📝HISTORIA EN BREVE

  • En los Estados Unidos, se calcula que cerca del 30 % de los adultos padecen la enfermedad de hígado graso no alcohólico (NAFLD), que es la enfermedad hepática crónica más común
  • Cerca del 90 % de las personas con obesidad padece NAFLD, al igual que el 75 % de las personas con sobrepeso y el 50 % de las personas con diabetes
  • Incluso el 10% de los niños en Estados Unidos sufren de NAFLD
  • Los altos índices de NAFLD podrían tener una relación con el aumento en el consumo de aceites de semillas tóxicos procesados industrialmente y con la exposición a contaminantes ambientales, como el glifosato y las PFAS
  • Los factores del estilo de vida, como la alimentación y el ejercicio, podrían favorecer o reducir las posibilidades de desarrollar NAFLD

🩺Por el Dr. Mercola

En los Estados Unidos, se calcula que cerca del 30 % de los adultos padecen la enfermedad de hígado graso no alcohólico (NAFLD), que es la enfermedad hepática crónica más común.1 A nivel mundial, alrededor del 25 % de los adultos padecen esta enfermedad.2 Estas estadísticas sólo representan el aumento de exceso de grasa en el hígado, que no está relacionado con el consumo excesivo de alcohol. Si también se tomará en cuenta la hepatitis alcohólica, el índice sería aún mayor.

Además, cerca del 90 % de personas con obesidad padece NAFLD, al igual que el 75 % de las personas con sobrepeso3 y el 50 % de las personas con diabetes.4Incluso el 10 % de los niños en Estados Unidos sufre de NAFLD. 5

La alimentación, el ejercicio, el peso corporal y el tabaquismo son factores del estilo de vida que podrían aumentar (o reducir) el riesgo de desarrollar algún tipo de enfermedad hepática. La obesidad y otros síntomas de disfunción metabólica, como la presión arterial alta, la resistencia a la insulina y los triglicéridos elevados, también podrían tener una relación con la NAFLD. 6

Si no se logra controlar, se calcula que para el 2030, 100 millones de personas solo en los Estados Unidos desarrollarán NAFLD.7 Sin embargo, existen muchas formas de reducir el riesgo.

¿Qué es la NAFLD?

La NAFLD describe el exceso de grasa acumulada en el hígado. Si no se realiza un tratamiento adecuado, la NAFLD podría generar problemas hepáticos graves, incluyendo la esteatohepatitis no alcohólica (NASH), que provoca inflamación y fibrosis, o cicatrización del hígado. La NASH podría provocar cirrosis, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de hígado y enfermedad hepática en etapa terminal. 8

Sin embargo, la NAFLD también podría favorecer otros problemas de salud, como la enfermedad cardiovascular, que es la principal causa de muerte en personas con NAFLD.9 La NAFLD por lo regular no presenta síntomas, aunque podría provocar fatiga, ictericia, hinchazón en las piernas y abdomen, confusión mental, entre otras cosas.

Al ser el órgano sólido más grande del cuerpo, el hígado se encarga de más de 500 funciones fundamentales,10 incluyendo la producción de bilis, la cual descompone las grasas y elimina los desechos. Asimismo, convierte el exceso de glucosa en glucógeno y regula los aminoácidos en la sangre. También es esencial para desintoxicar, limpiar la sangre de toxinas, regular la coagulación de la sangre, entre otras cosas.11

Por suerte, el hígado tiene una increíble capacidad para regenerarse. Incluso si se ha extirpado el 90 %, puede volver a crecer a su tamaño normal.12 Por esta razón, la NAFLD a menudo se podría revertir en sus primeras etapas, al realizar cambios en el estilo de vida, como una alimentación saludable y ejercicio.

Relación entre la alimentación y la NAFLD

Los altos índices de NAFLD podrían tener una relación con el aumento en el consumo de aceites de semillas tóxicos procesados industrialmente, conocidos como "aceites vegetales". Algunos tipos de aceites de semillas con alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados omega-6 (PUFA) incluyen al aceite de soya, semilla de algodón, girasol, colza (canola), maíz y cártamo.13

Consumir aceites de semillas ricos en ácido linoleico (AL) omega-6 PUFA, podría favorecer la inflamación de bajo grado, el estrés oxidativo, la disfunción endotelial y la aterosclerosis.14 Varios investigadores señalaron lo siguiente en la revista Nutrients:

"Algunos estudios demostraron que los ácidos grasos poliinsaturados omega-6 podrían tener una relación con las enfermedades inflamatorias crónicas como la obesidad, la enfermedad del hígado graso no alcohólico y las enfermedades cardiovasculares".15

Para disminuir el AL, debe evitar los alimentos procesados, las comidas rápidas y la mayoría de los alimentos de restaurante, y solo consumir comida real. Debido a que está consumiendo más del 35 % de sus calorías en forma de grasa, además de los aceites de semillas, el exceso de azúcar podría provocar hígado graso. Esta podría ser la razón por la cual esta enfermedad también podría afectar a niños pequeños.

La función de la colina en la NAFLD

La colina es un nutriente esencial para la función hepática y la salud del hígado. La colina podría ayudar a mantener la integridad de la membrana y controlar el metabolismo del colesterol, incluyendo las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), lo que podría ayudar a eliminar la grasa del hígado.16,17

La colina podría beneficiar la salud hepática, al aumentar la secreción de VLDL en el hígado, la cual es necesaria para transportar la grasa de manera segura.18Además, la deficiencia de colina podría generar depósitos anormales de grasa en el hígado, lo que podría provocar NAFLD.19

En los Estados Unidos, se calcula que el 90 % de la población tiene deficiencia de colina.20 Una manera de aumentar sus niveles, es consumiendo más alimentos ricos en colina, como las yemas de huevo orgánicas e hígado de res de animales alimentados con pastura, salmón salvaje de Alaska y aceite de kril. La arúgula es otra gran fuente.

De hecho, algunos expertos mencionan que la NAFLD podría ser el resultado de evitar los alimentos ricos en colina,como el hígado y las yemas de huevo, lo que después empeora al consumir demasiado ácido linoleico. Chris Masterjohn, quien tiene un doctorado en ciencias de la nutrición, señaló lo siguiente:21

“Después de estudiar toda la literatura relevante y de mucho tiempo atrás, llegue a la conclusión de que la grasa, el azúcar y el alcohol, no son los principales factores. Más bien, son factores secundarios detrás del más importante, que es la deficiencia de colina. Así es, el principal culpable podría ser la falta de hígado y de yemas de huevo en la alimentación en Estados Unidos.
En pocas palabras, creo que la grasa alimentaria, ya sea saturada o no saturada, y cualquier otra cosa que el hígado convierta en grasa, como la fructosa y el etanol, podrían favorecer a que la grasa se acumule, siempre que no obtengamos suficiente colina. Una vez que la grasa se acumula, el principal factor inflamatorio en esta grasa es el consumo excesivo de PUFA (grasa poliinsaturada de aceites vegetales y tal vez aceite de pescado)”.

La contaminación ambiental también podría influir

Otro factor que podría favorecer al aumento de las tasas de NAFLD, es la exposición a contaminantes que actúan como disruptores endocrinos y metabólicos. Los contaminantes orgánicos persistentes (COP), los productos químicos disruptores endocrinos (EDC), los metales pesados y los micro y nanoplásticos, podrían tener una función en el desarrollo y en la progresión de la NAFLD.22

El glifosato, que es el ingrediente activo del herbicida Roundup, es una toxina dañina para el hígado. A medida que el glifosato se rocía cada vez más en tierras agrícolas, parques y patios traseros, y que además llega a nuestros suministros de alimentos y agua, el índice de NAFLD ha ido aumentando.23

Además, cuando los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (UC), analizaron muestras de orina de 93 pacientes diagnosticados con NAFLD, aquellos con el tipo más grave: NASH, tenían mayores residuos de glifosato en la orina. 24 Esta relación no se afectó por los otros factores en la salud del hígado, como el índice de masa corporal, el estado de diabetes, la edad o la raza.

En un comunicado de prensa de la UC San Diego, el Dr Paul J. Mills, autor principal del estudio, explicó lo siguiente:

"Existen muchos estudios, los cuales citamos en nuestro artículo, donde los animales fueron o no alimentados con Roundup o glifosato, y todos sugieren lo mismo: el desarrollo de una patología hepática y el incremento de los niveles de glifosato en la orina de las personas, podrían tener una correlación con el consumo de cultivos tratados con Roundup".25

Los investigadores del King's College de Londres también demostraron que incluso las "dosis muy bajas" de los herbicidas a base de glifosato son dañinas.26 Después de un período de dos años, las ratas hembra mostraron signos de daño hepático, en particular NAFLD, así como una progresión a NASH. Los autores observaron que el glifosato podría producir efectos tóxicos a través de diferentes mecanismos, en función del nivel de exposición, incluyendo la posible imitación del estrógeno e interferencia en la función de las mitocondrias y las enzimas.

La relación de las PFAS con el hígado graso

Las PFAS son sustancias químicas disruptoras endocrinas que se acumulan en los tejidos del cuerpo, como el hígado, las cuales también podrían favorecer los cambios metabólicos que provocan el hígado graso. Los investigadores escribieron lo siguiente en la revista Environmental Health Perspectives:

"Esta bioacumulación, en conjunto con la larga vida de muchas PFAS, genera preocupación sobre la capacidad de las PFAS para alterar la homeostasis hepática, en caso de que continúen acumulándose en el tejido humano, incluso si se reduce el uso industrial".27

Los investigadores de la Escuela de Medicina Keck de la USC, realizaron una revisión sistemática y un metaanálisis donde incluyeron 85 estudios con roedores y 24 estudios epidemiológicos. Existen cuatro tipos de PFAS (PFOS, PFOA, ácido perfluorohexanosulfónico (PFHxS) y ácido perfluorononanoico (PFNA)) relacionados con la exposición humana más común.

El estudio comparó la exposición a los PFAS con indicadores de daño hepático, incluyendo la alanina aminotransferasa sérica (ALT), NAFLD, NASH o esteatosis, que es una acumulación de grasa en el hígado. El metaanálisis de los estudios en humanos demostró que la exposición a PFOA, PFOS y PFNA, tuvo una relación con los niveles más altos de ALT.

Además de favorecer la inflamación del hígado y la acumulación de triglicéridos, la exposición a PFAS también podría disminuir la biodisponibilidad de la colina, lo que podría provocar esteatosis debido a la deficiencia de colina.28Los contenedores desechables, papeles y envolturas resistentes a la grasa, a menudo contienen PFAS, esto incluye a los contenedores de comida rápida, bolsas de palomitas de maíz para microondas, cajas de pizza y envolturas de dulces.

También podría exponerse a PFAS a través del agua potable y de los suelos contaminados, así como de productos de consumo que contienen PFAS, incluyendo utensilios de cocina antiadherentes, ropa y tapicería resistentes a las manchas, productos de limpieza y productos para el cuidado personal.

Consejos para la salud del hígado

La medida principal para proteger la salud de su hígado, es reducir el consumo de aceites de semillas tanto como sea posible. Otros factores importantes son disminuir el consumo de alcohol y evitar los contaminantes ambientales, como el glifosato y las PFAS, pero también asegúrese de consumir alimentos ricos en colina, como las yemas de huevo de gallinas camperas, ya que podrían favorecen la salud del hígado.

La vitamina B12 y el ácido fólico también podrían ayudar a proteger e incluso a disminuir la progresión a NASH.29 Otra buena opción es la niacinamida, también conocida como nicotinamida (NAM). Es un precursor del dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD+), una molécula señalizadora esencial que podría tener una función importante en la longevidad. No obstante, también se descubrió que la suplementación con NAM, podría disminuir el estrés oxidativo y prevenir el hígado graso.30

Otro agente que podría favorecer la salud del hígado es la N-acetilcisteína (NAC), que es un precursor necesario para la biosíntesis del glutatión. La NAC se utiliza para tratar la intoxicación por paracetamol,31 que podría provocar daño hepático al agotar el glutatión. Una investigación publicada en la revista Hepatitis Monthly, demostró que la suplementación con NAC podría ayudar a mejorar la función hepática en pacientes con NAFLD.32 También podría ayudar agregar de 5 a 15 gramos al día del aminoácido glicina.

Otra buena opción es el cardo mariano, que contiene silimarina y silibina, que son antioxidantes que podrían ayudar a proteger el hígado de las toxinas, e incluso ayudar a regenerar las células hepáticas. 33 Los suplementos deben tomarse en conjunto con un estilo de vida saludable, que incluye comer bien y hacer ejercicio. Si tiene sobrepeso, bajar entre el 7 % y el 10 % de su peso corporal podría mejorar la NAFLD, incluyendo disminuir el contenido de grasa en el hígado, la inflamación del hígado y la fibrosis.34