Esto sugiere que el quitosano no solo ayuda a unir y eliminar las partículas nuevas de plástico, sino que incluso podría ayudar a extraer algunas que ya se absorbieron. Y, aunque suele considerarse seguro y ya se utiliza en algunos suplementos, si tiene alergia a los mariscos, lo mejor es evitarlo.6

El psyllium y el quitosano funcionan a través de la adsorción física, donde fuerzas hidrofóbicas (repelen el agua) y electrostáticas adhieren partículas microplásticas a la fibra, lo que evita que se absorban. Pero, un inconveniente de estos aglutinantes es que, cuando no se utilizan con cuidado, también pueden absorber nutrientes. Por lo tanto, es importante utilizarlos de forma correcta para beneficiarse de ellos, como por ejemplo consumirlos junto con los alimentos procesados o empaquetados, que son fuentes probables de plásticos.

• Ciertas cepas de bacterias beneficiosas pueden ayudar a eliminar los microplásticos del intestino: en 2025, un estudio en animales descubrió que dos cepas específicas, Lacticaseibacillus paracasei DT66 y Lactiplantibacillus plantarum DT88, pudieron unirse y eliminar pequeñas partículas de poliestireno en pruebas de laboratorio.

Estos probióticos forman biopelículas de protección que atrapan las partículas de plástico, lo que hace que sean más fáciles de eliminar.7 Cuando se combinan con fibras alimentarias como el psyllium y el quitosano, podrían maximizar su efecto para eliminar los microplásticos del intestino antes de que se absorban.

• El hígado también es fundamental para eliminar los microplásticos del torrente sanguíneo: las células inmunológicas especializadas en el hígado, que se conocen como células de Kupffer, ayudan a atrapar estas partículas extrañas y las transportan a la bilis para eliminarlas a través de los intestinos. Pero, aunque este método podría funcionar con plásticos más pequeños, los más grandes pueden permanecer y acumularse, sobre todo en personas que no tienen una buena salud hepática.

Para reforzar esta vía de desintoxicación natural, los investigadores analizan el uso de compuestos como el ácido ursodesoxicólico (UDCA) y su variante, el ácido tauroursodesoxicólico (TUDCA), que estimulan la producción de bilis y mejoran el flujo de partículas fuera del hígado.

• Los investigadores también analizan la autofagia como una estrategia para eliminar los microplásticos: la autofagia es el sistema de reciclaje celular natural del cuerpo. Los investigadores están buscando compuestos que puedan ayudar a estimular este sistema, en especial la rapamicina y la espermidina.

La rapamicina inhibe la vía mTOR, que es un mecanismo que detecta los nutrientes y que desactiva la autofagia. Cuando el mTOR no está activo, las células intensifican sus esfuerzos de limpieza y forman membranas que pueden recolectar y aislar partículas de plástico para descomponerlas o eliminarlas. Mientras que la espermidina es una poliamina natural que se encuentra en los alimentos que mejora la resiliencia celular y ayuda a eliminar sustancias tóxicas.

En estudios de laboratorio y con animales, combinar espermidina y rapamicina ayudó a revertir la disfunción mitocondrial y redujo el estrés oxidativo que causan los microplásticos.

La siguiente tabla resume estas estrategias nuevas para eliminar los microplásticos, incluyendo sus mecanismos de acción, la cantidad de pruebas que se han realizado y consideraciones de seguridad importantes. Esto demuestra que, si bien podrían ser necesarios varios enfoques diferentes, es posible eliminar los plásticos del cuerpo de forma natural. Por supuesto, reducir la exposición es la medida preliminar ideal.

Estrategias para reducir la exposición a los microplásticos que dañan los pulmones

Si respira, está expuesto. Los microplásticos se encuentran en el aire que respira: desde alfombras y ropa sintéticas hasta polvo de empaques y escapes de automóviles. No necesita tener miedo, necesita actuar. Estas partículas no sólo pasan a través de los pulmones,

sino que se incrustan, alteran el modo en que se comportan las células y provocan daños a nivel celular. Esto significa que hay que tratarlas como cualquier otra toxina ambiental: identificar la fuente y eliminarla. Aquí algunas estrategias para recuperar el control y proteger sus pulmones:

1. Deshágase de los textiles sintéticos y utilice fibras naturales siempre que sea posible: si usa poliéster o seca telas sintéticas en interiores, es probable que esté inhalando fibras que no puede ver. Cambie a ropa natural como algodón, lana, lino o cáñamo. Utilice una secadora ventilada y mantenga el espacio de lavado bien ventilado para reducir las fibras en el aire.

Si tiene hijos, priorice las fibras naturales orgánicas para los niños, ya que son más vulnerables al daño por inhalación. Para las prendas sintéticas que ya tiene, lávelas con menos frecuencia, séquelas al aire cuando sea posible y utilice una bolsa de lavandería con microfibra para atrapar las fibras que se desprenden.

2. Adquiera un filtro de aire y de agua: sus pulmones trabajan horas extra en espacios cerrados. Utilice un filtro de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA) en las habitaciones donde pasa la mayor parte del tiempo, en especial en los dormitorios y espacios de trabajo. Si vive en un departamento o cerca de una calle muy transitada, trate de invertir en un buen purificador de aire.

Asegúrese de que esté clasificado para partículas de tamaño microscópico (PM2.5 o más pequeñas) para atrapar el polvo plástico en el aire. Además, utilice un sistema de filtración de agua de buena calidad que elimine partículas hasta el nivel de micrones.

3. Evite calentar recipientes de plástico o envases de alimentos: calentar plástico en el microondas, beber líquidos calientes en vasos de plástico o usar recipientes de plástico para las sobras puede liberar partículas de poliestireno y nanoplásticos. En su lugar, utilice recipientes de vidrio o acero inoxidable. Si va a recalentar alimentos, sáquelos de los contendores de plástico: este pequeño cambio reduce en gran medida su carga de microplásticos.

4. Aspire con un sistema sellado y limpie el polvo con un paño húmedo: el polvo es una de las mayores fuentes de microplásticos en interiores, y su aspiradora es importante. Utilice una aspiradora sellada con filtro HEPA y limpie los pisos de forma regular, en especial si tiene alfombras o mascotas. Quitar el polvo en seco solo empuja las partículas al aire, así que use un paño húmedo para atrapar y eliminar el polvo.

5. Evite los productos de cuidado personal que contengan microperlas o espesantes plásticos: si usa exfoliantes, pasta de dientes o jabones faciales que contienen polietileno o polipropileno, está aplicando plástico sobre su piel y tal vez liberándolo al aire. Elija productos sin microplásticos.

No sólo ayudará a su cuerpo, también ayudará a reducir la contaminación en el medio ambiente. Las acciones pequeñas, cuando se realizan de manera constante, tienen un efecto significativo. Cuanto menos plástico inhale, menor será su riesgo de sufrir estrés celular, disfunción inmunológica y daño pulmonar a largo plazo.

Preguntas frecuentes sobre los microplásticos

P: ¿Cómo afectan los microplásticos a mis pulmones?

R: Los microplásticos no solo permanecen en las vías respiratorias: son absorbidos por las células pulmonares y provocan cambios relacionados con el cáncer. Generan estrés oxidativo, daño al ADN y hacen que las células sanas se comporten como células tumorales al activar vías de supervivencia y aumentar la movilidad, incluso sin inflamación evidente.

P: ¿De dónde provienen los microplásticos y cómo los inhalo?

R: Los inhala a través del polvo interior, la ropa sintética, las alfombras, los neumáticos de los automóviles e incluso los materiales de los empaques. Estas partículas son tan pequeñas que pueden eludir las defensas naturales de los pulmones e incrustarse en el tejido, justo donde ocurre el intercambio de gases.

P: ¿Qué otras partes de mi cuerpo dañan los microplásticos?

R: Además de los pulmones, los microplásticos dañan el sistema digestivo y los órganos reproductivos. Los estudios demuestran que alteran el revestimiento y el microbioma intestinal, e interfieren con las hormonas, la fertilidad y la señalización inmunológica. Los nanoplásticos incluso llegan al cerebro y al hígado a través del torrente sanguíneo.

P: ¿Puedo eliminar los microplásticos de mi cuerpo de forma natural?

R: Las investigaciones recientes sugieren que los aglutinantes naturales como el psyllium reticulado, el quitosano y probióticos específicos ayudan a atrapar y eliminar los microplásticos en el intestino. También se están analizando otras estrategias como apoyar la desintoxicación del hígado y estimular la autofagia con compuestos como la espermidina y la rapamicina.

P: ¿Cuáles son las mejores maneras de reducir mi exposición a los microplásticos?

R: Cambie a telas naturales, use filtros de aire HEPA, evite calentar alimentos en plástico, aspire con sistemas sellados y elija productos de cuidado personal sin microperlas. Incluso los cambios pequeños reducen de forma significativa su exposición al plástico y protegen su salud a largo plazo.