📝HISTORIA EN BREVE

  • Según un estudio de una década de duración, las personas con varias enfermedades crónicas tienen casi el doble de riesgo de depresión, incluso si nunca antes han tenido problemas de salud mental
  • Tener una enfermedad cardíaca y diabetes incrementa bastante el riesgo de depresión, lo que hace que estas combinaciones cardiometabólicas sean una de las mayores amenazas para la salud mental
  • Las enfermedades crónicas como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la enfermedad hepática y los trastornos intestinales incrementan de forma exponencial el riesgo de depresión, ya que afectan la capacidad del cuerpo para regular el estado de ánimo y la energía
  • Las mujeres con problemas en las articulaciones y los huesos, como la artritis, enfrentan un riesgo mayor de depresión que los hombres con el mismo diagnóstico, lo que demuestra que existe una vulnerabilidad de género grave que suele ignorarse
  • La depresión no solo es el resultado de una enfermedad crónica, sino que también influye mucho en los resultados de esta última. Si no se trata, acelera la progresión de la enfermedad, debilita el sistema inmunológico e incrementa el riesgo de hospitalización

🩺Por el Dr. Mercola

Muchos pacientes con enfermedades crónicas también sufren depresión y no lo saben, pero no tratar esta enfermedad mental puede empeorar el problema físico, ralentizar la recuperación, incrementar el riesgo de hospitalización y deteriorar la calidad de vida. Si tiene alguna enfermedad crónica, significa que también tiene mayor riesgo de desarrollar este problema de salud mental.

Un estudio reciente demuestra que existe una relación estrecha entre las enfermedades crónicas y el desarrollo de problemas de salud mental. Según investigadores de la Universidad de Edimburgo, las personas que tienen al menos una enfermedad crónica casi duplicaron su riesgo de desarrollar depresión, incluso aunque no tuvieran un diagnóstico previo de problemas de salud mental.

Las enfermedades físicas tienen un impacto profundo en la salud mental

Hace poco, se publicó un estudio en la revista Nature Communications Medicine1 que analiza el impacto de diferentes combinaciones de enfermedades físicas en el riesgo de un futuro diagnóstico de depresión en adultos. Los investigadores analizaron datos de adultos de entre 37 y 73 años que ya vivían con al menos una enfermedad física crónica pero que nunca habían sido diagnosticados con depresión al comienzo del estudio.

• Los participantes se seleccionaron del UK Biobank: se trata de una base de datos de salud a largo plazo que rastrea información biológica y otros datos de salud de cientos de miles de personas. Los investigadores siguieron a más de 142 000 personas durante una década con el fin de determinar el impacto de las enfermedades físicas en la salud mental.

Con ayuda de técnicas de agrupamiento estadístico, los participantes se asignaron a diferentes grupos según sus perfiles de enfermedades físicas para analizar su relación con los diagnósticos posteriores de depresión.2

• No todas las enfermedades tienen el mismo impacto en la salud mental: los investigadores descubrieron que algunas combinaciones de enfermedades incrementaban más el riesgo de depresión que otras. En los grupos con más enfermedades físicas, casi una de cada 12 personas desarrolló depresión dentro de un periodo de 10 años, a diferencia de una de cada 25 personas en el grupo de menos enfermedades o de menor gravedad.

• Algunas combinaciones fueron más peligrosas que otras: según el estudio, vivir con diabetes y una enfermedad cardíaca (una combinación que se agrupó bajo el término “trastornos cardiometabólicos”) incrementa bastante el riesgo de recibir un diagnóstico de depresión en el futuro.

• Las personas con enfermedades crónicas que se relacionan con los pulmones, el hígado y los intestinos también eran mucho más vulnerables a la depresión: problemas de salud crónicos como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) también incrementan el riesgo de depresión. También existe una relación estrecha entre la depresión y las enfermedades del hígado y del intestino tanto en hombres como en mujeres.

• Aquí es donde las cosas se ponen más interesantes: el grupo de mayor riesgo no compartió un solo diagnóstico, sino que tenía condiciones complejas y superpuestas. Ninguna enfermedad por sí sola tuvo un impacto importante, pero la carga de varias enfermedades llevó la salud mental al límite.

• Cuando se trató de problemas en las articulaciones y los huesos, las mujeres fueron más vulnerables: las mujeres con artritis o trastornos relacionados tienen un mayor riesgo de depresión que un hombre con el mismo diagnóstico. Esta diferencia no fue tan evidente en los hombres, lo que sugiere una vulnerabilidad de género que no suele considerarse en los enfoques de tratamiento convencionales.

• Este estudio confirma la idea de que existe una relación muy estrecha entre la salud física y emocional: demuestra que la depresión no es un suceso aleatorio, sino el resultado de un problema que comienza con una disfunción física y termina con un colapso emocional.

Como dijeron los investigadores, la “multimorbilidad” (el estado de vivir con dos o más enfermedades crónicas) representa una carga importante para el sistema de atención de salud actual. Por lo tanto, es fundamental crear enfoques de atención integrales que aborden tanto el bienestar físico como el mental.3

Según Bruce Guthrie, uno de los autores del estudio y profesor de Medicina General en el Advanced Care Research Centre de la Universidad de Edimburgo:

“la atención médica suele considerar la salud física y mental como dos cosas diferentes, pero este estudio demuestra que, cuando se trata de prevenir y tratar la depresión en personas con enfermedades físicas, se requiere de un enfoque que aborde ambos aspectos ”.4

La relación estrecha entre las enfermedades crónicas y la depresión

La depresión y las enfermedades físicas tienen una relación muy estrecha porque comparten vías biológicas, consecuencias conductuales y factores ambientales. Las enfermedades como los trastornos autoinmunes, la diabetes, el cáncer, la epilepsia, los problemas cardíacos, el VIH/SIDA, el hipotiroidismo, la esclerosis múltiple (EM) e incluso el dolor crónico afectan diferentes partes del cuerpo. Pero, todas influyen en el riesgo de depresión.

• Los factores biológicos no son la única causa posible: si bien la carga biológica de la enfermedad tiene una función importante, los investigadores del estudio afirman que los factores sociales y sistémicos, como el aislamiento, la pérdida de independencia, los problemas económicos y la fatiga crónica, también podrían explicar por qué la multimorbilidad física empeora los resultados en materia de salud mental.

• La relación entre la depresión y las enfermedades crónicas es bidireccional: si tiene depresión, es más probable que desarrolle enfermedades. La depresión hace que sea más difícil comer bien, mantener hábitos saludables o realizarse chequeos médicos regulares. La fatiga, la desesperanza y la confusión mental que causa la depresión hacen que sea menos probable que una persona se preocupe por proteger su salud física.

• El estrés de vivir con una enfermedad crónica produce cambios bioquímicos en el cerebro: por ejemplo, enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer y los derrames cerebrales cambian las estructuras cerebrales que ayuda a regular el estado de ánimo.5

Y si ya toma medicamentos para su enfermedad crónica, ciertas prescripciones podrían empeorar el problema, ya que interfieren con la estabilidad del estado de ánimo o los niveles de neurotransmisores. Por ejemplo, un estudio descubrió que los pacientes con enfermedad de Parkinson que reciben dosis elevadas de agonistas dopaminérgicos tienen peores síntomas de depresión.

• Otro aspecto que suele ignorarse: el sistema de señalización química del cerebro depende de la energía. Cuando su cuerpo está bajo ataque constante a causa de las enfermedades, disminuye su producción de energía celular. Esto afecta a los neurotransmisores que ayudan a que se sienta tranquilo, concentrado y equilibrado en términos emocionales. A largo plazo, ese desequilibrio bioquímico provoca un ciclo de mal humor, pensamientos negativos y abandono de actividades que antes lo hacían sentir bien.

Por último, esta investigación demuestra un punto ciego de la medicina moderna: los sistemas de tratamiento convencionales abordan el panorama completo. El simple hecho de clasificar los síntomas, demuestra que el sistema de atención médica actual no considera la salud como un todo. Según Lauren DeLong, que también es una de las autoras principales del estudio:

“descubrimos relaciones claras entre las condiciones de salud física y el desarrollo de la depresión, pero este estudio solo marca el comienzo. Esperamos que nuestros hallazgos inspiren a otros investigadores a analizar y determinar mejor la relación entre la salud física y mental".6

La depresión acelera la progresión de otras enfermedades

Otro estudio que también se publicó hace poco en PLOS Medicine trató de responder por qué la depresión acelera el desarrollo de enfermedades físicas crónicas como diabetes, problemas cardíacos y osteoartritis a lo largo del tiempo. 7

La depresión acelera el desarrollo de enfermedades: durante un período de seguimiento de siete años, los investigadores encontraron que las personas con depresión tenían al menos otra enfermedad crónica al comienzo del estudio.

• La depresión también acelera la aparición de enfermedades: los investigadores observaron que en lugar de tardar décadas en desarrollarse, enfermedades como la osteoartritis, la hipertensión y la enfermedad por reflujo en personas con depresión aparecieron años antes. Es más, ciertas enfermedades tienen una relación más estrecha con la depresión, tales como el reflujo ácido y el síndrome del intestino irritable; que eran mucho más comunes entre las personas que tenían este problema de salud mental.

• La depresión también daña la salud del corazón: la relación entre las emociones negativas como la depresión y la angustia se estableció desde hace mucho tiempo, e incluso existe un término que lo describe: el síndrome del corazón roto.

En este estudio, los investigadores descubrieron que las personas con depresión tienen mayor riesgo de hipertensión y enfermedades cardíacas. Creen que esto se debe a que la depresión desencadena respuestas de estrés prolongadas, lo que causa picos de cortisol, que es la hormona principal del estrés. Cuando no se controlan, estas respuestas de estrés dañan los vasos sanguíneos, causan rigidez arterial e incrementan el riesgo de infarto y derrame cerebral.

• También incrementa el riesgo de hospitalización por enfermedades físicas graves: otro estudio que se publicó en JAMA Psychiatry descubrió que las personas con depresión tienen un riesgo cinco veces mayor de hospitalización. Además, las personas con depresión severa tenían un riesgo mayor de requerir tratamiento hospitalario para una amplia gama de enfermedades crónicas.8

• Las personas con depresión tuvieron un riesgo dos veces mayor de ser hospitalizadas por infecciones graves: el sistema inmunológico y la salud mental tienen una relación muy estrecha, y el estrés crónico por depresión reduce la capacidad del cuerpo para combatir las bacterias dañinas. Esto incrementa el riesgo de desarrollar infecciones que podrían ser mortales y requieren cuidados hospitalarios intensivos, como neumonía o sepsis.

Proteja su salud física y mental

Si vive con una enfermedad crónica, es probable que haya experimentado sentimientos de tristeza y fatiga, además de pérdida de interés en las cosas que antes le gustaban. Esto es una señal de que la enfermedad está afectando a su cuerpo y su cerebro. La depresión suele ser el resultado del estrés físico crónico, pérdida de energía y tensión mental, por lo que si desea salir de este círculo vicioso, debe abordar la causa subyacente. Estas cinco estrategias le ayudarán a reforzar tanto su salud física como mental.

• Dar a sus células la energía que necesitan: cuando sus células no producen suficiente energía, todo comienza a fallar, incluyendo la función de su cerebro. Por eso, siempre recomiendo que consuma más carbohidratos fáciles de digerir como la fruta madura.

Si su salud intestinal está en muy malas condiciones, beba agua con dextrosa. Esto es fundamental porque la deficiencia de energía crea la química del estrés que causa la depresión. Los adultos necesitan al menos entre 200 y 250 gramos de carbohidratos al día, o más si es una persona muy activa. No escatime, esto no es opcional: se trata restaurar su salud de adentro hacia afuera.

Además, es importante que elimine los aceites de semillas con alto contenido de ácido linoleico (AL), los alimentos procesados y las bocadillos como frutos secos y semillas que contienen grasas poliinsaturadas (PUFs), ya que hacen que las mitocondrias dejen de funcionar de forma correcta y crean subproductos tóxicos que empeoran la fatiga y la confusión mental. Mejor, utilice grasas saturadas como mantequilla de animales alimentados con pastura, ghee o sebo, que ayudan a sus células a producir energía.

• Optimizar su reloj circadiano para restaurar la química del cerebro: la depresión prospera en el caos, sobre todo en el caos circadiano. Pase tiempo al aire libre todas las mañanas durante al menos 15 minutos para disfrutar de la luz natural del sol unos 30 minutos después de despertarse. Esto restablece su reloj biológico y activa sustancias químicas del cerebro que estabilizan su estado de ánimo y sus niveles de energía.

Apague la luz azul por las noches y establezca una rutina de sueño constante. Si se siente estancado, pequeños avances como despertarse a la misma hora o salir a caminar después de desayunar le darán a su cerebro el impulso que necesita para cambiar de dirección.

• Exponerse lo suficiente a la luz del sol: exponerse de forma segura al sol estimula la producción de vitamina D, que se relaciona con una mejor salud mental. Para más información sobre este tema, consulte: “Elevar los niveles de esta vitamina mejora la salud mental”.

Pero, aquí un punto importante sobre la exposición al sol: antes de implementar esta estrategia debe asegúrese de eliminar todo el AL de su alimentación, y evitar las horas más intensas de luz solar, ya que los rayos UV oxidan el AL en su piel, lo que causa inflamación y daña el ADN. Por lo tanto, limite la exposición al sol a las horas menos intensas de la mañana o al final de la tarde durante cuatro a seis meses mientras elimina estos aceites de su cuerpo.

También recomiendo que tome ácido pentadecanoico o C15:0 de productos lácteos de alta calidad, ya que elimina de forma selectiva el AL en la piel, y lo protege de los daños cutáneos.

• Obtener un sueño profundo y reparador: existe una fuerte relación entre los trastornos del sueño y la depresión. La falta de sueño causa inflamación, debilita el sistema inmunológico y empeora la resistencia a la insulina. Por esa razón es importante que trate de dormir entre siete y nueve horas todas las noches.

Otras estrategias incluyen eliminar la exposición a la luz azul por la noche, evitar las pantallas una hora antes de acostarse, dormir en una habitación en completa oscuridad (utilice cortinas blackout o un antifaz si es necesario) y mantener el dormitorio fresco (alrededor de 65 grados F). Para más consejos para obtener sueño de calidad, consulte: “Este hábito saludable es más importante que el ejercicio y la nutrición”.

• Abordar el estrés crónico: encontrar formas de reducir el estrés diario, no sólo cuando se siente abrumado, es clave para prevenir enfermedades crónicas y recuperarse más rápido de cualquier problema de salud. Para restablecer su sistema nervioso, pruebe ejercicios de respiración profunda, meditación o incluso pasar tiempo en la naturaleza. También puede probar las Técnicas de Libertad Emocional (EFT) para ayudar a aliviar su estrés.

Preguntas frecuentes sobre la depresión y las enfermedades crónicas

P: ¿Cuál es el impacto de tener varias enfermedades crónicas en el riesgo de depresión?

R: Cuando vive con dos o más enfermedades crónicas como diabetes, problemas cardíacos o asma, su cuerpo se debilita. Esta carga física drena su energía celular y altera las sustancias químicas del cerebro que regulan el estado de ánimo, lo que incrementa bastante su riesgo de depresión a largo plazo.

P: ¿Qué enfermedades tienen una mayor relación con la depresión?

R: Las enfermedades cardiometabólicas como la diabetes y las enfermedades cardíacas tienen el mayor riesgo. Los problemas pulmonares crónicos (asma y EPOC), las enfermedades hepáticas e intestinales y la artritis (sobre todo en mujeres) también tienen una relación estrecha con futuros diagnósticos de depresión.

P: ¿Puede la depresión empeorar las enfermedades físicas?

R: Sí, la depresión no sólo aparece después de la enfermedad, sino que la acelera. Altera el sueño, las hormonas y el sistema inmunológico, lo que hace más difícil controlar las enfermedades existentes e incrementa el riesgo de desarrollar otras nuevas, como hipertensión o infecciones.

P: ¿Por qué las mujeres con artritis tienen un mayor riesgo de depresión que los hombres?

R: El estudio descubrió que las mujeres con problemas en las articulaciones y los huesos, como artritis, tenían un riesgo mucho mayor de depresión que los hombres con el mismo diagnóstico. Esto sugiere una vulnerabilidad específica de género que no suele reconocerse, ni tratarse.

P: ¿Cuáles son las mejores estrategias para romper el ciclo de depresión y enfermedad?

R: El primer paso es restaurar la energía de su cuerpo con ayuda de los carbohidratos fáciles de digerir como frutas maduras o agua con dextrosa, eliminar los aceites de semillas, restaurar su ritmo circadiano con la luz del sol de la mañana, priorizar su sueño profundo y combatir el estrés diario con métodos como ejercicios de respiración o EFT.