HISTORIA EN BREVE

  • La toxicidad en los alimentos proviene de diversas fuentes. La exposición a agentes tóxicos durante el proceso de cultivo de las plantas incluye al fertilizante de fosfato (que contiene un componente radiactivo), los desechos semisólidos y el glifosato
  • Hasta el 90 % del fósforo se pierde a lo largo de la cadena de suministro, desde la minería hasta el último fertilizante, y las pérdidas son mal documentadas, lo cual dificulta mejorar la eficiencia y evitar pérdidas, que finalmente termina sumándose a la contaminación
  • El fosfato contiene un elemento radiactivo que la planta podría absorber, el polonio-210, lo cual genera preguntas sin respuesta sobre la seguridad alimenticia
  • En 2015, el glifosato se identificó como probable agente cancerígeno humano, y se ha relacionado con una amplia variedad de posibles padecimientos También, es una fuente de fosfato, que se suma a la carga de fósforo del suelo y agua
  • Los lodos de aguas residuales (también conocidos como biosólidos), utilizados como fertilizantes económicos y fácilmente disponibles, contienen desechos industriales, metales pesados y químicos PFAS relacionados con el cáncer y daño en los órganos

Por el Dr. Mercola

El hecho de que haya problemas severos en nuestro suministro de alimentos ya no es un secreto. La evidencia no solo revela que ahora hay mayores niveles de toxicidad en los alimentos, sino también que la agricultura convencional se ha convertido en una causa principal de contaminación y destrucción ambiental.

La toxicidad en los alimentos proviene de diversas fuentes. Durante la fase de crecimiento de las plantas se acumulan algunas toxinas, otras se agregan durante la cosecha y procesamiento, y otras se agregan en el producto final hecho con estos ingredientes; es decir, los alimentos procesados.

Los alimentos procesados sin duda alguna constituyen el mayor riesgo, pero incluso los alimentos enteros, tanto vegetales como animales, pueden contaminarse. En esta cuestión, me enfocaré en tres fuentes que se originan en la fase de crecimiento: fertilizantes de fosfato, herbicidas de glifosato y biosólidos (desechos humanos utilizados como fertilizantes).

Los vacíos en los datos de la cadena de suministro de fertilizantes de fosfato

Según las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, en el informe "World Fertilizer Trends and Outlook to 2020", se prevé que para 2020 la demanda mundial de fertilizantes de fosfato superará los 45.8 millones de toneladas.

Y como señaló Science Daily, se estima que la demanda de alimentos aumentará en un 60 % para el 2050, lo que significa que a menos que se realicen cambios, se requerirán cantidades aún mayores de fosfato en las próximas décadas.

El uso de fertilizantes tóxicos es un problema importante en la agricultura convencional. El fósforo (un elemento) se extrae de la roca de fosfato (que contiene fósforo), y gran parte se elimina en el proceso, como parte de la contaminación del agua.

En el agua, el fósforo desencadena excesivo desarrollo de algas tóxicas y desoxigenación, lo que ha generado zonas muertas masivas donde no puede sobrevivir la vida marina. La porción de nitrógeno del fertilizante también se ha identificado como causa principal de la contaminación del aire.

En un artículo del 4 de septiembre de 2019, titulado "Opening Access to the Black Box: The Need for Reporting on the Global Phosphorous Supply Chain", los investigadores en Suecia e Islandia advirtieron que la falta de información sobre la cadena de suministro a nivel mundial podría desencadenar una crisis de suministro de fosfato y originar disturbios sociales, políticos y ambientales.

El autor principal Eduard Nedelciu, investigador del Departamento de Geografía Física de la Universidad de Estocolmo, dijo para Science Daily:

"Los informes, desde el nacimiento hasta la muerte, en toda la cadena de suministro de fósforo podrían revelar la historia no contada sobre los costos sociales, ambientales, éticos y económicos que pagamos por los alimentos que cómpranos en nuestros supermercados.
Asimismo, puede ayudar a los países a diseñar mejores políticas para disminuir la vulnerabilidad de su sector agrícola, ya que la mayoría depende de las importaciones de fosfato".

La mayor parte del fósforo se desperdicia

Los investigadores presentan cuatro problemas principales relacionados con el informe de fertilizantes fosforados y fosfatados:

  1. Las terminologías y metodologías utilizadas al informar los datos sobre depósitos de fosfato carecen de transparencia y unificación, lo que hace que las estimaciones de reservas sean poco confiables
  2. Hasta el 90 % del fósforo se pierde en la cadena de suministro, y estas pérdidas están mal documentadas, lo que dificulta mejorar la eficiencia y evitar tales pérdidas, que finalmente terminan sumándose a la contaminación
  3. Continúan sin abordarse las consecuencias sociales y ambientales que se producen a lo largo de la cadena de suministro
  4. No se puede acceder a los datos a lo largo de la cadena de suministro, lo que impide la evaluación de los objetivos de sostenibilidad

La coautora Marie Katharine Schellens dijo para Science Daily:

"Contar con información sobre el fósforo es tener poder. La recopilación de datos confiable y regular puede proporcionar una ventaja sobre la responsabilidad social corporativa, así como la acción política.
Ambas son necesarias para abordar muchos de los problemas identificados a lo largo de la cadena de suministro de alimentos. La transparencia puede fomentar una cadena de suministro sostenible y socialmente justa en las próximas décadas".

¿Debemos utilizar fertilizantes fosfatados?

Si bien, el consenso general es que el fosfato es un requisito previo para la producción de alimentos, ahora sabemos que eso no es del todo cierto. La única razón por la que se requiere es porque, actualmente el sistema agrícola no está configurado para aprovechar los ecosistemas naturales.

A medida que los agricultores hicieron la transición al monocultivo y la agricultura basada en el uso de químicos, esos ecosistemas se perdieron y, con ello, todo lo que permitía cultivar alimentos sin recurrir a productos químicos.

De hecho, existe evidencia convincente que demuestra que no necesitamos fertilizantes sintéticos para cultivar alimentos, siempre que el suelo este nutrido de forma adecuada, como es el caso en los sistemas biodinámicos y de cultivo regenerativo.

De igual manera, hay muchas pruebas que demuestran que los fertilizantes y otros químicos agrícolas son una fuente principal de contaminación ambiental, que pueden amenazar la vida en la tierra. La idea de que la producción de alimentos es un importante agente destructor del medio ambiente es inexcusable e intolerable. Y no tiene por qué ser así.

Los peligros ocultos relacionados con los fertilizantes fosfatados

Además de contaminar las vías fluviales, los fertilizantes fosfatados pueden representar un riesgo más directo para la salud humana a través de los alimentos.

Desde luego que, si el fertilizante es fosforado, será absorbido por las plantas, pero realmente el nutriente no es el problema. El problema es el hecho de que el fosfato contiene un elemento radiactivo, que la planta también podría absorber.

Este riesgo es una consecuencia de los estudios científicos sobre el tabaco que demuestran que una de las razones por las que fumar cigarrillos puede causar cáncer de pulmón se debe al polonio-210, un elemento altamente radiactivo y producto de degradación del uranio natural. Este también tiene una composición química tóxica.

Si bien, está presente de forma natural en pequeñas cantidades en el medio ambiente, una de las principales fuentes de exposición es por medio de los fertilizantes de fosfato de calcio, utilizados respectivamente en campos de tabaco que no son orgánicos y cultivos alimenticios. Como señaló un estudio realizado en 2009:

"... En una persona que fuma un paquete de cigarrillos y medio (es decir, 30 cigarrillos) al día, la dosis de radiación al epitelio bronquial en áreas de bifurcación es... (8000 mrem), el equivalente a una dosis de 300 láminas de rayos X de pecho en la piel al año".

Del mismo modo, en el artículo "Polonium and Lung Cancer", publicado en 2011 en el Journal of Oncology, explica:

“El polonio alfa-radioactivo 210 (Po-210) es uno de los agentes cancerígenos más potentes del humo del tabaco y responsable del cambio de histotipo del cáncer de pulmón, desde las células escamosas hasta el adenocarcinoma. Según diversos estudios, la fuente principal de Po-210 son los fertilizantes utilizados en las plantas de tabaco...
Las hojas de tabaco acumulan Pb-210 y Po-210 por medio de sus tricomas, y con el tiempo, Pb-210 se descompone en Po-210. Con la combustión del humo del cigarrillo se vuelve radiactivo y el Pb-210 y Po-210 invaden el sistema broncopulmonar..."

Como ya es común, la investigación reveló que la industria tabacalera ya era consciente de esto en 1959. Lo que es peor, optaron por no utilizar un lavado ácido, que ha demostrado eliminar eficazmente el polonio-210 de las hojas de tabaco, porque el lavado ha demostrado disminuir la capacidad de absorción de la nicotina y, por lo tanto, la ha vuelto menos adictiva.

¿Podrían los alimentos que no son orgánicos ser inadvertidamente radiactivos?

Ahora bien, si el polonio-210 radioactivo puede volver cancerígenas a las hojas de tabaco, se imagina lo que podría causar en nuestros alimentos. En artículo de 1988, "Release of Radium and Other Decay-Series Isotopes from Florida", el Instituto de Investigación de Fosfato de Florida reconoce que:

"Desde hace muchos años se sabe que el mineral de fosfato contiene entre 50 y 150 partes por millón (ppm) de uranio natural, y por lo tanto sus productos de descomposición radiactiva... en la mayoría de los demás suelos y rocas... tiene un promedio de 1 o 2 ppm...
Por lo tanto, surge una pregunta fundamental sobre la naturaleza de la exposición de la población a la radiación natural... y cómo la presencia y extracción de depósitos de fosfato pueden influir en esa exposición".

Aunque ese informe de 1988 no aborda la exposición al polonio a través de los alimentos, otro estudio previo sí lo aborda.

Lo sorprendente es que, según un informe de 1983 omitido por el Laboratorio Nacional de Oak Ridge, "Polonium-210 and Lead-210 in Food and Tobacco Products: A Review of Parameters and an Estimate of Potential Exposure and Dose", la carne y productos lácteos pueden exponer a los consumidores a dosis de radiación equivalentes a las recibidas por los fumadores del humo del cigarrillo.

Como se señala en este artículo:

"El consumo de tabaco parece suministrar una dosis igual o mayor que la proporcionada por el consumo alimenticio tanto de Pb-210 como de Po-210 en tejidos óseos, hígado y riñones; y en el caso de Po-210 en el bazo por medio de los tres tipos de alimentación de estilo occidental...
Las estimaciones de dosis de cigarrillo son más comparables a las obtenidas del consumo alimenticio de los habitantes del Ártico".

El agua fluorada también podría contener polonio-210

El consumo de agua fluorada es otra fuente adicional de exposición al polonio-210, debido al uso del ácido fluorosilícico. Por lo general, este subproducto químico, creado durante el proceso de fabricación de fertilizantes de fosfato, es lo que se utiliza para fluorar los suministros de agua municipales.

En 2015, Mosaic Fertilizer, una de las empresas más grandes de minería y fertilizantes de fosfato en el mundo, recibió una multa de 2000 millones de dólares por parte de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos por almacenamiento y eliminación inadecuada de residuos, que demostraron constituir un riesgo para las aguas subterráneas.

Una ironía cruel es que el ácido fluorosilícico, otro producto de desecho tóxico, es proclamado repentinamente como "saludable" cuando se agrega en el agua potable de forma deliberada. El uranio y el radio son dos agentes cancerígenos conocidos, presentes en el ácido fluorosilícico utilizado para la fluoración del agua, y el polonio-210 es uno de los dos productos de descomposición del uranio.

Además, el polonio se degrada en plomo-206 estable, que también puede representar riesgos significativos para la salud, especialmente en los niños, y la investigación ha demostrado que beber agua fluorada puede incrementar la absorción de plomo en el cuerpo.

El glifosato tóxico está presente en la mayoría de los alimentos y suministros de agua

Otro químico que intoxica nuestros alimentos es el glifosato, que es el ingrediente activo en el herbicida ‘Roundup’ de Monsanto. El glifosato fue identificado como probable agente cancerígeno humano por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) en 2015.

En fechas más recientes, un metaanálisis sobre seis estudios epidemiológicos publicados entre 2001 y 2018 concluyó que, en personas altamente expuestas, el glifosato puede elevar en un 41 % el riesgo de linfoma no Hodgkin (LNH), un grupo de tipos de cáncer de la sangre.

Incluso, si no está expuesto a herbicidas a base de glifosato por medio de la aplicación (que es el caso de la mayoría de los que afirman que la exposición al glifosato puede causar su NHL), aún puede estar en riesgo, ya que las pruebas revelan que la mayoría de los alimentos (en particular, los productos procesados) están contaminados con este químico, y más del 70 % de las personas en los Estados Unidos tienen niveles detectables de glifosato en su cuerpo.

El glifosato puede acabar con las malezas al inhibir la vía shikimate en la planta, y Monsanto ha defendido durante mucho tiempo la seguridad de esta sustancia química, al indicar que no puede afectar a los humanos porque no tenemos esta vía.

Sin embargo, la vía shikimate está presente en las bacterias intestinales humanas, las cuales tienen una función vital en la salud humana. Asimismo, el glifosato ha demostrado:

Generar daño en el ADN

Causar patología en la glándula pineal, que a su vez se relaciona con la disbiosis intestinal y enfermedades neurológicas, como el autismo, depresión, demencia, trastorno de ansiedad y enfermedad de Parkinson.

Inhibir la liberación hipofisaria de la hormona estimulante de la tiroides, que puede provocar hipotiroidismo.

Actuar como un sustituto de la glicina en el cuerpo, al causar que se produzcan proteínas dañadas. La glicina también está involucrada en aliviar la inflamación, como explica en mi artículo anterior "La glicina suprime el daño oxidativo al inhibir la producción de superóxido NOX y aumentar los niveles de NADPH", y se utiliza en el proceso de desintoxicación.

Como resultado de la toxicidad del glifosato, muchas personas no tenemos suficiente glicina para realizar con eficacia el proceso de desintoxicación.

Eliminar minerales importantes, como el hierro, cobalto y manganeso. A su vez, la deficiencia de manganeso puede alterar la función mitocondrial y causar intoxicación por glutamato en el cerebro.

Alterar el transporte de serotonina y destruir las bacterias intestinales beneficiosas, lo que puede contribuir a una amplia variedad de trastornos del estado de ánimo, incluyendo la depresión mayor

Interferir en la acción de las enzimas del citocromo P450, al inhibir la activación de la vitamina D y creación de óxido nítrico y sulfato de colesterol, este último es necesario para el proceso de integración de los glóbulos rojos

El glifosato se suma a la acumulación de fósforo

En noticias relacionadas, la investigación publicada en diciembre de 2018 demuestra que ahora el glifosato se utiliza tanto que contribuye a la carga de fósforo en las tierras agrícolas y, por lo tanto, a la carga de fósforo en las cuencas hidrográficas. Según informó el sitio web Phys.org:

“En muchas áreas agrícolas, el uso de fertilizantes a base de fósforo durante décadas ha causado la saturación de la capacidad de los suelos para retener el nutriente. Esto eleva la probabilidad de que cualquier cantidad de fósforo adicional aplicado en los suelos se filtre a las vías fluviales, donde puede causar las conocidas floraciones de algas nocivas...
Hasta el momento, las regulaciones para limitar la contaminación por fósforo se han enfocado en el uso de fertilizantes, que siguen siendo la mayor fuente artificial de fósforo.
Pero, a medida que aumenta el uso de glifosato, tan solo en las últimas dos décadas, se ha observado que a nivel mundial se ha elevado 15 veces; por lo que, el contenido relativamente pequeño de fósforo del herbicida ha empezado a acumularse...
"Nuestro estudio argumenta que el reciente y rápido aumento en el uso de glifosato ha aumentado su importancia relativa como fuente de fósforo antropogénico, en especial en áreas de cultivo intensivo de maíz, soya y algodón", [indica la autora principal Marie-Pier Hébert]".

Biosólidos: el fertilizante más tóxico

Por último, también es importante mencionar a los biosólidos, mejor denominados como lodos tóxicos de aguas residuales.

No solo son conocidos por contener desechos industriales y estar cargados con metales pesados, como señaló un artículo de AP News del 12 de septiembre de 2019, ahora ha aumentado el riesgo en el uso de este fertilizante tóxico porque también se ha descubierto que es una fuente de químicos perfluoroalquilos y polifluoroalquilos (PFAS).

"El riesgo consiste en que, ciertos productos químicos PFAS, que los estudios han relacionado con un mayor riesgo de cáncer y daño en órganos como el hígado y la tiroides, podrían ser absorbidos por los cultivos en suelos tratados con lodos contaminados y terminar en sus alimentos.
Este año, la Administración de Alimentos y Medicamentos informó haber encontrado niveles sustanciales de estos químicos en muestras aleatorias en productos de supermercado, como carne, lácteos, mariscos e incluso pastel de chocolate"... declaró AP.

Cómo puede salvaguardar su alimentación

Como mencioné al principio, los fertilizantes de fosfato, biosólidos y glifosato solo son tres de las múltiples fuentes diferentes de toxinas en nuestra alimentación.

Una vez que comienza a estudiar el tema y se percata de cuántas fuentes tóxicas diferentes hay, así como los tipos de químicos dudosos que están involucrados, comenzará a tener una percepción de por qué los alimentos orgánicos se han vuelto más populares.

Ahora, muchas personas han comenzado a percatarse de los múltiples problemas relacionados con los alimentos convencionales, que incluyen problemas de salud y ambientales, y han empezado a tomar medidas proactivas.

El paso más lógico es hacer la transición a una alimentación orgánica o biodinámica, en la medida de lo posible. No solo se aplica en las frutas y vegetales, sino también en la carne y productos lácteos.

La razón de esto es porque la mayoría del ganado convencional se alimenta con una alimentación poco natural a base de granos en lugar de pasto, y además, casi todos los granos son transgénicos. Por lo tanto, los productos animales podrían estar aún más contaminados que las frutas y verduras.

Por lo tanto, recuerde comprar también carne de res, aves y lácteos orgánicos, de animales alimentados con pasto. Si vive en los Estados Unidos las siguientes organizaciones pueden ayudarle a localizar alimentos frescos de granja:

Demeter USA. Demeter-USA.org tiene un directorio de marcas y granjas certificadas como biodinámicas

American Grassfed Association (AGA). El objetivo de esta organización es promover la industria de las carnes de animales alimentados con pastura a través de relaciones con agencias gubernamentales, investigaciones, marketing inteligente y educación al público.

El sitio de internet también le muestra como buscar productores aprobados por AGA, que cuenten con la certificación según las estrictas normas que incluyen criar animales 100 % con forraje; en pastizales y nunca estar confinados en un corral; que nunca hayan recibido antibióticos ni hormonas; y que hayan nacido y crecido en granjas familiares de los Estados Unidos.

EatWild.com. El sitio web EatWild.com proporciona listas de agricultores que producen productos lácteos sin pasteurizar, así como carne de res, de animales alimentados con pastura y otros productos agrícolas frescos de granja (aunque no todos están certificados como orgánicos).

También, puede encontrar información sobre los mercados de agricultores locales, así como las tiendas y restaurantes locales que venden productos de animales alimentados con pastura.

Fundación Weston A. Price. Weston A. Price tiene capítulos locales en la mayoría de los estados, y muchos de ellos están conectados con clubes de compra, en los cuales se pueden comprar fácilmente los alimentos orgánicos, incluyendo a los productos lácteos como la leche sin pasteurizar y mantequilla.

Grassfed Exchange. Grassfed Exchange tiene una lista de productores que venden carnes orgánicas y de pastoreo a lo largo de los Estados Unidos.

Local Harvest. Este sitio web le ayudará a encontrar los mercados agrícolas, granjas familiares y otras fuentes de alimento producido de manera sostenible en su área, donde se pueden comprar productos, carnes de animales criados con pasto, y muchas otros bienes alimenticios.

Farmers Markets. Una lista de mercados de los agricultores estadounidenses.

Eat Well Guide: Wholesome Food from Healthy Animals. La guía Eat Well es un directorio en línea de carnes de animales alimentados con pasto de forma sostenible, aves de corral, productos lácteos y huevos de granjas, tiendas, restaurantes, posadas y hoteles, y puntos de venta en línea en los Estados Unidos y Canadá.

Community Involved in Sustaining Agriculture (CISA). CISA está dedicada al mantenimiento de la agricultura y a promover los productos de granjas pequeñas.

The Cornucopia Institute. El Instituto Cornucopia mantiene una clasificación de herramientas web de todas las marcas orgánicas certificadas de productos lácteos, huevos y otros productos básicos, en función de su suministro ético y las prácticas agrícolas auténticas que separan a la producción "orgánica" CAFO de las prácticas orgánicas auténticas.

RealMilk.com. Si todavía no sabe dónde conseguir leche bronca o sin pasteurizar, revise las páginas web Raw-Milk-Facts.com y RealMilk.com.

Farm to Consumer Legal Defense Fund también proporciona una revisión de las leyes de la leche sin pasteurizar en cada estado. Los habitantes de California también podrán encontrar vendedores minoristas de leche sin pasteurizar, por medio de un localizador de tiendas disponible en el sitio web www.OrganicPastures.com.


Fuentes y Referencias