📝HISTORIA EN BREVE
- Los corticosteroides son unos de los medicamentos más populares en la medicina, pero su seguridad ha sido cuestionada durante mucho tiempo y cada vez hay más evidencia que demuestra que pueden causar más daños que beneficios
- Comprender los efectos de los corticosteroides naturales del cuerpo explica muchas de las reacciones adversas de los esteroides sintéticos, incluyendo la diabetes, las fracturas y la pérdida de tejido
- Los esteroides son un ejemplo de todo lo que está mal en la medicina moderna, que solo se enfoca en tratar los síntomas y no aborda la causa subyacente, lo que empeora el problema en lugar de solucionarlo
- Aunque suele dárseles un mal uso, en algunos casos los esteroides también pueden salvar vidas, por lo que es muy importante saber cuándo sí y cuándo no
- La buena noticia es que existen alternativas naturales que son más efectivas y seguras que la terapia con esteroides
🩺Por A Midwestern Doctor, autor invitado
Para protegerse, el cuerpo depende de sensores que detectan cuando hay algo extraño y luego emiten una señal de alerta que activa un proceso para solucionar el problema. Las hormonas son una de estas señales clave, y liberar pequeñas cantidades de estas moléculas suele ser suficiente para cambiar por completo el estado interno del cuerpo.
El eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal (HPA) es el sistema central de respuesta al estrés. Tiene tres componentes principales: el hipotálamo y la glándula pituitaria en el cerebro, así como las glándulas suprarrenales en la parte superior de los riñones. Cuando está bajo estrés, el hipotálamo libera la hormona liberadora de corticotropina (CRH), que le indica a la glándula pituitaria que secrete la hormona adrenocorticotrópica (ACTH).
Luego, la ACTH viaja a través del torrente sanguíneo hasta las glándulas suprarrenales, lo que provoca que liberen el corticosteroide cortisol (que es la hormona principal del estrés). Por último, cuando los niveles de cortisol llegan a cierto nivel, envían señales al cerebro para reducir la producción de CRH y ACTH, lo que crea un círculo vicioso que evita la sobreactivación de la respuesta al estrés. El cortisol, a su vez, realiza algunas funciones clave en:
• El sistema inmunológico: el cortisol primero mejora la respuesta inmediata del sistema inmunológico a las amenazas (lo que protege su cuerpo durante el estrés) y luego evita que la actividad inmunológica se salga de control para prevenir la autoinmunidad. En parte porque inhibe las citoquinas proinflamatorias (por ejemplo, IL-1, IL-6) y regula la actividad de las células T. Con el tiempo, esto evoluciona a una supresión inmunológica, lo que convierte a los corticosteroides sintéticos en un tratamiento popular para la inflamación y la autoinmunidad.
Nota: En dosis más bajas, esta transición de estimulación a supresión inmunológica tarda más, mientras que en dosis elevadas es más rápida (de ahí que se administren dosis altas de esteroides para los episodios autoinmunes peligrosos).
• Los niveles de azúcar: cuando tiene niveles bajos de azúcar, incrementan los niveles de cortisol, lo que estimula la gluconeogénesis en el hígado, activa los aminoácidos (de los músculos) y ácidos grasos (de la grasa) para producir glucosa, al igual que reduce la sensibilidad a la insulina en tejidos como el músculo y la grasa. El exceso de cortisol puede causar diabetes, acumulación de grasa abdominal (obesidad), aumento de peso, resistencia a la insulina y problemas cardiovasculares.
• Los tejidos conectivos: el cortisol promueve el catabolismo (descomposición) de proteínas en los músculos, lo que proporciona los sustratos que se necesitan para sintetizar la glucosa y evitar la síntesis de colágeno. El exceso de cortisol también provoca pérdida muscular, pérdida ósea (por ejemplo, osteoporosis u osteonecrosis), mala cicatrización de heridas (que también es resultado de la supresión inmunológica), adelgazamiento de la piel, aparición de hematomas y estrías moradas.
• La circulación: el cortisol incrementa la presión arterial porque promueve la retención de sodio y agua, y hace que los vasos sanguíneos sean más sensibles a la epinefrina y la norepinefrina. Esto causa vasoconstricción e incrementa la frecuencia cardíaca, además de que daña el revestimiento de los vasos sanguíneos. Todo esto incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular1,2,3 (por ejemplo, un incremento de una desviación estándar en el cortisol plasmático matutino se relaciona con un riesgo 18 % mayor de futuros eventos cardiovasculares)4.
• La cognición: el cortisol regula la excitación, la atención y la consolidación de la memoria. El exceso crónico de corticosteroides (cortisol endógeno o esteroides sintéticos) deteriora la función del hipocampo, lo que causa déficits de memoria, mayor sensibilidad al dolor, problemas de atención, antojos de alimentos ricos en calorías, abuso de sustancias y, rara vez, psicosis.
• La disfunción del eje HPA: dado que los niveles de cortisol regulan el eje HPA, cuando mantienen niveles elevados de corticosteroides naturales o sintéticos, el eje HPA se desensibiliza, lo que hace que se secrete demasiado o muy poco cortisol.
Esta situación tiene un efecto muy negativo, ya que se relaciona con problemas como un desequilibrio en los niveles de cortisol o diversos grados de fatiga (por ejemplo, debido a que las glándulas suprarrenales no secretan cortisol cuando es necesario).
Nota: El exceso de cortisol también se relaciona con desequilibrios de electrólitos, alcalosis, cataratas y glaucoma.
Por esta razón, muchos sostienen que la secreción excesiva de cortisol y la disfunción del eje HPA (por ejemplo, debido al estrés crónico, la mala alimentación, la falta de sueño, el alcoholismo, demasiados estimulantes como la cafeína, el aislamiento social, la falta de ejercicio o los ritmos diarios irregulares) son factores fundamentales en las enfermedades (por ejemplo, el síndrome metabólico que azota a este país).
Como tal, recomiendan prácticas de estilo de vida que contrarresten estos factores que alteran el eje HPA y, en muchos casos, adoptar estas prácticas produce muchos otros beneficios.
¿Qué son los corticosteroides?
La hormona cortisol pertenece a una clase de esteroides que se conocen como corticosteroides porque se liberan a través de la corteza de las glándulas suprarrenales. Aunque existen muchos corticosteroides (de ahora en adelante denominados "esteroides"), los principales son el cortisol (un glucocorticoide) y la aldosterona, un mineralocorticoide que regula la presión arterial, el volumen y el equilibrio de electrólitos.
En 1946, se sintetizó el primer esteroide sintético (cortisona).5 Dos años después, comenzó a utilizarse en estudios con seres humanos, donde se descubrió que mejoraba los síntomas de la artritis reumatoide (que ganó el Premio Nobel de 19506) y de inmediato se consideró como "uno de los avances más importantes de la medicina".7
Tras su éxito en la artritis reumatoide, los esteroides (por ejemplo, prednisona y hidrocortisona) comenzaron a utilizarse para tratar una serie de trastornos inflamatorios y autoinmunes, incluyendo el lupus eritematoso sistémico, la enfermedad inflamatoria intestinal y la esclerosis múltiple, debido a su capacidad para suprimir el daño tisular inmunomediado.
A principios de la década de los 50, los esteroides se consideraron un tratamiento revolucionario para esos problemas de salud (por lo tanto, comenzaron a volverse muy populares), y no tardaron en lanzar otros esteroides (por ejemplo, la prednisona) en el mercado, pero a finales de la misma década, el uso crónico de esteroides comenzó a relacionarse con efectos secundarios graves.
A principios de la década de los 60, la "comunidad reumatológica rechazó por completo" el tratamiento con esteroides8 (hasta el punto que, poco después, los AINE como el ibuprofeno se denominaron medicamentos antiinflamatorios no esteroides con el fin de que no se confundieran con los esteroides),9 a partir de este momento, los esteroides comenzaron a prescribirse con más precaución y en dosis menores hasta que volvieron a ganar popularidad en 1980, pero bajo un régimen de dosis bajas.
En la actualidad, aún son muy populares y se utilizan cada vez más. Por ejemplo, en 2009, el 6.4 % de los adultos que viven en Estados Unidos había usado esteroides orales al menos una vez en el último año,10 mientras que, en 2018, este porcentaje incrementó al 7.7%. Asimismo, un estudio que se realizó en 2017 concluyó que el 21.4 % de los adultos (de 18 a 64 años) había recibido al menos una prescripción de esteroides orales en los últimos tres años.11
Nota: Después de que se descubrieron sus efectos secundarios, se asumió que son seguros en "dosis bajas". Pero, con el tiempo, lo que se consideraba una "dosis baja" y segura ha disminuido bastante (es decir, las dosis que ahora se consideran tóxicas antes se prescribían de forma rutinaria), y es probable que esa disminución continúe (por ejemplo, en 2016, la sociedad de Reumatología de Europa concluyó que el uso crónico de 5 mg al día era peligroso,12 una dosis que es mucho menor a las cantidades actuales que se utilizan en Estados Unidos).13
Los efectos secundarios de los esteroides
Como era de esperarse, los efectos secundarios de los esteroides son similares a los que se observan con el exceso de cortisol, aunque en muchos casos son mucho más graves.
Además, son bastante comunes (por ejemplo, un estudio encontró que el 90 % de las personas que toman estos medicamentos reportan efectos adversos y que el 55 % dice que al menos uno es muy molesto)14. Aquí un resumen de lo que dicen las personas que toman estos medicamentos en Internet:

Es importante mencionar que la literatura científica confirma muchos de estos efectos secundarios:
• Pérdida ósea: los corticosteroides duplican el riesgo de sufrir una fractura (y aún más si se trata de una vértebra)15, y el 12 % de los usuarios reportan que sufrieron algún tipo de fractura.16 En dosis típicas, los esteroides causan una pérdida de hueso del 5 % al 15 % cada año,17 y en usuarios a largo plazo, el 37 % experimenta fracturas vertebrales18 (además, el uso de esteroides en dosis elevadas incrementa cinco veces el riesgo de fracturas vertebrales).19
De hecho, la pérdida ósea que causan los esteroides es un problema tan común que su tratamiento es una de las pocas indicaciones oficiales que ofrece la FDA para los bifosfonatos20 (aunque se prescriben para la pérdida ósea, tienen muchos efectos secundarios graves, como hacer que los huesos sean más propensos a romperse). Por último, las dosis elevadas también incrementan el riesgo de necrosis avascular (el 6.7 % de los usuarios que toman dosis elevadas de esteroides terminan con este problema de salud).21
• Aumento de peso: alrededor del 70 % de las personas que toman corticosteroides orales a largo plazo (más de 60 días) reportan un aumento de peso.22 Un estudio encontró un aumento de 5.73 a 12.79 libras al año,23 y otro encontró un aumento del 4 % al 8 % en el peso corporal después de dos años de utilizar estos medicamentos. Además, esta grasa suele almacenarse en zonas como la cara, el cuello y el vientre.24
•Insuficiencia suprarrenal: los corticosteroides reducen la capacidad de la glándula suprarrenal para producir cortisol (lo que a veces puede ser mortal). Ese es un problema grave que empeora aún más con la duración del tratamiento y las vías sistémicas de administración (por ejemplo, afecta al 48.7 % de los usuarios que lo toman por vía oral).25
• Diabetes: una revisión sistemática descubrió que las personas que tomaban corticosteroides sistémicos tenían un riesgo 2.6 veces mayor de desarrollar hiperglucemia26 (el 1.8 % de las personas que recibieron esteroides en un hospital terminaron con diabetes).27
Del mismo modo, los pacientes que tomaron corticosteroides sistémicos al menos una vez tenían un riesgo 1.85 veces mayor de desarrollar diabetes.28 Por último, un metaanálisis descubrió que, en pacientes sin diabetes preexistente, tomar esteroides durante un mes o más les causó hiperglucemia (32 %) y diabetes mellitus (19 %).29
• Problemas cardiovasculares: se ha observado que las dosis elevadas de esteroides incrementan en un 226 % los casos de infarto, en un 272 % los casos de insuficiencia cardíaca y en un 73 % los casos de derrame cerebral.30
• Problemas de visión: se sabe que los esteroides incrementan entre un 245 % y un 311 % el riesgo de cataratas31 (el 15 % de los usuarios reportan este efecto secundario)32 y un 41 % el riesgo de hipertensión ocular o glaucoma de ángulo abierto.33
• Problemas gastrointestinales: los esteroides se relacionan con muchos síntomas gastrointestinales (como náuseas y vómitos)34 y se sabe que incrementan en un 40 % el riesgo de sangrado o perforación gastrointestinal.35
• Problemas psiquiátricos: entre el 1.3 % y el 18.4 % de los usuarios de esteroides desarrollan problemas psiquiátricos (las tasas incrementan con la dosis),36 y alrededor del 5.7 % experimentan reacciones graves. Además, el 61 % de los usuarios de esteroides reportaron trastornos del sueño37 y, en ocasiones, los esteroides pueden causar psicosis.38,39
• Infecciones: los esteroides también incrementan el riesgo de infecciones. Por ejemplo, se descubrió que las personas que utilizaban esteroides por inhalación tenían un riego 20 % mayor de desarrollar tuberculosis,40 y esto empeoró en dosis más altas en pacientes con asma o EPOC. De manera similar, los pacientes que tomaban esteroides tenían un riesgo 20 % mayor de desarrollar sepsis41 (se cree que podría deberse a que los esteroides enmascaraban los primeros síntomas de la infección).
• Problemas en la piel: el uso crónico de esteroides por vía tópica también suele causar problemas en la piel42 (por ejemplo, hasta el 5 % experimenta adelgazamiento de la piel después de un año de uso).
Por último, ciertos esteroides son mucho más potentes que otros (por ejemplo, la dexametasona) y tienen más probabilidades de causar efectos sistémicos como la disfunción del eje HPA.
¿Para qué se utilizan los esteroides?
La toxicidad de los esteroides incrementa bastante con su uso crónico y las vías de administración que tienen absorción sistémica (por ejemplo, oral). Por esta razón, muchos creen que solo deberían utilizarse en casos de emergencia que pongan en peligro la vida y, durante un período prolongado, solo deberían utilizarse de una manera con una absorción sistémica mínima (por ejemplo, de forma tópica).
Nota: hace poco, entrevisté a diferentes especialistas para conocer sus perspectivas sobre el uso de esteroides en sus campos de medicina. En general consideraron que, si bien los esteroides pueden ser útiles, con frecuencia se prescriben de maneras inapropiada, lo que causa más daño que beneficios.
• Esteroides inhalados: suelen utilizarse para tratar el asma y la EPOC. Dado que la absorción sistémica de los esteroides inhalados es mucho menor que los esteroides orales, los efectos secundarios sistémicos son poco comunes (pero pueden ocurrir con el uso crónico en dosis más altas).
Si bien los esteroides inhalados (junto con otros medicamentos que suelen prescribirse para tratar estos problemas respiratorios) pueden ayudar y, muchas veces, son la única opción, creo que en la mayoría de los casos es mejor utilizar terapias naturales que tratan la causa subyacente. Por ejemplo, la EPOC se considera una enfermedad progresiva e incurable que sólo se puede retrasar o controlar con las terapias existentes.
Por el contrario, cuando se utiliza glutatión por nebulización para restaurar el revestimiento de protección de los pulmones, detiene la progresión de la enfermedad y sin causar efectos secundarios, algo que no hacen los esteroides. Además, existen muchas terapias naturales para el asma.
• Esteroides tópicos: suelen utilizarse para tratar los problemas de la piel y, en ocasiones, otras áreas, como las afecciones oculares, o bien, para prevenir el rechazo del injerto después de un trasplante de córnea. En estos casos, los efectos secundarios sistémicos son raros y la mayoría de los problemas locales son resultado del uso crónico (por ejemplo, cambios o adelgazamiento de la piel, sobre todo en la cara).
Nota: hace tiempo que sospecho que uno de los mecanismos de acción de los esteroides tópicos es que reducen la circulación de fluidos hacia la piel (a través del intersticio),43 lo que evita que toxinas inflamatorias lleguen allí y creen reacciones en la piel (mientras que agentes como el DMSO tratan las afecciones de la piel al aumentar la microcirculación de la piel para que las toxinas no puedan irritar un área determinada).
Dado el posible riesgo de enmascarar los síntomas, casi siempre trato los problemas de la piel con terapias naturales como el DMSO o me enfoco en la causa subyacente del problema de la piel.
• Esteroides inyectables: muchas veces, cuando los pacientes experimentan mucho dolor en una articulación, se inyectan esteroides para controlarlo. Este enfoque plantea tres problemas principales:
◦ En primer lugar, se produce cierto grado de absorción sistémica, por lo que puede causar muchos de los efectos secundarios que ya se mencionaron (por ejemplo, mantener niveles elevados de azúcar durante más de una semana).44
◦ En segundo lugar, si el esteroide inyectado no es soluble en agua (la mayoría no lo son), es muy probable que permanezca en la articulación (por ejemplo, es común encontrar esteroides dentro de una articulación cuando se examina de forma artroscópica).
◦ En tercer lugar, los esteroides debilitan y degradan el tejido conectivo (por ejemplo, los ligamentos que mantienen unida una articulación).
Dado que la artritis suele ser el resultado de la debilidad en los ligamentos, lo que provoca que ya no sostengan la articulación en la posición correcta (lo que hace que rechinen cuando se mueve), el uso de esteroides crea una situación en la que se obtiene un alivio temporal, pero después empeora los problemas subyacentes, lo que suele provocar que el paciente necesite una cirugía, que es algo muy común en los reemplazos de rodilla y que suele tener peores resultados en casos de fusión espinal. 45
Nota: por este motivo, para tratar el dolor articular fortalecemos los ligamentos de la articulación (que muchas veces también alivia el dolor de columna) o utilizamos una terapia natural para combatir la inflamación y el dolor sin dañar los ligamentos, como el DMSO).
Por último, es importante mencionar que muchos (y posiblemente la mayoría) de los problemas en las articulaciones tienen un componente inflamatorio (por ejemplo, muchos pacientes tienen espondiloartropatías seronegativas no diagnosticadas46 que muchas veces no aparecen en las pruebas de diagnóstico estándar).47
Por un lado, esto explica el porqué tanto los enfoques convencionales como los naturales para reducir la inflamación pueden ayudar con tantos problemas diferentes en las articulaciones. Por el contrario, también ayuda a explicar porqué la artritis empeora con la edad, ya que la inflamación y la salud metabólica también lo hacen.48
• Esteroides intravenosos: ciertas enfermedades más graves responden bien a los esteroides y, como resultado, se administran de forma rutinaria a pacientes hospitalizados. En esos casos (en especial dadas las opciones disponibles para los pacientes hospitalizados),49 esto suele ser necesario y salvar vidas. Al mismo tiempo, es importante recordar que este enfoque puede causar efectos secundarios graves.
• Esteroides orales: se utilizan para tratar una gama más amplia de enfermedades, aunque no es lo más apropiado, ya que también tienden a causar la mayor cantidad de efectos secundarios. Algunos de sus usos más comunes incluyen:
◦ Casos graves de enfermedades pulmonares crónicas (por ejemplo, asma o EPOC).
◦ Reacciones alérgicas de diferentes grados de gravedad.
◦ Diversos trastornos reumatológicos, junto con muchas otras enfermedades autoinmunes como enfermedades intestinales inflamatorias y ciertos trastornos sanguíneos.
◦ Prevenir el rechazo de órganos en los trasplantes.
◦ Remplazar las hormonas que las glándulas suprarrenales ya no pueden producir.
◦ Ciertos trastornos de la piel.
◦ Para hernias de disco, junto con otros problemas musculoesqueléticos agudos como gota, bursitis o tendinitis que no responden a los AINE, o para reducir la inflamación y el dolor de una lesión grave.
Si bien algunas de estas prácticas están justificadas, se puede argumentar con base en la evidencia que muchos otros usos causan más daños que beneficios.
Algunas alternativas más seguras
Un problema importante con los esteroides es que si bien suprimen el sistema inmunológico (lo que a veces es necesario), sus efectos secundarios pueden ser graves y, como resultado, en la mayoría de los casos, causan muchas consecuencias no deseadas.
Por esta razón, a lo largo de los años se han buscado formas alternativas de suprimir el sistema inmunológico.
Por ejemplo, Anthony Fauci es un héroe en el campo de la reumatología porque poco después de unirse a los NIH en 1968, tuvo la idea de que los medicamentos de quimioterapia (que destruían los glóbulos blancos en dosis estándar), cuando se administraban en dosis bajas, podían utilizarse para suprimir respuestas autoinmunes peligrosas.50 Esto funcionó, y la ciclofosfamida permitió que ciertas enfermedades que antes eran terminales se pudieran controlar.51
Muchos de esos medicamentos no eran del todo seguros (por ejemplo, la ciclofosfamida se relaciona con el cáncer), pero en comparación con las opciones previas, estas se consideraron revolucionarias y, como tales, los medicamentos inmunosupresores que causaban diversos problemas de inmunosupresión (por ejemplo, infecciones frecuentes e inusuales) se consideraron justificados y comenzaron a utilizarse con mayor frecuencia.
Nota: aún se utiliza la ciclofosfamida, que es el medicamento que Fauci adoptó para los casos de vasculitis que podrían ser mortales, pero nunca recibió la aprobación de la FDA52 (algo digno de mención dada la agresividad con la que Fauci atacó a las terapias "no aprobadas" durante la crisis del SIDA y el COVID-19).
Desde entonces, se han desarrollado una variedad de medicamentos reumatológicos menos tóxicos pero efectivos que han mejorado bastante el pronóstico de los trastornos autoinmunes. Por desgracia, debido a la tendencia del campo médico a retrasar el uso de enfoques terapéuticos nuevos, muchos de estos medicamentos innovadores rara vez se utilizan y, en su lugar, medicamentos inmunosupresores mucho más tóxicos, como los esteroides, se mantienen como el estándar de atención.
Al mismo tiempo, a lo largo de los años se han descubierto diversos enfoques naturales que suelen tratar de manera efectiva una serie de trastornos autoinmunes (o al menos los mejoran lo suficiente como para que se necesiten dosis más bajas y menos tóxicas de medicamentos inmunosupresores). Además, se han encontrado alternativas naturales mucho más seguras para muchas de las otras afecciones que los esteroides "tratan" (por ejemplo, DMSO para el dolor y las lesiones musculoesqueléticas).
Nota: muchos factores que están en nuestras manos (por ejemplo, ejercicio, exposición a la luz solar, alimentación y estrés) pueden mejorar bastante los trastornos autoinmunes y reducir la necesidad de terapias costosas.
Conclusión
Por lo general, a las personas con un trastorno autoinmune no les queda más que aceptar una terapia que se relaciona con efectos secundarios graves. Y aunque a veces los medicamentos como los esteroides son necesarios, en la mayoría de los casos existe una alternativa mucho menos tóxica que permite al paciente llevar una vida larga y plena.
Peor aún, debido a la creciente toxicidad de nuestro medio ambiente y a la negativa por analizar las causas de la autoinmunidad, este país experimenta un incremento anual del 3 % al 12 % en las tasas de estas enfermedades.53,54
Durante demasiado tiempo hemos tenido que hacer este tipo de sacrificios mientras el sistema médico respalda el uso de productos farmacéuticos costosos sin considerar su toxicidad y, al mismo tiempo, rechaza por completo cualquier terapia natural. Sin embargo, ahora que el movimiento MAHA ha marcado el comienzo de un cambio histórico en la atención médica, por fin tenemos la oportunidad de cambiar esta dinámica disfuncional y comenzar a buscar soluciones reales a las enfermedades crónicas en lugar de soluciones temporales que no sirven de nada.
El Dr. Mercola habla sobre el autor
A Midwestern Doctor (AMD) es un médico en los Estados Unidos y lector regular de Mercola.com. Creo que sabe mucho sobre una gran variedad de temas, y le agradezco que comparta su conocimiento con nosotros. También respeto su deseo de permanecer en el anonimato, ya que todavía está en primera línea tratando a los pacientes. Para más información sobre AMD, consulte The Forgotten Side of Medicine en Substack.
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