📝HISTORIA EN BREVE

  • Un estudio reciente demostró que la sucralosa activa regiones del cerebro que se relacionan con el hambre y la motivación por los alimentos, lo que confunde al cuerpo y aumenta los antojos en lugar de frenarlos
  • La sucralosa altera las conexiones entre el hipotálamo y la corteza cingulada anterior (que son las regiones del cerebro que sopesan los riesgos y las recompensas), lo que aumenta su deseo de comer, en especial en las mujeres y personas con obesidad
  • La sucralosa, a diferencia de la sacarosa, no logró aumentar la insulina ni el GLP-1 (hormonas que indican saciedad), lo que le hace creer al cuerpo que ha comido pero las vías metabólicas importantes no lo confirman
  • Solo se requirieron 10 semanas de uso de sucralosa para provocar disbiosis intestinal en adultos sanos, con un impacto en la sensibilidad a la insulina y una mayor inflamación relacionada con problemas de hígado y colon
  • Los ratones alimentados con sucralosa en niveles considerados "seguros" fueron menos capaces de combatir infecciones y cáncer debido a una mala activación de las células T, y no fue hasta que la sucralosa se eliminó de su alimentación que estos efectos se revirtieron

🩺Por el Dr. Mercola

Alrededor del 40 % de las personas en Estados Unidos consumen edulcorantes artificiales todos los días,1 y por lo general lo hacen bajo la impresión de que estos productos mantienen las calorías bajo control. Un ejemplo es la sucralosa, que se vende bajo la marca Splenda. Este producto fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos en 19982 como edulcorante de mesa. La sucralosa se agrega a la repostería, bebidas no alcohólicas, chicles, postres lácteos congelados, jugos de frutas procesados y gelatinas.

La sucralosa podría parecer una solución perfecta a simple vista, ya que es dulce pero no tiene calorías. Sin embargo, podría sabotear sus objetivos de pérdida de peso sin que se dé cuenta. Según un estudio reciente, la sucralosa provoca más hambre en lugar de reducir el apetito.

Debe reconsiderar su relación con la sucralosa y otros edulcorantes artificiales si en verdad desea mantener un peso saludable. Si estos edulcorantes provocan que su cerebro desee más alimentos, entonces estará en un ciclo que sabotea sus esfuerzos. No son efectivos, e incluso podrían perjudicar de forma activa a cualquier persona que intente reducir su consumo de calorías, ya que el daño es mucho más generalizado.

La sucralosa “confunde” su cerebro y aumenta su hambre

Un estudio publicado en Nature Metabolism investigó cuáles son los efectos de la sucralosa y si ayuda a reducir el apetito.3 El estudio, realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, utilizó imágenes de resonancia magnética (IRM) funcional para observar la actividad del cerebro en tiempo real. Su objetivo fue ver cómo responde el cerebro a los sabores dulces sin contener calorías reales.4

El estudio incluyó a diversos participantes: el estudio involucró a 75 adultos jóvenes de entre 18 y 35 años, incluyendo hombres y mujeres, y las composiciones corporales variaron. Algunas personas tenían un peso saludable, mientras que otras presentaban sobrepeso u obesidad.

Cada persona consumió una bebida endulzada con sucralosa o azúcar real en diferentes días: los participantes visitaron el centro de investigación tres veces. Se les pidió que durante cada visita consumieran una de tres bebidas: sucralosa, sacarosa (azúcar de mesa) o agua.

Los investigadores observaron cómo respondían sus cerebros: con ayuda de resonancias magnéticas, los investigadores observaron el flujo sanguíneo del cerebro de los participantes antes y después de que se les diera la bebida. Se centraron en las regiones del cerebro relacionadas con el hambre, las recompensas y la motivación para comer. Los investigadores también tomaron muestras de sangre para medir las hormonas asociadas con el hambre y la saciedad, y se pidió a los participantes que calificaran su hambre en ciertos intervalos.

La sucralosa confunde las señales de saciedad del cerebro: la sucralosa activó áreas específicas del cerebro que controlan el hambre y la motivación por los alimentos. Por ejemplo, cuando come algo dulce su cerebro espera obtener alimentos y energía. Sin embargo, su cerebro se confunde cuando no existen las calorías. El resultado es que la sucralosa aumenta el apetito en lugar de reducirlo.

Según Kathleen Page, autora principal del estudio, "si el dulzor hace que el cuerpo espere recibir calorías pero no las obtiene, con el tiempo eso podría cambiar la forma en que el cerebro se prepara para ansiar esas sustancias".

Los investigadores descubrieron relaciones entre la sucralosa y otras partes del cerebro

Si elige los productos sin azúcar porque le ayudarán a controlar los antojos, estos datos le explican mejor por qué esos antojos no desaparecen o incluso empeoran.

Pero esto no es su culpa. Lo que sucede es que su cerebro responde a un truco químico, y reacciona justo como fue diseñado. Según los investigadores, descubrieron más relaciones entre la sucralosa y otras áreas del cerebro que se asocian con el control de la motivación.5

La sucralosa afecta su capacidad para tomar decisiones: según Kathleen Page, “descubrimos una mayor conectividad cerebral entre el hipotálamo y la corteza cingulada anterior, que controla los riesgos y las recompensas de una decisión”.

El hipotálamo se iluminó, lo que indica un mayor apetito, pero no hubo satisfacción: el estudio demostró que después de beber sucralosa, se iluminó el hipotálamo de los participantes, que es un área del cerebro que ayuda a regular el apetito y la saciedad. Sin embargo, esto aumentó la necesidad de buscar alimento, en lugar de indicar satisfacción.

La sucralosa afecta las hormonas de forma diferente al azúcar de mesa: según los resultados de los análisis de sangre, los investigadores descubrieron que, a diferencia de la sacarosa, la sucralosa no aumentó los niveles de azúcar en la sangre con tanta efectividad como los de insulina y GLP-1. Estas hormonas regulan el apetito.

"No hay ninguna señal en absoluto", explicó Kathleen Page. “Existe una señal de un sabor dulce, pero no hay ninguna señal hormonal que le indique saciedad. La sucralosa no tiene efecto sobre esas hormonas”.6

Las mujeres y las personas con obesidad fueron las más afectadas: sus cerebros reportaron una mayor actividad en los centros de recompensa, lo que sugiere que la sucralosa los hizo más receptivos a la idea de los alimentos.

De acuerdo con un artículo de News-Medical.net, “en las mujeres, el hipotálamo lateral, que es el centro que relaciona el gusto con el hambre, se iluminó dos veces más que el de los hombres después de la sucralosa, lo que sugiere que el sexo biológico tiene una mayor influencia en la alteración del apetito de lo que se creía”.

Kathleen Page y su equipo ahora trabajan en un estudio de seguimiento para investigar cómo los edulcorantes sin azúcar afectan los cerebros de los niños y adultos jóvenes, en especial porque son más propensos a consumir estos edulcorantes, ya que son tan comunes en la comida chatarra, refrescos de dieta y otros bocadillos procesados.

"¿Estas sustancias modifican los cerebros en desarrollo de los niños con riesgo de sufrir obesidad? El cerebro es vulnerable durante esta etapa, por lo que podría ser importante intervenir", indicó Kathleen Page.7

La sucralosa también podría alterar su microbioma

La realidad es que ningún edulcorante artificial producido de manera química es seguro, ya que todos perjudican la salud de maneras diferentes. Por ejemplo, existen diversos estudios sobre el aspartamo que detallan sus efectos nocivos, los cuales incluyen convulsiones, cáncer, enfermedades cardiovasculares e incluso la enfermedad de Alzheimer. Para obtener más información, puede consultar mi artículo llamado: “Investigaciones revelan cómo este endulzante artificial podría afectar su salud”.

Se descubrió que la sucralosa, además de su habilidad de alterar las señales cerebrales, es muy dañina para el intestino.

El consumo de sucralosa induce disbiosis intestinal: un estudio de 2022 publicado en Microorganisms demostró que consumir sucralosa (en “cantidades mucho menores que la IDA sugerida”) durante solo 10 semanas indujo disbiosis intestinal y alteró los niveles de glucosa e insulina en adultos jóvenes sanos.8

Afecta a una bacteria específica que se relaciona con el metabolismo de la glucosa: las bacterias más afectadas pertenecen en su mayoría al filo Firmicutes. Estas bacterias tienen una participación central en el metabolismo de la glucosa y la insulina.

La sucralosa provoca inflamación intestinal y hepática: algunos estudios realizados en animales sugieren que el microbioma intestinal alterado por la sucralosa podría relacionarse con la inflamación intestinal y hepática, así como con el cáncer. Según los investigadores:9

“Un estudio en ratones demostró que consumir sucralosa durante seis semanas incrementa la abundancia relativa de bacterias que pertenecen al filo de bacterias, como Clostridium symbiosum y Peptostreptococcus anaerobius.
La disbiosis intestinal inducida por sucralosa también empeoró la colitis inducida por azoximetano (AOM)/sulfato de dextrano sódico (DSS) y el cáncer colorrectal que se relaciona con la colitis.
Por otro lado, la ingestión de sucralosa provocó disbiosis intestinal y cambios proteómicos pronunciados en el hígado de los ratones, en el cual la mayoría de las proteínas sobreexpresadas se relacionaron con una mayor inflamación hepática”.

Los estudios anteriores también demuestran los efectos destructores del intestino de la sucralosa: algunos estudios realizados en animales desde 2008 demuestran que la sucralosa reduce en un 50 % las bacterias intestinales, y por lo general afecta a las bacterias beneficiosas.10

Consumir tan solo siete paquetes pequeños de Splenda es suficiente para que afecte de forma perjudicial su microbioma. Este edulcorante también aumenta el nivel de pH en los intestinos, para después absorberse y acumularse en el tejido graso.

La sucralosa suprime la respuesta inmunitaria

Este edulcorante artificial no solo altera el cerebro y las señales de hambre, sino que también interfiere con el sistema inmunológico. Un estudio en animales publicado en la revista Nature descubrió que la sucralosa, incluso en niveles considerados “seguros”, suprimió las respuestas inmunitarias.11

El consumo de sucralosa tuvo efectos inmunomoduladores: los investigadores descubrieron que a los ratones con una infección bacteriana o un tumor se les administró sucralosa en “niveles equivalentes a la ingesta diaria admisible (IDA) recomendada por las autoridades de seguridad alimentaria de Europa y Estados Unidos”.12

Esto redujo la activación de las células T: estas células tienen una gran influencia en la función inmunológica, en respuesta a la infección bacteriana o al cáncer. Una menor función de las células T se relacionó con la forma en que la sucralosa afectó la liberación de calcio intracelular.

Algunos estudios sugirieron que este edulcorante artificial influye en la fluidez de la membrana celular: esto significa que podría interferir con la comunicación de las células T.13 Las células T volvieron a funcionar con normalidad cuando los ratones dejaron de consumir sucralosa. Según el estudio:

“El consumo de dosis elevadas de sucralosa produce efectos inmunomoduladores en ratones, ya que limita la proliferación y la diferenciación de las células T. A nivel mecánico, la sucralosa afecta el orden de la membrana de las células T, junto con una menor efectividad de la señalización del receptor de células T y la movilización de calcio intracelular”.14

Aunque afirmaron que es poco probable que en la vida real los humanos consuman los niveles de sucralosa que se utilizaron en este estudio, al final, los investigadores interpretaron esta supresión del sistema inmunitario como algo bueno,

ya que ignoraron lo alarmante que es este hallazgo: que los ratones que comieron sucralosa tuvieron una menor capacidad de combatir las infecciones y el cáncer; y dijeron que este edulcorante artificial podría tener el potencial de convertirse en un medicamento para enfermedades autoinmunes.

Evite consumir sucralosa y otros edulcorantes artificiales

Si consume edulcorantes artificiales como la sucralosa porque cree que le ayudarán a reducir calorías o controlar los antojos, le recomiendo dejar de hacerlo. Todos los hallazgos de la investigación, desde los cambios en la señalización cerebral hasta la alteración de hormonas y el debilitamiento de la respuesta inmunitaria, indican que la sucralosa es más un problema que una solución.

Ese sabor dulce pero falso confunde su cerebro, altera sus señales de hambre e incluso debilita las defensas de su cuerpo. A continuación descubrirá cómo comenzar a revertir ese daño y recuperar el control de su hambre, su energía y su salud general.

1. Elimine todos los edulcorantes artificiales: dele un descanso a su cuerpo de tanta confusión. Deje de comprar chicles sin azúcar, polvos de proteína saborizados, refrescos de dieta y bocadillos “de dieta” que incluyan sucralosa, aspartamo o acesulfamo de potasio en la etiqueta de ingredientes.

Si ha consumido edulcorantes artificiales por mucho tiempo, tenga paciencia, ya que le tomará tiempo a sus papilas gustativas y sus señales de hambre recalibrase. Para restablecer el metabolismo y el apetito, comience por eliminar la interferencia química.

2. Consuma alimentos enteros con dulzura natural para reentrenar su respuesta gustativa: le recomiendo consumir frutas enteras con fibra como naranjas, manzanas o bayas, e incorporarlas poco a poco a su alimentación si su intestino es sensible. Si necesita usar un endulzante mientras su cuerpo se cura, utilice miel cruda o miel de maple en cantidades pequeñas.

Evite los jugos sin pulpa por ahora, y comience con fruta entera o jugo de fruta con pulpa para que su microbioma intestinal pueda estabilizarse. Su cuerpo sabe cómo manejar los alimentos reales, confíe en él.

3. Beba agua con dextrosa poco a poco a lo largo del día para tener energía sin confundir al cuerpo: una buena estrategia si su intestino está muy comprometido o si sufre de fatiga y niveles inestables de azúcar en la sangre es beber agua con dextrosa poco a poco durante varias horas. Esto le brinda a su cerebro una fuente de glucosa limpia y fácil de digerir que no lo perjudica como los edulcorantes artificiales. Es muy útil si quiere dejar de tomar sucralosa y tiene antojos o poca energía.

4. Monitoree sus patrones de hambre y antojos para promover la conciencia corporal: las señales que envían el cerebro y el intestino determinan el hambre. Monitoree cómo se siente antes y después de las comidas. ¿Tiene menos antojos cuando come suficientes carbohidratos de fuentes limpias? ¿Se siente más satisfecho después de comer alimentos saludables?

No se trata de contar calorías, sino de reconstruir la confianza en su cuerpo. Con el tiempo notará que sus señales de hambre se vuelven más predecibles y menos extremas.

5. Refuerce la función inmunológica y evite los edulcorantes artificiales a largo plazo: eliminar la sucralosa restablecerá la señalización inmunológica adecuada y lo ayudará si se enferma con frecuencia, siente cansado o tiene inflamación. Consuma alimentos ricos en nutrientes como el caldo de huesos, carnes de animales alimentados con pastura, colágeno, frutas y huevos, y evite los alimentos “de dieta” procesados. Su sistema inmunológico responde a lo que come cada día.

Si es una persona que tiene muchos antojos, poca energía y confusión sobre qué comer, no está solo y su cuerpo no está descompuesto. Su cuerpo fue engañado por productos que nunca fueron diseñados con su salud a largo plazo en mente. Una de las mejores estrategias que puede implementar para restablecer el equilibrio y dejar de luchar contra su cuerpo es reemplazar los edulcorantes falsos con nutrientes de verdad.

Preguntas frecuentes sobre la sucralosa

P: ¿Cómo es que la sucralosa aumenta el hambre en lugar de reducirlo?

R: La sucralosa engaña al cerebro debido a que activa las mismas regiones que esperan calorías después de probar un alimento dulce. El cerebro aumenta el hambre y la búsqueda de comida en lugar de calmar ese impulso cuando no recibe energía.

P: ¿La sucralosa afecta las hormonas que regulan el apetito y la saciedad?

R: Sí. A diferencia del azúcar real, la sucralosa no activa la insulina y el GLP-1, los cuales son dos hormonas que indican saciedad, por lo que el cuerpo piensa que comió pero no recibe la señal para dejar de comer.

P: ¿Cómo afecta la sucralosa al microbioma intestinal?

R: Incluso cantidades pequeñas de sucralosa inducen la disbiosis intestinal, que es un desequilibrio de bacterias que se relaciona con un metabolismo deficiente de la glucosa, inflamación y un riesgo mayor de daño al hígado y al colon.

P: ¿La sucralosa debilita el sistema inmunológico?

R: Los estudios en animales demuestran que la sucralosa suprime la actividad de las células T, lo que perjudica la habilidad del sistema inmunológico para combatir las infecciones y el cáncer. El efecto se revirtió una vez que dejaron de consumir sucralosa.

P: ¿Qué estrategias detienen el daño causado por los edulcorantes artificiales?

R: Para restablecer el equilibrio, deje de consumir todos los edulcorantes artificiales, reentrene su gusto con alimentos enteros y reales, aumente su energía con agua con dextrosa, reconstruya su conciencia del hambre y concéntrese en alimentos que refuercen su sistema inmunológico y sean ricos en nutrientes.