📝HISTORIA EN BREVE

  • Las investigaciones demuestran que las mujeres en etapa menopáusica suelen experimentar niveles elevados de estrógeno (que también se conoce como dominancia estrogénica) y no una deficiencia como suele creerse, la cuestión es que se concentra en los tejidos y no en la sangre
  • En 2024, un estudio descubrió que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) incrementa los niveles de estrógeno en los tejidos grasos, lo que causa un desequilibrio entre el estrógeno y los andrógenos
  • La salud hormonal óptima depende del equilibrio entre la progesterona y el estrógeno, y muchas mujeres en etapa menopáusica experimentan un predominio de estrógeno incluso sin someterse a la TRH
  • El estrógeno tiene una naturaleza dual, lo que significa que es esencial para muchas funciones, pero en exceso, se vuelve contraproducente, y hay factores ambientales que incrementan los niveles de estrógeno, tales como el ácido linoleico en los aceites de semillas y las sustancias disruptoras endocrinas que se encuentran en los microplásticos
  • Un enfoque natural para la menopausia consiste en controlar los niveles de prolactina, eliminar los aceites de semillas, evitar las sustancias químicas que imitan el estrógeno en los productos de uso cotidianos y considerar un suplemento de progesterona natural

🩺Por el Dr. Mercola

La mayoría de las mujeres, relacionan la palabra "menopausia" con los "niveles bajos de estrógeno" y eso se debe a que eso suelen decirles cuando comienzan a experimentar síntomas como bochornos, problemas para dormir o cambios repentinos en su estado de ánimo. La medicina convencional funciona bajo esta premisa, y casi siempre se prescribe la terapia de reemplazo hormonal (TRH) para reponer lo que se cree que necesitan: más estrógeno.

El problema es que esta idea tan arraigada en nuestra sociedad no muestra el panorama completo. Cada vez más investigaciones cuestionan este enfoque universal sobre la deficiencia de estrógeno y sugieren que la realidad no es tan simple como se cree. Los estudios demuestran que no todas las mujeres en etapa menopáusica experimentan niveles bajos de estrógeno. De hecho, los niveles suelen ser muy elevados en ciertos tejidos, aun cuando los niveles en la sangre sugieren lo contrario.

Esto contradice la suposición de que el simple hecho de reponer el estrógeno “perdido” con ayuda de la terapia de reemplazo hormonal será la solución. Al contrario, incrementar aún más los niveles de estrógeno, cuando ya son abundantes en los tejidos, causará desequilibrios. Es importante comprender lo que en realidad sucede con las hormonas durante la menopausia y por qué una perspectiva más completa podría cambiar su enfoque para optimizar su salud.

La terapia de reemplazo hormonal (TRH) incrementa bastante los niveles de estrógeno en el tejido graso

En 2024, un estudio que se publicó en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism analizó el impacto de la TRH en las hormonas sexuales de mujeres en etapa posmenopáusica.1 El objetivo principal de los investigadores fue analizar las concentraciones de hormonas no sólo en el torrente sanguíneo sino también en el tejido graso, que también se conoce como grasa corporal.

•El estudio involucró a mujeres en etapa posmenopáusica con y sin TRH: esta investigación involucró a 63 mujeres en etapa posmenopáusica, algunas tomaban TRH oral y otras no.

Los científicos midieron las concentraciones de hormonas sexuales clave, como estrona, estradiol, progesterona y testosterona, tanto en la grasa subcutánea (grasa justo debajo de la piel), en la grasa visceral (grasa abdominal más profunda) y en el suero sanguíneo. Los resultados sugieren que la terapia de reemplazo hormonal incrementa bastante los niveles de estrógeno en los tejidos grasos, mientras altera las concentraciones de andrógenos.

•Las mujeres bajo TRH experimentaron incrementos marcados en el estrógeno dentro de la grasa: las mujeres bajo TRH experimentaron un incremento de cuatro a siete veces mayor en las concentraciones de dos estrógenos principales, estrona y estradiol, dentro de la grasa subcutánea y visceral, que las mujeres sin TRH.

Mientras que el estrógeno incrementó en la grasa de este grupo de mujeres, la testosterona, una hormona andrógena, disminuyó alrededor de un 30 % en esa misma área. Aunque los niveles totales de testosterona en la sangre se mantuvieron similares entre ambos grupos, la cantidad de testosterona circulante fue menor en las mujeres bajo TRH.

•La TRH también incrementó las proporciones de estrógeno y andrógeno en los tejidos grasos: además, los investigadores calcularon las proporciones de estrógenos y andrógenos dentro del tejido graso, y los resultados fueron sorprendentes. En las mujeres bajo TRH, estas proporciones de estrógeno y andrógeno fueron entre nueve y doce veces mayores en la grasa subcutánea y entre cuatro y seis veces mayores en la grasa visceral que en las mujeres sin TRH.

•La TRH alteró el equilibrio hormonal para favorecer el estrógeno en la grasa: este cambio hacia la dominancia estrogénica dentro del tejido graso sugiere que la TRH crea un entorno hormonal en la grasa que se inclina hacia el estrógeno en relación con los andrógenos. Además, el estudio afirmó que en las mujeres bajo TRH, su grasa visceral tenía menores concentraciones de testosterona.

Estos hallazgos sugieren que la terapia de reemplazo hormonal influye mucho en lo que se conoce como metabolismo intracrino de esteroides sexuales dentro del tejido adiposo. El metabolismo intracrino se refiere a la producción y acción de hormonas dentro de las células y los tejidos, en lugar de solo depender de las hormonas que circulan en el torrente sanguíneo.

Los resultados del estudio, en particular los niveles elevados de estrógeno en el tejido graso, incluso en mujeres bajo TRH, sugieren que la terapia de reemplazo hormonal altera el modo en que el tejido graso procesa y metaboliza las hormonas sexuales.

En la menopausia es más común tener un exceso de estrógeno y no una deficiencia

Georgi Dinkov, un respetado experto en salud metabólica, habló sobre el estudio que se publicó en Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, que cambia el enfoque de la menopausia de una deficiencia a una dominancia estrogénica (exceso de estrógeno).2 El análisis de Georgi Dinkov enfatiza que analizar las proporciones hormonales, en lugar de solo enfocarse en los niveles absolutos, proporciona un panorama muy diferente durante y después de la menopausia.

•Georgi Dinkov habló de los niveles de hormonas en mujeres sin TRH (el grupo de control): contrario a la idea convencional de que las mujeres en etapa menopáusica tienen deficiencia de estrógeno, Georgi Dinkov afirmó que los niveles absolutos de estrógenos clave (estrona, estradiol y sulfato de estrona) que se analizaron en estas mujeres en realidad no fueron bajos. De hecho, sus niveles de estrógeno estaban dentro de los rangos de referencia normales de laboratorio.

•La menopausia no es un estado de deficiencia de estrógenos: esta observación contradice la idea fundamental de que la menopausia es un problema de deficiencia de estrógenos. Además, el equilibrio hormonal no se basa en la cantidad de ciertas hormonas, sino en la proporción entre ellas. En el caso de las hormonas femeninas, la proporción entre la progesterona y el estrógeno es un indicador clave de la salud endocrina.

•Para una salud óptima, esta proporción debería ser bastante alta, en el rango de 200 a 500: una proporción por debajo de 100 suele considerarse una señal de una dominancia estrogénica que es un estado que se relaciona con varios problemas de salud, que incluye un mayor riesgo de varios tipos de cáncer que se relacionan con las hormonas.3

Después de calcular la proporción entre la progesterona y el estrógeno a partir de los datos del grupo sin TRH del estudio, Georgi Dinkov descubrió que estas mujeres "sanas" en etapa menopáusica ya experimentaban una dominancia estrogénica. Mientras que en la sangre, la proporción entre la progesterona y el estrógeno era de apenas 16. En la grasa subcutánea, era de alrededor de 20, y en la grasa visceral, de unos 38.

•Estas proporciones tan bajas son comunes en mujeres en etapa premenopáusica: todas estas proporciones están muy por debajo del rango óptimo, y se conoce como dominancia estrogénica. Georgi Dinkov dijo que si estas mujeres estuvieran en etapa premenopáusica y presentaran proporciones tan bajas entre la progesterona y el estrógeno, esto activaría las alarmas, lo que podría llevar al diagnóstico de un desequilibrio endocrino e intervenciones para incrementar los niveles de progesterona.

Georgi Dinkov concluyó que estos hallazgos deberían ser suficientes para hacer un cambio en el uso generalizado de la TRH estrogénica. Si las mujeres en etapa menopáusica ya experimentan una dominancia estrogénica (incluso sin terapia de reemplazo hormonal), entonces incrementar aún más los niveles de estrógeno con la TRH podría empeorar este desequilibrio, lo que tendrá un impacto negativo en la salud en lugar de mejorarla.

La naturaleza dual del estrógeno

Una revisión que se publicó en Biomedicine & Pharmacotherapy enfatiza la complejidad de la función del estrógeno en la salud humana.4 El estrógeno tiene una naturaleza dual, lo que significa que es esencial para muchas funciones, pero en exceso, se vuelve contraproducente, ya que en este caso, puede incrementar el riesgo de una serie de enfermedades. De hecho, el estrógeno es mucho más que una simple hormona sexual, es fundamental para la salud y el bienestar general, y sus efectos van mucho más allá de la reproducción.

•El estrógeno mejora la función de sistemas críticos, pero también se relaciona con enfermedades: el estrógeno ayuda a mantener el equilibrio de la glucosa y los lípidos, fortalece el sistema inmunológico y los huesos, refuerza la salud cardiovascular y promueve la función del cerebro. Pero, este mismo estrógeno puede incrementar el riesgo de una serie de enfermedades, que van desde infecciones y trastornos autoinmunes, hasta problemas metabólicos y degenerativos.

•El estrógeno incrementa los niveles de calcio intracelular y deteriora la función mitocondrial: esta naturaleza dual del estrógeno, tanto beneficiosa como dañina, es lo que el artículo denomina como su aspecto de "mal necesario". La cuestión es que tanto la falta como el exceso de estrógeno causan problemas de salud crónicos y agudos.

•Las sustancias químicas ambientales causan dominancia estrogénica: el artículo afirma que una mayor exposición a agentes inflamatorios y sustancias químicas disruptoras endocrinas (EDC) en la vida cotidiana incrementa los niveles de estrógeno o imitan sus efectos, lo que causa dominancia estrogénica.

Este efecto, sobreestimula los receptores de estrógeno en todo el cuerpo, lo que daña los tejidos e incrementa el riesgo de enfermedades autoinmunes e incluso de varios tipos de cáncer.

•Las crecientes tasas de enfermedades que se relacionan con las hormonas podrían ser el resultado de este desequilibrio: los autores sugieren que las crecientes tasas de enfermedades como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), los problemas de fertilidad, el cáncer de mama, el cáncer de ovario y la ginecomastia (tejido mamario en los hombres) son una indicación de un desequilibrio grave en los niveles de estrógeno entre la población.

Además, debido a que el estrógeno interactúa con muchas otras hormonas, enzimas y vías metabólicas, manipular sus niveles de estrógeno (por ejemplo, a través de la TRH) suele tener consecuencias imprevistas y graves. Los investigadores recomiendan que tome decisiones inteligentes con respecto a su alimentación y minimice su exposición a sustancias químicas dañinas para restablecer y mantener de forma natural el equilibrio de estrógenos.

Tome control de su equilibrio de estrógeno

Un enfoque saludable para manejar la menopausia consiste en mantener un entorno hormonal equilibrado en el cuerpo, en lugar de sobrecargarlo. Si consideramos que la dominancia estrogénica, y no su deficiencia, suele estar detrás de todos los síntomas, es esencial adoptar un enfoque estratégico.

El poder está en sus manos, ya que el equilibrio hormonal depende de sus decisiones cotidianas, lo que hace que las terapias hormonales convencionales sean innecesarias. Aquí algunas estrategias que puede implementar ahora mismo para mantener de forma natural niveles saludables de estrógeno y contrarrestar la dominancia estrogénica.

1. Determinar sus niveles de prolactina: muchas personas creen que tienen niveles bajos de estrógeno debido a los análisis de sangre, cuando en realidad tienen niveles elevados en sus órganos. Esto se debe a que los niveles séricos de estrógeno no son indicadores del estrógeno almacenado en los tejidos. Los niveles de estrógeno podrían ser bajos en plasma, pero elevados en los tejidos. Los niveles de prolactina sirven como un indicador confiable de la actividad del estrógeno, ya que el estrógeno estimula la glándula pituitaria para producir prolactina.

Cuando tiene niveles elevados de prolactina, significa que también hay una mayor activación del receptor de estrógeno, ya sea por la producción de estrógeno del cuerpo o la exposición ambiental a las sustancias disruptoras endocrinas de fuentes como los microplásticos y otros contaminantes. Esta relación toma especial importancia cuando va de la mano de una mala función de la tiroides, lo que hace que la prolactina sea un marcador crítico para identificar el desequilibrio hormonal.

2. Eliminar los aceites de semillas de su alimentación: casi todos los alimentos procesados contienen aceites de semillas ricos en ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) como el ácido linoleico, que imita al estrógeno e incrementa el riesgo de dominancia estrogénica. Esto provoca que los PUFA alteren el equilibrio hormonal y la función de las mitocondrias. Mantenga su consumo de AL por debajo de los 5 gramos diarios, aunque lo idea es que consuma menos de 2 gramos. Para determinar su consumo de AL, utilice un rastreador de nutrición en línea.

3. Hacer consciencia sobre sus productos de uso cotidiano: casi 1000 artículos de uso cotidiano contienen compuestos que imitan el estrógeno, incluyendo los xenoestrógenos. Estos EDC son comunes en microplásticos, productos de cuidado personal y productos de limpieza para el hogar.

Para minimizar su exposición, elija productos de cuidado personal naturales y orgánicos y lea bien las etiquetas para detectar parabenos y ftalatos. Sustituya los limpiadores convencionales por opciones naturales y seguras como el vinagre, el bicarbonato de sodio y los aceites esenciales.

Es importante reducir el uso de plástico, sobre todo en alimentos y bebidas. Elija vidrio y acero inoxidable, y no caliente alimentos en plástico, ya que el calor acelera la filtración de estas sustancias químicas en los alimentos. Filtre el agua del grifo para eliminar los microplásticos y, si compra agua embotellada, elija envases de vidrio. Si tiene agua del grifo dura, hervirla durante cinco minutos antes de usarla reduce bastante su contenido de microplásticos.5

4. Reconsiderar las terapias basadas en estrógenos y los anticonceptivos: piénselo dos veces antes de utilizar estrógenos en la terapia de reemplazo hormonal y las pastillas anticonceptivas, ya que causan dominancia estrogénica. Busque terapias y métodos anticonceptivos que prioricen el equilibrio hormonal natural de su cuerpo. Recuerde que el estrógeno bioidéntico, aunque suele promocionarse como natural, es una fuente externa de estrógeno que alterará su equilibrio hormonal.

5. Considerar la progesterona natural para contrarrestar la dominancia estrogénica: si está por entrar en la etapa perimenopáusica o menopáusica, la progesterona natural puede volverse uno de sus mejores aliados. La progesterona actúa como un antagonista natural del estrógeno que ayuda a contrarrestar sus efectos negativos. Dada la tendencia hacia la dominancia estrogénica, utilizar progesterona natural ayuda a restablecer el equilibrio hormonal.

Preguntas frecuentes sobre el equilibrio de estrógenos en la menopausia

P: ¿Cuál es el verdadero problema en la menopausia?

R: Si bien, se cree que la menopausia se debe a una deficiencia de estrógeno, investigaciones recientes demuestran que no siempre es el caso, y que muchas mujeres en esta etapa en realidad experimentan una dominancia estrogénica,6 lo que significa que tienen un desequilibrio en su proporción entre progesterona y estrógeno. Esto significa que las terapias de reemplazo hormonal no suelen ser la respuesta.

P: Si los niveles bajos de estrógeno no son el problema ¿por qué casi siempre se prescribe la terapia de reemplazo hormonal?

R: Muchas personas creen que tienen niveles bajos de estrógeno debido a los análisis de sangre, cuando en realidad tienen niveles elevados en sus órganos. Esto se debe a que los niveles de estrógeno podrían ser bajos en plasma, pero elevados en los tejidos. La TRH convencional suele prescribirse con base en esta idea errónea de la deficiencia de estrógeno. Pero, los estudios demuestran que, en realidad incrementa bastante los niveles de estrógeno, sobre todo en el tejido graso,7 lo que empeora la dominancia estrogénica en las mujeres que la reciben.

P: ¿Qué significa la "dominancia estrogénica” para las mujeres en etapa menopáusica?

R: La dominancia estrogénica se refiere a un exceso de estrógeno. Los niveles elevados de estrógeno o actividad similar al estrógeno, sobreestimulan los receptores de estrógeno en todo el cuerpo, lo que daña los tejidos, incrementa el riesgo de enfermedades autoinmunes e incluso de varios tipos de cáncer. El exceso de estrógeno también incrementa los niveles de calcio intracelular y deteriora la función mitocondrial.

P: ¿Qué puedo hacer para evitar la dominancia estrogénica?

R: Los cambios en el estilo de vida y la alimentación son herramientas poderosas. Evite los alimentos procesados, ya que suelen contener aceites de semillas ricos en ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), como el ácido linoleico, que imitan al estrógeno. Reduzca también su exposición a estrógenos sintéticos, como los anticonceptivos orales y las sustancias químicas que imitan el estrógeno que se encuentran en productos de uso cotidiano, que incluyen plásticos.

P: ¿Existen opciones naturales para ayudar a equilibrar mis hormonas durante la menopausia?

R: Sí. Además del estilo de vida y la alimentación, consulte a su médico para utilizar progesterona natural para recuperar su equilibrio hormonal. La progesterona natural actúa como un antagonista del estrógeno, por lo que, ayuda a restablecer una proporción más saludable entre la progesterona y el estrógeno durante la perimenopausia y la menopausia.