📝HISTORIA EN BREVE

  • El porcentaje de grasa corporal de la madre durante el embarazo se correlaciona con un riesgo mayor de trastorno del desarrollo de la coordinación en los niños, lo que afecta sus habilidades motoras y coordinación
  • Las madres que consumieron alimentos ricos en nutrientes como pescado, frutas y vegetales durante el embarazo tuvieron hijos con mejores habilidades motoras y desarrollo cognitivo
  • El primer trimestre es un período muy importante en el que la salud y la alimentación de la madre tienen el mayor impacto en las capacidades motoras y cognitivas que el niño desarrollará
  • Los hijos de madres que llevaron una alimentación más saludable demostraron tener una mejor inteligencia, habilidades visoespaciales, función ejecutiva y menos problemas de conducta
  • Las recomendaciones para las mujeres embarazadas incluyen mantener una composición corporal saludable, consumir alimentos enteros ricos en nutrientes, recibir suficiente luz solar y tener un buen manejo de la salud mental

🩺Por el Dr. Mercola

Es verdad que "somos lo que comemos", y si va a tener un bebé, esta afirmación se vuelve aún más importante. De acuerdo con diversas investigaciones que se han publicado, lo que entra en el estómago influye en el desarrollo del cerebro de su hijo incluso antes de que respire por primera vez, y los efectos persistirán hasta la primera infancia.

La grasa corporal y la alimentación de la madre influyen en el desarrollo motor del niño

Un estudio publicado en Clinical Nutrition ESPEN examinó cómo el porcentaje de grasa corporal, las elecciones alimenticias y la salud mental de una madre durante el embarazo influyen en las habilidades motoras de su hijo cuando alcanza los 5 a 6 años de edad.1

Los investigadores se propusieron determinar si factores como la obesidad, el aumento de peso gestacional y las opciones alimenticias de la madre tuvieron efectos mensurables en la coordinación, el equilibrio y el control motor fino del niño. El estudio también exploró si la salud mental de la madre intervino en la configuración del desarrollo motor temprano.2

•Deterioro motor en niños: el estudio monitoreó un grupo de mujeres embarazadas y luego evaluó la función motora de sus hijos a través de pruebas de movimiento estandarizadas. Se evaluó la capacidad de sus hijos para realizar tareas que requieren equilibrio, coordinación y destreza.

Los resultados fueron claros: un mayor porcentaje de grasa corporal, tanto al principio como al final del embarazo, se asoció con un mayor riesgo de trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC), que es una afección que dificulta tareas cotidianas como abotonarse una camisa, escribir o correr. Los niños con TDC a menudo tienen dificultades para escribir a mano, atrapar una pelota o atarse los zapatos.3

Estas dificultades motoras aumentan el riesgo de sufrir obesidad, dificultades sociales y menor autoestima a lo largo de la vida. Por otro lado, las madres que consumieron alimentos más ricos en nutrientes, como pescado, frutas y vegetales, tuvieron hijos con mejores habilidades motoras.4

•Influencia inesperada de la depresión materna: uno de los hallazgos más sorprendentes de este estudio fue que los niños de madres que experimentaron síntomas de depresión durante el embarazo presentaron un mejor desarrollo de las habilidades motoras. Esto contradice otras investigaciones que afirman que el estrés prenatal perjudica el desarrollo.5

La hipótesis de los investigadores es que el estrés leve en la madre activa respuestas adaptativas en el feto, y acelera el desarrollo de ciertas regiones del cerebro responsables de la función motora. No obstante, es necesario hacer más investigaciones para determinar si esta ventaja persiste hasta etapas posteriores de la infancia o si implica desventajas en otras áreas del desarrollo.6

• La diabetes gestacional no tuvo un impacto claro en el desarrollo motor: contrario a lo esperado, el estudio no encontró una relación significativa entre la diabetes mellitus gestacional (DMG) y el deterioro motor infantil.

Si bien se sabe que la diabetes durante el embarazo afecta el crecimiento del feto y su función metabólica, parece (dentro del contexto de los parámetros del estudio) que no afectó de forma directa la capacidad del niño para moverse, equilibrarse o coordinar tareas motoras finas. Esto sugiere que la obesidad de la madre, más que la regulación del azúcar en la sangre por sí sola, es más importante en la configuración del desarrollo motor temprano.7

Como se muestra en el estudio, el exceso de grasa corporal de la madre afecta el desarrollo del feto de varias maneras. Los investigadores plantean la teoría de que la inflamación crónica de bajo grado, que se produce cuando los niveles de grasa corporal son elevados, conduce a una mayor producción de biomarcadores inflamatorios. Esto perjudica el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso del feto pues atraviesa la placenta y altera así la formación de los circuitos neuronales que controlan el movimiento, la coordinación y el equilibrio.8

Otras investigaciones confirman la importancia de una alimentación saludable en el neurodesarrollo infantil

De manera similar, un estudio anterior publicado en The American Journal of Clinical Nutrition investigó cómo la alimentación de una madre durante el embarazo afecta las capacidades cognitivas y el desarrollo conductual de su hijo. Los investigadores monitorearon a 1 580 pares de madres e hijo de la cohorte del Proyecto Viva y evaluaron la alimentación de las madres.

Su objetivo fue determinar si la calidad general de la alimentación de la madre, en lugar de los nutrientes individuales, influía a largo plazo en la inteligencia, la función ejecutiva y la regulación emocional de su hijo.9

•Una alimentación más saludable ayuda a que los niños sean más inteligentes: los niños de madres que llevaron una alimentación más saludable obtuvieron puntuaciones más altas de inteligencia. La inteligencia se midió a través de una prueba especial que evalúa las capacidades cognitivas verbales y no verbales, y la diferencia fue significativa.10

•Mejor función ejecutiva: el estudio reveló que los niños cuyas madres tuvieron una alimentación más saludable obtuvieron mejores resultados en una prueba que midió la autorregulación, la memoria de trabajo y las habilidades para resolver problemas. En concreto, los niños del grupo de alimentación más saludable tuvieron menos problemas de función ejecutiva, lo que significa que fueron mejores para seguir instrucciones, mantenerse organizados y afrontar nuevos desafíos sin sentirse abrumados.11

•Mejores habilidades visuales y espaciales: el estudio también evaluó las habilidades visomotoras en la primera infancia, que son esenciales para tareas como leer, escribir y la coordinación mano-ojo. Los hijos de madres con mejor alimentación tuvieron mejores habilidades visoespaciales.12

•Menos problemas de conducta: los niños de alimentación prenatal más saludable no solo tuvieron un mejor desempeño cognitivo, sino que también tuvieron menos dificultades emocionales y de comportamiento. El estudio reveló que estos niños obtuvieron puntuaciones totales más bajas en una prueba que midió el bienestar emocional y las interacciones sociales, lo que significa que presentaron menos signos de hiperactividad, falta de atención y angustia emocional.13

•Importancia del tiempo: el estudio reveló que el primer trimestre del embarazo es el período más crítico en el que la alimentación de la madre influye en los resultados cognitivos y conductuales. Si bien la calidad de la alimentación durante los últimos meses del embarazo fue de ayuda, los niños cuyas madres llevaron una alimentación más saludable durante el primer trimestre presentaron los beneficios más significativos en cuanto a inteligencia, función ejecutiva y estabilidad emocional.14

Además, los niños expuestos a una mala alimentación materna tuvieron más probabilidades de sufrir problemas de regulación de la atención, hiperactividad e inestabilidad emocional, todo lo cual dificulta el aprendizaje y las interacciones sociales.15 Entonces, al igual que el estudio de Clinical Nutrition ESPEN, esta investigación resalta el impacto de las elecciones alimenticias de una madre embarazada en el desarrollo final del cerebro de su hijo.

Cómo favorecer el desarrollo cerebral y motor de su hijo antes de que nazca

Como lo demuestra la investigación publicada, sus elecciones durante el embarazo afectan de forma directa la capacidad que su hijo tendrá para pensar, moverse y regular sus emociones. Una mala alimentación, un alto porcentaje de grasa corporal y las deficiencias de nutrientes pueden dificultar que su bebé desarrolle buenas habilidades motoras y cognitivas. La buena noticia es que puede controlar estos factores. Estas son algunas de mis recomendaciones:

1. Mantenga una composición corporal saludable antes y durante el embarazo: el exceso de grasa corporal, sobre todo durante el embarazo temprano, se ha relacionado con un riesgo mayor de DCD en los niños. Si está planeando tener un hijo o si ya está embarazada, mejorar su composición corporal con alimentos enteros ricos en nutrientes hará maravillas tanto para su salud como para la de su hijo.

Priorice el consumo de proteínas (unos 0.8 gramos por kilo de masa corporal magra) para favorecer la salud muscular y la saciedad, e incorpore a su rutina diaria actividades físicas como caminar o ejercicios con su peso corporal para mejorar la sensibilidad a la insulina y la función metabólica.

Por último, pero no menos importante, evite consumir alimentos procesados tanto como le sea posible, ya que tienen un alto contenido de ácido linoleico. Este ingrediente promueve la inflamación, altera la salud metabólica y provoca aumento de peso. Los frutos secos y las semillas también contienen ácido linoleico, por lo que conviene moderar su consumo.

2. Procure que su alimentación sea saludable: consumir los alimentos adecuados estimula el desarrollo del cerebro del bebé, mientras que los alimentos inadecuados lo perjudican. Comience por agregar diversas frutas y vegetales a su alimentación, ya que son ricas en antioxidantes, así como otros nutrientes que favorezcan una salud óptima.

En el estudio Clinical Nutrition ESPEN, los investigadores destacaron el folato y el yodo como componentes vitales para favorecer el desarrollo cerebral y muscular del feto. Estos nutrientes influyen en las conexiones neuronales que controlan el movimiento, y permiten que los niños desarrollen una mejor coordinación y equilibrio.16

Otro hallazgo que notaron los investigadores fue el efecto de consumir pescado. Las madres que comieron pescado de forma regular durante el primer trimestre del embarazo tuvieron hijos que obtuvieron mejores resultados en pruebas que midieron la coordinación mano-ojo y movimientos precisos. 17 Y como sabe, el pescado, sobre todo el graso o azul, contiene ácidos grasos omega-3 beneficiosos, que según varias investigaciones, favorecen el desarrollo neurológico de los niños cuando su madre los consume durante el embarazo.18

Si desea incorporar más pescado a su alimentación, le recomiendo el pescado azul como el salmón salvaje de Alaska y las sardinas. Evite el pescado de piscifactoría, ya que se alimenta con cantidades elevadas de AL, lo que anula los beneficios del omega-3. Un último recordatorio: no se exceda con los ácidos grasos omega-3, ya que no dejan de ser grasas poliinsaturadas (PUF). Esto significa que comer cantidades excesivas de ácidos grasos omega-3 causará un daño metabólico similar al consumo de ácido linoleico.

3. Expóngase a la luz del sol y apoye la producción de energía mitocondrial: la luz del sol no solo aporta vitamina D, sino que también afecta de forma directa la producción de energía celular y el desarrollo del feto. Como indico en mi artículo: “La vitamina que no debe faltar en la salud materna y del bebé”, es importante obtener suficiente vitamina D porque ayuda a reducir el riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer. Para una producción óptima de vitamina D, siga los siguientes consejos:

•Pase al menos 20 minutos al aire libre todos los días, exponiendo su piel a la luz solar de la mañana o del mediodía, pero evite exponerse al mediodía si todavía se está desintoxicando de los aceites vegetales, ya que el ácido linoleico aumenta el riesgo de quemaduras solares. Durante la desintoxicación, que dura al menos seis meses, expóngase al sol más temprano o en las últimas horas de la tarde, cuando el riesgo de quemaduras es mínimo.

•Mida su nivel de vitamina D dos veces al año para asegurarse de que esté en un rango óptimo. Recomiendo aspirar a un nivel entre 60 y 80 ng/mL (150 a 200 nmol/L), que es donde aparecen los mayores beneficios de la vitamina D.

Si necesita exponerse al sol antes de que su cuerpo haya eliminado bien sus reservas de aceites vegetales, considere estas estrategias de protección:

◦Tomar astaxantina para mejorar la resistencia de la piel a los rayos UV

◦Aplicar crema tópica de niacinamida antes de la exposición al sol para proteger contra el daño al ADN inducido por los rayos UV

◦Tomar una aspirina para bebé antes de la exposición al sol para evitar que el ácido linoleico se convierta en metabolitos oxidados dañinos

4. Gestione su salud mental: si bien el estudio de Clinical Nutrition ESPEN mencionó que la depresión durante el embarazo tiene un ligero impacto positivo en el desarrollo motor del niño, no querrá que esto se convierta en una condición crónica.

A lo largo del embarazo, los cambios hormonales, los cambios fisiológicos y los factores ambientales pueden provocar fluctuaciones en la salud mental, lo que aumenta el estrés y repercute en la salud general.

Para mantener una actitud positiva, le recomiendo practicar técnicas de relajación, como la meditación y la atención plena. Las Técnicas de Libertad Emocional (EFT, por sus siglas en inglés) también pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo o evitar los antojos de alimentos poco saludables. Para profundizar en este tema, lea mi artículo: “El impacto de la relajación en un embarazo saludable y equilibrado

5. Optimice su sueño: mantenga su ambiente interior libre de luz azul durante la noche para regular la producción de melatonina y que el feto tenga un desarrollo cerebral óptimo.

Preguntas frecuentes sobre la alimentación de la madre durante el embarazo y el desarrollo neurológico infantil

P: ¿Cómo afecta la alimentación y la composición corporal de una madre al desarrollo motor de su hijo?

R: El porcentaje de grasa corporal y la alimentación de la madre durante el embarazo son fundamentales para la formación de las habilidades motoras de su hijo. Las investigaciones demuestran que una mayor grasa corporal, sobre todo al principio y al final del embarazo, está relacionada con un riesgo mayor de trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC), lo que hace más difícil que los niños realicen tareas que requieren equilibrio y destreza.

Por otro lado, las madres que consumieron alimentos ricos en nutrientes, como pescado, frutas y vegetales, tuvieron hijos con mejores funciones motoras.

P: ¿Cuáles son los efectos de la obesidad de la madre en la salud de un niño a largo plazo?

R: El exceso de grasa corporal aumenta la inflamación, lo que interfiere con el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso del feto. Los niños de madres con niveles altos de grasa corporal tienen más probabilidades de tener dificultades de coordinación, lo que genera dificultades para escribir, atarse las agujetas o practicar deportes. Estos desafíos contribuyen a la obesidad, dificultades sociales y baja autoestima tanto en la infancia como en etapas posteriores de la vida.

P: ¿La salud mental de la madre puede afectar el desarrollo motor y cognitivo de un niño?

R: Una investigación descubrió que la depresión leve durante el embarazo se relaciona con un mejor desarrollo de las habilidades motoras en los niños. Se cree que el estrés prenatal leve desencadena respuestas adaptativas que aceleran el desarrollo de la función motora. Sin embargo, el impacto a largo plazo de este efecto aún no está claro. Sin embargo, el estrés crónico y la depresión aún se asocian con resultados negativos, lo que hace que el manejo de la salud mental sea esencial.

P: ¿Cómo repercute la alimentación durante el embarazo en la función cerebral y el comportamiento del niño?

R: Una alimentación de alta calidad se asocia con mejores capacidades cognitivas, una mejor función ejecutiva y menos problemas de comportamiento en los niños. Los niños cuyas madres llevaron una alimentación más saludable obtuvieron puntuaciones de inteligencia mucho más altas, así como mejores habilidades para resolver problemas y capacidades visoespaciales. De igual forma, tuvieron menos signos de hiperactividad, inestabilidad emocional y dificultades sociales.

P: ¿Qué medidas pueden tomar las mujeres que planean embarazarse para optimizar el desarrollo cerebral y motor de su hijo?

R: Para apoyar el desarrollo motor y cerebral del feto, recomiendo que las madres mantengan una composición corporal saludable y, para ello, es necesario que consuman alimentos ricos en nutrientes y eviten los alimentos procesados. Además, un consumo moderado de ácidos grasos omega-3 (de fuentes como peces capturados en la naturaleza), folato y yodo ayudará al desarrollo del feto. Otras estrategias incluyen optimizar los niveles de vitamina D, controlar la salud mental y reducir el consumo de ácido linoleico, lo que será de gran ayuda.