📝HISTORIA EN BREVE

  • Un mini derrame cerebral o ataque isquémico transitorio (AIT), es una señal de advertencia de que su cerebro podría estar por sufrir un derrame cerebral completo en cuestión de horas o días: hasta el 20 % de las personas sufren un derrame cerebral en un periodo de 90 días, y la mitad de los casos suceden en 48 horas
  • Los síntomas de un AIT son similares a los de un derrame cerebral, pero desaparecen rápido, lo que suele llevar a las personas a ignorarlos: esto es un grave error que le deja vulnerable a un daño cerebral permanente y la discapacidad
  • Incluso si un AIT no deja rastros en una resonancia magnética, las investigaciones demuestran que causa un deterioro cognitivo a largo plazo similar a un derrame cerebral, sobre todo en la memoria y el procesamiento del lenguaje
  • Los hábitos como fumar, una mala alimentación y enfermedades crónicas sin tratar, como la hipertensión o fibrilación auricular, incrementan bastante el riesgo de un AIT y derrame cerebral grave, la buena noticia es que hay algunas cosas que puede hacer para prevenirlo
  • Actuar rápido si aparecen los síntomas, llevar un estilo de vida saludable, trabajar el cerebro y someterse a chequeos regulares son algunas de las mejores estrategias para prevenir un segundo evento y mantener la agudeza mental a largo plazo

🩺Por el Dr. Mercola

La mayoría de las personas creen que un derrame cerebral es un problema que ocurre de la noche a la mañana, un minuto está bien y al siguiente su mundo cambia. Sin embargo, esto no es así, casi siempre hay señales de advertencia, el problema es que muchas personas no saben identificarlas. Tener un breve episodio de confusión, experimentar dificultad para hablar o sentir el brazo pesado son síntomas que pasan tan rápido que lo atribuimos al estrés, la fatiga o la deshidratación.

No obstante, lo que parece algo bueno, en realidad es una señal de algo más grave: es la forma en la que el cerebro avisa que se interrumpió el flujo sanguíneo, aunque solo sea por un momento. Estos lapsos temporales son señales de su sistema de alerta temprana, y son mucho más comunes y peligrosos de lo que muchos creen.

Si alguna vez se siente "raro" durante unos minutos, pero luego todo vuelve a la normalidad, su instinto podría ser ignorar la situación. Sin embargo, la verdad es que esos síntomas de corta duración son su única oportunidad de actuar a tiempo con el fin de prevenir daños a largo plazo. No necesita tener miedo, necesita estar informado. Porque una vez que entiende qué es un ataque isquémico transitorio (AIT), que también se conoce como mini derrame cerebral, comprende que no es el final de la historia, sino el comienzo de una segunda oportunidad.

Un mini derrame cerebral es una señal de advertencia que no debe ignorar

La Cleveland Clinic describe un AIT como un bloqueo temporal del flujo sanguíneo al cerebro.1 Provoca síntomas similares a los de un derrame cerebral, pero no siempre deja daños visibles en las exploraciones cerebrales. Sin embargo, lo que lo hace tan peligroso es que no se sabe cuánto durará y cada segundo sin oxígeno pone en riesgo el tejido cerebral. Según la Cleveland Clinic, “al igual que un derrame cerebral, un AIT es una emergencia médica”, ya que es una señal de que el derrame podría ocurrir en cualquier momento.

• La mayoría de las personas ignoran esta señal de advertencia, y es entonces cuando se produce un daño permanente: muchos asumen que no pasará nada porque desaparecen los síntomas. No obstante, ese es un grave error. Hasta un 20 % de las personas que sufren un AIT experimentan un derrame cerebral dentro de un periodo de 90 días, y la mitad de estos casos ocurren en tan solo dos días.

Incluso esperar algunos minutos para actuar podría hacer la diferencia entre recuperarse y sufrir un daño cerebral permanente. La Cleveland Clinic también enfatiza que no debe “esperar a que los síntomas desaparezcan”, e incluso si desaparecen rápido, el riesgo permanece.

• Los síntomas de un AIT son similares a los de un derrame cerebral, por lo que es fundamental actuar rápido: algunos de los síntomas incluyen confusión repentina, dificultad para hablar, entumecimiento o debilidad en un lado del cuerpo, pérdida de la visión, mareos o problemas de coordinación. Y aunque solo suelen durar unos minutos, el hecho de que el cerebro se recupere de forma temporal, no significa que no sufra daños. La Cleveland Clinic advierte que “no hay forma de predecir cuánto durará un AIT”, por lo que cada caso requiere atención inmediata.

• Ciertos factores y problemas de salud incrementan su riesgo de sufrir un AIT: tales como la hipertensión, la diabetes tipo 2, el tabaquismo, el desequilibrio en los niveles de colesterol, las enfermedades cardíacas, la fibrilación auricular y la obesidad. Y si ya sufrió un derrame cerebral o un AIT en el pasado, su riesgo es aún mayor. Los AIT también son más comunes con la edad, ya que las arterias se endurecen y se estrechan, lo que puede provocar que los coágulos bloqueen el flujo sanguíneo.

• Los AIT se producen por coágulos o bloqueos temporales en los vasos sanguíneos: las causas principales son los coágulos de sangre que se forman en el cerebro o que se desprenden de otras partes del cuerpo, a menudo del el corazón, y que luego terminan en las arterias del cerebro. Los AIT también pueden ser el resultado de vasos sanguíneos estrechos en el cuello o el cerebro (aterosclerosis), bloqueos de vasos pequeños o causas desconocidas, a estos casos se les conoce como AIT criptogénicos.

• Un AIT es una llamada de atención, por lo que actuar acorde a eso reducirá el riesgo de derrame cerebral: la Cleveland Clinic enfatiza la importancia de hacer seguimientos regulares, controlar las enfermedades crónicas, dejar de fumar y cambiar su estilo de vida justo después de sufrir un AIT. Mientras más tiempo deje pasar, mayor será el riesgo de sufrir un derrame cerebral con daños permanentes e incluso mortal. El mensaje es claro: su oportunidad de supervivencia y recuperación dependerá de qué tan rápido actúe ante la primera señal de advertencia.

No debe subestimar este problema por el término mini

En su reseña de expertos, la Mayo Clinic explica que, aunque a diferencia de un derrame cerebral, un AIT no causa una lesión cerebral permanente, sí es un indicador de problemas importantes a largo plazo.2 Es importante entender que el término "mini" no significa "leve", ya que alrededor de 1 de cada 3 personas que sufren un AIT terminan con un derrame cerebral.

• Un AIT no solo afecta el cerebro, sino también los ojos y la columna vertebral: aunque por su nombre la mayoría de las personas relaciona un derrame cerebral con el cerebro, los AIT también afectan la médula espinal o incluso la retina, el tejido en la parte posterior del ojo que es fundamental para la visión.

Esto significa que experimentar problemas de visión, visión doble o incluso ceguera en un ojo podría ser una señal de alerta. Es posible que se sienta mareado, pierda el equilibrio o que tenga dificultad para entender lo que le dicen. Estos no son episodios aleatorios; son una señal de que se interrumpió el flujo sanguíneo a tejidos muy sensibles que requieren oxígeno constante.

• Incluso los síntomas de corta duración requieren una acción inmediata: no importa si los síntomas solo duran 10 minutos, si los ignora, las consecuencias serán graves. Según la Mayo Clinic, “el riesgo de derrame cerebral es más alto dentro de las 48 horas posteriores a un AIT”, que es el periodo de mayor peligro. Consideremos lo que ocurre con un infarto: no ignoraría el dolor en el pecho, aunque desaparezca después de unos minutos. Pues la misma lógica debe aplicar en este caso.

• El diagnóstico se basa en imágenes inmediatas del cerebro y del corazón: una vez que llega a la sala de emergencia, los médicos sacan imágenes por resonancia magnética (IRM) para analizar su cerebro en busca de signos de daño o bloqueos. Sin embargo, eso no es todo, también se examinan el corazón y las arterias en busca de coágulos ocultos o acumulaciones de placa antes de que vuelvan a desprenderse. También es común que revisen el ritmo cardíaco, ya que los latidos irregulares, en especial la fibrilación auricular, envían coágulos directo al cerebro.

Incluso un mini derrame cerebral afecta la función cognitiva

Un estudio que se publicó en la revista JAMA Neurology analizó el impacto de un AIT en la función cognitiva a largo plazo.3 Los investigadores compararon los datos de más de 16 000 participantes: 356 tuvieron un AIT, 965 tuvieron un derrame cerebral y 14 882 eran controles sanos. Su objetivo fue determinar si un AIT, incluso cuando no aparece en las exploraciones cerebrales, causa problemas de memoria y pensamiento a largo plazo.

• Las personas que sufrieron un AIT experimentaron un deterioro mental igual al de las personas que sufrieron un derrame cerebral: todos los participantes realizaron pruebas de memoria y fluidez verbal por teléfono durante varios años. A pesar de que sus escáneres cerebrales no mostraron daños visibles, las personas que sufrieron un AIT mostraron un deterioro más pronunciado en el rendimiento cognitivo que las personas sin antecedentes de derrame cerebral.

La tasa de deterioro de las habilidades de pensamiento y lenguaje en el grupo de AIT fue casi la misma que en los participantes del grupo de derrame cerebral. Esto significa que, incluso si a simple vista parece que la persona se recupera sin problemas, por dentro las cosas son muy diferentes, ya que pierde capacidad intelectual.

• El daño no es inmediato; es progresivo y a largo plazo: antes de cualquier evento, las puntuaciones cognitivas promedio fueron un poco menores para el grupo AIT que para el grupo de controles sanos. Sin embargo, después de un AIT, sus puntuaciones bajaron rápido.

El deterioro cognitivo anual del grupo con AIT fue de -0.05, casi idéntico al de -0.04 del grupo con derrame cerebral, y mucho más rápido que el -0.02 del grupo control. Incluso cuando los síntomas iniciales desaparecieron rápido, el estudio descubrió un deterioro mental lento pero constante.

• La memoria y la fluidez verbal fueron las más afectadas: los investigadores utilizaron la fluidez verbal (la facilidad con la que se nombran o describen palabras) y la memoria episódica (la capacidad para recordar eventos recientes) como las dos métricas clave. El grupo de AIT obtuvo las menores puntuaciones en estas áreas. Según esta investigación: si después de un AIT, es más difícil recordar palabras o mantener conversaciones, no es casualidad: sino una de las consecuencias.

• Este estudio contradice la idea de que los AIT no dejan daños duraderos: dado que los AIT no dejan evidencia en las imágenes cerebrales, muchos creen que son reversibles. Sin embargo, este estudio descubrió que incluso si un AIT no deja rastros en una resonancia magnética, aun así causa cambios cerebrales reales y mensurables a lo largo del tiempo. Esto hace que se requieran evaluaciones cognitivas regulares después de sufrir un AIT, ya que esto ayudará a identificar e intervenir de forma temprana en el deterioro cognitivo.

• Los investigadores enfatizan que la causa no siempre es visible, pero es real: el estudio no pudo confirmar si el deterioro se debió a lesiones cerebrales pequeñas e indetectables, la alteración en la señalización cerebral o la interacción con una pérdida de memoria existente que se relaciona con la edad.

No obstante, los autores concluyeron que un AIT es más que un susto temporal: es un evento neurológico que cambia la trayectoria del cerebro, incluso cuando los síntomas desaparecen. Su consejo es simple: haga un seguimiento temprano y regular, y no asuma que su cerebro se recuperó por completo solo porque ya no tiene síntomas.

Lo que hace después de sufrir un AIT determinará su futuro

En un artículo de la University of Utah Health, los médicos afirman que el verdadero peligro de un AIT comienza después de que desaparecen los síntomas.4 La mayoría de las personas no hacen nada porque vuelven a sentirse bien en cuestión de minutos, pero eso puede ser muy peligroso. Según la Dra. Verónica Moreno-Gomez, especialista en neurología, “es muy importante identificar los síntomas de un AIT porque se considera una señal de advertencia de un derrame cerebral isquémico inminente”, y es una señal que no debe ignorar.

• Conocer los factores de riesgo le da el poder de prevenir el próximo derrame cerebral: si vive con enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, obesidad o hipertensión, en especial si tiene más de 50 años, está en la zona de riesgo. Otros factores de estilo de vida como el tabaquismo y el sedentarismo también incrementan su riesgo, por lo que sus hábitos diarios son tan importantes como su historial médico.

• Los cambios en el estilo de vida hacen una diferencia importante: recuperarse de un AIT no solo se trata de descansar, sino de cambiar su estilo de vida. Eso incluye dejar de fumar, llevar una alimentación más saludable y mantenerse activo. Estos cambios ayudan a normalizar el flujo sanguíneo, estabilizar el ritmo cardíaco y reducir la inflamación que provoca que se formen coágulos.

• Los AIT solo son un efecto de un problema más grave: muchas personas experimentan cambios silenciosos en los vasos sanguíneos y en el tejido cerebral mucho antes de que ocurra un derrame cerebral. Según la Dra. Verónica Moreno-Gomez:

“Algunos pacientes pueden experimentar una progresión de sus factores de riesgo o la aparición de otros problemas médicos que, si se detectan y tratan a tiempo, reducen el riesgo de sufrir más AIT o un derrame cerebral”.5

Esto significa que un AIT suele ser la punta del iceberg. Sin embargo, no todas son malas noticias. Hay cosas que puede hacer para cambiar el rumbo de esta situación. No obstante, es fundamental actuar rápido y ser constante.

Detenga el derrame cerebral antes de que comience

Si sufrió un mini derrame cerebral, incluso si solo duró unos cuantos minutos, lo que haga justo después marcará toda la diferencia. Esta es su oportunidad de cambiar la historia antes de que se produzcan daños permanentes. Su cerebro ya mandó una señal de advertencia y lo que suceda después dependerá de la forma en la que responda a esta señal.

La recuperación no solo se trata de volver a la “normalidad”, sino de construir una base que ayude a que no vuelva a suceder. Aquí algunas estrategias para protegerse, reforzar su cerebro y prevenir o controlar un derrame cerebral en el futuro:

1. Actuar rápido si los síntomas reaparecen, lo que suele representar un periodo de tres horas: si experimenta mareos repentinos, nota su rostro caído o tiene dificultad para hablar, debe actuar de inmediato, incluso si los síntomas desaparecen. Tomar medicamentos trombolíticos durante las primeras tres horas ayuda a detener un derrame cerebral en curso. Actuar durante este pequeño periodo podría hacer la diferencia entre una recuperación total y un daño cerebral permanente. Manténgase alerta a los cambios sutiles en su cuerpo y actúe rápido si aparecen señales de advertencia.

2. Tomar en serio sus factores de riesgo, en especial su presión arterial y ritmo cardíaco: la hipertensión y la fibrilación auricular son dos de las causas más comunes de un AIT. Si tiene alguno de estos problemas de salud, significa que debe redoblar los esfuerzos para controlarlos.

Tome medidas para controlar su hipertensión, utilice un monitor de presión arterial en el hogar y lleve un registro. Pregunte sobre el seguimiento de su ritmo cardíaco y optimice la función de sus mitocondrias para evitar la fibrilación auricular. Mantener estos factores bajo control ayudará a reducir su riesgo de sufrir otro evento cerebral.

3. Entrenar su cerebro mientras aún es posible: la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para crear vías nuevas, incrementa justo después de un AIT. Esto significa que, mientras más pronto comience a hacer ejercicios como rompecabezas, juegos de memoria, rutinas de caminata e incluso fisioterapia, mayores serán los beneficios. No espere a que las cosas empeoren. Desafíe su cerebro a diario, ya que esto fortalece sus circuitos y mejora su recuperación.

4. Cambiar su estilo de vida para abordar la causa subyacente: las enfermedades crónicas, el tabaquismo, la mala alimentación y el sedentarismo son factores que causan inflamación e incrementan el riesgo de coagulación. También elimine los aceites vegetales de su alimentación, evite la comida chatarra procesada y consuma alimentos enteros como frutas, sebo, mantequilla y huevos de gallinas camperas. Manténgase en movimiento, incluso una caminata cuenta. Y si fuma, llegó el momento de dejar de hacerlo.

5. Considerar los seguimientos como parte de su plan de curación: la verdadera recuperación después de un AIT no solo se trata de monitorear su cerebro, sino de restablecer el equilibrio en todo su sistema. Además de ser una oportunidad para seguir su progreso, las visitas de seguimiento son una oportunidad para reconectarse con la función de su cuerpo. Utilice estos registros para identificar que está mejorando, qué no ha cambiado y el impacto de su estilo de vida.

Haga preguntas que vayan más allá de las prescripciones, por ejemplo, ¿cómo afectan mis niveles de estrés a mi recuperación? ¿Cuál es el impacto de mi sueño en la función de mi cerebro? ¿Qué hábitos diarios me ayudarán a reducir la inflamación y mejorar mi circulación? Cuando considera los seguimientos como una herramienta para entender todo lo que sucede en su cuerpo, pasa de controlar los síntomas a desarrollar resiliencia a largo plazo.

Preguntas frecuentes sobre los mini derrames cerebrales

P: ¿Qué es un mini derrame cerebral o ataque isquémico transitorio (AIT) y por qué es peligroso?

R: Un AIT, que también se conoce como “mini derrame cerebral”, es un bloqueo breve del flujo sanguíneo al cerebro que provoca síntomas similares a los de un derrame cerebral, pero no deja daño permanente, al menos no de forma inmediata. El peligro dependerá de lo que ocurre después: hasta un 20 % de las personas que sufren un AIT sufrirán un derrame cerebral dentro de un periodo de 90 días, y la mitad de los casos ocurren en solo 48 horas. Esto hace que un AIT sea una emergencia médica grave y no algo que deba ignorar.

P: ¿A qué síntomas debo prestar atención si creo que sufrí AIT?

R: Los síntomas más comunes incluyen confusión repentina, dificultad para hablar, caída del rostro, debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo, mareos, pérdida del equilibrio o problemas de visión. Estos síntomas suelen desaparecer rápido, lo que hace que las personas piensen que todo está bien. Sin embargo, incluso si se siente mejor, esas señales de advertencia significan que se interrumpió el flujo sanguíneo y que necesita atención médica inmediata.

P: ¿Es verdad que un AIT causa daño cerebral duradero incluso si no aparece en las exploraciones?

R: Si, una investigación que se publicó en la revista JAMA Neurology demuestra que las personas que sufren un AIT sufren deterioros a largo plazo de la memoria y de las habilidades del lenguaje, incluso si no se observan daños en una resonancia magnética.6 Su tasa de deterioro cognitivo fue casi idéntica que la de los participantes que sufrieron un derrame cerebral, lo que sugiere un daño neurológico silencioso pero progresivo.

P: ¿Qué cambios en el estilo de vida reducen mi riesgo después de sufrir un AIT?

R: Los cambios clave incluyen controlar la presión arterial, dejar de fumar, mejorar la alimentación, mantenerse activo y controlar el ritmo cardíaco. Eliminar los alimentos que causan inflamación, en especial los aceites vegetales y los alimentos procesados, y remplazarlos con alimentos enteros como frutas, huevos de gallinas camperas y grasas saludables, ayuda a proteger el cerebro y el sistema cardiovascular.

P: ¿Cómo debe ser la recuperación después de un AIT?

R: La recuperación debe ser proactiva y holística. Eso incluye realizar de forma temprana actividades de entrenamiento cerebral como rompecabezas y terapia de movimiento, controlar las enfermedades crónicas y hacer visitas de seguimiento para evaluar la salud de todo el cuerpo, no solo del cerebro. Pregúntele a su médico cómo el estrés, el sueño y la inflamación están afectando su curación y trate cada visita de seguimiento como una oportunidad para prevenir un derrame cerebral en el futuro.