📝HISTORIA EN BREVE
- Un estudio de Escocia de casi 80 años descubrió que los adultos mayores que hacían labores de jardinería obtuvieron mejores resultados en pruebas de memoria y pensamiento que las personas que no trabajaban en la tierra, incluso después de ajustar la educación, los ingresos y el ejercicio
- La jardinería desafía muchas regiones del cerebro a través de la planificación, el uso de la memoria, la resolución de problemas y la toma de decisiones, lo que proporciona un entrenamiento mental más completo que el simple ejercicio
- La experiencia sensorial de la jardinería (tocar la tierra, oler las plantas, ver los colores y pasar tiempo al aire libre) estimula el cerebro, al mismo tiempo que reduce las hormonas del estrés y mejora el estado de ánimo
- Crear un jardín no requiere experiencia; incluso cultivar hierbas en la cornisa de la ventana o plantas en macetas proporciona beneficios para el cerebro y ayuda a desarrollar una "reserva cognitiva" contra el deterioro relacionado con la edad
- Además de la salud del cerebro, la jardinería ofrece una conexión social a través de jardines y clubes comunitarios, lo que reduce aún más el riesgo de demencia y mejora el bienestar general
🩺Por el Dr. Mercola
¿Qué pasaría si una mente más aguda estuviera a sólo unas pocas semillas de distancia? Imagine gozar de una mejor concentración, pensar con más claridad y tener un estado de ánimo más tranquilo, sin consumir ninguna pastilla, sino desde su propio jardín. Las investigaciones sugieren que la jardinería es una de las formas más poderosas y naturales de ayudar al cerebro a medida que envejecemos.1
Un estudio de Escocia de casi 80 años descubrió que los adultos mayores que hacían labores de jardinería obtuvieron mejores resultados en pruebas de memoria y pensamiento que las personas que no trabajaban en la tierra. Incluso después de hacer ajustes por educación, ingresos y ejercicio, la jardinería todavía se destacó como un estimulante para el cerebro. El secreto es bastante simple La jardinería desafía su mente de una manera que el ejercicio no puede.
Si alguna vez ha sentido paz mientras cuida sus plantas o alegría al ver algo que crece a partir de una semilla, es muy probable que su cerebro haya aprovechado esos beneficios. Por lo tanto, ahora puede hacerlo con un propósito. Sin importar si es nuevo en esto de la jardinería o un cultivador de toda la vida, aquí descubrirá cómo hacer de la jardinería su hábito preferido para la salud del cerebro.
Cultive su cerebro: la jardinería es más que un pasatiempo
Imagine que su cerebro es similar a un jardín. Necesita cuidados regulares, el entorno adecuado y un pequeño desafío para crecer fuerte. La jardinería es más que quitar malas hierbas o plantar flores. Es un entrenamiento mental completo.
• La jardinería proporciona “ejercicio” para el cerebro: en el estudio de Escocia, los investigadores siguieron a cientos de personas de entre 11 y 90 años. Descubrieron que quienes hacían trabajos de jardinería a finales de sus 70 años obtenían mejores resultados en pruebas de memoria y resolución de problemas que quienes no lo hacían. Los beneficios no se debieron sólo a la actividad física. Había algo más (la planificación, la concentración, la creatividad) que parecía darle al cerebro una ventaja duradera.
• La jardinería requiere capacidad intelectual: a diferencia de caminar o andar en bicicleta, a menudo requiere que recuerde cronogramas de plantación, cree diseños y resuelva problemas (¿por qué se marchitan mis jitomates?). Esa combinación de tareas estimula varias regiones del cerebro.
• Siga la regla de "úselo o piérdalo": al igual que los músculos, el cerebro se mantiene fuerte con el uso regular. Las labores de jardinería obligan a la mente a mantenerse activa y flexible, que son las habilidades clave para lograr un envejecimiento saludable.
¿Cómo estimula la jardinería su mente?
Vamos a dividirlo en cuatro formas poderosas.
1. Memoria y concentración: todo jardinero conoce el ritmo: regar por la mañana, podar por la tarde y cosechar según la estación. Recordar cuándo y cómo cuidar cada planta ejercita su mente todos los días.
2. Planificación y toma de decisiones: ¿dónde debe colocar cada planta para obtener la mayor cantidad de rayos del sol? ¿Cómo cambiará su jardín la próxima temporada? Estas elecciones dependen de la función ejecutiva, una habilidad cerebral que le ayuda a planificar, organizar y llevar a cabo sus decisiones.
3. Estimulación sensorial: la jardinería ilumina sus sentidos. Experiencias como el color de las hierbas, la textura de la tierra y los colores de las flores, estimulan la integración sensorial, que mantiene el cerebro alerta y activo. Los entornos ricos en sensaciones son como caramelos para el cerebro.
4. Alivio del estrés: demasiado estrés afecta su pensamiento. La jardinería ayuda a calmar el sistema nervioso. Los estudios demuestran que pasar tiempo en contacto con la naturaleza reduce el cortisol (la hormona del estrés) y mejora el estado de ánimo.2 Sin mencionar que realizar trabajos de jardinería al aire libre le brinda una dosis saludable de luz solar todos los días.
Envejezca de forma más inteligente
¿La jardinería puede ayudar a proteger la memoria a largo plazo? La investigación dice que sí. El estudio de Escocia, publicado en el Journal of Environmental Psychology, demostró que los adultos mayores que realizan labores de jardinería no sólo tenían mejores puntuaciones cognitivas a los 79 años, sino que también experimentaron mayores ganancias desde la infancia hasta la vejez.3
• La jardinería podría desarrollar lo que los científicos llaman "reserva cognitiva": piense en ello como un ahorro en su cuenta bancaria mental. Cuanto más construya en los primeros años de vida y en la mediana edad, más protegido estará contra el deterioro relacionado con la edad.
• La jardinería ayudó sin importar los ingresos, la educación o la actividad física: no es necesario ser rico o tener un nivel educativo alto para ver los beneficios. La jardinería podría ser la solución. En otras palabras, la jardinería no sólo ayudaba porque las personas eran más sanas o tenían más educación: también ofrecía una estimulación mental única. Y, aunque no se ha demostrado que la jardinería ralentice el deterioro cognitivo después de los 79 años, sí ayudó a las personas a llegar a sus últimos años con una función cognitiva más fuerte.
• Nunca es demasiado tarde para empezar: ya sea que tenga 45 o 75 años, el acto de aprender, participar y disfrutar de la jardinería ayuda a enriquecer su mente. Lo que hace que el estudio sea más poderoso es su visión a largo plazo. Los investigadores siguieron a los participantes durante casi ocho décadas, y los datos sobre su capacidad cognitiva comenzaron a partir de los 11 años y continuaron hasta los 90.
Eso les permitió ver cómo los hábitos de jardinería se relacionaban con el cambio cognitivo a lo largo de la vida y el rendimiento cognitivo a los 79 años. Descubrieron que la jardinería se relacionaba con mayores ganancias cognitivas desde la infancia hasta la edad adulta tardía, algo que pocos hábitos de estilo de vida pueden afirmar.
• Proporciona una protección: entrar a una edad avanzada con una mejor función cerebral ayuda a proteger contra el deterioro futuro. Los investigadores se refieren a esto como “diferenciación preservada”, lo que significa que las personas que hacen labores de jardinería tuvieron una ventaja, incluso si su tasa de declive fue similar a la de las personas que nunca se acercaban al jardín. Es otra razón por la que empezar a cultivar un huerto, incluso más tarde en la vida, todavía ofrece recompensas cognitivas duraderas.
Para empezar no es necesario tener ninguna habilidad para las plantas
No se preocupe si nunca antes ha hecho cosas de jardinería. No necesita un jardín grande ni herramientas sofisticadas. A continuación se indican tres pasos para que empezar un jardín sea sencillo y gratificante:
1. Empiece poco a poco: intente iniciar con macetas o hierbas en las ventanas, como albahaca o menta. Éstas crecen rápido y dan resultados rápidos. Además, huelen de maravilla y son saludables.
2. Dele un sentido: cultive algo que sea importante para usted. Quizás se trate de una flor que le encantaba a su abuela o alguna verdura que quiera ofrecerle a sus hijos. Cuando su jardín tiene un propósito, es más probable que lo conserve.
3. Siga su progreso: mantenga un diario de su jardín. Tome nota de lo que planta, cuándo crece y cómo se sintió ese día. El seguimiento genera conciencia, motivación y sensación de logro, lo que es excelente para la salud mental.
4. Cree una rutina de jardinería que estimule el cerebro: para tener una rutina de jardinería completa, le recomiendo que pase 15 minutos expuesto a los rayos del sol de la mañana. Anote cada semana las tareas que realiza en el jardín. Intente cultivar algo nuevo cada temporada y agregue campanillas de viento o un comedero para pájaros, ya que eso activa su audición.
Beneficios adicionales
La jardinería no sólo ayuda al cerebro. También favorece la salud emocional y social.
• Relacionarse con otras personas: acuda a un jardín comunitario o club de jardinería. Los estudios demuestran que la conexión social mejora la función cerebral y reduce el riesgo de demencia.4 Participar en labores de jardinería con otras personas es como compartir algo para la mente: cada uno aporta algo.
• Exponerse a espacios verdes: pasar tiempo en la naturaleza se relaciona con un nivel menor de ansiedad y una mejor atención.5 La jardinería le permite obtener estos beneficios.
• Tener un propósito: ver crecer su jardín lo motiva a esperar con ilusión. Aporta estructura a su día, aumenta la confianza y crea alegría: una gran combinación para el bienestar emocional.
• Está aprobado por los médicos: cada vez existen más médicos que recomiendan la jardinería como forma de terapia. Ahora es parte de la “prescripción social”, ya que se considera un enfoque de atención médica que fomenta hábitos de estilo de vida en lugar de medicamentos.
• Unirse al movimiento: para involucrarse en el movimiento de jardinería, visite un jardín comunitario local, regale una planta a un amigo y comparta consejos de cuidado o únase a un club de jardinería local para encontrar un mentor de jardinería.
Deja que su mente florezca
La jardinería quizá no sea una píldora mágica, pero es una de las formas más fáciles y agradables de cuidar el cerebro. Es como darle un regalo a su mente, ya sea que esté podando hierbas en la cornisa de una ventana o plantando un huerto.
La ciencia es clara: la jardinería ayuda a mejorar la memoria, la concentración y el estado de ánimo, y no importa si es principiante. En resumen, todo se trata de empezar. No necesita ser perfecto; sólo necesita plantar algo.
Preguntas frecuentes sobre los beneficios de la jardinería para la salud del cerebro
P: ¿Cómo beneficia la jardinería al cerebro?
R: La jardinería desafía su mente a través de la planificación, la memoria y la toma de decisiones. También reduce el estrés y activa los sentidos al aire libre, todo lo cual contribuye a un mejor funcionamiento del cerebro a medida que envejecemos.
P: ¿La jardinería es mejor que otras actividades físicas para la salud del cerebro?
R: La jardinería proporciona beneficios cognitivos más allá de la actividad física regular. Las investigaciones demuestran que mejora la memoria y la capacidad de pensamiento incluso después de tener en cuenta los niveles de ejercicio, la educación y los ingresos.
P: ¿Necesito un patio grande o experiencia en jardinería para obtener los beneficios?
R: No. Incluso pequeños pasos como cultivar hierbas en la cornisa de una ventana o cuidar plantas en macetas estimulan el cerebro y mejoran el estado de ánimo.
P: ¿La jardinería puede retardar el deterioro cognitivo?
R: Aunque no detiene el envejecimiento, un estudio a largo plazo descubrió que la jardinería estaba relacionada con un mejor rendimiento cerebral y ganancias cognitivas de por vida, lo que sugiere que ayuda a preservar la agudeza mental.
P: ¿Cuál es la mejor manera de empezar a cultivar un huerto para mejorar la salud del cerebro?
R: Empiece poco a poco, hágalo significativo y realice un seguimiento de su progreso. Pruebe un desafío de 30 días con objetivos simples como plantar, aprender, compartir y reflexionar para crear un hábito duradero.