📝HISTORIA EN BREVE

  • El glifosato es el herbicida más vendido de la historia, ya que desde finales de los años de 1970, su uso incrementó de 100 a 300 veces, lo que provocó que, ahora entre el 60 % al 80 % de la población tenga residuos de este producto en su cuerpo como resultado de la exposición a los alimentos, el agua y el aire
  • Las investigaciones demuestran que el glifosato puede acumularse en los riñones, el hígado, el colon y el cerebro, así como atravesar la barrera hematoencefálica, e incluso se detectó en la leche materna humana, lo que sugiere que, a diferencia de lo que afirman las autoridades, la exposición a este herbicida deja residuos en el cuerpo
  • Un estudio de dos años descubrió que exponerse al Roundup (un herbicida a base de glifosato) en dosis muy por debajo de los niveles permitidos dañó los órganos e incrementó el riesgo de tumores, sobre todo de tumores mamarios en participantes del sexo femenino
  •  El glifosato se clasifica como un disruptor endocrino, ya que tiene ocho de las diez características que se relacionan con este tipo de sustancias químicas, y dado que produce cambios epigenéticos, sus efectos pueden perdurar por generaciones
  • Los estudios demuestran que cambiar a una alimentación a base de alimentos orgánicos puede reducir hasta un 71 % los niveles de glifosato en la orina en tan solo seis días, y una de las fuentes principales de exposición son los granos convencionales, los alimentos procesados y los productos agrícolas que forman parte de la lista de "Dirty Dozen"

🩺Por  Ashley Armstrong, autora invitada

Un pesticida es cualquier sustancia o mezcla de sustancias que se diseñaron con el objetivo de matar, repeler o controlar plagas. El término pesticida se divide en: "peste" que se refiere a cualquier organismo (insectos, malezas, roedores, hongos, bacterias, etc.) que se considera dañino o indeseable, sobre todo en entornos agrícolas. Y "cida", que es un sufijo que se deriva de la palabra latina "caedere", que significa "matar".

Por lo general, se utiliza en las palabras para indicar algo que mata o destruye, como herbicida (mata plantas), insecticida (mata insectos) y fungicida (mata hongos).

La palabra pesticida es el término general para las sustancias que atacan a las plagas, y tiene subcategorías que se definen según el tipo de plaga a la que se dirigen, como herbicidas para malezas, insecticidas para insectos, fungicidas para hongos y rodenticidas para roedores.

Existen opciones naturales que pueden ser muy efectivas para controlar las plagas, tales como el aceite de neem, las piretrinas que se extraen de flores específicas, la rotenona que se deriva de las raíces de las plantas, la tierra de diatomeas, Bacillus thuringiensis (una solución a base de bacterias), azufre, extractos de ajo, pimienta y compuestos a base de cobre. Muchas de estas opciones se utilizan en la agricultura orgánica.

Y, luego están las sustancias químicas, que son los tipos de pesticidas sintéticos que se utilizan en la agricultura convencional, e incluyen:

Categoría de pesticida

Objetivo principal

Ejemplos

Insecticidas

Insectos

Cipermetrina, clorpirifos, malatión, imidacloprid y el DDT (que ya está prohibido)

Herbicidas

Malas hierbas

Glifosato, 2,4-D, atrazina, dicamba, paraquat, glufosinato

Fungicidas

Hongos, mohos y mildiu

Mancozeb, clortalonil, azoxistrobina, propiconazol

Rodenticidas

Roedores como ratas y ratones

Warfarina

Nematicidas

Nematodos parásitos (lombrices)

Fenamifos, oxamil, 1,3-dicloropropeno

Bactericidas

Bacterias

Kasugamicina, estreptomicina, oxitetraciclina

Miticidas/acaricidas

Ácaros y garrapatas

Abamectina, bifenazato, fenpiroximato

Esta guerra química contra los sistemas biológicos naturales tiene consecuencias graves, y ¡la Madre Naturaleza siempre ganará la batalla! Aunque la popularidad de estos productos en la agricultura mundial en realidad se debe a que incrementan el rendimiento de los cultivos y ayudan a producir más alimentos a menor costo.

Este tipo de sistema agrícola depende mucho de las políticas gubernamentales y los modelos de negocio que priorizan las ganancias.

Los subsidios gubernamentales, que están influenciados por un poderoso cabildeo agrícola, priorizan los métodos de alto rendimiento a base del uso intensivo de sustancias químicas, lo que fomenta las condiciones que favorecen el uso de esto productos y pone las soluciones químicas por encima de las alternativas naturales.

Este sistema se ve aún más arraigado en el modelo de negocio de las grandes compañías de sustancias químicas. Estas compañías desarrollan y patentan pesticidas para asegurarse de tener todos los derechos de estos productos durante años. Este control monopolístico les permite poner los precios muy elevados y obtener grandes ganancias.

Manejar todo el mercado les da el poder de ofrecer paquetes agrícolas que combinan pesticidas con semillas y fertilizantes, lo que crea un ciclo de dependencia que refuerza su dominio en la industria.

Es importante considerar todo lo que hay detrás de estos productos para entender el verdadero significado del término "seguridad" cuando se trata del uso de glifosato y otros pesticidas: ¡por supuesto que ocultan todos sus peligros, ya que eso amenaza su modelo de negocio!

Es posible que utilizar pesticidas de vez en cuando no sea un gran problema, pero la fuerte dependencia de nuestro sistema agrícola actual a estas sustancias químicas tiene graves consecuencias tanto para el medio ambiente como para la salud humana.

En este artículo, nos enfocaremos en el glifosato y la razón por la que debería preocuparnos que sea la base de nuestro sistema agrícola. (¡El hecho de que nos enfoquemos en el glifosato no significa que los demás pesticidas sean seguros!). ¡La evidencia demuestra que la exposición a largo plazo es una amenaza para la salud!

Pero ¿qué es el glifosato?

El glifosato es un herbicida sintético, no específico y sistémico que mata muchos tipos de malezas y otra vegetación al interrumpir la "vía shikimato", que es una vía bioquímica esencial para la supervivencia de las plantas. Dado que las células humanas no tienen esta vía, las "autoridades" internacionales consideran que el glifosato es seguro para los seres humanos. Pero, cada vez hay más evidencia que demuestra lo contrario.1

El glifosato es el ingrediente activo de muchos herbicidas, que incluyen el "Roundup", que es uno de los más vendidos en el mercado. Se conocen como formulaciones a base de glifosato (GBF). Por desgracia, el glifosato no es el único ingrediente dañino en los GBF, ya que contienen muchas otras sustancias químicas problemáticas.2 Los GBF se utilizan en entornos agrícolas, comerciales, industriales y residenciales debido a sus propiedades herbicidas de amplio espectro.

El segundo uso más común del glifosato, después de la agricultura, es en el paisajismo, que incluye jardines, céspedes, espacios públicos, parques, carreteras y campos de golf.

En términos generales, podría considerarse que el glifosato es un producto nuevo. Y es muy común en la industria que los productos no se etiqueten como "peligroso para la salud" *hasta* que empiezan a causar problemas graves, lo que da tiempo de que las compañías generen grandes ganancias. (Dos ejemplos incluyen el DDT y el Agente Naranja, que se prohibieron hasta que se demostró que causaban problemas de salud graves). ¡En esta industria las ganancias van por encima de la ciencia y la salud!

En resumen: en 1964 se aprobó la patente para el uso del glifosato como agente quelante y desincrustante de metales para limpiar depósitos minerales en tuberías y calderas. Luego, en 1971, el glifosato se patentó como pesticida tras descubrir sus propiedades para controlar malas hierbas.

En 1974, Monsanto vendió el glifosato por primera vez a los agricultores, pero hace poco, Bayer compró esta compañía. ¡Desde finales de la década de los 70's, el uso de pesticidas a base de glifosato ha incrementado entre 100 y 300 veces!3

Ahora, el glifosato es el pesticida más vendido de la historia (en ámbitos agrícolas, comerciales, industriales y residenciales) debido a sus propiedades herbicidas de amplio espectro. Por desgracia, este compuesto, que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer clasificó como "posible carcinógeno",4 se encuentra en nuestros alimentos, agua y aire.

El uso intensivo de pesticidas puede atribuirse a un cambio fundamental en las prácticas agrícolas: la transición a la agricultura industrial, en particular a la llegada de los cultivos transgénicos a mediados de la década de los 90's. Estos cultivos transgénicos se diseñaron con un objetivo específico: producir sus propios insecticidas o resistir herbicidas potentes, o ambos.

En la actualidad, esta tecnología domina los principales cultivos: casi el 94 % de la producción de soya utiliza semillas transgénicas que están diseñadas parar resistir el herbicida Roundup de Monsanto-Bayer, que tiene el glifosato como ingrediente principal.

Antes de los cultivos "Roundup Ready", los agricultores tenían que ser muy cuidadosos al aplicar los herbicidas para no dañar sus cultivos. Pero, estas plantas resistentes al glifosato, les dieron a los agricultores la oportunidad de fumigar más y con mayor frecuencia. Entre 1990 y 2014, el uso de glifosato pasó de 7.7 millones de libras a 250 millones de libras, lo que representa un enorme incremento del 1347 %.

Pero, el alcance del glifosato va más allá de la agricultura transgénica, ahora también se utiliza para la desecación previa a la cosecha. Entonces, el glifosato no solo se utiliza para matar malas hierbas, los agricultores descubrieron que también pueden utilizarlo como agente secante en cultivos convencionales, sobre todo en regiones con temporadas de crecimiento cortas y cosechas húmedas. Esta práctica de "desecación" implica, fumigar los cultivos con glifosato poco antes de la cosecha para forzar un secado uniforme y permitir una cosecha más temprana.

Este método se utilizó por primera vez en Escocia en la década de los 80's para abordar las condiciones poco confiables de secado de granos, luego se volvió popular en todo el mundo, lo que incrementó en un 400 % en el uso de glifosato solo en los cultivos de trigo.5

"El glifosato se aplica a los cultivos de trigo antes de cosecharse para acelerar su maduración, lo que produce mayores residuos de glifosato en los productos comerciales de trigo en Norteamérica".6

La desecación ya se utiliza en varios cultivos, que incluyen la cebada, la avena, el maíz, las lentejas, los frijoles, los garbanzos, las papas, el mijo, la remolacha azucarera y mucho más. Este uso del glifosato, tanto en cultivos transgénicos como en forma de desecante en cultivos convencionales, ayuda a explicar por qué se proyecta que el mercado mundial de glifosato crecerá de 10 920 millones de dólares en 2024 a 11 890 millones de dólares en 2025, lo que representa una tasa de crecimiento anual del 8.9 %.

Un error muy común es creer que el etiquetado “sin OGM” significa que no se utilizaron sustancias químicas para producir ese producto. El etiquetado "sin OGM", en realidad significa que los cultivos no son transgénicos; pero no indica si se utilizaron pesticidas o herbicidas para cultivarlos. De hecho, los pesticidas son muy comunes en los cultivos convencionales (sin OGM).

De manera lamentable, también significa que ahora nos exponemos a niveles mucho mayores que antes, ya sea a través de los alimentos que comemos y del alimento que consume el ganado.

Cuando los animales consumen granos y otro tipo de forraje que se trata con glifosato, pueden acumularse residuos de esta sustancia química en su sistema, lo que se traduce en mayores niveles de residuos de glifosato en la carne y los productos lácteos que consumen los humanos, lo que aumenta las preocupaciones sobre las posibles implicaciones para la salud de la exposición crónica a niveles bajos de glifosato a través de la cadena alimentaria.

Las consecuencias del uso de glifosato

Ahora que entendemos un poco más sobre la historia detrás de uso intensivo del glifosato en el sistema alimentario, hablemos de sus consecuencias. ¿Qué tiene de malo?

En un principio, Monsanto se basó en un ensayo en ratas que duró 90 días para afirmar que el Roundup era un producto seguro. Pues, un grupo de investigación se propuso a confirmarlo y repitió este ensayo, pero en lugar de 90 días duró dos años.7 ¡Los resultados son muy preocupantes!

"Para fines de comparación, nuestro diseño de estudio se basó en el ensayo de Monsanto, pero extendimos el período de observación de 90 días a 2 años. Además, utilizamos tres dosis de OGM (en lugar de las dos que utilizó el ensayo de Monsanto) y Roundup para determinar la respuesta a la dosis del tratamiento, que incluyó posibles efectos tanto lineales como no lineales.
Esto nos permitió determinar mejor los posibles efectos en la salud y sus orígenes debido a las consecuencias directas o indirectas de la propia modificación genética en el maíz GM NK603, o debido a la formulación del herbicida R que se utilizó en el maíz GM (y no solo G) o ambas.
También analizamos por primera vez tres dosis (en lugar de las dos que suelen utilizarse en los protocolos de 90 días) del maíz transgénico NK603 tolerante la R solo, el maíz transgénico tratado con R y solo R en dosis muy bajas y relevantes para el medio ambiente, comenzamos por debajo del rango de niveles permitidos por las autoridades en el agua potable y en los alimentos transgénicos.
Nuestros hallazgos demuestran que las diferencias en los parámetros funcionales de múltiples órganos que se observaron por el consumo de maíz GM NK603 durante 90 días incrementaron bastante a lo largo de 2 años hasta causar daños graves en los órganos con todos los tipos de alimentaciones de prueba. Esto incluyó las dosis menores de R (0.1 ppb, que equivale a 50 ng/LG) de la formulación R que se administró, que está muy por debajo de los límites que se permiten tanto en Estados Unidos (0.7 mg/l) como en la Unión Europea (100 ng/l).
De manera sorprendente, en varios de los grupos de tratamiento también se observó una tendencia clara a mayores tasas de tumores, en especial tumores mamarios en animales hembras. Nuestros datos demuestran la falta de precisión de los estudios de alimentación de 90 días y la necesidad de realizar investigaciones a largo plazo (2 años) para determinar el verdadero impacto del consumo de alimentos transgénicos y la exposición a formulaciones de pesticidas".

Cuando el estudio se extendió a dos años con una dosis de Roundup muy por debajo de los niveles permitidos en los Estados Unidos y la Unión Europea, se produjeron daños importantes en varios órganos. Además, la incidencia de tumores, en especial tumores mamarios en hembras, incrementó en varios grupos de tratamiento.

Los resultados demuestran la falta de precisión de los estudios a corto plazo (90 días) y la importancia de realizar investigaciones a largo plazo para determinar los verdaderos riesgos de los alimentos transgénicos y el uso de pesticidas. De manera lamentable, por el momento, no existen datos a largo plazo sobre los efectos de la exposición al glifosato en humanos (ya que esto es bastante difícil de lograr en un entorno bien controlado).

Pero, eso no significa que solo sea dañino para los animales, y seguro para los humanos. ¡De ninguna manera! El hecho de que algo no lo mate de inmediato no significa que sea seguro. Algo es seguro, la exposición crónica representa una amenaza grave para la salud.

Y dado que, entre el 60 % y el 80 % de la población tiene residuos de glifosato en su cuerpo,8 en este momento, todos podríamos ser parte de un experimento en tiempo real sobre sus efectos a largo plazo. Ahora analicemos qué dicen las investigaciones recientes sobre los posibles riesgos de la exposición al glifosato. (¡Hay mucha evidencia que demuestra que no es seguro!)

El glifosato se acumula en el cuerpo

Si bien, muchos señalan el hecho de que el glifosato es soluble en agua, por lo que el cuerpo lo "elimina con facilidad", se olvidan que estas formulaciones a base de glifosato utilizan otros ingredientes, como los surfactantes.

Los estudios demuestran que se acumula en los riñones, el hígado, el colon9,10,11 y en los fluidos biológicos humanos, lo que representa una grave amenaza para la salud humana.

Los estudios también demuestran que el glifosato puede atravesar la barrera hematoencefálica y acumularse en el cerebro de forma dosis-dependiente, lo que incrementa el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.12

La presencia de glifosato en la leche materna humana13 preocupa a muchos expertos en salud, ya que sugiere que esta sustancia química, a pesar de ser "soluble en agua", se acumula en los tejidos y atraviesa barreras biológicas de formas que no se entienden por completo.

La inflamación y el daño al ADN

Hay varios estudios que demuestran que puede causar inflamación y estrés oxidativo en varios tipos de células.14,15,16,17,18,19,20,21,22,23,24 Como resultado, el glifosato daña el ADN, lo que incrementa bastante el riesgo de cáncer25,26,27,28,29 y de disfunción renal y hepática.30,31,32,33

La alteración del sistema endocrino

Se sabe que el glifosato altera la función endocrina34,35,36 y puede causar desequilibrios hormonales.37,38

Un artículo de revisión que se publicó en 2020 concluyó que, el glifosato tiene ocho de las 10 características clave que se relacionan con las "las sustancias químicas disruptoras endocrinas", lo que sugiere que los herbicidas a base de glifosato alteran la biosíntesis de las hormonas sexuales39

Las concentraciones de Roundup en un rango 10^3 veces por debajo del “Límite Máximo de Residuos" pueden causar alteraciones endocrinas en las células humanas.40

Otros hallazgos alarmantes incluyen que el glifosato puede reducir la motilidad de los espermatozoides41,42 e interferir con la síntesis de proteínas, lo que puede suprimir la espermatogénesis y el crecimiento celular,43 así como disminuir la testosterona sérica en ratas macho jóvenes.44

Los cambios epigenéticos que perduran por generaciones

También hay datos que demuestran que el glifosato no solo afecta la salud de una persona, sino también la salud de sus descendientes a través de los cambios epigenéticos que produce cuando interfiere con los procesos normales de metilación y la expresión genética.45,46

La exposición perinatal a dosis bajas de formulaciones de glifosato afectó el desempeño reproductivo femenino, retrasó el crecimiento fetal y causó anomalías congénitas estructurales en las crías de mamíferos F2.47

La exposición al glifosato en dosis que se consideran "seguras" para la salud humana durante la gestación incrementó la distancia anogenital (AGD) tanto en crías de rata macho como hembra. La AGD es la medida entre el ano y los genitales y suele utilizarse como marcador biológico en estudios de toxicología y reproducción para determinar los efectos de las sustancias químicas disruptoras endocrinas.

Los cambios en la AGD, sobre todo durante el desarrollo, pueden indicar desequilibrios hormonales o alteraciones a causa de las exposiciones ambientales, como pesticidas u otras sustancias químicas. Además, el tratamiento con Roundup retrasó la aparición del primer estro y se relacionó con mayores niveles de testosterona sérica en ratas adultas.48

Los efectos en la salud intestinal

Las autoridades afirman que el glifosato es seguro para los humanos porque no tenemos la vía shikimato a la que ataca esta sustancia. El problema es que ¡los microbios que viven en nuestro intestino si la tienen! ¡Ups! El cuerpo humano tiene alrededor de 30 billones de células humanas y casi 39 billones de células microbianas, lo que significa que los microbios en nuestro intestino superan en número a nuestras células humanas.

El glifosato ataca la vía del shikimato cuando inhibe la actividad de una enzima clave en esta vía, la 3-fosfoshikimato 1-carboxiviniltransferasa (EPSPS), que se encuentra en muchos de los microbios que viven en nuestro intestino, lo que altera su equilibrio natural y daña nuestra salud intestinal.

Las enzimas EPSPS de clase I sensibles al glifosato se encuentran en todas las bacterias, pero su impacto varía mucho entre una especie y otra. El Human Microbiome Project encontró que 732 de las 941 especies de bacterias de nuestro intestino tienen por lo menos una copia del gen al que ataca el glifosato. Eso significa que el 55 % de nuestras bacterias del intestino son sensibles al glifosato, el 38 % son resistentes y el 7 % no tiene clasificación.49

"Al parecer, las bacterias comensales (las 'buenas') son más susceptibles al glifosato, ya que tienen más probabilidades de poseer enzimas EPSPS de clase I sensibles al glifosato que las bacterias patógenas, lo que promueve la disbiosis".

Es más probable que las bacterias beneficiosas posean enzimas EPSPS de clase I, lo que las hace susceptibles a morir, y es más probable que los patógenos en el intestino posean enzimas EPSPS de clase II resistentes al glifosato, lo que permite que prosperen bajo la exposición al glifosato.

En otras palabras, el glifosato inhibe el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas mientras promueve el crecimiento de bacterias patógenas, lo que causa disbiosis.

"Los residuos de glifosato en los alimentos podrían causar disbiosis porque las bacterias patogénicas son más resistentes al glifosato que las bacterias comensales.50
Aquí, analizamos la literatura sobre los efectos del glifosato en el microbioma intestinal y concluimos que los residuos de glifosato en los alimentos podrían causar disbiosis porque las bacterias patogénicas son más resistentes al glifosato que las bacterias comensales".51

El glifosato está diseñado para matar malezas y microorganismos en el suelo, pero nuestro sistema digestivo contiene trillones de microorganismos. Entonces sí, el glifosato y los herbicidas a base de glifosato dañan la salud intestinal52,53,54 porque causan inflamación55 y disbiosis.

Esto tiene consecuencias sistémicas, ya que la salud intestinal afecta a todo el cuerpo, que incluye el estado de ánimo, la función cerebral y la inmunidad. Por desgracia, no se consideró este impacto intestinal al momento de establecer las directrices de consumo "seguro" para los humanos.

Muchos científicos se preguntan por qué no se consideraron los efectos negativos sobre el intestino cuando las "autoridades" establecieron el " consumo diario aceptable" que se determina cuando se divide el nivel sin efecto observado (NOEL) entre un factor de seguridad.

"En este caso, para determinar el NOEL, solo consideraron la toxicidad directa del glifosato. Es alarmante que no considerara el efecto del glifosato en la salud a través de medios secundarios, como el microbioma intestinal. Dado que el estado del microbioma intestinal influye en todos los aspectos de la salud, así como en el riesgo de enfermedades, los residuos de glifosato en el trigo pueden causar disbiosis, lo que tendrá un impacto profundo en la salud humana".56

El efecto del glifosato es más dañino cuando se combina con otras sustancias químicas

Las investigaciones sugieren que los riesgos de la exposición al glifosato son aún mayores cuando se trata de herbicidas a base de glifosato (GBHs), o "formulaciones a base de glifosato (GBFs)", en lugar de glifosato puro,57,58,59 lo que podría deberse a los efectos tóxicos acumulativos de sus otros ingredientes.

Aunque en algunos casos se utiliza glifosato puro, por lo general, se encuentra como parte de un GBH/GBF, donde se combina con otros ingredientes para mejorar su capacidad de penetrar los tejidos vegetales.

Por ejemplo, se sabe que Roundup es más tóxico que el glifosato solo.60 El Roundup también contiene coformulante amina de sebo polietoxilada (POEA), que produce efectos tóxicos.61,62

Lo que complica aún más esta situación es que la mayoría de los GBH/GBF son patentados, lo que significa que no se revelan sus ingredientes y porcentajes relativos. Esta falta de transparencia plantea un desafío importante para los investigadores, ya que no saben con qué están trabajando, la cantidad exacta, ni los efectos sinérgicos de estas sustancias químicas cuando se combinan.

Como si todo esto no fuera suficiente, los cultivos suelen tratarse con un “cóctel” de agroquímicos que, además de glifosato y GBH, contiene otros herbicidas. Por ejemplo, las investigaciones demuestran que los efectos citotóxicos del glifosato pueden intensificarse cuando se combina con otros herbicidas, como el Paraquat. 63 Esta interacción sinérgica sugiere que incluso niveles bajos de residuos de glifosato en nuestro suministro de alimentos podrían tener consecuencias graves en la salud cuando se combinan con otros agroquímicos.

Es alarmante que no haya estudios al respecto, lo que deja un vacío crítico en nuestra comprensión de todos los riesgos de estas mezclas químicas.

Las mayores fuentes de glifosato

El glifosato entra al cuerpo humano a través de tres vías: contacto con la piel, inhalación y consumo a través de los alimentos.64 Y como herbicida sistémico, las plantas lo absorben por completo y se propaga por todas partes, incluyendo sus raíces, tallos y frutos. Esto significa que el glifosato no se puede eliminar de las frutas y vegetales, aunque se laven, y tampoco se desintegra cuando se expone al calor.65,66

Por lo tanto, la mejor estrategia para reducir su exposición es evitar sus fuentes principales. Los alimentos procesados son la fuente principal de contaminación por glifosato, ¡otra razón más para reducir o eliminar su consumo!

Los estudios demuestran una y otra vez que llevar una alimentación a base de alimentos orgánicos (ya que no se permite el uso de esta sustancia química en la agricultura orgánica) o elegir alimentos con un bajo contenido de glifosato, reduce bastante la exposición.67,68 En un estudio, consumir alimentos orgánicos redujo en un 70.93 % los niveles de glifosato en la orina y su principal metabolito AMPA en un 76.71 %, en tan solo seis días.69 Consumir alimentos orgánicos también se relaciona con un riesgo menor de cáncer.70

Cuando se trata de granos, es fundamental elegir productos orgánicos (o una fuente que utilice prácticas regenerativas y sin sustancias químicas). Los granos, como el trigo, el maíz, la soya, el arroz, la avena y los frijoles, suelen contener mayores concentraciones de pesticidas porque muchos son transgénicos (y por lo tanto se fumigan durante toda la temporada), mientras que los granos convencionales suelen secarse con herbicidas a base de glifosato antes de cosecharse, lo que incrementa los residuos de pesticidas.

El Grupo de Trabajo Ambiental (EWG) analiza de forma periódica los alimentos en busca de pesticidas, y uno de los productos que más se analiza, es un alimento básico y común en el desayuno de muchos hogares: la avena Quaker (ya que es probable que la avena se deshidrate justo antes de cosecharse).71 Esto significa que cada vez que come una cucharada de cereal para desayuno, mete un poco de glifosato a su cuerpo.

En el caso de las frutas y vegetales, trate de comprar productos orgánicos siempre que sea posible, pero enfóquese en los que forman parte de la lista de "Dirty Dozen", ya que esto ayudará a reducir su exposición a pesticidas: las 12 frutas y vegetales con los mayores residuos de pesticidas según el informe del EWG de 2024,72 incluyen fresas, espinacas, col rizada, berza, hojas de mostaza, uvas, duraznos, peras, nectarinas, manzanas, pimientos, cerezas, moras azules y lechuga.

Cuando se trata de carne, huevos y productos lácteos, si los compra en el supermercado, los productos orgánicos son la mejor opción. El glifosato se acumula en los huevos73,74,75,76 y se encuentra en la carne y la orina de las vacas que consumen alimentos que tienen residuos de estas sustancias.77

Pero, lo mejor de todo es que contacte a agricultores locales. No todos los agricultores tienen los recursos para obtener la certificación orgánica, pero muchos están comprometidos con prácticas sostenibles que no utilizan sustancias químicas. En estos casos, no es necesario que sea "orgánico" para que no contenga sustancias químicas. ¡Por esa razón es tan importante conocer a su agricultor y preguntarle sobre sus prácticas agrícolas!

Apoyar a estos agricultores y cooperativas agrícolas es una excelente manera de producir un impacto positivo en su salud, en el sistema de agricultura general y en el medio ambiente.

Conclusión

Las autoridades establecen "límites tolerables" para el glifosato, pero estos límites no consideran los posibles efectos acumulativos y a largo plazo, lo que pone en duda la seguridad en los alimentos. Si bien, algunas muestras de alimentos pueden estar por debajo del "consumo diario aceptable" de 1.75 mg por kg de peso corporal que establece la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, los críticos argumentan que ese umbral es poco preciso.

Además ¿por qué el límite de Estados Unidos es casi seis veces mayor que el límite de la Unión Europea de 0.3 mg por kg? ¿Por qué tanta diferencia?

El "consumo diario aceptable" no considera la evidencia reciente que relaciona al glifosato con una probable carcinogenicidad, su presencia en los alimentos y el agua, la evidencia de daños intestinales graves y su posible efecto como disruptor endocrino, que podría afectar los niveles hormonales de manera diferente en las distintas etapas del desarrollo humano.

Además, las pruebas de seguridad solo utilizaron glifosato puro, pero no consideraron la toxicidad combinada de las formulaciones comerciales que contienen otras sustancias químicas dañinas. Para empeorar las cosas, los residuos de glifosato procedentes de múltiples fuentes de alimentos se acumulan, lo que incrementa aún más la exposición diaria.

En conclusión, los residuos de glifosato en nuestro cuerpo, junto con las lagunas regulatorias y la naturaleza persistente del herbicida en los alimentos, exige una acción urgente. Cuando las personas hagan consciencia de sus elecciones de alimentos, se podrán tomar medidas que ayuden a reducir su exposición y proteger su salud de los posibles efectos a largo plazo de esta sustancia química.

Apoyar sistemas alimentarios que no dependan de pesticidas tóxicos es un paso crucial para transformar la agricultura desde sus raíces. Apoyar a los agricultores orgánicos y regenerativos puede marcar una gran diferencia.

Es como votar con su bolsillo: ¡cuando compra productos más seguros, está votando en contra del sistema de agricultura convencional que depende de estas sustancias químicas dañinas.

Es probable que el cambio real y duradero no venga de las grandes compañías agrícolas que ponen las ganancias por encima de la calidad y la seguridad de sus productos. Apoyar la agricultura sostenible que no utiliza pesticidas, ayudará a crear un futuro más saludable para las próximas generaciones.

Sobre el autor

A Ashley Armstrong le apasiona ayudar a otros a recuperar su salud metabólica a través de un sistema alimentario alternativo bajo en PUFAs y agroquímicos tóxicos como el glifosato.

Ashley es cofundadora de Angel Acres Egg Club, que se especializa en huevos con bajo contenido de PUFAs que se envían a los 50 estados. ¡Las pruebas de laboratorio recientes confirmaron que los huevos de Angel Acres no contienen glifosato!

Este logro refleja un compromiso con la calidad y una asociación única con agricultores de cultivos en hileras que realizan prácticas de agricultura regenerativa para producir ingredientes de alimentos para pollos con bajo contenido de PUFAs y no utilizan agroquímicos.

Además, es cofundadora de Nourish Food Club, que vende la mejor carne de cerdo, de res, queso, productos lácteos A2 y masa madre tradicional con bajo contenido de PUFAs a los 50 estados. Si bien, Angel Acres Egg Club tiene membresías abiertas, Nourish Food Club tiene una lista de espera temporal.


🔎Fuentes y Referencias:

77 J Environ Anal Toxicol 2014, 4:2