📝HISTORIA EN BREVE

  • A principios del siglo XX, Casimir Funk, un químico de Polonia, creó el término "vitamina", un compuesto que contiene "amina", que en latín significa nitrógeno
  • Después de que Casimir descubriera las vitaminas, Elmer McCollum, científico en nutrición, descubrió una sustancia “accesoria” en algunas grasas, la cual era necesaria para que las ratas crecieran; a esta sustancia se le denominó vitamina A, por accesorio
  • Elmer y otros científicos nombraron al nutriente beriberi como vitamina B, mientras que las diferentes vitaminas B se fueron enumerando en el orden en que fueron descubiertas
  • Después, las vitaminas se nombraron de forma alfabética hasta la vitamina E; luego vino la vitamina K, la cual es necesaria para la coagulación de la sangre (o “Koagulation”, cómo se escribió en una revista de Alemania); en lugar de llamarla vitamina F, se mantuvo la abreviatura K
  • La vitamina F se utilizó para nombrar los ácidos grasos esenciales (EFA, por sus siglas en inglés), el ácido alfa-linolénico (ALA) y el ácido linoleico (AL)

🩺Por el Dr. Mercola

¿Alguna vez se ha preguntado qué pasó con la vitamina F? Tenemos desde la vitamina A hasta la E, además de la vitamina K, pero parece que la vitamina F fue olvidada hace mucho tiempo. Para descubrir que pasó, es necesario profundizar en la historia de las vitaminas, incluyendo cómo surgieron y porque fueron nombradas de esa manera.

Aunque es fácil dar por sentado el conocimiento de las vitaminas solubles en agua y grasa, solo hasta 1912 surgió la idea de las vitaminas, lo que dio paso a estudios más profundos sobre estos compuestos nutricionales tan importantes.

Los descubrimientos en nutrición llegaron antes que las vitaminas

Durante mucho tiempo, los seres humanos han creído que los alimentos que consumen están relacionados con su salud. En 1772, el descubrimiento del nitrógeno impulsó a los científicos a realizar experimentos sobre este elemento en los alimentos, mientras que en 1839 se descubrió una “sustancia animal” llamada proteína. La revista National Geographic informó lo siguiente:1

“Kenneth Carpenter, historiador, menciona que durante muchos años la proteína era considerada como el único nutriente para la salud humana, a pesar de la nueva evidencia que demostraba que las frutas, los vegetales y la leche podrían aliviar afecciones como el escorbuto y el raquitismo. Aunque estos trastornos eran comunes entre las personas que llevaban una alimentación limitada, los investigadores creían que era debido a otros factores, como infecciones, alimentos contaminados o incluso el aire del mar”.

Durante esa época, se descubrió que el beriberi, una enfermedad que ahora se sabe que es provocada por una deficiencia de vitamina B1 (tiamina), podría estar relacionada con la alimentación. No sólo las personas pobres tenían más probabilidades de padecerla, sino que los prisioneros que eran alimentados con arroz blanco a menudo desarrollaban dicha enfermedad.

A principios del siglo XX, Casimir Funk, un químico de Polonia, comenzó a realizar experimentos con palomas, y descubrió que las que eran alimentadas con arroz blanco se enfermaban. Sin embargo, este problema se revertía cuando comían salvado de arroz y levadura. Casimir sugirió que al arroz blanco le faltaba una “vitamina”, un compuesto que contiene “amina”, que en latín significa nitrógeno, lo que provocaba que las palomas se enfermaran. La revista National Geographic agrega lo siguiente:2

“El descubrimiento de las vitaminas provocó un revuelo en la comunidad científica, al sugerir que las enfermedades podrían ser provocadas por alguna deficiencia nutricional y que podrían curarse con las cantidades adecuadas de los compuestos recién descubiertos. "Se debe evitar una alimentación monótona", afirmó Casimir. Los investigadores comenzaron a aislar otros micronutrientes relacionados con enfermedades, como el raquitismo, el escorbuto, el bocio y más”.

Las vitaminas eran nombradas de forma alfabética

Después de que Casimir descubriera las vitaminas, Elmer McCollum, científico en nutrición, descubrió una sustancia “accesoria” en algunas grasas, la cual era necesaria para que las ratas crecieran. Esta sustancia fue llamada vitamina A, por accesorio. A partir de ahí, Elmer y otros científicos nombraron al nutriente del salvado de arroz como vitamina B, por el beriberi, mientras que las diferentes vitaminas B se fueron enumerando en el orden en que fueron descubiertas. Como indicó la revista National Geographic:3

“La 'E' que se utilizaba en el nuevo término de Casimir, se eliminó después de que los científicos descubrieran que no todos los compuestos eran aminas que contienen nitrógeno. Pero se continuó nombrando a las vitaminas de forma alfabética conforme eran descubiertas.
En la actualidad, cuatro vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y nueve hidrosolubles (vitamina C y ocho vitaminas B: B1 [tiamina], B2 [riboflavina], B3 [niacina], B5 [ácido pantoténico], B6 [piridoxina], B7 [biotina], B9 [folato] y B12 [cobalamina]), se consideran esenciales para el crecimiento y la salud de los humanos”.

Después de que se descubrió la vitamina E, Carl Peter Henrik Dam, bioquímico de Dinamarca, descubrió la vitamina K, la cual es necesaria para la coagulación de la sangre (o “koagulation”, cómo lo escribió en una revista de Alemania en la que se publicó su investigación). En lugar de llamarla vitamina F, se mantuvo la abreviatura K.

Los ácidos grasos esenciales se conocen como vitamina F

La vitamina F se utilizó para nombrar los ácidos grasos esenciales (EFA, por sus siglas en inglés), el ácido alfa-linolénico (ALA) y el ácido linoleico (AL).4 Sin embargo, debido a que los EFA son necesarios en cantidades muy grandes, no cumplen con los criterios para ser llamados vitaminas. De hecho, la enciclopedia británica define las vitaminas como “cualquier sustancia orgánica que sea necesaria, en cantidades pequeñas, para la salud y el crecimiento adecuado en formas superiores de vida animal”.5

“En la década de los 20, los científicos descubrieron el ALA y el AL y los confundieron con una vitamina, por lo que las llamaron vitamina F. El nombre se mantuvo a pesar de que se descubrió que eran grasas”, informó la Clínica Cleveland.6 De acuerdo con el Dr. Nils Hoem, científico investigador de Aker Biomarine, la compañía de aceite de kril más grande del mundo, las grasas omega-3 de origen vegetal ALA y AL son grasas poliinsaturadas (PUFA) esenciales en la medicina convencional.7

Sin embargo, desde su descubrimiento, la cantidad de AL que las personas consumen en alimentos ultraprocesados ​​ha aumentado de forma dramática. La historia muestra que, a principios del siglo XX, el consumo de ALA comenzó a disminuir, debido a que se convencía a las personas de evitar las grasas animales naturales, como la mantequilla y la manteca de cerdo.8 Esto generó un gran aumento, más del doble, en el consumo de AL, en especial de los aceites vegetales.9

El AL es una molécula de 18 carbonos. El ALA también tiene 18 carbonos. Estas grasas deben obtenerse de los alimentos, ya que su cuerpo no puede producirlas. Debido a que el AL se encuentra en casi todos los alimentos, es muy difícil tener una deficiencia. De hecho, ya que se encuentra en abundancia en casi todos los alimentos ultraprocesados, la mayoría de las personas consumen demasiado.

Por otro lado, los omega-3 EPA y DHA, que tienen 20 y 22 carbonos respectivamente, pueden sintetizarse en su cuerpo, siempre y cuando tenga suficiente delta-6-desaturasa disponible, que es la enzima responsable de su conversión.

El problema es que estas grasas compiten por esta enzima, por lo que cuando tiene 10 veces (1000 %) más omega-6 en su sistema, como la mayoría de las personas, la delta-6-desaturasa se utiliza para convertir el omega-6 en ácido araquidónico, en lugar de convertir el ALA en EPA.

Debido a que los alimentos procesados contienen demasiadas grasas omega-6, la proporción de omega-3 a omega-6 se altera y afecta la capacidad innata de su cuerpo para sintetizar los EPA y DHA beneficiosos. Recuerde que cuando consume demasiado AL, se inhibe la enzima delta-6 desaturasa, que es la que convierte el ALA en EPA y luego en DHA.

Por esta razón, es fundamental disminuir el consumo de AL tanto como sea posible, para que su cuerpo pueda convertir con mayor facilidad cualquier omega-3 de origen vegetal, que se encuentra en las semillas de lino, cáñamo y chía, en grasas omega-3 EPA y DHA de origen animal.

Si disminuye su consumo de AL a solo el 1 % o 2 % de las calorías que consume al día, esta competencia por el delta-6 se vuelve irrelevante. Por desgracia, la mayoría de las personas consumen del 20 % al 25 % de sus calorías en forma de AL, lo que significa que esta grasa está almacenada en sus células.

Limitar el consumo de AL equilibrará los omega-3 de forma natural, pero también es importante aumentar su consumo de omega-3 de origen animal, ya que puede expulsar el omega-6 de las membranas.

Qué pasa con las vitaminas G, H, I y J

Durante un tiempo, ciertos compuestos fueron llamados vitaminas G, H y J, aunque al parecer la I (i) nunca se utilizó. De acuerdo con el periódico The Globe and Mail:10

"La riboflavina (ahora B2) era llamada vitamina G. Vitamina H era el nombre original de la biotina (ahora B7). No hay registro de alguna vitamina I. La vitamina J se ha asociado con la riboflavina o con la sustancia no esencial catecol, mientras que la vitamina M era el nombre del ácido fólico (B9).
Las sustancias que eran denominadas vitaminas L (ácido antranílico), N (ácido tióctico o alfa lipoico), O (carnitina) y P (flavonoides), son otros ejemplos de nutrientes que no cumplen con el concepto de vitamina".

No hace mucho, la vitamina G se utilizaba para representar el “espacio verde”, que tiene una relación estrecha con la longevidad y la salud física y mental.11

Las deficiencias de vitaminas son muy comunes

A pesar de que se ha demostrado que las vitaminas son esenciales para la salud humana, muchas personas tienen alguna deficiencia de estos compuestos. Incluso a un nivel subclínico, tener deficiencia de vitaminas y minerales podría causar una variedad de síntomas, que van desde fatiga e irritabilidad hasta palpitaciones y dolor.12 Las deficiencias de vitaminas más comunes incluyen las siguientes:

1. Vitamina D: a pesar de su nombre, la vitamina D en realidad no es una vitamina normal. Es una hormona esteroide, la cual debe obtenerse a través de la exposición al sol, no de los alimentos. En todo el mundo, cerca de mil millones de personas tienen deficiencia de vitamina D, y se calcula que el 50 % tiene insuficiencia de dicha vitamina.13

Las personas mayores de los Estados Unidos suelen tener los niveles más altos de deficiencia de vitamina D. En Estados Unidos, el 61 % de los adultos mayores tienen deficiencia de vitamina D, cifra que aumenta al 90 % en Turquía y al 96 % en la India.14 Sin embargo, en 2014, se estimó que hasta el 100 % de las personas mayores de los Estados Unidos podrían tener deficiencia de esta vitamina, sobre todo porque no pasan mucho tiempo al aire libre. 15

La vitamina D es necesaria para la salud de los huesos y de todo el cuerpo. La vitamina D actúa como un regulador epigenético muy fuerte e influye en la actividad de más de 2500 genes; además, los receptores de vitamina D se encuentran en todo el cuerpo, incluso en el intestino, páncreas, próstata y las células del sistema inmunológico.16 Como se indica en una revisión sistemática que se publicó en la revista Frontiers in Nutrition:17

“Estudios de asociación anteriores encontraron que la deficiencia de vitamina D también es un factor de riesgo significativo para el SARS-CoV-2, la fuerza muscular, las enfermedades cardiovasculares, la esclerosis múltiple, las infecciones del tracto respiratorio superior, algunos tipos de cáncer y otras enfermedades. A su vez, estos problemas podrían aumentar los índices de morbilidad a nivel mundial. Por lo tanto, prevenir la deficiencia de vitamina D es un tema de salud pública muy importante y urgente”.

Durante mucho tiempo he dicho que para tener una salud óptima y reducir su riesgo de enfermedades, debe tener un nivel de vitamina D de 60 a 80 ng/ml (150-200 nmol/l). Sin embargo, un nivel por encima de los 100 ng/ml también parece seguro y beneficioso para ciertas enfermedades, sobre todo el cáncer.

Sin embargo, la única forma de evaluar si necesita tomar un suplemento y cuál es la cantidad que debe tomar es al evaluar sus niveles, lo ideal es hacerlo dos veces al año: al inicio de la temporada de primavera, después del invierno y a principios del otoño, cuando sus niveles están en su punto más alto y bajo. La vitamina D se obtiene mejor a través de una ligera exposición al sol, pero, para algunas personas, los suplementos podrían ser de gran ayuda.

2. Vitamina K2: conocida por su función en la salud de los huesos y del corazón, la vitamina K2 se encuentra en productos de animales alimentados con pastura, como carne, huevos, hígado y productos lácteos,18 así como en alimentos fermentados, incluyendo el chucrut, ciertos quesos y el natto, los cuales no son muy consumidos por las personas en los Estados Unidos.

La vitamina K2, o menaquinona, la cual se sintetiza por las bacterias del intestino, funciona de manera sinérgica con el calcio, el magnesio y la vitamina D para desarrollar huesos fuertes y saludables. La vitamina K2 transporta el calcio a los huesos y evita que se deposite en los tejidos blandos, órganos y espacios articulares. Asimismo, activa la hormona proteica conocida como osteocalcina, la cual es producida por los osteoblastos y es necesaria para adherir el calcio a la matriz del hueso.

3. Vitamina B12: la vitamina B12, que es una vitamina soluble en agua, también conocida como cobalamina, desempeña una función en múltiples reacciones bioquímicas y funciones neurológicas, incluyendo la síntesis del ADN.19 Su cuerpo no puede producir vitamina B12 por sí solo, por lo que debe obtenerla a través de los alimentos o suplementos.

Se sugirió que casi dos quintas partes de los habitantes en los Estados Unidos podrían tener niveles de vitamina B12 más bajos que los ideales: el 9 % tiene deficiencia y el 16 % tiene cantidades inferiores a 185 pmol/L, que se consideran niveles un tanto insuficientes.20 Aunque las personas que llevan un estilo de vida vegano o vegetariano tienen mayor riesgo de deficiencia de B12, ya que esta vitamina se obtiene de los productos de origen animal, incluso las personas que comen carne podrían tener este problema debido a una mala absorción de este nutriente.

4. Vitamina A: se calcula que el 51 % de los adultos no consumen suficiente vitamina A,21 lo que aumenta su riesgo de enfermedades degenerativas, como la degeneración macular, una de las principales causas de ceguera en los Estados Unidos.22

La vitamina A es un grupo de nutrientes que se divide en dos categorías: los retinoides que se encuentran en los alimentos de origen animal y los carotenoides que se encuentran en los alimentos de origen vegetal. Su estructura química es muy diferente y proporcionan diferentes beneficios, pero ambos son necesarios para una salud óptima. Los alimentos de origen vegetal ricos en betacaroteno incluyen las papas, las zanahorias, los melones y los mangos.23 Los alimentos de origen animal con alto contenido de vitamina A incluyen el hígado, las yemas de huevo y la mantequilla hecha de leche de vacas alimentadas con pastura.

Si cree que no está obteniendo las cantidades suficientes de vitaminas de sus alimentos, la mejor manera de aumentar su consumo es a través de alimentos orgánicos enteros. Si no lleva una buena alimentación, puede tomar algún multivitamínico de alta calidad, ya que las investigaciones sugieren que podrían mejorar los biomarcadores de nutrición.24,25

Al elegir un suplemento multivitamínico, asegúrese de buscar uno hecho por un fabricante que tenga controles y equilibrios para garantizar la calidad del producto. Recuerde que debido a que los multivitamínicos contienen vitaminas solubles en agua y grasas, se recomienda tomar la mitad de su dosis con el desayuno y la otra mitad con la comida principal.