📝HISTORIA EN BREVE

  • Los niños que participan en varios deportes desarrollan habilidades motoras mucho mejores que aquellos que se especializan en un solo deporte o no hacen actividad física
  • Las investigaciones demuestran que los niños en programas de múltiples deportes superaron hasta en un 14.5 % a los participantes de un solo deporte en pruebas de coordinación, equilibrio y movimiento
  • Jugar sin estructura y al aire libre durante 30 a 60 minutos al día beneficia en específico a las niñas, ya que mejora entre un 8.4 % y un 14.5 % su coordinación en comparación con las niñas que hacen menos actividad física
  • Los patrones de movimiento que se desarrollan en la niñez establecen una base que influye en las habilidades físicas hasta la adolescencia, y las ventajas de coordinación se conservan con el paso de los años
  • Los padres deben priorizar la variedad de los ejercicios sobre la intensidad, evitar especializar a sus hijos en un solo deporte durante todo el año y elegir programas que enseñen habilidades de movimiento fundamentales

🩺Por el Dr. Mercola

Tener un hijo activo, seguro de sí mismo y coordinado a lo largo de su vida suele depender de una cosa, y es cómo se mueve en sus primeros años de edad. Las habilidades de movimiento, como correr, saltar y lanzar, no son solo actividad física sino también la base de la independencia, la autoestima e incluso el desarrollo del cerebro. Estos patrones tempranos sientan las bases de la facilidad con que un niño enfrenta los desafíos físicos a medida que crece.

Pero la mayoría de las personas se equivocan en pensar que todos los movimientos desarrollan la coordinación de la misma manera. Lo que hace su hijo y con qué frecuencia cambia de actividades importa más que solo mantenerlo entretenido o inscrito en un deporte. Se debe reconocer más la influencia que la variedad, la estructura y el tiempo de juego tienen en la formación de la habilidad del niño para moverse bien y mantenerse activo a largo plazo.

Las investigaciones más recientes podrían solucionar sus dudas si no está seguro si su hijo necesita más deportes estructurados, más tiempo al aire libre o una combinación diferente. En la siguiente sección, le explicaré lo que demuestran estos hallazgos y cómo utilizar esa información para tomar mejores decisiones para el desarrollo de su hijo.

Los niños que practicaron más de un deporte tuvieron una mejor coordinación años después

Un estudio publicado en el Journal of Sports Science hizo un seguimiento de 627 niños en Finlandia durante tres años para comprender cómo la actividad física a temprana edad afectaba la coordinación y las habilidades de movimiento a los 11 años.1 Los investigadores se centraron en dos tipos de actividad física: los deportes organizados (como los deportes de equipo o lecciones) y los juegos al aire libre no estructurados. El objetivo fue determinar si estos tipos diferentes de movimiento moldeaban la coordinación motora, el equilibrio y las habilidades generales de movimiento en el futuro.

• Los investigadores evaluaron la habilidad para saltar, lanzar, correr y mantener el equilibrio: los niños fueron evaluados con una evaluación de habilidades físicas estándar y una prueba de salto. Son herramientas muy utilizadas para medir las funciones motoras básicas.

El estudio analizó cuatro categorías de movimiento: las habilidades locomotoras (correr, saltar), las habilidades de control de objetos (como lanzar o driblar), una puntuación combinada de las dos y el equilibrio dinámico, que para medirlo se contó cuántas veces el niño podía saltar de un lado a otro en 15 segundos.

• Los niños que practicaban varios deportes mejoraron más que los niños que practicaban solo uno: los niños que practican más deportes obtienen mejores resultados en todas las categorías motrices. En concreto, los niños que practicaban dos o más deportes tuvieron puntuaciones de salto un 10.1 % más elevadas y una coordinación hasta un 14.5 % mejor que los niños que no practicaban ningún deporte. Participar en un solo deporte fue útil, pero no tanto, sobre todo en las pruebas basadas en saltar y correr.

• Jugar al aire libre ayudó más a las niñas que a los niños: Las niñas que jugaron entre 30 a 60 minutos al aire libre después de la escuela experimentaron mejoras en la coordinación. Estas niñas superaron entre un 8.4 % y 14.5 % a sus compañeras que pasaron menos de 30 minutos al aire libre, según la habilidad evaluada.

Por sorprendente que parezca, los niños no mejoraron de esta forma, a pesar de que por lo general pasaron más tiempo al aire libre que las niñas. Los investigadores sugirieron que los niños quizá ya han alcanzado su umbral de actividad, mientras que las niñas se benefician incluso de un aumento modesto del juego al aire libre.

Los beneficios se manifiestan años después

Los niños fueron evaluados por primera vez en la primera infancia (entre los 3 y los 8 años de edad) y fueron examinados de nuevo tres años más tarde, entre los 6 y 11 años de edad. Los hallazgos confirman que hacer actividad física a temprana edad determina la coordinación a largo plazo. Estos resultados también sugieren que los hábitos de movimiento que se desarrollan en la niñez sientan una base que influye en la habilidad física de la adolescencia.

• La diversidad de movimientos importa más que la intensidad: las mejoras que más destacaron en los niños que practicaron varios deportes quizás provienen de la variedad de movimientos que se requieren en diferentes juegos y actividades. Por ejemplo, jugar al fútbol desarrolla músculos y habilidades diferentes a las que se obtienen del baloncesto o la gimnasia.

Esta diversidad de movimientos entrena el cerebro y el cuerpo para coordinarse mejor en numerosas actividades. Como resultado, estos niños obtuvieron de manera consistente puntuaciones más elevadas tanto en las tareas motoras basadas en habilidades como en las que se basaron en el equilibrio.

• Parece que la competencia motora sigue un camino predecible: los investigadores observaron que los niños que comenzaron con menos habilidades de movimiento en la primera infancia a menudo se quedaron rezagados, mientras que los que tenían ventaja la mantuvieron con el tiempo. Esto refuerza la importancia de la intervención a temprana edad, en especial para los niños a los que no les llama la atención el movimiento o no tienen acceso a diversas experiencias físicas.

Entrenar múltiples deportes les dio a los niños una gran ventaja

Un estudio relacionado publicado en Sports (Basilea) evaluó la coordinación motora de 180 niños, de alrededor de 8 años de edad, divididos en tres grupos: los niños inscritos en programas de múltiples deportes, los niños que practicaban solo natación y los niños que no practicaban ninguna actividad fisca fuera de las clases de educación física.2 El objetivo fue determinar qué tipo de actividad, o la falta de la misma, mejoraba más la coordinación en cuatro pruebas de movimiento.

• Los niños que practicaban múltiples deportes obtuvieron los puntajes más elevados en todas las categorías evaluadas: los niños del grupo de múltiples deportes superaron en gran medida tanto a los nadadores como a sus compañeros que no eran activos en la coordinación motora total.

Los niños que realizaban múltiples deportes obtuvieron resultados superiores en saltos, saltos laterales, caminar hacia atrás y movimiento de lado a lado con el uso de tablas de madera, las cuales son habilidades que reflejan equilibrio, agilidad, fuerza y sincronización. En la puntuación general de habilidad motora, los niños que practicaban múltiples deportes superaron a los nadadores por 13 puntos y a los niños inactivos por casi 20 puntos, lo que refleja una diferencia significativa y medible.

• Practicar natación fue mejor que no hacer una actividad, pero aún así tuvo limitaciones: si bien, los niños del grupo de natación obtuvieron mejores resultados que sus compañeros que no realizaban actividades en la mayoría de las pruebas, sus avances físicos fueron modestos. Los nadadores superaron en una sola área (caminar hacia atrás para mantener el equilibrio) a los niños que practicaban múltiples deportes, pero incluso esa diferencia se consideró pequeña.

Una razón por la que la natación no mejora la coordinación motora tanto como practicar múltiples deportes es porque carece de componentes fundamentales como el equilibrio basado en la gravedad, los cambios de dirección y el terreno variado. La natación enseña resistencia y precisión de brazada, pero no entrena a los niños a saltar, esquivar o coordinar diferentes extremidades en entornos impredecibles, que es el tipo de movimiento que se necesita en la vida real y la mayoría de los deportes.

• Todas las pruebas demostraron la misma tendencia de que la variedad supera a la repetición: en los saltos laterales (que es una prueba de coordinación y tiempo de reacción), los niños que practicaban múltiples deportes superaron a los nadadores por un margen significativo a nivel estadístico.

En el salto de altura, que refleja la fuerza y el equilibrio de la parte inferior del cuerpo, la diferencia fue de casi seis puntos a favor del grupo de niños que practicaban múltiples deportes. Los niños que practicaban múltiples deportes superaron a los otros dos grupos en el movimiento lateral, lo que refuerza los beneficios del entrenamiento cruzado sobre el enfoque en un solo deporte.

Los niños no necesitaron un entrenamiento profesional, solo una variedad constante

Se trabajó con niños, no con atletas de élite. Los niños del grupo de múltiples deportes asistieron a dos sesiones de una hora por semana en un gimnasio. Cada semana, los instructores alternaron las habilidades que se enseñaron, como lanzar, correr, saltar y mantener el equilibrio, para que los niños construyeran una base diversa de conocimiento del movimiento. La exposición estructurada pero variada a las habilidades es lo que les dio la ventaja.

• No realizar actividad física tuvo el impacto más negativo: los niños que no realizaban actividad física (es decir, aquellos que solo tomaban la clase de educación física estándar en la escuela) obtuvieron las puntuaciones más bajas en general. Su coordinación motora era mucho más débil que la de los grupos de natación y de múltiples deportes. Tuvieron menos equilibrio y peor coordinación en comparación con los nadadores. Esto respalda la idea de que para desarrollar las habilidades de movimiento se necesita más de lo que suele ofrecer la educación física en la escuela.

• La forma adecuada de jugar prepara a los niños para desarrollar un mejor movimiento durante toda la vida: los hallazgos respaldan lo que muchos entrenadores y expertos pediátricos han observado durante mucho tiempo, y es que los niños que desarrollan la coordinación a través de la exposición a diferentes deportes tienen más confianza, son menos propensos a sufrir lesiones y tienen más probabilidades de permanecer activos en la edad adulta. El modelo de múltiples deportes no solo desarrolla habilidades, sino que también promueve la creencia de que el movimiento es divertido, gratificante y vale la pena repetirlo.

Cómo favorecer las habilidades motoras con mejores elecciones de movimiento

Si cría a un niño, está en posición de influir en su forma de moverse por el resto de su vida. La mala coordinación no se trata solo de que hayan momentos incómodos al jugar durante el recreo. Es una señal de que el cerebro y el cuerpo de su hijo no se comunican tan bien como deberían, y eso tiene efectos dominó en la confianza, la salud física e incluso el rendimiento académico.

La buena noticia es que no necesita programas costosos ni llevar una agenda muy apretada. Solo tiene que priorizar el tipo de movimiento adecuado en el momento adecuado. Ya sea que a su hijo le gusten los deportes o los evite, existen maneras de ayudarlo a desarrollar habilidades motoras fuertes sin que sienta presión. Con base en lo que demuestra la investigación, descubra a continuación cinco pasos a tener en cuenta:

1. Comience con una variedad de ejercicios sin priorizar la intensidad: no apresure a su hijo a practicar un deporte porque cree que es la manera más rápida de mejorar. Los datos demuestran lo contrario. Los niños que practican varios deportes (aquellos que realizan dos o más actividades diferentes) desarrollan mejores patrones generales de movimiento que los niños que se especializan en una actividad a temprana edad.

Si su hijo juega al fútbol en otoño, considere agregar algo como gimnasia, danza o artes marciales en otra temporada. Cada deporte entrena vías de movimiento diferentes, y esa variedad es la que construye una coordinación que dure toda la vida.

2. Dedique tiempo todos los días a jugar sin estructura y al aire libre: si su hijo tiene entre 3 y 8 años, asegúrese de que tenga al menos entre 30 y 60 minutos de tiempo al aire libre todos los días de la semana después de la escuela. Esto no necesita ser formal, permítale a su hijo correr, cavar, saltar o inventar juegos. Este tipo de movimiento abierto se asocia a mejoras significativas en la coordinación de las niñas, incluso si no practican ningún deporte. Lo importante es que los niños lo dirijan, que sea creativo y consistente.

3. Evite que su hijo practique el mismo deporte por temporadas consecutivas: apoye a su hijo si le encanta un deporte en particular, como la natación, el fútbol o el baloncesto. Sin embargo, realizar el mismo deporte durante todo el año limita su crecimiento. En lugar de ello, alterne con deportes que desafíen tipos de movimientos diferentes. Por ejemplo, combine un deporte de equipo con una actividad que se centre en el equilibrio o un deporte de coordinación mano-ojo, como el tenis. El cerebro de su hijo desarrollará habilidades motoras nuevas con más rapidez si la información cambia con frecuencia.

4. Esté atento a las señales de estancamiento físico: tome acción si las habilidades motoras básicas, como saltar, saltar la cuerda o lanzar, de su hijo no mejoran. Esto podría significar que la exposición al movimiento no es del tipo adecuado. Pregúntele qué hace durante la práctica, no solo si asiste. Si su hijo practica los mismos ejercicios semana tras semana, quizás es hora de variarlos. Los niños se desarrollan más rápido cuando el desafío es nuevo y un poco incómodo.

5. Elija programas que enseñen movimiento, no solo deporte: busque clases o entrenadores que prioricen la coordinación y las habilidades de movimiento en lugar de solo competir. Los mejores programas para los niños más pequeños son los que incluyen barras de equilibrio, carreras de obstáculos, ejercicios de salto y juegos de atrapar objetos, no solo partidos de práctica o carreras. Pregunte cómo es una sesión típica de un deporte si no está seguro de en qué se centra un programa. Si le dicen que incluye “de todo un poco” está en el lugar correcto.

Si es un padre, entrenador o incluso profesor e intenta darles a los niños las herramientas que necesitan para moverse mejor, estos pasos le ayudarán a centrarse en lo que funciona, no en lo que suena impresionante.

Preguntas frecuentes sobre los juegos al aire libre y múltiples deportes para los niños

P: ¿Cuál es la mejor manera de favorecer las habilidades motoras en los niños pequeños?

R: El enfoque más efectivo es exponer a su hijo a una variedad de deportes y actividades físicas en lugar de centrarse en un solo deporte. Participar en múltiples deportes ayuda a desarrollar una mejor coordinación, un equilibrio y un control del movimiento en comparación con participar en un solo deporte o no participar en absoluto.

P: ¿Cuánto tiempo de juego al aire libre necesita un niño para ver beneficios?

R: Le recomiendo al menos 30 a 60 minutos de juego al aire libre durante la semana para mejorar la coordinación motora, en especial en las niñas. Este tiempo de juego no necesita estar estructurado, por lo que los juegos libres que involucren correr, saltar, trepar o juegos imaginativos funcionan bien.

P: ¿Los deportes organizados son mejores que jugar al aire libre?

R: Cada tipo de movimiento tiene sus beneficios. Los deportes organizados desarrollan la disciplina y habilidades específicas, mientras que el juego al aire libre favorece el movimiento espontáneo y la creatividad. Ambos tipos de movimientos promueven el desarrollo de las habilidades motoras.

P: ¿Por qué es mejor practicar varios deportes en vez de solo una actividad, como la natación?

R: El entrenamiento de múltiples deportes expone a los niños a movimientos diferentes, lo que fortalece su coordinación general. Por ejemplo, la natación desarrolla la resistencia y habilidades específicas de brazada, pero no desafía los numerosos patrones motores que se requieren para un mayor desarrollo físico.

P: ¿Qué señales debo buscar para saber si las habilidades motoras de mi hijo están bien desarrolladas?

R: Preste atención al progreso en habilidades básicas como saltar, saltar la cuerda, lanzar y mantener el equilibrio. Si su hijo no mejora o parece dudar en moverse de formas variadas, significa que necesita experiencias de movimiento más diversas o un enfoque nuevo de la actividad física.