📝HISTORIA EN BREVE

  • Por lo general, la osteoartritis (OA) se describe como una enfermedad de "desgaste" que suele relacionarse con la degradación del cartílago de la articulación debido al uso y la carga a lo largo del tiempo
  • Sin embargo, ahora hay mucha más información sobre este problema de salud, y la evidencia demuestra que es una enfermedad más compleja de lo que se pensaba, ya que puede ser el resultado de una combinación de factores que van más allá del simple desgaste mecánico
  • Ahora los médicos creen que la osteoartritis debería considerarse una enfermedad sistémica, y no un simple problema en las articulaciones
  • Mantener un peso saludable es fundamental para prevenir la osteoartritis, mientras que evitar el ácido linoleico que contiene los aceites de semillas podría ayudar a reducir su riesgo de obesidad
  • El caldo de huesos casero contiene niveles elevados de colágeno, por lo que es una excelente forma de reforzar la salud de las articulaciones, ya que el colágeno es un componente importante del cartílago, que es el tejido que se degrada en la osteoartritis

🩺Por el Dr. Mercola

La osteoartritis (OA) es una enfermedad degenerativa de las articulaciones, la cual se considera la forma más común de artritis, ya que afecta a 32.5 millones de adultos que viven en Estados Unidos.1 A nivel mundial, afecta a unos 595 millones de personas, con un incremento del 132 % desde el año 1990.2

La osteoartritis se produce cuando el cartílago que amortigua los extremos de los huesos se desgasta con el tiempo. Aunque la osteoartritis puede dañar cualquier articulación, casi siempre involucra la articulación de la rodilla, seguido de la cadera y la mano.3 Aunque la osteoartritis no tiene una cura conocida, suele progresar poco a poco.

Esto significa que puede tomar medidas para reducir el daño de la enfermedad, tales como evitar la obesidad y comer caldo de huesos. Los científicos también trabajan en métodos de detección temprana que permitirían comenzar el tratamiento antes de que se produzca daño en las articulaciones.

Las consecuencias del diagnóstico tardío en la osteoartritis

Por lo general, la osteoartritis se diagnostica con base en una combinación de síntomas clínicos, exámenes físicos y análisis de diagnóstico, incluyendo radiografías. Algunos de los síntomas más comunes de la osteoartritis incluyen los siguientes:

  • Dolor y sensibilidad en las articulaciones: las articulaciones pueden doler durante o después de realizar algún movimiento que las involucra.
  • Rigidez: la rigidez de las articulaciones podría ser más evidente al despertarse por la mañana o después de un período de inactividad.
  • Pérdida de flexibilidad: podría perderse un poco de flexibilidad en la articulación afectada.
  • Sensación de rechinido: es posible que sienta que le truena o que escuche un crujido cuando mueve esa articulación.
  • Espolón óseo: estos pedazos adicionales de hueso, que se sienten como bultos duros, pueden formarse alrededor de la articulación afectada.

Su médico le preguntará sobre estos síntomas y durante cuánto tiempo los ha tenido, al igual que le preguntará si ha tenido otras lesiones o si ha participado en actividades que podrían empeorar el daño en la articulación. Por ejemplo, según la Osteoarthritis Action Alliance (OAAA):4

"Ciertas profesiones (por ejemplo, construcción, atención médica, agricultura, agentes de seguridad, policías, socorristas o militares) que implican estar de pie durante mucho tiempo, ponerse en cuclillas, levantar objetos, arrodillarse y hacer movimientos repetitivos con mucha tensión mecánica en una articulación, incrementan el riesgo de OA y pueden empeorar los síntomas.
De hecho, en el ejército, la osteoartritis y el dolor de espalda son los diagnósticos más comunes que causan la baja por discapacidad, tanto durante períodos de paz como de guerra.
Los jugadores de deportes profesionales de alto impacto (por ejemplo, hockey, fútbol y fútbol americano) en los que no solo hay cargas repetitivas con fuerza excesiva, sino también un mayor traumatismo en las articulaciones, también tienen mayor riesgo de OA. Además de los atletas de élite (fútbol, ​​carreras de larga distancia, levantamiento de pesas y lucha), los jugadores de fútbol que no son de élite también tienen un riesgo elevado de desarrollar OA".

El diagnóstico de osteoartritis también suele basarse en los resultados de las radiografías que muestran los cambios en la estructura de las articulaciones. El problema es que cuando la osteoartritis es visible en una radiografía, significa que la articulación ya está muy dañada. No obstante, las investigaciones sugieren que podría ser posible realizar un diagnóstico más temprano.

Los biomarcadores sanguíneos como diagnóstico temprano de OA

Los investigadores de la Universidad de Duke realizaron un estudio para encontrar marcadores sanguíneos que pudieran predecir el desarrollo de osteoartritis de rodilla en mujeres, antes de que el daño sea visible en las radiografías.5 Entre un grupo de 200 mujeres, se descubrió que seis proteínas sanguíneas específicas podían indicar un riesgo del 77 % de desarrollar OA, hasta ocho años antes de que pudiera observarse cualquier tipo de daño en las radiografías.

Predecir la OA con base en estos marcadores sanguíneos, fue más preciso que utilizar otros marcadores, como la edad, el índice de masa corporal (IMC) o los informes de dolor de rodilla, los cuales tuvieron una precisión mucho menor (51 % para la edad y el IMC, y 57 % para el dolor de rodilla). Los hallazgos sugieren que es posible que el tejido de las articulaciones comience a experimentar cambios mucho antes de que el daño por OA sea visible en una radiografía, lo que sugiere que la OA conlleva un proceso inflamatorio continuo.

Además, casi todas las proteínas sanguíneas que indicaban la posible aparición de OA también sugerían la posibilidad de que el problema empeorara. Por lo tanto, los primeros cambios que se relacionan con un mayor riesgo de OA y la posibilidad de que la enfermedad empeore una vez que ya la tiene, comparten procesos subyacentes.

"Esto nos dice que el desarrollo de la osteoartritis es un proceso continuo", dice la Dra. Virginia Byers Kraus (autora principal del estudio) para el periódico The New York Times, y agregó lo siguiente:

"Es como si se encontrara en una escalera mecánica que lo lleva por el camino hacia los síntomas y los cambios en las radiografías mucho antes de lo que pensábamos".6

Algún día, se podrá utilizar un análisis de sangre para diagnosticar la osteoartritis en sus primeras etapas y, de ese modo, poder implementar un tratamiento a tiempo para detener el daño a las articulaciones.

La osteoartritis es mucho más que un simple desgaste

Por lo general, la osteoartritis (OA) se describe como una enfermedad de "desgaste" que suele relacionarse con la degradación del cartílago de la articulación debido al uso y a la carga a lo largo del tiempo. Sin embargo, ahora hay mucha más información sobre este problema de salud y la evidencia demuestra que es una enfermedad más compleja de lo que se pensaba, ya que puede ser el resultado de una combinación de factores que van más allá del simple desgaste mecánico.

Aunque ejercer mucha fuerza sobre las articulaciones pueden acelerar la degradación del cartílago, los desequilibrios biomecánicos que ejercen tensiones desiguales sobre las articulaciones también influyen mucho en este problema. Además, aunque la osteoartritis no es una artritis inflamatoria tradicional, como la artritis reumatoide, la inflamación sí es un factor importante. Las sustancias químicas en la articulación pueden causar inflamación y dañar el cartílago y las estructuras que lo rodean. Según la OAAA:7

"La osteoartritis es mucho más que un simple 'desgaste' de la articulación, más bien un trastorno complejo que se caracteriza por cambios moleculares, anatómicos y fisiológicos. Dado que es una enfermedad muy compleja, tiene muchos factores de riesgo, tanto modificables como no modificables, los cuales influyen en su aparición y progresión, la buena noticia es que algunos pueden controlarse con ayuda de las estrategias adecuadas".

Por ejemplo, cada vez hay más evidencia que relaciona el síndrome metabólico (un conjunto de problemas de salud que incluyen hipertensión, niveles elevados de azúcar, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles anormales de colesterol) con un mayor riesgo de osteoartritis.8

Tener peso de más también aumenta la tensión en las articulaciones que soportan peso, como las rodillas y la cadera, lo que incrementa el riesgo de osteoartritis, pero eso no es todo, el tejido adiposo (grasa) también produce sustancias inflamatorias que pueden acelerar el deterioro de las articulaciones. De hecho, la Osteoarthritis Research Society International (OARSI) define la osteoartritis como:9

"Un trastorno que afecta a las articulaciones móviles y que se caracteriza por estrés celular y degradación de la matriz extracelular, iniciada por micro y macrolesiones que activan respuestas de reparación desadaptativas, que incluyen a las vías proinflamatorias de la inmunidad innata.
Primero, la enfermedad se manifiesta como un trastorno molecular (metabolismo anormal del tejido de la articulación), seguido de trastornos anatómicos o fisiológicos (que se caracterizan por degradación del cartílago, remodelación ósea, formación de osteofitos, inflamación de las articulaciones y pérdida de la función normal de las articulaciones), lo cual puede terminar en una enfermedad".

La edad también es un factor de riesgo importante, ya que los efectos acumulativos del uso en las articulaciones suelen empeorar con la edad, debido a la disminución en la capacidad del cuerpo para curar y mantener los tejidos. Los cambios hormonales, en especial durante la menopausia, también influyen en el desarrollo de osteoartritis en mujeres. La genética también puede predisponer a las personas a esta enfermedad, ya que puede influir en la durabilidad del cartílago y en los mecanismos de reparación del cuerpo.

La osteoartritis podría considerarse una enfermedad sistémica

Ahora los médicos creen que la osteoartritis debería considerarse una enfermedad sistémica, y no un simple problema en las articulaciones. En un artículo que se publicó en la revista Aging Clinical and Experimental Research, un equipo de científicos propuso cambiar el nombre de la enfermedad a "osteoartritis sistémica" para alejarse de la percepción de que este problema de salud solo afecta las articulaciones. Según los científicos:10

"Sus mecanismos patogénicos implican una serie de problemas sistémicos que dañan las articulaciones, tales como la disfunción metabólica, la inflamación crónica de bajo grado, el dolor neuroplástico y la influencia del sistema nervioso central en el desarrollo del dolor neuropático.
Además, la OA puede deteriorar otros aspectos de la salud, como la calidad de vida y el nivel de actividad física, así como causar aislamiento social, depresión y ansiedad. La OA puede considerarse un sistema complejo en el que las interacciones patológicas involucran no solo la obesidad y la disfunción metabólica, sino también el síndrome de fragilidad, la sarcopenia, las complicaciones neurológicas y la redistribución de energía sistémica".

Esto también debería considerarse al momento de tratar la osteoartritis, ya que el tratamiento convencional suele basarse en cuidados básicos, como medicamentos, fisioterapia y almohadillas térmicas.11 Sin embargo, ahora los investigadores sugieren que la atención médica para la OA debería ser "más holística y personalizada".12

Además de considerar factores individuales, como la genética, se debe abordar el estilo de vida y la obesidad como forma de tratamiento primario, así como reforzar la salud de los músculos para fortalecer las articulaciones.

Estrategias para prevenir la osteoartritis

Mantener un peso saludable es una parte clave de la estrategia para prevenir la osteoartritis. Reducir el peso corporal si tiene sobrepeso puede disminuir la tensión en las articulaciones que soportan peso, como la cadera y las rodillas, así como reducir los niveles de inflamación que se relacionan con la obesidad. La obesidad también es una de las causas principales del remplazo de rodilla. En Australia, un estudio que involucró a 56 217 pacientes encontró que, de los pacientes que recibieron un remplazo de rodilla a causa de la osteoartritis, el 31.9 % tenía sobrepeso y el 57.7 % obesidad.13

Consumir demasiado ácido linoleico (AL), que se encuentra en los aceites de semillas, es una de las causas principales de las epidemias de sobrepeso y obesidad. En términos moleculares, consumir demasiado AL también daña su metabolismo e impide que sus mitocondrias produzcan la energía que su cuerpo necesita.

Algunos ejemplos de aceites de semillas que contienen mucho ácido linoleico son los siguientes: soya, semilla de algodón, girasol, colza (canola), maíz y cártamo. Para limitar el AL en su alimentación, deberá evitar la mayoría de los alimentos procesados.

También es muy importante prevenir lesiones, ya que se estima que hasta el 12 % de los casos de OA son el resultado de lesiones a causa de accidentes automovilísticos o militares, caídas o deportes.14 "Tomar ciertas precauciones, como hacer ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, utilizar calzado adecuado y otros dispositivos, junto con establecer políticas de apoyo en el lugar de trabajo o en el equipo deportivo, pueden ayudar a reducir la aparición y progresión de la OA en entornos profesionales y deportivos", dijo la OAAA.

Consumir alimentos con propiedades antiinflamatorias y curativas es otra estrategia para reforzar todos los aspectos de la salud y prevenir la osteoartritis. Los vegetales crucíferos como el brócoli, las coles de Bruselas, la coliflor y el repollo contienen sulforafano, que es un compuesto que también ayuda a reducir el riesgo de osteoartritis,15 en parte porque bloque las enzimas que se relacionan con el daño en las articulaciones.

Un equipo de investigadores de la Universidad de East Anglia publicó un estudio en la revista Arthritis and Rheumatism, que demuestra que las sustancias que contienen este tipo de vegetales podrían retardar la progresión de la osteoartritis o incluso prevenirla.16

El sulforafano produce este efecto al inhibir las metaloproteinasas que están implicadas en el desarrollo y progresión de la osteoartritis. En modelos animales y de laboratorio, los investigadores descubrieron que bloqueó la inflamación para proteger el cartílago.

Hay otros compuestos naturales, como la cúrcuma, que ayudan a aliviar el dolor por osteoartritis. En el año 2021, un ensayo comparó la cúrcuma con el paracetamol, un analgésico que también se conoce como acetaminofén.

El extracto de cúrcuma fue tan efectivo como el paracetamol contra el dolor y los síntomas de la osteoartritis de rodilla, y fue más efectivo y seguro para reducir el factor de necrosis tumoral alfa (TNF alfa) y la proteína C reactiva (CRP).17 La acupuntura es otra estrategia natural que puede ayudar a aliviar el dolor y mejorar la función en la osteoartritis.18

Los beneficios del caldo de huesos en la salud de las articulaciones

Si consideramos que los procesos patológicos subyacentes que causan la osteoartritis comienzan mucho antes de que aparezcan los síntomas, tiene sentido tomar medidas de prevención para reforzar la salud de las articulaciones. Por lo tanto, el caldo de huesos es una excelente opción. Para preparar caldo de huesos tiene que hervir a fuego lento los huesos de animales y el tejido conectivo, lo que libera su colágeno y otros nutrientes.

El colágeno es un componente importante del cartílago, que es el tejido que se degrada en la osteoartritis. Aunque hay muchos suplementos de colágeno en el mercado, el caldo de huesos es, sin lugar a dudas, la opción más económica. El colágeno representa cerca del 30 % de la proteína del cuerpo.

Una de sus funciones principales es brindar soporte estructural y fuerza a los tejidos, como la piel, los huesos, los tendones, los ligamentos y los cartílagos,19,20,21 lo que les permite estirarse mientras mantienen su integridad. Por lo tanto, el colágeno es fundamental para reparar los tejidos blandos, los músculos y el tejido conectivo, los cuales tienden a debilitarse y perder elasticidad con la edad.

Además, el caldo de huesos puede ayudar a reducir el dolor y la rigidez de las articulaciones,22 incluyendo el dolor por osteoartritis.23 Ayuda a reducir el dolor y la inflamación de las articulaciones, en parte gracias a los sulfatos de condroitina, la glucosamina y otros compuestos que libera el cartílago cuando se hierve.

Para preparar caldo de huesos casero, solo coloque los huesos en una olla instantánea u olla de presión, llénela con agua purificada (lo suficiente para cubrir los huesos), agregue sal y otras especias al gusto, y luego cocine a alta temperatura durante dos horas si los huesos provienen de una operación concentrada de alimentación animal (CAFO) o cuatro horas si provienen de animales alimentados con pastura.

Utilizar huesos de carne de res de animales de CAFO implica el riesgo de contaminación por metales pesados. Al cocinar estos huesos en la olla instantánea, lo mejor es limitar el tiempo a dos horas para evitar que los metales pesados terminen en el ​​​​caldo.

No obstante, si utiliza huesos de res de animales alimentados con pastura puede cocinarlos de manera segura hasta por cuatro horas. Cuando se trata de pollo, utilizar huesos de una fuente orgánica se vuelve más importante, ya que el caldo de huesos de pollos criados en las CAFO no se gelatiniza,24 por lo que es muy poco probable que obtenga suficiente colágeno.

Puede darle su toque de sabor al caldo de huesos para adaptarlo a objetivos de salud y necesidades nutricionales específicas. Por ejemplo, si tiene como objetivo reforzar la salud de las articulaciones, puede agregar otros ingredientes que contengan niveles elevados de colágeno, como patas de pollo.