📝HISTORIA EN BREVE

  • La prueba del índice de omega-3 evalúa la cantidad de EPA y DHA en las membranas de los glóbulos rojos. El EPA Y DHA son los dos omega-3 de cadena larga que provienen de fuentes marinas.
  • La mayoría de las personas en Estados Unidos tienen un índice del 4 % al 5 % de EPA/DHA en las membranas de sus glóbulos rojos, y lo ideal es entre el 8 % y el 12 %. Para aumentar su índice del 5 % al 8 %, necesita entre 1000 mg y 1200 mg de EPA/DHA al día
  • Se ha demostrado que un índice más alto de omega-3 podría tener relación con una mejor salud en general, y también podría reducir el riesgo de la mayoría de las enfermedades crónicas
  • Otra proporción a la que se hace referencia es la proporción de omega-6 a omega-3, pero no es tan importante como el índice de omega-3
  • El EPA y DHA podrían ayudar a diluir la sangre, reducir el riesgo de derrame cerebral y ataque cardíaco, disminuir los niveles séricos de triglicéridos, la presión arterial y la inflamación, además de reforzar la membrana de las mitocondrias y ayudar en los procesos energéticos de las mismas

🩺Por el Dr. Mercola

Recientemente tuve la oportunidad de entrevistar al Dr. William (Bill) Harris, quien es un experto en ácidos grasos omega-3 reconocido a nivel mundial. Ha investigado sobre los omega-3 desde 1980 y ha publicado más de 300 artículos científicos sobre los ácidos grasos y la salud.

Hace tres años, el Dr. Harris fundó el Instituto de Investigación de Ácidos Grasos (FARI)1 en Dakota del Sur, el cual se especializa en investigación epidemiológica. Ahí analizan la relación entre los niveles de omega-3 en sangre y el riesgo de sufrir enfermedades. También es miembro de la Facultad de Medicina de la Universidad de Dakota del Sur. Según Harris:

"Queremos demostrar que los niveles de omega-3 en la sangre son igual de importantes, si no es que más, que conocer el nivel de colesterol en términos de salud y de poder controlarlo".

El índice de omega-3

Esto se refiere al nivel de omega-3 en las membranas de los glóbulos rojos. Hace veinte años, su equipo desarrolló una prueba de omega-3 llamada Índice Omega-3, la cual se basa en la membrana de los glóbulos rojos.

Este índice evalúa la cantidad de EPA y DHA en las membranas de los glóbulos rojos y se manifiesta como el porcentaje del total de ácidos grasos en la membrana. Recordemos que el EPA Y DHA son los dos omega-3 de cadena larga que provienen de fuentes marinas.

De acuerdo con Harris:

"Creemos que es la manera más adecuada de evaluar el estado de omega-3 de su cuerpo, y por eso la hemos usado desde entonces".

El Dr. Harris ha realizado estudios de correlación que demuestran que la prueba del índice de omega-3 muestra el estado del corazón en pacientes a los que se les ha realizado un trasplante de este órgano. En relación con la utilidad del índice omega-3, Harris menciona lo siguiente:

"Al igual que un buen biomarcador, responde muy bien a un consumo mayor de EPA y DHA, y los niveles altos podrían tener una relación con una mejor salud en general, por lo tanto, creo que en realidad es significativo".

Los niveles elevados de omega-3 se han relacionado con una mejor salud

William también explica la importancia de los estudios epidemiológicos basados ​​en la población, que es donde se analizan grandes bases de datos de las personas. Un ejemplo de esto fue el estudio Framingham, en el que trataron de identificar por qué tantos hombres morían de ataques cardíacos en un suburbio de Boston en la década de los 40.

Se seleccionaron mujeres y hombres sanos, igualmente se recopiló información sobre sus estilos de vida, alimentación y análisis de sangre. Posteriormente, se les dio seguimiento a los participantes durante décadas para ver quién moría de un ataque cardíaco. Los estudios de Framingham diseñaron el concepto de factores de riesgo que, en relación con un ataque cardíaco, incluyen la presión arterial alta y el tabaquismo.

A mediados de la década de los 70, se reclutó a los descendientes de los participantes del estudio original de Framingham para realizar investigaciones adicionales. A este estudio se le conoce como el estudio Framingham Offspring e incluyó pruebas del índice omega-3 de muestras de sangre que se tenían almacenadas.

De acuerdo con Harris:

"Las personas tenían alrededor de 65 años cuando se tomaron las muestras de sangre a principios de la primera década del siglo XXI. Luego hicimos la pregunta, 'si usted tiene un índice alto (o bajo) de omega-3 a esa edad, ¿eso podría predecir los resultados de alguna enfermedad?' Sí, lo hace. Podría predecir el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Podría predecir el riesgo de alguna enfermedad del corazón. Podría predecir el riesgo de muerte por cualquier causa.
Los niveles elevados de omega-3 se relacionan con una vida más larga. Eso es solo una pequeña muestra de los tipos de estudios en los que trabajamos en el Instituto de Investigación de Ácidos Grasos, porque se han realizado 50 o 60 estudios tipo Framingham en todo el mundo. Casi todos han evaluado los niveles de omega-3 y los resultados de las enfermedades. ¡Esta es nuestra zona de pruebas!"

¿Qué sucede con la proporción de omega-6 a omega-3?

Otra proporción a la que se hace referencia es la proporción de omega-6 a omega-3, pero Harris no es tan importante como el índice de omega-3. Para empezar, no es muy precisa, ya que existen otras grasas omega-3 además del EPA y DHA, como el DPA y ALA.

A pesar de que existen siete tipos de ácidos grasos omega-6, no sabemos mucho sobre ellos. A excepción del ácido linoleico (AL), el cual ya he analizado en varios artículos. También coescribí un artículo sobre el AL2 con Christopher D'Adamo, el cual se publicó en la revista Nutrients en julio de 2023.

Harris explica lo siguiente:

 "Cuando se habla de omega-6 u omega-3, no se sabe en realidad cuál es el numerador y cuál el denominador, y se asume que todos los omega-3 se comportan de la misma manera y tienen los mismos beneficios, y que todos los omega-6 tienen los mismos beneficios o desventajas para la salud, lo cual no es cierto.
En mi opinión, eso no es muy detallado, ya que hemos visto estudios que sugieren que algunos ácidos grasos omega-6 podrían ser buenos. Están relacionados con mejores resultados, mientras que otros no. Entonces, considerarlos todos en una sola medida que no sabemos cómo está compuesta, es otra razón por la que no me gusta esta proporción.
Otra razón es que podría tener un nivel alto de omega-6 y un nivel alto de omega-3, o un nivel bajo de omega-3 y un nivel bajo de omega-6 y tener la misma proporción. Lo que en realidad es más importante es la cantidad que hay. En Estados Unidos, o en Occidente en general, existe deficiencia de ácidos grasos omega-3 de cadena larga. Ese es el problema principal.
No me gusta distraerme de ese problema y tener que enfocarme en el omega-6 porque algunas personas podrían decir: 'Bueno, puedo mejorar mi proporción al consumir menos omega-6 aunque no aumente mi omega-3', y de verdad no creo que eso ayude".

La razón en contra de esto sería que existen enzimas, desaturasas y elongasas, que toman las grasas esenciales básicas, ALA y AL, y transforman estos precursores en ácidos grasos de cadena larga: EPA/DHA y ARA, y si satura el sistema con AL, acaparará esos sistemas de enzimas y los omega-3 serán más difíciles de producir.

Si consume omega-3 preformados de cadena larga, entonces eso no será un problema, pero si no lo hace, el exceso de omega-6 inhibirá la conversión de omega-3. De esta manera, disminuir el omega-6 podría resultar útil, ya que permitiría que el omega-3 de cadena corta (ALA) se convierta en EPA y DHA de cadena larga. William explica lo siguiente:

"Eso es cierto, sin embargo, existen algunos metabolitos, incluso del ácido araquidónico, que son beneficiosos. Por ejemplo, la lipoxgenasa A1 es antiinflamatoria, mientras que la prostaciclina podría ayudar a prevenir la agregación plaquetaria.
Existen metabolitos del ácido linoleico que no pasan por el araquidónico, que podrían tener un efecto positivo en la presión arterial y la inflamación. En mi opinión, es algo mucho más complejo que solo decir que el omega-6 es malo y el omega-3 es bueno. Existen muchos más factores que solo eso".

La empresa OmegaQuant ofrece una prueba de proporción de omega-6 a omega-3 llamada Índice Omega-3 más proporción Omega-6/Omega-3. Sin embargo, cuando se trata de abordar una proporción inadecuada, Harris cree que la mejor manera de hacerlo es aumentando el consumo de EPA y DHA, y no solo reducir el consumo de omega-6.

Por qué los omega-3 benefician tanto la salud

¿Qué tienen los omega-3 EPA y DHA que los hacen tan beneficiosos? En concreto, estos ácidos grasos ofrecen los siguientes beneficios:

Ayudan a diluir la sangre, lo que previene la coagulación que podría provocar un derrame cerebral o un ataque cardíaco.

Disminuyen los niveles de triglicéridos séricos.

Ayudan a bajar la presión arterial, en parte, al reforzar el revestimiento de los vasos sanguíneos, lo que favorece la circulación.

Tienen varios efectos antiinflamatorios: por ejemplo, si tiene suficiente EPA y DHA en sus membranas, cuando se produce un proceso inflamatorio, se sintetizarán los metabolitos de EPA y DHA (resolvinas y protectinas). Y como sus nombres lo indican, estos metabolitos podrían ayudar a reducir la inflamación. Si no tiene suficiente omega-3, la respuesta inflamatoria podría volverse crónica.

Ayudan a que la membrana de las mitocondrias procese energía: mejorar la fluidez y flexibilidad de la membrana de las mitocondrias permite que las enzimas y otras proteínas funcionen de forma adecuada.

Fortalecen las membranas celulares de todo el cuerpo: cabe destacar que si la membrana está llena de grasas monoinsaturadas o saturadas, el omega-3 no podrá entrar. Esto provocará que la membrana sea más rígida en esa área, lo que inhibe la función de receptores, enzimas, transportadores y otras proteínas esenciales que controlan el flujo de nutrientes hacia la célula y los desechos que salen de ella.

Con la cantidad adecuada de omega-3, las membranas permiten que estos agentes se muevan sin dificultad, lo que a su vez ayuda a que todo funcione de forma correcta

 Por qué no recomiendo el aceite de pescado como fuente de grasas omega-3

A pesar de que la mayoría de las personas consumen aceite de pescado para mejorar sus niveles de omega-3, no es la mejor opción. De hecho, la mayoría de los “aceites de pescado” que se encuentran en el mercado solo contienen ésteres etílicos sintéticos, que son muy diferentes de las formas de triglicéridos y fosfolípidos omega-3 que se encuentran en los alimentos de origen marino, los cuales son 50 y 50 de triglicéridos y fosfolípidos. El aceite de kril también contiene omega-3, en particular en forma de fosfolípidos. Harris explica lo siguiente:

"Existen dos formas naturales. Los omega-3 se encuentran en los triglicéridos, que por lo general consideramos como aceites. Un triglicérido tiene tres ácidos grasos en cada molécula. Por lo general, en la mayoría de los peces que son ricos en omega-3, uno de esos tres será EPA o DHA, por lo que cerca del 30 % del aceite de pescado será omega-3. Eso es el triglicérido.
La otra forma natural en la que se encuentran los omega-3 de los alimentos de origen marino es en fosfolípidos. Los fosfolípidos son los componentes principales de las membranas celulares, y es en la membrana celular donde los omega-3 realizan su función principal.
Existen dos puntos para los ácidos grasos en un fosfolípido y, por lo regular, cerca del 20 % al 30 % de los fosfolípidos, dependiendo del pescado, tienen EPA y DHA. Ambas formas son naturales. Cuando come un filete de salmón o cualquier otro pescado "con aceite", qué son los más ricos en omega-3, obtiene triglicéridos y fosfolípidos.
Por su parte, el éster etílico es un producto sintético. Comienza como un aceite de pescado crudo. De ahí provienen las moléculas de EPA y DHA, pero, en la refinería, todos los ácidos grasos se eliminan de los triglicéridos. Después, se desechan los monoinsaturados, los saturados y la pequeña cantidad de omega-6, y eso deja solo a los omega-3.
Los omega-3 tienen que adherirse a algo antes de meterlos a las cápsulas y, por lo regular, los adhieren al etanol (alcohol) para producir “ésteres etílicos”. Cuando ya solo quedan en el contenedor los ésteres etílicos omega-3, entonces pueden agregar más EPA y DHA en cada cápsula, por lo que la concentración es mayor.
Casi todos los productos a base de omega-3 son ésteres etílicos y se han utilizado desde la década de los 90. Pero los ésteres etílicos no tienen nada de "natural".
Existe mucha controversia sobre qué tan efectivos son. Lo que sí es seguro es que si toma el éster etílico con el estómago vacío, no lo absorberá. Son de muy baja absorción.
Para absorberlos mejor podría tomarlos junto con una comida rica en grasas, ya que eso estimulará los jugos digestivos y ayudará a que una parte se absorba, pero aun así, esta no es la mejor forma de absorción. Los triglicéridos y los fosfolípidos son formas más fáciles de absorber".

¿Los ésteres etílicos son beneficiosos?

En el ensayo clínico GISSI-Prevenzione,3 el cual se publicó en 1999, a las personas que habían sobrevivido a un ataque cardíaco se les administró una cápsula de Omacor (una forma de éster etílico con 840 mg de EPA+DHA por cápsula de 1 g) al día. Después de darles seguimiento durante dos o tres años, se encontró una reducción muy importante en el índice de muerte cardiovascular y de mortalidad por todas las causas.

Por desgracia, no hubo ningún grupo de placebo. Solo lo compararon con el estándar de atención. Además, fue un ensayo abierto, sin una valoración objetiva del cumplimiento.4 Y cabe recalcar que el estudio fue financiado por empresas que venden el producto, por lo que existe un conflicto de intereses que podría haber influido en los resultados.

Desde entonces, diversos estudios han utilizado Omacor (o Lovaza, la versión de Estados Unidos) y han obtenido resultados variados. Algunos no encontraron ningún beneficio y otros tuvieron mejores resultados. Un ejemplo de esto es el estudio REDUCE-IT, que utilizó un éster etílico exclusivo de EPA llamado Vascepa, fabricado por la empresa Amarin. Los pacientes con riesgo elevado de enfermedades del corazón recibieron 4 gramos al día.

Después de cinco años, el grupo de tratamiento tenía un riesgo 25 % menor de enfermedad cardiovascular, ataques cardíacos no fatales y mortalidad por todas las causas, en comparación con el grupo de placebo. Ese fue un resultado muy alentador. Sin embargo, el placebo era un aceite mineral no digerible, lo que podría haber generado resultados confusos. ¿Vascepa de verdad mejoró la salud o el “placebo” aumentó el riesgo de eventos cardíacos? Harris lo explica de la siguiente manera:

"Eso ha generado fuertes debates. Desde luego, si el placebo en realidad es dañino, incluso si el medicamento no hace nada, parecerá que funciona muy bien porque tendría mejores resultados que el placebo, que se supone que no debería tener ningún efecto.
Ahora existe evidencia importante de que parte del beneficio aparente del éster etílico de EPA fue generado porque el placebo podría haber afectado los resultados en el grupo del mismo. Tomar 4 gramos, casi una cucharadita, de aceite mineral al día durante cinco años, no es nada natural".

¿Cuánto omega-3 necesita?

Como ya lo mencioné, las mejores fuentes de omega-3 DHA y EPA son los pescados grasos de agua fría, como el salmón salvaje de Alaska (el salmón de granja tiene omega-3 pero en cantidades menores, ya que los agricultores agregan aceites vegetales al alimento del salmón), la caballa, el arenque, las sardinas y el aceite de kril.

Lo siguiente es saber cuánto se necesita para tener una salud adecuada y prevenir enfermedades. Esto nos lleva de nuevo al índice omega-3. La mayoría de las personas en Estados Unidos tienen un índice del 4 % al 5 % de EPA/DHA en las membranas de sus glóbulos rojos, y lo ideal es entre el 8 % y el 12 %.

De acuerdo con los estudios de William, para aumentar su índice del 5 % al ​​8 % se necesita entre 1000 mg y 1200 mg de EPA/DHA al día. En cuanto a la proporción de EPA y DHA, William menciona que la recomendación general es de 60 a 40 o viceversa. "Solo evite una proporción de 10 a 90". La proporción no es importante si obtiene omega-3 de pescados grasos, que proporcionan estos ácidos grasos en una cantidad bastante equilibrada. Según Harris:

"En lo personal, trato de comer pescado dos veces a la semana. Pero no siempre puedo hacerlo, así que hago lo mismo que la mayoría de las personas. Tomo un suplemento. Tomo alrededor de 1400 mg al día de EPA y DHA".

La mejor opción para saber qué dosis necesita es realizarse la prueba del índice de omega-3. Después de tomar suplementos por varios meses, le recomiendo volver a realizarse la prueba para ver cómo va y si es necesario ajustar dosis. Por último, Harris indica lo siguiente:

"Una vez más, para mí lo más importante es el índice omega-3. Los niveles de EPA y DHA son los que se deben aumentar. No es una solución mágica, pero es algo económico, seguro, fácil y rápido que PUEDE hacer. Hasta el día de hoy, no se ha demostrado que los niveles elevados de omega-3 favorezcan alguna enfermedad".