📝HISTORIA EN BREVE

  • Múltiples estudios han fracasado en encontrar una relación entre los productos lácteos enteros y los accidentes cardiovasculares. En cambio, los productos lácteos enteros en realidad disminuyen el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares y la muerte por esta causa. Los productos lácteos también podrían tener una relación con un riesgo menor de diabetes tipo 2, de enfermedades del hígado y más
  • Los productos lácteos enteros contienen grasas saturadas de cadena impar (OCFA), ácido pentadecanoico (C15:0) y ácido heptadecanoico (C17:0), las cuales tienen beneficios significativos para la salud
  • Las OCFA se encuentran sólo en cantidades pequeñas en algunos alimentos, en particular en la grasa láctea, mientras que su cuerpo sólo produce C17:0. Los investigadores creen que la C15:0 podría ser una grasa esencial, ya que el cuerpo no puede producirla
  • Los niveles circulantes altos de OCFA en la sangre podrían tener una relación con un riesgo menor de obesidad, inflamación crónica, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, NASH, COPD, cáncer de páncreas y mortalidad por todas las causas
  • Las OCFA no tienen un efecto inhibidor en la quema de glucosa, ya que no se convierte en acetil-CoA; por el contrario, entra en el ciclo de Krebs como succinil-CoA. En otras palabras, no es necesario limitar el consumo de productos lácteos enteros, ya que no afectará su capacidad para quemar glucosa

🩺Por el Dr. Mercola

¿Evita la leche entera o la leche sin pasteurizar por su contenido de grasas saturadas? Si es así, podría estar evitando uno de los mejores alimentos saludables que existen. Múltiples estudios1 han fracasado en encontrar una relación entre los productos lácteos enteros y los accidentes cardiovasculares. Por el contrario, encontraron que los productos lácteos enteros en realidad disminuyen el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares y la muerte por esta causa.

Los productos lácteos también podrían tener una relación con un riesgo menor de diabetes tipo 2,2 enfermedades del hígado y más. Una de las razones de estos beneficios es que los productos lácteos enteros contienen compuestos que favorecen la salud, tales como los siguientes:3

Aminoácidos específicos

Grasas insaturadas, de cadena media y de cadena ramificada

Grasas saturadas de cadena impar: ácido pentadecanoico (C15:0) y ácido heptadecanoico (C17:0)

Fosfolípidos

Vitaminas y minerales

Probióticos

Es probable que las grasas saturadas de cadena impar de los productos lácteos sean grasas esenciales

Las grasas saturadas de cadena impar (OCFA, por sus siglás en inglés) son de gran importancia. De hecho, investigaciones recientes4 sugieren que podrían ser una de las grasas más esenciales en la alimentación de las personas, a diferencia del ácido linoleico (AL), el cual se encuentra en la mayoría de los alimentos. Es casi imposible tener deficiencia de AL, a menos que lleve una estricta dieta de laboratorio.

Pero en el caso de las OCFA, es algo muy diferente. Debe obtenerlas de los productos lácteos, ya que son la fuente principal. Como se indica en el informe científico del año 2020, titulado “Efficacy of Dietary Odd-Chain Saturated Fatty Acid Pentadecanoic Acid Parallels Broad Associated Health Benefits in Humans: Could It Be Essential?”:5

“Los ácidos grasos saturados de cadena impar (OCFA, por sus siglas en ingles) de las fuentes alimenticias están presentes en forma de trazas en la grasa láctea y en algunos pescados y plantas. Las concentraciones circulantes más altas de OCFA, de ácido pentadecanoico (C15:0) y de ácido heptadecanoico (C17:0), podrían tener una relación con un riesgo menor de enfermedades cardiometabólicas, mientras que un consumo mayor de OCFA podría tener una relación con un índice menor de mortalidad.
Sin embargo, en los últimos años, los niveles circulantes de OCFA en toda la población han disminuido. Aquí, describimos el C15:0 como un ácido graso alimenticio activo, el cual ayuda a mitigar la inflamación, la anemia, la dislipidemia y la fibrosis in vivo, al adherirse a reguladores metabólicos esenciales y al restablecer la función de las mitocondrias.
Esta es la primera vez que se muestra la función directa del C15:0 en la disminución de diversas comorbilidades por medio de mecanismos fisiológicos en concentraciones circulantes establecidas.
Si combinamos nuestros hallazgos con la evidencia de que (1) el C15:0 no se produce con facilidad de forma endógena, (2) un consumo menor y concentraciones más bajas de C15:0 en la sangre podrían tener una relación con un índice mayor de mortalidad y un estado fisiológico deficiente, y (3) el C15:0 ha demostrado efectividad y actividades que se comparan a los beneficios para la salud asociados en humanos; por esta razón, creemos que el C15:0 podría ser un ácido graso esencial”.

Las normas alimentarias no entienden esto

Desde hace más de 40 años han recomendado consumir menos grasas y, desde entonces, los niveles de colesterol y los índices de enfermedades cardíacas han ido en la dirección opuesta a la prometida.

Como se indica en el artículo presentado,6 en los veinte años posteriores a esa recomendación, el consumo promedio de leche entera disminuyó más de cuatro veces, de 283 gramos a 65 gramos al día, aun así, los índices de obesidad, de diabetes tipo 2, del síndrome metabólico y de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés) aumentaron en gran medida.

Mientras tanto, los investigadores continuaban descubriendo que las personas que consumían leche entera tenían un riesgo menor de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Está claro que algo estaba mal. Por otra parte, el consumo de ácido linoleico (AL) se disparó, ya que las grasas saturadas fueron reemplazadas por aceites de semillas procesados, y ahora existe evidencia contundente que demuestra que el consumo excesivo de AL es un factor esencial de dichas enfermedades crónicas, ya que afecta de forma negativa la función de las mitocondrias y el metabolismo.

En resumen, las normas alimentarias de Estados Unidos recomendaban no consumir lo que ahora parece ser una grasa esencial DE VERDAD (grasas saturadas de cadena impar que se encuentran en la leche) y al mismo tiempo promovían el consumo de lo que se creía que era una grasa esencial, pero que en realidad es uno de los ingredientes más dañinos de la alimentación actual.

Es importante recalcar que el AL no es una grasa esencial, en parte porque se encuentra en la mayoría de los alimentos, por lo que es casi imposible tener una deficiencia. Por otro lado, las grasas saturadas de cadena impar se encuentran sólo en cantidades pequeñas en algunos alimentos, en particular en la leche, mientras que su cuerpo sólo produce C17:0. Al parecer, no produce C15:0 de forma endógena,7 lo que significa que debe obtenerla de los alimentos.

Todo sobre las grasas lácteas

Como se puede ver en la lista anterior, la leche entera contiene diferentes tipos de grasa. Alrededor del 68 % de las grasas son grasas saturadas de cadena par (ECSF, por sus siglas en inglés), y las principales son:8

  • Ácido mirístico (C14:0)
  • Ácido palmítico (C16:0)
  • Ácido esteárico (C18:0)

La grasa saturada de cadena impar C15:0 (ácido pentadecanoico) representa sólo el 1 % del contenido de grasa, mientras que el C17:0 (ácido heptadecanoico) constituye el 0.5 % del total.9

Las OCFA podrían tener relación con un riesgo menor de enfermedades

Estudios anteriores demostraron que un consumo mayor de OCFA y, por consiguiente, niveles circulantes más altos de OCFA en la sangre, podrían tener una relación con un riesgo MENOR de:10

Obesidad

Inflamación crónica

Enfermedades cardiovasculares

Síndrome metabólico

Diabetes tipo 2

Esteatohepatitis no alcohólica (NASH)

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (COPD)

Cáncer de páncreas

Mortalidad por cualquier causa

El Dr. Paul Saladino ha revisado varios estudios que demuestran que la mantequilla tiene beneficios similares. Por ejemplo, un ensayo controlado aleatorio, que duró ocho semanas, encontró que las personas que comían alrededor de 1.5 cucharadas de mantequilla al día tenían niveles más bajos de inflamación (según marcadores inflamatorios) al final del ensayo.

Un análisis más detallado sobre las OCFA

Para comprender más a fondo cómo las OCFA afectan la salud humana y previenen enfermedades, el artículo de la revista Scientific Reports habla sobre diversos estudios in vitro e in vivo utilizando las OCFA con una pureza del 99 %. Primero, se analizó la actividad agonista del receptor activado por proliferadores peroxisomales (PPAR) de las OCFA.

Existen tres PPAR principales: α (alfa), δ (delta) y γ (gamma). Los PPAR son factores de transcripción que, cuando se activan, podrían reducir los niveles de triglicéridos.11 También podrían ayudar a regular el metabolismo y la inflamación, al detectar y responder a la presencia de grasas alimenticias.12

Los agonistas son compuestos que activan un receptor determinado, por lo que los investigadores buscaban determinar si las OCFA podrían funcionar al activar los PPAR.

También evaluaron el efecto de las OCFA en la función de las mitocondrias y la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS). La disfunción mitocondrial es la base de todas las enfermedades, y la producción excesiva de ROS, que es un indicador de inflamación, es otra característica de la mayoría de las enfermedades.

Las OCFA también se evaluaron en diversos sistemas de células humanas que simulan estados de enfermedades inflamatorias y fibróticas crónicas. Después, se estudiaron los efectos de la suplementación por vía oral con OCFA en modelos in vivo de enfermedades cardiometabólicas, inflamatorias, hepáticas, hematológicas y fibróticas. A continuación, está un resumen de sus hallazgos:13

El C15:0 es un agonista parcial dual de PPARα (65.8 %) y PPARδ (52.8 %). Las concentraciones efectivas de C15:0 requeridas para alcanzar la mitad de las actividades máximas para PPARα y PPARδ fueron 11.5 y 2.7 ​​micrómetros (μM), respectivamente.

El C15:0 restableció la función de las mitocondrias y disminuyó la producción de ROS mitocondrial en una curva dosis-respuesta en U. Se encontró una función de las mitocondrias y menos ROS en las células suplementadas con dosis de 10 µM, 20 µM y 50 µM, pero en las concentraciones de C15:0 de 100 µM y 200 µM no hubo diferencias en la producción de ROS.

El C15:0 disminuyó los estados proinflamatorios y profibróticos en los sistemas de células humanas que se analizaron. El C17:0 también tuvo estos efectos, pero en menor grado.

De acuerdo con los autores, “este estudio... sugiere que un aumento menor en las concentraciones de C15:0 (por ejemplo, de 2.2 µM a 6.7 ​​µM) podría afectar de forma positiva sus efectos antiinflamatorios y antifibróticos”.

Como nota al margen, µM es una unidad de medida, no una dosis. Para convertir µM a miligramos (mg), debe dividirlo entre 1000. Entonces, una concentración de 2.2 µM equivale a 0.0022 mg y 6.7 µM es igual a 0.0067 mg.

En un estudio con ratones con obesidad, la suplementación diaria de C15:0 en una dosis de 5 mg por kilo de peso corporal disminuyó la inflamación y los niveles de glucosa y colesterol.

La suplementación diaria de C15:0 con una dosis de 35 mg por kilo corporal, mejoró la anemia hemolítica en conejos con hipercolesterolemia inducida por la alimentación, anemia y NASH, lo que disminuyo la pérdida de glóbulos rojos y la producción de nuevos glóbulos rojos.

Esta dosis también disminuyó los niveles de colesterol, triglicéridos, globulinas y plaquetas, en comparación con el grupo de control de animales enfermos que no recibió suplementación. Los índices de la salud hepática también mejoraron, hasta el punto de igualar a los del grupo de control de animales sanos. Tenían fibrosis hepática menos grave y, a diferencia del grupo de control de animales enfermos, no pasaron de la etapa 2 a la etapa 3 de fibrosis.

El C15:0 no tuvo actividades farmacológicas no deseadas, y tampoco fue citotóxico en los 12 sistemas de células humanas que se analizaron.

El C17:0 es un agonista de PARδ, con una actividad máxima del 39.8 %. Para lograr la mitad de la actividad máxima de PPARδ fue necesaria una concentración de 17.4 µM.

Las grasas saturadas de cadena par C14:0 (ácido mirístico) y C16:0 (ácido palmítico) tuvieron una actividad similar a la del C15:0. Ambos son agonistas de PPARα y PPARδ, lo que llevó a los investigadores a plantear la hipótesis de que “la longitud de la cadena de carbono podría ser un factor determinante en la unión de PPARα/δ”.

Ninguno de los ácidos grasos saturados tuvo actividad agonista de PPARγ en concentraciones menores a 100 µM.

¿Cuál es la dosis necesaria de OCFA para obtener estos beneficios?

Para determinar la dosis necesaria para obtener este tipo de beneficios, los investigadores administraron por vía oral una dosis de C15:0 de 35 mg por kilo de peso corporal a ratas Sprague Dawley. En menos de 30 minutos, las concentraciones de C15:0 en el plasma aumentaron. La concentración máxima (20 µM) se alcanzó una hora después de la administración, mientras que los niveles en el plasma se mantuvieron por encima del valor inicial durante 24 horas. Según los autores:14

"Por lo tanto, una dosis única por vía oral de C15:0 de 35 mg/kg logró alcanzar las concentraciones activas en el plasma deseadas en este modelo de roedor, entre 2.5 y 5 µg/ml (que equivale a 6.7 ​​y 20 µM), entre 1 a 8 horas después de la dosis. Los niveles totales de C17:0 en el plasma también aumentaron, aunque menos que el C15:0, después de una dosis única por vía oral de C15:0".

Para evaluar aún más la seguridad del C15:0, se administró por vía oral C15:0 a las ratas una vez al día, durante 14 días, con dosis crecientes hasta llegar a 350 mg por kilo de peso corporal. No se encontraron anomalías ni diferencias significativas en el peso corporal, en la proporción entre el peso de los órganos y el peso corporal, en los valores químicos anormales ni en las observaciones histológicas entre las ratas que recibieron el C15:0 y las del grupo de control.

El C15:0 podría ser una grasa esencial

Con base en los hallazgos de este estudio, los investigadores llegaron a la conclusión de que el C15:0 (pero no el C17:0) podría ser un ácido graso esencial:15

“Los ácidos grasos esenciales se definen como ácidos grasos activos que (1) son necesarios para mantener un estado fisiológico saludable, (2) no se producen las cantidades suficientes de forma endógena y (3) deben obtenerse de los alimentos para mantener concentraciones saludables en el cuerpo.
Dada nuestra evidencia de que el C15:0 y el C17:0 son ácidos grasos alimenticios, revisamos la literatura en busca de pruebas que respalden o rechacen a los C15:0 y C17:0 como posibles ácidos grasos esenciales.
Debido a las correlaciones directas reportadas entre el consumo de C15:0 y las concentraciones circulantes de C15:0, que son indicadores de impulsores del C15:0 circulante basados ​​en la alimentación y a la evidencia de producción endógena de C17:0, solo el C15:0 tuvo evidencia de apoyo en los tres criterios que eran consistentes con un posible ácido graso esencial...
La inflamación crónica de bajo grado, provocada por quimiocinas y citocinas proinflamatorias, contribuye a las comorbilidades cardiometabólicas y al proceso de envejecimiento.
En este caso, la suplementación por vía oral diaria con C15:0 y C17:0 disminuyó los estados proinflamatorios en ratones obesos con síndrome metabólico, además, disminuyó los biomarcadores proinflamatorios en sistemas de células humanas que imitan la inflamación crónica...
La dislipidemia y la hiperglucemia son características del síndrome metabólico, un grupo de afecciones que afecta a 1 de cada 3 personas en todo el mundo. El síndrome metabólico aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, de enfermedades del corazón y de mortalidad por todas las causas.
Nuestros estudios demostraron que la suplementación por vía oral diaria con C15:0, durante 12 semanas, disminuyó el colesterol total y la glucosa en un modelo in vivo con síndrome metabólico”.

Grasa láctea: es buena para su cuerpo

La conclusión de todo esto es que la grasa láctea es una fuente muy importante de una grasa esencial (ácido pentadecanoico o C15:0) que su cuerpo necesita y no puede producir.

Múltiples estudios16,17 han demostrado que este y otros OCSF mejoran la función de las mitocondrias, aumentan la producción de ATP18y disminuyen el riesgo de obesidad,19 diabetes20,21,22 y enfermedades cardiovasculares,23 incluyendo el riesgo de problemas cardíacos en personas con diabetes,24 favorecen el crecimiento saludable del cabello,25,26 reducen la inflamación y mucho más.

Aunque la leche entera tiene una cantidad 4 % más elevada de grasa, la mantequilla tiene 20 veces más grasa que la leche entera, mientras que el ghee tiene 25 veces más grasa que la leche entera. Es mucho más sencillo obtener estas grasas saturadas de cadena impar de la mantequilla saludable. Y con el ghee es aún más fácil, ya que tiene un 25 % más de grasa que la mantequilla.

La dosis adecuada para la mayoría de las personas es 1 cucharada de mantequilla al día. Puede consumir más, pero no recomiendo pasar de 5 cucharadas al día. A diferencia de la leche sin pasteurizar, las mantequillas de alta calidad son más difíciles de conseguir. La única forma de conseguirla es comprarla de forma directa con un campesino.

Una alternativa más sencilla es comprar 1 libra (0.45 kg) de ghee orgánico por alrededor de $ 20, con envío incluido.

Las grasas lácteas no suprimen el metabolismo de la glucosa

Por interesante que parezca, las OCFA sólo se metabolizan de forma parcial a través de la vía de beta-oxidación que utilizan los ECFA. En esta vía, las grasas se convierten primero en acetil-CoA, lo que les permite entrar al ciclo de Krebs. Por el contrario, las OCFA se convierten primero en ácido succínico y después en succinil-CoA, para luego entrar al ciclo de Krebs y apoyar la transferencia de electrones en el complejo II de las mitocondrias. Como lo explica Georgi Dinkov, experto en medicina bioenergética:27

“Debido a que los niveles elevados de acetil-CoA podrían inhibir la piruvato deshidrogenasa (PDH), consumir una alimentación con alto contenido de grasas, en su mayoría grasas de cadena par, podría disminuir el metabolismo de la glucosa, incluso si todas las grasas son del tipo SFA, según el ciclo Randle.
Sin embargo, si esas grasas son de cadena impar y entran en el ciclo de Krebs como ácido succínico (es decir, sin afectar la relación acetil-CoA/CoA), entonces tal vez no se produzca dicha reducción del metabolismo de la glucosa y, de hecho, varios estudios que se realizaron en Japón demostraron que el ácido pentadecanoico [PA]... podría estimular la función de las mitocondrias y la producción de ATP, lo que favoreció el crecimiento del cabello.
Incluso, los investigadores de Japón solicitaron una patente para el tratamiento de la caída del cabello con PA, y en esa patente mencionan que otros ácidos grasos de cadena impar con una longitud similar, en especial la grasa C17:0... tendría efectos beneficiosos similares en el crecimiento del cabello al aumentar la función de las mitocondrias (OXPHOS)”.

Dicho de otra manera, como ya lo mencioné en varias ocasiones, cuando su consumo de grasa es demasiado alto (más de 35 gramos), se reduce la capacidad del cuerpo para metabolizar (quemar) la glucosa en las mitocondrias. En su lugar, es enviado a la vía de la glucólisis, la cual no es tan eficiente y produce menos moléculas de ATP por molécula de glucosa. A eso se refiere Georgi.

Lo asombroso de las OCFA es que no tienen un efecto inhibidor en la quema de glucosa, ya que no se convierte en acetil-CoA, sino que entra en el ciclo de Krebs como succinil-CoA. En otras palabras, no es necesario limitar el consumo de productos lácteos enteros, ya que no afectará su capacidad para quemar glucosa.

También se ha demostrado que el consumo excesivo de otras grasas alimenticias reduce el nivel de C15:0 y C17:0 en el plasma.28 Por lo tanto, existen varias razones por las que no debería consumir demasiadas grasas.