📝HISTORIA EN BREVE

  • El gobierno de Francia realizó un estudio que descubrió que las botellas de vidrio contienen entre cinco y cincuenta veces más microplásticos que las botellas de plástico, y casi toda esta contaminación proviene de sus tapas
  • Los investigadores descubrieron que los fragmentos microscópicos de plástico en las bebidas que vienen en botella de vidrio coincidían con la composición química de la pintura de su tapa, y no del vidrio en sí
  • Cuando las tapas de las botellas se limpiaron con aire filtrado y etanol, los niveles de microplásticos se redujeron en más del 60 %, lo que demuestra que este problema se puede evitar con cambios simples
  • En la actualidad, muchas personas consumen unos 5 gramos de plástico a la semana (que equivale al peso de una tarjeta de crédito) de los alimentos, el agua potable e incluso del aire que respiran
  • Los microplásticos se acumulan en los órganos, sobre todo en el cerebro, en donde causan inflamación, obstruyen el flujo sanguíneo, aceleran el deterioro cognitivo y promueven la neurodegeneración

🩺Por el Dr. Mercola

Desde hace mucho tiempo, las botellas de vidrio se promocionan como la mejor alternativa al plástico. Tal vez ya ha escuchado este mensaje docenas de veces: opte por productos que se vienen en envases de vidrio para evitar la exposición a sustancias químicas y plastificantes, así como para proteger el medio ambiente. Pero, un estudio reciente descubrió que esta opción ya no es tan segura como se pensaba.

Según una investigación, las bebidas que vienen en botellas de vidrio contienen cantidades inesperadas de microplásticos, que incluso son superiores a las que se encuentran en muchas botellas de plástico. Si ha optado por productos que vienen en envases de vidrio porque cree que, de este modo evitará por completo la exposición a los plásticos, los hallazgos de esta investigación podrían confundirlo un poco.

Estudio descubre niveles elevados de microplásticos en botellas de vidrio

Hace poco, la Agence Nationale de Sécurité Sanitaire (ANSES), que es la agencia gubernamental de Francia responsable de la salud y seguridad alimentaria, ambiental y ocupacional, realizó un estudio que analizó varias bebidas que vienen en diferentes tipos de envases con el fin de determinar sus niveles de microplásticos. El estudio, que se publicó en Journal of Food Composition and Analysis, tuvo como objetivo identificar si el envase influye en los niveles de microplásticos que contienen las bebidas.1

• El estudio involucró un total de 79 muestras de bebidas: que incluyeron agua con y sin gas, refrescos, té helado, limonada, cerveza y vino. Las bebidas venían en varios tipos de envases, tales como botellas de vidrio, botellas de plástico, latas de metal, cajas de cartón y cubitainers (contenedores blandos de gran tamaño). Esta diversidad fue esencial porque permitió que el equipo comparara el contenido de microplásticos en diferentes materiales que se utilizan para envasar bebidas bajo condiciones realistas.

• Los investigadores implementaron medidas de control de contaminación muy estrictas: todas las botellas se abrieron en una cabina de flujo laminar, que es un entorno estéril que elimina el polvo y los contaminantes del aire. Luego, los fluidos se filtraron a través de una membrana de policarbonato con un tamaño de poro de 0.45 micrones para atrapar cualquier partícula microplástica que superara ese tamaño. Este tamaño de poro tiene la capacidad de capturar casi todos los microplásticos, que suelen medir entre 1 micrómetro y 5 milímetros de diámetro.

• De todas las bebidas que se analizaron, las que venían en botellas de vidrio tuvieron los mayores niveles de contaminación: según los resultados, cada litro de bebida en botellas de vidrio contiene alrededor de 100 partículas microplásticas. En promedio, estas bebidas en botella de vidrio tienen entre cinco y cincuenta veces más partículas de microplástico que las que vienen en envase de plástico o metal.

Este hallazgo fue consistente en varios tipos de bebidas, sobre todo en productos como refrescos y limonadas. De manera sorprendente, el vino tuvo menores niveles de microplásticos incluso cuando venía en botellas de vidrio, lo que podría deberse a que muchas botellas de vino utilizan corcho en lugar de tapa de metal pintadas (de lo que hablaremos en la siguiente sección).

• Los resultados fueron inesperados, incluso para los investigadores: Iseline Chaib, una de las autoras del estudio, dijo que su equipo "esperaba un resultado muy diferente".

Los microplásticos provienen de diversas fuentes. Si bien algunos se fabrican de forma intencional, como las microperlas, la mayoría de los microplásticos que se encuentran en el medio ambiente se crean cuando artículos plásticos más grandes, como botellas, bolsas y envases de alimentos, se desintegran por la exposición a la luz solar, la intemperie y la abrasión física. Estas partículas diminutas de plástico están en todas partes, incluso en las bebidas que consumimos.

Las tapas de las botellas son la raíz del problema

Los investigadores identificaron la fuente exacta de la contaminación en las bebidas que vienen en envase de vidrio: las tapas de metal con pintura que utilizan para cerrarlas.

"Luego notamos que en el vidrio, las partículas que identificamos en las muestras tenían la misma forma, color y composición del polímero, y por lo tanto, el mismo plástico, que la pintura en el exterior de las tapas que se utilizan para sellar las botellas de vidrio", dijo Iseline Chaib.2

• Los polímeros de poliéster y resina alquídica fueron los materiales más comunes: son los que se utilizan en pinturas y recubrimientos industriales para fabricar las tapas de las botellas. Esto también explicaría por qué las botellas de vino, que se tapan con corcho, tenían menores niveles de contaminación por microplásticos.

"El análisis FTIR de la pintura de la tapa metálica demostró que su compuesto principal era poliéster, como las partículas aisladas que se encontraron en las botellas de vidrio. Por lo tanto, creemos que estas partículas provienen de la tapa de la botella", dijeron los investigadores.3

• Los microplásticos se desprenden durante el proceso de producción y el almacenamiento: los investigadores analizaron las tapas bajo ampliación y descubrieron que tenían pequeños rasguños (abrasiones que se formaban de la fricción que se produce cuando se almacenan). Estos rasguños provocan que se desprendan escamas microscópicas de pintura que terminen en la bebida. Así que, aunque por fuera la tapa luce limpia e intacta, por dentro, desprende fragmentos que contaminan la bebida.

• El equipo confirmó sus sospechas con ayuda de pruebas controladas: rellenaron botellas de vidrio esterilizadas con agua filtrada y colocaron tapas nuevas. Cuando las tapas no se limpiaron bien antes de utilizarlas, el recuento de partículas alcanzó un promedio de 287 fragmentos de microplástico por litro.

Pero, después de limpiarlas con aire filtrado o enjuagarlas con agua y etanol, los niveles de contaminación disminuyeron bastante, 105 y 86 partículas por litro, respectivamente. Sin embargo, los investigadores dijeron que la contaminación por microplásticos solo disminuyó, pero no se eliminó por completo.

La cantidad real de plástico que termina dentro de su cuerpo

En la actualidad, los microplásticos están por todos lados, incluso en lugares en los que ni se imagina. Están en el suelo, los océanos, los lagos, los ríos e incluso en el aire que respira. Este nivel de contaminación provoca que sea casi imposible evitarlos por completo.

• Los microplásticos están por todo su cuerpo: muchos estudios demuestran la gravedad del problema, de hecho, se detectaron estas partículas dentro del tejido vivo: se encuentran en lo profundo de los órganos, se absorben a través del intestino y circulan por el torrente sanguíneo. En los últimos años, los científicos han detectado microplásticos en todo tipo de tejidos humanos, que incluyen la placenta, el4 hígado, los pulmones, los riñones, el bazo, el corazón, el cerebro,5 e incluso las heces.6

• La persona promedio consume unos 5 gramos de plástico a la semana: esta cantidad se basó en una investigación de la World Wildlife Federation (WWF), y equivale al peso de una tarjeta de crédito.7 Si bien su sistema elimina casi todo el microplástico que entra a su cuerpo, una parte se queda y se acumula en sus órganos.

• Con el tiempo, la cantidad se vuelve cada vez mayor: según los cálculos del WWF, las personas consumen alrededor de 21 gramos de plástico al mes, lo que equivale a un bloque de Lego.

En un año, esa cantidad alcanza los 250 gramos, lo que equivale a un plato de plástico. En 10 años, ya serán 5.5 libras (2.5 kg), lo que dará un total de unas 40 libras (18 kg) a lo largo de su vida.

Y si piensa que los microplásticos son inofensivos, está muy equivocado. Los estudios demuestran que son citotóxicos, lo que significa que dañan las células. Un estudio que se publicó en International Journal of Molecular Sciences descubrió que las partículas microplásticas entran a las células y se acumulan alrededor de su núcleo. A medida que aumentan los niveles de microplásticos y el tiempo de exposición, la viabilidad de las células disminuye de forma significativa.8

Los microplásticos incrementan el riesgo de enfermedades crónicas

Investigaciones recientes demuestran que existe una relación entre la exposición a microplásticos y problemas de salud como la hipertensión, el derrame cerebral y la disfunción metabólica. Incluso la exposición diaria de bajo nivel se relaciona con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares.

• Una investigación comparó los niveles de exposición al plástico en el medio ambiente con las tasas de enfermedades en la comunidad: hace poco, una investigación analizó la concentración de microplásticos en los sedimentos del fondo marino en 555 distritos costeros y lacustres de Estados Unidos durante el periodo de 2015 a 20199 y los comparó con la prevalencia de problemas de salud como la hipertensión, la diabetes, el derrame cerebral y el cáncer. Evaluaron la diferencia en el impacto de la contaminación por microplásticos y otros 154 factores ambientales y socioeconómicos.

• Las poblaciones que viven en áreas con niveles elevados de microplásticos tuvieron mayores tasas de enfermedades crónicas: incluyendo enfermedades no transmisibles como diabetes, hipertensión y derrame cerebral. Según los investigadores, las partículas de plástico se inhalaron o consumieron a través de actividades cotidianas básicas como beber agua, comer o respirar.

• Las partículas de plástico son uno de los 10 factores que ayudan a predecir el riesgo de enfermedades crónicas: la exposición a microplásticos forma parte de las variables de alto riesgo, al igual que el estatus de minoría racial o la falta de seguro médico.

• Mientras mayores sean los niveles de microplásticos en su cuerpo, mayor será su riesgo de enfermedades: los investigadores descubrieron que las regiones con niveles elevados de microplásticos (más de 40 000 partículas por metro cuadrado de sedimento) tenían los peores resultados con respecto a las enfermedades. Las áreas con menos de 200 partículas por metro cuadrado de sedimento tuvieron los mejores resultados. Esto demuestra el claro efecto de la dosis.

Los microplásticos también causan problemas de fertilidad, ya que se acumulan en los órganos reproductores masculinos y femeninos, lo que ha tenido un impacto profundo en las tasas de fertilidad de todo el mundo.

El plástico también representa una amenaza importante para su cerebro

Como se mencionó, los microplásticos viajan por todo el cuerpo y causan daños en los órganos. Uno de los más susceptibles a estas partículas tóxicas es el cerebro. Esto se debe a que los microplásticos pueden atravesar la barrera hematoencefálica; que es una barrera de protección que tiene como función evitar que sustancias dañinas entren a los tejidos del cerebro. Pero, los estudios demuestran que los nanoplásticos (partículas que miden menos de 100 nanómetros) pueden atravesar esta barrera en solo dos horas después de entrar en su cuerpo.10

• Los microplásticos también incrementan el riesgo de enfermedades neurodegenerativas: según un estudio con animales que se publicó en Journal of Hazardous Materials, los nanoplásticos que atraviesan la barrera hematoencefálica aceleran la propagación de los péptidos beta-amiloides, que es la proteína patógena principal de enfermedades como la demencia y el Alzheimer.11

• El cerebro es el órgano con los mayores niveles de microplásticos: un estudio reciente que se publicó en Nature Medicine analizó diferentes tejidos de órganos, como el hígado, los riñones y el cerebro, y descubrió que el cerebro es un punto de acumulación importante de microplásticos. Los tejidos del cerebro tienen mayores concentraciones de microplásticos. De hecho, el tejido del cerebro albergó entre siete y treinta veces más microplásticos en promedio, que los demás órganos que se analizaron.12

• En el cerebro de personas con demencia, se observaron concentraciones de microplásticos incluso mayores: los investigadores descubrieron que los niveles de microplásticos en el cerebro de personas con demencia eran mucho mayores que los niveles que se detectaron en muestras de cerebro "normales", y que ya se consideraban elevados. Para más información sobre este tema, consulte: "Este peligroso material está invadiendo su cerebro."

• Los microplásticos causan obstrucciones en el cerebro: un estudio independiente descubrió que una vez que los microplásticos llegan al torrente sanguíneo, las células inmunológicas los absorben casi de inmediato. Luego, estas células se convierten en portadoras de estos contaminantes plásticos, y eso provoca que queden atrapadas dentro de los capilares de la corteza cerebral, lo que causa obstrucciones físicas que bloquean el flujo sanguíneo.13 Esto incrementa el riesgo de una serie de problemas neurológicos y cognitivos.

La búsqueda de estrategias naturales para eliminar los microplásticos

Hay estudios en curso con el objetivo de encontrar estrategias para ayudar al cuerpo humano a filtrar, atrapar y eliminar los microplásticos antes de que puedan propagarse a otros sistemas. Estos métodos ofrecen un enfoque multifuncional para ayudar a reducir la carga plástica interna y reforzar todos los aspectos de la salud. Hace poco, escribí un artículo en el que analizo a detalle estos métodos y, si bien aún se encuentra en revisión por pares, aquí puede encontrar algunos de los puntos clave:

• El psyllium reticulado podría ayudar a eliminar los microplásticos: el intestino es un sistema clave para eliminar los microplásticos del cuerpo. En 2024, un estudio demostró que el psyllium reticulado con acrilamida (PLP-AM) eliminó del agua más del 92 % de los tipos de plástico comunes, que incluyeron el poliestireno, el cloruro de polivinilo (PVC) y el tereftalato de polietileno (PET).

Su textura pegajosa y gelatinosa, así como su capacidad de absorción, hacen al psyllium reticulado una gran opción para utilizar dentro del intestino, donde podría atrapar partículas de plástico antes de que se propaguen por todo el cuerpo. Si bien el estudio se realizó en un entorno de tratamiento de agua, los resultados son prometedores para la salud humana.14

• El quitosano, una fibra natural que se deriva de los mariscos, también muestra potencial para eliminar los microplásticos del cuerpo: un estudio reciente en animales que se publicó en Scientific Reports descubrió que las ratas que recibieron microplásticos de polietileno y luego, una alimentación enriquecida con quitosano, pudieron eliminar alrededor del 115 % de los microplásticos, a diferencia del grupo de control que solo eliminó el 84 %.

Esto sugiere que el quitosano no solo ayuda a unir y eliminar las partículas nuevas de plástico, sino que incluso podría ayudar a extraer algunas que ya se absorbieron. Y, aunque suele considerarse seguro y ya se utiliza en algunos suplementos, si tiene alergia a los mariscos, lo mejor es evitarlo.15

El psyllium y el quitosano funcionan a través de la adsorción física, donde fuerzas hidrofóbicas (repelen el agua) y electrostáticas adhieren partículas microplásticas a la fibra, lo que evita que se absorban. Pero, un inconveniente de estos aglutinantes es que, cuando no se utilizan con cuidado, también pueden absorber nutrientes. Por lo tanto, es importante utilizarlos de forma correcta para beneficiarse de ellos, como por ejemplo consumirlos junto con los alimentos procesados o empaquetados, que son fuentes probables de plásticos.

• Ciertas cepas de bacterias beneficiosas pueden ayudar a eliminar los microplásticos del intestino: en 2025, un estudio en animales descubrió que dos cepas específicas, Lacticaseibacillus paracasei DT66 y Lactiplantibacillus plantarum DT88, pudieron unirse y eliminar pequeñas partículas de poliestireno en pruebas de laboratorio. Estos probióticos forman biopelículas de protección que atrapan las partículas de plástico, lo que hace que sean más fáciles de eliminar.16

Si se combinan con fibras alimentarias como el psyllium y el quitosano, podría maximizar su efecto para eliminar los microplásticos del intestino antes de que se absorban.

• El hígado también es fundamental para eliminar los microplásticos del torrente sanguíneo: las células inmunológicas especializadas en el hígado, que se conocen como células de Kupffer, ayudan a atrapar estas partículas extrañas y las transportan a la bilis para eliminarlas a través de los intestinos. Pero, aunque este método podría funcionar con plásticos más pequeños, los más grandes pueden permanecer y acumularse, sobre todo en personas que no tienen una buena salud hepática.

Para reforzar esta vía de desintoxicación natural, los investigadores analizan el uso de compuestos como el ácido ursodesoxicólico (UDCA) y su variante, el ácido tauroursodesoxicólico (TUDCA), que estimulan la producción de bilis y mejoran el flujo de partículas fuera del hígado.

• Los investigadores también analizan la autofagia como una estrategia para eliminar los microplásticos: la autofagia es el sistema de reciclaje celular natural del cuerpo. Los investigadores están buscando compuestos que puedan ayudar a estimular este sistema, en especial la rapamicina y la espermidina.

La rapamicina inhibe la vía mTOR, que es un mecanismo que detecta los nutrientes y, que desactiva la autofagia. Cuando el mTOR no está activo, las células intensifican sus esfuerzos de limpieza y forman membranas que pueden recolectar y aislar partículas de plástico para descomponerlas o eliminarlas. Mientras que la espermidina es una poliamina natural que se encuentra en los alimentos que mejora la resiliencia celular y ayuda a eliminar sustancias tóxicas.

En estudios de laboratorio y con animales, combinar espermidina y rapamicina ayudó a revertir la disfunción mitocondrial y reducir el estrés oxidativo que causan los microplásticos.

Estrategias para reducir su exposición a los microplásticos

Cada vez hay más evidencia que demuestra los peligros de los microplásticos, por lo que, ahora es fundamental tomar medidas proactivas para reducir su exposición. Si bien la contaminación ambiental por microplásticos ya es un problema grave, ciertos cambios pueden ayudarlo a minimizar su exposición y proteger su salud.

1. Filtrar el agua de su casa: si compra bebidas embotelladas porque no confía en el agua del grifo, le recomiendo que instale un sistema de filtración de agua de alta calidad que tenga la función de eliminar los microplásticos y los metales pesados. También recomiendo que llene sus propias botellas de vidrio o acero inoxidable en casa con agua limpia y filtrada.

2. Hervir el agua dura del grifo: si utiliza agua dura del grifo, considere hervirla antes de usarla para cocinar o beber, ya que el agua dura retiene más microplásticos. Estudios recientes demuestran que hervir el agua durante cinco minutos elimina hasta el 90 % de los microplásticos.

3. Reconsiderar su dependencia a las bebidas embotelladas que venden en el supermercado: incluso las marcas que se promocionan como premium o ecológicas utilizan revestimientos y tapas de plástico. Adquiera el hábito de preparar sus propias bebidas en casa y guardarlas en contenedores seguros.

4. Utilizar contenedores de boca ancha de acero inoxidable o vidrio: las botellas de cuello estrecho, en especial las carbonatadas, tienen que sellarse bien, y para hacerlo, casi siempre se utilizan tapas de plástico o que contienen pegamentos a base de plástico. Mejor, utilice botellas y frascos de boca ancha con tapas de acero inoxidable, cerámica o bambú.

Para las bebidas carbonatadas, es mejor utilizar botellas de vidrio con tapa abatible y juntas de goma que no contengan componentes que liberen microplásticos. Si ya utiliza vidrio, inspeccione el revestimiento de la tapa, si está blando, es color blanco o se pela, es probable que se trate de polietileno o de una resina a base de plástico.

5. Utilizar envases reutilizables: remplace las botellas, vasos y recipientes de plástico de un solo uso con alternativas reutilizables de materiales más seguros como acero inoxidable o vidrio.

6. No almacenar los productos durante mucho tiempo ayuda a reducir su exposición: mientras más tiempo esté una bebida en contacto con su envase, más tiempo tendrá para que se liberen los microplásticos. El calor y la acidez aceleran este proceso. Si no tiene otra opción que comprar una bebida embotellada, consúmala cuanto antes y no la deje en el carro, cerca de una ventana o en cualquier lugar donde reciba luz directa del sol.

No reutilice botellas con tapas de plástico porque cada vez que lo hace, se liberan microplásticos. Si va a guardar una bebida, hágalo en contenedores seguros.

7. Apoyar las marcas que se preocupan por hacer análisis para detectar microplásticos: la mayoría de las compañías no revelan si realizan pruebas para detectar el contenido de microplásticos, y mucho menos qué materiales utilizan en sus tapas y revestimientos. Pero, eso está cambiando, y ahora algunas marcas publican los resultados de laboratorio y comprueban que utilizan materiales inertes como vidrio de borosilicato y tapas de metal con sellos de silicona. Siempre que sea posible, apoye las marcas que practican la transparencia.

Para más estrategias que lo ayuden a minimizar su exposición a los microplásticos, consulte: "Un fenómeno global que altera el equilibrio demográfico". Implementar estas medidas lo ayudará a reducir su exposición no solo a los microplásticos, sino también a otros compuestos que alteran su metabolismo y dañan sus mitocondrias.

Preguntas frecuentes sobre microplásticos en las botellas de vidrio

P: ¿Por qué las botellas de vidrio contienen más microplásticos que las botellas de plástico?

R: Las botellas de vidrio suelen cerrarse con tapas de metal que tienen pintura, que es la principal fuente de contaminación. Cuando las tapas chocan entre sí al momento de almacenarse y manipularse, se liberan pequeñas escamas de pintura (hechas de polímeros plásticos como el poliéster) que terminan en la bebida. Esto es lo que causa la contaminación, aunque la botella en sí sea segura.

P: ¿Qué bebidas se analizaron en el estudio y cuáles tenían más microplásticos?

R: El estudio analizó 79 muestras, que incluyeron agua, refrescos, limonada, té helado, cerveza y vino. Los refrescos y la limonada en botellas de vidrio tuvieron los mayores niveles de microplástico (un promedio de alrededor de 100 partículas por litro). El vino tuvo niveles mucho menores, lo que podría deberse a que estas botellas utilizaban corcho en lugar de tapas con pintura.

P: ¿Cómo confirmaron los investigadores la fuente de los microplásticos?

R: El equipo de ANSES analizó el color, la forma y la composición química de las partículas en las bebidas. Luego, los compararon con la pintura en las tapas de las botellas. En pruebas de laboratorio, las botellas de vidrio con tapas sin lavar liberaron más de 280 partículas de plástico por litro, mientras que las tapas que se sometieron a un proceso de limpieza tuvieron un nivel de contaminación mucho menor.

P: ¿Los microplásticos son una amenaza para mi salud?

R: Sí, los estudios demuestran que no solo pasan a través del cuerpo, sino que se acumulan en los tejidos, los órganos e incluso el cerebro. Los microplásticos se relacionan con la inflamación, el daño celular, las enfermedades cardiovasculares, el deterioro cognitivo y los problemas de fertilidad. Con el tiempo, se acumulan en cantidades que pueden pesar varias libras.

P: ¿Qué puedo hacer para reducir mi exposición a los microplásticos por esta fuente?

R: Puede cambiar a recipientes de vidrio o acero inoxidable de boca ancha con tapas que no sean de plástico, filtrar el agua en casa, evitar almacenar bebidas en lugares calientes o durante períodos prolongados y apoyar las marcas que realizan pruebas para detectar contaminación por microplásticos. Incluso pequeños cambios en la forma en que almacena y consume sus bebidas pueden reducir bastante su exposición.