📝HISTORIA EN BREVE

  • Las investigaciones demuestran que la exposición al glifosato, incluso a los niveles que se consideran "seguros", se relaciona con el desequilibrio hormonal, el estrés oxidativo y el daño permanente en los órganos reproductivos de las mujeres, como los ovarios y el útero
  • La exposición al glifosato reduce los niveles de estrógeno y la hormona folículo estimulante (FSH), mientras que incrementa los niveles de testosterona y progesterona, lo que causa desequilibrios similares a los que se experimentan con el síndrome del ovario poliquístico (SOPQ). También altera la calidad de los óvulos y reduce la probabilidad de fecundación
  • A pesar de que no existe una exposición directa, el glifosato también altera la expresión genética del feto en el útero. Estas alteraciones tienen un impacto en la fertilidad de las futuras generaciones
  • El glifosato también daña las mitocondrias, bloquea las enzimas de desintoxicación y agota los minerales esenciales, lo que causa una reacción en cadena que afecta todo, desde la producción de hormonas hasta la función del cerebro
  • Evitar los alimentos con residuos de glifosato, filtrar el agua, dejar de consumir aceites de semillas y fortalecer su intestino son algunas estrategias que lo ayudarán a revertir el daño y reforzar su salud reproductiva y metabólica

🩺Por el Dr. Mercola

Los herbicidas a base de glifosato representan el 19 % de todos los herbicidas que se utilizan a nivel mundial, y solo en los campos agrícolas de Estados Unidos, se rocían 240 millones de libras al año. Pero, el alcance del glifosato va mucho más allá del suelo en el que se rocía. De hecho, se detectaron residuos de glifosato en la orina del 60 % al 80 % de la población de Estados Unidos,1 incluyendo mujeres embarazadas y niños, lo que significa que es muy probable que tenga niveles detectables de esta sustancia química dentro de su cuerpo.

El glifosato es el ingrediente activo del Roundup, un producto que lanzó Monsanto por primera vez en la década de los 70's. La justificación para promocionarlo como "seguro" es que los humanos no tienen las mismas vías enzimáticas que las plantas. El problema es que, nuestras bacterias intestinales sí las tienen, por lo que afecta el microbioma.

Como explicó Stephanie Seneff, Ph.D. en su libro: “Toxic Legacy", el glifosato se une a metales tóxicos como el aluminio, y se sabe que hace más porosa la barrera intestinal y la barrera hematoencefálica. Esto provoca que los metales pesados puedan entrar a estos órganos.

Muchos estudios también descubrieron que produce efectos negativos en la salud reproductiva. El estudio más reciente demuestra que causa un daño específico en la capacidad de las mujeres para reproducirse.

El glifosato daña los tejidos reproductivos

Una revisión que se publicó en Reproductive Sciences analizó estudios en animales y humanos de PubMed que demuestran que el glifosato daña los órganos reproductivos, causa un desequilibrio hormonal y altera la calidad de las células reproductivas.2

El estudio enfatizó que los efectos del glifosato no se limitan a la exposición a corto plazo, sino que se acumulan con el tiempo, lo que incrementa el riesgo de infertilidad, problemas de desarrollo en la descendencia y enfermedades reproductivas crónicas que suelen pasar desapercibidas hasta que ya es demasiado tarde.

•Incluso los niveles que se consideran "seguros" dañan el sistema reproductivo: los investigadores analizaron animales sanos, hembras embarazadas y líneas celulares que se expusieron a niveles de glifosato que se consideran seguros según las normas reglamentarias.

A pesar de que se considera "aceptable", la exposición causó un desequilibrio hormonal, estrés oxidativo, daño en los óvulos en desarrollo, y cambió la expresión genética, lo que podría tener un impacto en los futuros embarazos. Además, estos efectos se produjeron una y otra vez en diferentes modelos de prueba.

•El glifosato causa un daño visible en los ovarios: los investigadores observaron que los lechones hembra que recibieron alimento con residuos de glifosato, tenían un daño visible en los ovarios, acumulación de grasa y calcificación en las células. Las ratas que se expusieron en el útero, experimentaron una reducción importante en el número de folículos sanos (que albergan los óvulos), mientras que incrementaron sus niveles de folículos anormales. Este efecto en los folículos es permanente, ya que una vez que se dañan, no pueden regenerarse.

•El desequilibrio hormonal que causa el glifosato es muy similar al que ocurre en el SOPQ: los animales que se expusieron al glifosato experimentaron efectos adversos en sus hormonas. Redujo los niveles de estrógeno y la hormona folículo estimulante (FSH), mientras que incrementó los niveles de testosterona y progesterona. Sin niveles saludables de estrógeno y FHS, los óvulos no pueden madurar, y el útero no estará preparado para un embarazo.

En otro estudio, el glifosato incrementó los niveles de hormonas como la luteinizante, lo que provoca que las mujeres entren en un estado similar al síndrome del ovario poliquístico (SOPQ), lo que hace que sea más difícil embarazarse y altera otros sistemas, como la sensibilidad a la insulina.

•El útero se vuelve muy sensible al estrógeno, lo que incrementa el riesgo de enfermedades: además de alterar los niveles de estrógeno, el glifosato provoca que el útero responda de forma exagerada incluso a dosis bajas. Este efecto se relaciona con la hiperplasia endometrial, un problema de salud en el que el revestimiento del útero se vuelve demasiado grueso.

Esto incrementa el riesgo de sangrado irregular, dolor y cáncer de endometrio. Las ratas que se expusieron al glifosato experimentaron cambios que incrementaron el riesgo de este crecimiento excesivo.

“Juntos, estos hallazgos demuestran que existe una posible relación entre la exposición a los herbicidas a base de glifosato (GBH) y los problemas reproductivos en mujeres, que incluyen SOPQ, endometriosis, infertilidad/subfertilidad”, dijeron los investigadores.3

Exponerse al glifosato en el embarazo causa daños generacionales

El estudio también afirma que el momento de la exposición también importa, y que los efectos del glifosato son aún más dañinos durante el embarazo o desarrollo fetal. En otro estudio, a pesar de que no existió una exposición directa, el glifosato también alteró la expresión genética del feto en el útero.

Este tipo de alteración genética, que se conoce como cambio epigenético, no provoca una mutación en el ADN, sino que cambia la forma en la que se activa, y este cambio se transmite de generación en generación.4

•Las mezclas de ingredientes que utilizan las fórmulas de herbicidas son aún más tóxicas que el glifosato por sí solo: el glifosato no es el único ingrediente que se utiliza para rociar los campos agrícolas. Casi siempre se combina con potenciadores químicos como la amina de sebo polioxietilenada (POEA) para ayudar a que penetre mejor las células de la planta. Estos aditivos hacen que esta sustancia química sea aún más tóxica.

Cuando el glifosato se combinó con la POEA, inhibió bastante la aromatasa, la enzima que convierte la testosterona en estrógeno. Este efecto negativo se produce incluso a dosis hasta 100 veces menores que la cantidad que se rocía en los cultivos, lo que demuestra lo potente que es esta mezcla.

•Los desequilibrios hormonales que causa el glifosato rompen el ritmo reproductivo: cuando bloquea la aromatasa, bajan los niveles de estrógeno y se acumula la testosterona. Este cambio altera todo el sistema reproductivo, los ciclos se vuelven irregulares, la ovulación se vuelve inestable y no se produce la implantación en el útero. Incluso si logra concebir, su cuerpo no puede llevar un embarazo saludable.

•El glifosato daña los óvulos a nivel celular, lo que hace que sea más difícil embarazarse: en estudios con ratones, el glifosato interfirió con las fibras del huso en el óvulo, que son las estructuras que controlan los cromosomas durante la división celular. Cuando sucede esto, los óvulos no maduran de forma correcta y podrían portar defectos genéticos.

El glifosato también agotó los niveles de zinc y causó estrés oxidativo a través de las especies reactivas de oxígeno (ROS), lo que daño las membranas de los óvulos, el ADN y las estructuras de las proteínas internas que se requieren para la fertilización.

•El glifosato incrementa los niveles de estrés oxidativo y reduce las defensas antioxidantes: un estudio demostró que la exposición al glifosato incrementa los niveles de malondialdehído (MDA), que es una señal de daño oxidativo en las células. Al mismo tiempo, redujeron los niveles de las enzimas antioxidantes naturales como la superóxido dismutasa (SOD) y glutatión peroxidasa (GPx).

Esto significa que desactiva el "sistema de limpieza" del cuerpo justo cuando más se necesita. Esto es aún más peligroso cuando sucede en tejidos como los ovarios y el útero, que son muy sensibles a los cambios hormonales y oxidativos.

•La falta de zinc empeora el daño y hace que sea muy difícil de detener: el zinc ayuda a combatir el estrés oxidativo, pero el glifosato hace que se agoten los niveles de este mineral tan importante. En estudios con animales, los suplementos de zinc ayudaron a reducir el daño, lo que demuestra su importancia en la defensa de su sistema reproductivo.

El glifosato está presente en su vida diaria sin que se dé cuenta. Como se menciona en artículo de U.S. Right to Know, "las personas se exponen al glifosato cuando entra en contacto con su piel, lo consumen en alimentos o agua y respiran partículas en el aire. Diferentes estudios han detectado glifosato y su subproducto (ácido aminometilfosfónico o AMPA) en muestras de sangre, orina y leche materna".5

Pero, la verdadera amenaza es que el daño pasa desapercibido hasta que ya es demasiado tarde, en especial porque todos estos cambios suelen producirse sin causar síntomas. La calidad de los óvulos comienza a deteriorarse, el ritmo hormonal comienza a alterarse y las anormalidades uterinas comienzan a desarrollarse mucho antes de que aparezcan los periodos irregulares o los problemas de fertilidad. Eso es muy peligroso porque la aparición de los síntomas es una señal de un daño grave.

El glifosato también altera el sistema reproductivo en hombres

Hace poco, se publicó una investigación en Science of the Total Environment que demostró que el glifosato afecta la producción de testosterona, una hormona masculina fundamental, en las células especializadas que se conocen como células de Leydig. Estas células se encargan de producir testosterona en respuesta a la hormona luteinizante (HL). Esta testosterona es esencial para el desarrollo sexual, la espermatogénesis y las características sexuales secundarias.

De acuerdo con esta investigación, el glifosato altera la función de estas células, lo que reduce su capacidad de producir testosterona.6,7

•El glifosato interfiere con la “maquinaria” dentro de las células de Leydig: imagine este sistema como una fábrica, cuando una parte falla, altera toda la producción. En pocas palabras, el glifosato interfiere con el proceso de producción de testosterona de dos formas diferentes:

◦Altera el transporte de colesterol en la maquinaría de las células que produce la testosterona:  el colesterol es uno de los compuestos principales de la testosterona. Cuando todo funciona de forma normal, la proteína StAR transporta el colesterol hacia la parte de la célula que produce la testosterona.

Pero, el glifosato activa otra proteína que se conoce como NR1D1, lo que altera la expresión de la StAR, lo que provoca que sus células no obtengan el colesterol que necesitan para producir testosterona.

◦Activa una forma de muerte celular programada que se conoce como ferroptosis dependiente de autofagia:  se trata de un proceso complejo en el que la célula comienza a descomponer sus propios componentes (autofagia), y se produce un daño relacionado con el hierro en sus membranas (ferroptosis), lo que en última instancia provoca que las propias células de Leydig se destruyan.

Por tanto, el glifosato no solo bloquea la cadena de producción de testosterona, sino que también daña y mata las células que se encargan de producirla. Para más información al respecto, consulte: “Glifosato: riesgos para la salud reproductiva a largo plazo".

El glifosato también ataca al sistema de energía de sus células

Un estudio que se publicó en ACS Pharmacology & Translational Science descubrió que el glifosato no solo daña el sistema reproductivo, sino que también altera funciones celulares muy importantes.8

Los investigadores analizaron la forma en que el glifosato se mueve a través de los tejidos, interfiere con vías metabólicas clave y desactiva los sistemas que se encargan de la desintoxicación, la producción de energía y la inflamación. Al principio, estos efectos son sutiles, pero con el tiempo, incrementan el riesgo de una serie de problemas de salud.

•El glifosato daña las mitocondrias, que son las fuentes de energía de sus células: el estudio descubrió que el glifosato interfiere con la cadena de transporte de electrones en las mitocondrias, que es donde el cuerpo transforma los alimentos en energía (ATP).

Esto agota el suministro de energía, sobre todo en tejidos de alta demanda como el cerebro, los ovarios y las glándulas suprarrenales. Esto causa problemas como falta de energía, desequilibrios hormonales y dificultad para recuperarse del daño por estrés o las enfermedades.

•Las personas con enfermedades crónicas son más susceptibles a los efectos del glifosato: los hallazgos de este estudio se vuelven aún más importantes si experimenta fatiga, problemas hormonales, trastornos autoinmunes o algún síntoma sin causa aparente. El glifosato no ataca un órgano específico, sino que daña sistemas esenciales, como las mitocondrias, enzimas hepáticas y bacterias intestinales, que influyen en todos los aspectos de su salud.

Una vez que altera esos sistemas, comienzan a aparecer los síntomas, que incluyen confusión mental, problemas digestivos, aumento de peso y falta de energía.

•El proceso de desintoxicación se detiene por completo porque su cuerpo no tiene las enzimas hepáticas que necesita para funcionar de forma correcta: el glifosato también interfiere con las enzimas del citocromo p450, que utiliza el hígado para eliminar las toxinas, los medicamentos e incluso algunas hormonas como el estrógeno. Los niveles bajos de estas enzimas provocan que los compuestos dañinos permanezcan en el torrente sanguíneo por más tiempo. Esto se traduce en mayores niveles de estrógeno, sensibilidad a los medicamentos y acumulación tóxica.

El glifosato también bloquea enzimas neurológicas clave, lo que altera la química del cerebro: los investigadores descubrieron que el glifosato inhibe dos enzimas, la  monoaminooxidasa (MAO) y la acetilcolinesterasa (AChE). La MAO ayuda a equilibrar los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo como la dopamina y la serotonina, mientras que la AChE descompone la acetilcolina, que es esencial para la memoria y la agilidad mental.

Cuando bajan los niveles de estas enzimas, incrementa su riesgo de depresión, ansiedad, deterioro cognitivo y otros síntomas que se relacionan con el cerebro.

•El glifosato imita a la glicina y altera la forma en la que su cuerpo produce proteínas: la estructura química del glifosato permite que su cuerpo lo confunda con la glicina, que es un aminoácido muy importante. Esto, a su vez, provoca que las proteínas sufran malformaciones, por lo que, no funcionan de forma correcta. Estas proteínas defectuosas comienzan a acumularse, lo que se relaciona con daño en los tejidos, autoinmunidad y problemas de cicatrización de heridas.

•El glifosato altera el metabolismo de minerales: el glifosato se une al hierro y al manganeso, lo que provoca que el cuerpo no pueda utilizarlos. Ambos minerales son esenciales para la regulación de hormonas, las defensas antioxidantes y la función de la tiroides. Sin estos minerales, incrementan los niveles de estrés oxidativo y disminuye la producción de hormonas. Con el tiempo, este desequilibrio causa inflamación, deteriora la función inmunológica y daña los tejidos reproductivos.

•El glifosato mata las bacterias beneficiosas y causa disbiosis intestinal: su digestión, inmunidad y salud mental dependen de su microbioma intestinal. El glifosato mata de forma selectiva a las bacterias beneficiosas, y hace que las cepas dañinas prosperen.

Este desequilibrio, que se conoce como disbiosis, produce endotoxinas que inflaman el revestimiento intestinal, se filtran al torrente sanguíneo y dañan el hígado. Si experimenta síntomas como distensión abdominal, problemas en la piel o cambios de humor, esta podría ser la razón.

Lo peor de todo es que los efectos de glifosato no son aislados, sino que se acumulan. La falta de energía reduce la capacidad de su cuerpo para combatir el estrés oxidativo. Los niveles bajos de enzimas de desintoxicación permiten que las toxinas permanezcan en su cuerpo. Las deficiencias de minerales lo empeoran todo. Este círculo vicioso explica porqué los síntomas comienzan como leves y evolucionan a problemas graves como enfermedades autoinmunes, problemas de tiroides y deterioro neurológico.

Minimizar su exposición al glifosato mejorará todos los aspectos de su salud

Al principio, los efectos del glifosato pueden pasar desapercibidos, pero con el tiempo, comienzan a acumularse y a dañar sistemas esenciales de su cuerpo. No espere a que sea demasiado tarde, limitar su exposición desde este momento puede hacer mucho por su salud. Ya sea que experimente ciclos irregulares, fatiga, confusión mental o solo se preocupe por su salud, estas cinco estrategias lo ayudarán a minimizar su exposición a esta sustancia química tóxica:

1.Comprar frutas y vegetales orgánicos: si por alguna razón no puede comprar todos sus productos orgánicos (que es algo difícil de hacer), le recomiendo que comience con la lista de la "Dirty Dozen" del Grupo de Trabajo Ambiental. 9 Esta lista enumera las frutas y vegetales con la mayor carga de pesticidas, y el glifosato casi siempre es el culpable principal. Reemplazar estos productos convencionales con opciones orgánicas, lo ayudará a reducir su exposición al glifosato.

Lavar bien las frutas y los vegetales, sobre todo si no son orgánicos, también ayuda a eliminar cierto nivel de residuos de pesticidas.

2.Eliminar por completo el trigo y las legumbres convencionales: el glifosato no solo se utiliza en los cultivos transgénicos, también se rocía en el trigo, la cebada y los garbanzos convencionales como agente de secado justo antes de cosecharse. Eso significa que se puede encontrar tanto en el cereal para el desayuno como en el hummus que se promociona como "saludable". Compre versiones orgánicas o busque productos que especifiquen que no utilizan glifosato. O mejor aún, solo utilice granos enteros de fuentes confiables.

3.Dejar de comer alimentos procesados y comida de restaurantes que contienen aceites de semillas: los alimentos procesados contienen niveles elevados de aceites de semillas, y casi todos se elaboran con ingredientes transgénicos como soya, maíz y canola. Estos cultivos se rocían con glifosato durante todo el proceso de producción. Por esa razón, lo mejor que puede hacer es sustituirlos con sebo, ghee o mantequilla de animales alimentados con pastura.

4.Filtrar el agua de grifo:  el agua de grifo que se encuentra cerca de áreas agrícolas está contaminada con glifosato. Pero, los filtros básicos no serán suficientes. Mejor, instale un sistema de filtración por osmosis inversa para toda su casa o busque una fuente pura que se analice de forma regular para garantizar que no contiene residuos de pesticidas.

5.Reforzar su intestino para reparar el daño que ya causó el glifosato: reducir su exposición solo es el primer paso. Si se expone al glifosato, y según las investigaciones es el caso de todas las personas, necesitará recuperar sus defensas naturales.

Comience con las bacterias beneficiosas como la Akkermansia muciniphila, que fortalece la barrera intestinal y el sistema inmunológico. Una vez que estabilice su digestión, agregue poco a poco carbohidratos como vegetales de raíz y arroz blanco.

Si experimenta periodos irregulares, fatiga sin causa aparente, infertilidad o distensión crónica, la exposición al glifosato podría ser la causa subyacente. Cuanto antes haga algo al respecto, más pronto recuperará su capacidad natural de repararse, equilibrarse y prosperar.

Preguntas frecuentes sobre los efectos del glifosato en la salud reproductiva

P: ¿Cómo afecta el glifosato a la fertilidad femenina?

R: El glifosato altera las hormonas que se requieren para la ovulación y la maduración de los óvulos, que incluyen el estrógeno y la hormona folículo estimulante (FSH), mientras que incrementa los niveles de testosterona y progesterona. También daña el tejido de los ovarios y los óvulos en desarrollo, lo que incrementa el riesgo de infertilidad y problemas de salud como SOPQ y endometriosis, incluso a niveles que las autoridades consideran "seguros".

P: ¿Es el glifosato una amenaza para las futuras generaciones?

R: Sí. Exponerse al glifosato en el embarazo causa daños generacionales, ya que altera la actividad de los genes sin cambiar la secuencia del ADN. Se demostró que estos cambios afectan al feto en el útero a pesar de que no tuvo una exposición directa, lo que significa que el daño se transmite de una generación a otra.

P: ¿Qué otros daños causa el glifosato?

R: El glifosato altera la producción de energía en las mitocondrias, las enzimas de desintoxicación en el hígado y minerales esenciales como el hierro y el manganeso. También imita a la glicina, que es un aminoácido muy importante, altera la producción de energía, causa estrés oxidativo y provoca inflamación, lo que incrementa el riesgo de problemas de tiroides, autoinmunes y neurológicos.

P: ¿Es el glifosato una amenaza exclusiva para las mujeres?

R: No, se sabe que el glifosato altera la producción de testosterona en hombres, ya que daña las células Leydig, evita que el colesterol llegue a las células y causa una forma de muerte celular. Esto reduce los niveles de testosterona, incrementa el riesgo de problemas de fertilidad y causa un desequilibrio hormonal en hombres.

P: ¿Cuáles son las mejores estrategias para reducir la exposición al glifosato?

R: Para reducir la carga de glifosato, consuma productos orgánicos (sobre todo los que forman parte de la lista de "Dirty Dozen" del EWG), evite el trigo y las legumbres convencionales, deje de consumir aceites de semillas de cultivos transgénicos, filtre su agua y restaure su salud intestinal con bacterias beneficiosas como la Akkermansia muciniphila. Estas estrategias le darán a su cuerpo las herramientas que necesita para repararse y defenderse.