📝HISTORIA EN BREVE

  • Las investigaciones demuestran que los plásticos "biodegradables" a base de almidón se descomponen en microplásticos que se acumulan en los órganos y causan daños importantes en los tejidos del hígado, intestinos y ovarios
  • Incluso a dosis bajas similares a las de la exposición ambiental humana, estos microplásticos alteran los niveles de glucosa en la sangre y provocan problemas metabólicos en tan solo tres meses
  • Los microplásticos a base de almidón alteran el equilibrio del microbioma intestinal y los ritmos circadianos, lo que provoca problemas a largo plazo, como aumento de peso y deterioro del sistema inmunológico
  • El daño se produce a través de mecanismos de estrés oxidativo, y su gravedad aumenta con niveles más altos de exposición, lo que cuestiona la suposición de que 'biodegradable' significa seguro
  • Las mejores formas de reducir la exposición incluyen usar recipientes de vidrio o acero inoxidable, filtrar el agua potable, evitar los envases de plástico para alimentos, elegir ropa de fibras naturales y hacer cambios en la vida diaria

🩺Por el Dr. Mercola

A las personas en Estados Unidos se les está vendiendo una falsa sensación de seguridad en lo que respecta a los plásticos biodegradables. Los materiales elaborados a partir de almidones vegetales, a menudo promocionados como una opción más ecológica y saludable, ahora plantean serias preocupaciones para la salud en los humanos.

La conversación en torno a la contaminación plástica se ha centrado en el daño ambiental, pero existen muchas investigaciones que demuestran que el daño no termina allí. Estas partículas microscópicas se infiltran al cuerpo a través de los alimentos, el agua y el aire, y sus efectos son mucho más graves de lo que se creía antes.

Los plásticos a base de almidón están diseñados para descomponerse más rápido que los plásticos convencionales que se derivan del petróleo, pero esta descomposición aún libera microplásticos en el medio ambiente y en los tejidos.

Lo que hace esto aún más preocupante es la facilidad con la que estas pequeñas partículas evaden las defensas naturales del cuerpo, se alojan en los órganos y alteran procesos metabólicos clave. A medida que los científicos comienzan a descubrir las consecuencias biológicas de la exposición crónica a dosis bajas, queda cada vez más claro que los llamados plásticos 'ecológicos' conllevan riesgos ocultos de los que nadie advirtió.

En lugar de resolver el problema del plástico, las alternativas a base de almidón han creado nuevas amenazas para la salud. Es muy importante comprender cómo estos materiales interactúan con el intestino, el hígado y los sistemas metabólicos para saber como mantenerse protegido. Las últimas investigaciones demuestran cómo incluso niveles de exposición ambiental realistas provocan daños en los órganos, irregularidades en el nivel de azúcar en la sangre y trastornos circadianos más amplios: cuestiones que no se deben ignorar.

Los microplásticos a base de almidón provocan daños en los órganos y el metabolismo

Un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry analizó lo que sucede cuando los organismos vivos ingieren microplásticos a base de almidón, el tipo que se encuentra en los plásticos biodegradables de origen vegetal.1

Los científicos expusieron a ratas a dosis diarias de microplásticos a base de almidón, en cantidades similares a las que un humano promedio encontraría a través de los alimentos y el agua. Durante un período de tres meses, rastrearon dónde terminaban estas partículas en el cuerpo y las consecuencias biológicas que siguieron.

• Las ratas desarrollaron daños importantes en los órganos y alteraciones en el metabolismo: después de 90 días, los microplásticos se acumularon en el hígado, los intestinos y los ovarios de las ratas, lo que provoca daños notables en los tejidos.2 Las ratas expuestas a las partículas tuvieron niveles más altos de glucosa en la sangre, lo que indica un deterioro del metabolismo del azúcar.

Los niveles de triglicéridos, un tipo de grasa que circula en el torrente sanguíneo, también cambiaron de manera poco saludable. Las ratas del grupo de control que consumieron alimento normal no mostraron ninguno de estos signos de daño, lo que hace que los cambios se relacionen a la exposición a microplásticos.

• El control del azúcar en la sangre empeoró después de la exposición: los investigadores observaron un cambio en el metabolismo de la glucosa, que es el proceso que utiliza el cuerpo para gestionar los niveles de azúcar en la sangre para obtener energía.

El nivel alto de glucosa en la sangre es una señal de alerta importante porque sienta las bases para desarrollar resistencia a la insulina, prediabetes y diabetes tipo 2 a lo largo del tiempo. Estos cambios se desarrollaron tras solo tres meses de exposición, un periodo breve si se considera la exposición de por vida que enfrentan los seres humanos a través del agua potable, los envases de alimentos y los productos de cuidado personal.

• Los cambios en el microbioma intestinal surgieron como otro problema: los microplásticos a base de almidón alteraron el microbioma intestinal, que es la comunidad de bacterias que habita en los intestinos. En condiciones saludables, estas bacterias ayudan en el proceso de digestión, la función inmunológica e incluso a regular el estado de ánimo. Este desequilibrio podría agravar aún más la manera en que se procesa el azúcar en la sangre y las grasas, lo que dificulta el control o la reversión de las enfermedades metabólicas.

• Los investigadores relacionaron el daño causado por los microplásticos con la alteración de los ritmos circadianos: otro hallazgo importante fue que los genes que regulan los ritmos circadianos, el ciclo natural de 24 horas que controla el sueño, el uso de energía y la manera en que se liberan las hormonas, se desequilibraron.

La alteración del ritmo circadiano no es un asunto menor: provoca aumento de peso, trastornos del sueño, disminuye la inmunidad e incluso causa cáncer. En términos simples, los microplásticos a base de almidón no sólo dañan los órganos; interfieren con los sistemas de control maestro del cuerpo que regulan todos los aspectos de la salud.

• El estrés oxidativo fue la causa principal del daño: el estudio reveló que la exposición a microplásticos provoco estrés oxidativo en el hígado, lo que significa que al cuerpo se le complico contrarrestar moléculas dañinas llamadas radicales libres.

Cuando los radicales libres superan las defensas del cuerpo, dañan las células, inflaman los tejidos y alteran las funciones biológicas normales. El aumento del estrés oxidativo en el hígado es un factor inicial conocido en el desarrollo de enfermedades como el hígado graso y el síndrome metabólico.

El daño se acumula incluso con exposiciones mínimas todos los días

Es importante destacar que las cantidades de microplásticos que se utilizaron en el estudio fueron pequeñas, y reflejan los niveles que los humanos absorberían de la contaminación ambiental.3 Esto pone en duda la antigua idea de que 'la dosis hace el veneno'. Incluso exposiciones muy pequeñas, pero repetidas, se acumularon hasta provocar daños biológicos medibles en pocas semanas, lo que lanza una advertencia sobre los posibles efectos a largo plazo de los bioplásticos a base de almidón en la vida diaria.

• El daño a los órganos empeoró a medida que aumentaba la exposición a los microplásticos: los ratones del grupo de dosis elevadas, en especial los que recibieron mayores cantidades de microplásticos, demostraron una destrucción más grave en los tejidos del hígado y los ovarios en comparación con el grupo de dosis bajas.4 Por el contrario, los ratones que consumieron pienso normal mostraron órganos sanos y sin daños.

Esta relación dosis-respuesta es importante porque significa que cuanto más microplásticos consuma, mayor será el riesgo de sufrir daños internos. Aunque las dosis que se utilizan en el estudio coincidieron con lo que un humano promedio podría consumir de forma natural, los efectos fueron más graves en sólo tres meses.

• Los científicos enfatizaron que “biodegradable” no significa seguro para la salud: a pesar del marketing ecológico que se relaciona con los plásticos a base almidón, los hallazgos dejan claro que estos materiales conllevan graves riesgos biológicos.5

A medida que los plásticos, incluso los biodegradables a base de almidón, se descomponen en partículas cada vez más pequeñas, conservan la capacidad de infiltrarse en los tejidos y provocar estrés oxidativo, inflamación y alteraciones en los genes. En términos simples, cambiar a plásticos biodegradables no lo protege de los riesgos para la salud que se relacionan con exposición a microplásticos.

• El tiempo de exposición, no solo la cantidad, agrava el daño biológico: incluso exposiciones pequeñas todos los días se acumularon hasta causar un daño interno al final del periodo del estudio. Esto lo afecta de manera directa, ya que la mayoría de las personas están expuestas a los microplásticos de forma continua, no solo de vez en cuando.

Algunas fuentes diarias incluyen agua potable, envases de alimentos y el polvo doméstico. A lo largo de meses y años, esta exposición crónica se acumula de maneras que no puede sentir de inmediato pero que dañan su metabolismo, hormonas y la función de los órganos a lo largo del tiempo.

Pasos sencillos para protegerse de la exposición a los microplásticos

Si le preocupa que los microplásticos se infiltren en su cuerpo, tanto los plásticos convencionales derivados del petróleo como los que supuestamente son seguros a base de plantas, tiene razón en ser precavido. Los estudios demuestran que ambos tipos causan riesgos, como daños en los órganos, alteraciones en el metabolismo y desequilibrios en el microbioma intestinal.

Incluso se han encontrado microplásticos en muestras de sangre en los humanos, placentas y tejido pulmonar. Por suerte, es posible reducir la exposición diaria. La primera prioridad es limitar el contacto con cualquier cosa que libere partículas de plástico, ya sea “compostable” o convencional. Esto es lo que recomiendo:

1. Evite los alimentos envueltos en todo tipo de envases de plástico, incluyendo los de origen vegetal: ya sea que estén hechos de petróleo o almidón, los envoltorios, bolsas y contenedores de plástico se descomponen en partículas dañinas. Le sugiero que elija los alimentos que se venden en frascos de vidrio o envoltorios de papel sin revestimiento de plástico. Para almacenar alimentos en casa, utilice envoltorios de vidrio, acero inoxidable o cera de abejas pura en lugar de cualquier tipo de plástico, incluso los que se comercializan como biodegradables.

2. Filtre su agua potable con un sistema diseñado para eliminar microplásticos: los microplásticos contaminan el agua de la llave, el agua embotellada e incluso el agua de pozo. Los filtros de carbón estándar no son suficientes. Busque un sistema de filtración que utilice tecnología de ósmosis inversa o nanofiltración.

3. Reduzca el consumo de comida para llevar y la comida rápida para evitar la exposición a microplásticos presentes en los envases: los recipientes, vasos y utensilios para llevar, ya sea que estén hechos de plástico convencional o de versiones de origen vegetal, liberan partículas microscópicas en la comida y la bebida. Le recomiendo que siempre que sea posible lleve sus propios recipientes de vidrio o acero inoxidable. Cada comida que consume de esta manera le ahorra a su cuerpo una carga extra de microplásticos.

4. Utilice ropa y textiles para el hogar de fibras naturales: los tejidos sintéticos como el poliéster, el nailon y el acrílico son fuentes importantes de microplásticos que inhala diario. Incluso el poliéster “ecológico” o “reciclado” todavía libera plástico al aire. Le sugiero que busqué opciones como algodón orgánico, lino, cáñamo o lana para ropa, ropa de cama y toallas. Si lleva un estilo de vida activo o hace ejercicio con frecuencia, busque ropa de alto rendimiento hecha con fibras naturales en lugar de sintéticas siempre que sea posible.

5. Reduzca su huella de plástico general al hacer cambios más inteligentes en su vida diaria: cada artículo de plástico que evite es una fuente menos de exposición a microplásticos. Recomiendo empezar poco a poco: cambiar las botellas de agua de plástico por vidrio o acero inoxidable, sustituir el plástico film por envoltorios de cera de abejas y utilizar bolsas de tela en lugar de bolsas de plástico.

Elija productos de cuidado personal envasados en vidrio o papel en lugar de plástico. Estos pequeños cambios se acumulan muy rápido y le otorgan un control real sobre lo que ingresa a su cuerpo y a su entorno.

Preguntas frecuentes sobre los plásticos de origen vegetal

P: ¿Qué son los plásticos biodegradables a base de almidón y por qué son peligrosos?

R: Los plásticos biodegradables a base de almidón se fabrican a partir de materiales vegetales como papas, arroz y trigo en lugar de petróleo. Aunque suenan más seguros, nuevas investigaciones demuestran que se descomponen en partículas diminutas que ingresan al cuerpo a través de los alimentos, el agua y el aire. Estas partículas se han relacionado con daños hepáticos, alteraciones en el nivel de azúcar en la sangre, desequilibrios del microbioma intestinal y alteraciones del ritmo circadiano.

P: ¿Cómo afectan los microplásticos a base de almidón a la salud?

R: De acuerdo con los estudios, los microplásticos a base de almidón se infiltran en órganos como el hígado, los intestinos y los ovarios, lo que causa daños en los tejidos. También interfieren con la forma en que el cuerpo maneja el azúcar y las grasas en la sangre, lo que genera problemas metabólicos como resistencia a la insulina y ciclos hormonales alterados. Con el tiempo, este daño aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas graves.

P: ¿Los niveles bajos de exposición diaria a microplásticos pueden seguir causando daño?

R: Sí. La investigación descubrió que incluso pequeñas exposiciones a microplásticos a base de almidón todos los días causaron daños mensurables a los órganos y cambios metabólicos en ratones en solo tres meses. Esto demuestra que la exposición repetida a dosis bajas se acumula dentro del cuerpo y conduce a graves riesgos para la salud a largo plazo.

P: ¿Dónde es más probable que se exponga a microplásticos a base de almidón?

R: Lo más probable es que esté expuesto a través de alimentos envasados en plásticos biodegradables, envases de comida para llevar, popotes de origen vegetal, utensilios e incluso agua potable. Las fibras de ropa con almidón y el polvo de los artículos del hogar también contribuyen a la acumulación de microplásticos dentro del cuerpo.

P: ¿Qué medidas ayudan a reducir la exposición a los microplásticos derivados del almidón?

R: Puede reducir su riesgo al elegir opciones de almacenamiento de alimentos de vidrio o acero inoxidable, filtrar su agua potable con un sistema de alta calidad, evitar comidas para llevar en envases de plástico, incluso si son "biodegradables", usar ropa de fibras naturales y apoyar marcas que evitan el uso de plásticos de origen vegetal o plásticos convencionales en sus productos. Los pequeños cambios se suman y ayudan a proteger su salud a largo plazo.