📝HISTORIA EN BREVE

  • La apnea del sueño, en especial durante el sueño REM (sueño con movimientos oculares rápidos), provoca que la respiración se detenga y reinicie varias veces, lo que daña los vasos cerebrales e incrementa el riesgo de demencia, incluso antes de que aparezcan los síntomas cognitivos
  • Una nueva investigación relaciona la pérdida de oxígeno específica del sueño REM con lesiones en la sustancia blanca y adelgazamiento de la corteza entorrinal, que son dos marcadores clave de la neurodegeneración temprana en el envejecimiento y la enfermedad de Alzheimer
  • Las puntuaciones de apnea estándar, como el índice de apnea-hipopnea (IAH), no suelen considerar estos riesgos porque no miden la profundidad del oxígeno, ni identifican cuándo se produce el daño durante el sueño
  • Los estudios a largo plazo confirman que incluso la apnea leve sin tratar acelera el envejecimiento cerebral e incrementa bastante el riesgo de demencia, más en mujeres que en hombres
  • Existen estrategias que involucran respiradores, dispositivos orales y cambios en el estilo de vida que reducen la gravedad de la apnea y ayudan a proteger la salud del cerebro, ya que garantizan que haya un suministro adecuado de oxígeno durante el sueño

🩺Por le Dr. Mercola

La apnea del sueño es un trastorno que se caracteriza por interrupciones repetidas de la respiración durante el descanso, lo que suele suceder sin que la persona lo note. Estas pausas duran desde unos cuantos segundos hasta más de un minuto y ocurren docenas o incluso cientos de veces cada noche. La forma más común es la apnea obstructiva del sueño (AOS) y ocurre cuando los músculos de la parte posterior de la garganta no logran mantener abiertas las vías respiratorias, lo que provoca despertares breves que fragmentan el ciclo del sueño.1

En la actualidad, la AOS en uno de los trastornos del sueño más comunes, ya que afecta a casi mil millones de personas en todo el mundo, y sus tasas incrementan por factores como la edad, el aumento de peso y ciertos rasgos corporales. Los ronquidos son uno de los síntomas más evidentes y comunes, pero muchas personas con AOS pasan años sin diagnosticar, en especial cuando síntomas como fatiga, mala memoria o cambios de humor se confunden con signos normales de la edad o el estrés.2

Pero, los efectos de la AOS van mucho más allá de una simple somnolencia diurna, sobre todo cuando altera las etapas más profundas del descanso. Hace poco, la Universidad de California en Irvine, realizó una investigación que demuestra que existe una relación estrecha entre la apnea del sueño y un daño cerebral sutil pero significativo en áreas que se encargan de la memoria y la cognición.3 Ser consciente sobre esta relación podría ayudarlo a proteger su cerebro sin importar su edad.

La importancia del sueño REM

El sueño REM es la fase en la que su cerebro realiza algunos de sus trabajos más importantes: procesar emociones, consolidar la memoria y regular el estado de ánimo. Su nombre hace referencia a los movimientos oculares rápidos y bruscos que ocurren durante esta fase, y que están acompañados de una actividad cerebral elevada, respiración irregular y parálisis muscular casi total. Aunque representa la porción más pequeña del tiempo total de sueño, es fundamental para la salud.4

• La importancia del momento del sueño REM: en un ciclo de sueño normal, el sueño REM se produce unos 90 minutos después de quedarse dormido y se repite cada 90 a 120 minutos a partir de entonces. Al principio, las etapas REM son cortas, pero se alargan con cada ciclo sucesivo. A primeras horas de la mañana, el sueño REM dura 30 minutos o más.5

Este patrón hace que las últimas etapas del sueño sean fundamentales para la consolidación de la memoria, la resolución de problemas y el procesamiento emocional. De hecho, las interrupciones durante este período tienen un impacto mucho mayor en la función cognitiva que las interrupciones en etapas anteriores y más ligeras del sueño.

• El sueño REM provoca una parálisis temporal de la mayoría de los músculos voluntarios: este fenómeno se conoce como atonía, que es un tipo de protección que impide que el cuerpo represente los sueños.6 Pero, esto también provoca que el tono muscular en las vías respiratorias superiores disminuya bastante, lo que hace que la garganta sea más propensa a colapsar.

Como resultado, la respiración es menos estable durante esta etapa, incluso en personas sin un diagnóstico de apnea del sueño. Para las personas con esta enfermedad, el REM es la fase en la que existe un mayor riesgo de que se produzca algún problema con la respiración o bien, se obstruya por completo.7

• El sueño REM es cuando el cerebro realiza su trabajo de mantenimiento más intensivo: durante esta fase, el cerebro reproduce y reorganiza la información que recopiló durante el día. Las experiencias se clasifican, almacenan o descartan, y los eventos que estuvieron llenos de emociones, se procesan para reducir la reactividad y el estrés. Todo este proceso mental favorece el aprendizaje, la creatividad y la resiliencia psicológica.8

• El sueño REM es un aspecto que se considera importante con respecto al estudio del envejecimiento y la demencia: interrumpir el sueño REM se relaciona con la aparición temprana del deterioro cognitivo y cambios estructurales en regiones del cerebro como el hipocampo y la corteza prefrontal. Al principio, estos efectos pueden pasar desapercibidos, pero se acumulan con el tiempo.

Incluso en adultos sanos, la interrupción crónica del sueño REM, debilita la capacidad de atención y la memoria, e incrementa la sensibilidad al estrés. La resiliencia a largo plazo del cerebro depende mucho de esta fase del sueño. Aquí es donde la apnea del sueño se vuelve una mayor amenaza.

• La puntuación estándar de apnea no detecta este riesgo oculto: por lo general, los médicos se basan en el índice de apnea-hipopnea (IAH), que cuenta la cantidad de alteraciones respiratorias por hora de sueño, para determinar la presencia y la gravedad de la AOS.

Pero, el IAH no diferencia entre las etapas del sueño, ni considera la cantidad de tiempo en la que permanecen bajos los niveles de oxígeno. Alguien con una puntuación modesta en su IAH puede experimentar desaturaciones prolongadas y profundas, en especial durante el sueño REM. Estos episodios no se detectan pero tienen consecuencias importantes en la salud.9

La pérdida de oxígeno durante el sueño REM dice mucho sobre el daño cerebral temprano

La apnea del sueño puede afectar todas las etapas del sueño. Pero, no en todas, produce los mismos efectos. En el estudio que se publicó en la revista Neurology, los investigadores descubrieron que tener niveles bajos de oxígeno durante el sueño REM daña los pequeños vasos sanguíneos del cerebro. Este tipo de lesión, que se conoce como la enfermedad de los pequeños vasos cerebrales, es una de las causas principales del deterioro cognitivo en los adultos de edad avanzada, y suele desarrollarse sin síntomas tempranos. 10,11

• La saturación de oxígeno durante el sueño REM fue un factor clave para predecir la lesión de la sustancia blanca: los investigadores monitorearon a 37 adultos con una edad promedio de alrededor de 73 años, y todos tenían una buena salud cognitiva al momento de la prueba. Muchos tenían apnea del sueño leve a moderada, y sus puntuaciones de IAH estaban en rango de entre 0 y 80. A pesar de que sus puntuaciones de IAH fueron muy variadas, el predictor más consistente de los cambios cerebrales no fue el número de interrupciones de la respiración, sino la profundidad de la pérdida de oxígeno durante el sueño REM.

• Los menores niveles de oxígeno durante el sueño REM se relacionaron con un mayor volumen total de las hiperintensidades de la sustancia blanca (HSB): las HSB son un signo visible de daño en las vías de comunicación del cerebro. En las exploraciones de resonancia magnética aparecen como lesiones brillantes y reflejan una restricción en el suministro de sangre o una fuga en los pequeños vasos. Las HSB también se relacionan con la pérdida de memoria, disfunción ejecutiva y un mayor riesgo de demencia, y ahora se consideran un signo temprano del envejecimiento cerebral vascular.

• La pérdida de oxígeno específica del sueño REM también predijo la carga de las HSB en regiones específicas del cerebro: mientras mayor sea la interrupción de oxígeno, mayor será el volumen de hiperintensidades de la materia blanca en los lóbulos frontal y parietal, que son las regiones que se encargan de la atención, la memoria de trabajo, la planificación y el razonamiento espacial,

que son las mismas funciones que sustentan el pensamiento complejo, las decisiones cotidianas y la independencia. Este patrón específico de daño confirma la idea de que la hipoxemia que se relaciona con el sueño REM (niveles bajos de oxígeno) altera los sistemas cerebrales que se encargan de la cognición de orden superior.

• El impacto de los niveles bajos de oxígeno fue más allá del daño a los vasos sanguíneos: una mayor carga de HSB frontal relacionó la fase REM con el adelgazamiento de la corteza entorrinal, que es una región clave de la memoria y una de las primeras que afecta la enfermedad de Alzheimer. Esta pérdida estructural, a su vez, predijo peores resultados en una prueba de memoria que está diseñada para medir el recuerdo sutil durante la noche. El autor del estudio, Bryce A. Mander, Ph.D., de la UC en Irvine, dijo:

“nuestros hallazgos pueden explicar de forma parcial el impacto de la apnea obstructiva del sueño en el deterioro cognitivo que se relaciona con la edad y la enfermedad de Alzheimer a través de la degeneración de las regiones cerebrales que se encargan de la consolidación de la memoria durante el sueño”.12

• La pérdida de oxígeno durante el sueño REM es un factor de riesgo importante que suele ignorarse: las métricas de apnea del sueño estándar, como el IAH, no consideran ni la profundidad de las interrupciones de oxígeno, ni la mayor vulnerabilidad del cerebro durante fases específicas del sueño. Estos hallazgos sugieren que la desaturación que se produce en el sueño REM debe analizarse mejor, incluso en casos que se consideran leves. Monitorear cuánto y cuándo se producen los niveles bajos de oxígeno puede ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo de sufrir daño cerebral a largo plazo.

Para más información sobre los factores de riesgo, los síntomas y otros efectos de la apnea del sueño, consulte: “Este trastorno respiratorio está colapsando su salud desde adentro”.

Más estudios confirman el daño cerebral que causa la apnea del sueño

El estudio de UC en Irvine solo es una de las muchas investigaciones que relacionan la pérdida de oxígeno que se produce durante el sueño con el daño cerebral estructural. Una de las investigaciones más completas hasta la fecha es un estudio longitudinal de 10 años que se publicó en Sleep Advances e involucró a 18 815 adultos mayores de 50 años para determinar el impacto de la AOS y la inestabilidad del oxígeno nocturno en el riesgo de demencia. 13

• Este estudio documentó la forma en la que el daño cerebral se acumula con el tiempo: a diferencia de otras investigaciones que se basaron en imágenes de un solo punto de tiempo, este estudio utilizó datos de resonancia magnética en serie para observar los cambios en la materia blanca a medida que progresaban. Entre los participantes con AOS de moderada a grave, una saturación de oxígeno más baja durante el sueño predijo una acumulación mucho más rápida de HSB.

Estas asociaciones se mantuvieron incluso después de considerar la edad, la presión arterial, la diabetes y otros factores de riesgo vascular, lo que sugiere que la hipoxemia nocturna es un factor independiente del daño cerebral de los vasos pequeños.

• El deterioro cerebral comenzó antes de que los síntomas se volvieran evidentes: muchos participantes no mostraron signos de deterioro cognitivo al inicio, pero la apnea del sueño, diagnosticada o por sospecha, incrementó de manera constante durante el período de 10 años del estudio. Esta progresión silenciosa confirma una vez más la importancia de identificar y abordar la AOS de forma temprana, antes de que el deterioro cognitivo progrese más allá del punto de recuperación.

• El riesgo de demencia por AOS fue mayor en mujeres: un hallazgo sorprendente del estudio fue un patrón específico según el sexo. Las mujeres con AOS diagnosticada o por sospecha tenían un riesgo acumulativo mucho mayor de demencia que los hombres.

A los 80 años, las mujeres con AOS mostraron un riesgo 3.7 % mayor que las mujeres sin este problema de salud, mientras que en los hombres, el incremento fue del 2.1 %. Estas diferencias se mantuvieron estadísticamente significativas incluso después de ajustar otros factores como la educación, la raza y el estado civil.

• La apnea obstructiva del sueño (AOS) se identificó como un factor modificable que incrementa el riesgo de demencia: los autores concluyeron que la apnea del sueño representa una vía importante y poco reconocida hacia la demencia, que puede prevenirse y tratarse. Y dijeron que:

“estos datos que se basan en la población implican que un trastorno del sueño común a la mediana edad es un factor de riesgo importante en la aparición de la demencia, aunque su impacto es mayor en las mujeres. Nuestros hallazgos proporcionan evidencia nueva de la relación entre el sueño y el riesgo de demencia con diferencias según el sexo. Además, como la AOS es una enfermedad que puede tratarse, este estudio proporciona evidencia sobre el impacto de un factor de riesgo para la demencia que puede modificarse, pero que también suele ignorarse”.14

Para más información sobre el impacto de la apnea del sueño en la salud cerebral de las mujeres, consulte: “Este trastorno nocturno eleva el riesgo de demencia”.

Estrategias para tratar la apnea del sueño

El tratamiento de la apnea obstructiva del sueño consiste en mantener las vías respiratorias abiertas durante el sueño para evitar interrupciones que dañan el cuerpo y el cerebro. Existen varios enfoques, cada uno para diferentes niveles de gravedad y necesidades.

• La terapia con CPAP es el tratamiento estándar: la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) suministra un flujo de aire constante a través de una mascarilla para evitar que las vías respiratorias colapsen mientras duerme. Si bien muchas personas experimentan un alivio significativo de los síntomas, la terapia CPAP no se diseñó para ser una solución de por vida.15

Según el Dr. Colin Sullivan que inventó esta terapia, la diseñó como una solución temporal: algo para utilizar mientras se abordan las causas subyacentes como el exceso de peso, los problemas estructurales de las vías respiratorias o una anatomía mandibular subdesarrollada.16 A pesar de su efectividad, la CPAP puede ser difícil de tolerar. Las quejas más comunes incluyen claustrofobia, congestión nasal, resequedad en la boca e irritación en la piel por la mascarilla.17

• Dispositivos orales: los dispositivos de avance mandibular (DAM) son boquillas hechas a la medida que están diseñadas para mover la mandíbula inferior hacia adelante. Este movimiento ayuda a evitar que la lengua y los tejidos blandos bloqueen las vías respiratorias durante el sueño. Los DAM los ponen dentistas que se especializan en medicina dental del sueño y suelen prescribirse en colaboración con expertos del sueño para evitar efectos secundarios no deseados, como dolor de mandíbula o desalineación.18

• Terapia miofuncional orofacial (TMO): la TMO utiliza ejercicios específicos para volver a entrenar los músculos de la boca, la cara y la garganta. Se utiliza para corregir la colocación de la lengua, así como para mejorar la respiración nasal, la postura y las formas de masticar y deglutir. Este enfoque es muy efectivo para la apnea obstructiva del sueño leve a moderada y ofrece mejoras estructurales duraderas sin tener que recurrir a dispositivos o cirugías.19

• Las terapias emergentes se centran en el tono muscular y los patrones respiratorios: los dispositivos de estimulación eléctrica neuromuscular (NMES) se utilizan por un corto periodo de tiempo al día y emiten pulsos suaves para fortalecer los músculos de la lengua y las vías respiratorias superiores, lo que reduce el riesgo de colapso durante el sueño. En casos más graves, se consideran opciones quirúrgicas, como el avance maxilomandibular (mover la mandíbula superior e inferior hacia adelante), para agrandar las vías respiratorias.

Además, entrenarse para respirar por la nariz en lugar de por la boca ayuda a regular el volumen respiratorio y mejora el suministro de oxígeno a los tejidos y al cerebro, y aunque es una estrategia que casi no se considera, es esencial para tratar la apnea del sueño.20

Para más información sobre cómo se comparan estas alternativas con las máquinas CPAP, consulte: “Este problema durante el sueño podría ser una bomba de tiempo para el corazón y cerebro”.

Los cambios en el estilo de vida también son importantes

Hacer cambios específicos en el estilo de vida reduce bastante la gravedad de la apnea obstructiva del sueño y mejora la calidad del sueño. Si bien, los tratamientos médicos como CPAP o dispositivos orales pueden ser necesarios para algunas personas, abordar los factores subyacentes ayuda a reducir la obstrucción de las vías respiratorias y favorece el alivio a largo plazo.

• Mejorar sus hábitos respiratorios: los malos hábitos de respiración, como respirar por la boca, respirar de forma superficial en la parte superior del pecho o respirar en exceso durante el descanso, empeoran los problemas de respiración durante el sueño porque alteran el equilibrio del dióxido de carbono y reducen el tono de las vías respiratorias. Trabajar con un especialista en comportamiento respiratorio le ayudará a identificar estos malos hábitos, mejorar la respiración nasal y restablecer el ritmo correcto. Incluso durante el día, la forma en la que respira afecta la calidad de su sueño.

• Mantener un peso saludable: el exceso de grasa alrededor del cuello, la mandíbula y las vías respiratorias superiores incrementa la presión sobre los tejidos blandos y estrecha las vías respiratorias. Si tiene sobrepeso u obesidad, perder incluso el 10 % de su peso corporal produce mejoras notables en los síntomas de la apnea del sueño.

• Cambiar su posición para dormir: la apnea posicional del sueño ocurre cuando las vías respiratorias colapsan con mayor frecuencia en ciertas posiciones, sobre todo cuando se acuesta boca arriba. La gravedad hace que la lengua y el paladar blando se vayan hacia atrás, lo que reduce o bloquea el flujo de aire. Dormir de lado o boca abajo, o elevar la parte superior del cuerpo con una almohada en forma de cuña, reduce bastante la obstrucción.

Para las personas que sin darse cuenta se mueven hacia arriba mientras duermen, los entrenadores de posición, las almohadas especiales o incluso una pelota de tenis cosida en la parte posterior de la ropa de dormir pueden ayudar a prevenir este problema.

• Evitar el consumo de alcohol y cigarro: el alcohol relaja los músculos de las vías respiratorias superiores, lo que las hace más propensas a colapsar durante el sueño. Mientras que fumar inflama e irrita el revestimiento de las vías respiratorias, lo que hace que se acumule más moco que estrecha las vías respiratorias. Evitar estos hábitos mejora la saturación de oxígeno y reduce los episodios de apnea, además de reforzar la salud cardiovascular y la función pulmonar, que son dos aspectos de la salud que se deterioran en personas con AOS.

• Eliminar los sedantes y las benzodiazepinas cuando sea posible: los medicamentos que alteran el sistema nervioso central, como las benzodiazepinas y otros medicamentos que inducen el sueño, reducen el tono muscular en las vías respiratorias y reducen la capacidad de respuesta del cerebro a las interrupciones de oxígeno.

Esta combinación incrementa el riesgo de episodios de apnea prolongados. Si depende de estos medicamentos para dormir, consulte a su médico sobre alternativas no sedantes, como magnesio, L-teanina o terapia cognitiva conductual específica para el sueño.

Las intervenciones en el estilo de vida son fundamentales, una vez que aborde estos factores, mejorará su calidad del sueño, reducirá la gravedad de los episodios de apnea y disminuirá el riesgo de deterioro cognitivo a largo plazo que se relaciona con la AOS sin tratar.

Preguntas frecuentes sobre la apnea del sueño y la salud cognitiva

P: ¿Qué es la apnea obstructiva del sueño (AOS)?

R: La AOS es un trastorno del sueño común en el que las vías respiratorias colapsan varias veces durante el sueño, lo que provoca que la respiración se detenga y reinicie una y otra vez, y muchas veces sucede sin que las personas lo noten. Estos episodios ocurren varias veces durante la noche e interrumpen el sueño profundo y reducen los niveles de oxígeno. La AOS es más común en personas de edad avanzada, sobrepeso y ciertas características anatómicas como vías respiratorias estrechas o mandíbula retraída.

P: ¿Por qué el sueño REM es tan importante para la salud del cerebro?

R: El sueño REM es la fase en la que el cerebro consolida la memoria, procesa las emociones y restaura la resiliencia psicológica. Se caracteriza por una actividad cerebral elevada, respiración irregular y parálisis muscular. Debido a que los períodos REM se extienden a lo largo de la noche, las interrupciones durante esta fase interfieren con la función cognitiva, la regulación del estrés y la claridad mental a largo plazo.

P: ¿Cómo afecta la apnea del sueño al sueño REM?

R: El sueño REM reduce el tono muscular, incluso en las vías respiratorias superiores, lo que hace que la respiración sea menos estable. En personas con apnea del sueño, esto provoca que bajen los niveles de oxígeno de forma más frecuente o profunda durante el sueño REM. Esta vulnerabilidad específica en esta fase hace que la pérdida de oxígeno que se relaciona con el sueño REM cause un daño importante en la estructura y el funcionamiento del cerebro.

P: ¿Puede la apnea del sueño incrementar el riesgo de Alzheimer?

R: Sí, la pérdida de oxígeno específica del sueño REM se relaciona con el adelgazamiento de la corteza entorrinal, que es una región clave de la memoria y una de las primeras que afecta la enfermedad de Alzheimer. Los estudios demuestran que, incluso las personas con apnea sin tratar que no presentan síntomas cognitivos, ya experimentan estos cambios estructurales.

P: ¿Pueden los cambios en el estilo de vida reducir la gravedad de la apnea del sueño?

R: Sí, abordar factores clave como el peso corporal, los hábitos respiratorios, la inflamación de las vías respiratorias y la posición al dormir reduce bastante los episodios de apnea. Mejorar la respiración nasal, evitar el alcohol y los sedantes, dejar de fumar y adoptar una postura saludable para dormir son estrategias que ayudan a mantener estabilidad de las vías respiratorias y proteger al cerebro a largo plazo.