📝HISTORIA EN BREVE
- El simple hecho de exponerse a la publicidad de marcas de comida chatarra, incluyendo anuncios que no mostraban ningún alimento, provocó que los niños comieran un promedio de 130 calorías más ese mismo día
- Los logotipos, los jingles y las combinaciones de colores provocan antojos subconscientes porque tienen la capacidad de captar las señales naturales de hambre de los niños, incluso cuando no ven el alimento real o no se menciona en el anuncio
- Un estudio del Reino Unido descubrió que los anuncios de marca o branding tuvieron el mismo efecto que los anuncios que muestran los alimentos con respecto a un mayor consumo de calorías, ya sea que los pasen por televisión, vallas publicitarias, podcasts o redes sociales
- Los niños que ya tenían sobrepeso fueron los más afectados por la publicidad, ya que consumieron incluso más calorías, lo que demuestra que estos anuncios no solo influyen en un comportamiento nuevo, sino que empeoran los problemas de peso existentes
- Aunque el Reino Unido planea restringir los anuncios de comida chatarra antes de las 9 p.m., no se hará nada con respecto a los anuncios públicos como carteles y vallas publicitarias, lo que deja a los niños vulnerables a los factores desencadenantes que utilizan las marcas para incrementar el consumo de sus productos
🩺Por el Dr. Mercola
Los colores brillantes, las fuentes llamativas, las mascotas adorables y los jingles pegajosos son las tácticas de mercadotecnia favoritas de los fabricantes de comida chatarra por una buena razón: están diseñados para captar la atención de audiencias jóvenes.
Los fabricantes de alimentos y bebidas gastan miles de millones de dólares al año en campañas de mercadotecnia dirigidas a niños.1 Además, hace todo lo que está en sus manos para ocultar el hecho de que estos alimentos no solo carecen de nutrientes, sino que también están llenos de calorías vacías y aditivos dañinos que dañan la salud.
Pero, eso no es lo peor, estos fabricantes ya no necesitan mostrar sus productos en sus anuncios: los logotipos, los colores y la marca son suficientes para hacer captar la atención de los niños y hacer que los consuman en exceso.
Las innovadoras estrategias de mercadotecnia y su impacto en la salud infantil
Un ensayo controlado aleatorio que se presentó en el European Congress on Obesity tuvo como objetivo determinar el impacto de los anuncios de comida chatarra en los hábitos alimentarios de los niños incluso cuando no se muestra ningún alimento real. Los investigadores analizaron si cinco minutos de exposición a distintos tipos de mercadotecnia de comida chatarra, desde logotipos de marcas hasta anuncios completos de productos, influye en la cantidad de calorías que consumen los niños en un día.2
• Los participantes del estudio fueron jóvenes en edad escolar: el ensayo involucró a 240 niños de entre 7 y 15 años de escuelas en Merseyside, Reino Unido. Además, se diseñó con el objetivo de determinar el impacto de la publicidad de alimentos en los hábitos alimentarios reales.
• Compararon la publicidad de alimentos con otro tipo de publicidad: la investigación se centró en la publicidad de alimentos con alto contenido de grasas, azúcar y sal (HFSS) y la comparó con publicidad no alimentaria, pero se controló el tipo de medios de publicidad, que fueron desde vallas y podcasts hasta redes sociales y televisión tradicional.
• El experimento se realizó de la siguiente forma: cada participante se expuso a cinco minutos de anuncios de alimentos HFSS y luego, en una ocasión diferente, a cinco minutos de anuncios no alimentarios. Después recibieron diferentes tipos de bocadillos, como uvas o chocolate, así como un almuerzo que incluyó productos salados, dulces y saludables. En ambas sesiones, el equipo midió la cantidad de comida que consumió cada niño.
Los resultados fueron sorprendentes. Los días que se expusieron a los anuncios de comida chatarra, los niños consumieron 130.9 calorías más en total, lo que equivale a dos rebanadas de pan. En concreto, eso incluyó 58.4 calorías más de los bocadillos y 72.5 calorías más del almuerzo.
• No fue necesario mostrar el producto real para producir este efecto: de hecho, la investigación demostró que la publicidad que solo mostraba la marca era tan efectiva como mostrar el producto real, sin una diferencia notable en cuánto al incremento en la cantidad de calorías.
• El efecto fue el mismo en todos los medios de publicidad: sin importar si el anuncio se transmitía a través de un video animado, una valla publicitaria, un audio corto o una publicación en las redes sociales, el resultado fue el mismo: los niños comieron más. No importó el tipo de medio de comunicación: la marca en sí fue suficiente para producir este efecto. Esto se debe a que el cerebro relaciona ciertos colores, logotipos y jingles con la comida y responde en consecuencia.
"Nuestros hallazgos proporcionan información novedosa y crucial sobre el alcance, la naturaleza y el impacto de la publicidad de alimentos poco saludables a través de diferentes tipos de medios de comunicación en los hábitos alimentarios de los jóvenes", dijo Emma Boyland, profesora de la Universidad de Liverpool y autora principal del estudio.
“Incluso una exposición breve a la publicidad de alimentos con alto contenido en grasas, sal y azúcar puede provocar que se consuman en exceso y por consiguiente, problemas de peso, sobre todo en personas jóvenes, que son más vulnerables a este tipo de publicidad y que aún están en desarrollo de los patrones de alimentación que determinarán su salud a lo largo de la vida”.
El estado de salud actual de su hijo también influye en su riesgo de comer en exceso
Antes de realizar el estudio, los investigadores recopilaron otros datos, como la altura y el peso de los niños, para calcular su índice de masa corporal (IMC), así como su nivel socioeconómico.3
• El estudio descubrió un patrón de dosis-respuesta según el peso: los investigadores descubrieron que por cada incremento de unidad estándar en el puntaje z del IMC (una métrica que ajusta el IMC según la edad y el sexo), los niños consumían 17 kilocalorías más. En pocas palabras, mientras más sobrepeso tenía un niño, más calorías consumía después de ver estos anuncios.
• La publicidad de la comida chatarra influye mucho en la carga de la obesidad infantil: esta investigación demuestra que los niños que ya tienen un mayor riesgo de obesidad son los más susceptibles a las señales de la publicidad de los alimentos. Esto significa que si su hijo ya tiene problemas de peso, este tipo de exposición no solo empeora el problema, sino que lo multiplica.
En un artículo que se publicó en The Guardian, Katharine Jenner, directora de la Obesity Health Alliance, dijo que estos hallazgos deben enviar "un mensaje claro a las autoridades: la publicidad de los alimentos está detrás del consumo excesivo de calorías en los niños".4
• El Reino Unido planea prohibir los anuncios de comida chatarra antes de las 9 p.m. y en línea: esta investigación es muy oportuna, ya que el Reino Unido está por prohibir que los anuncios de comida chatarra se transmitan antes de las 9 p.m. y en línea (a toda hora). Este nuevo mandato, que se implementará a partir de octubre de 2025, forma parte de los esfuerzos del gobierno para mejorar la salud pública y abordar los crecientes niveles de obesidad infantil que experimenta este país.5
• Aún existen lagunas legales: Katharine Jenner afirma que, si bien esta decisión de prohibir los anuncios es un paso en la dirección correcta, no es la solución, ya que aún existen algunas lagunas legales. En particular, los niños seguirán expuestos a otras formas de medios de comunicación, como vallas publicitarias o carteles en las paradas de autobús y, como demostró esta investigación, incluso estas formas sutiles de publicidad son suficientes para producir este efecto.
Esto evidencia el problema central: incluso estas políticas bien intencionadas están muy por detrás de lo que la ciencia ya sabe. Y los niños son los más perjudicados. "Si el gobierno en realidad quisiera prohibir la publicidad de comida chatarra que se dirige a los niños, debería acabar con estas lagunas legales que permiten que las compañías se salgan con la suya", dijo Katherine Jenner.6
La obesidad infantil es un problema grave de salud pública
Esta investigación solo es un ejemplo de cómo algo tan sutil como un logotipo puede hacer que su hijo tome decisiones alimentarias poco saludables, lo que incrementa su riesgo de obesidad y otras enfermedades crónicas. La Dra. Helen Stewart, responsable de mejora de la salud de Royal College of Paediatrics and Child Health, habló sobre los resultados de este estudio:
“Tenemos tasas elevadas de obesidad infantil y los niños de las zonas más desfavorecidas son los más afectados. Los pediatras reconocen que sin regulaciones en la industria alimentaria es imposible abordar esta crisis”.7
Hay millones de niños en todo el mundo luchando contra la obesidad, por lo que, si quiere evitar que su hijo se vuelva parte de esta terrible estadística, es fundamental estar alerta ante estos desencadenantes ocultos que lo rodean.
• En la actualidad, más de 340 millones de niños y adolescentes en todo el mundo tienen obesidad: en los Estados Unidos, uno de cada cinco niños y adolescentes tiene obesidad. Para darle una mejor perspectiva, la prevalencia de la obesidad entre los 2 y los 19 años es del 19.7 %; esto se traduce a 14.7 millones de niños con obesidad.8
• Si cree que esto termina una vez que llegan a la edad adulta, se equivoca: la obesidad temprana es un fuerte predictor de obesidad en la adultez. De hecho, el 90 % de los niños que tienen obesidad a los 3 años se mantienen con este problema hasta la adolescencia.9
• Los niños con obesidad también tienen mayor riesgo de problemas de salud graves: la obesidad infantil se relaciona con otros problemas de salud graves como la diabetes tipo 2, la enfermedad hepática, la hipertensión,10 los problemas respiratorios, los trastornos del sueño,11 y la pubertad precoz,12 por mencionar algunos. La prevalencia de estos problemas de salud también tiene un impacto en los costos de atención médica.
• También se relaciona con problemas de salud mental: la obesidad afecta la salud emocional y la confianza de un niño. Los niños con obesidad son más propensos a sufrir ansiedad, depresión, problemas de autoestima y habilidades sociales.13 Muchos niños con sobrepeso también sufren acoso.
• La obesidad infantil también incrementa el riesgo de muerte prematura a partir de la mediana edad: en 2020, un estudio que se publicó en PLOS Medicine analizó datos de 41 359 personas y descubrió que las personas que tuvieron obesidad en la infancia tienen un mayor riesgo de mortalidad en la edad adulta temprana.14
Los peligros de los alimentos chatarra ultraprocesados
Además de sus anuncios llamativos y brillantes, los fabricantes de comida chatarra también utilizan sabores, texturas y aromas que están diseñados para hacer que sus productos sean lo más atractivos y apetitosos posible, aunque en realidad sean muy poco nutritivos.
• Más de la mitad de los alimentos que comen las personas hoy en día son ultraprocesados: al menos el 61 % de la alimentación promedio en los Estados Unidos se compone de estos alimentos chatarra.15 Pero, los expertos creen que en los niños, esta cifra podría ser aún mayor.
• Los alimentos ultraprocesados están cargados de sustancias químicas sintéticas: utilizan endulzantes artificiales, colorantes, emulsionantes y conservadores para prolongar su vida útil y hacerlos más "atractivos", algo muy diferente a lo que sucede con los alimentos enteros que tienen un sabor y una consistencia natural que satisface el hambre y proporciona los nutrientes que el cuerpo necesita.
• Los alimentos ultraprocesados se relacionan con una serie de problemas de salud, que incluyen la muerte prematura: los estudios relacionan estos alimentos con un mayor riesgo de enfermedad hepática,16 enfermedad cardiovascular y problemas de salud mental,17 por mencionar algunos. Un estudio reciente que se publicó en el BMJ también afirma que las diferentes variedades de alimentos ultraprocesados afectan el riesgo de muerte por todas las causas a lo largo del tiempo.18
• El ácido linoleico (AL), que se esconde en los aceites de semillas, es el ingrediente más dañino de los alimentos ultraprocesados: casi todas las comidas chatarra contienen aceites vegetales (semillas), que contienen niveles elevados de ácido linoleico, que es un tipo de grasa poliinsaturada (PUF). En exceso, el AL actúa como un veneno metabólico, ya que es muy susceptible a la oxidación y produce estrés oxidativo y reductivo que deteriora la función de las mitocondrias.19
Para más información sobre el impacto del AL en su salud, le recomiendo que lea mi artículo que se publicó en Nutrients20 o consulte el artículo: “Esta grasa actúa como un veneno metabólico y destruye su salud”
Los hábitos alimentarios saludables son la mejor forma de evitar este problema
Si está tratando de proteger a su hijo de los peligros de los alimentos chatarra ultraprocesados, primero debe comprender qué hay detrás de su antojo por estos productos dañinos. Los anuncios de comida chatarra están diseñados para capturar las señales naturales de apetito de su hijo y las remplazan con antojos que lo hacen comer más sin darse cuenta. Ahora ya sabe que existe este desencadenante invisible.
El siguiente paso es que comience a revertir sus efectos y la mejor forma de hacerlo es ayudar a su hijo a desarrollar hábitos alimentarios saludables. Aquí algunas estrategias para lograrlo:
1. Limpie la alimentación de su hijo: elimine todos los alimentos procesados, aceites vegetales y cualquier cosa que contenga grandes cantidades de carbohidratos refinados y azúcar procesada. En lugar de pedir comida para llevar o comer en restaurantes, prepare comida casera. Utilice mantequilla, ghee o sebo de animales alimentados con pastura en lugar de aceites vegetales.
Evite las salsas de supermercado y los bocadillos empaquetados que están llenos de sustancias químicas. Si no sabe qué es seguro, siga esta regla: si viene en un empaque con publicidad en la parte delantera, no lo compre.
2. Si su hijo tiene la edad suficiente, involúcrelo al momento de cocinar: esto ayudará a despertar su interés por la alimentación saludable. También lo ayudará a ver y comprender mejor por qué los alimentos enteros y saludables son mejores que la comida chatarra.
3. Limite su exposición diaria a las pantallas, sobre todo a la hora de comer: si su hijo ve videos, navega por las redes sociales o escucha podcasts, es probable que se exponga a anuncios de marcas de comida chatarra, ya sea que lo note o no.
Reducir el tiempo que pasan frente a una pantalla, en especial antes de comer, ayudará a romper la relación entre mirar y comer. Reemplace esos momentos con algo activo o práctico. Ese cambio rompe el ciclo de condicionamiento que les dice: “si ves un logotipo, come”.
4. Saque los productos de su empaque: mantenga su cocina libre de empaques que muestren marcas. Esto reduce los estímulos subliminales que hacen que su hijo coma más.
5. Comience a hablar con su hijo sobre el efecto de los anuncios publicitarios: los niños son inteligentes e intuitivos, y si les da las herramientas, entenderán que la publicidad solo es una táctica de manipulación. Ayúdelos a desarrollar la claridad mental que necesitan para detectar la manipulación e ignorar la señal.
6. Cree una zona de alimentos saludables visible y atractiva: en lugar de frituras, galletas y dulces, prepare bocadillos a base de frutas frescas, vegetales o alto contenido de proteínas como huevos duros o cubitos de queso. Cuando aparezca un anuncio, tendrá a la mano bocadillos saludables para comer.
7. Sea proactivo durante los períodos de exposición de alto riesgo: si su hijo hará un viaje largo en automóvil en el que se expondrá a vallas publicitarias o verá YouTube, prepare sus refrigerios saludables con anticipación. Ayúdelo a llevar una alimentación saludable a base de carbohidratos, proteínas y grasas que lo ayuden a sentirse satisfecho. Esto reduce la probabilidad de que las señales de la marca los impulsen a comer de más. Mientras más satisfecho esté, más resistirá las tentaciones.
Preguntas frecuentes sobre las estrategias de marketing de la comida chatarra
P: ¿En qué medida influyen los anuncios de comida chatarra en los hábitos alimentarios de los niños?
R: Tan solo cinco minutos de exposición a marcas de comida chatarra, ya sea que incluyan la imagen del producto o no, harán que un niño coma un promedio de 130 calorías más al día. Esto incluye bocadillos que se consumen de inmediato y porciones aún más grandes a la hora de la comida.
P: ¿Es necesario que los anuncios muestren comida real para hacer que se coma en exceso?
R: No, las investigaciones demuestran que los anuncios que solo muestran marcas, logotipos, mascotas o colores son tan efectivos como los anuncios que muestran el producto real. Estas señales visuales y auditivas desencadenan una necesidad inconsciente de comer, incluso cuando no hay imagen de ningún alimento.
P: ¿Qué tipos de medios de comunicación causan este efecto en los niños?
R: Todos los tipos de medios que se evaluaron en el estudio (anuncios de televisión, publicaciones en redes sociales, audio de podcast y vallas publicitarias) tuvieron el mismo efecto. El formato no importó: la marca por sí sola provocó que los niños comieran más.
P: ¿Es verdad que algunos niños son más susceptibles a los anuncios de comida chatarra que otros?
R: Sí, se descubrió que los niños con mayores índices de masa corporal (aquellos que ya tienen sobrepeso) consumían aún más calorías después de ver anuncios de comida chatarra. Esto demuestra que los niños que ya están en riesgo son más vulnerables a los efectos de la mercadotecnia.
P: ¿Son suficientes las regulaciones actuales para proteger a los niños de la publicidad de comida chatarra?
R: No, si bien las próximas leyes en el Reino Unido prohibirán los anuncios de comida chatarra en televisión antes de las 9 p.m. y en línea, aún se permite la publicidad de marcas en espacios públicos como paradas de autobús y vallas publicitarias, que causan el mismo efecto.
🔎Fuentes y Referencias:
- 1 CSPI, Food marketing to kids (Archived)
- 2, 3 News-Medical.net, May 11, 2025
- 4, 6, 7 The Guardian, May 11, 2025
- 5 BBC, September 13, 2024
- 8 CDC, Childhood Obesity Facts
- 9 Pediatrics (2024) 153 (1): e2023063799
- 10 The Lancet, March 08, 2025, Volume 405, Issue 10481, P785-812
- 11 Children (Basel). 2021 Feb 25;8(3):177
- 12 Front Endocrinol (Lausanne). 2022 Nov 18;13:1056871
- 13 Adolesc Health Med Ther. 2016 Nov 14;7:125-146
- 14 PLoS Med. 2020 Mar 18;17(3):e1003078
- 15 Front Nutr. 2019 May 28;6:70
- 16 Nutrients 2024, 16(20), 3524, Discussion
- 17 BMJ 2024;384:e077310
- 18 BMJ 2024;385:e078476
- 19 Advances in Redox Research, Volume 15, June 2025, 100128
- 20 Nutrients 2023, 15(14), 3129