📝HISTORIA EN BREVE
- Los consumidores de tabaco para puros y sin humo enfrentan mayores riesgos de derrame cerebral, insuficiencia cardíaca y muerte cardiovascular, incluso sin antecedentes de consumo de cigarrillos, según un análisis a gran escala que se realizó en Estados Unidos
- Los usuarios exclusivos de tabaco sin humo tuvieron un riesgo 70 % mayor de insuficiencia cardíaca y 66 % mayor de morir por enfermedad coronaria, lo que demuestra que estos productos no son “alternativas más seguras”
- El tabaco daña el sistema cardiovascular, ya que daña el endotelio, aumenta el estrés oxidativo, perjudica el suministro de oxígeno y promueve la formación de coágulos, incluso en exposiciones breves o de forma pasiva
- Otros estudios han confirmado que todos los productos de tabaco liberan carcinógenos y causan alteraciones a nivel genético relacionadas con síntomas respiratorios y mayor mortalidad
- Para dejar de fumar es necesario abordar tanto la adicción a la nicotina como los desencadenantes de conducta. Reemplazar rutinas, establecer límites y apoyar las vías de desintoxicación mejoran sus posibilidades de romper el ciclo para siempre
🩺Por el Dr. Mercola
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo la causa principal de muerte en Estados Unidos, y casi 2 500 personas pierden la vida cada día a causa de esto.1 Si bien fumar es un factor conocido, la mayoría de los modelos de riesgo y las advertencias sanitarias se enfocan en los cigarrillos casi de forma exclusiva. Esto no considera un contribuyente silencioso que se esconde a plena vista: los productos de tabaco que no son para cigarrillos.
Más de 8.7 millones de adultos en Estados Unidos afirman consumir puros, lo que los convierte en uno de los principales productos de tabaco, junto con los cigarrillos.2 Mientras tanto, se estima que el 0.9 % de los adultos de Estados Unidos usaron pipas o narguiles en 2021, y el consumo de tabaco sin humo aumentó un 23 % entre 2000 y 2015.3
Muchos creen que estos productos de tabaco “alternativos” tienen un riesgo menor de causar ECV. Sin embargo, a los mecanismos que subyacen a la ECV, como la inflamación arterial, la formación de coágulos y la disfunción endotelial, no les importa la forma que ingiera la nicotina. Ya sea que encienda un cigarro o consuma una pizca de tabaco masticable, el daño ocurre a través de los mismos mecanismos: estrés, inflamación y un menor flujo sanguíneo.
Para examinar esta amenaza, los investigadores detrás de un análisis detallado que se publicó en JAMA Network Open4 desglosaron los efectos de los productos de tabaco distintos del cigarrillo en la salud cardiovascular. En lugar de agrupar a todos los fumadores, aislaron a los que usaban puros, pipas y productos de tabaco sin humo para ver cómo cada uno afecta al corazón y las arterias. Los resultados dejaron algo claro: ninguno de estos productos es seguro.
¿Cuáles son los riesgos cardiovasculares de los productos alternativos de tabaco?
El estudio mencionado analizó datos de 15 estudios a largo plazo realizados en Estados Unidos para examinar cómo los productos de tabaco distintos del cigarrillo afectan la salud del corazón. Los investigadores combinaron datos de más de 100 000 adultos y los siguieron durante una mediana de casi 14 años. El objetivo fue descubrir si las personas que consumen puros, pipas o tabaco sin humo (pero no cigarrillos) tienen un riesgo mayor de desarrollar enfermedades cardíacas o sufrir una muerte prematura.5
•Entre los participantes hubo tanto fumadores como no fumadores de cigarrillos: los investigadores agruparon a las personas como “usuarios únicos” si usaban solo un tipo alternativo de tabaco pero habían fumado cigarrillos en el pasado, y “usuarios exclusivos” si usaban puros, pipas o tabaco sin humo pero nunca habían fumado cigarrillos. Esto hizo que fuera más fácil ver si los riesgos provenían de los productos alternativos de tabaco en sí y no del consumo previo de cigarrillos.
•El consumo de cigarros aumentó el riesgo de sufrir múltiples consecuencias relacionadas con el corazón: el uso de un solo cigarro se asoció con un riesgo 34 % mayor de sufrir un derrame cerebral. Para los usuarios exclusivos de puros, el riesgo fue 53 % mayor que para aquellos que nunca fumaron puros ni cigarrillos.
•Los consumidores de cigarros también tuvieron mayores riesgos de fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca: el consumo de cigarros aumentó en un 32 % el riesgo de fibrilación auricular (latidos cardíacos irregulares) y en un 29 % de insuficiencia cardíaca, incluso después de ajustar la edad, los factores socioeconómicos y los riesgos cardiovasculares conocidos. Ambas afecciones contribuyen en gran medida al derrame cerebral, al ataque cardíaco y a la muerte cardíaca súbita.
•Fumar en pipa tampoco es seguro: los fumadores de pipa tuvieron una probabilidad 23 % más elevada de desarrollar insuficiencia cardíaca en comparación con los que nunca fumaron una. Esto se aplicó tanto si habían fumado cigarrillos como si no, lo que demuestra que el riesgo está ligado al propio producto.
•El tabaco sin humo causó daños cardiovasculares aún más amplios: los usuarios exclusivos de tabaco sin humo tuvieron un riesgo 34 % mayor de enfermedad cardiovascular total y un aumento del 39 % en la mortalidad por todas las causas. Esto significa que masticar tabaco, que a menudo se promociona como una alternativa más segura que fumar, en realidad favorece los ataques cardíacos y la muerte prematura.
•El tabaco se relacionó con la muerte cardiovascular: las personas que consumen tabaco sin humo tienen mayor probabilidad de morir de enfermedad cardíaca coronaria, con un riesgo 31 % mayor de muerte relacionada con enfermedad coronaria. También tuvieron mayores riesgos de sufrir ataques cardíacos y otras formas de enfermedades cardiovasculares.
•Los usuarios exclusivos de tabaco sin humo se enfrentaron a riesgos aún más pronunciados: las personas que nunca habían fumado cigarrillos pero que consumían sólo tabaco sin humo tuvieron un riesgo 70 % mayor de sufrir insuficiencia cardíaca y 66 % mayor de morir de enfermedad coronaria. También tuvieron un riesgo 54 % mayor de morir por causas cardiovasculares y 39 % mayor de mortalidad por todas las causas.
Cómo el tabaco daña el sistema cardiovascular de adentro hacia afuera
Una revisión publicada en el Journal of Thoracic Disease6 proporcionó más información sobre los mecanismos de acción que subyacen a los efectos perjudiciales de los productos de tabaco, y reveló que su humo compromete el endotelio, que es la fina capa protectora que recubre los vasos sanguíneos y que suele evitar la formación de coágulos, regular el flujo sanguíneo y proteger las paredes de los vasos.
El tabaco interfiere con estas funciones protectoras y crea las condiciones para la inflamación, la acumulación de placa y la lesión vascular.
•El estrés oxidativo, la coagulación y la inflamación forman un círculo vicioso: el humo del tabaco genera especies reactivas de oxígeno (ROS), lo que genera estrés oxidativo que daña las paredes de los vasos sanguíneos. Esto desencadena la inflamación y aumenta el potencial de coagulación.
Al mismo tiempo, el tabaco suprime agentes protectores como la prostaciclina y favorece factores de coagulación como el tromboxano A2. El resultado es un sistema vascular hipercoagulable e inflamado, predispuesto a sufrir derrames cerebrales e infartos.
•Compuestos nocivos presentes en el tabaco: una de las toxinas que se encuentran en el tabaco es la nicotina, que estimula el sistema nervioso simpático, lo cual eleva la frecuencia cardíaca, e incrementa la presión arterial y contrae los vasos sanguíneos. Su humo también contiene monóxido de carbono, que reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno y desplazarlo hacia los glóbulos rojos.7
Los metales pesados como el arsénico, el cadmio y el plomo, también presentes en el tabaco, alteran aún más la función mitocondrial, dañan las vías de desintoxicación y empeoran el estrés cardiovascular a largo plazo.
•Inhalar humo de forma pasiva desencadena las mismas respuestas cardiovasculares: incluso una exposición breve al humo de forma pasiva perjudica la función endotelial en 30 minutos. La revisión citó un aumento del 30 % en derrames cerebrales y eventos coronarios en no fumadores expuestos al humo del tabaco de forma regular. Estos hallazgos son válidos sin importar si la fuente son cigarrillos o puros: una vez que se transportan por el aire, las toxinas se comportan de la misma manera.
•El daño cardiovascular persiste mucho tiempo después de dejar de fumar: si bien dejar de fumar reduce el riesgo con el tiempo, los ex fumadores aún tuvieron un riesgo cardiovascular elevado durante más de una década después de dejar de fumar. La revisión reforzó que incluso el uso moderado o el abandono parcial del hábito no logran revertir el daño biológico de la exposición prolongada al tabaco.
¿Por qué todos los productos de tabaco son cancerígenos?
Además del daño cardiovascular, los productos de tabaco también aumentan el riesgo de cáncer. Una revisión sistemática de 2023 que se publicó en Cureus8 evaluó dos décadas de investigación en seres humanos y, si bien su enfoque principal fue en cómo los cigarrillos contribuyen a las ECV, también identificó dos clases principales de carcinógenos: hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH) y nitrosaminas específicas del tabaco (TSNA), en todas las formas de tabaco, entre las que se encuentran los puros, las pipas y los productos sin humo.
•Los PAH se forman cuando se quema el tabaco: se trata de sustancias químicas tóxicas y cancerígenas que se liberan a través de la combustión. Los cigarrillos, los puros y las pipas generan PAH cuando los utiliza. Una vez que los inhala, se unen al ADN y provocan mutaciones.
•Los TSNA se crean durante el curado y procesamiento del tabaco: a diferencia de los PAH, los TSNA no requieren quemarse para causar daño. Se absorben a través de los tejidos orales cuando consume productos de tabaco sin humo o el humo de puros y pipas. Una vez que entran al cuerpo, promueven mutaciones genéticas y un crecimiento descontrolado de las células.
•Estos compuestos dañan el ADN sin importar cómo se use el tabaco: ya sea que fume o mastique tabaco, estos carcinógenos entran al torrente sanguíneo y alteran el material genético. La revisión enfatizó que usar formas de tabaco alternativas a los cigarrillos no elimina el riesgo de cáncer. Lo único que hace es cambiar la vía de exposición.
Estas formas de tabaco alternativas afectan la capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo
Un artículo de 2024 que se publicó en Thorax9 examinó cómo el uso de pipas y puros afecta un proceso llamado metilación del ADN, que es un sistema de etiquetado químico que el cuerpo utiliza para activar o desactivar genes. Cuando se alteran los patrones de metilación, se altera la regulación genética. Esto deteriora los procesos de reparación, y causa inflamación y un mayor riesgo de enfermedades.
El estudio se centró en un gen fundamental conocido como AHRR (represor del receptor de aril-hidrocarburos), que suele proteger a las células de la exposición tóxica. Se sabe que el humo del cigarrillo reduce la metilación en este gen. La pregunta era si los usuarios de puros y pipas presentaban el mismo patrón, y así fue.10
•Los consumidores de tabaco que no fumaban tuvieron una metilación de AHRR más baja: en comparación con las personas que nunca consumieron tabaco, los usuarios exclusivos de puros o pipas tuvieron niveles de metilación de AHRR mucho más bajos. La reducción fue menos severa que en los fumadores de cigarrillos, pero aun así medible, lo que confirma que el uso de tabaco, incluso sin inhalar, altera el modo en que los genes regulan las funciones de desintoxicación y reparación.
•Una metilación más baja se relacionó con síntomas respiratorios: el estudio reveló que los usuarios con menor metilación de AHRR tuvieron más probabilidades de experimentar tos crónica, sibilancias y dificultad para respirar. También tuvieron una mayor mortalidad por todas las causas durante el período de seguimiento. Estas asociaciones estuvieron presentes incluso en aquellos que nunca habían fumado cigarrillos.
•La metilación en AHRR actúa como marcador de exposición al tabaco: los autores indicaron que la metilación de AHRR podría servir como marcador molecular del daño relacionado con el tabaco. Incluso en personas que no declaran consumir cigarrillos, la exposición a puros y pipas fue suficiente para desencadenar este cambio genético. Esto lo convierte en un indicador confiable de daño interno, incluso cuando aún no han aparecido otros signos.
•La exposición al tabaco debilita la capacidad del cuerpo para reparar el ADN: el humo del tabaco interfiere con las enzimas que mantienen los patrones de metilación. Cuando esto sucede, el cuerpo pierde la capacidad de silenciar el ADN dañado o de reparar errores genéticos. Esto causa que haya una mayor vulnerabilidad a las mutaciones, al cáncer y al envejecimiento acelerado, incluso si los productos de tabaco que consume no son cigarrillos.
Cinco estrategias prácticas para superar la adicción al tabaco
Dados los peligros asociados con los productos de tabaco, el mejor momento para dejar de usarlos y comenzar a recuperar su salud es ahora. Evitar los productos de tabaco no es algo sencillo. Es necesario abordar tanto la dependencia física de la nicotina como los patrones de comportamiento que sustentan el hábito.
Para tener éxito, es necesario reemplazar los desencadenantes emocionales, las rutinas diarias y las señales ambientales que desencadenan el hábito con estrategias que apoyen la recuperación de forma activa y a largo plazo. Estos pasos están diseñados para ayudar a cualquier persona a romper el ciclo:
1. No cambie una adicción por otra: si bien es tentador reemplazar el tabaco por un vaporizador o cigarrillos electrónicos, estos productos preservarán su adicción a la nicotina y, a menudo, en dosis más altas. No está rompiendo la adicción, sino que solo está cambiando su forma. En lugar de eso, enfóquese en restaurar su salud y desarrollar una rutina más firme.
Obtenga más información sobre los efectos nocivos de los cigarrillos electrónicos para la salud cardíaca en: “Estudio revela que los cigarrillos electrónicos podrían aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca".
2. Realice actividad física para reducir los antojos: es más probable que los antojos aparezcan cuando el cuerpo y la mente están inactivos. Darle una estructura a su día a través de un movimiento constante le ayudará a reducir esos momentos vulnerables.
Salga a caminar todos los días, haga estiramientos o realice tareas sencillas que mantengan sus manos ocupadas, como ordenar o cocinar, para enfocarse en algo más beneficioso. La actividad regular también favorece la respuesta del cuerpo al estrés y acelera la eliminación de nicotina del sistema.
3. Utilice estrategias que conecten la mente con el cuerpo: herramientas como las Técnicas de Libertad Emocional (EFT, por sus siglas en inglés) ayudan a regular el estrés y la acumulación emocional que podrían llevarlo a consumir tabaco. Hay aplicaciones basadas en la atención plena que también ofrecen ejercicios de respiración estructurados, registros cronometrados o indicaciones guiadas para mantenerse conectado a lo largo del día.
Estas herramientas ayudan a reentrenar su respuesta cuando surge el impulso de consumir tabaco, por lo que le ayudarán a reemplazar los patrones anteriores con una mayor conciencia y control.
4. Reconozca sus desencadenantes y cree nuevas respuestas: los impulsos de consumir tabaco a menudo siguen rutinas familiares o señales emocionales. Comience por observar las situaciones específicas que tienden a provocar esos antojos. ¿Le sucede durante su rutina matutina, después de lidiar con el estrés o cuando se siente inquieto?
Una vez que identifique estos momentos, podrá preparar sustitutos intencionales. Si tomar café despierta sus ganas de fumar, intente cambiar de bebida o centrar su atención en una tarea rápida, como hacer una lista de verificación o reorganizar su espacio, hasta que pase el antojo. Anticipar y redirigir estos factores desencadenantes es fundamental para romper el ciclo.
5. Establezca límites firmes: ocultar los cigarrillos puede parecer un primer paso, pero no es suficiente. Un mejor enfoque consiste en eliminar de su entorno todos los productos relacionados con el tabaco. Esto incluye encendedores, ceniceros y cualquier producto que quede en su casa, automóvil o espacios personales.
Preste mucha atención a los lugares donde el hábito está más arraigado, ya sea la cocina, el porche o una silla específica. Una vez que los haya identificado, establezca esos espacios como libres de tabaco. Esto le envía un mensaje inequívoco a su cerebro: la nicotina ya no pertenece a esos lugares y esas rutinas ya no aplican.
Preguntas frecuentes sobre las formas de tabaco alternativas a los cigarrillos
P: ¿Las pipas y los puros son más seguros para el corazón que los cigarrillos?
R: No. Las investigaciones demuestran que el consumo exclusivo de cigarros aumenta en un 53 % el riesgo de sufrir un derrame cerebral y aumenta el riesgo de fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca. Por su parte, los fumadores de pipa tienen una probabilidad 23 % más elevada de desarrollar insuficiencia cardíaca, sin importar si alguna vez han fumado cigarrillos.
P: ¿Es el tabaco sin humo es una alternativa más segura que fumar?
R: Para nada. Los consumidores exclusivos de tabaco sin humo tienen un riesgo 70 % mayor de sufrir insuficiencia cardíaca y 66 % mayor de morir de enfermedad coronaria. El tabaco masticable y el rapé aumentan el riesgo total de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad por cualquier causa.
P: ¿Los puros y las pipas causan cáncer al igual que los cigarrillos?
R: Sí. Todas las formas de tabaco contienen carcinógenos como los PAH y los TSNA. Estos compuestos perjudican el ADN tanto si inhala humo como si lo absorbe por la boca. El riesgo de cáncer no se limita a los cigarrillos.
P: ¿Cuál es la mejor forma de dejar cualquier producto de tabaco?
R: La estrategia más efectiva es eliminar la nicotina por completo y abordar al mismo tiempo los desencadenantes conductuales. No sustituya el tabaco por vaporizadores o cigarrillos electrónicos. En lugar de eso, procure hacer actividad física, identifique sus desencadenantes, utilice herramientas para reducir el estrés como las EFT y elimine de su entorno todos los elementos relacionados con el tabaco.