📝HISTORIA EN BREVE
- Además de ser un problema de salud mental, la depresión acelera el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades cardíacas y la artritis
- Las personas con depresión tienen un riesgo mucho mayor de terminar en el hospital a causa de un problema físico grave, y algunas cuando desarrollan una enfermedad requieren hasta cinco veces más visitas al hospital que las personas sin depresión
- La depresión causa estrés crónico e inflamación, que dañan las células, debilitan el sistema inmunológico, incrementan los niveles de azúcar y aceleran la progresión de enfermedades
- Si a la depresión, se le suma la falta de sueño y una mala salud intestinal, la situación se pone peor, lo que incrementa el riesgo de infecciones, problemas digestivos y trastornos metabólicos
- Para romper este círculo vicioso de depresión y enfermedad, deben abordarse las causas subyacentes con ayuda de estrategias como exposición segura al sol, probióticos que restauren el intestino, sueño profundo, manejo del estrés y refuerzo mitocondrial
🩺Por el Dr. Mercola
La depresión no solo afecta el estado de ánimo, también acelera la progresión de las enfermedades físicas, e investigaciones recientes confirman estos hallazgos. Los estudios demuestran que existe una relación muy estrecha entre la depresión y la inflamación, y esto incrementa el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, respiratorias y diabetes, lo que crea un círculo vicioso que deteriora la calidad de vida.
Lo peor de todo es que, mientras más tiempo tarde en tratar la depresión, más daño causará. Esto demuestra que abordar su salud mental y emocional es esencial para prevenir daños físicos e irreversibles a largo plazo.
La relación entre la depresión y las enfermedades crónicas
Hace poco, se publicó un estudio en PLOS Medicine que analizó el impacto de la depresión en el desarrollo de enfermedades crónicas a lo largo del tiempo. Los investigadores utilizaron los datos de UK Biobank de 2006 a 2010 para hacer un seguimiento de más de 172 556 adultos de entre 40 y 71 años con el fin de determinar si las personas con depresión tenían más problemas de salud crónicos que las personas sin esta enfermedad.1,2
•Los trastornos a largo plazo: el estudio analizó una amplia gama de problemas de salud física, desde diabetes y enfermedades cardíacas hasta osteoartritis y trastornos digestivos, con el fin de descubrir si la depresión afectaba la progresión de la enfermedad más allá de sus conocidos efectos psicológicos.
•Los adultos con depresión desarrollaron enfermedades crónicas más rápido: en promedio, las personas con depresión tenían al menos otra enfermedad crónica cuando comenzó del estudio.
•La depresión acelera el desarrollo de enfermedades: durante un período de seguimiento de siete años, los investigadores descubrieron que las personas con depresión desarrollaron otros problemas de salud a un ritmo más rápido.
Estos hallazgos sugieren que la depresión hace más que coexistir con la enfermedad física, acelera su progresión. "Nuestros hallazgos demuestran la importancia de los enfoques completos para abordar la salud tanto mental como física", dijeron los investigadores.3
Cuando una persona tiene depresión las enfermedades progresan en años en lugar de décadas
Uno de los hallazgos más preocupantes de este estudio fue que la depresión acelera el desarrollo de la enfermedad.
•La depresión acelera la aparición de enfermedades: los investigadores descubrieron que, las personas con depresión desarrollaron antes enfermedades como la osteoartritis, la hipertensión y la enfermedad por reflujo.4 En lugar de tardar décadas en desarrollarse, como suele suceder, estas enfermedades aparecieron mucho antes en las personas con depresión.
•Ciertas enfermedades crónicas tuvieron una relación muy estrecha con la depresión: por ejemplo, las personas con depresión tenían mayor riesgo de desarrollar diabetes, lo que provoca daño nervioso, insuficiencia renal y pérdida de la visión. Los trastornos digestivos, como el reflujo ácido y el síndrome del intestino irritable, también fueron mucho más comunes entre las personas con depresión.
•La depresión daña el corazón: uno de los hallazgos más alarmantes fue el impacto de la depresión en el sistema cardiovascular. La depresión incrementa bastante el riesgo de hipertensión y enfermedades cardíacas.
Los investigadores creen que esto se debe a que la depresión produce respuestas de estrés prolongadas, lo que causa picos de cortisol, que es la hormona del estrés. Cuando no se controlan, estas respuestas de estrés dañan los vasos sanguíneos, causan rigidez arterial e incrementan el riesgo de infarto y derrame cerebral.5
Desde hace mucho tiempo, se sabe que existe una relación entre las emociones negativas, como la depresión y el desamor, e incluso existe un término que lo describe: el síndrome del corazón roto. Para más información al respecto, consulte: “¿Tiene el corazón roto? Tenga cuidado, puede ser peor de lo que imagina”.
La inflamación es uno de los factores más importantes en la progresión de enfermedades
La inflamación es un factor clave en la relación entre la depresión y la enfermedad. Cuando el cuerpo está bajo estrés crónico, como se observa en la depresión, se activa una respuesta inflamatoria que desgasta los sistemas orgánicos.
•Los peligros de la inflamación sistémica: la inflamación sistémica no solo daña los tejidos, sino que también altera el sistema inmunológico, lo que reduce la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y repararse así mismo. Como resultado, las personas con depresión son más vulnerables a una serie de enfermedades, desde trastornos autoinmunes hasta problemas cardiovasculares.
•La disfunción metabólica es otro factor importante: la depresión altera la regulación del azúcar, lo que causa resistencia a la insulina y aumento de peso. Estos factores metabólicos incrementan el riesgo de enfermedades crónicas.
El estudio también menciona que las personas con depresión eran más propensas a desarrollar problemas metabólicos como obesidad y diabetes, lo que incrementa aún más el riesgo de otras enfermedades graves. Esto significa que controlar la depresión podría tener efectos muy beneficiosos en el riesgo de estas alteraciones metabólicas y las enfermedades en general.6
•La relación intestino-cerebro también es un factor fundamental en la progresión de la enfermedad: las personas con depresión también suelen tener un desequilibrio en su microbioma intestinal, que se compone de billones de bacterias que regulan la digestión y la función inmunológica.
•El desequilibrio en el microbioma intestinal permite que las bacterias dañinas prosperen: esto incrementa los niveles de endotoxinas, que son compuestos que causan inflamación e incrementan el riesgo de enfermedades crónicas. Esto explica porqué los problemas digestivos son tan comunes en personas con depresión, así como la importancia de reforzar la salud intestinal para romper el ciclo de la enfermedad.
Para más información sobre el impacto de su microbioma intestinal en su bienestar, consulte: “La mayoría de las enfermedades se originan en este órgano de su cuerpo”.
La depresión incrementa las hospitalizaciones por enfermedades graves
Otro estudio, que se publicó en JAMA Psychiatry,7 analizó la forma en que la depresión afecta el riesgo de hospitalización por enfermedades graves. Los investigadores analizaron los datos de 240 433 adultos de grupos diferentes del Reino Unido y Finlandia, e hicieron un seguimiento de las hospitalizaciones durante varios años. Los investigadores trataron de determinar si las personas con depresión tenían un riesgo mayor de ser hospitalizadas por problemas de salud graves más allá de los trastornos psiquiátricos.
•El riesgo de hospitalización fue cinco veces mayor en personas con depresión: las relaciones más estrechas involucraron a las enfermedades endocrinas (que afectan las hormonas), trastornos musculoesqueléticos (como artritis y dolor de espalda crónico) y problemas cardiovasculares. Además, las personas con depresión severa tenían una probabilidad mucho mayor de requerir tratamiento hospitalario para una amplia gama de enfermedades crónicas.
•Las personas con depresión tienen un riesgo 76 % mayor de ser hospitalizadas por enfermedad cardíaca: esto refleja los hallazgos del primer estudio con respecto al hecho de que la depresión tiene una relación estrecha con las enfermedades cardíacas. Según el estudio, las personas con depresión tienen un riesgo mayor de desarrollar (y ser hospitalizados por) enfermedad cardíaca isquémica, un problema de salud en el que la reducción del flujo sanguíneo al corazón incrementa el riesgo de infarto.
•Más visitas a salas de emergencia por problemas cardíacos: el estudio también descubrió que la depresión empeora los problemas cardíacos. Esto significa que una vez que una persona con depresión desarrolla una enfermedad cardíaca, es más probable que requiera atención hospitalaria de emergencia.
•Las personas con depresión tuvieron un riesgo dos veces más elevado de ser hospitalizadas por infecciones graves: el sistema inmunológico y la salud mental tienen una relación muy estrecha, y el estrés crónico por depresión reduce la capacidad del cuerpo para combatir las bacterias dañinas. Esto incrementa el riesgo de desarrollar infecciones que podrían ser mortales y requieren cuidados hospitalarios intensivos, como neumonía o sepsis.
•La depresión también se relacionó con los trastornos del sueño: el estudio descubrió que las personas con depresión tuvieron un riesgo casi seis veces mayor de hospitalización por trastornos del sueño que las personas sin esta enfermedad. La falta de sueño daña mucho la salud, ya que debilita el sistema inmunológico, deteriora la función cognitiva y causa inflamación.
Además de estas enfermedades específicas, la depresión suele acelerar la progresión general de cualquier enfermedad. Esto significa que cuando las personas con depresión desarrollan una enfermedad crónica, tienden a experimentar más complicaciones y un deterioro más rápido de la salud que las personas sin esta enfermedad.8
El peligroso círculo vicioso entre la depresión y la enfermedad
Otro estudio que se publicó en World Psychiatry9 analizó la relación entre la depresión y la enfermedad crónica, y demostró que se trata de una relación recíproca. Los investigadores analizaron datos poblacionales a gran escala y descubrieron que las personas con enfermedades crónicas tienen un riesgo tres veces mayor de depresión.
•La naturaleza cíclica de la depresión y las enfermedades físicas: uno de los hallazgos más sorprendentes fue que mientras más enfermedades crónicas tenía una persona, mayor era su riesgo de depresión. Las personas con al menos dos enfermedades crónicas experimentaron depresión a una tasa del 23 %, mientras que en las personas sin ninguna enfermedad crónica esta tasa fue del 3.2 %.10
•El dolor crónico fue un factor fundamental: las personas con varios problemas de salud que se relacionaron con el dolor tuvieron un riesgo cinco veces mayor de depresión. El dolor altera el sueño, limita la actividad física y reduce la calidad de vida, que son factores que hacen que una persona sea más propensa a sufrir problemas de salud mental. De manera curiosa, incluso cuando el dolor se controlaba con ayuda de la medicación, el riesgo de depresión se mantuvo alto, lo que indica que tratar el dolor por sí solo no es suficiente.
•Las enfermedades físicas también alteran la función del cerebro: el estudio explicó que las enfermedades crónicas activan las respuestas inflamatorias, lo que libera citoquinas. Estas sustancias alteran la química del cerebro e incrementan los niveles de hormonas del estrés como el cortisol. Con el tiempo, este cambio bioquímico causa sentimientos persistentes de tristeza, fatiga y ansiedad, lo que hace aún más difícil recuperarse de una enfermedad física.
•Las personas con depresión tienen un sistema inmunológico débil: son más susceptibles a las infecciones y tardan más en recuperarse de las enfermedades, también suelen experimentar resfriados frecuentes, tiempos de recuperación prolongados y mayores marcadores de inflamación.
•La depresión poshospitalaria también es problema común: las personas que terminaron en el hospital por infarto, derrame cerebral y otros problemas de salud, pueden desarrollar depresión después de que los dan de alta. El estrés por tener una enfermedad grave, junto con el desgaste físico de la recuperación, crea lo que parece la tormenta perfecta para el deterioro de la salud mental.
Aprenda a romper el círculo vicioso entre la depresión y las enfermedades crónicas
Si la depresión está alimentando una enfermedad física y dificultando su recuperación, debe abordar las causas subyacentes (estrés crónico, inflamación, falta de sueño y desequilibrios en la salud intestinal) en lugar de solo tratar los síntomas.
Ignorar las causas subyacentes lo mantendrá en este círculo vicioso. La buena noticia es que existen estrategias efectivas para reforzar la salud mental y física al mismo tiempo.
•Exponerse de forma segura al sol: su cuerpo necesita luz natural para regular su sueño, equilibrar las hormonas y combatir la inflamación. Además, la exposición al sol optimiza la producción de vitamina D, lo que se relaciona con una mejor salud mental. Para más información sobre este tema, consulte mi artículo: “Elevar los niveles de esta vitamina mejora la salud mental”.
Trate de exponerse por lo menos 20 minutos a la luz del sol poco después de despertarse. Esto restablece el reloj interno de su cuerpo y lo ayuda a dormir mejor por la noche, que son dos factores cruciales para mantener una buena salud tanto física como mental.
Pero, si lleva una alimentación con alto contenido de aceites vegetales, le recomiendo que evite las horas más intensas de sol. Estos aceites contienen una gran cantidad de ácido linoleico (AL), que se oxida muy fácil bajo la luz ultravioleta, lo que causa inflamación y daña el ADN. Mejor, limite la exposición al sol a las horas menos intensas de la mañana o al final de la tarde durante cuatro a seis meses mientras elimina estos aceites de su cuerpo.
• Reforzar la salud de su intestino con los probióticos adecuados: las bacterias intestinales controlan todo, desde la digestión hasta el estado de ánimo, y cuando hay un desequilibrio, causan mucha inflamación. La depresión suele relacionarse con una disfunción intestinal, lo que significa que las bacterias del sistema digestivo influyen en las emociones. Debe enfocarse en alimentar las bacterias buenas y matar de hambre a las dañinas.
Comience con la Akkermansia muciniphila, una bacteria intestinal beneficiosa que fortalece el revestimiento intestinal y combate la inflamación. Los alimentos fermentados, los almidones resistentes y las fuentes de carbohidratos saludables como frutas y vegetales son excelentes formas de reforzar su microbioma y mejorar la resiliencia física y mental.
Para más información sobre la relación entre la salud intestinal y la depresión, consulte: “Un riesgo potente para la depresión - ¿está incluyéndolo o evitándolo?”.
•Dormir bien: cuando no duerme bien, su cuerpo no puede repararse. La depresión se relaciona con los trastornos del sueño, y la falta de sueño causa inflamación, debilita el sistema inmunológico y empeora la resistencia a la insulina.
Trate de obtener al menos entre siete y nueve horas de sueño de calidad por noche. Para mejorar su sueño, no se exponga a la luz azul en las noches, lo que significa que no debe utilizar ningún dispositivo electrónico una hora antes de acostarse, duerma en una habitación oscura y manténgala fresca (alrededor de 65 °F).
•Controlar el estrés crónico antes de que cause daños graves en su salud: las investigaciones demuestran que el estrés destruye la salud. Los niveles elevados de cortisol por estrés crónico aceleran la progresión de la enfermedad, alteran el azúcar y causan inflamación en todo el cuerpo. Implementar una estrategia para controlar el estrés no es algo que solo deba hacer cuando se siente abrumado, sino que debe formar parte de su rutina de salud.
Para restablecer su sistema nervioso, haga ejercicios de respiración profunda, meditación o incluso pasar tiempo en la naturaleza. Una herramienta muy efectiva y que recomiendo mucho son las Técnicas de Libertad Emocional (EFT). Cuando está bajo un estrés constante, su cuerpo queda atrapado en el modo de lucha o huida, lo que hace imposible que sane. Como dije, la relajación debe ser una prioridad, tal como lo hace con la alimentación y el ejercicio.
•Reforzar la salud de las mitocondrias para obtener energía y resiliencia a largo plazo: sus mitocondrias, que son las pequeñas fábricas de energía en sus células, controlan los niveles de energía e influyen mucho en la forma en que su cuerpo combate las enfermedades. La depresión, las enfermedades crónicas y la fatiga son señales de que hay algún problema con sus mitocondrias.
Para restaurar su salud, enfóquese en obtener los nutrientes que necesita y mantenerse en movimiento. Evite los alimentos procesados, los aceites de semillas y el exceso de grasas poliinsaturadas, ya que dañan la función de las mitocondrias. El movimiento ligero, como caminar, también es esencial, permanecer sentado todo el día evita que las células reciban oxígeno y retrasa la curación.
Seguir estos pasos le ayudará a romper el ciclo de depresión y enfermedad. Cuando toma las decisiones correctas con respecto a su estilo de vida y le da a su cuerpo las herramientas que necesita para sanar, refuerza tanto su salud física como mental.
Preguntas frecuentes sobre la relación entre la depresión y la enfermedad
P: ¿Cuál es el impacto de la depresión en el desarrollo de enfermedades físicas?
R: La depresión causa inflamación crónica, debilita el sistema inmunológico y altera el metabolismo, lo que acelera la aparición de enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardíacas y la artritis. También deteriora la calidad del sueño, incrementa los niveles de las hormonas del estrés y causa un desequilibrio en el microbioma intestinal, que son factores que empeoran las enfermedades físicas.
P: ¿Por qué las personas con depresión tienen más probabilidades de ser hospitalizadas?
R: Los estudios demuestran que las personas con depresión tienen un riesgo mayor de terminar en el hospital por enfermedades graves como enfermedades cardíacas, diabetes e infecciones bacterianas. La depresión empeora la progresión de la enfermedad, dificulta el control de los problemas de salud y reduce la adherencia al tratamiento, lo que incrementa la necesidad de atención médica de emergencia.
P: ¿Qué relación existe entre la salud intestinal, la depresión y la enfermedad?
R: El microbioma intestinal influye en la función del cerebro, la salud inmunológica y los niveles de inflamación. La depresión se relaciona con desequilibrios en las bacterias intestinales, lo que incrementa los niveles de endotoxinas, causa problemas de digestión y produce inflamación, lo que empeora las enfermedades crónicas.
P: ¿Qué efecto tiene la falta de sueño en la depresión y las enfermedades?
R: La falta de un sueño profundo y reparador incrementa los niveles de cortisol (hormona del estrés), debilita el sistema inmunológico y causa inflamación en todo el cuerpo. Los trastornos del sueño son comunes en personas con depresión y se relacionan con un riesgo mayor de disfunción metabólica, enfermedades cardiovasculares y problemas de salud mental.
P: ¿Cuáles son las mejores estrategias para romper el ciclo de la depresión y la enfermedad crónica?
R: Abordar las causas subyacentes es clave, por ejemplo, exponerse a la luz del sol por la mañana para regular las hormonas, reforzar la salud intestinal con los probióticos adecuados, dormir bien, reducir el estrés crónico y reforzar la función de las mitocondrias con estrategias como mantenerse en movimiento y recibir los nutrientes que necesita. Estos cambios reforzarán su salud tanto física como mental, lo que ayudará a reducir su riesgo de enfermedades.