HISTORIA EN BREVE

  • La inmunidad natural contra el COVID-19, la cual obtiene cuando se recupera de una infección, no solo es efectiva, sino que dura más que la inmunidad que se adquiere con las vacunas antiCOVID-19.
  • Se demostró que recibir dos dosis de las vacunas antiCOVID-19 de Pfizer (BNT162b2) ofreció solo una protección "insignificante" contra la infección sintomática BA.2 (una subvariante de Ómicron)
  • Por el contrario, la infección previa fue 46.1 % efectiva contra la infección sintomática BA.2
  • La infección previa (inmunidad natural) tuvo una eficacia del 54.9 % contra la infección sintomática por la variante Ómicron después de más de 12 meses, mientras que recibir tres dosis de la vacuna antiCOVID-19 de Pfizer tuvo una eficacia del 44.7 % un mes después
  • En lugar de que los funcionarios de salud y las grandes farmacéuticas admitan el fracaso, se comprometieron en lanzar una cantidad interminable de dosis de refuerzo y ahora los "refuerzos actualizados" saldrán en el otoño de 2022.
  • Sin embargo, todavía existen mandatos de vacunación, incluso muchos trabajadores de la salud podrían ser despedidos de sus trabajos si se niegan a recibir la vacuna y no cabe duda que es indignante que aún se ignore la inmunidad natural en estos casos

Por el Dr. Mercola

A lo largo de la pandemia, los funcionarios del gobierno se negaron a reconocer que una infección previa con COVID-19 causa inmunidad natural, la cuál es mejor que la que se logra con la vacuna antiCOVID-19.  En una sesión informativa de la Casa Blanca celebrada en julio de 2022, el Dr. Anthony Fauci difundió el mito de que no se puede confiar en la inmunidad natural y afirmó: "La inmunidad disminuye, ya sea después de una infección o después de una vacuna".1

Sin embargo, una investigación publicada en The New England Journal of Medicine (NEJM)2 deja bastante claro que la inmunidad natural, la cual se obtiene cuando se recupera de una infección, no solo es efectiva, sino que dura más que la inmunidad que se adquiere con las vacunas antiCOVID-19. 3

Además, la infección previa por COVID-19, es decir, la inmunidad natural, ofreció una protección mejor contra la infección sintomática por la variante Ómicron más de un año después, que tres dosis de la vacuna antiCOVID-19 después de un mes.

Para poner es cantidad en perspectiva, la infección anterior tuvo una efectividad del 54.9 % contra la infección sintomática por la variante Ómicron después de más de 12 meses, mientras que tres dosis de la vacuna antiCOVID-19 de Pfizer tuvieron una efectividad de solo el 44.7 % un mes después.  Lo mismo ocurrió con tres dosis de la vacuna antiCOVID-19 de Moderna, que tuvo solo un 41.2 % de efectividad después de un mes, en comparación con una efectividad del 53.5 % para la inmunidad natural más de un año después. 4 ¿Por qué nadie menciona eso?

La inmunidad natural demuestra tener una "efectividad más fuerte" contra el COVID

El estudio NEJM se llevó a cabo en Qatar desde el 23 de diciembre de 2021 hasta el 21 de febrero de 2022. Se propuso evaluar la efectividad de las vacunas antiCOVID-19 de Pfizer y Moderna, la inmunidad natural debido a una infección previa con variantes de COVID-19 distintas de Ómicron e inmunidad híbrida, que se refiere a una combinación de infección previa y vacunas antiCOVID-19.

Se demostró que recibir dos dosis de las vacunas antiCOVID-19 de Pfizer (BNT162b2) ofreció solo una protección "insignificante" contra la infección sintomática BA.2 (una subvariante de Ómicron). Para decirlo de nuevo, las dos dosis de vacunas antiCOVID-19 que, durante bastante tiempo, se impusieron a las poblaciones de todo el mundo para continuar con su vida diaria y sus medios de subsistencia, no hicieron nada para prevenir la infección.  Por el contrario, la infección previa fue 46.1% efectiva contra la infección sintomática BA.2.5

Como para explicar la pésima efectividad de las vacunas, los investigadores escribieron, "pero casi todas las personas habían recibido su segunda dosis más de seis meses antes".6Es un testimonio del fracaso de las inyecciones como "vacunas" que cualquier protección que ofrecen se desvanece en cuestión de meses.

En las personas que recibieron dos dosis de la vacuna y tenían inmunidad natural de una infección previa, la efectividad aumentó al 55.1 %. Parecería lógico que la mayor parte de esta protección se derive de la inmunidad natural, ya que las vacunas por sí solas ofrecieron una protección "insignificante" sin infección previa.

Después de recibir tres dosis de la vacuna antiCOVID-19 de Pfizer, la efectividad aumentó al 52.2 %, que se vio reforzada por la inmunidad natural obtenida de una infección anterior, y aumentó al 55.1 % en las personas que ya contaban con tres dosis e inmunidad natural. En general, los investigadores señalaron:7

“La infección previa sola, la vacuna BNT162b2 sola y la inmunidad híbrida mostraron una fuerte efectividad (>70 %) contra el Covid-19 grave, crítico o fatal debido a la infección BA.2. No existen diferencias perceptibles en la protección contra la infección sintomática BA.1 y BA.2 que se observa con infección previa, vacuna e inmunidad híbrida.”

Las vacunas ofrecen una protección que disminuye muy rápido

En caso de que no haya quedado claro la razón por la que existen tantas dosis de refuerzo, la mayor parte de la protección que se obtiene con las vacunas antiCOVID-19 no dura. El estudio NEJM concluyó: "La inmunidad híbrida por una infección previa y una dosis de refuerzo reciente confirieron la protección más fuerte".8 Sin embargo, vea la palabra clave: "reciente". En un comunicado de prensa de Weill Cornell Medicine, se señala:9

"En general, el análisis sugirió, de manera consistente con estudios anteriores, que las vacunas de ARNm y las dosis de refuerzo funcionan muy bien para proteger contra la infección sintomática de la variante Ómicron, aunque su efecto protector disminuye muy rápido y desaparece en casi seis meses".

Otros estudios también han destacado el hecho de que las dosis de refuerzo solo funcionan durante poco tiempo, incluyendo un estudio financiado por los CDC que involucró datos de 10 estados recopilados del 26 de agosto de 2021 al 22 de enero de 2022, períodos durante los cuales circularon las variantes delta y Ómicron. 10

Dentro de los dos meses posteriores a la segunda vacuna antiCOVID-19, la protección de las personas que visitaron el departamento de emergencias y atención de urgencia relacionadas con el COVID-19 fue del 69 %. Después de 5 meses esto disminuyó al 37 %.

Los funcionarios comenzaron a recomendar una tercera dosis de refuerzo que aumentaba la efectividad al 87 %, debido a que la efectividad de las primeras vacunas disminuía cinco meses después. Sin embargo, este refuerzo duró poco. Dentro de los cuatro a cinco meses posteriores a la dosis de refuerzo, la protección de las personas que visitaban el departamento de emergencias (ED) y atención de urgencia (UC) disminuyó al 66 % y luego al 31 % después de cinco meses o más de recibir la dosis de refuerzo. 11

¿Qué sigue? 'Dosis de refuerzo actualizadas'

En lugar de que los funcionarios de salud y las grandes farmacéuticas admitan su falla, se comprometieron en lanzar una cantidad interminable de dosis de refuerzo, y ahora "dosis de refuerzo actualizadas". El 31 de agosto de 2022, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos modificó las autorizaciones de uso de emergencia (EUA) de las vacunas antiCOVID-19 de Moderna y Pfizer para autorizar el uso de fórmulas bivalentes como dosis de refuerzo al menos dos meses después de recibir una dosis de refuerzo.

“Las vacunas bivalentes, a las que también nos referiremos como “dosis de refuerzo actualizadas”, contienen dos componentes de ARN mensajero (ARNm) del virus SARS-CoV-2, uno de la cepa original del SARS-CoV-2 y el otro más común en las cepas BA.4 y BA.5 de la variante Ómicron del SARS-CoV-2”, declaró la FDA. 12

En junio de 2022, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos anunció que, en asociación con el Departamento de Defensa, había acordado comprar otras 105 millones de dosis de la vacuna antiCOVID-19 de Pfizer, por $3 200 millones. 13

El contrato está destinado a suministrar las dosis de refuerzo para la campaña de vacunas de este otoño e incluye opciones para comprar hasta 300 millones de dosis. La decisión se tomó después de una reunión del 28 de junio del Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados (VRBPAC) de la FDA, que recomendó que se incluyera un componente específico de Ómicron en las vacunas de refuerzo contra el COVID-19 en los Estados Unidos.  14

Las vacunas, que incluyen dosis para adultos y pediátricas, cuestan más de $30 por dosis, en promedio, lo que representa un aumento de más del 50 % con respecto a la tarifa de $19.50 por dosis del contrato inicial del gobierno de Estados Unidos con Pfizer. 15Aunque Pfizer citó fuertes respuestas de anticuerpos de sus dosis de refuerzos renovadas, los estudios no revelan si las vacunas previenen los casos de COVID-19 o cuánto tiempo son efectivas. 16

Además, los datos humanos solo están disponibles para las dosis de refuerzo de Pfizer dirigidos a la variante BA.1 y solo existen datos de animales disponibles para las dosis de refuerzo contra las variantes BA.4/BA.5 que estarán disponibles en septiembre de 2022.17John Moore, profesor de microbiología e inmunología en Weill Cornell Medicine, dijo para NPR: “Que la FDA confíe en datos de ratones es algo muy extraño, en mi opinión. Los datos de ratones no predecirán lo que se verá en los humanos”.18

Eso no les importa a los inversionistas de Pfizer, para quienes la perspectiva de recibir muchas dosis de refuerzos es tentadora. De acuerdo con KFF:19

“[A]unque los pacientes podrían retroceder ante la necesidad de vacunas repetidas (ahora se recomiendan dos dosis de refuerzo para personas mayores de 50 años), el requisito es oro para los inversores. "Con suerte, podríamos administrarlas cada año y tal vez con más frecuencia, para algunos grupos que son de alto riesgo", dijo el director ejecutivo Albert Bourla a los inversores este año. [2022]. 'Entonces tiene el tratamiento [Paxlovid] que, digamos, resolverá los problemas de las personas que contraen la enfermedad'”.

'La verdad de la pandemia'

La supresión de la verdad sobre la inmunidad natural de COVID-19 es "la verdad la pandemia", lo que Daniel Horowitz en un artículo de opinión para Blaze Media. 20

Uno de los informes más comentados que demuestra la superioridad de la inmunidad natural involucró datos presentados al Ministerio de Salud de Israel el 17 de julio de 2021, que revelaron que, de los más de 7 700 casos de COVID-19 reportados, solo 72 ocurrieron en personas que habían tenido COVID-19: una tasa menor al 1 %. Por el contrario, más de 3 000 casos, o casi el 40 %, ocurrieron en personas que recibieron la vacuna antiCOVID-19. 21

En otras palabras, las personas vacunadas tenían una probabilidad casi 700 % mayor de desarrollar COVID-19 que las que tenían inmunidad natural por una infección anterior. 22 Cuando Daniel Horowitz, hablo con el patólogo Dr. Ryan Cole, le explicó que la inmunidad natural produce una inmunidad que no se puede igualar con la vacuna: 23

"Una infección natural induce cientos y cientos de anticuerpos contra todas las proteínas del virus, incluyendo la envoltura, membrana, nucleocápside y spike. Docenas y docenas de estos anticuerpos neutralizan el virus cuando se encuentran de nuevo.
Además, debido a la exposición del sistema inmunológico a estas proteínas (epítomas), nuestras células T también organizan una memoria sólida. Nuestras células T son las "defensas" del sistema inmunológico y la primera línea de defensa contra los patógenos. La memoria de las células T para las personas infectadas con SARSCOV1 es de 17 años y aun funciona".

Para agosto de 2021, Horowitz había compilado 15 estudios que demostraban que la inmunidad natural de una infección previa por COVID-19 es "más sólida" que cualquier protección contra las vacunas antiCOVID-19. 24 El escribió:25

“Entre los mensajes más fraudulentos de la campaña de engaño de los CDC era vacunar a quienes ya tenían una infección previa, quienes tenían un mayor grado de protección contra todas las versiones del virus que quienes tienen cualquiera de las vacunas.  Es hora de dejar las cosas claras de una vez por todas, ya que la inmunidad natural al SARS-CoV-2 es más amplia, más fuerte y más duradera que cualquiera de las vacunas en el mercado actual. Nuestras políticas deben reflejar esa realidad”.

Cada vez existen más dudas sobre los mandatos de vacunas

Incluso con la investigación que demuestra que existe inmunidad natural al COVID-19, y es más sólida que la protección de las vacunas antiCOVID-19, todavía existen mandatos de vacunación, incluso para muchos trabajadores de la salud que podrían ser despedidos de sus trabajos si se niegan. 26 Es indignante que todavía se ignore la inmunidad natural en estos casos, pero cada vez existen un poco más de avances.

En enero de 2022, el NCAA’s COVID-19 Medical Advisory Group, actualizó su definición de "completamente vacunado" para incluir a "personas dentro de los 90 días posteriores a una infección documentada de COVID-19".27

Dennis McGonagle, profesor de investigación de reumatología en la Universidad de Leeds, también argumentó en The Lancet Rheumatology que los trabajadores de la salud que se han recuperado de la infección por COVID-19 deberían estar exentos de los mandatos de vacunación, en parte porque si los hubiera, “un número creciente de estudios demostrarían los beneficios adicionales de la vacuna en personas con inmunidad natural.”28

Es una cuestión no solo de salud sino también de ética, señaló un equipo de expertos en el Journal of Medical Ethics, que declaró, de manera simple pero conmovedora:29

“Dado que los requisitos de la vacuna representan una violación sustancial de la libertad individual, además de imponer otros costos significativos, solo pueden justificarse si son necesarios para lograr un beneficio de salud pública proporcional.
Sin pruebas convincentes de la superioridad de la inmunidad inducida por la vacuna, no se puede considerar necesario exigir la vacuna en las personas con inmunidad natural.  Por lo tanto, obligarlos a vacunarse no tiene justificación alguna”.