📝HISTORIA EN BREVE
- El cáncer de colon es el tercer cáncer más común en todo el mundo y afecta cada vez más a adultos menores de 50 años en Estados Unidos; cada año se diagnostican más de 150 000 casos y se producen más de 50 000 muertes
- Un estudio reciente descubrió que el ejercicio estructurado después de la quimioterapia redujo de forma significativa la recurrencia y mejoró la supervivencia en pacientes que sobrevivieron el cáncer de colon en etapa 2 y 3; esto destaca su importancia para el cuidado a largo plazo
- Los participantes que siguieron un programa personalizado de intensidad moderada tuvieron un riesgo 28 % menor de recurrencia y 37 % menor de muerte en comparación con los que solo recibieron asesoramiento sanitario general
- Algunos estudios que respaldan esto sugieren que el ejercicio favorece la regulación de la insulina, la actividad inmunológica, la función vascular y la señalización celular. Estas vías biológicas se relacionan con el control de tumores y la prevención de recurrencias en pacientes con cáncer de colon
- La actividad aeróbica moderada ofrece una protección constante, y los mayores beneficios se producen entre 150 y 300 minutos a la semana
🩺Por el Dr. Mercola
El cáncer de colon es el tercer tipo de cáncer más frecuente en todo el mundo y la segunda causa principal de muerte relacionada con el cáncer.1 En Estados Unidos, afecta cada vez más a adultos menores de 50 años. Cada año, se diagnostican a más de 150 000 personas y más de 50 000 pierden la vida a causa de la enfermedad.2
Aunque los avances en la detección y el tratamiento han ayudado a detectar el cáncer a tiempo y prolongar la supervivencia, el riesgo de recurrencia aún es una preocupación grave, incluso después de la cirugía y la quimioterapia. Por ello, los investigadores se han centrado en estrategias de cuidados de apoyo que promuevan la salud a largo plazo y reduzcan las posibilidades de recaída.
Entre ellas, la actividad física ha despertado un interés constante por sus beneficios protectores. Un estudio reciente que se publicó en el New England Journal of Medicine se suma a este conjunto de evidencias y sugiere que el ejercicio estructurado ofrece valor terapéutico cuando se integra en el tratamiento del cáncer.3
El ejercicio estructurado favorece la supervivencia tras el tratamiento del cáncer de colon
El estudio mencionado, llamado ensayo CHALLENGE, es un estudio internacional importante que tiene como objetivo determinar si el ejercicio estructurado podría ayudar a las personas que han sido tratadas por cáncer de colon en estado 2 o 3 a permanecer sin cáncer por más tiempo y vivir más tiempo en general. En el estudio participaron casi 900 personas, todas ellas habían completado la cirugía y la quimioterapia.4
• Los participantes fueron distribuidos de manera aleatoria en dos grupos: un grupo recibió materiales de educación general sobre salud que fomentaban la actividad física. El otro grupo recibió los mismos materiales y un programa de ejercicios personalizado de tres años. Este programa incluyó sesiones regulares de entrenamiento que ayudaron a los participantes a aumentar de manera gradual su actividad, y se centraron en movimientos moderados y constantes, como caminar a paso ligero o trotar despacio.
• Los objetivos del ejercicio fueron diseñados para ser alcanzables: el objetivo semanal era 20 horas de unidad metabólica de reposo (MET, por sus siglas en inglés) a la semana, que es una medida estándar de gasto de energía. Esto equivale a cinco caminatas rápidas de una hora o alrededor de dos horas de trote. El programa enfatizó los aumentos graduales, adherencia a largo plazo y un enfoque sostenible e individualizado en lugar de la intensidad o las recomendaciones uniformes.
• Los niveles de actividad aumentaron de forma significativa en el grupo de ejercicio: al inicio, ambos grupos tuvieron un promedio de alrededor de 10 horas MET a la semana. Con el tiempo, el grupo de ejercicio alcanzó un promedio de 20 horas MET, mientras que el grupo de educación aumentó solo a alrededor de 15.
El grupo de ejercicio también experimentó mejoras en la aptitud cardiorrespiratoria y la función física. Se reportaron molestias musculoesqueléticas, como dolores o distensiones leves, en el 18.5 % del grupo de ejercicio, en comparación con el 11.5 % en el grupo de educación, y en general fueron manejables.
• El ejercicio favoreció la supervivencia sin enfermedad: después de casi ocho años de seguimiento, las personas en el grupo de ejercicio tuvieron una probabilidad mucho mayor de no padecer cáncer. Después de un seguimiento de 7.9 años, la supervivencia sin enfermedad a cinco años fue del 80.3 % en el grupo de ejercicio, en comparación con el 73.9 % en el grupo de educación. Esto equivale a una reducción relativa del riesgo del 28 %.
• La supervivencia general también mejoró de forma significativa: a los ocho años, la supervivencia general alcanzó el 90.3 % en el grupo de ejercicio y el 83.2 % en el grupo de educación. Esto representa una reducción relativa del 37 % en el riesgo de muerte. La magnitud de este efecto es comparable a la de algunas terapias convencionales contra el cáncer, lo que destaca la importancia de la actividad física estructurada para la recuperación.
• El ejercicio es beneficioso como parte del tratamiento estándar posterior al cáncer: de acuerdo Janette Vardy, profesora de la Facultad de Medicina y Salud de la Universidad de Sídney, y copresidenta del estudio:
“Según nuestros resultados, lo que sin duda deberíamos observar es que se debería ofrecer a las personas un programa de ejercicios estructurado, a más tardar cuando terminen la quimioterapia. Esto demuestra que el ejercicio no solo es beneficioso, sino que puede salvar vidas.
Algo tan sencillo como hacer actividad física podría mejorar de forma significativa la esperanza de vida y los resultados a largo plazo de las personas con cáncer de colon. Nuestros hallazgos cambiarán la forma en que tratamos el cáncer de colon”.5
Investigaciones anteriores ofrecen más información sobre el mecanismo del ejercicio
El estudio del New England Journal of Medicine no es el primero en asociar la actividad física con mejores resultados en el cáncer de colon. Una revisión independiente, que se publicó en Critical Reviews in Oncology/Hematology, también descubrió que la actividad física constante se asocia con una mejor supervivencia y una menor recurrencia en personas diagnosticadas con cáncer de colon. La revisión describió numerosos mecanismos biológicos que podrían explicar cómo el ejercicio afecta la progresión del tumor y los resultados del paciente:6
• La presión de corte que genera el aumento del flujo sanguíneo podría alterar los procesos tumorales: el ejercicio aumenta el gasto cardíaco y la velocidad de la sangre, lo que crea fuerzas mecánicas (presión de corte) a lo largo de las paredes vasculares. Estas fuerzas influyen en cómo las células cancerosas interactúan con los vasos sanguíneos y afectan la progresión o propagación del cáncer de colon.
• El ejercicio modifica el entorno sistémico: hacer actividad física con regularidad altera las hormonas y el metabolismo en el cuerpo. Estos cambios, que se conocen como cambios en el medio sistémico, ayudan a reducir los factores que promueven el crecimiento y la progresión del tumor.
• La actividad física mejora la función inmunológica: la revisión identificó la activación inmunológica como un posible mecanismo. El ejercicio mejora la vigilancia inmunológica y favorece la habilidad del cuerpo para detectar y responder a las células cancerosas.
• Las vesículas extracelulares podrían mediar efectos de señalización: la actividad física libera vesículas extracelulares de los músculos esqueléticos. Estas vesículas contienen proteínas, microARN y otras moléculas que influyen en los tumores, incluyendo la inflamación, la angiogénesis y la señalización celular.
La evidencia epidemiológica y mecanicista acumulada respaldan la integración del movimiento estructurado en la atención posterior al tratamiento del cáncer de colon. Para más información de otro factor que influye en el desarrollo y progresión del cáncer de colon, lea mi artículo llamado: “Estos son los factores que están impulsando el aumento de un cáncer peligroso”.
El entrenamiento de fuerza también ayuda a reducir el riesgo de cáncer
Otro estudio refuerza la idea del ejercicio como herramienta para la prevención del cáncer y la salud a largo plazo, y esta vez se centra en actividades de fuerza muscular. Esta gran revisión sistemática y metaanálisis, que se publicó en el British Journal of Sports Medicine,7 examinó 16 estudios de cohorte prospectivos que involucraron a más de medio millón de participantes, a la mayoría de los cuales se les dio un seguimiento durante 10 a 25 años.
• El entrenamiento de fuerza redujo el riesgo de numerosas enfermedades importantes: las actividades basadas en la resistencia se asociaron con un riesgo entre un 10 % y un 17 % menor de muerte por cualquier causa, junto con una incidencia mucho menor de enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer de pulmón y todos los tipos de cáncer combinados. Estos efectos fueron independientes de si la persona también hacía ejercicio aeróbico, lo que destaca la influencia fisiológica del entrenamiento de fuerza para la prevención de enfermedades crónicas.
• El beneficio óptimo se observó con dosis moderadas a la semana: el análisis demostró que el mayor beneficio se obtuvo con 30 a 60 minutos por semana de entrenamiento de fuerza. El riesgo relativo de mortalidad por cualquier causa alcanzó su punto más bajo alrededor de los 40 minutos a la semana, mientras que la enfermedad cardiovascular experimentó un descenso más pronunciado cerca de los 60 minutos.
Más allá de esos rangos, el efecto protector se estabilizó o se revirtió un poco, lo que los autores interpretan como un posible umbral de estrés o un efecto de uso excesivo en algunas poblaciones. Para la mayoría de los adultos, esto equivale a dos sesiones de 20 a 30 minutos a la semana.
• La combinación de fuerza y cardio amplio los resultados: los participantes que realizaron actividades aeróbicas y de fortalecimiento muscular experimentaron aún más beneficios. La combinación se asoció con un riesgo 40 % menor de mortalidad por cualquier causa, 46 % menor de muerte cardiovascular y 28 % menor de muerte por cáncer.
• Los mecanismos subyacentes quizá involucran la regulación metabólica impulsada por los músculos: el entrenamiento de fuerza aumenta o mantiene la masa muscular magra, lo que a su vez mejora la sensibilidad a la insulina, el metabolismo de la glucosa y la inflamación sistémica, que son factores que se relacionan con el riesgo de cáncer y enfermedades metabólicas. La revisión destaca que el músculo esquelético influye de manera directa en el control metabólico, lo que lo convierte en un tejido relevante en la biología del cáncer y la función inmunológica.
Este estudio proporciona evidencia de que el entrenamiento de fuerza no solo aporta beneficios musculoesqueléticos, sino que influye en la salud metabólica y cardiovascular y ofrece efectos protectores contra el cáncer cuando se practica con moderación.
¿Cuál es la dosis óptima de ejercicio?
Un metaanálisis exhaustivo que se publicó en Missouri Medicine exploró cómo los diferentes tipos y cantidad de actividad física influyen en la salud general y la esperanza de vida para comprender mejor qué patrones de movimiento ofrecen la mayor protección.8
• La actividad moderada tuvo beneficios consistentes y sin límite superior: la actividad física moderada, como caminar, hacer jardinería, tareas domésticas o andar en bicicleta de forma recreativa, tuvo una relación con reducciones constantes y continuas en la mortalidad cardiovascular y por todas las causas. Es decir, entre más participen en estas formas moderadas de movimiento, mayor será el beneficio, sin que haya señales de daño incluso en cantidades elevadas.
Por sorprendente que parezca, las actividades que se realizan para divertirse, como los deportes de equipo, los juegos de raqueta o el juego activo, tuvieron una gran relación con la salud a largo plazo. Estas formas de movimiento tienden a ser sociales, agradables y más fáciles de mantener. Quizá no siempre parezcan entrenamientos, pero aun así ofrecen efectos protectores para el corazón y el cerebro.
• Los ejercicios vigorosos produjeron beneficios hasta cierto punto: los beneficios de las actividades vigorosas como correr o el entrenamiento en intervalos de intensidad elevada comenzaron a estabilizarse alrededor de los 75 minutos a la semana.
Superar ese umbral no brindó una mayor protección y, para algunas personas, en especial aquellas de mediana edad, aumentó un poco los riesgos cardiovasculares, como la fibrilación auricular. La moraleja no es evitar la actividad vigorosa, sino reconocer que la moderación es importante, incluso cuando se entrena de manera intensa.
• El entrenamiento de fuerza siguió un patrón diferente: el entrenamiento de fuerza en dosis equilibradas favorece la masa muscular, la densidad ósea, el metabolismo, la sensibilidad a la insulina e incluso el estado de ánimo y la función cognitiva. No obstante, podría ser contraproducente si se exagera.
La siguiente gráfica del metaanálisis muestra la curva de la relación dosis-respuesta entre el entrenamiento de fuerza y la mortalidad por todas las causas. Como puede ver, los mayores beneficios se obtienen cuando entrena de 40 a 60 minutos por semana. Después de eso, comienza a perder beneficios:

Cuando hace de 130 a 140 minutos de entrenamiento de fuerza a la semana, la esperanza de vida alcanza un nivel similar al de las personas con un estilo de vida sedentario. Si entrena de tres a cuatro horas a la semana, en realidad tiene una peor esperanza de vida a largo plazo que las personas que no hacen ningún tipo de entrenamiento de fuerza.
Preguntas frecuentes sobre el ejercicio y el cáncer de colon
P: ¿Qué tan común es el cáncer de colon?
R: El cáncer de colon es el tercer cáncer más frecuente en todo el mundo y la segunda causa principal de muerte relacionada con el cáncer. En Estados Unidos, cada año se diagnostican más de 150 000 personas y más de 50 000 mueren a causa de la enfermedad. Los casos también aumentan entre los adultos menores de 50 años.
P: ¿El ejercicio puede reducir el riesgo de que el cáncer de colon regrese después del tratamiento?
R: Sí, las investigaciones recientes apoyan esta idea. El ensayo CHALLENGE, que es un gran estudio internacional que se publicó en el New England Journal of Medicine, descubrió que los sobrevivientes de cáncer de colon que siguieron un programa de ejercicios estructurado de tres años tuvieron tasas de recurrencia mucho menores y una supervivencia general más elevada en comparación con aquellos que recibieron educación sanitaria estándar.
P: ¿Qué tipo de ejercicio es mejor para la recuperación del cáncer de colon?
R: El ensayo CHALLENGE se centró en la actividad aeróbica de intensidad moderada, como caminar a paso ligero o trotar despacio. Los participantes que cumplieron de manera consistente el objetivo semanal de 20 horas MET (alrededor de cinco caminatas rápidas de una hora) experimentaron el mayor beneficio. El programa se centró en la consistencia, la progresión gradual y la adherencia a largo plazo en lugar de la intensidad.
P: ¿Es mejor combinar entrenamiento cardiovascular y de fuerza que hacer un solo tipo de ejercicio?
R: Sí. Las investigaciones demuestran que combinar el entrenamiento aeróbico y de fuerza reduce en mayor medida la mortalidad que realizar cualquiera de ellos por separado. Las personas que realizaron con regularidad ambos tipos de actividad tuvieron un riesgo 28 % menor de muerte relacionada con cáncer, 46 % menor de muerte cardiovascular y 40 % menor de muerte por cualquier causa.
P: ¿Cuáles son las razones biológicas por las que el ejercicio ayuda a combatir el cáncer de colon?
R: El ejercicio afecta la biología del cáncer de varias maneras. Mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la inflamación, y ambos se asocian con menor crecimiento tumoral. También aumenta el flujo sanguíneo y el esfuerzo cortante vascular, lo que puede alterar la circulación de las células cancerosas. La actividad física también estimula la función del sistema inmunológico y la liberación de vesículas extracelulares que influyen en la señalización tumoral.
🔎Fuentes y Referencias:
- 1 WHO, Colorectal Cancer
- 2 Colorectal Cancer Alliance, Colorectal cancer facts and statistics
- 3 N Engl J Med. 2025 Jun 1. doi: 10.1056/NEJMoa2502760
- 4 ARS Technica, June 3, 2025
- 5 News Atlas, June 2, 2025
- 6 Critical Reviews in Oncology/Hematology Volume 170, February 2022, 103578
- 7 Br J Sports Med. 2022 Feb 28;56(13):755-763
- 8 Mo Med. 2023 Mar-Apr;120(2):155-162
